0% encontró este documento útil (0 votos)
860 vistas253 páginas

Y Fueron Felices

Este documento es un prólogo para el libro "...Y fueron felices" de Susana Moreu. El autor describe a Susana como una alumna inteligente y divertida de un máster sobre la familia. Explica que el libro contiene consejos prácticos para mejorar las relaciones de pareja expresados de una manera graciosa y con ilustraciones. El prólogo también incluye un decálogo para ambos cónyuges con ideas como que el amor conyugal requiere una donación total y renovada diariamente.

Cargado por

pablo coliñir
Derechos de autor
© © All Rights Reserved
Nos tomamos en serio los derechos de los contenidos. Si sospechas que se trata de tu contenido, reclámalo aquí.
Formatos disponibles
Descarga como PDF, TXT o lee en línea desde Scribd
0% encontró este documento útil (0 votos)
860 vistas253 páginas

Y Fueron Felices

Este documento es un prólogo para el libro "...Y fueron felices" de Susana Moreu. El autor describe a Susana como una alumna inteligente y divertida de un máster sobre la familia. Explica que el libro contiene consejos prácticos para mejorar las relaciones de pareja expresados de una manera graciosa y con ilustraciones. El prólogo también incluye un decálogo para ambos cónyuges con ideas como que el amor conyugal requiere una donación total y renovada diariamente.

Cargado por

pablo coliñir
Derechos de autor
© © All Rights Reserved
Nos tomamos en serio los derechos de los contenidos. Si sospechas que se trata de tu contenido, reclámalo aquí.
Formatos disponibles
Descarga como PDF, TXT o lee en línea desde Scribd
Está en la página 1/ 253

… Y FUERON FELICES

SUSANA MOREU

… Y FUERON FELICES
Segunda edición

EDICIONES INTERNACIONALES UNIVERSITARIAS


MADRID
Primera edición: Junio 2009
Primera reimpresión: Septiembre 2010
Segunda edición: Mayo 2012

© 2012: Susana Moreu


Ediciones Internacionales Universitarias, S.A.
Gabriel Lobo, 12. Bajo B – 28002 Madrid
Tfno.: +34 91 350 68 15 – Fax: +34 91 564 41 07
e-mail: [email protected]

Queda prohibida, salvo excepción prevista en la ley, cualquier forma de reproducción, distribución,
comunicación pública y transformación, total o parcial, de esta obra sin contar con autorización
escrita de los titulares del Copyright. La infracción de los derechos mencionados puede ser consti-
tutiva de delito contra la propiedad intelectual (Artículos 270 y ss. del Código Penal).

ISBN: 978-84-8469-311-6 • Depósito Legal: M 14.509-2012


Ilustración cubierta: Corbis
Cómic: Fernando Moreu, Loreto Spá
Tratamiento: PRETEXTO. Estafeta, 60-62. Pamplona
Imprime: GRÁFICAS ALZATE, S.L. Pol. Comarca 2. Esparza de Galar (Navarra)
Printed in Spain – Impreso en España
A Jose el hombre de mis sueños
Ì1',&(

PRÓLOGO .......................................................................................... 11
INTRODUCCIÓN ................................................................................. 23

I
AMOR

1. …Y FUERON FELICES Y COMIERON PERDICES ............................ 27


2. PUES CARIÑO, COMO TODO EL MUNDO ...................................... 31
3. ¿PARA SIEMPRE? ...................................................................... 43
4. EL PRIMERO DE LA LISTA .......................................................... 59

II
CONOCERSE

5. «CADA DÍA ME VEO MÁS GORDA» ............................................ 67


6. ELEGIR BIEN ............................................................................. 81
7. ¿NOS CONOCEMOS? .................................................................. 91
8. ¿IGUALES… EN QUÉ? ............................................................... 103
10 ... Y FUERON FELICES

III
TU + YO

9. COMUNICACIÓN ........................................................................ 121


10. CRISIS ...................................................................................... 145
11. CARA O CRUZ ........................................................................... 177
12. MI CASA, EL DESCANSO DEL GUERRERO/A ................................ 199
13. ¡¡¡¡ TIEMPO!!!! ......................................................................... 211

IV
48,e1126/2,%$$'(&,5«

14. FUERON FELICES, COMIERON PERDICES …Y TUVIERON HIJOS .. 223


15. FIN ........................................................................................... 243
AGRADECIMIENTOS ........................................................................... 245
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS .......................................................... 247
PRÓLOGO

Con el permiso de nuestros respectivos cónyuges, Susana y


yo nos queremos mucho. Y sin el permiso de nadie –¡hasta ahí
podríamos llegar!–, Susana y yo queremos infinitamente más a
nuestros cónyuges.
Por eso no me extraña que una buena amiga de Lourdes, mi
mujer, me dijera en una ocasión que yo era de los pocos auténti-
cos feministas que había conocido: ¡teniendo una mujer como la
que tengo…!
Y tampoco me asombra que, mientras gozaba con el libro que
ahora tienes entre las manos, me haya parecido que los varones
disfrutarán al leerlo y se sentirán más que felices, porque Susana
los trata muy requetebién y le parece estupendo casi todo lo que
hacen. ¡Y es que teniendo un marido como el de ella…!
Como casi todo últimamente, el libro de Susana comienza
para mí con el «Máster en Ciencias para la Familia» que coordino
desde hace ya cinco años en la Universidad de Málaga.
Son cuatro las ediciones concluidas o en marcha y la quinta
comienza en enero de 2009. Susana es una de las alumnas aven-
tajadas de la primera –2004-2005–, cuando todo era presencial.
Por eso se trasladaba los viernes por la tarde desde Granada al
Aulario Severo Ochoa de la UMA, asistía a cuatro horas y media
12 ... Y FUERON FELICES

de clase, otras cuatro y media el sábado por la mañana… y vuelta


a Granada, tal vez comiendo por el camino.
Y, aunque pueda parecer lo contrario, no solo aprendíamos
–yo, el primero–, sino que lo pasábamos estupendamente y nos
reíamos de lo lindo. Y, en esto de divertirse, Susana era una pieza
clave. Aguda, inteligente, vivaracha y muy de hoy, dentro y fue-
ra de las aulas sus comentarios eran atinados, vitales, a menudo
sorprendentes y siempre llenos de un sentido común arrollador:
fruto de la vida vivida; y, además, enormemente simpáticos y
atractivos, cautivadores.
No la califico como el alma de la promoción porque, en honor
a la verdad, en esa primera hornada había muchas almas de una
calidad poco común.
No es raro que, en unos Estudios sobre la familia, profesores
y alumnos formáramos, en estricto universitario, lo más parecido
a una familia de las buenas, con clase y con salero.
Solo una anécdota. En enero de 2005 coincidieron los alum-
nos de segundo del Primer Máster con los de primero del Segundo
(Máster, se entiende). Y el aula de los que empezaban entonces era
la que el año anterior habíamos utilizado con los únicos que había.
Por eso, los veteranos entraban casi por instinto en ella, pensando
que era la suya. Y nos saludábamos tan efusivamente y con tantí-
simo cariño, que uno de los nuevos comentó en voz alta y con el
mismo buen humor de la promoción precedente: «A principios del
año que viene… ¿nosotros seremos tan estupendos como ellos?».
Susana tenía nuevas bazas en la manga. Las sacó a relucir, al
menos para mí, en el trabajo con el que concluían los dos años de
estudio. Casi nunca me he reído tanto como los días que tuve la
suerte de corregirlo y pocas veces he aprendido más, casi sin pre-
tenderlo y sin apenas darme cuenta… y con una constante sonrisa
en los labios. No solo era gracia e ingenio lo que allí abundaba,
sino auténtica sabiduría expresada con una finura y un frescor
excepcionales.
PRÓLOGO 13

