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Lectopolis H Prueba 3

El narrador recibe un mensaje de que está cerca de la muerte por parte de una 'mano helada' y un 'soplo de invierno'. Al comenzar a escribir tenía 44 años. El fragmento enfatiza en la perturbación que siente al darse cuenta de lo rápido que pasa el tiempo y lo frágil que es la vida.
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Lectopolis H Prueba 3

El narrador recibe un mensaje de que está cerca de la muerte por parte de una 'mano helada' y un 'soplo de invierno'. Al comenzar a escribir tenía 44 años. El fragmento enfatiza en la perturbación que siente al darse cuenta de lo rápido que pasa el tiempo y lo frágil que es la vida.
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Prueba 3 Comprensión lectora

H
Nombre: Curso:

Lee la siguiente memoria y responde las preguntas 1 a 4.

Memorias de un tolstoiano
Fernando Santiván

Hace tres años tuve una enfermedad que me hizo sentir una mano helada sobre el cuello y escuché
una voz, como soplo de invierno, que me decía: “Es la hora, Fernando, es la hora”.
La “mano helada” y el “soplo de invierno” son figuras retóricas: me he propuesto en estas páginas
huir, en lo posible, de la literatura, la peor enemiga de la humilde verdad, de esa verdad que pasa
por nuestra vida como huésped vergonzante, oculto en pliegues de telones teatrales. Quisiera hacer
invisible el lenguaje y que el dolor se viese como en un acuario, la vida verdadera en transparencia
de aguas y cristales. ¡Orgullosa pretensión!
Tengo cuarenta y cuatro años1. ¿Es posible? ¡Si me parece fue solo ayer cuando reventaba de soberbia
por los poros de mis exuberantes primaveras! ¡Con qué desprecio pisaba sobre las florecillas del campo,
con qué desdén ponía en el ojal de la solapa rosas tempraneras u orquídeas de invernadero!
La “mano helada” me hizo sentir que ese rodar ruidoso de mis años idos había terminado de
pronto. Las horas alegres no volverían a sonar sus campanitas de plata, las horas melancólicas y
graves no dejarían oír su voz de bronce. ¡Nunca más, nunca más!... En mi paseo despreocupado
por el mundo, hallaba, de pronto, como término de recuerdos vividos y de esperanzas proyectadas
sobre la noche del futuro, un foso de infinita profundidad en cuyas sombras se mezclaban el vacío,
el misterio, la nada, el término de pasado y porvenir.
Una sala de clínica, calor de estufa, muebles blancos, niqueladas herramientas, delantales níveos de
médicos y enfermeras, máscaras de narcótico que llena el cerebro de fríos olores de fruta y la dulce
sensación angustiosa de que se cae en un planear de ascensores hacia una región lechosa a
donde llegan las voces del mundo, lejanas y sonoras. ¡Vida, adiós!
¡La muerte física no es trágica, no!... La “mano helada” sobre el cuello es simplemente figura de
retórica. La muerte es olvido del pasado y del presente, suave transición de la conciencia a la
inconsciencia, en cuyo arcano mueren odios y amores, recuerdos y esperanzas. Es terrible para los
que viven, inocua para los que mueren.
Durante mis días de clínica, ya convaleciente, tuve un sobresalto. Solo entonces prendió en mi
cerebro la noción exacta de que mi vida pudo haber terminado. A los cuarenta y un años, Fernando
Santiván, periodista, habría puesto término a la siembra estéril de cuerpo y espíritu en gran número
de tareas contradictorias, cuya dudosa utilidad nadie echaría de menos cuando una pequeña lápida
cubriese el agujero de la extensa muralla de nichos a perpetuidad.

1
¿Qué cosa quedaría detrás de mí? Un puñadito de libros míseros, larga sucesión de “promesas”,
serviría apenas para que veinte años más tarde algún crítico erudito se diera el placer de
desenterrar, a modo de curiosidad, el esqueleto literario de un prójimo que vivió entre el año 1886 y
el de 1927 y que, según su perspicacia, habría tenido la manía de verterse en forma de garabatos
de tinta sobre carillas de papel.
Y toda esa vida acumulada en cuarenta y un años, todo ese prodigio de amar, esos
encantamientos de pensar, dormir y despertar, ese milagro de vivir, ¿no significarían nada para los
hombres de mañana?
Se apoderó entonces de mí un afán de burlar la muerte. Era preciso, era preciso que no muriesen
esos días vividos tan despreocupadamente, con tal criminal inconsciencia, con superficialidad de
pájaro migrador. Y, con apresuramiento, me puse a la tarea de salvar del pasado los hechos de mi
vida, triviales o profundos, como en un incendio se arrojan por la ventana catres, colchones y
estatuillas de mármol delicado.
Memorias de un tolstoiano (fragmento).

1 ¿Qué mensaje recibe el emisor de parte de “la mano helada” y el “soplo de invierno?
A. Que está cerca de la muerte.
B. Que está preparado para la muerte.
C. Que se recuperaría de la enfermedad.
D. Que alguien cercano va a morir.

2 ¿Qué edad tenía el narrador cuando comenzó a escribir el texto?


A. Cuarenta años.
B. Cuarenta y uno años.
C. Cuarenta y tres años.
D. Cuarenta y cuatro años.

3 ¿Cuál es la idea central del fragmento?


A. El valor por la vida se intensifica en la enfermedad.
B. La influencia que podría alcanzar después de su muerte.
C. El miedo de dejar una vida terrenal sin realizar los objetivos propuestos.
D. El trabajo realizado pasa al olvido de los que quedan en vida.

2
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Prueba 3
4 ¿Qué función cumple el siguiente fragmento?

Tengo cuarenta y cuatro años. ¿Es posible? ¡Si me parece fue solo ayer cuando
reventaba de soberbia por los poros de mis exuberantes primaveras! ¡Con qué
desprecio pisaba sobre las florecillas del campo, con que desdén ponía el ojal
de la solapa rosas tempraneras u orquídeas de invernadero!

A. Analizar su vida superficial.


B. Resumir lo que ha dicho anteriormente.
C. Demostrar la confusión que tiene en ese momento.
D. Enfatizar en la perturbación que siente en ese momento.

