Curso a distancia:
“Diagnóstico Psicopedagógico.
Articulaciones teóricas y clínicas”
Docentes
Cecilia Kornblit
Hilda Fernández
María Emilia Chuit
Signar es un equipo de trabajo constituido por psicopedagogas con amplia formación y
experiencia en la psicopedagogía clínica, que desarrolla proyectos de capacitación,
asesoramiento y supervisión en ámbitos institucionales. Por otra parte, es el equipo
responsable del portal Por Psicopedagogía.
La actitud clínica supone una postura -una mirada y una escucha- que permita
comprender en la subjetividad de cada uno, el interjuego de los procesos cognitivos y
afectivos. Esta actitud se despliega tanto en el trabajo institucional como en el
espacio terapéutico.
Consideramos el abordaje del aprendizaje y sus fracturas implicándonos nosotras
mismas como figuras aprendientes y enseñantes a la vez.
Signar organiza periódicamente actividades de formación acerca de la clínica
psicopedagógica, invitando a profesionales con distinta trayectoria; con la intención
de promover un espacio que permita seguir debatiendo y reflexionando sobre nuestra
profesión.
Proponemos espacios de formación tales como:
Estudiantes y jóvenes profesionales (Aranceles institucionales)
-Grupos de Estudio: Diagnóstico y tratamiento psicopedagógico. La psicopedagogía en
las instituciones educativas. Orientación Vocacional.
-Supervisiones grupales e individuales.
-Ateneos – Mesas Redondas - Conferencias
-Cursos Breves (a distancia y presenciales).
A las instituciones educativas:
Talleres para padres
Talleres para docentes
Propuesta de Orientación Vocacional Ocupacional
Si desea contactarse con nosotros puede hacerlo a la siguiente dirección de e-mail:
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Lic. María Emilia Chuit, Lic. Cecilia Kornblit, Lic. Paola Vitale
Curso a Distancia: “Diagnóstico Psicopedagógico. Articulaciones teóricas y clínicas”.
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Curso a distancia:
"Diagnóstico Psicopedagógico. Articulaciones
teóricas y clínicas”
SOBRE LA ESPECIFICIDAD
La clase pasada trabajamos algunas cuestiones que, a nuestro entender, son básicas a la hora
de pensar en un sujeto1 que, en un momento dado, consulta a un profesional por algún tipo de
padecimiento.
Ahora bien: ¿qué particulariza al diagnóstico psicopedagógico?; ¿qué lo distingue de otras
intervenciones diagnósticas?
Pensar en esta distinción nos lleva directamente a nuestro objeto de estudio: la problemática
en el aprendizaje.
Hace algunos años sosteníamos que pensar el aprendizaje en términos de construcción superaba
viejas conceptualizaciones que se apoyaban en una idea de sujeto pasivo a la hora de incorporar las
novedades que la sociedad ofrecía. El sujeto, lejos de ser un receptor de lo dado, era un activo
constructor de aquellos objetos que se le ofrecían.
" Cita bibliográfica
1
Tengamos presente que, al hablar de “un sujeto” nos referimos a ese sujeto que tratamos de precisar en la clase 1,
bastante alejado de la unicidad, de ser una sustancia pura e independiente.
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“El aprendizaje en sentido amplio queda definido como un proceso a partir del cual el sujeto
construye novedades en interrelación dialéctica con los objetos sociales disponibles” (S.
Schlemenson: “La clínica en el tratamiento psicopedagógico”)
Sin embargo ese avance hoy nos parece insuficiente. Elegir a un “sujeto activo” o a un “sujeto
pasivo” es quedarse en una lógica opositiva.
Hoy preferimos pensar el aprendizaje como un proceso de transformaciones: algo se transforma
durante y después de ese proceso. Transformación que no podría pensarse como “propia” del sujeto,
pero tampoco como ajena; transformación que ocurre en un “entre”, en lo intersubjetivo, y que
involucra –al menos- a quien aprende y a quien enseña (si pudiéramos hacer una clara distinción entre
estos dos posicionamientos...). No hay aprendizaje, entonces, que no esté transmitido, sostenido,
mediatizado por otro.
De algún modo, parafraseando a Winnicott, podríamos decir que lo que el niño aprende (crea)
depende en gran medida de lo que le es presentado en el momento del aprendizaje (creación).
