Montería, Córdoba.
SEÑOR
JUEZ CONSTITUCIONAL (REPARTO)
E. S. D.
REF: Acción de tutela.
Belky González Sotelo identificado con cedula de ciudadanía 50924803 de la ciudad de
Montería, actuando a favor de mi hijo Oscar David Cifuentes González menor de edad
identificado con la tarjeta de identidad 1137977743, el cual cursa 9° grado en el colegio
Diocesano Juan Pablo Segundo. Presento acción de tutela consagrada en el artículo 86 de la
constitución política de Colombia y el decreto 2591 de 1991, contra el colegio Diocesano
Juan Pablo Segundo, su director, representante o quien haga sus veces, contra el docente
del área de matemáticas Francisco Cárdenas y el Coordinador Luis Mendoza. para que a mi
hijo se le respete el derecho fundamental constitucional de petición, el derecho a la
igualdad y al de la educación.
HECHOS.
1. El día viernes 03 de septiembre de 2021 mi hijo Oscar David Cifuentes González
estudiante del grado 9-3 se encontraba presentando examen de forma virtual de la
asignatura de Matemáticas con el profesor Francisco Cárdenas.
2. El mencionado profesor le hacía preguntas y le solicitaba que compartiera pantalla
y la vez encendiera la cámara web de forma hostigante. Dicho trato fuerte y
preguntas fueron muy diferentes a las que les hizo a los demás estudiantes, tanto así
que mi sobrina quien se encontraba cerca de mi hijo me llamó telefónicamente para
informarme de la situación.
3. Mi hijo el cual se había preparado muy bien para el examen, le respondió de
forma correcta las preguntas al profesor, pero este le acusaba sin ningún tipo de
pruebas de que tenía a alguien detrás diciéndole las respuestas.
4. yo dejo mi actividad laboral para dirigirme a mi casa para estar al tanto de la
situación y cuando llego encuentro a mi hijo muy aturdido y nervioso y compruebo
por mis propios medios el trato hostigante del profesor.
5. Como madre y por el amor que profeso a mis hijos intervengo solicitándole al
profesor que detenga su trato fuerte y este levantando la voz me pide respeto por su
clase y así mismo interviene el coordinador Luis Mendoza y estos me amedrantan y
dan por terminada la evaluación colocándole una mala nota a mi hijo.
6. Posteriormente el señor coordinador Luis Mendoza se comunica vía telefónica
conmigo pidiéndome excusas por la situación presentada pero que mi hijo tenía un
1 de calificación y por esto debía recuperar. A pesar de que mi hijo Oscar David
respondió las preguntas hechas de manera correcta.
7. Les presento un derecho de petición, donde respetuosamente les solicito el video
completo de la conferencia y le pido que se le corrija la nota a mi hijo debido a que
el respondió de manera correcta las preguntas.
8. Posteriormente por medio escrito responden mi derecho de petición estableciendo
sus justificaciones, pero evadiendo las pretensiones, ya que no suministran el video
de la conferencia.
9. También exponen que yo no puedo decir que mi hijo respondió correctamente las
preguntas porque yo no soy licenciada en matemáticas y tienen razón, pero yo parto
de la lógica que, si el profesor acusa a mi hijo sin ningún tipo de pruebas, de que él
tiene a una persona diciéndole las respuestas es porque este le esta contestando de
manera correcta. Si mi hijo hubiese contestado de manera errada simplemente el
docente hubiese dado por finalizada la evaluación y hubiera colocado una nota
mala.
10. Me niegan el certificado estudiantil que les solicito con el fin de aportarlo como
prueba ante una posible acción de tutela, aduciendo que el certificado se debe
solicitar ante la secretaría del colegio y fue precisamente en la secretaria del
colegio donde yo radico el derecho de petición.
11. Por último, para no llegar hasta esta instancia y procurando de que mi hijo
fortalezca y demuestre sus conocimientos y la preparación que tuvo. Dialogo con el
docente diciéndole que le haga la recuperación respectiva a mi hijo, pero este
manifiesta que debe presentar nuevamente otro trabajo, otra sustentación, varios
exámenes, y otras cargas académicas, lo cual como madre de familia lo veo más
como una represalia de parte del docente y no como la voluntad de impartir una
buena educación y ayudar al alumno a llegar al conocimiento.