3
Lee el siguiente cuento de misterio y responde las preguntas 5 a 7.

No confundirse
Villiers de L’Isle Adam

En una mañana gris de noviembre, caminaba yo apresuradamente por los muelles. Una fría
llovizna humedecía la atmósfera. Negros transeúntes se entrecruzaban, protegidos con
deformes paraguas.
El amarillento Sena acarreaba sus gabarras que semejaban desmesurados abejorros. En los
puentes, el viento hacía volar bruscamente los sombreros, que sus dueños disputaban al espacio
con actitudes y contorsiones cuya contemplación resulta siempre tan penosa para un artista.
Mis ideas eran pálidas y brumosas; la preocupación por una reunión de negocios, aceptada la
víspera, acosaba mi imaginación. La hora de la cita me apremiaba: decidí protegerme al abrigo de
un tejadillo desde donde podría, con mayor comodidad, llamar a algún coche.
En el mismo instante vi, justamente a mi lado, la entrada de un macizo edificio, de aspecto burgués.
Había surgido de entre la bruma como una pétrea aparición, y, a pesar de la rigidez de su
arquitectura, a pesar del vaho sombrío y fantástico que lo envolvía, tuve que reconocer,
inmediatamente, que tenía un cierto aire de cordial hospitalidad que apaciguó mi espíritu.
—¡Seguro —me dije—, que los habitantes de esta mansión son gente sedentaria! Este sitio
invita a detenerse: ¿está abierta la puerta?
Así pues, entré con una sonrisa, la más educada posible, con aspecto satisfecho, el
sombrero en la mano -incluso meditaba un madrigal para la dueña de la casa-, y me encontré,
al mismo nivel, ante una especie de sala con una techumbre de cristal, por la que entraba la
lívida luz del día.
En los percheros había ropas, vestidos, bufandas y sombreros.
Había mesas de mármol repartidas por todas partes.
Varios individuos, con las piernas estiradas, la cabeza levantada, los ojos fijos, y un aire real,
parecían meditar.
Eran miradas sin ideas, rostros color del tiempo.
Había carteras abiertas, papeles extendidos junto a cada uno de ellos.
Y entonces, me di cuenta de que la dueña del local, con cuya amable cortesía yo había contado,
era la Muerte.
Observé a mis huéspedes.
Seguramente para escapar a las preocupaciones de la agobiante existencia, la mayor parte de
los que ocupaban la sala habían asesinado sus cuerpos, esperando, de esta manera, alcanzar un
poco más de bienestar.
Mientras escuchaba el ruido de los grifos de cobre adosados a la pared y destinados al riego
cotidiano de esos restos mortales, oí el rodar de un coche. Se detenía ante el establecimiento. Yo
supuse que los hombres de negocios me esperarían. Me di la vuelta para aprovechar esa suerte.
En efecto, el carruaje acababa de dejar, ante la sede del edificio, a unos alegres colegiales que
necesitaban contemplar la muerte para creer en ella.

4
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Prueba 3

Hice una seña al coche vacío y dije al cochero:


—¡Al Pasaje de la Ópera!
Unos momentos después, en los bulevares, el tiempo me pareció más nublado todavía, sin
horizonte. Los arbustos, esqueléticas vegetaciones, daban la impresión de señalar vagamente, con
las puntas de sus negras ramas, a los peatones y a los todavía somnolientos agentes de policía.
El coche rodaba deprisa.
Los transeúntes, a través del cristal, me parecían como agua que corre.
Una vez llegado a mi destino, salté a la calzada y me lancé por la calle repleta de gente
preocupada.
Al fondo percibí, justamente enfrente de mí, la puerta de un café -hoy en día consumido en un
famoso incendio (porque la vida es sueño)-, que estaba situado al final de una especie de hangar,
bajo una bóveda cuadrada, de sombrío aspecto. Las gotas de lluvia que caían sobre la cristalera
superior oscurecían aún más la pálida luz del sol.
—¡Ahí me esperan —pensé—, con una copa en la mano, los ojos brillantes y mofándose del
Destino, mis hombres de negocios!
Toqué, pues, el timbre de la puerta y me encontré, al mismo nivel, en una sala en la que desde
el techo se filtraba lívida la luz del día, a través de unos cristales.
Abrigos, bufandas y sombreros estaban colgados en las perchas.
Había mesas de mármol colocadas por todas partes. Varios individuos, con las piernas
estiradas, la cabeza levantada, los ojos fijos, y un aire real, parecían meditar.
Eran rostros color del tiempo, miradas sin ideas.
Había carteras abiertas y papeles desplegados junto a cada uno de ellos.
Observé a estos hombres.
Ciertamente, para escapar a las obsesiones de la insoportable conciencia, la mayoría de
quienes ocupaban la sala habían asesinado, desde hacía tiempo, sus «almas», esperando, así,
alcanzar un poco más de bienestar.
Mientras escuchaba el ruido de los grifos de cobre, adosados a la pared, y destinados al riego
cotidiano de esos restos mortales, el recuerdo del rodar del coche me vino a la mente.
—¡Seguramente —me dije—, es probable que el cochero se haya visto afectado, con el tiempo,
por algún tipo de entorpecimiento, para haberme traído, después de tantas vueltas, a nuestro
punto de partida! De todas formas, lo confieso (para que no haya confusión), ¡LA SEGUNDA
VISIÓN ES MÁS SINIESTRA QUE LA PRIMERA!
Cerré, pues, en silencio, la puerta acristalada y volví a mi casa, decidido, sin tener en cuenta lo
sucedido —y aunque me ocurriera lo que me ocurriese—, a no hacer negocios nunca más.

5
5 A partir del texto se puede inferir que:
A. Se pudo concretar su reunión de negocios.
B. El personaje principal del cuento estaba muerto.
C. Era una época de guerra que causó innumerables muertes.
D. El personaje principal tuvo la opción de decidir un mejor pasar.

6 ¿Por qué el personaje entró al edificio de aspecto burgués?


A. Porque necesitaba cuidarse de la llovizna.
B. Porque el cochero se equivocó en llevarlo a esa dirección.
C. Porque tenía un aspecto de hospitalidad y paz que le agradó.
D. Porque ahí se encontraban las personas para su reunión de negocios.

7 ¿Qué se puede deducir del fragmento?

Varios individuos, con las piernas estiradas, la cabeza levantada, los ojos fijos,
y un aire real, parecían meditar.
Eran rostros color del tiempo, miradas sin ideas.

A. Que las personas estaban perdidas.


B. Que las personas no habían querido estar ahí.
C. Que las personas habían logrado sentir bienestar.
D. Que las personas estaban en un momento de angustia.

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Lee el siguiente discurso público y responde las preguntas 8 a 10.

