Trabajo
Prá ctico N°3
Estado de derecho y Estado
de facto
Carrera: Lic. En Tratamiento y Seguridad penitenciaria.
Materia: Introducción al derecho.
Profesor: Abelardo, Meza Aguerre.
Alumno: Machado Cristian Ariel.
Comisión: “B”
Estado de Derecho
La expresión "Estado de derecho" es empleada fundamentalmente en dos
sentidos básicos:
1) Sentido lógico-formal: en esta acepción, el Estado de derecho es el
Estado funcionalizado a través del derecho (o régimen jurídico). Ésta es la opinión
de Kelsen, por ejemplo, pero, en este sentido, la misma expresión Estado de
derecho es una tautología, puesto que todo Estado resulta ser un Estado de
derecho, desde el clan primitivo hasta las actuales formas de Estado. Y ello
porque como se ha explicado, allí donde hay sociedad hay derecho.
2) Sentido histórico-político o político-valorativo: en esta segunda acepción
—la empleada por antonomasia— puede afirmarse a modo de punto de partida,
que Estado de derecho es aquel Estado en el que tienen vigencia los derechos
fundamentales del hombre. Como es evidente, esto significa que toda persona
tiene un vasto ámbito de libertad, que no puede ser válidamente hollado por el
gobierno (ni por los demás habitantes). Digo toda persona, porque si bien en los
Estados de derecho impera la voluntad de la mayoría, no se debe olvidar que esa
voluntad mayoritaria está limitada en el Estado constitucional. Por tal motivo, los
representantes de la mayoría gobernante no deben desconocer los derechos de la
minoría; en efecto, si así ocurriese, se habrían violado los derechos
fundamentales, válidos para todos los habitantes, dejando entonces dicho Estado
de ser realmente constitucional
El concepto que se ha expuesto del Estado de derecho, podrá parecer
simplista e incompleto, porque el Estado constitucional, como he aclarado, no es
otra cosa que un Estado en el que impera el derecho constitucional y, siendo así,
sería menester agregar los otros rasgos que caracterizan a éste. No obstante ello,
en tren de dar un concepto sencillo, creo estar en lo cierto, puesto que me referí al
rasgo arquetípico del Estado Constitucional, que es la vigencia de los derechos
fundamentales del hombre. Ahora bien, para dar un concepto más preciso, se
debe tener en cuenta que por más elevada que sea la cultura política y la
educación de un pueblo, se producirán violaciones a tales derechos, razón por la
cual, no puede confiarse sólo en la virtud de los gobernantes y en su sentido del
deber para respetarlos; de ahí que sea necesaria una determinada estructura
institucional que lo asegure, como lo prueban los Estados constitucionales.
Si quisiera sintetizar ahora todo lo explicado en una fórmula más precisa, podría
decir que un Estado integral o auténticamente constitucional, es aquel en el que se
reconocen los derechos fundamentales del hombre a todos los habitantes,
siempre y cuando esté asegurada su efectiva vigencia por una estructura
institucional protectora, caracterizada por varios rasgos básicos, entre los cuales
se destacan la existencia de una constitución (o normas constitucionales sueltas),
la diferenciación entre el poder constituyente y los poderes constituidos, la
separación de los poderes del gobierno, y otras instituciones complementarias
(hábeas corpus, etc.).
Dentro de la estructura institucional del Estado de derecho, caben dos
realidades político-económico-sociales, distintas en muchos aspectos, como son la
democracia política y la democracia social (v. párr. 103). Por tal motivo cabe
distinguir:
1) Estado constitucional liberal-burgués (o individualista, o burgués,
etc.): como es evidente, se trata del Estado de derecho que institucionaliza una
democracia política. Este tipo de democracia es el que triunfó con la Revolución
Francesa y que, con proyecciones mundiales, imperó durante el siglo XIX y
comienzos del siglo XX. La democracia liberal-burguesa, que nació en Inglaterra y
se perfeccionó institucionalmente en Estados Unidos, está hoy en revisión,
tratándose de encontrar nuevas soluciones, sobre todo frente a los acelerados
avances tecnológicos, la mundialización (o globalización) de la economía, etc.
2) Estado constitucional democrático-social; como es evidente, en este caso, por
los cauces del constitucionalismo, se ha dado paso a la democracia social o
integral. El Estado de derecho democrático-social, es el trasunto jurídico de una
concepción más "social" del Estado, que reemplazad insostenible absolutismo del
individuo, por un más justo equilibrio entre lo individual y lo social, a tono con las
nuevas condiciones económico-sociales imperantes en el mundo y sin olvidar las
enseñanzas surgidas de la aplicación del liberalismo individualista.
En efecto, visto que la democracia política ha dejado subsistentes profundas e
injustas desigualdades económicas que la falsean y desvirtúan, se ha ido abriendo
camino, con tendencia general a reemplazarla históricamente, la democracia
social, estructurada en el marco del Estado constitucional. De esta manera, se
pretende asegurar además del goce de los derechos fundamentales del hombre,
la vigencia de los derechos económicos, sociales y culturales.