Pero también había un vigor contundente. Entre bromas y


chistes, como quien no quiere la cosa, Susana sacaba a relucir
unas verdades como puños, de esas que conmueven las entrañas
y te plantean un cambio fuerte, radical, pero sin violencia; más
aún, uno se encontraba ante un reto ilusionante y sugestivo, que le
entraban ganas de afrontar. Y, como remate, unos dibujos impre-
sionantes, como los que ahora se encuentran en el libro.
Fui yo quien le pedí si podía prepararlo para su publicación y
me ofrecí a revisarlo. Y aquí lo tienes, formando parte de la co-
lección Edufamilia, cuya historia ya ha sido narrada en otro libro
(Marta Román: Un hurra por Internet, publicado por Ediciones
Internacionales Universitarias… ¡como es debido!)
¿Y el contenido? No quiero entrar en él, para no robar la ilu-
sión de toparse de primera mano con lo que Susana nos cuenta:
entre otras razones, porque uno de sus grandes atractivos es el
modo como lo dice… ¡que ya quisiera yo para mí!
Lo que voy a intentar en este Prólogo, por eso del feminismo
y del machismo que mencioné al comienzo, es sugerir qué deben
hacer marido y mujer para convertir su matrimonio en lo que está
llamado a ser: la mayor aventura de toda su vida… ¡y con un final
feliz!, como bien muestra Susana.
Añado, aunque pienso que no sería necesario, que en lugar
de los consejos y advertencias que he decidido consignar aquí,
podría haber elegido otros similares… o distintos. Porque lo que
importa no es tanto lo que uno y otra hacemos, sino la actitud con
que vamos al matrimonio y seguimos en él, y que, sin duda, se
muestra en nuestro comportamiento cotidiano.
Una actitud que, en ocasiones, me he atrevido a expresar con
palabras un poco lanzadas: obsesionarse con amar y hacer dicho-
so al otro cónyuge, día tras día, en un crescendo sin término, que
dará como consecuencia o añadidura la propia felicidad.
14 ... Y FUERON FELICES

I. El decálogo «unisex»

Por todo lo anterior, antes de proponer algunos consejos es-


pecíficos para las mujeres y los maridos, quiero dejar constancia
de ciertas ideas aplicables a ambos.

1. El amor conyugal no es una simple pasión, ni un mero


sentimiento… ni un enjambre más o menos alborotado
de afectos
Aunque tales emociones a menudo lo acompañen y sea con-
veniente que así ocurra, el verdadero amor entre los cónyuges es
una donación total, definitiva y excluyente, fruto de una firme y
libérrima determinación de la voluntad, que se decide de manera
irrevocable a querer al otro de por vida.
En consecuencia, ser fieles significa renovar voluntariamente
el propio sí e irlo haciendo más hondo y abarcador… también
cuando a uno/a le cueste.

2. Al cónyuge hay que volverlo a enamorar cada jornada


La boda no es sino el sillar de un grandioso edificio, que
deben levantar y embellecer piedra a piedra, alegría con alegría,
desvelo tras desvelo, entre los dos.
Si en el momento de la boda no se inaugurara una gran aven-
tura, la mejor y mayor de la vida humana, consistente en hacer
crecer el amor y de este modo ser muy felices,… ¿tendría sentido
casarse?

3. El amor se nutre de minúsculos gestos y atenciones


Evita, pues, las pequeñas menudencias que molestan al otro
cónyuge y busca lo que le satisface.
Si te sientes incapaz de hacer grandes cosas por él o por ella,
no te preocupes ni te empeñes en buscarlas. Como en el resto de
la vida humana, la clave del éxito no se encuentra en las magnas
PRÓLOGO 15

gestas a menudo solo imaginarias, sino en el diminuto pero cons-


tante detalle de cada instante.
4. Al casarte, has aceptado libremente a tu consorte tal
como es, con sus límites y defectos
¿Quiere esto decir que «allá se las apañe» o que «ahí se pu-
dra»… según cómo te encuentres de enfadado/a?
Todo lo contrario. Nunca has de renunciar a ayudarle a que me-
jore, con amabilidad, tino y un poco de picardía…, queriéndolo/a
cada vez más y mejor: lo decisivo es soportar, en el sentido de
ofrecer un apoyo incondicional y seguro, y no soportar, en la
acepción de aguantar sufridamente los presuntos defectos y ma-
nías del otro.

5. No te dejes absorber por el trabajo, las relaciones socia-


les, las aficiones…
No, al menos, de una forma tan… ridícula que acabes por no
encontrar tiempo para estar a solas y en las mejores circunstan-
cias posibles con tu cónyuge y para dedicar también tu atención
a la casa y al resto de la familia, que es donde, en fin de cuentas,
se cuece tu felicidad.

6. Toma las decisiones familiares de común acuerdo con el


otro componente del matrimonio
Esfuérzate por escucharlo e intentar comprender sus razones.
La clave de la comunicación no reside en ser un buen charlatán,
sino un excelente escuchatán: ¡qué gran amigo aquel que, simple-
mente, sabe oírnos con atención!

7. Respeta la razonable autonomía y libertad de tu consorte


Reconoce, por ejemplo, su derecho a cultivar un interés per-
sonal, a atender y fomentar sus amistades, su vida de relación con
'LRVVXVVDQDVDILFLRQHV«VDELHQGRTXHHQWRQFHVpORHOODVHHV-
forzarán por no descuidar el cuidado y el mimo que tú mereces.
16 ... Y FUERON FELICES

No se trata de ser el tonto o la tonta de la fiesta. Todo lo con-


trario: en un matrimonio normal, como en el resto de la vida, «el
amor llama al amor».
No te dejes arrastrar por los celos, que son ante todo una de-
mostración de desconfianza y que podrían dar origen a aquello
mismo de lo que intentas defenderte o que pretendes evitar.

8. Fomenta la alegría y el buen humor en tu hogar


Alegría y buen humor son como el lubricante imprescindible
para que la vida de familia discurra sin fricciones ni atascos, que
podrían minar la armonía entre sus miembros.
Por eso resultan tan importantes los momentos de fiesta,
auténticos motores del contento y la algazara familiares.
Procura que algún detalle material encarne y dé cuerpo al
ambiente jubiloso del espíritu, cuando la fecha así lo reclame… o
cuando lo estimes conveniente, aunque no exista más motivo para
hacerlo que el amor que tienes a tu familia, el hecho de que un
hijo esté más flojo, el otro cónyuge cansado, etc.

9. Con todo el cariño del mundo, mantén en su lugar a tus


padres
No les permitas que se entrometan imprudentemente en
vuestros asuntos. En ocasiones será oportuno pedir ayuda, pero
recuerda que si las reglas de juego están claras desde el primer
instante resulta más sencillo conservar la armonía… y que es
más fácil mantener una plaza que recuperarla cuando se ha per-
dido.
En la práctica, la solución está en adelantarse a pedir consejo
GHDTXHOORHQORTXHSHQVDPRVTXHKDQGHLQWHUYHQLU'HVSXpV
lo seguiremos o no y, en este segundo caso, les expondremos las
razones que nos mueven a obrar como lo hacemos.
'HHVWDIRUPDVLQQHFHVLGDGGHPDUFDUUHJODVQLOOHJDUDHQ-
frentamientos o subidas de tono, se delimita el terreno de los res-
PRÓLOGO 17

pectivos matrimonios, al paso que los padres quedan contentos


porque realmente están ayudando a sus hijos a sacar adelante su
familia.

10. No tengas demasiado miedo a discutir… sin pasarte de


rosca
Lo realmente decisivo es que aprendas a reconquistar la paz
enseguida. E incluso esfuérzate en sacar provecho de esas triful-
cas, reconciliándote cuanto antes con un acto de amor y un abra-
zo de mayor intensidad que los precedentes al enfado.
Si procuras que las discusiones se produzcan muy de tarde
en tarde, acabarás por comprobar que vale la pena reñir alguna
que otra vez… solo para después poder hacer unas paces mara-
villosas.

II. Por cortesía, el turno a las señoras

Quizás a alguna le pueda ayudar releer de tanto en tanto el


siguiente no-decálogo para la mujer, que en buena parte podría
aplicarse al varón, pues es bastante simétrico al que luego pro-
pondré para los esposos.

