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Poemas para Natalia

El documento presenta varios poemas y relatos cortos sobre temas como la soledad, la melancolía, el amor y la muerte. Uno de los relatos trata sobre un poeta aficionado que acepta una invitación de una mujer llamada Lucía para recitar poemas en su casa, la cual parece estar situada en un lugar aislado. El poeta comienza a sentirse extrañamente atraído por Lucía y su casa, aunque también siente cierta inquietud. Eventualmente, el poeta termina suicidándose en su propia casa.
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Poemas para Natalia

El documento presenta varios poemas y relatos cortos sobre temas como la soledad, la melancolía, el amor y la muerte. Uno de los relatos trata sobre un poeta aficionado que acepta una invitación de una mujer llamada Lucía para recitar poemas en su casa, la cual parece estar situada en un lugar aislado. El poeta comienza a sentirse extrañamente atraído por Lucía y su casa, aunque también siente cierta inquietud. Eventualmente, el poeta termina suicidándose en su propia casa.
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A manera de prologo Le sucede al tiempo que a veces se resigna, a veces se pulveriza, en esa eternidad que desborda todos los

sentidos, todas las emociones, todos los vestigios. Y esa infinita plenitud del alba, que nos despierta, es como una tinta indeleble y plegable que recorre con fuerza cada hoja en blanco. Soy demasiado conciente de la enfermedad de lo sensible, por eso muchas veces me amparo en el olvido para terminar un segundo mas de mi tiempo. Estos poemas mantienen esa capacidad del alma cuando desborda, esa integra exactitud que pone a prueba los motores del corazn que aceleran el latido frente a lo bello. Quizs de eso se trate de la belleza y por eso me cerca el sentido de la palabra, todos estos poemas (o intentos como digo yo) que tenia escondidos en alguna cajonera y hoy salen a la luz. No puede dejar de admitir que el deber de un poema es rescatar esos rituales mgicos donde nace la palabra. Palabra que por otro lado te la debo a vosporque sent una magia particular al conocerte, y fjate como es la vida que nos delira , an en esas cosas que nunca sern, aun en esos flashes donde la idea de traspasar la materia, invisibilizar los sentidos para pasar por la mirada, por esa enredadera ancestral del deseo. Quiero que sepas que estos poemas nuevos o viejos llevan parte de vos Natalia, y no exagero. Quera dejarte este mi humilde regalo de fin de ao, porque vos lo generaste. Luz que genera luz en el espacio Gracias Osvaldo Norberto Lzaro

Nuevamente cada maana

Me paseo en tus ojos el aire tiene races de besos

Y me invade la melancola el tiempo para subir los escalones en tu cuerpo

El profundo sentido invadido, la carta dentro de la botella

Mar esttico en los jardines Deseo que quedo imantado de tinta.

Ser que sigo soando bajo los halos de una revolucin de flores

La mana de pensarte invisible, la sortija de otra vuelta para marearme solo en la belleza

Y sin lavarme la cara camino en la lluvia sonrindole a tu presencia.

La madrugada de un vampiro

He tenido cnticos que hicieron eco en mi vida noches idas por espejos en el viento. manojo de ojos y repentinas cegueras disfrazando el tiempo. Pero en todas partes te vi en todos lados atrevese tus ojos en cada lugar deje asentado un barrilete de lluvia, un brote caleidoscpico de flores derrotadas, un tibio deseo dormido en los secretos de los labios

En cada mariposa vi la angustiante espera, el pacto de dos nios diputando la alegra, la madeja de los muertos en el polvo de una vela, la orilla del desierto pintando huellas de lluvia

Y en todas partes te vi entrecerrando los ojos, manteniendo la afirmacin de la consigna malograda, el rapto del tiempo, la espera del alma, los huesos annimos que amontonaron circulo en sangre, las hlices de los relojes volando por lo bajo el tiempo, el brutal monarca de la carne arrugada, el centinela de cada noche lamindose la eternidad.

Y siempre pasaba a adoptar mnimamente, como un sacerdocio, tus yemas, tus latidos en el mismo cielo, las marcas del solitario

lobo estepario que me dejo solo en el teatro para locos.

