Trabajo Práctico N°4
Sucesiones
Materia: Derechos de las Familias
Docentes: Solari Néstor Eliseo, Torres Santome Natalia,
Cortinas Noelia Marina, Girardi Natalia Sol, Duzdevich
María Cecilia.
Comisión: 9362
Alumna: Sol Victoria Lofaro
DNI: 39.266.729
Año: 2021
1. Indique quiénes son herederos forzosos y cuáles son las porciones legítimas de
cada uno de ellos.
En nuestro derecho positivo, tienen la calidad de herederos forzosos o legitimarios los
descendientes, los ascendientes y el cónyuge.
No hay que confundir la legítima con las porciones legítimas. La legítima, como vimos,
es la parte de la herencia que la ley reserva a determinadas personas, para después de la
muerte del causante.
Las porciones legítimas constituyen la parte o porción que tiene asignado cada heredero
forzoso, en la sucesión del causante, en atención al vínculo existente con el causante —
según sea descendiente, ascendiente o cónyuge—.
Respecto de las porciones legítimas, Señala el párr. 1º del art. 2445 Cód. Civ. y Com.:
"La porción legítima de los descendientes es de dos tercios, la de los ascendientes de un
medio y la del cónyuge de un medio". La porción legítima de los descendientes es de
2/3; la de los ascendientes 1/2; y la del cónyuge 1/2.
Desde otro costado, la porción disponible sería: en caso de tener descendientes 1/3; si
tuviere ascendientes 1/2; y si tiene cónyuge 1/2.
Ahora bien, en nuestro derecho positivo, las porciones legítimas han sido siempre
independientes del número de descendientes o, en su caso, ascendientes, no haciéndose
una graduación de la cuota según si se trata de uno o varios hijos, o de uno o dos
ascendientes. Por aplicación de ello, basta con tener un hijo para que la porción
indisponible —legítima— sea 2/3; y basta tener un ascendiente para que dicha porción
sea 1/2.
Fuera de ello, en caso de concurrencias, se toma la porción legítima mayor. En nuestro
derecho positivo los casos posibles de concurrencia pueden ser dos.
Si concurren los descendientes con el cónyuge, se tomará la porción legítima mayor, es
decir, la de los descendientes (2/3).
Cuando concurren los ascendientes con el cónyuge, al ser ambas porciones
iguales, la porción legítima de dicha sucesión será de 1/2.
2. Pactos sobre herencia futura: forma y finalidad.
Los pactos sobre herencia futura pueden ser definidos como la convención por la cual el
causante organiza su sucesión con otros interesados, o estos, estipulando si en vida del
causante transfieren o abdican derechos o se comprometen en orden a la administración
y a la resolución de futuros conflictos relacionados con una empresa.
Se ha explicado que los recaudos necesarios para la existencia de pactos sobre herencia
futura son los siguientes: i) una sucesión no originada, es decir, el causante está con
vida; ii) que el objeto del contrato sea parte del acervo sucesorio; iii) que el pacto se
celebre sobre un derecho hereditario, ya sea que lo disponga el causante o el heredero.
Por lo demás, también se destacó que debía distinguirse el contrato sobre herencia
futura de aquellos de los cuales nacen derechos condicionales o a término, respecto del
deceso de una persona. Por ejemplo, cuando se establece una obligación de pago para
cuando el deudor muera, como ocurre con el seguro de vida. Es decir que la exigibilidad
o resolución de un derecho se halla condicionada al fallecimiento de una de las partes o
de un tercero.
El CCyCN mantiene la vigencia de la prohibición de los pactos sobre herencia futura,
aunque, permite mayor espacio a la autonomía de la voluntad, en alguna de sus
disposiciones legales. Esto último, claro está, siempre en un ámbito o espacio muy
reducido.
Aun cuando el principio general, en la economía del Código, sigue siendo la prohibición
sobre los pactos sobre herencia futura, se contemplan algunas excepciones, permitiendo,
en determinadas circunstancias, pactar sobre dichas herencias futuras. Art. 1010 Cód.