Sigan hambrientos, sigan alocados


Steve Jobs

Tengo el honor de estar con ustedes hoy, en su ceremonia de graduación de una de las mejores
universidades del mundo. Yo nunca me gradué. En realidad, esto es lo más cerca que jamás he
estado de una graduación universitaria. Hoy les quiero contar tres historias de mi vida. Nada
especial. Solo tres historias. […]
Fui afortunado, porque descubrí pronto lo que quería hacer con mi vida. Woz y yo creamos Apple
en el garaje de mis padres cuando tenía 20 años. Trabajamos mucho, y en diez años Apple creció
de ser solo nosotros dos a ser una compañía valorada en dos mil millones de dólares y 4.000
empleados. Hacía justo un año que habíamos lanzado nuestra mejor creación –el Macintosh–, y
hacía poco que había cumplido los 30.
Luego me despidieron. ¿Cómo te pueden despedir de la empresa que tú has creado? Bueno,
mientras Apple crecía, contratamos a alguien que yo creía muy capacitado para llevar la compañía
junto conmigo, y durante el primer año, más o menos, las cosas fueron bien. Pero luego nuestra
perspectiva del futuro comenzó a ser distinta y finalmente nos apartamos completamente. Cuando
eso pasó, nuestra junta directiva se puso de su parte. Así que a los 30 estaba fuera, y de forma muy
notoria. Lo que había sido el centro de toda mi vida adulta se había ido y fue devastador. Por unos
cuantos meses, realmente no supe qué hacer. Sentía que había decepcionado a la generación
previa de emprendedores, que había dejado caer el testimonio cuando me lo pasaron. Me encontré
con David Packard y Bob Noyce e intenté disculparme por haberlo echado todo a perder tan
estrepitosamente. Fue un absoluto fracaso público e incluso pensaba en alejarme del valle [Silicon
Valley, California]. No obstante, lentamente comencé a entender algo. Todavía amaba lo que hacía.
El revés ocurrido con Apple no había cambiado eso ni un milímetro. Había sido rechazado, pero
seguía enamorado. Y decidí empezar de nuevo.
En ese entonces no lo entendí, pero ser despedido de Apple fue lo mejor que podía haberme
pasado. La pesadez de tener éxito fue reemplazada por la iluminación de ser un principiante otra
vez. Me liberó y entré en una de las etapas más creativas de mi vida. Durante los siguientes cinco
años, fundé una compañía llamada NeXT, otra empresa llamada Pixar, y me enamoré de una
asombrosa mujer que se convirtió en mi esposa. Pixar continuó y creó la primera película en el
mundo animada por computador, Toy Story, y ahora es el estudio de animación de más éxito a nivel
mundial. En un notable giro de los hechos, Apple compró NeXT, regresé a Apple y la tecnología que
desarrollamos en NeXT constituye el corazón del actual renacimiento de Apple.

7
Con Laurene tenemos una maravillosa familia. Estoy muy seguro de que nada de esto habría
sucedido si no me hubiesen despedido de Apple. Fue una amarga medicina, pero creo que el
paciente la necesitaba. En ocasiones la vida te golpea con un ladrillo en la cabeza. No pierdan la fe.
Estoy convencido que lo único que me permitió seguir fue que yo amaba lo que hacía. Tienen que
encontrar lo que aman. Y eso es tan válido para el trabajo como para el amor. El trabajo llenará gran
parte de vuestras vidas y la única manera de sentirse realmente satisfecho es hacer aquello que
crean que es un gran trabajo. Y la única forma de hacer un gran trabajo es amar lo que se hace. Si
todavía no lo han encontrado, sigan buscando. No se detengan. Al igual que con los asuntos del
corazón, lo sabrán cuando lo encuentren. Y al igual que cualquier relación importante, mejora con el
paso de los años. Así que sigan buscando. Y no se detengan.
Discurso en la ceremonia de graduación de la Universidad de Stanford, 2005.

8 ¿Qué se puede inferir del discurso?


A. Que las facetas profesionales de Steve Jobs quedaron inconclusas.
B. Que Steve Jobs, mayormente, se destacó en el área computacional.
C. Que Steve Jobs atribuyó su éxito profesional a no haberse graduado de una universidad.
D. Que Steve Jobs se reinventó a pesar de los obstáculos que se presentaron a lo largo de su vida.

9 ¿Cuál es la intención de Steve Jobs en el discurso?


A. Narrar una reseña de su vida personal y profesional.
B. Explicar cómo llegar al éxito profesional rápidamente.
C. Mostrar distintas formas de ser feliz en la vida personal y profesional.
D. Llamar a considerar el entusiasmo como vía para progresar en la vida profesional.

10 ¿De qué manera Steve Jobs volvió a Apple?


A. Cuando Apple compró NeXT.
B. Cuando Pixar compró a Apple.
C. Cuando Steve Jobs compró Apple.
D. Cuando se reunió con David Packard y Bob Noyce.

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Prueba 3

Lee el siguiente reportaje y responde las preguntas 11 a 13.

La vida después de Hiroshima


Algunos de los supervivientes de la bomba explican cómo reconstruyeron sus vidas.
El 6 de agosto de 1945 sus vidas cambiaron. Ese día, a las ocho en punto de la mañana, el Enola
Gay, un avión estadounidense, lanzó una bomba atómica sobre Hiroshima. 70.000 de los casi
350.000 habitantes de la ciudad japonesa murieron en el acto, otros 70.000 fallecieron después de los
efectos. Muchos de los supervivientes –a lo que en Japón se llama hibakusha– son aún incapaces de
contar sus experiencias o prefieren pasar desapercibidos, temerosos del estigma que durante largo
tiempo rodeó a las víctimas de la radiación. Otros se convirtieron en activistas, deseosos de dejar su
testimonio para que el horror no caiga en el olvido. Esas son algunas de sus historias.

Minoru Yoshikane, una vida entre guerras


Minoru Yoshikane tenía 18 años cuando fue testigo del bombardeo de Hiroshima. Como estudiante,
reclutado para mantener la producción, estaba en su factoría cuando estalló la bomba. Cuando fue
al centro de la ciudad para ver lo que había pasado, se encontró con un desierto poblado por un
“ejército de fantasmas”, heridos, deformados por las quemaduras. Una de ellas, una anciana, le
miró a los ojos: “estudiante, haz que paguen esto que nos han hecho”. “En ese momento sí, todo lo
que yo quería era venganza, pero no sabía cómo”.
Tras la guerra hizo realidad su sueño: convertirse en profesor de inglés. Gracias a su dominio del
idioma, acabó en Tokio como productor y periodista de una cadena de televisión. A lo largo de su
carrera como corresponsal en el extranjero cubrió la guerra de Vietnam, donde “sabía exactamente
cómo se sentían los habitantes de Hanói durante los bombardeos estadounidenses” o el conflicto
israelí-palestino.
Seguía teniendo presente la orden de la anciana. “Pero me tocó cubrir el conflicto israelí-palestino.
Después llegó el 11-S y pensé que la venganza solo engendra un círculo vicioso de venganza”.
A lo largo de los últimos 20 años ha dado testimonio del sufrimiento de Hiroshima. “El enemigo no
son las personas. Es la bomba atómica. Quiero que deje de existir. Esa es la mejor represalia”.