1. Quiere a tu marido por encima de todo… y de todos


Quiérelo también cuando otro hombre te parezca más com-
prensivo, más educado, más atento, más divertido… o, simple-
mente, más elegante o más guapo.

2. No estropees la relación con él por nimiedades


Es decir, por cosas que en un momento te pueden parecer im-
portantísimas –el orden y la limpieza del hogar, de los que tam-
bién él es responsable, o incluso tu carrera profesional, si trabajas
18 ... Y FUERON FELICES

además fuera de casa–, pero que a la larga, y en fin de cuentas,


no lo son tanto.

3. No lo asaltes ni lo «noquees» en cuanto llega a casa


Cuando abra la puerta, no lo atosigues con tus problemas pro-
fesionales o familiares o los que fueren.
Procura primero saludarlo con cariño, aun cuando sea perfec-
tamente legítimo y comprensible, ¡y estupendo!, que durante todo
el día hayas estado esperando la ocasión de desahogarte con la
persona que más quieres y mejor te escucha y comprende.

4. Prepárale su plato preferido cuando intuyas que lo ne-


cesita
O deja que él lo prepare, si le gusta…, a pesar del desbarajuste
que pueda organizarte en la cocina: el marido se gana también a
través del estómago.
Tener en cuenta estos aspectos no es falta de romanticismo
ni de delicadeza… ni menos aún una especie de juego sucio, sino
puro sentido común y conciencia clara de la intimísima unidad
del ser humano.
(Obviamente, como hoy muchos hombres también cocinan,
e incluso lo hacen bien y se divierten con tales faenas, esta reco-
mendación puede aplicarse exactamente igual a ellos respecto a
sus mujeres.)

5. ¡Concédele una tregua!


No lo atormentes con excesos de celos, no lo ofendas con tus
dudas –evita incluso imaginarlas–, no seas irónica.
(También, como el anterior, se puede y se debe traducir al
masculino.)

6. No te engañes a ti misma
En concreto, no pienses que con otro hombre es fácil mante-
ner una relación de simple amistad… incluso íntima, sin correr
PRÓLOGO 19

el riesgo de ser infiel a tu marido; ni, mucho menos, te diviertas


jugando a interesar a otros hombres.

7. ¡Ojo con las confidencias… o con los confidentes!


No te lamentes con un amigo de los defectos de tu esposo,
porque este podría ser el primer paso hacia la deslealtad: ¡los
amigos resultan siempre tan comprensivos!
(Ídem del lienzo…)

8. No te hagas la sufridora, aunque de veras estés sufriendo


Y no exageres las contrariedades para inducir a tu marido a
hacer lo que deseas.
'HFLUOHFRQVHQFLOOH]ORTXHQHFHVLWDVRVLPSOHPHQWHWHKDFH
ilusión constituye una muestra de confianza, que él te agradecerá
y os unirá más todavía.

9. Cuida tu aspecto externo


Aunque pueda sonar a broma, el rostro se asemeja mucho a
una obra de arte, que con el tiempo tiene necesidad de una amable
restauración.
Por eso procura no presentarte nunca ante tu marido como no
lo harías ante una conocida dispuesta a juzgar de tu belleza.
Y conténtate y sé feliz, más conforme pasen los años, con
gustarle a él: no aspires a gustarte a ti misma –eres tu crítica más
exigente– ni admitas comparaciones con tus amigas o con otras
personas de tu mismo sexo.

10. No envidies a las otras mujeres, ni siquiera interiormen-


te, ni pongas como ejemplo a sus esposos
Harás que el tuyo se sienta fracasado, que es una de las cosas
que más duelen y peor soportan los varones: ¡somos más frágiles
que el más pequeño de tus hijos, convéncete!
20 ... Y FUERON FELICES

III. Para que ellos no «se sientan menos»

No repito –es decir, sí repito– que casi todo lo que figura en


este apartado podría haber estado en el anterior… y viceversa.

1. Quiere a tu mujer más que a cualquier otra


También cuando el paso de los años la vaya dejando en des-
ventaja física –¡no en belleza, que es algo mucho más elevado y
personal!– respecto a las más jóvenes.
No tengas la cara del humorista aquel que se limitaba a decir
en la viñeta habitual: «Yo amo a España… y a todas sus mora-
doras».

2. No pases demasiado tiempo con ella lamentándote del


trabajo…
Y nunca montes una escena porque «no comprende su verda-
dera importancia»; interésate más bien por sus problemas y por
los de los hijos.

3. Escribe bien grande en tu agenda las fechas-clave festi-


vas
Las de vuestra boda, del santo y del cumpleaños de tu mujer
y de los restantes aniversarios en que agradecerá detalles espe-
ciales por tu parte.
Y si eres de los ya informatizados, haz que la alarma suene
bien fuerte los dos o tres días anteriores… para ir preparando el
terreno.

4. No olvides que tu madre es la suegra de tu mujer


Y que, según dicen las malas lenguas, una y otra, de manera
no consciente ni voluntaria, pueden tender a acaparar en exclusi-
va tu cariño.
Presta atención, por tanto, a prevenir celos y a evitar una ex-
cesiva injerencia en tu familia.
PRÓLOGO 21

5. No tengas vergüenza de… tener vergüenza


No te cortes al decirle que la quieres, aun cuando «ya lo
sabe», y de demostrárselo en cosas concretas, como el interés por
su salud y su trabajo, o sorprendiéndola de vez en cuando con el
regalo que inconscientemente espera o con la escapada no previs-
ta que tanto le gusta.
Estas manifestaciones de afecto son imprescindibles para tu
esposa… y para ti mismo, que, al concretarlo en gestos y pala-
bras, reafirmas, consolidas y haces crecer el amor que sientes por
ella.
6. ¡Sé leal!
No caigas en la vil y ya trasnochada banalidad de pensar que
la infidelidad masculina es menos grave que la de la mujer.
7. Ordena tu escala de «valores»
Sobre todo si tienes mentalidad empresarial, convéncete de
que el negocio más importante de tu vida es tu familia: tu mujer
y tus hijos.
Por eso, no pienses que basta con llevar a casa el dinero nece-
sario ¡ni mucho más del necesario, que es lo que suele ocurrir…
en detrimento de la vida en familia!
Considera más bien de vez en cuando lo que, con una franca
sonrisa, aseguraba aquel padre de familia animoso y entregado,
excelente marido, profesional de prestigio, amigo generoso de nu-
merosos amigos: «… tengo tantas cosas estupendas e interesantes
que hacer, que casi no me queda tiempo para dedicarme a ganar
dinero».
8. Sé marido… de todo el día
Cuando vuelvas al hogar, empieza por cumplir tus obligacio-
nes con tu mujer y con tus hijos; después, si te queda tiempo, y
normalmente será bueno que te quede, leerás el periódico o verás
la tele.
22 ... Y FUERON FELICES

Y evita la mentalidad de mártir por hacer aquello que debería


ser una fuente de gozo.

9. Cuídate… porque ella se lo merece


Por amor a tu mujer, por estricta justicia y por un mínimo de
buen gusto no abandones tu físico y procura cierta elegancia en
el vestido, en el porte, en el modo de hablar, en las posturas…
también cuando estés en casa.

10. Sí que tienes tiempo


Encuentra el tiempo necesario para dedicarlo a tu mujer y a
tus hijos, renunciando si fuera menester a intereses o comodida-
des personales
Tiempo hay: veinticuatro horas diarias, como desde el princi-
pio del mundo. Todo depende de qué valores ocupen los primeros
puestos de tu escala… y qué consideres sin importancia.