En todas partes conjure tu beso le hice un poema a los reflejos de esa bondad, prodigue los calendarios en las fechas irrepetibles, bese el sudario de los inviernos mas quebrados y me volv a casa el da que ya no haba camino solo cantndole a tus ojos

Desprecio
Apagaba la luz y esa mujer como un demonio Untaba su cuerpo en l.. Pero cuando volva a prenderla Ella ya no estaba ms

Vivi veinte aos as, Con pasin a la oscuridad Hasta que naci un bebe negro Que dorma todo el da.

Un ngel pinto esta frase Mientras el amanecer brotaba: El amor borra las causas Cuando el desprecio enciende la luz.

Lo terrible de aquella relacin Segn dicen los vecinos y un psiclogo nocturno, Es que el bebe se hizo grande Y se suicido con una linterna.

Las manos tienen alma y hoy se han vuelto tijeras, el da se ensancha de sombra duermen baldosas en el torrente donde la luna descansa, la voz de todas las voces el tiempo de todos los tiempos la libertad arrodillada bajo los besos agujereados desvanecidos sobre el ptalo

Ser y no estar ser y no existir ser y no latir ser y no vivir

Tiempos
diminutivos de ausencia, pedregal donde van a baarse las rfagas de ocanos como agonas muertas como mapas sin lugares como mentes que no despiertan

Y la voz del amor nadando sola ahogando su veneno en los lgubres arrecifes donde los peces lloran

donde el manantial se tuesta en primavera donde todo se va para abajo

Tirado por piel el carrusel de los viejos nios en la punta del mediterrneo va rodando como una casa que perdi la llave como un abismo que no tiene fin

Llamar, perder, olvidar, besar la mitigacin de la causa, el nio que pierde sonrisas debajo de la calcomana de una foto

Asomar la doble miseria de enterrar la creacin

El arte de obligarse

ella mira mi nada

como nunca, se evade disonante huyendo del fuego y quema el perfume que abarca un pasado Yo quedo lejos montado a un silencio cuando se obliga

el sueo a acostar su aliento

Resortes

Se maravillaba haciendo nacer muertos

Y se le perda de la razn cuando la vida la despertaba

La madre no nacida no supo el tiempo ni la hora ..............solo se hamacaba en los trapos

Diagnosticar el perdn
Me llama el ojo de la lagrima debajo de esta ultima hora me guarda en su noche: el da partido que tiembla

labios.soplos.escupen desde el cielo la muerte de los espejos

Me veo alargado enrollado en la cortina del viento

No salgo

no me doy vida

No me doy nada

me impertenezco

y germino el cansancio hasta concebir el defecto de nacer lucirnagas

que luego se hacen monstruos encadenndome.

(Sin titulo)

Ella abri la luz, miro el espacio,

retrocedi los relojes ,miro su mano, su piel, la ola descalza que descansaba en sus navos, el miedo, la esperael soplo de fuego pronunciando tormento

