HUMANISMO
HUMANISMO
MONOGRAFÍA
ENFOQUE HUMANISTA
AUTORES:
ASESOR:
MOYOBAMBA- PERÚ
(2014)
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INTRODUCCIÓN
La humanidad de hoy en día, si bien ha hecho grandes logros en la ciencia y la tecnología, aún no ha
conseguido construir una sociedad humana donde todas las personas vivan en armonía entre ellos, y
con el resto de las criaturas vivientes. Varias interrogantes nublan la mente humana y crean
sentimientos limitantes. Estos sentimientos, que nos impiden realizar la unidad fundamental que
existe entre todos seres, han provocado a lo largo de la historia los diversos conflictos, guerras, y
desequilibrios en el mundo. Es motivo por el cual se originó el enfoque humanista que pretendía que el
ser humano se comprendiera más así mismo encontrándole un sentido de vida a su existencia. Algunas
de las técnicas que utiliza el humanismo son mencionadas en el presente trabajo y van enfocadas en
que el cliente se haga consciente de sus acciones en tanto que se haga responsable de su libertad en la
búsqueda del sentido de vida. También se mencionan los principios básicos de la psicoterapia
humanista, así como algunas críticas en el sentido de la aplicación adecuada en ciertos ámbitos y que
se debe de ajustar a las necesidades de cada persona.
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HUMANISMO
El humanismo es una corriente filosófica, educativa y filológica que estudia el sentido y el valor del
hombre como el centro o punto de partida de lo humano, es el sentimiento individual y colectivo de
una civilización en la que destaca de manera prominente la admiración, exaltación y elogio al
hombre, cuyo objetivo es enaltecer la dignidad humana.
Esta corriente nos da la posibilidad de ver a la personalidad, como una estructura integral:
organísticas, social, psicológica y espiritual.
Encuentra a la persona, capaz de comprender e interrelacionar su mundo interno con el externo, el
sentido de la vida en relación a la ciencia y a la tecnóloga y el quehacer con su dignidad humana,
con el fin de que pueda desarrollarse libremente y al mismo tiempo, asumir responsabilidades
sociales.
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Se hace hincapié en la experiencia consciente
Centra su interés en el SELF o si mismo, así como en los fenómenos humanos:
el autoconocimiento, la autodeterminación, la autorrealización libertad y las
relaciones interpersonales
ABRAHAM MASLOW
Nacido en Brooklyn, Abraham Maslow fue el mayor de siete hermanos cuyos padres eran
emigrantes judíos procedentes de Rusia. Era lento y ordenado, y recordaba su niñez como
solitaria y bastante infeliz. En sus propias palabras: «Yo era un niño pequeño judío en un barrio
no judío. Era un poco como ser el primer negro en una escuela de blancos. Estaba solo e infeliz.
Crecí en las bibliotecas y entre libros». Maslow iba a estudiar Derecho, pero finalmente fue a la
Escuela de Postgrado de la Universidad de Wisconsin para estudiar psicología.
TEORÍA.
Maslow propone la “Teoría de la Motivación Humana”, la cual trata de una jerarquía de necesidades
y factores que motivan a las personas
Su teoría descansa en la existencia de una jerarquía de necesidades. Estas son de dos tipos básicos:
necesidades “D” las que corrigen deficiencias, y las necesidades “B” que son las que consiguen un
nivel más alto en la existencia. Decía que hasta que no hayamos resuelto nuestras necesidades
básicas no podremos luchar para satisfacer las de un orden superior como son las gratificaciones
psíquicas y espirituales.
Para hacer esta investigación Maslow seleccionó 38 personas que él creía que habían realizado
plenamente su potencial. Este grupo contenía celebridades históricas como Albert Einstein,
Beethoven, Lincoln, Eleonor Roosevelt. Después de estudiar de cerca la vida de estas personas
identifica 16 características que distinguen a estas personas de la gente común. Lo que encontró es
que estas personas coincidían en que tenían un punto de vista realista ante la vida, la aceptación de
ellos mismos, de los demás y del mundo que les rodea, espontaneidad, preocupación por resolver
problemas más que pensar en ellos mismo, necesidad de intimidad y un cierto grado de
distanciamiento, independencia, capacidad para funcionar por su cuenta, una visión no estereotipada
de la gente, de las cosas y de las ideas, una historia de experiencia cumbre profundamente
espirituales ya sea de naturaleza mística o religiosa. Y que a menudo tiene lugar cuando se actualiza
un valor B como los momentos en que la persona logra el conocimiento de alguna verdad,
identificación con la raza humana, relaciones profundamente amorosas e íntimas con unas pocas
personas, valores democráticos, la habilidad de separar los medios de los fines, sentido del humor
vivo y no cruel, creatividad, inconformismo, y la habilidad demostrada para alzarse por encima del
ambiente más que ajustarse a él.