Keiko Ogura, el trauma postergado


Ogura tenía 8 años en el momento del ataque nuclear. Durante años no se habló de aquello en su
familia. Algunos estaban demasiado traumatizados. Otros temían las consecuencias de ser
identificados como supervivientes en un Japón avergonzado por su derrota y que veía con
suspicacia las consecuencias que pudiera tener la exposición a la radiación. Más de una boda entre
supervivientes y japoneses “normales” se canceló por ese motivo.
Pero a sus 42 años, al enviudar, “heredé el trabajo de mi marido, que había sido un enlace entre
Hiroshima y el resto del mundo. Y empecé a hablar”. Como directora de una agencia de traducción
y activista, viajó hace unos años a Washington para dar unas charlas.

9
Hiroshima y el resto del mundo. Y empecé a hablar”. Como directora de una agencia de traducción
y activista, viajó hace unos años a Washington para dar unas charlas.
Acompañando a otros ponentes, y creyendo que lo tenía todo superado, visitó el Museo de la
Aeronáutica del Smithsonian. “Ahí estaba el Enola Gay. Por un momento volví a ser una niña de 8
años, y me vino todo lo que pasó aquel día a la mente. Rompí a llorar como entonces”.

Hiromi Hasai: el investigador nuclear


Durante la guerra, Hiromi Hasai, que tenía 14 años el 6 de agosto de 1945, había sido un gran
admirador de lo militar. Con la rendición japonesa, sus creencias cayeron en crisis. “Pensé que ya
no me podía fiar de nadie, solo de lo que yo viera por mí mismo”. Estudió ingeniería, considerada
muy necesaria en el Japón de la posguerra, pero una tuberculosis le impidió que encontrara trabajo
y volvió a la universidad, esta vez al Departamento de Ciencias. “Un profesor me animó a que
estudiara Física Nuclear, porque entonces el país estaba en una década por detrás del resto del
mundo en esos conocimientos”.
Acabó siendo catedrático de la Universidad de Hiroshima. Tras jubilarse en 2005, ha dedicado sus
esfuerzos en divulgar su experiencia y al activismo contra la bomba atómica. “Como catedrático, he
investigado los efectos de la radiación. Cada vez que paseo por Hiroshima, recuerdo cuáles fueron
los daños. Sé la gente que murió en cada calle”.

Kosei Mito: el superviviente más joven y rebelde


Mito es un superviviente “de cuarto grado”. Es la clasificación oficial para aquellos que aún no
habían nacido y vivieron la catástrofe en el vientre de sus madres. La suya estaba embarazada de 4
meses el día que cayó la bomba. Mito atribuye una infancia enfermiza al efecto de la radiación. En
su casa no se hablaba de lo que había pasado aquel día. De adulto, quiso llenar ese hueco en su
conocimiento convirtiéndose en guía del Museo de la Paz de Hiroshima. Pero decidió que la versión
que ahí se contaba era insuficiente. Ahora acude diariamente a la Cúpula de la Bomba, la estructura
que aún queda en pie tras el ataque nuclear, con sus argumentos, para contarlos a quien quiera
escuchar, japoneses o extranjeros. “La ignorancia es el mayor de los males”, sostiene.
Fuente: El País.

11 ¿Cuál es el aporte de Keiko Ogura como sobreviviente de la bomba de Hiroshima?


A. Como física nuclear, investigando para estar al nivel de otros países en este tema.
B. Como periodista y corresponsal de acontecimientos mundiales catastróficos del mundo.
C. Como protagonista de la historia, contándola activamente en la Cúpula de la Bomba Atómica.
D. Como directora de una agencia de traducción y como activista, exponiendo charlas en el mundo.

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Prueba 3
12 ¿Cuál es el propósito del reportaje?
A. Narrar lo sucedido en la caída de la bomba atómica de Hiroshima.
B. Recordar lo ocurrido tras la caída de la bomba atómica en Hiroshima.
C. Informar cómo se ha reconstruido el lugar después de la caída de la bomba atómica.
D. Informar cómo los supervivientes reconstruyeron sus vidas.

13 ¿A qué se refiere la expresión “la ignorancia es el peor de los males”?


A. Que la maldad es parte de una persona ignorante.
B. Que la ignorancia y la maldad avanza rápidamente.
C. Que la inteligencia se demuestra con buenas acciones.
D. Que es peligroso estar desinformado para opinar y tomar decisiones.

11
Lee la siguiente obra dramática y responde las preguntas 14 a 19.

Sueño de una noche de verano


William Shakespeare

ACTO PRIMERO
ESCENA PRIMERA

Atenas. Palacio de Teseo.


El duque Teseo y su prometida, Hipólita, conversan felices acerca de su boda, que ocurrirá dentro
de cuatro días. El anciano Egeo se presenta con su hija Hermia y los jóvenes Demetrio y Lisandro
para plantear un problema al gobernante: Egeo había comprometido a su hija con Demetrio, pero
Hermia ama a Lisando, quien la corresponde. Aunque la joven defiende su libertad para elegir,
Teseo le ordena aceptar la voluntad de su padre. Luego, les pide a Demetrio y Egeo que lo
acompañen para seguir hablando del tema. Todos se retirar de escena, excepto Hermia y Lisandro.