Civ. y Com.: "Los pactos relativos a una explotación productiva o a participaciones
societarias de cualquier tipo, con miras a la conservación de la unidad de la gestión
empresarial o a la prevención o solución de conflictos, pueden incluir disposiciones
referidas a futuros derechos hereditarios y establecer compensaciones en favor de otros
legitimarios. Estos pactos son válidos, sean o no parte el futuro causante y su cónyuge,
si no afectan la legítima hereditaria, los derechos del cónyuge, ni los derechos
de terceros".
La disposición no establece una forma determinada para los pactos sobre herencia
futura, aunque la escritura pública le otorga mayor certidumbre al contenido del mismo.
Puede decirse que la finalidad de dichos pactos, se encuentran orientados a la
conservación de la unidad económica. También podrían tener por finalidad la
prevención o solución de conflictos entre coherederos.
3. Caracteres del testamento.
Podemos definir a los testamentos diciendo que se trata de un acto jurídico mediante el
cual una persona manifiesta su voluntad, disponiendo de aspectos patrimoniales y
extrapatrimoniales, para después de su muerte.
El Código de fondo, al caracterizar al testamento en el art. 2462 Cód. Civ. y Com.,
efectúa una descripción de los elementos del mismo: "Las personas humanas pueden
disponer libremente de sus bienes, para después de su muerte, respetando las porciones
legítimas establecidas en el Título X de este Libro, mediante testamento otorgado con
las solemnidades legales; ese acto también puede incluir disposiciones
extrapatrimoniales".
Aun cuando pueda significar un intento de señalar sus notas distintivas, consideramos
que el mismo es incompleto, pues contempla alguno de sus elementos y omite otros.
Pueden destacarse ciertos elementos que integran la institución testamentaria, que
enunciaremos a continuación.
Es un acto jurídico porque el mismo produce efectos jurídicos, consistente en la
transmisión de los derechos y deberes del testador para después de su muerte.
Es un acto escrito, pues no es admitido que dicha voluntad sea efectuada en
forma verbal.
Es unilateral porque para el perfeccionamiento del acto basta la sola
voluntad del disponente. El carácter unilateral del testamento impide que pueda
ser hecho en el mismo acto, por dos o más personas, consecuencia lógica del
carácter libre del acto de disposición.
Es autónomo porque el instrumento en el cual consta no depende de otros
documentos distintos o separados del mismo. Ha dicho la jurisprudencia que es
improcedente la pretendida integración de elementos constitutivos de las formas
de los testamentos con datos obrantes en tres documentos suscriptos por el
causante, si uno carece de la escritura auténtica del testador, otro es manuscrito y
firmado pero carece de fecha, y el restante solo contiene la intención de aquel de
plasmar su voluntad en un futuro testamento, por lo cual carece de las
formalidades necesarias para constituir un testamento válido.
Es personalísimo, pues las disposiciones testamentarias no pueden
encomendarse a un tercero para que la efectúe a su nombre.
Es un acto de última voluntad en virtud de que sus disposiciones son aplicables
una vez producido el fallecimiento del testador.
Se trata de un acto solemne, porque la voluntad del testador debe expresarla de
conformidad con alguna de las formas testamentarias permitidas por la ley.
El testamento es esencialmente revocable, pudiendo hasta el momento de su
muerte dejar sin efecto el acto. Como excepción del mismo, se contempla la
hipótesis del reconocimiento de un hijo, en cuyo caso, si lo efectuó por vía
testamentaria, no podría en un testamento posterior volver sobre sus propios
actos.
4. Indique los requisitos del testamento ológrafo
Etimológicamente, el término “ológrafo” deriva del griego holos (todo) y grafo
(escrito), expresando la idea de que el mismo sea escrito íntegramente por el testador.
El párr. 1º del art. 2477 Cód. Civ. y Com., a la vez que caracteriza al testamento
ológrafo, indica los requisitos que debe tener para su debida validez: "El testamento
ológrafo debe ser íntegramente escrito con los caracteres propios del idioma en que es
otorgado, fechado y firmado por la mano misma del testador".
De conformidad a la disposición legal, los requisitos del testamento ológrafo surgen del
contenido del art. 2477 del Cód. Civ. y Com.
i) Debe ser escrito íntegramente por el autor del mismo. La característica
principal de esta clase de testamento es que el mismo es escrito de puño y
letra por el propio testador. Sin embargo, se establece: "Los agregados
escritos por mano extraña invalidan el testamento, solo si han sido hechos
por orden o consentimiento del testador" (último párrafo del art. 2477 Cód.