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• Necesidad de respirar, beber agua (hidratarse), de alimentarse, de dormir (descansar),
de eliminar los desechos corporales, de evitar el dolor, de tener relaciones sexuales y de
mantener la temperatura corporal en un ambiente cálido o con vestimenta.
• Seguridad física (un lugar que nos proteja del clima), de salud (la alimentación futura),
de recursos (educación, transporte y sanidad, para sobrevivir con dignidad), seguridad
Laboral o de Empleo (generar un ingreso) y seguridad Moral, (el núcleo familiar y la
propiedad privada.
3. Necesidades de afiliación: Son necesidades de Afiliación o Aceptación.
• La Estima Alta que es la necesidad del respeto a uno mismo, incluye sentimientos tales
como confianza, competencia, maestría, logros, independencia y libertad.
• La estima Baja concierne al respeto de las demás personas: la necesidad de atención,
aprecio, reconocimiento, reputación, estatus, dignidad, fama, gloria, e incluso dominio.
• Es la necesidad psicológica más elevada del ser humano, se halla en la cima de las
jerarquías, y es a través de su satisfacción que se encuentra una justificación o un sentido
válido a la vida mediante el desarrollo potencial de una actividad. Se llega a ésta cuando
todos los niveles anteriores han sido cubiertos hasta en lo más mínimo, y existe un alto
interés por trascender y apoyar.
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CARL RANSOM ROGERS
Carl Ransom Rogers (8 de enero de 1902, Oak Park, Illinois, Estados Unidos - 4 de febrero de
1987, San Diego, California, Estados Unidos) influyente psicólogo en la historia
estadounidense, quien junto a Abraham Maslow llegaría a fundar el enfoque humanista en
psicología.
TEORÍA
La teoría de Rogers está construida a partir de una sola “fuerza de vida” que llama la tendencia
actualizante. Esto puede definirse como una motivación innata presente en toda forma de vida
dirigida a desarrollar sus potenciales hasta el mayor límite posible. No estamos hablando aquí
solamente de sobrevivencia: Rogers entendía que todas las criaturas persiguen hacer lo mejor de su
existencia, y si fallan en su propósito, no será por falta de deseo.
Rogers se interesó en el estudio del individuo en sí mismo. Para ello desarrolló una teoría de la
personalidad centrada en el yo, en la que propone a un ser racional, con pleno conocimiento de sí
mismo y de sus reacciones; propone además el autoconocimiento, como base de la personalidad y a
cada individuo como ser individual y único.
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lo que podemos llegar a ser, ser nosotros mismos, convertir la potencia en acto). Opina que no
es relevante para una teoría de la Personalidad elaborar una relación de motivaciones
puntuales (sexo, agresividad, poder, dinero, etc.). El hombre sólo está movido por su tendencia
a ser, que en cada persona se manifestará de forma distinta.
En la tendencia a la actualización confluyen, por un lado, la tendencia a conservar la
organización, obtener alimento y satisfacer las necesidades de déficit (aire, agua, etc.), y por
otro, la tendencia a crecer y expandirse, lo que incluye la diferenciación de órganos y funciones,
la reproducción, la socialización y el avance desde el control externo a la autonomía. Se podría
considerar que el primer aspecto guarda relación con el concepto tradicional de “reducción de
la tensión” (equilibrio), mientras que la segunda parte implicaría otro tipo de motivaciones,
como la búsqueda de tensión o la creatividad (desequilibrio que se resuelva posteriormente en
un equilibrio más complejo y maduro).
Esta tendencia a la autoactualización es considerada como una motivación positiva que impele
al organismo a progresar, y que va de lo simple a lo complejo; se inicia en la concepción y
continúa en la madurez. Tiene cuatro características básicas: (1) es organísmica (natural,
biológica, una predisposición innata), (2) es activa (constante, los organismos siempre están
haciendo algo, siempre están ocupados en su crecimiento, aunque no lo
parezca), (3) direccional o propositiva (intencional, no es aleatoria ni meramente re activa), y
(4) es selectiva (no todas las potencialidades se realizan). “La meta que el individuo ha de
querer lograr, el fin que, sabiéndolo o no, persigue, es el de volverse él mismo “. La evidencia
que apoya esta motivación es la práctica clínica de Rogers, que le muestra que, incluso en los
casos de depresión aguda, se aprecia la tendencia a continuar el desarrollo (se aprecia que “hay
una persona intentando nacer').
- El niño interactúa con su realidad en términos de esta tendencia a la actualización. Su
conducta es el intento del organismo, dirigido a un fin, para satisfacer la necesidad de
actualización (de ser) en el marco de la realidad, tal como la persona la percibe (proceso
conductual). La conducta supone una satisfacción de las necesidades que provoca la
actualización, tal como éstas son percibidas en la realidad fenoménica, no en la realidad en sí.
