Responsabilidad Civil
La responsabilidad civil consiste en responder en tu nombre o en el nombre de
otra persona por los actos realizados, causando daños por propia culpa o
negligencia propia a un tercero.
Si el daño ocasionado tiene como consecuencias jurídicas el incumplimiento de
un contrato se producirá una responsabilidad civil contractual o responsabilidad
contractual y se indemnizará en relación a los perjuicios ocasionados por el
incumplimiento del contrato.
Por otra parte, si el daño causado a un tercero se produce sin tener ninguna
relación previa con el mismo se producirá una responsabilidad civil
extracontractual o responsabilidad extracontractual y se subsanará con una
indemnización por daños y perjuicios.
La responsabilidad civil recae sobre todos los ciudadanos, y obliga a cumplir
con las obligaciones. Hay situaciones en las que se sufre un perjuicio por parte
de otra persona y en estos casos se puede interponer una reclamación de
indemnización por responsabilidad civil.
Responsabilidad Civil Contractual
La responsabilidad contractual hace referencia a la vulneración de un contrato.
Surge por la falta o incumplimiento de las obligaciones firmadas en el contrato y
deriva en un incumplimiento de dicho contrato, generando la obligación de
indemnizar. Viene recogida en el código civil en el articulo 1101 y siguientes.
Causas que tienen que producirse para la responsabilidad civil
contractual
Estos puntos hacen referencia a los daños económicos, materiales y morales.
Tiene que existir un contrato entre las partes.
Que se haya incumplido en su totalidad o parcialmente alguno de sus
compromisos. La persona o sujeto al cual se imputa el perjuicio, tiene
que probar que obro de buena fe y que si incumplió el contrato no fue
por culpa suya, para eximirse de la responsabilidad.
Que el incumplimiento se haya producido por una falta de actuación o
previsión del deudor.
Que exista una relación de causa y efecto entre la acción y el resultado
de dicha acción. Ha de declararse patente en el nexo causal la conducta
del sujeto y el daño ocasionado, imputándose a este la obligación de
subsanarlo.
La acción ha generado un daño o perjuicio cuantificable y solucionable,
ya que la indemnización comprende el valor de la perdida sufrida y la
ganancia que se haya dejado de obtener, a causa de dicha acción.
Como se prueba la responsabilidad contractual
En la culpa contractual existe el supuesto de que el acusado que no cumple
con los compromisos es porque no quiere y es el responsable final. El
demandante solo tiene que probar que existe un contrato y que el demandado
tenía que cumplirlo. En estas circunstancias el demandado tiene que demostrar
que si no ha cumplido algo del contrato no ha sido por su culpa, para poder
liberarse de las acusaciones.
En la presentación de las pruebas recogidas en el Artículo 217 de la Ley de
Enjuiciamiento Civil se solicita a la parte demandante que acredite que fue el
demandado el que no cumplió con el contrato y ocasiono los daños que se
solicitan en la indemnización, con esta situación queda demostrada la relación
causal y se demuestra la culpabilidad del demandado.
Casos en los que se exime la responsabilidad civil contractual
Hay supuestos que rompen o interfieren la relación causal como son la fuerza
mayor o caso fortuito a quien incumple el contrato, ya que se rompe el nexo
causal entre la acción y el resultado, debido a que la consecuencia del daño es
producida por una fuerza mayor o caso fortuito imprevisible y no a la acción
humana.
La fuerza mayor son situaciones que no se pueden prevenir ni evitar y
suceden de forma excepcional por ejemplo desastres naturales
(terremotos, ciclones, inundaciones, etc).
Caso fortuito son situaciones que se pueden prever, pero no se puede
hacer nada para evitarlas. Se contrata un viaje de sky a los Alpes y
cuando llegas allí empieza a nevar y no puedes salir del hotel por las
nevadas.
Ambos conceptos no se podrán imputar a la acción humana y son imprevisibles
e inevitables. Estos conceptos se distinguen por el grado de evitabilidad
mientras que el caso fortuito es un suceso que no se puede prever, pero de
haberlo previsto se podía evitar. Por ejemplo, no haber contratado el viaje
combinado de sky a los Alpes en esas fechas. La fuerza mayor es un caso
inevitable, aunque se hubiera previsto.
Responsabilidad Civil Extracontractual
La responsabilidad civil extracontractual es cuando se produce un daño
independientemente de existir una relación entre las partes. En el artículo 1902
del código civil se “establece que el que por acción u omisión causa daño a
otro, interviniendo culpa o negligencia, está obligado a reparar el daño
causado”
Tipos de responsabilidad civil extracontractual
Responsabilidad civil extracontractual por hechos propios suele ser producido
por un comportamiento humano o de animales y objetos propiedad del
responsable. Carácter objetivo son producidos por la relación directa entre el
sujeto y el daño producido. Carácter subjetivo se genera como consecuencia
de la actuación del sujeto que produce el daño.