En el apuro, dejo la puerta abierta y un ladrn crey robarle los ojos

El da no era as los ojos en el rbol seguan

El piso enrgico

Nunca haba estado en un lugar as, aquella mujer haba contratado mis servicios en pos de la poesa, sin embargo yo no saba como originar en ella una luz que asistiera a su gusto. Rodolfo, un amigo me haba sugerido que esa mujer buscaba un territorio perdido, una melancola de fantasma que la apropiaba de su tiempo. Y su casa era como que flotaba en otra dimensin. No, seguro no era fcil, salir de mi trabajo en horas poco usuales y asistir a esa velada extraa que aquella mujer me propona, pero ante la necesidad de exponer minuciosamente mi arte en gustos ajenos, me entusiasmaba de sobremanera la idea, claro, la experiencia no era fcil para un iniciado como yo. Tome mis cuadernos e inmediatamente me dirig a ese portal, donde algo me imantaba, algo extrao debo confesarlo, algo no demasiado claro haba en todo aquello. Se llamaba Lucia, y yo antes de entrar recorr un poco los alrededores, advirtiendo que su casa estaba situada en un lugar a la interperie del mundo, alejado de la humanidad. Aquello no altero mis sentidos, pero sin embargo present cosas poco claras, en esos presagios una sombra me segua y proyectaba espacios en mi camino, seria mi sugestin y el enigma que haba creado Rodolfo en mi?. Como as tambin los comentarios que haban hecho en un pueblo cercano, en donde segn contaban, su marido llamado Antonio, era un escritor de renombre que se haba suicidado. Pero yo siendo un simple aficionado no lograba entender que vea Lucia en mi que me asociara a la idea de que esa poesa podra dejar en ella sntomas de gratificacin. Asista a reuniones de la farndula literaria y siempre como espectador, limitndome a formar parte de algn grupo, pero eso si siempre deleitndome con los poetas que hacan estremecer mis sentidos. Lucia, me esperaba con una ansiedad tan infrecuente que en medio de ese deseo habitaba en mi algo poco habitual, era como una enorme antorcha que encandilaba con fuerza, y dejaba en mi corazn cierta hipnosis. Es que ella era especial, y sus gestos frente a mis recitados en semioscuridad improvisaban una vida que yo no conoca. Yo que era un simple soador de pasiones inconcretas, que encerrado frecuentemente en mi cuarto no quera ver la luz, ahora me amparaba en la esperanza de un sol que brillaba incesantemente. Pero en ello haba una sospecha que no dejaba de asomarse. Recuerdo un suceso de una tarde, cuando en medio de mi lectura, algo extrao sucedi, sent un fuerte sacudn en el piso. Lucia me miro fijo y me dijo: -No temas, es que tu letra ha llegado al fondo de la tierra, y es l que se siente iluminado. Yo no s que pense en ese momento, fue un estado en el que se mantiene la plena conviccin de que la locura lo persigue frenticamente, pero an as mantuve mi conciencia despierta y termine la ultima estrofa.

Llegue a casa ese da abatido, como cansado profundamente sin argumentos claros, pense que el miedo disminuye la energa, y encontr mi casa vaca. Ni mi hijo, ni mi mujer me esperaban como acostumbraban a hacerlo. Solo una nota escrita diciendo: Quisimos huir de tu locura. Con el tiempo fui buscando los ojos de Lucia sin entender l porque, y al encontrar su brillo, me cosecho una lujuria poco inusual, era como si mi aliento salpicara gotas de crueldad. como si todo mi ser reemplazara mi Yo. Al salir ese da y luego de aquel recitado entre ese piso en movimiento, tome una cuerda y ate mi cuello a mi ventilador de techo, mora girando Extraada que ese da no haba concurrido a las secciones poticas en su hogar, Lucia, tomo su coche y se llego hasta casa, lo primero que vio fue el cartel aquel que haba dejado mi mujer. Y no sinti ningn tipo de tristeza frente a mi partida. Por la noche me velo en su casa Al otro da haba contratado a otro poeta, y con Antonio adems de habernos amigado de tal manera, nos acostumbramos a mover no solo el piso de su cuarto sino todos los otros pisos con la ilusin que en un maana no muy lejano se derrumbara la casa.

A mis amigas las astronautas de la ternura


Que frgil la belleza que orienta su brjula sobre el horizonte de tu piel donde va a caerse los destellos tan distantes de orillas

Que loco el arlequn danzando sobre el andamio desnudo de tus ojos que pisan el cielo.

Y que tierna aun la planicie que absuelve los astronautas de un tiempo durmiente en crteres cuando llega una mujer a la luna

(Sin titulo)

En los planetas de un cuerpo

mi alma asedia los misterios

Ir y venir besando la vida las horas permitidas el juego intimo de navegar ahogado en un mismo desierto

Siempre en tu piel donde nacen pjaros adiestrando jaulas que juegan al universo en su libertad

Cinco elementos

Dame tus ojos

hoy voy a comprar

el tiempo de luz

que cautiva la armona.

Dame tu boca

mi palabra grita adentro

de esa garganta de cisne

deslizada en tu abalorio

Dame tu piel

necesito conservar

el perfume de la energa

caminado entre tu cuerpo

Dame tu amor

no puedo vivir sin fundarlo

y no soy nada

sin descubrirlo

Dame tu vida,

agoniza cuando es de noche

mi rebao de peces muertos

que buscan en tu agua

la certeza de vivirte.