Es la realidad percibida la que regula la conducta, más que el estímulo o realidad “objetiva”, (un
bebé puede ser tomado en brazos por una persona afectuosa, pero si su percepción de esta
situación constituye una experiencia extraña o aterradora, es esta percepción la que influirá en
su comportamiento). Así, la Psicología de la Personalidad ha de ser ante todo Psicología de la
Percepción, que estudie de qué formas diferentes las personas forman su campo fenoménico.
La conducta es provocada por necesidades presentes, y no por eventos ocurridos en el pasado.
Las únicas tensiones y necesidades que la persona intenta satisfacer son las presentes (sin
negar que éstas tengan su origen en fenómenos pasados; se trata del énfasis existencialista en
el “aquí y ahora').
- Junto al sistema motivacional de autoactualización, existe un sistema valorativo o regulador
igualmente primario. Desde la infancia, la persona está desarrollando permanentemente un
proceso organísmico de autoevaluación que tiene como criterio la necesidad de actualización
(el ideal de actualización, de ser él mismo). Las experiencias que son percibidas como
satisfactorias de esta necesidad se valorarán positivamente, y las no percibidas como
satisfactorias se valorarán negativamente (proceso valorativo). En consecuencia, el niño
evitará las experiencias valoradas negativamente y se aproximará a las positivas.
Estructura de la personalidad
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La teoría de la Personalidad de Rogers no se caracteriza precisamente por destacar los
constructos estructurales, sino por su incidencia en los aspectos dinámicos y de cambio. Sin
embargo, dos constructos, los conceptos de “organismo” y “self', tienen gran importancia en la
teoría y pueden considerarse como los pilares sobre los que se asienta toda ella.
El organismo se define como una totalidad gestáltica (una organización, una forma), integrada
por aspectos físicos y psíquicos que conforman la estructura básica de la personalidad (lo que
somos realmente). En este sentido, el organismo guarda cierta similitud con el “ello” freudiano,
sin que se atribuyan al organismo las cualidades inconscientes e instintivas del ello. Para
Rogers, el organismo es el centro y lugar de toda experiencia; en él reside el campo fenoménico
(realidad subjetiva o marco de referencia individual), es decir, el conjunto total de las
experiencias (percepciones y significados), tanto simbolizadas (conscientes) como no
simbolizadas (no conscientes). Estas últimas son consideradas por Rogers como experiencias
que operan a un bajo nivel de conciencia; fenómeno que se denomina “subcepción”. Los
procesos motivacionales, conductuales y valorativo-regulatorios vistos antes son propios del
organismo.
El concepto de “self' o sí mismo es quizás más importante para el desarrollo de la teoría que el
anterior. En su definición del “self', Rogers lo describe como un todo gestáltico y organizado de
percepciones relativas a uno mismo, accesible a la conciencia, y que alude a las propias
características y capacidades, al concepto de uno mismo en relación con los demás y al medio, a
los valores, metas e ideales, percibidos positiva o negativamente por la persona (lo que
creemos ser). En suma, el self es conceptualizado como una parte del campo fenoménico, que
funciona como una gestalt unificada, es consciente y está regido por las leyes de la percepción.
A medida que avanza el desarrollo de la persona, una parte de la experiencia del individuo es
simbolizada como conciencia de existir y funcionar. Esta parte del campo fenoménico se aísla y
se unifica funcionalmente (gestálticamente), constituyéndose en el self. De modo que Rogers
defiende un “self' que es una configuración de experiencias y percepciones de uno mismo,
expresadas simbólicamente como autoconcepto, y no un agente activo, responsable de ciertas
actividades como pensar, recordar o percibir, como proponen otros autores (por ejemplo,
Freud). Además del concepto de sí mismo, tal como es percibido por el individuo en un
momento determinado (self real), Rogers tiene en cuenta el concepto de self ideal, que
representa aquello que quisiera ser y que está formado por percepciones especialmente
significativas e importantes para la persona.
Desarrollo de la personalidad
El papel de la tendencia a la actualización es fundamental en el desarrollo del self y en la
dinámica de la personalidad. Para explicar el proceso de la formación del self, a pesar de su
monismo motivacional, Rogers introduce dos nuevas motivaciones, la necesidad de
consideración positiva y la necesidad de autoestima, que se adquieren en el curso del
desarrollo y que pueden entrar en contradicción con la tendencia innata hacia la actualización.
A medida que comienza a surgir la conciencia de sí mismo, el niño desarrolla una necesidad de
recibir amor y afecto (necesidad de consideración positiva) por parte de las personas
socialmente significativas. Esta necesidad posee una serie de características:
es universal,persistente y recíproca (la persona percibe de forma igualmente gratificante y
satisfactoria cuando él proporciona afecto a los demás que cuando lo recibe). La necesidad de
consideración positiva por parte de sus padres es una motivación poderosa, por lo que, para
conseguir su satisfacción, el individuo puede llegar a descuidar experiencias positivas para su
propia actualización y desarrollo. De esta forma, las motivaciones secundarias no
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necesariamente corren en la misma dirección que la motivación primaria, ocurriendo
conflictos motivacionales o motivaciones competitivas.