12. Mi hijo me manifiesta que no quiere seguir estudiando y que no quiere regresar al
colegio de manera presencial y se le ve afectado por la situación. Situación que
como madre de familia me preocupa mucho debido a la salud mental y psicológica
de mi hijo.
PRETENSIONES.
1- Respetuosamente le solicito que sea usted su señoría, a quien le suministren el video
completo, de toda la conferencia para establecer el trato que se le da a mi hijo a diferencia
de los otros estudiantes, vulnerándole el derecho a la igualdad.
2- que se le solicite al colegio y al profesor Francisco cárdenas que muestre el medio
probatorio con el cual el sustenta que mi hijo tenía a alguien detrás diciéndole las
respuestas del examen y que exprese las razones del por qué el hace esta acusación.
3- Que el profesor francisco cárdenas por medio escrito manifieste claramente y de fondo
las razones por las cuales el argumenta que mi hijo no respondió las preguntas
correctamente.
4- solicito que, si no hay respuesta concreta y de fondo de parte del docente y el colegio se
le corrija la nota a mi hijo, dando como aprobada su intervención en la evaluación.
5- solicito que en caso de que las respuestas de parte de mi hijo no fueran correctas, se le
realice la recuperación respectiva como búsqueda del conocimiento y garantizándosele el
derecho a la educación, mas no como represalia de parte del docente adicionado cargas
académicas que el no pone a otros estudiantes sino únicamente a mi hijo.
6- solicito que a mi hijo se le trate, se le evalué y se le impongan las responsabilidades y
cargas académicas de igual forma a como se le establecen a sus compañeros.
7- solicito que se le brinde una atención con psicología de parte del colegio, esto con la
finalidad de que mi hijo pierda el miedo a volver presencialmente y pierda el miedo a sus
profesores.
FUNDAMENTOS DE DERECHO.
Constitución Política de 1991.
Artículo 67: La educación es un derecho de la persona y un servicio público que tiene una
función social; con ella se busca el acceso al conocimiento, a la ciencia, a la técnica, y a
los demás bienes y valores de la cultura.
Artículo 13. Todas las personas nacen libres e iguales ante la ley, recibirán la misma
protección y trato de las autoridades y gozarán de los mismos derechos, libertades y
oportunidades sin ninguna discriminación por razones de sexo, raza, origen nacional o
familiar, lengua, religión, opinión política o filosófica. El Estado promoverá las
condiciones para que la igualdad sea real y efectiva y adoptará medidas en favor de grupos
discriminados o marginados. El Estado protegerá especialmente a aquellas personas que,
por su condición económica, física o mental, se encuentren en circunstancia de debilidad
manifiesta y sancionará los abusos o maltratos que contra ellas se cometan.
Sentencia T-314-94.
LIBERTAD DE CATEDRA/AUTONOMIA DEL PROFESOR-
Límites/ARBITRARIEDAD DEL PROFESOR/REVISION DE NOTA
ACADEMICA/ESTUDIANTE
El profesor es autónomo para calificar, ni el Rector ni funcionarios administrativos,
pueden alterar el resultado de una evaluación. Pero la autonomía del profesor es
limitada, nunca puede ir hasta extremos de irracionalidad, como sería el caso de una
calificación contraevidente, pues ésta atenta directamente contra el derecho a la
verdad. El Estado, al velar por la calidad de la enseñanza, no puede enervar su acción
vigilante y correctiva porque le antepongan la autonomía del profesor, ya que la
libertad de cátedra se viola por parte del mismo profesor cuando lo que se configura es
el arbitrio injustificado de éste, es decir, el libertinaje académico, que no puede ser
legítimo, bajo ningún aspecto. Cuando el estudiante cree que hay arbitrariedad, puede
acudir ante el profesor y pedir la revisión de la nota. Las decisiones del profesor deben
sustentarse. El profesor al definir el reclamo debe tener en cuenta que una de las
dimensiones del debido proceso es la motivación de la decisión que se tome, no se trata
solamente de que el profesor rechace de plano la reclamación, sino que debe expresar
las razones de su determinación. si la libertad de cátedra no es absoluta, habrá que
concluir que el maestro al calificar debe tener en cuenta que la nota sea justa, y si esto
no ocurre, porque en la evaluación se tuvo en cuenta un factor extraño al logro de los
objetivos del aprendizaje, el alumno puede reclamarle al profesor antes de que los
resultados pasen a la secretaría del plantel y el profesor puede reconsiderar la
calificación.
