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Historia Completa Banco Fie

El documento resume la historia de 30 años de FIE contribuyendo al desarrollo de Bolivia a través del microcrédito. Comenzó en 1985 cuando 5 mujeres bolivianas ofrecieron préstamos a microempresarios durante una crisis económica. Desde entonces, FIE ha crecido para servir a miles de clientes en Bolivia y expandirse a Argentina, mientras mantiene su enfoque en el microcrédito y la inclusión financiera.

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Historia Completa Banco Fie

El documento resume la historia de 30 años de FIE contribuyendo al desarrollo de Bolivia a través del microcrédito. Comenzó en 1985 cuando 5 mujeres bolivianas ofrecieron préstamos a microempresarios durante una crisis económica. Desde entonces, FIE ha crecido para servir a miles de clientes en Bolivia y expandirse a Argentina, mientras mantiene su enfoque en el microcrédito y la inclusión financiera.

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FIE

NUESTRA HISTORIA

“FIE, 30 años contribuyendo al logro de las aspiraciones de miles bolivianos y


bolivianas que con su trabajo y compromiso aportan al desarrollo del país”

“Pequeños emprendimientos, grandes logros”, es una frase que encierra toda una historia
de más de 30 años de trabajo, compromiso, valentía, convicción y fortaleza de mujeres y
hombres, que apostaron por cambiar las reglas en la otorgación de financiamiento en
crédito para beneficiar a los vastos sectores sociales sin acceso al sistema financiero
comercial.

Es un camino de más de dos décadas, en el que paso a paso se construye el presente y


futuro de FIE, junto a su clientela, a sus trabajadores y trabajadoras, y a su comunidad.

“Nuestra historia, nuestra esencia”

A fines del año 1985, miles de trabajadores en Bolivia se vieron sin sus fuentes de empleo
tras la aplicación de las medidas de ajuste estructural emprendidas por el gobierno de
entonces. Fue un escenario lacerante, que golpeó la realidad de miles de bolivianos y
bolivianas. FIE ONG nació en este contexto de profunda crisis social, con el compromiso
de cinco mujeres bolivianas, quienes propusieron mecanismos de atención a clientes en
situaciones económicas muy difíciles por falta de empleo, que requerían recursos para
mejorar la situación de sus “micro” emprendimientos económicos iniciados para asegurar
el sustento de sus familias.

Ante esta problemática, se preguntaron, ¿por qué hombres y mujeres, con pequeñas
actividades por cuenta propia, no tienen acceso a un crédito para llevar adelante su
negocio?

Así, ellas empezaron una serie de consultas a instituciones bolivianas, a organismos


internacionales y a varios a expertos; encontraron que hablar del microcrédito en Bolivia
era un tema desconocido e incluso considerado como inviable.

Aún así siguieron en su empeño, con la convicción de que para llegar a sectores de
menores ingresos con recursos financieros, era fundamental cultivar el respeto y la
confianza mutua. Estaban seguras de que estos lazos integrados lograrían el éxito de su
misión.

“Hechos y no sólo palabras”

El ímpetu y la fuerza de estas mujeres, no se detuvo. Con los conocimientos y


experiencias de microcrédito en otros países, el año 1986 hicieron su primera operación
crediticia con un primer financiamiento donado, se otorgó un préstamo a la Subcentral
Campesina de Ayo Ayo, en la provincia Aroma del departamento de La Paz, para financiar
un taller de producción de prendas de vestir, el que brindó ingresos adicionales a
campesinos jóvenes, hombres y mujeres de la zona, y se constituyó en un proyecto
factible, sostenible y demostrable.

Ese mismo año, FIE accedió a la División de Pequeños Proyectos del Banco
Interamericano de Desarrollo-BID, donde expresó las ideas que tenía para iniciar un
proyecto de microcrédito en Bolivia.

Con algunas experiencias desarrolladas en nuestro país sobre pequeñas iniciativas


económicas, FIE presentó su primera solicitud de 500 mil dólares para tener un fondo
destinado al financiamiento de microcréditos dirigidos a pequeñas unidades productivas.