Por asociación entre las propias experiencias y la satisfacción o frustración de la necesidad de
afecto, se desarrolla una tercera motivación, lanecesidad de autoestima o autoconsideración
positiva. El niño percibe que algunas de sus experiencias son aceptadas y evaluadas
positivamente por sus padres que, en estas condiciones, le satisfacen su necesidad de amor,
mientras otras experiencias merecen su reprobación. En función de esto, el niño va
aprendiendo a valorarse a sí mismo (autoestima) del mismo modo que lo hacen los demás,
admitiendo aquellas acciones o sentimientos que han sido aceptados por sus padres y
rechazando los desaprobados.
Hasta este momento, la parte valorativa del self estaba constituida por experiencias
directamente vividas por la persona. Los criterios de valoración eran internos, “naturales” a la
persona. Pero, a partir de ahora, en este proceso, el niño comienza a comportarse de acuerdo
con unas condiciones de valor o mérito que ha incorporado a (introyectado en) su self por
imposición de los otros, sin haber experimentado por sí mismo su carácter positivo o negativo
(de esta forma, el niño siente que sólo será querido por los demás y por él mismo si deja de ser
él mismo, y por este deseo de amor renuncia a su propia identidad y se disocia). Así, a lo largo
de la niñez, el self, originariamente formado por las experiencias subjetivas, se amplia y
deforma, en cierto sentido, para dar cabida a estas condiciones o valores externos y ajenos a la
propia experiencia. En consecuencia, el niño se estimará a sí mismo de un modo condicionado,
según cumpla o no las condiciones de valor, que pasan así a convertirse en criterio de la propia
conducta.
Este “añadido valorativo” extraño a la persona, no propio, natural ni experimentado va a
generar una discrepancia con sus auténticas experiencias y su organismo, (por ejemplo, un
niño cuya imagen es de un niño bueno, pero que al mismo tiempo disfruta pegando a su
hermano menor, por lo que será censurado por sus padres, se verá obligado para mantener su
imagen y conseguir la aprobación paterna a rechazar este sentimiento gratificante
considerándolo como algo censurable, independiente de su experiencia subjetiva).
Una vez adquiridas las condiciones de valor e incorporadas al self, el niño comienza a percibir
selectivamente sus experiencias internalizadas. Las que coincidan con estas condiciones de
valor serán percibidas conscientemente y correctamente simbolizadas; por el contrario, las
experiencias que no coincidan con ellas van a ser vividas como amenazantes para el self al
indicar una incongruencia entre lo que la persona experimenta y su autoimagen; para reducir
esta discrepancia y mantener un estado de congruencia con uno mismo, la persona tiende a
distorsionar o negar dichas experiencias, mediante malas percepciones o subcepciones. Así, el
self se desgaja del resto del campo fenoménico y del organismo, por lo que el individuo no
puede vivir ya como una persona total e integrada. Las gestalten (formas, organizaciones, el
self, el organismo) se deforman, se tuercen forzadamente por la incongruencia entre ambas.
El concepto de “incongruencia” puede ser entendido estructuralmente como una discrepancia
entre el self y el organismo, de forma que el organismo incorpora experiencias que no están
aceptadas por el self, y el self incorpora juicios sobre sí mismo, principios valorativos
disonantes respecto a las necesidades del organismo. Pero también puede entenderse desde un
punto de vista funcional, como el choque entre dos motivaciones contradictorias: la primaria
motivación organísmica de autoactualización contra las secundarias de consideración positiva
de los demás y de sí mismo.
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Como consecuencia de lo anterior, se produce una incongruencia similar en la conducta del
individuo: ciertas conductas responderán al concepto de self, mientras otras responderán a las
experiencias del organismo no asimiladas en la estructura del self. Se trata de una discordancia,
en último término, entre lo que la persona es y lo que cree ser, que será el germen de los
procesos psicopatológicos, de los problemas psíquicos de la persona.
Psicopatología y terapia rogeriana
Cuando las experiencias simbolizadas que forman el autoconcepto reflejan fielmente las
experiencias del organismo, Rogers supone que la persona ha alcanzado la madurez, funciona
por completo y está bien ajustada psíquicamente. Sin embargo, en la práctica, todos estamos
plagados de pequeñas incongruencias entre lo que creemos ser (self) y lo que realmente somos
(organismo).
Si la incongruencia se hace especialmente grande aparecerá el trastorno patológico. En este
caso, el estado de incongruencia genera en la persona una sensación de tensión y confusión
interior, al tiempo que provoca rigidez perceptiva debido a la necesidad de distorsionar la
realidad para adaptarla a un self artificial, percepciones erróneas causadas tanto por la
distorsión como por la omisión de ciertos datos en la conciencia, y un modo de actuar regido
más por unas creencias que por una confrontación adecuada con la realidad.
