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Las Brujas de Salem

La obra Las Brujas de Salem trata sobre las acusaciones de brujería en la ciudad de Salem en 1692. El reverendo Parris está preocupado por la enfermedad de su hija Betty y cree que puede ser brujería. Su sobrina Abigail y la esclava Títuba son interrogadas. Títuba confiesa haber invocado al diablo y acusa a otras mujeres de ser brujas, incluyendo a Sara Good y Sara Osborne. Las acusaciones se extienden y Juan Proctor intenta detener los juicios, confesando su pasado amorío con Abigail

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Las Brujas de Salem

La obra Las Brujas de Salem trata sobre las acusaciones de brujería en la ciudad de Salem en 1692. El reverendo Parris está preocupado por la enfermedad de su hija Betty y cree que puede ser brujería. Su sobrina Abigail y la esclava Títuba son interrogadas. Títuba confiesa haber invocado al diablo y acusa a otras mujeres de ser brujas, incluyendo a Sara Good y Sara Osborne. Las acusaciones se extienden y Juan Proctor intenta detener los juicios, confesando su pasado amorío con Abigail

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Argumento de la obra LAS BRUJAS DE SALEM

El reverendo Parris muestra angustia por la enfermedad de su hija Betty e incitado por
los rumores del pueblo de que su hija sufre de brujería, interroga a Abigail (su sobrina)
sobre el baile en el bosque con su esclava Títuba y su hija Betty, pero Abigail responde
que no hacían brujería. Pronto llegan los esposos Tomás y Ana Putnam, confiesan que
Títuba puede hablar con los muertos y ellos están indignados, ya que la única hija que
tienen con vida, Ruth, padece lo mismo que Betty. Juan Proctor, preocupado por el
estado de Betty, visita la casa y se encuentra con Abigail, quien le hace recordar su
amorío y lo vuelve a seducir, pero Proctor le afirma que jamás volverán a estar juntos,
Abigail culpa por este rechazo a la esposa de Proctor, Isabel. Luego llega el reverendo
Hale interroga a Abigail y ella dice que Títuba si invocó al diablo, La esclava sorprendida
se niega al principio pero termina confesando por la presión y admite que hay otras
brujas en el pueblo, entre ellas, Sara Good y Sara Osborne. Las jóvenes del pueblo,
entre ella Maria Warren imitan a Abigail y comienzan a acusar a otras mujeres.
Ya en casa de los Proctor, Isabel le pide a Juan que vaya al pueblo y confiese que
Abigail solo bromeaba y así poder ayudar a Maria Warren, su empleada doméstica.
Isabel, recuerda el amorío entre su esposo y Abigail y le increpa el por qué mintió y dijo
que no se quedaron solos en casa de los Parris, Juan enojado le responde que no ha
tenido nada con ella desde los 6 meses en que Abigail abandonó la casa, llega Maria
Warren muy exhausta, Juan Proctor le reclama, pero ella responde que le salvó la vida
a Isabel, ya que la nombraron en la corte. Maria le regala una muñeca a Isabel y se
retira a su cuarto. Luego Isabel le exige a su esposo que debe hablar con Abigail y
decirle que no volverá a suceder nada entre ellos, empiezan a discutir y llega el
reverendo Hale y otras personas de la corte buscando pruebas contra Maria, ya que
Abigail dijo en la corte que sintió que la pincharon con una aguja en el abdomen y que
fue Maria. Hagel encuentra la muñeca que Maria le regaló a Isabel con una aguja en el
centro, al ver esto se la lleva inmediatamente a la corte, ignorando los reclamos de Juan
Proctor.
En la corte Guillermo Corey y Francis Nurse, habitantes de Salem, y Juan Proctor
interrumpen el proceso judicial y muestran una declaración con firmas de los habitantes,
que afirma la buena reputación de sus señoras acusadas. Además, Juan Proctor lleva
a María Warren, para que confiese. Cuando confrontan a Abigail Williams y a la demás
chicas, ellas se ponen en contra de María Warren y la acusan de hacer brujerías. La
tensión aumenta y Proctor decide confesar, la verdad: que él cometió adulterio con
Abigail Williams, y eso prueba que es una adúltera mentirosa. Abigail niega la acusación.
Proctor pide que traigan a Isabel para confesar, llega Isabel pero niega todo, es por ello
que Danforth sostiene que el adulterio nunca sucedió e envía a Isabel a prisión. El
Reverendo Hale, conmovido, le dice a Danforth que él le cree a Juan Proctor, y asegura
que siempre desconfió de Abigail Williams. Pero Abigail emite un grito escalofriante y
asegura que ve un pájaro amarillo y que es María Warren. Finalmente, después de una
espeluznante escena donde las chicas imitan a Abigail, María Warren se quiebra y
vuelve a ponerse del lado de ellas. En un estado de histeria, miente y dice que Juan
Proctor la estuvo persiguiendo noche y día y le hizo firmar el libro del Diablo. Arrestan a
Proctor y lo llevan a prisión. El Reverendo Hale, avergonzado, critica al tribunal y se va.
Llega el día de ejecución de Rebecca Nurse y Juan Proctor. Ambos se negaron a
confesar hasta el momento, aparece el Reverendo Hale y el reverendo Parris, quienes
desean que confiesen. Parris se muestra preocupado porque Abigail se escapó y se
llevó todo su dinero.
Los jueces Hathorne y Danforth llaman a Isabel, para que convenza a su marido de que
confiese. La pareja tiene unos minutos para hablar a solas en la corte. Proctor le pide a
Isabel que lo perdone, y ella le dice que él debe perdonarse asímismo, además fue una
esposa fría. Le pide que la perdone y sostiene que nunca conoció a alguien tan bueno
como él en toda su vida. Al principio, esto motiva a Proctor a vivir y se confiesa
verbalmente con Danforth y Hathorne. Pero Proctor no puede firmar la "confesión". Cree
que debería bastar con su confesión verbal y sincera. Pero la corte se niega a aceptar
esto, por lo cual Proctor, lleno de emociones, rompe el papel de la confesión y lo abolla.
Estupefactos, el Reverendo Hale y el Reverendo Parris le ruegan a Isabel que haga
entrar en razón a su esposo, pero ella se da cuenta de que éste es, al fin y al cabo, su
momento de redención. Y así se encamina Juan Proctor a su muerte.

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