LISANDRO.— ¿Qué te ocurre, mi amor? ¿Por qué están tan pálidas tus mejillas? ¿Cómo es
posible que desaparezca el color de esas rosas con tanta rapidez?
HERMIA.— Tal vez, por la escasez de lluvia que un diluvio de mis ojos podría aliviar.
LISANDRO.— No desesperes. De acuerdo con todo lo que he leído y he oído contar, nunca ha
sido sencillo para el amor verdadero seguir su curso sin obstáculos. A veces, el problema se
debe a diferencias sociales…
HERMIA.— ¡Qué sufrimiento! Ser cautivado por alguien inalcanzable...
LISANDRO.— Otras veces, el obstáculo es la diferencia de años…
HERMIA.— ¡Oh, desconsuelo! Ser demasiado viejo para comprometerse con alguien joven.
LISANDRO.— Y a veces ocurre que son los parientes quienes eligen…
HERMIA.— ¡Oh, infierno, que otros ojos elijan a quien uno debe amar!
LISANDRO.— Incluso estando en total acuerdo con la elección del ser amado, a veces puede
ocurrir que la muerte, la guerra o la enfermedad acechen al amor verdadero y lo tornen
efímero como un sonido; raudo como una sombra; breve como los sueños; fugaz como el
relámpago en la noche tenebrosa.
HERMIA.— Si los amantes verdaderos se han visto eternamente contrariados, ha de ser por
determinación del destino. Aprendamos a ser pacientes, entonces, porque es una
contrariedad habitual, tan inherente al acto de amar como los pensamientos, sueños y
suspiros, deseos y lágrimas.
LISANDRO.— Sensata reflexión. Por eso, escúchame, Hermia: tengo una tía viuda, rica y sin hijos.
Vive a siete leguas de Atenas, y me ama como si fuese su único hijo. Allí puedo casarme
contigo evitando que la severa ley de Atenas nos persiga. Si en verdad me amas, ven
conmigo. Mañana por la noche, en el bosque que se halla a una legua de la ciudad –donde
nos reunimos con Helena para celebrar el rito matinal de las fiestas de Mayo–, en ese sitio, te
estaré aguardando.

12
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Prueba 3

HERMIA.— Mi gentil Lisandro, te juro por el arco más fuerte de Cupido, por su mejor flecha de
punta de oro, por la sencillez de las palomas de Venus, por todo cuanto entrelaza las almas,
que en ese mismo lugar que has señalado, mañana, sin duda, me encontraré contigo.
LISANDRO.— Cumple tu juramento, amor mío. Mira, ahí viene Helena. (Entra HELENA).
HERMIA.— ¡Qué apuro, bella Helena! ¿Adónde te diriges?
HELENA.— ¿Me has llamado “bella”? Retira la palabra “bella”. Demetrio ama tu belleza. ¡Dichosa
belleza la tuya! Si el mundo fuese mío, te entregaría todo con tal de ser como eres. ¡Oh,
enséñame tu forma de mirar y el arte por el cual dominas los latidos del corazón de Demetrio!
HERMIA.— Le frunzo el ceño, y él, sin embargo, continúa amándome.
HELENA.— ¡Si tu mirada pudiera educar a mis sonrisas!
HERMIA.— ¡Cuanto más lo detesto, más me persigue!
HELENA.— ¡Cuanto más lo amo, más me odia!
HERMIA.— No me culpes, Helena, por su locura.
HELENA.— Tu única culpa es tu belleza. ¡Ojalá fuese mía esa culpa!
HERMIA.— Quédate tranquila. No volverá a ver mi rostro. Lisandro y yo escaparemos de aquí.
Antes de que mis ojos se posaran en Lisandro, Atenas me parecía un paraíso. ¡Qué don tiene
mi amor para transformar el paraíso en un infierno!
LISANDRO.— Te contaremos nuestro secreto. Mañana a la noche, cuando Febo observe su
plateado rostro sobre el espejo del agua, hemos resuelto traspasar furtivamente las puertas
de Atenas.
HERMIA.— Y en ese bosque donde, frecuentemente, nosotras solíamos vaciar nuestros corazones
de sus dulces sufrimientos, yaciendo entre flores de primavera, me reuniré con Lisandro. De
allí partiremos, alejando nuestros ojos de Atenas, en búsqueda de amigos nuevos y de
compañías desconocidas. ¡Adiós, dulce compañera de juegos! Ruega por nosotros, y que la
buena fortuna te otorgue a tu Demetrio. (A LISANDRO). Cumple con tu palabra, Lisandro.
LISANDRO.— Lo haré, Hermia mía. (Sale HERMIA). ¡Adiós, Helena! ¡Que Demetrio
consiga amarte tanto como tú lo amas a él! (Sale LISANDRO).
HELENA.— ¡Cuánto más dichosos pueden ser unos que otros! En Atenas, se me aprecia tan bella
como a Hermia. ¿Sin embargo, de qué me sirve? Demetrio no piensa de esa manera. Insiste
en ignorar lo que todos saben, menos él. Y, así como él se equivoca admirando los ojos de
Hermia, me equivoco yo adorando sus cualidades. El amor no mira con los ojos, sino con la
mente; por eso pintan ciego al alado Cupido. Y por eso se dice que el amor es un niño,
porque suele confundirse en la elección. Como los chicos traviesos que en sus juegos
rompen sus promesas, así el niño Amor falta siempre a su palabra. Antes de que Demetrio
contemplase los ojos de Hermia, dejó caer sobre mí, como una lluvia de granizo, promesas
de fidelidad absoluta; pero este granizo, expuesto al calor de Hermia, se derritió. Le revelaré
la fuga que la bella Hermia planea; él irá tras ella por el bosque mañana por la noche. ¡Qué
alto precio pago por un poco de su agradecimiento! Pero mayor es mi pena al seguirlo con la
mirada y permanecer atrás. (Sale HELENA).

Sueño de una noche de verano (fragmento adaptado).

13
14 ¿Qué quiere expresar Hermia con “Tal vez, por la escasez de lluvia que un diluvio de mis ojos
podría aliviar”?
A. Que en verano llueve poco en Atenas.
B. Que el verano es una estación de penas.
C. Que llorar intensamente le quitaría la congoja.
D. Que cuando llueve su ánimo está mejor.

15 ¿Qué actitud tiene el duque Teseo cuando Egeo le expone la situación de su hija?
A. Arrogante.
B. Impositivo.
C. Irrespetuoso.
D. Complaciente.

16 ¿Qué actitud demuestra Lisandro frente a la situación?


A. Cuestionador.
B. Ansioso.
C. Preocupado.
D. Perseverante.

17 ¿Qué sentimiento demuestra Hermia al transcurrir la escena?


A. Angustia.
B. Esperanza.
C. Indiferencia.
D. Agresividad.

18 ¿Por qué Hermia dice "Aprendamos a ser pacientes"?


A. Porque tiene confianza en que todo resultará bien.
B. Porque las situaciones complejas son propias del amor.
C. Porque piensa que el amor es efímero como un sonido.
D. Porque los amantes verdaderos estarán eternamente separados.

19 ¿Por qué Egeo pide apoyo al duque Teseo?


A. Porque organizaban los matrimonios de Atenas.
B. Porque su hija Hermia quería casarse con Lisandro.
C. Porque su hija Hermia quería casarse con Demetrio.
D. Porque quería participar en su matrimonio con Hipólita

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Lectópolis H > Comprensión lectora
Prueba 3
Lee el siguiente poema y responde las preguntas 20 a 23.

