IES JUAN GARCÍA VALDEMORA DEPARTAMENTO DE LATÍN Y
GRIEGO
Origen e historia
La ciudad de Pompeya tiene un origen incierto, que antiguamente se mezclaba con
la mitología. Se conocen asentamientos griegos y etruscos desde el siglo VIII a. C., pero
en el siglo III a. C., Roma se aseguró el control de la ciudad, constantemente asediada
por los samnitas, originarios de las regiones montañosas de los Apeninos. Según la
mitología grecorromana, fue Hércules, el hijo de Zeus, quien fundó Pompeya. Hércules
desfiló por la Península Itálica haciendo gala de haber terminado con éxito los doce
trabajos que le llevaron a conseguir la inmortalidad. Esta gran procesión, o “pompé” en
griego, habrá dado nombre a la ciudad. El nombre de Herculano, la localidad vecina de
Pompeya, es otra referencia al paso del héroe por Campania.
Completa el siguiente texto con ayuda del mapa.
Cuando el ___ de ____ del año ________ la ceniza procedente del ___________ sepultó
las poblaciones de __________, ___________ y _________ en Campania, cerca de la
ciudad moderna de _____________ y situados alrededor de la bahía del mismo nombre,
se consumó una de las peores catástrofes de la historia. Su dramática destrucción las ha
convertido, paradójicamente, en el yacimiento más importante y mejor conservado de la
época romana. Una auténtica fotografía de cómo se vivía hace ahora dos mil años.
Cuando se produjo esta catástrofe, Pompeya no se había recuperado todavía del
terremoto del año 62 d. C.
La
vida
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privada
La casa era un lugar muy importante para los romanos; muchos trabajaban en ella,
era un lugar de reunión donde despachaban todo tipo de asuntos. Las excavaciones de
Pompeya han permitido conocer las distintas estancias de la casa y su distribución, pues
los objetos abandonados precipitadamente permiten saber qué funciones tenía cada uno
de ellos en el ámbito doméstico.
Según el vulcanólogo Claudio Scarpati, cuando el Vesubio comenzó su erupción, la
casa de Polibio estaba habitada por doce personas, entre ellas una joven en avanzado
estado de gestación. Es probable que decidieran permanecer en la casa por la seguridad
de la muchacha embarazada. El análisis de ADN reveló que seis personas pertenecían a
la misma familia. Lo más probable es que el grupo de personas en la casa de Polibio
incluyera a los padres, sus hijos, un primo y su joven esposa embarazada, además de los
esclavos.
Polibio era un edil y candidato a duunviro, es decir, magistrado de la administración
pública y juez supremo de la ciudad. Se elegían a razón de dos por año. Luego pasaban a
formar parte del Senado de la ciudad. Cuando se produjo la erupción la casa se
encontraba en obras, por eso hay ánforas llenas de cal y objetos de unas estancias
acumulados en otras.
En esta casa se observa un pequeño vestíbulo, un atrio que conectaba con las
diferentes estancias, el peristilo y el triclinium (el comedor donde los comensales se
recostaban sobre los sillones-cama dispuestos a tal efecto) con las magníficas pinturas
sobre las paredes que cuentan la historia de Dirce. Las pinturas al lado de la cocina
representan un larario (una pequeña capilla donde están las divinidades protectoras de la
casa y de la familia). Es muy llamativa la alargada serpiente que aparece en la parte
inferior, la agathodaemon, protectora del hogar y de la fertilidad. La cocina estaba junto a
las habitaciones de la servidumbre en un pequeño patio.
El ocio
En las ciudades romanas existía una amplia oferta de actividades lúdicas. Así, el
teatro era muy popular y se podía asistir a representaciones de bailes, tragedias o
comedias. En las tabernas se jugaba a los dados. Las termas o lupanares eran espacios
para hacer vida social y para entretenerse, aunque el espectáculo más apreciado por los
pompeyanos era los juegos de gladiadores, que se celebraban en el anfiteatro.
La calle
Las calles pompeyanas estaban llenas de vida, atestadas de pequeñas tiendas de
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múltiples negocios: panaderías, fruterías, talleres, tejedores... Los clientes iban de local en
local y se paraban a comer y a beber en las tabernas, o gastaban unas monedas con los
vendedores ambulantes. El centro neurálgico de la actividad comercial era el mercado de
la carne y el del pescado, organizados por la administración de la ciudad.