La persona no puede percibirse a sí misma como incongruente, por lo que cuando la
experiencia le presente datos discrepantes con su self, tenderá a preservar la congruencia con
la propia imagen aunque tenga que distorsionar sus propios sentimientos, experiencias y
acciones. En este proceso, la experiencia discrepante es percibida, o mejor dicho, “subcebida”,
como amenazante (y se simboliza mal) porque si tal experiencia fuera correctamente
simbolizada pondría en peligro el propio concepto y la necesidad de la persona de afecto
respecto a sí mismo (autoestima). Esta sensación de amenaza es la responsable de la ansiedad
neurótica. Los mecanismos de distorsión o negación de la experiencia son reacciones de
defensa que impiden que esto ocurra. (Este esquema rogeriano de “sensación de amenaza “-
“evitación de la incongruencia” guarda, formalmente aunque no de contenido, una gran
semejanza con el esquema freudiano de ansiedad, protección del yo y mecanismos de defensa.
En ambos casos se postula la existencia de un proceso defensivo producido por una sensación
emocional displacentera (Freud) o amenazante (Rogers) para el self o el autoconcepto, que se
procura reducir mediante ciertos mecanismos defensivos que garantizan la supremacía del yo
(Freud) o la congruencia del self(Rogers).
El desajuste psíquico viene determinado por la magnitud del proceso de incongruencia y
del proceso de defensa. Sobre esta base, Rogers establece dos tipos de conductas patológicas:
- las conductas defensivas comprenden las conductas que habitualmente se conocen como
neuróticas (racionalización, fantasía, proyección, compulsiones, fobias, etc.), así como ciertas
conductas que han venido encuadrándose dentro del marco de las psicosis, como la paranoia y
los estados catatónicos. El aspecto característico de las conductas defensivas es que el
individuo consigue “ocultar” su incongruencia mediante una combinación de los mecanismos
de distorsión y negación.
- las conductas desorganizadas son más graves y se corresponden con las conductas
típicamente psicóticas, “irracionales” y “agudas”; responden a un grado de incongruencia tan
importante y significativo que el mecanismo defensivo resulta ineficaz para controlarlo.
Cuando una experiencia significativa pone repentinamente de manifiesto la incongruencia, es
decir, se llega a percibir claramente, el individuo experimenta un estado de ruptura y
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desorganización provocado por el desmoronamiento del self. En semejante estado, el
organismo se conduce, a veces, de modo consistente con aquellas experiencias que habían sido
negadas o distorsionadas, en franca oposición con su self; este tipo de comportamientos parece
ocurrir en los “estados psicóticos agudos” donde conductas irracionales son frecuentes. En
otros momentos, la conducta será acorde con el concepto de sí mismo (self).
TERAPIA CENTRADA EN EL CLIENTE
Si el aspecto fundamental de la patología es el desarrollo de la incongruencia que conduce en
su manifestación máxima a un estado de desintegración de la personalidad, el proceso
terapéutico tendrá como objetivo primordial la reintegración de la personalidad, aumentando
la congruencia entre lo que la persona experimenta y su correcta simbolización en la
conciencia.
Para que dicho proceso sea factible es necesario que concurran ciertas condiciones, (1) reducir
todo lo que se pueda las condiciones de valor ajenas a la persona e incorporadas al self durante
la educación, y (2) aumentar la autoconsideracíón positiva (autoestima) no condicionada (ya
que detrás de cada problema psíquico hay una persona que no se acepta como es, que se
detesta).
Para conseguir estos objetivos, Rogers ha desarrollado su popular “client-centered therapy”
(muy popular en los años 60-70 en EE.UU., y en la actualidad diluida en muchos enfoques
variados). El primer aspecto que enfatiza esta terapia es el concepto de “no directividad”.
Supone Rogers que la persona lleva en su interior la solución de todos sus problemas, de forma
que el terapeuta no debe dirigir la terapia, no debe dar consejos, no debe indicar a la persona
qué debe hacer, sino que debe limitarse a eliminar los obstáculos que están impidiendo que la
persona crezca (siguiendo la metáfora tan habitual de la `fiowerpeople “: igual que el jardinero
no “tira” de las plantas hacia arriba, sino que limpia e/jardín para que las plantas crezcan
desarrollando su interior, todos los problemas de la persona se resolverán cuando consiga ser
él mismo). La “terapia centrada en el cliente” es ante todo una psicoterapia de la libertad y la
responsabilidad de la persona. El hombre es libre y responsable de sí mismo, de forma que
cuando los psicoanalistas o los conductistas dirigen el curso de la terapia están faltando al
respeto a su cliente, considerándolo incapaz, inmaduro, no como una persona libre y capaz que
lleva en su interior la solución de los problemas. Así, la relación terapéutica debe ser la “no
relación”; el psicoterapeuta debe ser la “no persona”, de forma que el cliente, por primera vez
en su vida, se encuentra con una situación en la que se dan las condiciones para que crezca
libremente como persona.