Luego…

Y llegados aquí, paciente lector, pueden ocurrir dos cosas:


a) Que el Prólogo no te guste lo más mínimo, con lo que
querrás desquitarte leyendo el libro de Susana, que es in-
finitamente mejor, te lo aseguro.
b) Que no te haya caído del todo mal. Y entonces, ¡disponte
a disfrutar de lo lindo con las páginas que siguen!
TOMÁS MELENDO
Catedrático de Filosofía (Metafísica)
Director de los Estudios Universitarios sobre la Familia
Universidad de Málaga (España)
,1752'8&&,Ð1

Aunque he escrito este libro para «todos los públicos», no


he podido evitar mi condición de mujer, por lo cual sin ser un
libro para mujeres, está redactado desde una perspectiva eminen-
temente femenina.
No soy feminista, si eso implica creer que somos mejores que
los hombres, ni machista si eso implica lo contrario. A estas altu-
ras de la película es ridículo pensar que ser distinto significa ser
mejor o peor. Hoy sabemos que para hacernos valer no tenemos
que ser como hombres ni renunciar a lo que nos hace únicas y
especiales, nuestra feminidad. Creo firmemente en la dignidad de
la persona, hombre y mujer.
Es maravilloso descubrir que somos iguales en dignidad, pero
totalmente distintos en todo lo demás. Esto hace ya tiempo que lo
saben científicos, antropólogos y sociólogos, y son precisamente
esas diferencias físicas y psíquicas lo que nos hace atractivos el
uno al otro. Adoro a los hombres, hasta el punto de casarme con
uno de ellos, pero siempre he tenido claro el papel fundamental
de la mujer en la historia; es indiscutible que con su feminidad
contribuye a construir una sociedad mejor.
Creo en la mujer, en su profunda intuición, en la certeza de
que lo mejor de su vida está hecho de las actividades orientadas
al otro, a su crecimiento y a su protección.
24 ... Y FUERON FELICES

Entre nuestras filas tenemos profesionales cualificadas, madres


abnegadas, amantes apasionadas… y lo más maravilloso, podemos
ser todo eso a la vez… Los tiempos corren a nuestro favor, hoy po-
demos ser todo lo que queramos, aunque no siempre haya sido así y
constituya una meta a alcanzar en algunas partes del planeta.
El tema de la vida en pareja es uno de los más llevados y traídos.
Ya que el ser humano ha sido creado para ser feliz. Y la forma más
«fácil» de conseguirlo es amando y siendo amado. Nuestra capaci-
tación intelectual y profesional, nos da mucha satisfacción, pero lo
que de verdad nos hace felices es nuestra vida personal, afectiva.
Todos tendemos a enamorarnos, a formar una familia y si
no lo hacemos en el fondo lo deseamos o no lo descartamos; y
es que gran parte de nuestra autoestima, de las fuerzas con que
afrontemos la vida, el trabajo, vienen de esta gasolina que además
produce adicción, el AMOR. Solo conociéndonos y conociendo
al objeto de nuestro amor, podremos querernos mejor.
'HVGHHVWDVSiJLQDVTXLHURVXVXUUDUHQPXFKRVRtGRV\JULWDU
como pueda a todas esas mujeres que se sienten incapaces, que no
se encuentran satisfechas, que puede haber un mundo mejor…
Una mujer que vive una felicidad serena, fruto de sentirse a
gusto con la vida, capaz de descubrir los continuos milagros que
se nos ofrecen en la cotidianidad que nos envuelve, tiene la llave
de la felicidad propia y de todos los que la rodean.
Profesionalmente estamos arrasando, pero es en lo personal, es
nuestra capacidad de amar, donde marcamos la diferencia, nuestra
ternura, entrega, intuición, paciencia, serenidad, alegría… Por esto,
cuando escribía este libro, no podía dejar de pensar en todas esas
«miss mundo» anónimas, reinas de los atascos, diosas de las cenas
rápidas, embajadoras de la armonía, artistas en estirar el tiempo y el
dinero… Clave silenciosa de que este mundo sea un poco mejor.
Es nuestra capacidad de amar la que puede mover montañas,
y es que no tienes más que mirar a tu alrededor para comprobar
que «el motor de la vida sigue siendo el amor».
BLOQUE 1
AMOR
CAPÍTULO 1
«<)8(521)(/,&(6<&20,(5213(5',&(6
28 BLOQUE I: AMOR

Basta mirar a nuestro alrededor, en nuestro entorno más cerca-


no o dentro de nosotros mismos para descubrir que hoy y siempre
el fin último de nuestros actos es alcanzar la felicidad… Sí, sí, «el
ser felices» y no el dinero como muchos estarán pensando (inde-
pendientemente de que haya quienes crean que lo necesitan de for-
ma imprescindible y a ser posible en grandes cantidades).
Todo el consumo gira en torno a la felicidad. Nos pretenden
vender un poquito de felicidad o de su hermana pequeña: la sa-
WLVIDFFLyQ 'H WHQHU GH FRPHU GH SHUIXPDUQRV GH FRQGXFLU«
¢7HJXVWDFRQGXFLU"«'DWHHOJXVWR«7HORPHUHFHV«6pIHOL]
piensa en ti…
Por no hablar del «mundo rosa», éste que se nos cuela por
todas partes: en la prensa, en la televisión, en la radio. Ellas es-
culturales, ellos triunfadores. A todos les sonríe la vida, mientras
recogen no se qué premio o en tal fiesta o en cual boda, resplan-
decientes y felices, aunque se trate solo de una careta.
Y es verdad, todos queremos ser felices, y normalmente nos
movemos para alcanzar la felicidad, buscamos un buen trabajo,
una buena casa, un buen coche, buenos amigos y fundamental-
mente alguien con quien compartir todo eso.
El ser feliz siempre ha sido una preocupación, pero hoy en
día es una verdadera obligación. ¿Cuándo se han visto tan llenas
las consultas de los psicólogos como ahora? Es curioso observar
que cuanto más avanzado es un país más aumentan los casos de
infelicidad, o de su hermana pequeña: la insatisfacción.
Así que si todos tenemos claro el fin, lo que estará fallando
serán los medios. El dinero ya hemos visto que no nos garantiza
nada, ¡cuántas personas conocemos que tienen de «todo» y no
son felices! ¿Puede ser el amor? Seguro que por ahí van a ir los
tiros… Estamos hechos por amor y para el amor. Es necesario
amar para ser feliz, amar en el sentido amplio, no me ciño solo al
amor de pareja. Hay muchas personas excepcionales, muy felices
que aman mucho y permanecen solteras. Pero está claro y es re-
...Y FUERON FELICES Y COMIERON PERDICES 29

conocido por todos, que una buena relación de pareja incrementa


en gran medida las cuotas de una vida más feliz. Las parejas bien
compenetradas viven más tiempo, tienen hijos mejor adaptados
y disfrutan de mejor salud física y mental. Esto no lo tienen que
decir las estadísticas, que lo dicen, es que lo vemos a nuestro al-
rededor. Así que estar enamorado y ser correspondido es bueno
para casi todo.
¢$VtGHIiFLO"2\HSXHVDHQDPRUDUVHWRGRV«'HEHUtDQGH
poner en la todopoderosa tele un anuncio que dijera: ¡¡Enamóre-
se, por el módico precio de nada!!
Los más pesimistas estarán pensando en la otra cara de la
moneda: el desamor. ¿Y no sería posible quedarnos solamente
con lo bueno?
Hacemos verdaderos sacrificios para obtener lo que quere-
mos: noches sin dormir en época de exámenes, lo que haga falta
por mejorar el currículo, por lograr un trabajo… ¡Y no digamos
por conseguir un «cuerpo diez»!: hambre, gimnasio a horas impo-
sibles, quirófano, pastillas… ¡una verdadera tortura! Aun cuando
esto nos produce satisfacción, no da una felicidad completa como
el amor; entonces:
¿Qué estamos dispuestos a hacer por amor?
¿Es que ya no se lleva enamorarse de verdad?
'HVGHHVWDVSiJLQDVUHLYLQGLFRHOGHUHFKRDODPRUYHUGDGH-
ro, al desinteresado, pasional, apasionado y apasionante, «al para
siempre», a ése que nos contaban en los cuentos… Al «fueron
felices y comieron perdices».
Aunque al encender la tele no veamos nada que se le parezca,
no significa que no exista, que no quede gente que se quiera de
veras y mejore día a día para la persona amada. En el teledia-
rio un día sí y otro también nos almorzamos con algún caso de
violencia doméstica. Claro que no van a poner: «Pepe y Manoli
celebran su 45 aniversario rodeados de sus hijos y nietos». Eso no
es noticia… pero sí es amor.
30 BLOQUE I: AMOR