Siete metros bajo la ceniza
Fue imposible sobrevivir a la erupción. Aunque se ha calculado que entre el 75% y
el 92% de los habitantes de Pompeya escaparon en los primeros momentos de la
tragedia, es imposible saber la suerte de quienes huyeron. Cientos de víctimas han sido
recuperadas en las relativamente pequeñas excavaciones llevadas a cabo fuera de las
murallas de la ciudad.
Fue Giuseppe Fiorelli, arqueólogo italiano, en 1865, quien sugirió llenar los huecos
que habían dejado los restos humanos con yeso. Las cenizas de la erupción se
depositaron sobre los cuerpos, endureciéndose, la materia orgánica desapareció, y
quedaron los huesos, pero también una cámara vacía allí donde debían estar los
músculos, ropas y otras pertenencias que portase encima la víctima y de las que no
quedaba ni rastro. Fiorelli, vertiendo el yeso dentro de estos huecos, obtenía moldes de
gran precisión de los últimos momentos de la vida de estas personas.
L a s c i u d a d e s
quedaron sepultadas bajo siete metros de piedra
pómez, lapilli o ceniza, pues el Vesubio expulsó miles de toneladas de material volcánico
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en tan solo cuarenta y ocho horas.
Hacia 1594 -1600 el arquitecto Domenico Fontana, durante la construcción de un
canal para conducir el agua del río Sarno a Torre Annunziata, descubrió, sin darse cuenta,
algunos edificios y unas inscripciones de la antigua Pompeya. Pero las excavaciones
propiamente dichas empezaron en 1748, diez años más tarde que las de Herculano.
En 1738, las excavaciones sufragadas por Carlos III de Borbón -entonces Carlos
VII de Nápoles- para recuperar antigüedades, permitieron identificar, por primera vez, la
ciudad de Herculano. Más tarde, a partir de 1748, consciente de la importancia de este
descubrimiento, ordenó excavar en Pompeya y Estabia. El papel que Carlos III ha jugado
para la arqueología no ha sido suficientemente valorado: excavar y documentar los
hallazgos, construir museos y academias para divulgarlos, y dejar las piezas en su lugar
de origen, son decisiones tomadas por el rey en aquel momento histórico, que han
marcado el destino de la arqueología como ciencia y que han permitido que Pompeya
haya llegado a ser el mayor yacimiento arqueológico del mundo.
Los graffiti pompeyanos
Los graffiti, esto es, los textos escritos a mano sobre las paredes carbonizadas de
la ciudad, son la prueba viva de las mujeres y los hombres de Pompeya, de su
imaginación cotidiana.
Son escritos espontáneos, sin rebusques en sus significados. Sucede que no
fueron hechos con voluntad de perduración, pero gracias a ellos accedemos a los deseos,
voluntades y ocurrencias de quienes usaron las paredes para los fines más diversos:
agradecimientos a los dioses, anuncios comerciales, saludos personales, mensajes
amorosos, anécdotas sexuales, insultos y hasta citas de autores clásicos.
Los graffiti amorosos son muy abundantes. En las paredes de Pompeya
encontramos desde sencillas declaraciones de amor o desamor, pasando por los textos
más provocativos de quienes se jactaban de sus capacidades amorosas, hasta los más
bellos poemas de poetas anónimos de excepcional calidad.
“Secundus saluda a Prima, allá donde esté. Te pido, señora mía, que me ames.”
Las fullonicae
Posiblemente el trabajo más importante en la industria del tejido en Roma era el de
su limpieza. Las tintorerías (fullonicae) servían a ciudades enteras, en ellas se hacían
tintes, se lavaba y secaba ropa de todo tipo. Las fullonicae, como se ha comprobado en
las ruinas de Pompeya, eran a menudo más grandes que otros tipos de negocios, a fin de
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acomodar el gran equipo necesario, así como atender al gran número de clientes
cotidianos. Este tipo de negocio también requería un alto número de empleados y
probablemente el dueño era uno de los patrones más importantes de la ciudad.
La fullonica necesitaba tanques para el lavado, los tintes y el aclarado de la ropa,
así como espacio para secar y planchar. La ropa generalmente se lavaba en orina
humana o de animales, que era recolectada de los servicios públicos (letrinas) de la
ciudad, de vasijas que se encontraban en las esquinas de las calles para que la gente
utilizara para aliviar sus necesidades y también posiblemente importada de zonas
periféricas. Los fullones pisaban y machacaban con los pies la ropa que yacía en las
vasijas de lavado con una mezcla de agua y orina.
