Cinesiterapia
Cinesiterapia
CONCEPTO
La cinesiterapia puede definirse como el conjunto de métodos que utilizan el movimiento con
finalidad terapéutica. La utilización del ejercicio como terapia se remonta a varios siglos antes de
nuestra era y, en la actualidad, es -sin duda- la parte de la fisioterapia que ocupa el mayor tiempo
de trabajo de los profesionales que llevan a cabo las técnicas de rehabilitación.
Conviene dejar claro que el ejercicio realizado por el individuo con buen estado de salud se
incluye dentro de la educación física, mientras que la cinesiterapia incluye el ejercicio dirigido a
las enfermedades o sus secuelas. La cinesiterapia actúa por análisis mecánico del movimiento y
construye sus ejercicios a partir de los elementos anatómicos; en la educación física, en cambio,
es norma general oponer los métodos sintéticos que utilizan el movimiento global sobre los
analíticos.
RESUMEN HISTÓRICO
Los antecedentes históricos del ejercicio físico se remontan a los tiempos más antiguos, en los
que se englobaba bajo la denominación de «gimnasia», práctica que persigue el desarrollo
corporal del hombre y cuya finalidad esencial era higiénica, estética y deportiva.
Los griegos y los romanos dieron también una gran importancia al ejercicio físico. Los primeros
le añadieron el elemento competitivo y los segundos lo practicaban antes y después de sus
frecuentes baños.
La educación física fue evolucionando en los siglos siguientes hacia su modernización y fue en
la última mitad del siglo XIX cuando van definiéndose y sistematizándose las finalidades,
acciones biológicas e indicaciones del ejercicio terapéutico.
ACCIONES FISIOLOGICAS
A) Efectos locales
-El ejercicio mejora la circulación, ya que el movimiento de músculos y articulaciones ejerce una
acción de bomba mecánica que contribuye al retorno venoso y linfático.
-Produce, asimismo, un aumento del volumen muscular por hipertrofia de las fibras y/o aumento
de la red capilar.
-Los movimientos pasivos pueden distender estructuras fibrosas que pudieran estar acortadas o
retraídas.
-Las articulaciones se ven también favorecidas por ejercicios ya que el estiramiento de cápsulas
y ligamentos, junto a un estímulo de la secreción sinovial, hace más fácil la realización de los
movimientos.
-Los nervios periféricos se ven también favorecidos por las movilizaciones, ya que su
estiramiento estimula su funcionamiento y la transmisión del impulso nervioso a la placa
motora, lo que se traduce en una mejora en el equilibrio y la coordinación de los movimientos.
B) Efectos generales
-El ejercicio produce un aumento del trabajo cardíaco, que puede conducir a una mejor
vascularización e hipertrofia.
Son fundamentalmente:
• prevenir la fibrosis,
— El local donde se realicen los ejercicios deberá ser agradable, tendrá suficiente amplitud y
luminosidad y su temperatura será la adecuada.
— Se evitará siempre provocar dolor con las movilizaciones o la realización del ejercicio, ya
que éste traería consigo fenómenos reflejos de defensa que alterarían la eficacia del
tratamiento.
0: No hay contracción.
5: Músculo normal.
Consideración especial tendrá la valoración muscular en las afecciones del sistema nervioso
central, en las que, además de la propia fuerza muscular, tendrán que evaluarse otros parámetros,
como la medida de la espasticidad y la valoración de la capacidad de control voluntario.
— Amplitud de movimientos.
La amplitud de los movimientos articulares se medirá en grados para cada uno de ellos, mediante
el empleo de artrómetros transportadores (goniómetros). Serán anotados en fichas, comparados
con el lado opuesto, ya que hay variaciones individuales, y comparados con las medidas
utilizadas durante el tratamiento para conocer los progresos realizados al final de éste; así se
objetivan los resultados obtenidos.
CLASIFICACIÓN
1. PASIVA:
— Movilizaciones.
— Posturas.
— Tracciones articulares.
— Estiramientos musculotendinosos.
— Manipulaciones.
CINESITERAPIA PASIVA
Concepto
Comprende el conjunto de técnicas que se aplican sobre las estructuras afectadas, sin que el
paciente realice ningún movimiento voluntario de la zona que hay que tratar. El paciente no
interviene en absoluto, no presenta ni ayuda ni resistencia en la realización de los ejercicios,
aunque su pasividad es —en cierto modo— relativa, ya que está presente y debe ser consciente
del movimiento que se le efectúa.