Cuento de amhorr

Ella tenia un ojo en el pantaln, el otro, en alquiler desde hacia un par de aos, El hombre de metal con manos de carne , se coma por las noches el cuerpo de la muerte, pero ella segua insistente con su mano en el bolsillo buscando la alquimia de la metstasis en su flujo interior Mientras se abra el ocano del tiempo y la belleza descorra su vida

Nueve meses

La noche se indispone y en el periodo de su reserva

Nace una nia llamada Luna El da se indispone y en el periodo de su reserva Nace un nio llamado Sol

El amor se indispone enfermo A los ocho meses y en el periodo de su reserva

Nace sin querer un dolor Que el Sol le cierra los postigos Y la Luna lo encierra en dormivela

La importancia de las diferencias

Una maana se encontr con la sombra el sol, mas tarde se encontr con la electricidad la noche y ambas percataron que lo proveniente de su rivalidades era lo exactamente necesario. Pero sin embargo en un incompatible gesto, la sombra le pidi prestado un traje de radiaciones a su astro porque se vio indefensa. La electricidad se encandilo tan profundamente que tuvo que acudir a la noche para que vende sus ojos. La vida es ese fruto de rivalidades, que pasa tan velozmente, que precipita su quebranto en los brazos de la negacin, aunque luego se vea obligada a besarla. La vida no es mas que eso, un desafo inconforme y matemtico que no vacila su paso, aunque luego trate de tapar su huella. Todos los destinos son diferencias que buscan enormidad para armar el tiempo

La edad de la palabra

Te digo Amor no importa que no hayas entendido que la propiedad del sol es la idea de un pjaro que piensa en sus sombreros que abajo, muy debajo de la lluvia en los aljibes de esos pechos una nia hurfana tira monedas al ri y el psiclogo la mira

y a ti te toca el desamparo mientras el arce de los tmpanos invade la casa de sal en truenos y ese fantasma sin alma

se cuelga en los patios de verano

Pero no temas Amor que en la radiante fachada espera un hombre invlido que camina con sus manos arquitecto de acrobacia indigna

y yo que veo que pronto el tiempo cambiara de vida, que pronto la vida cambiara de tiempo no me dejo persuadir en el importante descubrimiento y quiero crecer en tus manos y quiero nadar en tus ojos en la gelatina fornea que enjuaga tripas de las palomas muertas que nunca lloraron

No dejes Amor en el lmite de los parpados abierta la canilla de la sangre para que en otro ao la hoguera de luna vuelva a caminar resignaciones sobre una marcha.

Poema escondido
Abrupto de realidades, el poema, Paso por un germen de luz Prosaico, casi inerte, venci la noche Cnstelo el silencio, arrebato el olvido Para volver a transformarse

GESTOS Voy a llegar a tus manos por la misma lnea Voy a llegar a tus ojos por la misma herida Voy a llegar a vestirme en tus huesos por la misma muerte Voy a llegar a caminar tu tierra por la misma huella Voy a llegar a besar la cripta donde buscamos el aire Infinita flor UNA CARTA QUE QUEDO PERDIDA DENTRO DE UNA CAJA DE FOSFOROS