La llave que nadie ha perdido


Elicura Chihuailaf

La poesía no sirve para nada


me dicen
Y en el bosque los árboles
se acarician con sus raíces azules
y agitan sus ramas al aire
saludando con pájaros
la Cruz del Sur
La poesía es el hondo susurro
de los asesinados
el rumor de hojas en el otoño
la tristeza por el muchacho
que conserva la lengua
pero ha perdido el alma
La poesía, la poesía, es un gesto
un sueño, el paisaje
tus ojos y mis ojos muchacha
oídos corazón, la misma música
Y no digo más, porque nadie encontrará
la llave que nadie ha perdido
Y poesía es el canto de mis Antepasados
el día de invierno que arde
y apaga
esta melancolía tan personal.

20 ¿Cuál de las alternativas puede reemplazar a la palabra melancolía?


A. Tristeza.
B. Soledad.
C. Vitalidad.
D. Nostalgia.

21 A partir de la lectura, es posible inferir que el hablante lírico expresa:


A. Avaricia.
B. Egoísmo.
C. Melancolía.
D. Remordimiento.

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22 ¿Cuál es la intención del hablante lírico?
A. Narrar su visión de la poesía y la vida.
B. Explicar cómo la poesía aporta débilmente en la vida de las personas.
C. Expresar que la poesía está en todas partes y todos tenemos la capacidad poética.
D. Expresar lo que siente a partir de los detalles cotidianos de la vida.

23 ¿Qué opción se refiere al sentido del título del poema?


A. La poesía no sirve para nada.
B. Es necesario buscar la llave de la poesía.
C. La poesía es una llave que nadie ha perdido.
D. No es posible encontrar el sentido de la poesía.

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Lectópolis H > Comprensión lectora
Prueba 3
Lee el siguiente fragmento de epopeya y responde las preguntas 24 a 28.

Canción de Roldán
Siente Oliveros que lo han herido de muerte. Nunca llevará a cabo venganza suficiente. En lo
más compacto de la turba, acomete como verdadero barón. Hace pedazos escudos y picas, pies y
puños, monturas y espinazos. Quien lo hubiera visto descuartizar infieles, amontonar los
muertos sobre los muertos, tendría memoria de un buen caballero. No hay cuidado de que olvide
la contraseña de Carlos y lanza su grito, alto y claro:
—¡Montjoie!
Luego llama a Roldán, su par y amigo, y le dice:
—Señor compañero, venid a mi lado, muy cerca, ¡con gran dolor habremos de separarnos en
este día!
Roldán mira el semblante de Oliveros: lo ve desencajado, pálido, sin color. Corre su clara
sangre a los costados de su cuerpo y van cayendo los coágulos a tierra.
—¡Dios! —exclama el conde—, ¡no sé qué hacer! Señor compañero, ¡lástima grande de
vuestro denuedo! Nadie habrá de igualaros jamás. ¡Ah, dulce Francia! ¡Cuán desierta quedarás
sin tus mejores vasallos, humillada y vencida! ¡Gran daño sufrirá el emperador!
Y con estas palabras, se desmaya sobre su corcel.
He aquí a Roldán sin conocimiento sobre su montura y a Oliveros mortalmente herido. Perdió
tanta sangre que se han empañado sus ojos: ya no ve, ni de lejos ni de cerca, para reconocer a
nadie. Al aproximarse a su compañero, lo golpea sobre el yelmo cubierto de oro y de piedras
preciosas, y se lo parte hasta el nasal, mas sin herirle la cabeza. Ante la acometida, Roldán vuelve
hacia él sus ojos y le pregunta con dulzura y afecto:
—Señor compañero, ¿sabéis lo que estáis haciendo? ¡Soy yo, Roldán, aquel que tanto os ama!
¡Nunca recibí vuestro reto!
—Oigo ahora vuestra voz —responde Oliveros—. Mas no os ven mis ojos: ¡Juré a Dios,
nuestro Señor, no apartar de vos y los suyos! Os he herido, perdonádmelo.
—No me habéis causado daño —responde Roldán—. Os perdono aquí y ante Dios.
A estas palabras, se inclinan el uno hacia el otro. Y así se separan, con gran afecto.
Siente Oliveros la angustia de la muerte. Se le ponen en blanco los ojos, va perdiendo el oído y
se apaga su vista. Baja del caballo y se recuesta sobre la tierra.
En alta voz hace acto de contrición, juntas y alzadas al cielo ambas manos, rogando a Dios que
le otorgue el paraíso, que bendiga a Carlos y a Francia, la dulce, y a Roldán, su compañero, por
sobre todos los hombres. Le flaquea el corazón, se le desprende el yelmo y todo su cuerpo se abate
contra la tierra. Ha muerto el conde, no ha demorado por más tiempo su partida; el esforzado
Roldán llora por él y se lamenta; nunca os será dado ver en la tierra hombre más dolorido.

17
Ve Roldán que ha muerto su amigo, y que yace con el rostro contra el suelo. Con gran dulzura, le
dirige palabras de adiós:
—¡Señor compañero, lástima grande de vuestra intrepidez! Días y años nos vieron juntos: jamás me
causasteis daño alguno, ni yo a vos. Ahora que os veo muerto, me es ya dolor vivir.
A estas palabras, el marqués pierde el sentido sobre su corcel, cuyo nombre es Briador. Sus estribos
de oro fino lo mantienen derecho en la silla: por dondequiera que se incline, no podrá caer.
Canción de Roldán (fragmento).

24 ¿Para qué Oliveros llama a su amigo Roldán?


A. Para mostrar sus hazañas.
B. Para dejarle su legado al morir.
C. Para que lo ayude a salvarse de la muerte.
D. Para que lo acompañe en sus últimos momentos de su vida.

25 ¿Dónde muere Oliveros?


A. De pie.
B. En el suelo.
C. Encima de su caballo.
D. Amontonado con otros muertos.

26 ¿Qué función cumple el primer párrafo del texto?


A. Caracterizar a Oliveros.
B. Explicar cómo fue herido Oliveros.
C. Contextualizar dónde ocurren los hechos.
D. Detallar la cercanía de Oliveros con Roldán.

27 A partir de la lectura se puede interpretar que Oliveros y Roldán tenían una relación:
A. Rival.
B. Familiar.
C. Cordial.
D. Amistosa.

28 ¿Cómo fue la reacción de Roldán con la muerte de Oliveros?


A. Estoica y feliz, porque era lo que esperaba.
B. Dolorosa, lo que le dio fuerzas para continuar.
C. Traumática, imposibilitándolo de continuar con sus actividades.
D. Indiferente, pero acompañándolo en el momento de su muerte.