Objetivos y finalidades
Los objetivos de este tipo de cinesiterapia, que se realiza mediante la aplicación de fuerzas
externas, serán fundamentalmente:
Se lleva a cabo en los casos en que las articulaciones están libres y no existe causa alguna que
les impida el movimiento. No hay adherencias, ni retracciones, ni contracturas espásticas, ni
dolor que se opongan a la movilización.
Se utiliza en los casos contrarios, es decir, en aquellas situaciones en que las articulaciones no
están libres, por existir adherencias o retracciones que impiden total o parcialmente su
movilización, o espasmos o contracturas que se oponen al movimiento. Este tipo de movilización
corresponde a las movilizaciones pasivas forzadas y puede llevarse a cabo de forma momen-
tánea o mantenida.
La movilización pasiva mantenida supone una acción continua sobre la articulación utilizando
fuerzas exteriores, que pueden ser las manos del fisioterapeuta, la acción de la gravedad o
medios mecánicos, como poleas o férulas mecánicas. Dentro de esta modalidad se enmarcan las
tracciones, cuyo estudio y el de las manipulaciones se realiza en el capítulo siguiente.
1. MOVILIZACIONES PASIVAS
Con estas técnicas se ponen en movimiento los músculos y las articulaciones del paciente. Para
producir la movilización actúa exclusivamente una fuerza exterior al paciente.
1.1. Movilización pasiva asistida, cuando la realiza el fisioterapeuta de forma manual o bien
por medios mecánicos.
1.2. Movilización auto pasiva, cuando es el propio paciente el que la realiza de modo
manual o mediante poleas.
Las movilizaciones pasivas asistidas pueden ser analíticas o globales. En el primer caso, la
movilización tiende a dirigirse a una sola articulación, mientras que la movilización global va
dirigida a diferentes articulaciones.
La movilización pasiva que utilicemos en cada caso estará en función de la finalidad que
pretendamos. Ésta dependerá, asimismo, de si actuamos sobre una articulación que esté libre y
en la que no existe déficit muscular o si lo hacemos sobre una articulación limitada en su
amplitud de movimientos.
En el primer caso (movilización simple), la finalidad será preventiva, intentaremos evitar la
aparición de rigideces en mala posición; el fisioterapeuta actuará sobre cada articulación en
sentido ordinario y normal de los movimientos acostumbrados, respetando la fisiología articular
y proponiéndose mantener el recorrido articular sin pretender aumentar su amplitud. Las
movilizaciones serán, en este caso, de pequeña intensidad, progresivas, no traumáticas e
indoloras.
Sobre los músculos se realizan estiramientos a fin de elongar sus fibras y producir reflejos, con
la consiguiente respuesta favorecedora del movimiento o aumento de la fuerza. Este tipo de
movilización pertenecería a la movilización pasiva relajada, en la clasificación a la que nos
hemos referido anteriormente.
En el segundo caso (movilización específica), la finalidad será curativa, ya que actuamos sobre
una articulación que no está libre y es necesario vencer sus adherencias o limitaciones con el
objetivo de recuperar su movilidad. En este caso, se solicitan los movimientos de deslizamiento,
rodadura y descompresión, según las características biomecánicas de la articulación. Puede
realizarse la movilización ejerciendo pequeños estiramientos suaves y progresivos, para
aumentar el grado de movilidad. En estos casos, resulta útil combinar la movilización con el
calentamiento de la articulación, para lo cual se utilizará la modalidad de termoterapia más
apropiada.
Mediante esta técnica, que puede incluirse en la cinesiterapia pasiva mantenida, se impone a una
o varias articulaciones una posición determinada, a fin de prevenir posibles alteraciones o
corregir las ya existentes. Mediante la puesta en tensión de los elementos constituyentes de la
articulación, adoptamos su posición adecuada.
Al igual que en otras modalidades, han de cumplirse ciertas normas básicas: progresión, respetar
ejes, planos articulares y amplitud fisiológica, y evitar la aparición de dolor. Las formas de
conseguirlas son:
2.2. De forma autopasiva, llevada a cabo por el propio paciente, de forma manual, mediante
algún aparato o aprovechando la fuerza de la gravedad.
La mano del fisioterapeuta, efectuando los efectos correctores, es la técnica preferible ya que
puede dosificar la intensidad de la fuerza aplicada, precisar su dirección y adaptarse a cada caso.
El paciente puede conseguir la postura adecuada con la mano sana o mediante aparatos puestos
en marcha por él, o manteniendo la posición adecuada, en ocasiones ayudado por la gravedad.