Estado de Facto
La referida expresión califica a aquellos gobiernos que se constituyen o que,
ejercen sin autorización legal el poder político, lo cual implica una ruptura del orden
constitucional; alude a aquellas expresiones gubernativas que no acomodan su
funcionamiento o su accionar a los mandatos y preceptos constitucionales, sino a la
mera voluntad o a las orientaciones ideológicas o doctrinarias de quienes ejercen el
poder político. Como bien afirma Humberto Quiroga Lavie el gobierno de facto «es
aquel que no acomoda su funcionamiento a un techo constitucional, sino a la
voluntad discrecional de quien consigue monopolizar la fuerza en el listado». Este
tipo de gobierno surge como consecuencia de un acto de «apropiación» político
jurídica apoderamiento para sí y por mera voluntad de los encaramados en el poder-
que conlleva el ejercicio extrajurídico de los órganos políticos del listado (Ejecutivo y
Legislativo), ejercicio que incluso puede extenderse por distintos mecanismos al
ámbito de la administración de justicia. Como refiere Salvador DAÑA MONTANO 1,
«los gobiernos de facto son aquellos que se constituyen por sí mismos,
prescindiendo del mecanismo legal, o que se mantienen y hacen valer a sí mismos,
proporcionalmente a su fuerza independientemente del Derecho o en contra de él».
Los gobiernos de facto se establecen como consecuencia de hechos que contradicen
las normas constitucionales y legales que proveen el modo de constituir un gobierno
o el ejercicio mismo del poder político (su potestad de rilando se encuentra viciada
por el «síndrome de la irregularidad jurídica»); por ende, conllevan la ruptura total o
parcial del ordenamiento constitucional vigente, mediante una acción súbita y
violenta. La existencia de este tipo de gobiernos genera la interrupción del Estado de
Derecho y la flagrante oposición a sus postulados y principios. El gobierno de facto
expresa un ejercicio arbitrario del poder -es decir, al margen y sin sujeción a las
normas constitucionales que regulan la forma de asunción al gobierno y las
competencias funcionales señaladas a los operadores de los órganos políticos del
Estado- y con concentración del mismo esto es, la potestad de mando no está sujeta
a control ni contrapeso intra o interorgánico-. Humberto QUIROGA LAVIÉ 5 señala
que surgen de una ruptura con el principio de validez jurídica -pues no se ajustan a
las formas y procedimientos constitucionales-y decretan per se un establecimiento
autocrático basado únicamente en la eficacia que alcanza el mando del gobernante
Autoproclamado. La experiencia histórica acredita que dicho tipo de gobierno
concentra sus poderes en una persona o grupo de personas, que con una autoridad
auto impuesta y mantenida, por lo general, mediante la fuerza busca transformarse
en el tiempo en un gobierno regular. Mario A.R. MIDÓN6 advierte que «Jo que
califica a un gobierno de facto es su investidura. No interesa por lo tanto que pueda
reunir un .eventual consenso o repudio de la ciudadanía; que se le juzgue como
progresista o retardatario; que tras su asunción acate ininterrumpidamente todas las
leyes de la nación o haga caso omiso de ello [...]». En suma, un gobierno es de facto
cuando su título originario está .viciado por la ilegalidad; habida cuenta de haberse
adquirido o mantenido con prescindencia del cumplimiento de las reglas establecidas
en el texto supra del Estado.
LAS CARACTERÍSTICAS BÁSICAS DE LOS GOBIERNOS DE FACTO
Los gobiernos de facto presentan las siete particularidades siguientes:
a) Expresión de un hecho súbito, violento y transitorio nacido de una voluntad
política que monopoliza la fuerza y la coerción estatal.
b) Ruptura total o parcial del marco institucional y consiguiente quiebra de la
continuidad y eficacia del orden constitucional. En ese sentido, se acredita la
violación del texto fundamental del Estado y, por consiguiente, Se afecta la
Constitución, el funcionamiento normal de las actividades estaduales y los derechos
y garantías ciudadanas.
c) Absorción de los poderes políticos, tanto los de carácter constituyente como
los de carácter constituido.
d) Ejercicio discrecional y sin parámetros institucionales del poder político.
e) Manifestaciones normativas sustentadas en la necesidad apremiante de su
acatamiento o en la eficacia de las decisiones obtenidas ante los ciudadanos.
f) Capacidad jurídica sui géneris para comprometer ni Estado en sus relaciones
dentro y fuera del territorio estatal. Así, actúa como administración pública en el
plano de las relaciones entre gobernantes y gobernados, y como sujeto de derecho
internacional público.
g) Búsqueda de legitimación política para el aseguramiento de su continuidad
política espacial y temporal.
Información de Estado de derecho hallada en bibliografía de “Introducción al Derecho”. Autor:
Abelardo Torré. 14° Ed. Buenos Aires: Abeledo Perrot, (2003). Cap. 21 Párrafos: 104, 110 y 112.