En ese entonces, se iniciaron otros proyectos similares en Bolivia; es el caso de


PRODEM, la Fundación de Promoción de la Microempresa en 1986, y seis años más
tarde la ONG Procrédito.

“Luz verde, tecnología eficaz”

Fue en esos años, que en base a la experiencia, se desarrolló el programa de crédito,


probando la metodología que se planteó en base al microcrédito individual, algo inédito en
el país.

Una tecnología desarrollada en base al conocimiento de la clientela, e impulsada por un


real compromiso para brindar servicios orientados a mejorar las condiciones de sus
actividades económicas, dio sus frutos. Aún hoy se recuerda con nombres y apellidos a
aquellos 200 clientes – mujeres y hombres - con quienes se inició el programa de
microcrédito. Eran excelentes clientes, pagaban puntualmente, se les conocía de cerca al
igual que las actividades que realizaban, lo que permitió perfeccionar la metodología de
crédito y así brindarles una mejor atención.

La primera agencia que se abrió fue en La Paz, luego en El Alto, y así sucesivamente se
abrieron 12 oficinas más. Inicialmente se prestaba sólo al sector productivo, creyendo que
el pequeño comercio fomentaba el contrabando.

La principal y más visible diferencia con la competencia fue la tecnología aplicada: el


crédito individual. FIE optó por los créditos individuales para demostrar que nuestra
clientela era como la de cualquier entidad financiera, y que no necesitaba modalidades de
crédito “especiales para personas que no pueden presentar garantías reales”, como es el
caso de la metodología de créditos en grupo o solidarios. Es más, la tasa de interés
establecida era la tercera parte de lo que cobraba la competencia que operaba con esas
modalidades grupales.

Fueron épocas de total austeridad, se llevaban registros y controles manuales, porque no


se contaba con grandes recursos tecnológicos. Fue así que se inició el desarrollo de un
sistema informático propio, el que se fue modificando y mejorando de acuerdo a la
evolución y crecimiento de la institución, y es el sistema que se utiliza actualmente.

En esos años, el crédito iba acompañado de un programa de capacitación que fue


especialmente desarrollado para la clientela de FIE. Antes de desembolsar un crédito, los
y las clientes debían pasar un curso corto de contabilidad, costos y marketing. La
capacitación acompañando al crédito fue la tendencia mundial en programas de
microcrédito. Con ello se esperaba fidelizar mejor a la clientela y lograr el repago de los
créditos.

Los años siguientes se caracterizaron por un trabajo firme y sostenido, encarando el largo
camino de fortalecimiento y consolidación de las microfinanzas en Bolivia. Hubo muchas
lecciones aprendidas, las que permitieron ir, día a día, trabajando en mejores condiciones
y con mayor claridad en las acciones.

Las operaciones microcrediticias en FIE estaban primordialmente orientadas al apoyo a


actividades productivas ejecutadas por microempresas familiares. El crédito, por lo tanto,
se otorgaba a la pareja. Un esfuerzo importante de FIE en sus primeros años, fue facilitar
créditos a las mujeres que no tenían su cédula de identidad, así se apoyaba a la pareja
para que en la otorgación de un segundo crédito la esposa ya tenga este documento.

En 1989, analizando la situación de muchas mujeres bolivianas, quienes por su situación


de pobreza sólo tenían pequeños negocios de venta de comestibles y/o ropa, se
determinó abrir una línea de crédito dirigida a actividades comerciales, preferentemente
para mujeres.

En enero de 1993, se estrenaron las oficinas en el primer edificio propio en la zona de


San Pedro, en La Paz, motivo de alegría para los trabajadores y trabajadoras, y la
clientela.

El excelente desempeño de FIE y otras instituciones de microcrédito en Bolivia, fue


apreciado tanto por las autoridades de gobierno como por los países que habían apoyado
su trabajo con donaciones. Esto dio lugar a cambios fundamentales en la regulación
financiera, permitiendo que programas de microcrédito iniciados por organizaciones sin
fines de lucro (ONGs) puedan ser parte de sociedades anónimas para la otorgación de
créditos y la captación de ahorros. La figura legal que permite esta modalidad de trabajo
es la de Fondo Financiero Privado, una sociedad anónima en base a accionistas, en la
cual la ONG iniciadora es uno de los accionistas de la nueva sociedad anónima.