3. ESTIRAMIENTOS MUSCULOTENDINOSOS
Son técnicas cuyo objetivo es conseguir una elongación de las estructuras musculotendinosas, en
mayor o menor medida. Los estiramientos pueden ser manuales realizados por el fisioterapeuta o
por el propio paciente; son preferibles los primeros, al poder controlarse mejor la especificidad y
progresividad del estiramiento. Deben respetar la amplitud articular fisiológica y no producir
dolor; no deben realizarse bruscamente, sino con previa preparación y de forma progresiva.
Con los estiramientos se intenta mejorar la amplitud articular en las articulaciones limitadas por
acortamientos musculotendinosos, actuar contra la espasticidad e, incluso, prepararse para la
práctica deportiva, al lograr la flexibilidad y la extensibilidad necesarias.
• Estiramiento estático. Básicamente consiste en una maniobra lenta para evitar el reflejo de
estiramiento, hasta el punto en que aparece una tensión muscular no dolorosa, que se
mantiene durante unos 5-30 segundos.
• Estiramiento estático con contracción antagonista. Se ejecuta como en el caso anterior, pero
después se realiza la contracción isométrica del grupo muscular antagonista durante 5-30 se-
gundos. De este modo, por la acción de la inhibición recíproca, se produce una disminución
de la actividad de los músculos que son estirados.
— Como terapéutica previa a otros tipos de movilizaciones, como sucede en las paresias o
debilidad muscular y en los pacientes débiles o cardíacos que no toleran los ejercicios activos
• conservar la movilidad,
• bloqueos articulares,
• rigideces articulares,
— Aquellos casos en que no se tiene la seguridad de su indicación y/o del modo de llevarla a
cabo.
— Osteotomías o artrodesis.
— Derrames articulares
— Anquilosis establecida.
— Los procesos especificados en los diferentes tipos de movilizaciones pasivas, como en los
tumores óseos o medulares, en la osteoporosis infecciosa e inflamatoria en el caso de las
manipulaciones, o en los que no se ha descartado la presencia de metástasis óseas de localización
vertebral, en el caso de las tracciones vertebrales.
CINESITERAPIA ACTIVA
Concepto
Este apartado incluye el conjunto de ejercicios, analíticos o globales, realizados por el mismo
paciente con sus propias fuerzas, de forma voluntaria o autorefleja, y controlados, corregidos o
ayudados por el fisioterapeuta.
La contracción muscular es un punto clave en la ejecución del movimiento. Recordemos que los
músculos están compuestos por fibras contráctiles reunidas en fascículos, que sirven para
producir el movimiento. Los músculos son elásticos y contráctiles, e incluso en estado de reposo
están con una contracción parcial permanente o tono muscular que contribuye al equilibrio
estático de órganos y miembros.
La pérdida completa del proceso contráctil de un músculo se conoce con el nombre de parálisis y
la pérdida parcial se denomina paresia. Un músculo excitado puede acortarse si una de sus
extremidades está fija y la otra libre, o puede modificar la tensión sin alterar su longitud si sus
dos extremidades están fijas.
Objetivos y finalidades
- Aumentar la destreza y la velocidad del movimiento en las fases avanzadas del proceso
rehabilitador.
- Actuar favorablemente sobre las funciones cardíaca y respiratoria. Las personas bien
entrenadas reaccionan frente a un esfuerzo con menor aumento de la presión arterial que las
desentrenadas.
Clasificación
En función de si el paciente realiza de forma voluntaria la puesta en marcha de la actividad
muscular ayudado por una fuerza exterior, libremente o venciendo una oposición, distinguimos
tres tipos de cinesiterapia activa:
Este tipo de cinesiterapia se aplica cuando el paciente no es capaz de realizar el ejercicio que
provoca movimiento en contra de la gravedad (balance muscular inferior a 3), lo que supone que
necesita ayuda para su realización. La intensidad de la fuerza externa que constituye la ayuda
completará la acción del músculo, pero no la sustituirá.
-Aparatos u otros medios mecánicos: poleas, planos deslizantes, inmersión en agua, etc.
La ayuda proporcionada por el fisioterapeuta puede ser muy diversa: en unos casos elimina la
gravedad, favoreciendo la inercia, y en otros contiene el peso del miembro afectado, induciendo
al enfermo a relajar los músculos antagónicos.