No nos quedemos con esa visión cutre-rosa-amarillenta del


amor que se nos presenta en los programas del corazón. Pon-
gamos el listón más alto ¡Vale la pena! ¡Enamórate! Y si estás
casado, mejor todavía: ¡reenamórate! Tengas la edad que tengas
¡no disimules que estás enamorado!; menos aún los que tenemos
la suerte de ser padres, para nuestros hijos es un magnífico ejem-
plo.
Si de verdad te importa la felicidad lucha por mantener y ha-
cer que crezca el amor. Porque si no se cuida, si no se quiere
querer, el amor se pierde, se esfuma, y esto es un lujo que no nos
podemos permitir.
Parece, entonces, que amar implica un esfuerzo, ya que su
acto más propio es darse. En un amor maduro encontramos ma-
yor felicidad en dar que en recibir. Todos tenemos la experiencia
de ser más felices cuando nos olvidamos de nosotros mismos.
Amigo, esto de enamorarse, parece que ya no es gratis… Hay
que dar mucho, cosas que cuestan más que el dinero…
¡Pero vale la pena!
¡El que algo quiere, algo le cuesta!
¿Quieres ser feliz? Enamórate, reenamórate todos los días,
pero de verdad, hasta los tuétanos.
CAPÍTULO 2
38(6&$5,f2&20272'2(/081'2
32 BLOQUE I: AMOR

'HVGHORVHJLSFLRVKDVWDORVJULHJRVSDVDQGRSRU$ULVWyWHOHV
y Plutarco en el siglo I, desde Garcilaso de la Vega en el Renaci-
miento, los libros de aventuras caballerescas que inundaron todo
el siglo XVI, las poesías de Quevedo en el siglo de oro hasta nues-
tros días, nada ha hecho correr más ríos de tinta que el amor.
Podríamos llenar bibliotecas y bibliotecas o aumentar la me-
moria de nuestro MP4 casi al infinito, para poder cargar todas las
canciones que solo en los últimos cien años se han dedicado al
monotema por excelencia: EL AMOR.
No tenemos más que encender dos segundos la radio, ojear el
periódico, una novela o una revista rosa… El amor es lo que nos
mueve a levantarnos cada mañana, es el combustible para poner
en marcha esta pesada maquinaria de nuestra vida. Y es que en
este mundo globalizado, el hombre no necesita una alta renta per
cápita para ser feliz, sino amar y ser amado. Ya lo decían en la
tele: ¡¡lo que necesitas es amor!! Todavía recuerdo esa terrible
cancioncilla.
Cuentan del célebre escritor Claudio Coello que mientras via-
jaba en un avión fue interrogado cortésmente por una azafata:
—¿Qué es lo que quiere el maestro?
A lo que él contestó:
—¿El maestro? Pues cariño, como todo el mundo…

¿Qué se entiende por amor?

¿Entendemos todos lo mismo cuando hablamos de amor?


Las posibilidades de falsificar esta palabra son casi infinitas.
Cierto que no estamos en el siglo XVII. Pero entre Romeo y Ju-
lieta y lo que vemos en las «pelis» de hoy en día… digamos que
debe de haber un punto medio. Y es verdad que, visto lo visto,
tenemos que llegar a la conclusión que no todo el mundo sabe lo
que es amar. Igual se llama amor a un sentimentalismo difuso y
PUES CARIÑO, COMO TODO EL MUNDO 33

blandengue, basado en emociones, que a la hora de la verdad no


compromete, que a una relación exclusivamente física.

Amores, amorcillos y amorzotes

Esto del amor, como casi todo, se vive por fases. ¡¡Y qué fa-
ses!!
¡Ahhh, el enamoramiento! Pensar en el primer amor y po-
nerse a suspirar viene a ser lo mismo. Y es que el primer amor,
fuera de lo tópico, tiene su no sé qué. Será la edad, la frescura
(en cuanto a juventud, me refiero), la novedad… Ese acelere del
corazón, acompañado de nerviosismo, puede provocar desde la
risa floja hasta la creatividad, desde la valentía a la tartamudez o
incluso el bloqueo más absurdo. ¡Cuántas tonterías hemos hecho
simplemente por estar enamorados…! El enamoramiento tiene
siempre la dimensión del descubrimiento del otro: su atractivo
físico y personal, su sonrisa, su voz, su forma de mirar o de es-
quivar nuestra mirada. El enamoramiento no respeta nada, puede
irrumpir en nuestra vida siempre, independientemente de la edad
o condición.
La intensa sensación de los comienzos es algo muy positivo.
El enamorarse es fácil, solamente hay que dejarse llevar. Es
una sensación, un sentimiento, que no tiene por qué tener fun-
damento y a la larga o a la corta morir. El dejarnos llevar por
los sentimientos, las percepciones, las emociones es mucho más
sencillo que guiarnos por la razón. Ya lo decían los clásicos: el
comienzo de todo es el deseo, «las ganas de», pero no podemos
olvidar que este conjunto de sensaciones se despierta en nosotros
de una forma pasiva, entra por nuestros sentidos desde fuera. El
enamoramiento es el estado en que predomina «la primera impre-
sión», «la primera sensación». La verdad es que todos recorda-
mos ese momento de lo más estimulante, divertido, a veces –por
34 BLOQUE I: AMOR

qué no– sufrido, aunque siempre excitante. Pero es infinitamente


más apasionante, si bien presenta un carácter transitorio, cuando
compone el preámbulo del AMOR.
El «amor verdadero» es permanente, profundo, complejo,
motivado, activo, positivo, orientado, fásico, con perspectiva de
pasado, presente y futuro. Ante tanto adjetivo se sobreentiende
que, para que exista un amor auténtico, se necesitan grandes dosis
de madurez por parte de los enamorados.
Ya que una vez percibido ese enamoramiento «pasivo» –«me
siento locamente atraído/a por éste/a o aquel chico/a»–, pasa a ser
AMOR en el momento en que uno se adueña de ese sentimiento,
haciéndolo propio, pasándolo por la inteligencia y la voluntad.
Esto es fácil de comprender cuando se tiene la suerte de hablar
con chicas jóvenes; y digo suerte porque son de lo más diverti-
das… y te cuentan lo enamoradas que están de un chico que solo
conocen ¡¡¡de vista!!! Trataremos con hondura esta cuestión más
adelante, aunque sirva este adelanto como botón de muestra:

Para pensar…
Si no conoces al objeto de tu amor, no lo amas
realmente, amas lo que crees que es.

Todos tenemos una inclinación natural al amor, a compartir


nuestra vida con alguien. Al amor verdadero, desinteresado, que
busca el bien del ser amado por encima del propio bien; se trate
de la pareja, los hijos, familiares o amigos… El amor siempre es
un valor. Y los valores no son patrimonio de nadie, ni de una cul-
tura, ni de una ideología, nos vienen dados por ley natural.
Existen desde tiempo inmemorial muchísimas definiciones
de AMOR. Canciones, poemas, historias, novelas…, sería impo-
sible, hacer un compendio de todas, a la par de agotador. Me que-
PUES CARIÑO, COMO TODO EL MUNDO 35

do con una afirmación de Kierkegaard: «Engañarse respecto al


amor es la pérdida más espantosa, es una pérdida eterna, para la
que no existe compensación ni en esta vida, ni en la otra: ni en el
tiempo, ni en la eternidad». O lo que es lo mismo: el no conocer,
en su sentido amplio, lo que es el amor, no tiene perdón.
Por esto antes de enfangarme en la relación de pareja me he
atrevido, solamente un poco, a adentrarme en tan fascinante tema.
No podemos entendernos en materia del amor si no hablamos el
mismo idioma.
Así pues, si os parece, de ahora en adelante cuando me refiera
al AMOR, hablaremos de amor de verdad, exclusivo, para siem-
pre, desinteresado, que se desvive, que busca el bien del otro. Este
AMOR se vive con todo su vigor y atractivo dentro de la pareja,
al producirse una entrega total de la persona en cuerpo y alma.