El segundo énfasis de la terapia rogeriana está en la empatía. El terapeuta debe crear un clima
en donde se produzca la unión de los campos fenoménicos del terapeuta y el cliente. Por tanto,
el terapeuta debe tener la habilidad de renunciar por completo a su propio marco valorativo, a
su propia forma de ver las cosas, y adoptar por completo el punto de vista del cliente. El
terapeuta debe convertirse en el cliente. (Para ello puede ayudarse de una serie de técnicas, la
más popular de las cuales es la “técnica del reflejo del sentimiento” o “técnica del espejo “,
mediante la cual el terapeuta se limita a reflejar lo que el cliente le está expresando, afín de que
el cliente, viéndose en el otro (el terapeuta), obtenga un “insight “, una idea fiel de sí mismo. La
técnica es tan simple que ha dado lugar a “terapeutas computerizados”).
La última de las claves de la terapia rogeriana, derivada de la anterior, consistiría en
la aceptación incondicional del cliente. El terapeuta no debe juzgar ni valorar absolutamente
nada del cliente, ni positiva ni negativamente. Se ha de aceptar a la persona tal y como es,
independientemente de lo que sea. No debe haber ni una critica, ni una alabanza, la neutralidad
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debe ser total. El terapeuta debe limitarse a comprender, a querer al cliente tal y como es, sin
ningún tipo de interpretación moral, de forma que la persona, por primera vez en su vida, se
encuentra en una relación en la que no es juzgado, y en donde el amor (de una persona tan
socialmente significativa como es el terapeuta) lo obtiene independientemente de juicios
externos y de forma dependiente sólo de sí mismo.
A medida que avanza la obra de Rogers, el autor deriva hacia una concepción más artística y
menos objetiva de la terapia. En su última etapa, Rogers enfatiza la relación terapéutica como
el único motor de mejoría del cliente. Esta relación debe tener tres características básicas:
laautenticidad (o congruencia, el terapeuta debe ser sincero, sus no-juicios no deben ser
fingidos sino auténticamente sentidos, no debe temer expresar sus propios sentimientos, sus
propias debilidades; si no es así la terapia acabará fracasando), la consideración positiva
incondicional y la comprensión empática (ambas comentadas arriba). Nótese que estas
características de la relación terapeuta-cliente no son puntos de partida sobre los que después
llevar a cabo la terapia, sino que son la propia terapia en sí.
Cuando esta terapia se lleva a cabo, las condiciones de valor externo que la persona estaba
incorporando en su self se debilitan, de forma que se va reduciendo la discrepancia entre el self
y el organismo, entre lo que el cliente es y lo que el cliente cree ser. Desaparece la sensación de
amenaza, y la persona ya puede percibir correctamente lo que antes estaba distorsionado o
subcedido. La persona se descubre a sí mismo tal y como es, y además descubre que puede ser
amado tal y como es. De esta forma, coincide la motivación hacia la autoactualización con las
motivaciones hacia el amor, se restaura la totalidad gestáltica de la persona y nace una persona
plena y completa.
La persona plena tiene como características estar abierto a nuevas experiencias, mostrar
autoestima y satisfacción no condicionada, estar libre de defensas y temores, mantener buenas
relaciones con los demás y ser autosuficiente e individualista (el perfecto norteamericano).
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DESARROLLLO DE LA PERSONALIDAD SEGÚN EL ENFOQUE HUMANISTA.
En términos de desarrollo general, nos movemos a través de estos niveles como si fueran
estadios. De recién nacidos, nuestros focos (o casi nuestro completo complejo de necesidades)
está en la Alimentación y el resto de necesidades básicas. Inmediatamente, empezamos a
reconocer que necesitamos estar seguros. Poco tiempo después, buscamos atención y afecto.
Un poco más tarde, buscamos la autoestima. Bajo condiciones de estrés o cuando nuestra
supervivencia está amenazada, podemos “regresar” a un nivel de necesidad menor. Por
Ejemplo:
La teoría de Rogers está construida a partir de una sola “fuerza de vida” que llama la tendencia
actualizante. Esto puede definirse como una motivación innata presente en toda forma de vida
dirigida a desarrollar sus potenciales hasta el mayor límite posible. No estamos hablando aquí
solamente de supervivencia: todas las criaturas persiguen hacer lo mejor de su existencia, y si
fallan en su propósito, no será por falta de deseo. El ser humano presenta una actitud innata
hacia el desarrollo y su ideal máximo es la satisfacción de las necesidades para realizarse en la
vida. Rogers describe un elemento central de la personalidad, que él denomina el sí mismo, una
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configuración organizada de las percepciones del sí mismo que son admisibles en la conciencia.
