Opinión
Preparándose para su siguiente clase
Por: Roberto Moreno Publicado 27-01-23
El martes 24 de enero celebramos el Día Internacional de la Educación, proclamado por la Asamblea
General de las Naciones Unidas para reconocer el papel que la educación desempeña para la paz y el
desarrollo. La educación es un derecho humano, un bien público y una responsabilidad colectiva.
Lamentablemente, según la UNESCO, en la actualidad, 244 millones de niños y jóvenes están sin
escolarizar y 771 millones de adultos son analfabetos. El panorama nacional no se aparta de esta
alarmante situación, con un alto porcentaje de niños y jóvenes que no reciben la educación obligatoria que
establece nuestra Constitución Política. Debemos hacer un esfuerzo inmenso para asegurar su
incorporación a las aulas y velar porque quienes lleguen permanezcan en la escuela y tengan aprendizajes
de calidad.
Por ello, debemos reflexionar detenidamente sobre la labor que realizan los educadores, especialmente
ahora en nuestro retorno al salón de clases. El ciclo comenzó de lleno para muchos docentes e
instituciones educativas. Otros están en pleno calentamiento de motores. Es el momento preciso para
plantear nuestros planes y objetivos, revisar aquellos aspectos que funcionan bien en el aula y prepararnos
para tener éxito en nuestras clases. Analizando el tema, encontré un artículo del Harvard Business
Publishing Education con una reflexión de George Sidel sobre el particular.Él presenta siete estrategias
para prepararse con éxito para su siguiente clase. El Dr. Siedel es profesor emérito de la Escuela Ross de
Negocios de la Universidad de Michigan. Además de ser reconocido múltiples como profesor distinguido,
el año pasado Siedel publicó un libro sobre lecciones de profesores legendarios.
El autor comienza indicando que, al estudiar a estos docentes, él pensaba que se trataría de actores
talentosos en el salón de clase, caracterizados por su uso del drama y del humor. Sin embargo, descubrió
que su buen desempeño se basaba más bien en un proceso riguroso de enseñanza, con varias prácticas en
común: una intensa preparación de la clase, su habilidad para crear una comunidad de aprendizaje, el
recordatorio constante a sus estudiantes de por qué el curso es importante, su énfasis en ver la película
completa, su capacidad de desagregar temas complejos en partes más simples y ser un ejemplo de
interacción en el aula.
De estos aspectos, Siedel indica que para estos profesores legendarios la preparación para la clase es algo
prioritario. El autor revela siete hallazgos derivados de la conversación con estos docentes exitosos sobre
el diseño y entrega de sus cursos. A continuación, transcribo un resumen de sus recomendaciones y
hallazgos.
1. Piense en su curso como si fuera una historia. Dedique tiempo a identificar los aspectos sustantivos
de la presentación. Hile la trama y los sucesos principales de la “narración”, buscando cómo abordar el
tema central y los aspectos colaterales. Una historia bien presentada requiere un esfuerzo sistemático para
presentar algo con una estructura clara. Algunos usan la metáfora de “enseñanza como teatro”: el docente
crea un guión al desarrollar el contenido del curso, es un director que organiza la clase y se convierte en
actor en el momento de la entrega de lo planificado.
2. Cree un plan detallado para cada clase. Tenga un mapa de vuelo detallado para cada clase,
explicitando cómo desea involucrar a los estudiantes para lograr un proceso activo y colaborativo. Tenga
un esquema de lo que espera que suceda en cada momento para el logro de los objetivos de aprendizaje,
sin que ello le limite a dar cabida a la discusión de temas relevantes, que no se tenía contemplado abordar.
Sepa de antemano cómo pretende evaluar los logros.
3. Conozca a sus estudiantes. Personalice el ambiente de aprendizaje, siendo el aula un lugar donde
todos nos conocemos de nombre y apellido y nos interesamos en comprender mejor los intereses,
antecedentes y características de los participantes. Trate de indagar sobre los miembros del grupo
utilizando Linkedin y otras herramientas, incluso antes de comenzar el curso.
4. No parta de cero. Identifique las mejores prácticas. No reinvente la rueda cada vez. Acérquese a
colegas que han enseñado cursos similares y pregúnteles sobre las cosas que han funcionado para ellos.
Indague sobre los ejercicios, casos, lecturas y módulos que han sido especialmente efectivos con los
estudiantes. Use herramientas disponibles con recursos para distintos cursos y contenidos.
5. Cuando use estudios de caso, hágalos suyos. Aunque el uso de estas metodologías puede requerir
mucho esfuerzo, es importante dedicar tiempo a ver cómo personalizar los casos, presentando algo que
sea pertinente y que haga sentido para el docente y para los estudiantes. De un lugar protagónico a
aprendizajes que sean significativos para todos.
6. Considere grabar algunas de sus sesiones de clase. La filmación de las clases puede ser de gran
utilidad como un recurso adicional para los estudiantes. Además, desde una perspectiva de
microenseñanza, prestar atención a la grabación de nuestras clases puede ayudarnos a identificar áreas de
oportunidad e identificar cómo mejorar nuestra docencia. También puede ayudarnos a precisar las
estrategias que funcionan mejor en el aula y ver conductas que debemos o no tener.
7. Tenga una sesión de evaluación al terminar algunas sesiones o al finalizar el curso. El mejor
momento para comenzar la preparación de un curso es antes del cierre del anterior. Junto a sus estudiantes
haga una evaluación de las estrategias que funcionaron y de las que no sirvieron. Interésese en saber qué
cosas estuvieron bien y cuáles podrían haber sido mejores. Converse con ellos sobre la efectividad de la
docencia, las tareas, los recursos utilizados y los métodos de evaluación.
Ojalá que estas reflexiones del Dr. Siedel nos inspiren a todos a ser mejores docentes en este ciclo que
comienza. Aspiremos a ser mejores educadores. Deseo a ustedes un fructífero año, lleno de aprendizajes y
crecimiento personal para todos.