Procedencia de la acción de tutela contra entidades particulares encargadas de la
prestación del servicio de la educación.
Ahora bien, de conformidad con lo dispuesto por el artículo 86 de la Constitución Política:
"Toda persona tendrá acción de tutela para reclamar ante los jueces, en todo momento y
lugar, mediante un procedimiento preferente y sumario, por sí misma o por quien actúe a su
nombre, la protección inmediata de sus derechos constitucionales fundamentales, cuando
quiera que éstos resulten vulnerados o amenazados por la acción o la omisión de cualquier
autoridad pública” o de los particulares, en los casos señalados por el Decreto 2591 de
1991, reglamentario de la acción de tutela.
El citado artículo 86 de la C.P. también señaló que “[l]a ley establecerá los casos en los que
la acción de tutela procede contra particulares encargados de la prestación de un servicio
público o cuya conducta afecte grave y directamente el interés colectivo, o respecto de
quienes el solicitante se halle en estado de subordinación o indefensión”.
En virtud de la norma constitucional citada, el artículo 42 del Decreto 2591 de 1991
estableció los supuestos en los cuales es procedente la acción de tutela contra particulares
de la siguiente forma:
“Artículo 42. Procedencia. La acción de tutela procederá contra acciones u omisiones
de particulares en los siguientes casos:
1. Cuando aquel contra quien se hubiere hecho la solicitud esté encargado de la
prestación del servicio público de educación.
(…)”.
En este orden de ideas, la Sala observa que la presente acción de tutela resulta procedente
contra el Colegio Militar Antonio Nariño por cuanto esa institución está encargada de la
prestación del servicio de educación.
3.6. De la protección constitucional del derecho a la educación
“La Corte le ha reconocido a la educación una doble connotación de derecho y deber.
Al respecto, el artículo 67 de la Constitución Política sostiene que el Estado, la
sociedad y la familia son responsables de la misma. El goce del derecho
fundamental de educación implica el cumplimiento de deberes por parte del
educando, pues en el desarrollo del proceso educativo deben respetar el
reglamento y las normas de comportamiento establecidas por el plantel
educativo en el que se encuentre matriculado y también exige tener un adecuado
rendimiento académico en armonía con las exigencias propias de la institución
educativa respectiva. En consecuencia, esta Corporación ha indicado que en el
desarrollo del proceso educativo todos los participantes deben estar involucrados en
el cumplimiento de los deberes y obligaciones signados por la Constitución Política,
la ley y el reglamento educativo o Manual de Convivencia.
De conformidad con lo establecido en el Decreto 1290 de 2009, las instituciones
educativas deben siempre garantizar los derechos de los estudiantes de recibir
asesoría y acompañamiento continúo de los docentes para la superación de sus
debilidades. El Ministerio de Educación Nacional desarrolló el Documento No. 11 en
virtud del cual se señalaron las orientaciones conceptuales y pedagógicas para la
implementación de Decreto 1290 de 2009, concentradas en los métodos evaluativos.
Dicho documento precisó que la medición que realicen las directivas de un plantel
educativo de sus estudiantes implica necesariamente un proceso, en el que: “la
evaluación implica una mirada más amplia sobre los sujetos y sus procesos porque
incluye valoraciones y juicios sobre el sentido de las acciones humanas, por tanto
toma en cuenta los contextos, las diferencias culturales y los ritmos de aprendizaje,
entre otros”. Así las cosas, se tiene que la implementación del nuevo método
evaluativo está orientado a obtener la inclusión de todos los integrantes del proceso
educativo asumiendo como criterio de calificación no solamente los resultados
cognitivos obtenidos por los educandos a través de los exámenes tradicionales sino,
además, se debe valorar el desempeño en los trabajos en grupo, interacción social,
explicaciones a sus pares, acciones diarias en el aula etc., no con el propósito de
calificarlos sino de considerar aspectos como calidad, profundidad, forma,
consistencia y coherencia en el aprendizaje. Lo anterior, bajo el entendido que el
proceso educativo debe constituir, a todas luces, una fuente de enseñanza.