Amar no es un sentimiento

El amor es mucho más que un sentimiento. Ya que éste puede


ser pasajero, superficial, simple, inmotivado, impulsivo, arrítmi-
co…
Hoy en día se escucha con frecuencia que el motivo más ro-
tundo para hacer o dejar de hacer algo es «me apetece» o «no me
apetece». Puede ser una razón, pero no es lo importante.

Características del amor

a) Desinteresado

No hay que confundir el esperar amor con hacer de ello la


condición para darlo. Así pues, amar es muy distinto de amar
para recibir amor a cambio. Se ama por la felicidad que doy al
amar, aunque como consecuencia también reciba. No es un tra-
36 BLOQUE I: AMOR

balenguas, sino un signo claro y evidente de madurez. Los niños


quieren a sus padres porque los necesitan, conforme maduramos,
necesitamos al ser amado porque lo queremos.

b) Exclusivo
Pocas personas aceptan la infidelidad como una forma de
vida: es decir, la infidelidad de su pareja, ¡claro! Y es que el
AMOR implica exclusividad. Un padre puede tener varios hijos y
quererlos a todos absolutamente por igual. Podemos tener varios
amigos. Pero en la relación de pareja se establece una corriente
de intimidad, tanto física como espiritual, en la que no cabe un
tercero sin romper ese círculo blindado. Como dice mi querido
profesor Tomás Melendo, aquí se cumple el refrán de «dos son
compañía, tres son multitud… ¡¡incluso masa!!».
El amor es cosa de dos.

c) Deja huella
Cuando el AMOR prende es imposible arrancarlo sin que se
lleve algo de ti mismo. Muchos tienen miedo a echar raíces, por
temor a perderlas. No podemos crecer como personas si no echa-
mos raíces. Un árbol adulto tiene por fuerza raíces.

d) Con carácter de eternidad


Si el AMOR es entrega, cuando la persona se da, se da entera,
con su pasado, presente y futuro. No te quiero para un rato, te
quiero para siempre.

e) El amor de pareja, el más completo


El amor humano es completo cuando al acto de la voluntad
de querer van unidos los sentimientos, la unión física y espiritual.
PUES CARIÑO, COMO TODO EL MUNDO 37

Según Enrique Rojas, conseguimos un «amor inteligente» cuan-


do integramos sentimiento y razón.
Amar de veras, buscando el bien del otro por encima del mío,
implica una gran madurez y, sobre todo, tiempo. Nadie nace sa-
biendo y, como en todo, necesitamos un entrenamiento, ya que
vamos mejorando conforme más nos vamos implicando.

¿Se puede perder el amor?

Pues claro que sí. Se puede amar intensamente a alguien y de-


jar de quererle. Pero… ¿cómo es posible? Porque el amor es cosa
de la voluntad y el acto más propio de la voluntad es el querer,
que es libre. Queremos siempre lo que queremos querer. Somos
libres porque podemos querer lo que queramos. Esto que parece
un trabalenguas es más claro que el agua. Queremos con el cora-
zón pero también con la cabeza. Esto sí que es amor romántico:
«te quiero tanto, que te pongo por encima de todo, aunque en ese
momento no “me apetezca”».

Piénsalo…
¿Quién es más libre, quien hace lo que
quiere o quien quiere lo que hace?

Los que seáis padres habréis experimentado esas noches


«maravillosas» en las que no se ve el momento de que llegue el
día. Y es que, entre los sonidos más desagradables que rompen el
silencio de la casa, no cabe duda de que el berrido de un bebé se
lleva la palma… ¡Por eso lloran así! ¿Cómo un ser tan indefen-
so puede subsistir? ¡Como para no conseguir lo que quieren!…
Nuestro cuerpo destrozado nos pide no levantarnos; sin embargo,
38 BLOQUE I: AMOR

nuestra cabeza, que es el motor del amor, del verdadero amor, nos
dice que tenemos que atenderlo con todo el cariño del mundo.
La estabilidad en el AMOR no estriba tanto en el amor, sino
en el compromiso asumido libremente de amarse, es decir: de
querer siempre quererse.

Querer, querer

Piénsalo…
El amor no estriba en sentimientos,
sino en el querer quererse.

Está claro que hay que esforzarse para que esto funcione. La
palabra «esfuerzo» en general, pero más todavía en esto del amor,
suena hoy terriblemente mal. Es obvio que podemos esforzarnos,
dejarnos el pellejo en temas tan vitales como perder unos kilos de
más o encontrar trabajo. Pero en conservar el AMOR de nuestra
vida, en esto ¿cómo voy a esforzarme?, sería antinatural…
Me parece que el próximo libro que escriba se titulará Cómo
esforzarse sin esfuerzo. ¡¡Seguro que me forro!!… Lo que no sé,
honestamente, es qué voy a decir.
<HVTXHFRPRDILUPDHOFRQRFLGRILOyVRIR'LHWULFKYRQ+LO-
debrand: «El auténtico esfuerzo supone una revisión continua de
nosotros mismos y de nuestras propias actitudes. Creo que, en
primer lugar, no se trata de qué hacer, sino de cómo uno tiene que
ser para llevar un matrimonio feliz».

Piénsalo…
Si no se cuida el amor, si no se quiere querer,
el amor se pierde, se esfuma… Y no podemos
permitirnos el lujo de descuidar el amor.
PUES CARIÑO, COMO TODO EL MUNDO 39

Es infantil pensar que a nosotros no nos van a venir momen-


tos difíciles, enfermedades propias o de algún ser querido, proble-
mas con los hijos, tensión en el trabajo, descalabros económicos,
evolución desfavorable del carácter, distintos puntos de enfoque
ante asuntos de poca o mucha monta… o peor aun, todo a la vez.
Solo si hemos asumido «un compromiso fiel al amor» podremos
superarlo, torear las circunstancias.
En otras ocasiones la monotonía de los días aparentemente
iguales nos dará una bofetada de realismo y nos hará bajar la
guardia. Y es que en esto del amor hay que dar la talla. Continua-
mente tenemos que estar «en el candelero». Todos conocemos a
esos deportistas que consiguen llegar a lo más alto, y una vez allí
les llueven ofertas para hacer publicidad, acudir a fiestas, u otros
eventos..; bajan el ritmo de los entrenamientos, empiezan a perder
partidos… y acaban tomando la decisión de retirarse «porque ya
no corren como antes» para intentar vivir de las rentas. Lo malo
es que en esto del amor, si uno tira la toalla, no puede vivir de las
rentas… al menos por mucho tiempo.
Como dice Julián Marías: «Cuando niego que el amor sea un
sentimiento, quiero decir que es mucho más: es voluntad».
La simple atracción no madurada es un sentimiento carente
de voluntad. Luego… no es amor.
El amor llama al amor. La capacidad de generar AMOR es
propia de la persona. No es un acto contracorriente, de ordinario
sale solo… Precisamente cuando amamos, disfrutamos con ese
AMOR y queremos amar más, lo cual no quiere decir que amar
no implique esfuerzo. Al igual que un atleta disfruta mejorando
sus marcas ¡con esfuerzo!, amar también lleva aparejado un es-
fuerzo, ya que el acto más propio de amar es darse.
Sin miedo a contradecirme, recuerdo que no es mejor lo que
más cuesta, sino lo que reporta más bien. Existe una mentalidad
masoquista, bastante difundida, que nos hace creer que lo mejor
es siempre lo más costoso y desagradable. No es cierto, la bondad
40 BLOQUE I: AMOR

no siempre va unida al esfuerzo, ya que lo propio de la virtud es


hacer gustoso y pronto lo bueno.
En su Inteligencia emocional'DQLHO*ROHPDQHVWXGLDODLP-
portancia de aunar inteligencia y afectividad en el conjunto de
nuestra vida. Sabemos que, a la hora de encontrar trabajo, una
de las características más valoradas, por encima incluso de la ca-
pacitación profesional, son las «habilidades sociales». Es decir,
que te pasas la vida estudiando y luego más de un 50% de lo que
esperan de ti no se estudia en los libros…
Y hablando del tema… ¿en qué asignatura de la carrera se ha-
bla de «educación sentimental»? ¡Quién les iba a decir a nuestros
abuelos hace tan solo cincuenta años que la estabilidad conyugal
sería una tarea tan difícil hoy! Tenemos claro que la felicidad deri-
va del triunfo en nuestra vida personal. Hacemos estudios compli-
cadísimos a nivel profesional para emprender tal o cual empresa…
y en el negocio más importante de nuestra vida, que es el amor, nos
guiamos por suposiciones, intuiciones o presentimientos.