La cinesiterapia asistida por aparatos constituye una variedad que engloba un conjunto de
técnicas de tratamiento, las cuales requieren el uso de estos aparatos y que se conoce con el
nombre de mecanoterapia. Los diferentes tipos de mecanoterapia se basan en los principios
elementales de la mecánica y sus modalidades terapéuticas más utilizadas son suspensionterapia
(movilización en suspensión) y la poleoterapia.
Dentro de la cinesiterapia asistida por otros medios, ha de incluirse la realizada mediante planos
deslizantes y la que llevamos a cabo mediante la inmersión en agua en virtud de la acción
mecánica del medio acuático.
Con esta técnica se suprimen tanto la fuerza de la gravedad como los rozamientos, situándose al
enfermo de forma que consiga una relajación total de las otras partes del cuerpo. Así, con sólo
una pequeña fuerza para vencer la inercia, se hacen posibles todos los movimientos articulares.
La poleoterapia nos permite la movilización por medio de circuitos de poleas y pesas. El objetivo
de las poleas simples es modificar la orientación de la fuerza proporcionada por las pesas, sin
cambiar su intensidad. Sin embargo, se obtiene una ventaja mecánica cuando se utilizan
dispositivos de poleas móviles.
El circuito de polea o instalación que se utiliza consta de una, dos o tres poleas, sobre las que se
refleja un cabo sujeto por uno de sus extremos al brazo de la palanca articular que ha de
movilizarse; del otro extremo cuelgan los pesos que actúan como resistencia o ayuda del
movimiento. Como accesorios de esta instalación dispondremos de cuerdas, reguladores y
tensores, cinchas, pesas y empuñaduras, y –sobre todo- una jaula de rejilla o –al menos- una
rejilla horizontal en el techo y una rejilla vertical (fig. 3.7). Los movimientos autoayudados por
poleas pueden ser simétricos, si el miembro sano se eleva al mismo tiempo que el afectado, o
asimétricos, cuando el sano desciende elevando al afectado.
Los planos deslizantes, superficies lisas en las que se emplean polvos de talco o patinetes para
facilitar el movimiento y disminuir el roce del segmento que hay que tratar, se utilizan cuando la
contracción muscular está muy disminuida.
La inmersión en agua es otra técnica empleada, debido a que el empuje o flotación en el agua
facilita los movimientos de la zona que hay que tratar.
Con este tipo de movilizaciones se intenta mantener el recorrido articular, la fuerza, el tono y la
coordinación.
Los ejercicios que realiza el paciente pueden ser de dos tipos: isométricos o estáticos, e
isotónicos o dinámicos.
Los ejercicios isométricos tienden a elevar la presión arterial y deben evitarse en individuos
ancianos y en hipertensos o susceptibles a la hipertensión.
Las contracciones isotónicas –durante las cuales existe variación de la longitud del músculo-,
que conllevan desplazamiento de segmentos corporales en el espacio durante un período variable
de tiempo, se usan generalmente para restablecer la potencia muscular, la función articular y el
desarrollo de sistemas orgánicos, debilitados por un traumatismo u otras razones.
Dada la existencia en los músculos de fibras lentas y rápidas, debe tenerse en cuenta que para
una correcta reeducación muscular deben realizarse los dos tipos de contracciones, isométricas e
isotónicas, y no reservar las isométricas sólo para pacientes inmovilizados.
En este caso los movimientos se realizan tratando de vencer la resistencia que opone el
fisioterapeuta con sus manos o por medios instrumentales. Por lo tanto, la contracción muscular
se efectúa en contra de resistencias externas. Este tipo de cinesiterapia es el mejor método para
aumentar la potencia, el volumen y la resistencia muscular, factores de los que depende la
función muscular, junto con la rapidez de contracción y la coordinación. El balance muscular
debe tener al menos un valor de 4. En definitiva, la finalidad perseguida es el fortalecimiento
neuromuscular: fuerza, velocidad, resistencia y coordinación.
La cinesiterapia activa resistida requiere una contracción muscular intensa, que puede efectuarse
de dos formas, como se detalla a continuación.
La potencia o capacidad de un músculo para resistir una sobrecarga aplicada se estimula cuando
los músculos actúan contra una resistencia que progresivamente aumenta; la intensidad de la
resistencia es el factor principal en el desarrollo de la potencia. Generalmente, el volumen
muscular está en relación con la potencia, de forma que se desarrolla al aumentar ésta. La
resistencia muscular, o capacidad para mantener o desarrollar repentinamente un cierto grado de
tensión, se estimula tanto más cuanto mayor sea el número de contracciones que se realizan.