Destacado
En el encuentro con el otro el sujeto se constituye aprendiente, construye un
modo particular de acercarse a los objetos que se le ofertan, elabora una
caligrafía única que dejará sus huellas en sus producciones. En los niños y
adolescentes que atendemos2, esa construcción, esa elaboración puede estar
fallida, implicando un monto de sufrimiento excesivo que obstaculiza el acceso
a lo sistemático que el aprendizaje escolar requiere.
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Sabemos que como especialistas en el aprendizaje podemos insertarnos en ámbitos diversos y trabajar con sujetos de cualquier
edad y condición subjetiva; sin embargo, no podemos pasar por alto que la mayoría de los sujetos que acuden a la consulta
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NO ESTAMOS SOLOS...
Nos proponíamos, al comienzo de esta clase, distinguir el diagnóstico psicopedagógico de otras
intervenciones clínicas. Pensar en lo que nos distingue -en tanto diferencia no opositiva- de otras
disciplinas remite a posicionarnos en relación a otros profesionales que también intervienen en relación
a esos sujetos que llamamos pacientes.
Con frecuencia nos encontramos en situaciones clínicas que requieren la interconsulta con
profesionales de otras áreas disciplinares. Entrecruzamientos discursivos que años atrás se daban en
relación a la escuela y los docentes del niño, hoy suman a neurólogos, psicólogos, fonoaudiólogos,
psiquiatras, jueces, asistentes sociales, etc. como nuestros interlocutores a la hora de pensar en casos
de cada vez mayor complejidad.
Importante
Para que esta interlocución sea válida, para que podamos pensar cada
disciplina en su potencialidad productiva sin caer en posiciones dogmáticas
que en definitiva rigidizan nuestra escucha, es necesario el cruce de al menos
dos construcciones:
una construcción teórica y conceptualización del aprendizaje como
objeto complejo
clínica psicopedagógica son niños y adolescentes, sujetos en pleno proceso de subjetivación e insertos –en su mayoría- en algún
tipo de institución escolar.
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una construcción de hipótesis acerca del singular modo de aprender del
sujeto por el que se nos consulta.
Pero a qué nos referimos cuando decimos “construcción de hipótesis”? o, en otras palabras...
¿qué significa diagnosticar en la clínica psicopedagógica?
¿QUÉ NOS PROPONEMOS?
Diagnosticar –cuando de clínica psicopedagógica se trata- tendrá que ver con posicionarse como
un “buen lector” de ese texto que el paciente ofrece; con escribir en esa lectura un texto nuevo
(recordemos lo que nos dice Piera Aulagnier de la tercera versión de la historia de Philippe) conformado
en la “mala letra”, en los borrones y tachaduras, en lo escrito en el margen de las producciones que
leemos.
Si de escribir se trata, como en toda escritura, no partimos del vacío, de la nada. Es el paciente
quien, en ese encuentro particular que llamamos clínica, ofrece un vasto material de lectura. ¿Qué
hacemos con ese material?, o, en la línea que veníamos pensando, ¿qué caracteriza nuestro modo de
escribir? Veamos...
La escucha de la singularidad
Puede parecer que los padecimientos se asemejen, podemos calificar y clasificar patologías,
pero no podremos ahorrarnos el trabajo de escritura que implica conocer y diagnosticar un modo de
aprender. Partir de esta premisa es imprescindible para abrir nuestra escucha a la singularidad del
aprendizaje de un niño. Sólo desde esa posición de ignorancia podremos preguntarnos –y preguntarle-
sobre su sufrimiento. Esto nos lleva al próximo punto:
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La pregunta por el padecimiento
Decíamos antes que el problema en el aprendizaje implica para el sujeto un monto excesivo de
sufrimiento, un padecer exacerbado3. Esto supone considerar que hay un monto de sufrimiento
tolerable que es inherente a todo aprendizaje -casi diríamos constitutivo de todo aprendizaje- que se
relaciona con el esfuerzo, el trabajo psíquico que requiere la transformación de la que hablábamos más
arriba.
La pregunta sería, entonces, hasta qué punto ese sufrimiento, ese dolor, obtura o entorpece el
despliegue de las posibilidades de aprender de un sujeto. Asistir 4 a ese sufrimiento sin obturarlo es
condición para poder elaborar alguna hipótesis sobre él.