En 1995, FIE inició los trámites para la constitución de un Fondo Financiero Privado que
le permita tener la autorización respectiva para captar ahorros del público y ofrecer este
servicio adicional a la clientela. Esta labor de intermediación financiera permitiría que FIE
pueda ofrecer los créditos a tasas de interés menores, logrando captar más clientela tanto
de crédito como de ahorros. En agosto de 1997 se recibió el permiso de constitución de
Fondo Financiero Privado y el 16 de marzo de 1998 FFP FIE abrió sus puertas bajo esta
figura legal.
“Hechos que contar y destacar”

Con esta transformación, se inicia un proceso de diversificación de productos y servicios,


produciéndose también una acelerada expansión geográfica unida a un crecimiento
sostenido en operaciones y número de clientes.

Al convertirse en fondo financiero, FIE logró también acceso a nuevas fuentes de


financiamiento; movilización de ahorros del público; mayor credibilidad y prestigio
institucional; amplia variedad de servicios financieros ofertados; mayor nivel de
competitividad en el sector y la mejora constante de tasas de interés para los créditos.

En 2002, el Fondo Financiero Privado FIE consolida su nueva imagen corporativa,


incluyendo los colores azul y magenta que representan los lados masculino y femenino de
toda sociedad, en adhesión al trabajo y esfuerzo de hombres y mujeres de Bolivia por
alcanzar sus sueños.

“Una trayectoria que trasciende las fronteras”

Trascender, adquiere además otro sentido cuando la trayectoria y experiencia institucional


cruzan las fronteras.

Dos nuevos desafíos son iniciados por la ONG FIE: FIE Gran Poder en Argentina y la
Corporación para el Fomento a Iniciativas Económicas, CONFIE Holding.

El año 2001, la ONG FIE, accionista mayoritario en FFP FIE, llevó su tecnología crediticia
a la Argentina creando FIE Gran Poder S.A, que actualmente es la entidad número uno de
microfinanzas en ese país vecino.

En 2008 se conforma CONFIE Holding, con el objetivo de promover el desarrollo de las


microfinanzas a través de la inversión. Este trabajo permite replicar la exitosa experiencia
boliviana en otros países de nuestra región, donde las microfinanzas son un instrumento
democratizador de servicios financieros para las poblaciones que los requieran,
compartiendo el ejemplo en Bolivia, que cuenta con una eficaz herramienta de alivio a la
pobreza y la exclusión.

“Ya somos Banco, con una filosofía de trabajo que se mantiene y consolida”

El 3 de mayo de 2010, tras un año de gestiones y una intensa labor desarrollada


internamente y asegurando la trascendencia de la visión económica y social de la entidad,
nace Banco FIE, un hito que refleja haber alcanzado una más de las metas importantes
de su trayectoria, la que fue celebrada por la clientela, los trabajadores, trabajadoras y la
comunidad, con alegría y esperanza como el resultado natural e innegable de un esfuerzo
conjunto.

Hoy somos Banco Múltiple, pero mantenemos y preservamos nuestra filosofía y esencia
de trabajo con las que nacimos hace 30 años, buscando no solo el beneficio económico
sino también social, brindando acceso a servicios financieros inclusivos con equidad,
calidad y transparencia y sobre todo apoyando los emprendimientos económicos de
todos/as los bolivianos/as.

Banco FIE se fortalece y diversifica sus servicios sin dejar de lado su compromiso con el
desarrollo socialmente responsable, que busca impactos en la comunidad más allá de
sólo lo económico. Esta firme visión de servicio, que genera una relación de fidelidad y
cumplimiento mutuo con su clientela, permitió a FIE situarse hoy en una posición de
liderazgo, promoviendo respeto, confianza y credibilidad entre la clientela y entre quienes
son parte de esta familia.

La entidad sigue avanzando hacia el logro de nuevos desafíos, siempre encaminada para
ser parte de la reducción de la pobreza y la marginalidad en Bolivia, manteniendo
inalterable el equilibrio de sus acciones entre el desempeño económico y el desempeño
social.

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