Las instituciones educativas ejercen la autorregulación tanto académica como
disciplinaria a través de los manuales de convivencia o reglamentos internos, lo
cuales, son definidos por la Ley 115 de 1994 como los estadios donde se concretan
los derechos y obligaciones de los estudiantes. Al respecto, esta Corporación ha
señalado que los reglamentos generales de convivencia y los actos reglamentarios
obligan al establecimiento educativo que los ha expedido y a sus destinatarios. Los
padres o tutores de los educandos al firmar la matrícula correspondiente aceptan el
contenido y los términos del Manual de Convivencia. Todo Manual de Convivencia
es debatido y analizado por los actores del proceso educativo, por lo que se presume
que el reglamento aprobado respeta los derechos, principios y deberes consagrados en
la Constitución y no vulneran derechos fundamentales, por lo tanto, deben ser
acogidos por la totalidad de personas que integren la comunidad educativa. “(9)
3.7 La regulación normativa contenida en la ley 1620 de 2013 y en su decreto
reglamentario 1965 de 2013, para la convivencia escolar, y específicamente, en
materia de prevención y mitigación de la violencia escolar.
A efectos de la problemática concernida en la presente acción de tutela resulta oportuno
señalar que mediante la Ley 1620 de 2013(10), el Congreso de la República creó “el Sistema
Nacional de Convivencia Escolar y Formación para el ejercicio de los Derechos Humanos,
la educación para la sexualidad y la prevención y mitigación de la violencia escolar.”
En ese sentido, en su artículo 1º. se consignó que el objetivo de esta ley es contribuir a la
formación de ciudadanos activos que aporten a la construcción de una sociedad
democrática, participativa, pluralista e intercultural, en concordancia con el mandato
constitucional y la Ley General de Educación –Ley 115 de 1994– mediante la creación del
Sistema Nacional de Convivencia Escolar y Formación para los Derechos Humanos, la
Educación para la Sexualidad y la Prevención y Mitigación de la Violencia Escolar, que
promueva y fortalezca la formación ciudadana y el ejercicio de los derechos humanos,
sexuales y reproductivos de los estudiantes de los niveles educativos de preescolar, básica y
media, y que prevenga y mitigue la violencia escolar y el embarazo en la adolescencia.
Por su parte, en el artículo 2º de la Ley se consigna la definición de lo que en el marco de
esta política pública se entiende por acoso escolar o “bullying”, estableciendo que este se
presenta cuando existe una conducta negativa intencional y sistemática de intimidación
hacia un individuo, con el fin de aislarlo y ridiculizarlo frente a su entorno; asimismo,
importa señalar que también consignó la definición del “Ciberbullying” o “Ciberacoso”. El
tenor literal de estas definiciones, es el siguiente:
“Artículo 2°. En el marco de la presente ley se entiende por:
– Acoso escolar o bullying: Conducta negativa, intencional metódica y sistemática de
agresión, intimidación, humillación, ridiculización, difamación, coacción, aislamiento
deliberado, amenaza o incitación a la violencia o cualquier forma de maltrato
psicológico, verbal, físico o por medios electrónicos contra un niño, niña, o
adolescente, por parte de un estudiante o varios de sus pares con quienes mantiene
una relación de poder asimétrica, que se presenta de forma reiterada o a lo largo de un
tiempo determinado.
También puede ocurrir por parte de docentes contra estudiantes, o por parte de
estudiantes contra docentes, ante la indiferencia o complicidad de su entorno. El
acoso escolar tiene consecuencias sobre la salud, el bienestar emocional y el
rendimiento escolar de los estudiantes y sobre el ambiente de aprendizaje y el
clima escolar del establecimiento educativo.
– Ciberbullying o ciberacoso escolar: Forma de intimidación con uso deliberado de
tecnologías de información (internet, redes sociales virtuales, telefonía móvil y
videojuegos online) para ejercer maltrato psicológico y continuado.”
En aras de promover una sana y pacífica convivencia dentro de los planteles educativos, y
con miras igualmente de evitar prácticas de acoso o violencia escolar entre los estudiantes,
el artículo 12 de la Ley 1620 de 2013 ordenó conformar en todas las instituciones
educativas el Comité Escolar de Convivencia, que tiene como fin atender, entre otros, los
casos de acoso escolar. Según lo dispuesto en el antecitado artículo 12 de la Ley, este
estamento está conformado, por el rector del establecimiento educativo, por algunos
miembros del personal docente y de coordinación, y por representantes de los estudiantes y
de los padres de familia. Al efecto, la regulación en cita preceptúa:
En materia del acoso escolar, la Ley determinó una serie de responsabilidades a cargo de
los establecimientos educativos del país, a fin de que los centros de educación conformen
medios de control que permitan entornos de convivencia pacífica.