Plinio el Joven, Epist. 6, 16
C. PLINIO a su querido Tácito, salud
[1] Pides que te escriba la muerte de mi tío para poder transmitirla a la posteridad con más veracidad. Te doy
las gracias, pues veo que a su muerte, si es celebrada por ti, se le ha planteado una gloria inmortal.
[2] En efecto, aunque murió en la destrucción de unas hermosísimas tierras, destinado en cierto modo a vivir
siempre, como corresponde a los pueblos y ciudades de memorable suerte, aunque él mismo redactó obras
numerosas y duraderas, sin embargo la inmortalidad de tus escritos incrementará mucho su permanencia.
[3] En verdad considero dichosos a quienes les ha sido dado por obsequio de los dioses o hacer cosas dignas de
ser escritas o escribir cosas dignas de ser leídas, pero considero los más dichosos a quienes se les ha dado
ambas cosas. En el número de éstos estará mi tío, tanto por sus libros como por los tuyos. Por eso con mucho
gusto asumo, incluso reivindico, lo que propones.
[4] Estaba en Miseno y presidía el mando de la flota. El día 24 de agosto en torno a las 13 horas mi madre le
indica que se divisa una nube de un tamaño y una forma inusual.
[5] Él, tras haber disfrutado del sol, y luego de un baño frío, había tomado un bocado tumbado y ahora
trabajaba; pide las sandalias, sube a un lugar desde el que podía contemplar mejor aquel fenómeno. Una nube
(no estaba claro de qué monte venía según se la veía de lejos; sólo luego se supo que había sido del Vesubio)
estaba surgiendo. No se parecía por su forma a ningún otro árbol que no fuera un pino.
[6] Pues extendiéndose de abajo arriba en forma de tronco, por decirlo así, de forma muy alargada, se
dispersaba en algunas ramas, según creo, porque reavivada por un soplo reciente, al disminuir éste luego, se
disipaba a todo lo ancho, abandonada o más bien vencida por su peso; unas veces tenía un color blanco
brillante, otras sucio y con manchas, como si hubiera llevado hasta el cielo tierra o ceniza.
[7] Le pareció que debía ser examinado en mayor medida y más cerca, como corresponde a un hombre muy
erudito. Ordena que se prepare una libúrnica 1; me da la posibilidad de acompañarle, si quería; le respondí que
yo prefería estudiar, y casualmente él mismo me había puesto algo para escribir.
[8] Salía de casa; recibe un mensaje de Rectina, la esposa de Tasco, asustada por el amenazante peligro (pues
su villa estaba bajo el Vesubio, y no había salida alguna excepto por barcos): rogaba que la salvara de tan gran
apuro.
[9] Cambia de plan y lo que había empezado con ánimo científico lo afronta con el mayor empeño. Sacó unas
barcas con cuatro filas de remos y embarcó dispuesto a ayudar no sólo a Rectina, sino también a muchos (pues
lo agradable de la costa la había llenado de bañistas).
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[10] Se apresura a dirigirse a la parte de donde los demás huyen y mantiene el rumbo fijo y el timón hacia el
peligro, estando sólo él libre de temor, de forma que fue dictando a su secretario y tomando notas de todas las
características de aquel acontecimiento y todas sus formas según las había visto por sus propios ojos.
[11] Ya caía ceniza en las naves, cuanto más se acercaban, más caliente y más densa; ya hasta piedras pómez
y negras, quemadas y rotas por el fuego; ya un repentino bajo fondo y la playa inaccesible por el desplome del
monte. Habiendo vacilado un poco sobre si debía girar hacia atrás, luego al piloto, que advertía que se hiciera
así, le dice: «La fortuna ayuda a los valerosos: dirígete a casa de Pomponiani».
[12] Se encontraba en Estabias apartado del centro del golfo (pues poco a poco el mar se adentra en la costa
curvada y redondeada2) Allí aunque el peligro no era próximo pero sí evidente y al arreciar la erupción muy
cercana, había llevado equipajes a las naves, seguro de escapar si se aplacaba el viento que venía de frente y
por el que era llevado de forma favorable mi tío. Él abraza, consuela y anima al asustado Pomponio. y para
mitigar con su seguridad el temor de aquél, le ordena proporcionarle un baño; después del aseo, se reclina 3
junto a la mesa, cena realmente alegre o (lo que es igualmente grande) simulando estar alegre.