Según la intensidad de la resistencia aplicada, el ritmo o repetición del ejercicio que hay que
efectuar y la rapidez de ejecución, habrá distintas modalidades de ejercicio. Si nuestro objetivo
principal es aumentar la potencia y él volumen muscular corno consecuencia de ésta, los
ejercicios se efectuarán aplicando grandes resistencias y realizando pocas repeticiones; pero sí lo
que buscamos es aumentar la resistencia muscular, lo más apropiado será aplicar menores
resistencias con frecuente repetición.
El fisioterapeuta controla los resultados que van obteniéndose y gradúa o modifica la resistencia
aplicada o la modalidad del ejercicio, según dichos resultados.
Los ejercicios pueden efectuarse de forma local o analítica, y global o general. En el primer caso,
se realizan para el fortalecimiento de un músculo o grupo muscular determinado. Cuando se
realizan de forma general, sobre múltiples articulaciones y grupos musculares, los efectos son
más amplios, lo que contribuye a una mejora de la resistencia.
Dentro de las técnicas generales o globales, se incluyen las específicas de Kabat, que pertenecen
a las técnicas de reeducación neuromuscular propioceptiva., con las que es posible conseguir
efectos como la contracción de músculos paralizados, la disminución de la espasticidad, la
facilitación y la mayor descarga de unidades motoras y la relajación de antagonistas. Este
método se basa en la aplicación de movimientos facilitados en espiral y diagonal, que se asocian
con otras técnicas de facilitación.
En esta modalidad se utilizan aparatos y sistemas diversos, como pesas, halterios, muelles,
resortes, poleas, banco de cuádriceps, etc., para oponer la resistencia (fig. 3.9).
La aplicación de pesos o cargas puede realizarse directamente sobre el segmento que se desea
movilizar o indirectamente, aplicándolos mediante circuitos de poleas o aparatos especiales.
Cuando la aplicación es directa, lo que se pretende es, por una parte, aumentar el peso del
segmento que hay que movilizar y, por otra, producir un desplazamiento del centro de gravedad
de ese segmento. Se consigue con ello, realizando el movimiento en un plano vertical y
aplicando resistencias máximas y poco repetidas, producir un aumento de la potencia del
músculo con su hipertrofia consiguiente.
Dentro de los métodos clásicos de fortalecimiento dinámico, se encuentran métodos que emplean
cargas progresivas crecientes (Delorme y Watkins, Dotte...) o cargas progresivas decrecientes
(Mac Govern y Luscombe, Zinovieff...).
Cuando la aplicación de las cargas es indirecta, utilizando poleas u otros aparatos, realizamos los
ejercicios aplicando poco peso y de forma repetida, con lo cual conseguimos un aumento de la
resistencia al ejercicio.
Las técnicas tradicionales de fortalecimiento muscular presentan inconvenientes, por lo que ac-
tualmente existe una tendencia a sustituirlas por los métodos isocinéticos. Estas técnicas se
caracterizan por una velocidad de movimiento controlada, que se mantiene constante a lo largo
de toda la trayectoria del movimiento, y van encaminadas a que el músculo trabaje a su máxima
capacidad en todo su recorrido. El aparato isocinético actúa de forma similar a un freno
centrífugo y regula la resistencia de acuerdo con la velocidad del movimiento (fig. 3.11). Si la
velocidad aumenta por un ángulo de trayectoria más favorable, aumenta la resistencia controlada
por el aparato, de manera que la velocidad del movimiento se mantiene casi constante. Sin
embargo, la resistencia disminuye cuando el movimiento se efectúa con lentitud inferior a la
velocidad mínima determinada previamente.
Este tipo de resistencia, a diferencia de las cargas aplicadas directa o indirectamente, en que la
carga impuesta no siempre es máxima por la variación del momento motor y resistente en el
transcurso del movimiento, presenta semejanzas con la resistencia manual que permite adaptarse
a las variaciones de fuerza de un músculo.
Por sus efectos fisiológicos, la cinesiterapia activa está indicada en procesos muy diversos, que
sintetizamos en:
- Alteraciones cardiorrespiratorias.
- Los casos en los que no exista colaboración por parte del paciente, por falta de voluntad para
ejecutar el movimiento o por padecer un proceso patológico que le impida la elaboración
mental del movimiento.
- Las fracturas recientes que no han sido perfectamente inmovilizadas o que se encuentran mal o
insuficientemente consolidadas.
- Todos aquellos casos en que no exista una clara indicación y prescripción médica.