La caracterización de la modalidad de aprendizaje
Entendiendo por modalidad de aprendizaje a la conformación singular que adquiere el
despliegue de los procesos de simbolización en cada sujeto, construída desde el nacimiento en la
interacción con las figuras enseñantes primarias y, de algún modo, puesta a prueba en el ingreso a
instituciones secundarias como la escuela. La plasticidad de esta modalidad permite al sujeto la
construcción creativa de los objetos de conocimiento, redundando en complejización del psiquismo y
producciones ricas e interesantes. Por lo general los niños por los que nos consultan presentan modos
de producción rígidos y estereotipados.
3
Gerardo Prol conceptualiza este exceso como un “gasto inútil”, partiendo de los desarrollos de J. Derrida en su libro Mal de
archivo (Prol, G., 2006, “Tratamiento de los problemas en el aprendizaje”, cap. El problema de aprendizaje en la escena clínica.
Ed. Noveduc)
4
Valen aquí las dos acepciones del término asistir, tanto la que remite a ayudar, socorrer, como aquella que refiere a concurrir,
estar presente.
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Los juegos, los dibujos, los relatos, las escrituras y cualquier despliegue que el niño realice en
las entrevistas nos permitirán construir hipótesis acerca de su modo de aprender y preguntarnos por la
adecuación de su producción cognitiva a lo que la escuela le requiere 5.
La relación entre la modalidad de aprendizaje y la historia libidinal
Si la modalidad de aprendizaje se construye en lo intersubjetivo, estudiar los posicionamientos,
identificaciones y acontecimientos significativos que pudieron dar lugar a esta construcción (tanto en el
niño como en su familia) resulta fundamental a la hora de diagnosticar la problemática en la
simbolización.
Para esto, las entrevistas iniciales son un momento privilegiado (aunque no el único, desde
luego) de elaboración de hipótesis:
¿cómo se posicionan los padres en relación a su hijo y a los problemas que presenta en
el aprendizaje?
¿en qué momento y en relación a qué sucesos ubican el inicio de las dificultades?
¿de qué modo circula el conocimiento en el espacio familiar?; ¿cuál es la modalidad de
transmisión que predomina?
¿qué significación otorga el niño al aprendizaje y a la problemática por la que consulta?
La búsqueda, a partir de las producciones del paciente, de las huellas del proceso
subjetivante
5
Hemos discutido esta cuestión con María Emilia Chuit en varias oportunidades, le agradezco que me ayude a pensar el papel de
la escuela en el diagnóstico. Fruto de esas charlas es esta afirmación de que alguna evaluación de estos aspectos es necesaria,
con la salvedad, aunque pueda parecer obvio, de que no necesariamente mayor adecuación a lo requerido se corresponde con un
aprendizaje más “saludable”.
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Las producciones (discursivas, escritas, lúdicas) -entendiendo por producción tanto al producto
como al proceso que le da origen- nos permitirán pesquisar “en qué trabajo anda” (Rodulfo) el niño.
La idea de trabajo nos permite alejarnos de concepciones causalistas y deterministas; nos
permite corrernos de la clásica pregunta “¿por qué no aprende?” para acercarnos más a la pregunta
sobre cómo aprende. Trabajo –psíquico; de simbolización- que lleva implícito el esfuerzo, la acción, el
gasto energético; pero que también presupone la transformación, el cambio de posición subjetiva.
Para pensar...
Preguntarse, entonces, “en qué trabajo anda” un niño –en el marco de un
diagnóstico psicopedagógico- tendrá que ver con investigar cuál es su
posicionamiento frente a los objetos a conocer; cómo recorre, con qué obstáculos,
frenos, desvíos, el trayecto que define una pregunta.
Si todo esto sale bien, es decir, si logramos elaborar unas hipótesis que permitan comprender y
establecer relaciones entre la historia libidinal del sujeto, sus vínculos primarios y secundarios y su
modo singular y sufriente de aprender, estaremos en condiciones de orientar a padres, escuela y otros
profesionales acerca del aprendizaje del niño e indicar -de ser necesario- alguna instancia asistencial.
Cecilia Kornblit
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BIBLIOGRAFÍA
G. Prol: “Tratamiento de los problemas en el aprendizaje”, cap. El problema de aprendizaje
en la escena clínica.
A. Stolkiner: De interdisciplinas e indisciplinas, en “El niño y la escuela”, de N. Elichiry (comp)
S. Schlemenson: “La clínica en el tratamiento psicopedagógico”
D. Winnicott: “La naturaleza humana”, cap. Establecimiento de la relación con la realidad
externa
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