[13] Entre tanto desde el monte Vesubio por muchos lugares resplandecían llamaradas anchísimas y elevadas
deflagraciones, cuyo resplandor y luminosidad se acentuaba por las tinieblas de la noche. Mi tío, para remedio
del miedo, insistía en decir que debido a la agitación de los campesinos, se habían dejado los fuegos y las villas
desiertas ardían sin vigilancia. Después se echó a reposar y reposó en verdad con un profundísimo sueño, pues
su respiración, que era bastante pesada y ruidosa debido a su corpulencia, era oída por los que se encontraban
ante su puerta.
[14] Pero el patio desde el que se accedía a la estancia, colmado ya de una mezcla de ceniza y piedra pómez se
había elevado de tal modo que, si se permanecía más tiempo en la habitación, se impediría la salida. Una vez
despertado, sale y se reúne con Pomponiano y los demás que habían permanecido alertas.
[15] Deliberan en común si se quedan en la casa o se van a donde sea al campo. Pues los aposentos oscilaban
con frecuentes y amplios temblores y parecía que sacados de sus cimientos iban y volvían unas veces a un lado
y otras a otro.
[16] A la intemperie de nuevo se temía la caída de piedras pómez a pesar de ser ligeras y carcomidas, pero se
escogió esta opción comparando peligros; y en el caso de mi tío, una reflexión se impuso a otra reflexión, en el
de los demás, un temor a otro temor. Atan con vendas almohadas colocadas sobre sus espaldas: Esto fue la
protección contra la caída de piedras.
[17] Ya era de día en otros sitios y allí había una noche más negra y más espesa que todas las noches. Sin
embargo muchas teas y variadas luminarias la aliviaban. Se decidió dirigirse hacia la playa y examinar desde
cerca qué posibilidad ofrecería ya el mar; pero éste permanecía aún inaccesible y adverso.
[18] Allí echado sobre una sábana extendida pidió una y otra vez agua fría y la apuró. Luego las llamas y el
olor a azufre, indicio de las llamas, ponen en fuga a los demás. a él lo alertan.
[19] Apoyándose en dos esclavos se levantó e inmediatamente se desplomó, según yo supongo, al quedar
obstruida la respiración por la mayor densidad del humo, y al cerrársele el esófago, que por naturaleza tenía
débil y estrecho y frecuentemente le producía ardores.
[20] Cuando volvió la luz (era el tercer día, contando desde el que había visto por última vez) se halló su
cuerpo intacto, sin heridas y cubierto tal y como se había vestido. El aspecto era más parecido a una persona
dormida que a un cadáver.
[21] Entre tanto en Miseno mi madre y yo ... pero esto no importa a la historia, ni tú quisiste saber otra cosa
que su final. Por tanto termino.
[22] Únicamente añadiré que he narrado todo en lo que yo había estado presente y lo que había oído
inmediatamente, cuando se recuerda la verdad en mayor medida. Tú seleccionarás lo más importante; de
hecho, una cosa es escribir una carta y otra escribir historia, una cosa es escribir a un amigo y otra a todos.
Adiós.
NOTAS
1. Tipo de nave ligera.
2. Ahí se forma un pequeña ensenada dentro del golfo de Nápoles, algo más pronunciada en aquel entonces.
3. En aquel tiempo no se sentaban a la mesa, sino que se tumbaban.
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ACTIVIDADES
Origen e historia
1. ¿Desde qué siglo estuvo habitada Pompeya?
2. ¿A quién debe su nombre Pompeya? ¿Por qué?
La casa pompeyana
3. ¿Cómo se decoraban los suelos y paredes de las casas pompeyanas?
4. ¿Para qué utilizaban el triclinium?
5. ¿Cómo se iluminaban las casas de Pompeya? ¿Existían lámparas?
El ocio en Pompeya
6. ¿Qué actividades lúdicas tenían lugar en las ciudades romanas?
Excavación arqueológica de Pompeya
7. ¿Por qué es tan importante la excavación de Pompeya?
8. ¿Qué rey descubrió Pompeya?
9. ¿Qué otras ciudades quedaron sepultadas por el Vesubio?
Los graffiti pompeyanos
10. ¿Qué son los graffiti?
11. ¿Qué tipo de mensajes nos han llegado a través de ellos?
Fullonicae de Pompeya
12. Explica en qué consistía una fullonica, quién trabaja allí, qué productos se utilizaban, etc.
Plinio el Joven
13. Haz un resumen de la carta de Plinio el Joven.