Del curso: Comprender e integrar la diversidad funcional

Discapacidad y diversidad funcional, ¿qué es qué?

¿Sabes por qué hace años que se dejaron de usar los términos «minusválido» o «discapacitado» para referirse a las personas? La manera en la que nos expresamos día tras día define la forma en la que vemos y entendemos el mundo. Es por ese motivo por el que debemos aprender a usar nuestro lenguaje de una forma inclusiva y abierta. Pero pongamos un ejemplo. A la hora de referirse a una persona que tiene alguna discapacidad, es fundamental llamarla por su nombre y no por su discapacidad. Suena lógico, ¿verdad? Pues te sorprendería la de veces que en la sociedad se generan expresiones como «el cojo» o «la ciega» para designar a una persona con discapacidad o en los que la propia discapacidad complementa el nombre como si fuera su apellido: «María, la ciega» o «Pedro, el sordo». Indudablemente, es momento de tomar conciencia y cambiar el lenguaje. Voy a explicarte cómo ha evolucionado la terminología sobre la discapacidad para que entiendas el porqué y puedas trasladarlo a tu lugar de trabajo. Hasta la fecha, la palabra asociada a la discapacidad aplicaba expectativas limitantes sobre lo que se esperaba, o no, que hicieran las personas que la tenían, sin dar oportunidad a la duda o al desarrollo de capacidades comúnmente aceptadas. La comunidad global se replanteó hace años cómo implementar términos que aportaran una visión neutra o mejor aún, positiva, de los conceptos que usamos para referirnos a las personas. Por este motivo, quedaron atrás términos que surgieron desde el mundo de la ciencia como «idiota», «imbécil», «subnormal», que ahora suenan fatal y que hoy están completamente obsoletos. Otros, como «minusválido», que significa menos válido y que seguro también te sonará, van desapareciendo poco a poco de nuestro vocabulario. En la última década, el término globalmente aceptado es el de «persona con discapacidad». No obstante, hace pocos años, comenzó a extenderse el término «diversidad funcional», que es el que usaremos en este curso. Aunque aún no está plenamente extendido, es la terminología no negativa que reconoce al grupo de personas con capacidades diferentes entre sí. Llama a las personas por su nombre. Y si debes referirte a su discapacidad por algún motivo, exprésalo abiertamente: «María tiene una discapacidad física, la ceguera» o «Miguel tiene una pierna amputada», pero no conviertas la discapacidad en la definición de la persona.

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