Piensa…
¿Cómo podemos saber, estudiar tanto en el
campo de nuestra profesión y tan poco en lo
que verdaderamente nos da la felicidad?

El querer querer, es fruto del amor. La capacidad de generar


amor es un acto propio del ser humano. Un dicho popular sostiene
que «el dinero llama al dinero», igual podemos afirmar que «el
AMOR llama al AMOR». El AMOR se realimenta con AMOR.

Piensa…
«El AMOR llama al AMOR».
PUES CARIÑO, COMO TODO EL MUNDO 41

¿Es posible amar así?

Ya lo decía una gran mujer de hoy, Teresa de Calcuta: «…


el amor es el gran olvido de nuestro tiempo, la mayoría de los
grandes males que nos azotan en la actualidad tiene como único
remedio el AMOR».
En muchas ocasiones el hombre contemporáneo no es cons-
ciente de su propia grandeza. Hemos nacido para amar. Intenta-
mos llenar los días haciendo cosas, trabajando, saliendo, entran-
do, comprando, viajando, alternando… , pero lo que da sentido a
la vida no es tener una agenda apretada, sino el AMOR. No me
cansaré de decirlo «el motor de la vida es el AMOR».
Cuando magnificamos la afectividad por encima de la inteli-
gencia y la voluntad, la desvirtuamos. Hoy es corriente ver afecti-
vidades amorfas, confusas, sin base, desligadas de la inteligencia
y la voluntad, sin perspectivas de futuro, y si me aprietas, sin
presente. La afectividad no puede reducirse a un «subidón», a un
«me pone este o aquel». El AMOR no es sentir, es VIVIR, que es
muchiiiiiísimo más.

Para pensar…
El amor llega, se descubre, se alimenta y se
lucha. Queremos AMAR a lo grande.
CAPÍTULO 3
¿PARA SIEMPRE?
44 BLOQUE I: AMOR

¿Qué nos mueve?

Miramos a nuestro alrededor y vemos un mundo que corre cada


vez más deprisa, la gente va a lo suyo; guerras, pobreza, los intere-
ses políticos y económicos se anteponen a las personas… Parece
que todo va de mal en peor en esta sociedad, que hace del «triunfar
a toda costa» su único objetivo. Sin embargo, un día estamos en
una estación de tren, avión o autobús y vemos a padres e hijos,
amigos, parejas que se besan, abrazan e incluso lloran de alegría
por verse o muestran tristeza ante la despedida… No es todo tan
gris… Como decía la película de Love actuality, el amor está en el
ambiente. El motor de la vida sigue siendo el amor…
Sin motivación no somos capaces de nada. Y no hay mejor
motivación que el amor. El amar y sentirnos amados nos estimula
para conseguir trabajo, superar un bache o afrontar una enfer-
medad, ejemplos no nos faltan a nuestro alrededor… Por mucho
que triunfemos en nuestra vida profesional, si no triunfamos en la
personal, nos sentimos vacíos.

Para pensar…
Progresar en nuestra vida profesional
nos da mucha satisfacción, pero lo que de verdad
nos hace felices es amar y ser amados.
El motor de la vida es el amor.

¿Es posible mantener una pareja estable?

Noticias tan desalentadoras como que «el 50% de las pare-


jas jóvenes se separan», que «cada cuatro minutos se rompe un
matrimonio en España», o que «el 52% de las parejas no supe-
ran los diez años de convivencia» y otras similares resultan algo
¿PARA SIEMPRE? 45

normal… y no hace falta consultar las estadísticas. Basta con


contemplar nuestro alrededor para comprobar que es cierto ¿Qué
falla? ¿Qué está pasando?
Una lectura atolondrada, simplista, nos diría que el matrimo-
nio, la relación de pareja, está en crisis. Es mucho más profundo
el problema, porque un matrimonio está formado por dos perso-
nas. Es la persona la que está en crisis. Si no ponemos en juego
todas las capacidades y valores que tenemos por el mero hecho
de ser persona, estamos infravalorando nuestras posibilidades. Si
no doy lo mejor de mí, es difícil que funcione todo lo bien que
debiera cualquier empresa que afronte.

¿Queeeé?

«La calidad de pareja que estamos formando, depende


de la calidad de las personas que la forman».
Tomás Melendo

Y es evidente que no estamos hechos para la soledad. Ne-


cesitamos de los demás para ser mejores, para salir de nosotros
mismos y así adquirir cierta estimación propia, en definitiva, para
estar a gusto en el mundo.

Para pensar…
Es decir, somos por y para los demás.
Amar y ser amados nos hace mejores personas.

La relación de pareja es la comunidad de amor por excelen-


cia, donde se da un compendio de todos los amores, donde me
entrego de forma más radical.
46 BLOQUE I: AMOR

¿Para siempre?

Tiene gracia, pero tal y como está el tema, el vivir juntos –ya
ni te digo el casarse– se ha convertido en un romanticismo utó-
pico para nada práctico, pudiendo vivir cada uno en su casa, «a
su bola», compartiendo lo imprescindible, evitando en lo posible
roces innecesarios… porque ya se sabe que «la convivencia es la
tumba del amor…».
No podemos olvidar que el matrimonio es el cimiento firme
sobre el que se crea la estructura familiar.
Nadie discute el vínculo eterno que se establece entre padres e
hijos, lo contrario es antinatural. Por amor a nuestros hijos somos
FDSDFHVGHWRGR'HORFXDOGHGXFLPRVTXHXQDPRUWDQJUDQGH
no puede nacer de un amor que no sea igualmente eterno, sólido,
fuerte. Es pura lógica.
Todos estamos predispuestos a enamorarnos, es ley de vida.
Sentimos «la llamada» de la maternidad / paternidad –la primera
con más fuerza que la segunda–. Estamos hechos para amar.
Con esto quiero oponerme rotundamente a las corrientes que
afirman que el hombre es polígamo, que la monogamia es una
costumbre impuesta por la sociedad o la moral. Cuando uno se
entrega de verdad, cuando me vacío de mí mismo y me lleno del
otro, dejo de ser yo para ser nosotros. Este nosotros estable en el
tiempo es lo que nos hace felices. El proceso de pasar de nosotros
a yo otra vez es muy, muy doloroso… Muchos no se recuperan
nunca. Una relación que ha nacido para la eternidad y no perdura
en el tiempo, es un fracaso.

Para siempre

En la actualidad la ropa no dura más de dos temporadas, des-


de un bolso o unos zapatos hasta el coche o la casa. Cambiamos
¿PARA SIEMPRE? 47

casi todo antes de que se haya agotado su vida útil. Esto no se


puede extrapolar a lo más importante que tenemos entre manos,
que es nuestra felicidad. Y somos felices con los demás y por los
demás. Nuestra vida de pareja, donde se vive el amor verdadero
que da sentido a nuestra vida, tiene que ser estable en el tiempo.
Si bien es cierto que muchas veces la convivencia puede lle-
gar a ser una verdadera tortura, tanto física como psíquica, la
menos mala de las soluciones es la separación. En otros casos,
sin embargo, la separación es tirar la toalla antes de tiempo. Ver a
nuestro alrededor situaciones de inestabilidad conyugal no puede
llevarnos a pensar que la vida en común donde reine la armonía
sea una utopía. El amor verdadero, el emparejarnos de por vida,
es un anhelo impreso en el corazón, solo el desengaño de la vida
nos puede llevar a verlo como un imposible.