El proceso de convertirse en persona de acuerdo con los humanistas es el siguiente:
Confiar en sí mismo
Cuando percibes una situación amenazante, sientes ansiedad. La ansiedad es una señal que
indica que existe un peligro potencial que debes evitar. La idea de la defensa es muy similar a la
descrita por Freud, exceptuando que Rogers la engloba en un punto de vista perceptivo, de
manera que incluso los recuerdos y los impulsos son formas de percepción. Y define solo dos
defensas: negación y distorsión perceptiva. La negación significa algo muy parecido a lo que
significa en la teoría freudiana: bloqueas por completo la situación amenazante. La negación de
Rogers incluye también lo que Freud llamó represión: si mantenemos fuera de nuestra
consciencia un recuerdo o impulso (nos negamos a recibirlo), seremos capaces de evitar la
situación amenazante. La distorsión perceptiva es una manera de reinterpretar la situación de
manera que sea menos amenazante. Aquí también intervendría la proyección como defensa.
FRITZ PERLS
Friedrich Salomon Perls (8 de julio de 1893, Berlín, Alemania - 14 de marzo de 1970, Chicago,
Estados Unidos y muere 14 de marzo de 1970) conocido como Fritz Perls, médico
neuropsiquiatra y psicoanalista, fue el creador, junto con su esposa, Laura Posner, de la Terapia
Gestalt. Debido a su origen étnico, y a su vinculación con la Liga Antifascista, abandonó
Alemania con la llegada del nazismo.
Fue un alumno brillante pero poco trabajador en la escuela. Lo expulsaron por su mala
conducta a los trece años. Su padre lo obligó a trabajar entonces en una tienda como
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aprendiz. Sus relaciones se resintieron cada vez más. A la muerte de su padre, no asistió a su
funeral.
TEORIA
Fritz Perls creo la teoría gestáltica basándose de la importancia de 2 conceptos principales,
el aquí y él ahora es decir la persona debe vivir y sentir el presente además debe poseer la
capacidad de insigne , aquellos individuos que poseen esta capacidad son capaces de
autoevaluarse , es decir la persona acepta que tiene un problema y que necesita ayuda , por
lo tanto si una persona no desarrolla la capacidad de insigne tiende a desarrollar la neurosis ,
para Fritz la neurosis la conforman aquellas personas que no satisfacen sus propias
necesidades sino que constantemente están complaciendo las necesidades de la sociedad .
los individuos que poseen la neurosis va pasando por 5 capas entre ellas tenemos: clichés o
estereotipos , (es la representación del rol de la persona ), capa fóbica , (en esta etapa la
persona tiene miedo a descubrirse o representar su rol ), capa anti existencial , (impide
crecer y no suele asumir ciertas responsabilidades a lo que te está pasando) , capa de muerte
(las personas no se dan cuenta del valor de su existencia) y dentro de la capa explosiva
encontramos ; a la pena genuina , producida por la muerte de alguien muy cercano.
ESTRUCTURA DE LA PERSONALIDAD
YO: según Perls, el yo de todo ser humano tiene seis capas que recubren a manera de una
cebolla al ser autentico de las personas, estas capas o estratos del self son:
2. Del como sí: allí están los roles, los juegos que empleamos para manipular a los demás, el
actuar como si fuéramos aquello, es nuestro carácter formal, habitual y rígido de actuar.
3. Fóbico: allí se encuentran todos nuestros temores y todas nuestras inseguridades frente a
nosotros mismos, nuestros secretos mejor guardados, nuestras heridas narcisistas, la pena, el
dolor, la tristeza o la desesperación, aquello que no queremos, ver ni tocar de nuestra
personalidad y aún menos, descubrir frente a los demás.
4. Impulsivo o del atolladero: donde nos sentimos atorados, sin salida, donde hay una falta
de energía, de muerte una sensación de vacío.
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5. Explosivo: donde se hallan todas nuestras energías sin usar nuestra vitalidad congelada o
dirigida hacia nosotros mismos para mantener nuestras defensas
6. El self verdadero: estas fuerzas estancadas que se disparan hacia a fuera en un arranque de
autenticidad dando el paso al Yo verdadero que permanece oculto; existen cuatro tipos de explosión:
gozo, aflicción, orgasmo, coraje.
Para Fritz Perls el ser humano es un ser existencial que vive, respira, siente, bebe agua, come... aquí
y ahora, dice que el presente es muy importante porque en él está contenido el pasado y el futuro, el
pasado estaría puesto aquí y ahora, y lo mismo con el futuro. Porque aquí y ahora yo pienso, percibo,
siento, porque aquí y ahora me perciben.
El quehacer psicológico trata de acrecentar la salud mental disminuida por la inserción de los seres
humanos en la sociedad industrializada, por la frustración de la educación autoritaria y por la
violencia entre otros factores. El enfoque Gestáltico responde a esta inquietud insistiendo en
aumentar la capacidad de descubrimiento en cada persona, esta aprender a recuperar la salud perdida
La terapia Gestalt, se les pide a los clientes que discutan la totalidad del aquí y ahora, en el
momento inmediato, la experiencia actual que tiene, la autopercepción inmediata de su mundo.