Civ. y Com.). Por aplicación de ello, el instrumento mecanografiado no
puede considerarse un testamento ológrafo. Ha resuelto la jurisprudencia,
que el documento por el cual un heredero pretendía que se tenga por
manifestada la voluntad del causante de revocar un legado otorgado en un
testamento por acto público, no puede considerarse como un testamento
ológrafo si su contenido y fecha fueron totalmente mecanografiados, y solo
cuenta con la firma de puño y letra del testador. En cambio, en otra
oportunidad, se juzgó que el pedido de nulidad debía ser rechazado, dado
que la impugnación no apunta a la falta de fecha, data incompleta o fecha
falsa, sino que se ha apuntado a que fue completada por un tercero, y si bien
se sostuvo que en su confección se utilizaron bolígrafos de distinta
pigmentación, tres peritos por unanimidad sostuvieron que no hubo
intervención de la mano de un tercero.
ii) El idioma en que es otorgado el mismo. El testamento puede ser escrito en
cualquier idioma, por lo que el testador tiene la libertad de elegir. En tal
sentido, su contenido debe responder a los caracteres del idioma escogido.
iii) Finalmente, el testamento tiene que ser fechado. Se requiere que el
testamento contenga la fecha en que ha sido realizado. Se interpretó que la
indicación de día, mes y año no necesariamente exige que sea según el
calendario, ya que pueden ser reemplazados por enunciaciones que
fijen de manera precisa la fecha del testamento y como el testamento
ológrafo debe ser íntegramente hecho, fechado y firmado por la misma mano
del testador, la ley exceptúa la invalidación cuando las enunciaciones u otros
elementos materiales permiten establecer la fecha de manera cierta. En
cuanto a la ubicación de la fecha en el instrumento, se indica que puede
ponerse antes de la firma o después de ella (conf. párr. 3º del art. 2477 Cód.
Civ. y Com.). Asimismo, se determina que "El error del testador sobre la
fecha no perjudica la validez del acto, pero el testamento no es válido si
aquel le puso voluntariamente una fecha falsa para violar una disposición de
orden público" (párr. 4º, del art. 2477 Cód. Civ. y Com.). Ha resuelto la
jurisprudencia que, si bien los jueces pueden rectificar la fecha inserta en un
testamento para fijarla de una manera precisa o cierta, ello es inadmisible
cuando el instrumento carece de fecha y se pretende completarla para crear
un período de varios meses, porque ello no es una data cierta, y en virtud de
que solo la data inexacta incompleta es pasible de ser rectificada. Por otra
parte, la fecha importará para determinar el momento en el cual se efectuó la
disposición, a los fines de precisar diversas circunstancias que quedan
involucradas: capacidad, existencia de otros testamentos, etc.
iv) Es necesario que el testamento sea firmado por la mano del testador. La
firma es un requisito determinante y esencial, teniendo en cuenta que
estamos en presencia de un testamento ológrafo. Respecto del lugar de la
firma, la ley establece que dicha firma debe estar después de las
disposiciones (conf. párr. 3º del art. 2477 Cód. Civ. y Com.).
v) No es imprescindible consignar el lugar en donde se redacta el testamento,
no siendo un requisito de validez del mismo.
vi) Utilización de tinta u otros recursos. No se impone una determinada
modalidad respecto de la escritura, en el sentido que deba serlo con tinta o
que utilice otra materia, como podría ser pintura, carbón o realizarlo con
distintos tipos de tinta o lápiz. Cualquiera de estas variantes es perfectamente
válida. Asimismo, dicha escritura puede ser realizada sobre un papel —lo
más común—, o en otro lugar, como en la pared, en pizarra, sobre una
madera, un lienzo, etc.
vii) Ausencia de formalismos. La expresión de la voluntad del testador,
con los requisitos antes señalados, no requiere que el autor manifieste
expresamente que se trata de un testamento. El contenido de la disposición
será lo que determina la naturaleza del acto y no la circunstancia de que el él
deba indicar formalmente que se trata de un testamento ológrafo.
Fuentes:
· “Manual de Sucesiones” Nestor E. Solari, Ed 2020
· Código Civil y Comercial de la Nación