Responsabilidad civil extracontractual por hechos ajenos son los producidos
por aquellas personas de los cuales se responde si causan daños.
Los padres que son responsables de los daños ocasionados por sus
hijos que se encuentren bajo su tutela.
Profesores que son responsables de los daños ocasionados por los
alumnos menores de edad mientras se encuentran en el colegio o
desarrollando actividades escolares y extraescolares.
Empresarios responsables de sus trabajadores y de los posibles daños
que ocasionen en el servicio de los ramos en que estuvieran
contratados.
Tutor responsable de los daños ocasionados por el menor que se
encuentren bajo su tutela.
Principios que tienen que producirse para la responsabilidad civil
extracontractual
Es necesario que concurran una serie de circunstancias para que se produzca
la responsabilidad extracontractual. Una circunstancia objetiva donde se
produce un daño o lesión, una circunstancia subjetiva que genere una conducta
imprudente o negligente hacia la persona o entidad que recibe la acción y
finalmente la relación causal entre la acción y el daño producido.
Que existan una serie de circunstancias que permitan hacer responsable
de la responsabilidad civil extracontractual.
Comportamiento de omisión o acción.
Tiene que existir una relación causal entre la acción u omisión y el daño.
La acción u omisión debe acarrear un daño.
Situaciones en las que se exime la responsabilidad civil extracontractual
Existen diferentes situaciones en las que se exime de la responsabilidad
extracontractual. Estas situaciones se producen cuando las circunstancias
determinan la falta de responsabilidad, liberando a la persona de indemnizar
por el daño ocasionado.
Legítima defensa.
Fuerza mayor o caso fortuito.
Consentimiento del perjudicado.
Estado de necesidad.
Culpa exclusiva del perjudicado o víctima.
Formas de resarcimiento o reparación del daño ocasionado en la
responsabilidad extracontractual
Se deben de analizar las formas para que dicho resarcimiento o reparación sea
efectiva y pueda compensar al sujeto perjudicado.
Las formas más recocinas y utilizadas son por una parte la reparación en forma
específica o in natura y la reparación por equivalente pecuniario. Ambas formas
de reparación presentan características similares, ya que actúan sobre las
consecuencias perjudiciales de un hecho dañoso, por lo que constituyen una
reacción frente a un daño ya producido.
Reparación en forma específica o in natura consiste en proceder a
reparar o sustituir la cosa o el objeto dañado. La finalidad es reponer el
objeto a su estado original antes de producirse el daño.
Reparación por equivalente pecuniario consiste en la entrega al
perjudicado de una cantidad de dinero. Para perjuicios patrimoniales esa
cantidad debe de ser equivalente al valor económico del daño sufrido.
Para perjuicios extrapatrimoniales la cantidad económica debe de ser
suficiente para que compense el daño sufrido por el perjudicado.
¿Qué cambios introduce la nueva regulación de la ley 1882 de 2018?
La Ley 1474 de 2011 o Estatuto Anticorrupción (i) amplió el alcance de la
interventoría, que pasó de una labor únicamente técnica, a una administrativa,
financiera, contable y/o jurídica; (ii) amplió la responsabilidad civil y penal
agregando una fiscal y disciplinaria; (iii) hizo al interventor responsable de
poner en conocimiento de la entidad contratante los posibles actos de
corrupción en la ejecución del contrato, y de alertar “oportunamente” sobre
posibles incumplimientos; y (iv) estableció que la falta de información oportuna
lo hace solidariamente responsable con el contratista por los perjuicios
causados, y lo inhabilita por cinco (5) años.
La Ley 1508 de 2012 (Ley de APPs) estableció que el interventor debía ser una
persona independiente de la entidad contratante y del contratista.
Finalmente, la Ley 1882 de 2018 incluyó, dentro de la responsabilidad del
interventor, la etapa de liquidación de los contratos, que anteriormente no
estaba contemplada dentro de sus funciones.
La responsabilidad actual del interventor en el Estatuto Anticorrupción, y sus
modificaciones, supera la labor técnica que tenía inicialmente; asigna a una
figura, que por esencia era eminentemente técnica, la responsabilidad
administrativa, financiera, contable y/o jurídica del contrato, así como la
obligación de reportar actos de corrupción a la entidad contratante, de los
cuales el interventor no debería tener conocimiento.
Esta nueva regulación enfrenta al interventor con el contratista, ya que, en
lugar de propender por el cumplimiento de los aspectos técnicos del objeto
contractual, el interventor se vuelve una figura fiscalizadora del contrato estatal.