Solo se enfatizan experiencias, sentimientos y conductas que ocurren en el presente, aquello de
lo que la persona tiene un contacto o conciencia en lo inmediato. Su supuesto es que “vivir con
atención en el presente, más que en el pasado o en el futuro, constituye por sí mismo algo
bueno, algo que lleva al desarrollo psicológico”. Su sustento filosófico al énfasis en la
experiencia presente es que, en un momento dado, la única experiencia presente posible y que
la condición para sentirnos satisfechos y completos en cada momento, es sencillamente la
aceptación sincera de dicha experiencia presente.
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• Atender a la percepción corporal de la vivencia inmediata. La vivencia concreta está
sobre las abstracciones.
• Fundamental el proceso que se desarrolla en el aquí y ahora.
• Cada existencia es original. La experiencia humana es singular e intransferible.
• Cada persona es responsable de su proyecto existencial.
EL LEGADO DE PERLS
TERAPÉUTICA HUMANISTA
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(5) los sentimientos del cliente se deben referir cada vez más a su (yo) interior; es
necesario comprometerlo consigo mismo, también contextualizarlo.
(9) la imagen personal del yo puede presentar ambigüedad; debe si amerita someterse
a una modificación.
(11) se debe entender que la principal necesidad es lograr una atracción positiva e
incondicional hacia su entorno social y familiar; el reto esta en mostrarle al cliente; que
es lo que trunca estas ambiciones o que las deforma; en este punto hemos de ser muy
claros sin ser punitivos; existen eternos inocentes, es decir; los que nunca hacen nada
para lesionar a otros; y las experiencias les ocurren porque si, y ya.
(1) el cliente debe evolucionar hacia un estado de acuerdo interno; sin ambigüedades y
con resolución empática consigo mismo.
(3) su funcionamiento psíquico debe mejora para con el mismo; y para con el mundo
con que interactúa.
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Que es la auto-estima: es un valor personal, una competencia que un individuo asocia a
la imagen de si mismo. Es el conjunto de sentimientos que tenemos acerca del mayor o
menor valor de nuestra propia persona. La auto-estima aporta equilibrio personal,
mientras que la carencia de ella; provoca una mayor vulnerabilidad emocional y una
mayor distorsión de los acontecimientos.
(9) será una persona flexible, creadora, espontánea, relajada, abierta al dialogo y
la negociación; tendrá un fuerte compromiso con el bienestar de otros fueren estos
quienes fueren.
(10) el concepto del mundo será alentador, promisorio, realista, la fe en el futuro será
evidente será permanente, el compromiso con la sociedad será de grata aceptación, las
relaciones con el todo y exigencias serán favorables.
CONCLUSIONES
La psicología humanista tiene en su haber La defensa de conceptos como
subjetividad, experiencia o construcción de significado, ha influido claramente en
las creencias de la sociedad norteamericana de modo más concreto, destaca por
ejemplo la influencia de las propuestas de Rogers sobre la importancia de la actitud
del terapeuta y del educador, no como condición suficiente pero al menos como una
condición necesaria.
Este enfoque ha proporcionado una alternativa a las formas psicoanalíticas
tradicionales de terapia, y a la hacerlo ha ofrecido otra perspectiva de
autodeterminación, y es un proceso interno de búsqueda para desarrollar su
potencial humano, en lugar de los instintos biológicos. La persona en evolución y
crecimiento sustituye a la víctima de la historia personal. La libertad de elección
sustituye al conjunto mecánicamente determinado de conductas.
Es de esta manera que la palabra cliente sugiere un aspecto que tiene importancia,
siendo así, reemplazado el papel de paciente pasivo en el contexto de la demanda de
autoridad del médico para elegir, la igualdad y la libertad. Y es importante señalar
que el facilitador debe de tomar actitudes similares a las de su cliente ya que en esta
relación ambos deben de estar en las mismas condiciones y sin prejuicios,
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proporcionándole al cliente las condiciones necesarias para su crecimiento y así
pueda llegar a ser responsable de sus actitudes y su libertad.
El papel menos activo del terapeuta requería menos entrenamiento, sin embargo
esta postura, la humanista, centrada en el cliente, ha producido toda una generación
de pseudoterapias cuya falta de entrenamiento no se podrá compensar con
entusiasmo y autenticidad.
BIBLIOGRAFIA
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9. Rogers, Carl (2000). El proceso de convertirse en persona: mi técnica
terapéutica. Barcelona: Ediciones Paidós Ibérica.
10. Saz Ana Isabel. (2006), Diccionario de psicología. ED. Panamericana Ltda.
España.
11. Tortosa, Gil F. (1998). Una historia de la psicología moderna. ED. McGraw Hill,
México.
ANEXOS
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Carl Rogers
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