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Lectópolis H > Comprensión lectora
Prueba 3
Lee el siguiente fragmento de comedia y responde las preguntas 29 a 34.

El ricachón en la corte o el burgués gentilhombre


Molière

ACTO PRIMERO
Una sala con muchos instrumentos de música. El discípulo del maestro de música, sentado ante una
mesa, está componiendo una serenata que Monsieur Jourdain ha encargado.

ESCENA I
El MAESTRO DE MÚSICA, el MAESTRO DE BAILE, el DISCÍPULO, MÚSICOS y BAILARINES.

MAESTRO DE MÚSICA (a los músicos).— Vengan, entren en esta sala y aguarden


sentados a que llegue.
MAESTRO DE BAILE (a los bailarines).— Y ustedes también, pero a este otro extremo.
MAESTRO DE MÚSICA (al discípulo) .— ¿Está ya eso?
DISCÍPULO.— Sí.
MAESTRO DE MÚSICA.— Veamos.
MAESTRO DE BAILE.— Algo nuevo?
MAESTRO DE MÚSICA.— Sí. Una serenata que le ha mandado hacer. Ambos hemos
hallado al hombre que necesitábamos. Monsieur Jourdain, con sus ínfulas de cortesano, que se le
han subido a la cabeza, es para nosotros una mina de oro.
MAESTRO DE BAILE.— De acuerdo, pero yo estimo que no le estarían de más algunos
conocimientos que le permitieran disfrutar de nuestros trabajos.
MAESTRO DE MÚSICA.— Es verdad que no tiene ni idea de ellos, pero los paga bien, y,
precisamente, esto es lo que ante todo necesitan las artes. Monsieur Jourdain es muy corto de
luces; habla a tontas y a locas y aplaude a destiempo…; pero su dinero resuelve esos
problemas. Sus bolsillos están llenos... He aquí por qué este ricachón ignorante nos es tan
útil.
MAESTRO DE BAILE.— Hay algo de verdad en lo que acaba de decir; pero me parece
que usted hace demasiado hincapié en lo del dinero. El interés es algo tan mezquino que no
merece el apego de un hombre honrado.
MAESTRO DE MÚSICA.— Sin embargo, ¿no se embolsa usted, complacido, la plata que le
da nuestro hombre?
MAESTRO DE BAILE.— Sin duda. […] Desearía que a su fortuna uniera un poco de buen
gusto.
MAESTRO DE MÚSICA.— Yo también lo desearía; y precisamente en ello estamos y a ese
fin se encaminan nuestros esfuerzos. De todos modos, gracias a él podremos darnos a conocer en
la corte.
MAESTRO DE BAILE.— Aquí viene.

19
ESCENA II
MONSIEUR JOURDAIN, en bata y gorro de dormir, DOS CRIADOS, el MAESTRO DE MÚSICA, el
MAESTRO DE BAILE, el DISCÍPULO, MÚSICOS y BAILARINES.

JOURDAIN.— ¡Hola, señores! ¿Qué hay? ¿Vamos a ver esas bufonadas?


MAESTRO DE BAILE.— ¿Cómo?... ¿A qué bufonadas se refiere, señor?
JOURDAIN.— ¡Bah!... ¿Cómo es que le dicen a esto? ¿Prólogo, intermedio o diálogo lírico-bailable?
MAESTRO DE BAILE.— ¡Ah!
MAESTRO DE MÚSICA.— Vea que estamos listos.
JOURDAIN.— Los he hecho esperar un rato; pero es que hoy he querido vestirme como las
personas de calidad, y mi sastre me ha enviado unas medias de seda que creí no llegaría
jamás a ponérmelas.
MAESTRO DE MÚSICA.— Nuestra obligación es esperarlo.
JOURDAIN.— Les ruego a ambos que no se marchen hasta que me hayan traído el traje,
para que me lo vean puesto.
MAESTRO DE BAILE.— Como usted guste.
JOURDAIN.— Me verán equipado de pies a cabeza.
MAESTRO DE MÚSICA.— ¿Quién lo duda?...
JOURDAIN.— También me he mandado hacer esta bata.
MAESTRO DE BAILE.— Que es preciosa.
JOURDAIN.— Me ha dicho mi sastre que es la prenda que usan por la mañana las gentes
distinguidas.
MAESTRO DE MÚSICA.— ¡Y qué bien le queda!
JOURDAIN.— ¿Y mis criados?
CRIADO PRIMERO.— ¿Qué manda el señor?
JOURDAIN.— ¡Nada! ¡Criados!
CRIADO PRIMERO.— ¡Señor!
JOURDAIN.— ¿Y el otro criado?
CRIADO SEGUNDO.— ¡Señor!
JOURDAIN (quitándose la bata que entrega a los criados).— Tomen. (A los maestros).
¿Estoy bien así?
MAESTRO DE BAILE.— Muy bien.
JOURDAIN.— Y ahora vamos a ocuparnos de nuestros asuntos.
MAESTRO DE MÚSICA.— Primeramente, quisiera hacerle oír la serenata que me ha
encargado. No puede oírse nada más lindo. Escuche.
JOURDAIN (a los criados).— Pónganme la bata para que pueda oír mejor... ¡Un
momento! Creo que estaría mejor sin ella... No, dénmela. Indudablemente estaría mejor con la
bata.
MÚSICOS (cantando) .— Desde que los rigores
de vuestros lindos ojos me prendieron,
yo sufro, día y noche, un mal extremo.
Si así tratáis, oh, Iris,
al que de vuestro amor vive cautivo,

20
Lectópolis H > Comprensión lectora
Prueba 3

¿qué tormento daréis al enemigo?


JOURDAIN.— Es una canción un poco lúgubre, da sueño... Convendría que alegraran la
música un poco, aquí y allá.
MAESTRO DE MÚSICA.— Señor, la música tiene que acomodarse a la letra.
JOURDAIN.— Hace un tiempo me enseñaron una letra preciosa. Aguarde… La… ¡cómo decía?
MAESTRO DE BAILE.— No sé.
JOURDAIN.— Algo sobre una oveja.
MAESTRO DE BAILE.— ¿Una oveja?
JOURDAIN.— ¡Ah, sí! (Cantando).
Yo creía a Juanita
tan dulce como bella;
yo creía a Juanita
más dócil que una oveja.
¡Ya, ya!
¡Es más cruel mil veces
que el tigre de la selva!
¿No es preciosa?
MAESTRO DE MÚSICA.— ¡La canción más bonita que he oído!
MAESTRO DE BAILE.— ¡Y la canta usted maravillosamente!
JOURDAIN.— Pues no he aprendido música.

El ricachón en la corte o el burgués gentilhombre (fragmento).