Entre las principales obligaciones el artículo 17 ídem contempló las siguientes; i) garantizar
a sus estudiantes, educadores, directivos docentes el respeto a la dignidad e integridad física
y moral en el marco de la convivencia escolar, ii) Implementar el comité escolar de
convivencia iii) Desarrollar los componentes de prevención, promoción y protección a
través del Manual de Convivencia, y la aplicación de la Ruta de Atención Integral para la
Convivencia Escolar, con el fin de proteger a los estudiantes contra toda forma de acoso,
violencia, iii) desarrollar estrategias e instrumentos destinados a promover la convivencia
escolar a partir de evaluaciones y seguimiento de las formas de acoso y violencia escolar
más frecuentes.
En materia de responsabilidad, la Ley dispuso que los casos de acoso escolar deben ser
tratados de forma inmediata a fin de evitar perjuicio irremediable; en tal medida los
artículos 18 y 19, disponen la obligación de profesores y directivas de las instituciones
educativas, de informar y combatir los actos de violencia escolar, en aras de mantener
siempre la protección de los menores que puedan llegar a ser afectados.
Específicamente, en el artículo 18 ídem asignó las siguientes responsabilidades al Rector de
la institución educativa:
“Artículo 18. Responsabilidades del director o rector del establecimiento educativo en
el Sistema Nacional de Convivencia Escolar y Formación para los Derechos
Humanos, la educación para la sexualidad y la prevención y de la violencia
escolar. Además de las que establece normatividad vigente y que le son propias,
tendrá las siguientes responsabilidades:
(…)
4. Reportar aquellos casos de acoso y violencia escolar y vulneración de derechos
sexuales y reproductivos de los niños, niñas y adolescentes del establecimiento
educativo, en su calidad de presidente del comité escolar de convivencia, acorde con
la normatividad vigente y los protocolos definidos en la Ruta de Atención Integral y
hacer seguimiento a dichos casos.
Y, en el artículo 19, hizo lo propio con los profesores, asignándoles responsabilidades
específicas en cuanto a la problemática concernida en la presente acción de tutela, así:
“Artículo 19. Responsabilidades de los docentes en el Sistema Nacional de
Convivencia Escolar y Formación para los Derechos Humanos, la Educación para la
Sexualidad y la Prevención y Mitigación de la Violencia Escolar. Además de las que
establece la normatividad vigente y que le son propias, tendrán las siguientes
responsabilidades:
1.
Si la situación de intimidación de la que tienen conocimiento se hace a través de
medios electrónicos, igualmente deberá reportar al comité de convivencia para activar
el protocolo respectivo.
4. Contribuir a la construcción y aplicación del Manual de Convivencia.”
De otra parte, atendiendo la vital importancia de crear procedimientos eficaces para
combatir los actos de acoso escolar, la Ley 1620 dispuso en su artículo 29 la creación de la
denominada Ruta de Atención Integral para la Convivencia, la cual “define los procesos y
los protocolos que deberán seguir las entidades e instituciones que conforman el Sistema
Nacional de Convivencia Escolar y Formación para los Derechos Humanos, la Educación
para la Sexualidad y la Prevención y Mitigación de la Violencia Escolar, en todos los casos
en que se vea afectada la convivencia escolar y los derechos humanos, sexuales y
reproductivos de los estudiantes de las instituciones educativas, articulando una oferta de
servicio ágil, integral y complementario.
PRUEBAS.
Me permito suministrar pruebas que me permitan probar la veracidad de los hechos ya
mencionados.
Anexo pantallazo de donde aparece el icono de que la clase si se estaba grabando.
Anexo pantallazo donde compruebo que a mi hijo lo expulsan de la evaluación.
JURAMENTO.
Bajo la gravedad del juramento manifiesto que, por los mismos hechos y derechos, no he
presentado petición similar ante ninguna autoridad judicial.
NOTIFICACIONES.
Accionante: Belky González Sotelo
Residencia: Calle 20 # w-14 B/ Rio de Janeiro.
Celular: 3106375389
Correo:
[email protected]Accionado: Colegio Diocesano Juan Pablo Segundo.
Dirección: CR 7 # 22-73. Montería, Córdoba.
Teléfono: 7821082-7827406.
Correo:
[email protected]Accionado: Francisco Javier Cárdenas.
Teléfono: 305 2034893
Accionado: Luis Mendoza.
Teléfono: 313 5501534