Querido Angel: Delimitadas son las formas en que se adaptan a cada uno de los momentos, a cada uno de los tiempos nos bebemos el alma, el amor gira siempre con su mgica carreta llevada por los pliegues de nuestro corazn que origina las bases de la entrega, que se cierne sobre su origen. El tiempo hace lo dems, convierte, se transfigura, nos emerge en la vejez que nutre caricias donde llegamos a tiempo al puerto de la consideracin, y si as no fuera nos encontraramos en un naufragio de vida atenuada por la niebla de una aurora negra, por un pozo donde nunca mas podramos discernir nuestra mirada y nuestras vivencias rodaran en un terremoto donde no encenderamos esa luz que siempre nos socorri. Y donde la mayor preocupacin seria desvirtuarnos la alquimia centrada en la recepcin de nuestra unin. Amarnos es escalar la claridad en su substancia, es salpicar desde un lodo el agua de nuestra convivencia para llegar al punto exacto donde jamas perdernos. Si alguna vez dentro de la ansiedad, dentro las preocupaciones que se tejen sobre el ramo de prudencia, los ojos de la noche s amarillentarian de olvido y entre los peldaos en bajada que la vida en su ley nos propone nos sometisemos al desencanto,la vida perdera su elixir. Amar es aceptarnos con nuestros defectos y nuestras virtudes, es considerar que nuestra vida posee en su centro un caudal de inmensidad donde desde su ramificacin el alma se connota de un espacio espiritual que busca razones en vuelo para sobrevivir, y en esa extraa levitacin donde se superponen los elementos Carne-Espritu es donde nos consideramos fieles a precipitar nuestra osada. Si dentro de tu piel habita sin imn el beso, habita sin esperanza la constelacin llovida de tu equilibrio que descarrila, la pasin en las formas del espritu y la piel se anidara de dolores, dolores que careceran de palpitaciones y en los cuales no habra medios posibles para seguir dejando alto nuestra comunin sin papeles pero con juramentos internos. Dulce y querida mujer, en todo mi ser, en toda mi esperanza siempre la calma acompaa la dedicatoria de tu mirada que ha prevalecido, ha roto los enigmas de una humanidad que se cae en telenovelas, que me apaga sola la televisin a la hora de la siesta cuando el amor se viste de impureza.

La vida se arrima a mi osada, me comprende, me da su mano y hasta veces me ofrece un cansancio que luego con el antdoto de tu ser logra dejar olimpiadas en los besos, en las pasiones, en la ofrenda de un perfume que forma la alquimia de nuestra piel. Por ello te amo, por el caudal inmenso de los tules de tu bondad, por la belleza no transfigurada en cirugas, por el tiempo que nos queda, por la vida y por el latido que mueve la vida cuando la propaganda de la frivolidad nunca nos convierte. Te amo por el cielo en equinoccio que rodea tu cliz, por el misterio que atraviesa esa colina que nace y muere en tu mirada, por el aljibe interno de esa lluvia que nos espera cuando todo nos resquebraja en tristeza. Te amo por tu amor inigualable, por darme los tiempos para amar sin control propio, por mirarte y acunar desde tu amor mi vida, te amo por el amor propio de la naturaleza, por tus ojos que no respiran en la demencia del abrazo, en la pulcritud de romper los guantes de la vida para acariciar el sentido de nuestra semilla. Te amo en la orilla donde un pjaro extasiado se envuelve en el postigo del viento con alas que nunca se pierden. Y mi amor recorriendo esa levedad, esos ojos celestes que se visten de fuego, que gritan enardecidos por los contornos de una habitacin empapelada de estrellas. Donde nace el latido de la misma razn, provisto de alas que suean detener el tiempo cuando es hora de dormir en tu nombre.

(Sin titulo)
En tus ojos la soledad es un abrazo un campo desteido por nios que soplan el pasto Un sol , una luna acribillando besos en las cejas del alma

Es una cancin que entibia huellas en el aire de las lucirnagas, un corazn perdido en los contornos de esa piel que manda

Nace el tiempo y es alquimia la sabidura de la belleza, pero yo miro tu iris y dibujo aviones de guerra estacionados en tu pecho, la aurora, el crepsculo, en mi paz mato a los hipcritas que empaan tu sed con un sabor ebrio de instinto que los devuelve a su propio cadalso

Ellos no saben, ellos van perdiendo su mirada en la cloaca genrica de la obstinacin, ellos se empachan en colacionar su vida dentro de las cscaras

A NATALIA No es que a veces sea solo piel, pero un vendaval de esencias se roba tu perfume , ... una efmera concepcin de tiempo recuerda esa fragancia, que inadvirti mi vida y se perdi en esa noche cautiva.

Quizs no te vea nunca mas pero solo me deslumbro quedar haciendo letra en tus ojos, mirarte naciendo en los contornos

de esa olas que golpean los navos que estn varados en al peregrina piel de tu ribera

Por eso:

Nada perturba mas que el sentir Andando descalzo por esa arena. Tiempo en que el universo saca a pasear Alas que la niebla quiere esparcirlas de viento Lluvia que se impregna en la locura Imagen que se roba los silencios ngeles que siempre estarn a la imaginacin de mis labios

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