29 ¿Cómo era Monsieur Jourdain?


A. Un burgués.
B. Un ricachón.
C. Un gentilhombre.
D. Un exquisito.

30 ¿Cuál es el conflicto presentado en el fragmento?


A. Las dificultades técnicas para montar la obra.
B. El poder del dinero es más fuerte que el buen gusto.
C. Los inconvenientes que hay entre los maestros y sus discípulos.
D. La intención de ayudar a Monsieur Jourdain a ser una persona culta.

31 ¿Qué significa la expresión “corto de luces”?


A. Que es ágil.
B. Que es conocido.
C. Que es adinerado.
D. Que es incompetente.

21
32 Se puede deducir que el maestro de baile:
A. denigra explícitamente a Monsieur Jourdain.
B. cede a lo propuesto por el maestro de música.
C. demuestra un interés real por las obras de Monsieur Jourdain.
D. cambia de opinión con respecto a qué pensaba de Monsieur Jourdain.

33 ¿Por qué se puede afirmar que el fragmento es una comedia?


A. Porque los conflictos se resuelven trágicamente.
B. Porque uno de los personajes tiene defectos y vicios evidentes.
C. Porque los personajes están dominados por fuertes sentimientos.
D. Porque el conflicto se soluciona de una manera rápida y tranquila.

34 ¿Qué busca generar la actitud de Monsieur Jourdain en los maestros?


A. Risa.
B. Malestar.
C. Adulación.
D. Compasión.

22
Lectópolis H > Comprensión lectora
Prueba 3
Lee la siguiente columna de opinión y responde las preguntas 35 a 40.

Amor y mariposas
Recuerdo que la primera vez que le pregunté a mi madre, siendo yo niña, qué se sentía al
enamorarse, mi madre me contestó que era como tener un montón de mariposas en el estómago,
revoloteando felices.
No entendí demasiado lo que me dijo. En mi mente infantil no terminaba de entender qué tenía que ver
enamorarse de alguien con albergar mariposas dentro de uno. Siempre amé a las mariposas y recuerdo
que me pareció una crueldad guardarlas dentro de uno en señal de amor hacia alguien. ¿Por qué? ¿Qué
tenían que ver ellas con el amor? ¿Cómo hacían las mariposas para entrar dentro de nosotros? Y una
vez allí, ¿qué hacían? ¿Se quedaban hasta que el amor durase? Y si era un amor para toda la vida,
¿terminaban viviendo dentro de nosotros para siempre? Ciertamente no me pareció una buena idea.
Las mariposas deben vivir libres, volar hacia donde quieran, disfrutar de su corta vida y mostrar al mundo
su belleza, por más efímera que fuere su vida.
Cuando fui jovencita y sentí por primera vez que me enamoraba de alguien, debo reconocer que esa
sensación hermosa de cosquilleo en el estómago, de algo que revoloteaba dentro de mí y que era difícil
de explicar y definir, en algo se parecía a tener mariposas dentro de mí. Supe que mi madre me había
explicado algo muy difícil de poner en palabras de un modo sencillo. ¿Cómo explicar el amor? ¿Cómo
transmitir a otro la sensación de estar enamorado?
Y cuando fui más grande, luego de algunos desencantos y decepciones, recuerdo haber pensado, con
una sonrisa, que las mariposas habían volado hacia otro lugar, que me habían abandonado y que me
habían dejado vacía.
Ya no soy esa niña que amaba ver esos bellos insectos en su jardín, aquella que se preocupó cuando
pensó que enamorarse era encerrarlos dentro de uno mismo.
Hoy que amo de distintas formas y que sé que no se ama igual a todos, pero que el amor parece uno y
no lo es, también a mí me cuesta definir de qué se trata. Tal vez sea porque el amor se trata de sentir y
no de explicar, porque es universal y único a la vez, porque forma parte de experiencias íntimas que
difícilmente puedan explicarse con palabras a los demás.
Y vuelve a mí muchas veces la explicación que mi madre me diera acerca de las mariposas en el
estómago y que tan poco creíble me había parecido en su momento y luego no tanto.
Hoy creo que el amor tiene mucho de esas bellas criaturas, es libre, no hay uno igual, es bello, es
multicolor, aunque no se pueda ver. Sé que las mariposas no viven demasiado y hay amores que sí,
que viven hasta el fin de nuestros días, pero aun así creo que se parecen. El amor no es cada día
igual, cada día renace si sabemos cultivarlo. Todos los días crece o muere un poquito, se seca o
florece, muta, se transforma.
Algo es seguro, vive dentro de cada uno de nosotros y vuela hacia el cielo de nuestra vida que se
embellece cuantos más amores haya revoloteando como mariposas felices.
Liana Castello.

23
35 ¿Qué le pareció a la emisora la explicación que le dio su madre con respecto a qué se sentía
enamorarse?
A. Extraña.
B. Especial.
C. Amorosa.
D. Incomprensible.

36 ¿Cuál es la idea principal del texto?


A. Relacionar el amor y el enamoramiento con las mariposas.
B. Buscar el origen del dicho que enamorarse es sentir mariposas en el estómago.
C. Comprender por qué se dice que enamorarse es sentir mariposas en el estómago.
D. Contradecir el dicho de que enamorarse es como sentir mariposas en el estómago.

37 El propósito del segundo párrafo es:


A. Explicar con fundamentos científicos lo que significa enamorarse.
B. Buscar la explicación de la relación entre el enamoramiento y las mariposas.
C. Cuestionar la explicación metafórica que su madre le había entregado con respecto a enamorarse.
D. Mostrar opiniones de la explicación metafórica que le había entregado su madre con respecto a
enamorarse.

38 ¿Cómo es la actitud hacia el final del texto?


A. Dócil, ya que con los años comprende que el amor se siente en el estómago.
B. Comprensiva, ya que relaciona el sentimiento del amor con las cualidades de las mariposas.
C. Oposicionista, porque no observa relación en el sentimiento del amor con las cualidades de las
mariposas.
D. Opuesta, porque considera que el amor es un sentimiento que no se puede representar con la
mariposa.

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Lectópolis H > Comprensión lectora
Prueba 3
39 ¿Qué caracteriza a esta columna de opinión?
A. Que el tema se basa mayormente en investigaciones científicas.
B. Que el tema está supeditado a las experiencias de otras personas.
C. Que el tema deja cerrada la posibilidad de dar opiniones con respecto al tema.
D. Que el tema se desarrolla de acuerdo con la visión y experiencia de su autora.

40 El tema del texto es principalmente:


A. Religioso.
B. Científico.
C. Filosófico.
D. Sociológico.

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