Niño Interior - comprender y sanar: Cómo reconocer los conflictos no resu-eltos dentro de ti, entrar en contacto con tu niño interior, fortalecerlo y sanarlo para que florezca por fin con plena vitali

El modelo del

niño interior

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Impronta en la primera infancia y enfoques terapéuticos

En las primeras semanas de vida, el bebé todavía se percibe a sí mismo como una unidad perfecta con la madre; a partir del tercer mes, comienza el apasionante proceso de aprendizaje de la vida. Al principio, las experiencias asocian su comportamiento con un efecto especial, como llorar con la ingesta de comida o alcanzar un objeto con el ofrecimiento del mismo. Las reacciones de la madre se perciben como un espejo y la percepción del propio cuerpo se desarrolla lentamente. Al comienzo del segundo año de vida, el niño pequeño desarrolla una voluntad propia y experimenta por primera vez límites, que acaban en lágrimas y decepción cuando estos se fijan. Al final del segundo año de vida, reconocemos nuestro reflejo en el espejo como nuestro propio yo. Aquí inicia nuestra independencia. A partir del tercer año de vida, el niño establece una conexión entre causa y efecto, pero ve la causa de un elogio, una reprimenda, una prohibición o un regaño en sí mismo.

Inocentes y completamente en manos de los padres, los bebés solo tenemos estas necesidades básicas: nutrición, salud, sueño, seguridad, amor, aceptación y seguridad. Es en los primeros años de vida, entre los 0 y los 6, cuando las experiencias positivas y negativas se almacenan inconscientemente para el futuro, en nuestro disco duro. Aquí es donde se sientan las bases de nuestras posteriores capacidades de desarrollo y aprendizaje, que pueden equipararse a las posteriores habilidades sociales de todo ser