¡Ojo!, las cosas son imposibles porque no se pueden. Lo


cual es distinto de «como no puedo, es imposible»…

Lo dice la tele…

Armando Segura, conocido filósofo, afirma que el hombre ha


evolucionado del «Homo sapiens –hombre que piensa– al Homo
videns, el hombre que ve, el hombre que ve… la televisión». Si
hasta hace no mucho pesaban más los pensamientos, lo que salía
de nosotros hacia fuera, ahora lo que pesa más son los sentimien-
tos, lo que entra de fuera, por los sentidos, lo que me apetece, lo
que siento, lo que veo en la tele…
El poder de los medios de comunicación es innegable. La gen-
te habla de programas o personajes de series de televisión como
si se tratase de familiares o amigos. En las conversaciones se ha
impuesto la muletilla «lo dice la tele» para dar solidez a cualquier
afirmación de lo más peregrina…
48 BLOQUE I: AMOR

La imagen de la pareja que nos ofrecen «los medios», deja


mucho que desear… La vida afectiva de nuestros famosos es bas-
tante inestable…
Las filmografías del momento, ávidas de emociones, nos pre-
sentan una relación de pareja pasional, endeble, sin fundamento,
protagonizada por personajes continuamente al límite, donde el
amor es solo presente, sin pasado ni futuro. Es raro que los matri-
monios en nuestras películas estén enamorados, las esposas suelen
ser bastante ñoñas, aburridas; los esposos, calzonazos, hastiados,
mustios y por supuesto ambos son más bien poco agraciados.
La pasión y el desenfreno solamente son patrimonio de los
amantes o rollos esporádicos… Esto –claro– da mucho morbo a
la peli, pero en la vida real nos cuesta creer que la gente sea tan
tonta como para casarse siempre con el más pánfilo, «antitodo»,
de cero atractivo. La gente se casa por amor y para amarse. Si no
te lo crees repasa mentalmente todas las bodas a las que has asis-
tido a lo largo de tu vida, o más fácil, piensa en ti si estás casado
o casada.
Está claro que todos nos hemos emparejado con lo mejor que
se despachaba, el más guapo o la más guapa, el más listo o la más
lista, el más gracioso o la más graciosa del grupo… para nosotros
seguro que era «lo más» en algo o en todo. Por eso sucumbimos a
sus encantos, lo tengo claro.
Obviamente sabemos distinguir la realidad de la ficción, y
que lo normal para unos pocos no es la pauta de conducta para
todos. Sabemos que la vida no es lo que diga la tele. Pero somos
hombres y mujeres de nuestro tiempo y cuando escuchamos de
forma repetitiva, como si de un mantra se tratase: «la monotonía
es la tumba del amor», «el amor para siempre es un cuento», «no
somos monógamos por naturaleza…», pues ahí queda.
No conviene dejarnos engañar o llevar por las apariencias:
hay, por supuesto, contemporáneos nuestros que viven felices en
su matrimonio. Su número no es tan pequeño como suele presen-
¿PARA SIEMPRE? 49

tarse a veces. Se trata de parejas que han madurado el sentido de


la palabra «amor», y asumen todo lo que implica.
Y no niego que esto de tirarte a la piscina, liarte la manta a la
cabeza e irte a vivir con un señor o señora, cada uno se su padre
y de su madre ¡y para toda la vida!, es un disparate. Pero si algo
tiene el AMOR es que disparata. Si no, escucha a los padres qué
cosas dicen a sus hijos pequeños…

Cada cual es artífice de su propia ventura

Según sea nuestra calidad como personas, así será nuestro


matrimonio. Ya decía Cervantes que «cada cual es artífice de su
propia ventura».
La familia es el gran valor de nuestro tiempo. Es el alfa y el
omega. Nacemos en familia y morimos en familia. Somos lo que
somos en gran parte gracias a nuestra familia. Es decir, según
cómo sean nuestras familias así será la sociedad… Lo cual sig-
nifica que si mejoro como persona, mejoro como pareja y mejoro
mi familia; en definitiva, estoy mejorando la sociedad. Me parece
una empresa de lo más apasionante. Bastante ambiciosa, pero a
la vez factible.
Solamente si caemos en la cuenta de lo importante que es lo
que tenemos entre manos, podremos darle el valor que se mere-
ce.
A veces puede dar la sensación de estar inmersos en una so-
ciedad derrotista, que no empuja a la persona a esforzarse a poner
en juego todas sus posibilidades. Por lo cual si la persona «no
puede», cómo va a ser posible el matrimonio, formado por dos
personas… «impotentes».
50 BLOQUE I: AMOR

Como personas podemos lo que queremos y si NOS


QUEREMOS y reconocemos la magnitud de nuestra
empresa, la importancia que tiene para nuestra
felicidad, para nuestra familia y, en definitiva, para
la sociedad, somos capaces de todo… Hasta de
unirnos para siempre y ser muy felices… SIEMPRE.

Descubre la joya que tienes en casa

Os cuento una anécdota totalmente verídica (en serio: es verí-


dica, aunque haya dicho que es «totalmente verídica»).
Un señor tuvo una «bronca» monumental con su señora, y al
día siguiente, dando un paseo, pasó por una tienda de una marca
prestigiosa y puntera, en definitiva, muy cara… Vio en el escapa-
rate un bolso que le pareció bonito, valía (hace de esto unos diez
años) 25.000 pesetas. El caballero sopesó sus posibles y, aunque
le pareció bastante caro para ser un simple bolso, se dijo: «¡Qué
caramba, no va a tener mi mujer un bolso de 25.000 pesetas!».
Aparte de que la cosa estaba bastante «chunga» con la parienta…
Pagó con la tarjeta y se fue. El regalo causó el efecto deseado, se
pidieron perdón mutuamente y todos tan contentos. Pero cuando
hicieron el cargo de la tarjeta al final de mes, el bolso no costaba
25.000 pesetas. sino ¡¡¡250.000 pesetas!!!… Y es que en estos
sitios tan «pijos», no ponen puntos intermedios en las cifras y
este buen señor lo último que podía pensar es que un bolso po-
día costar como ¡dos meses de hipoteca…! Imaginaros. Fue un
descalabro en la economía familiar… La señora, que se ponía el
bolso todos los días, poco menos que lo coloca en la vitrina de su
casa junto con la vajilla de porcelana… Era el mismo bolso que
antes, pero ahora le daba otro valor…
¿Cuánto vale nuestra media naranja?, más que un bolso de
marca, seguro.
¿PARA SIEMPRE? 51

¿Somos capaces de descubrir la joya que tenemos en casa, o


nos acostumbramos a la maravilla de estar enamorados, como si
fuera algo normal?

Concedo que es corriente que la gente viva en pareja…


Pero no deja de ser extraordinario, maravilloso, apasionante.

Por ley natural tendemos a enamorarnos, por lo menos lo de-


seamos y sobre todo el ser correspondidos. Toda persona que se
enamora, pretende ser el único para su enamorado y viceversa; y
por supuesto, cuando nos enamoramos de verdad, no le vemos un
final a la relación, o lo que es lo mismo, aunque no nos paremos
a pensarlo, nos enamoramos «para siempre». Uno no se enamora
por un par de días, o por un mes, eso se llama una «aventura»
pero no es AMOR.

Pánico al compromiso

Así que llegado a este término estamos de acuerdo en que un


amor que se precie implica exclusividad y continuidad.
Si tenemos tan asumido esto:
‡ ¢3RUTXpGDWDQWR©\X\XªDODH[FOXVLYLGDG\FRQWLQXLGDG"
‡ ¢6HSLHUGHODOLEHUWDGFRQHOPDWULPRQLR"
‡ ¢3RUTXpODJHQWHVHFDVDFDGDYH]PiVWDUGH"
‡ ¢7HQHPRVPLHGRDOFRPSURPLVR"
‡ ¢(VWDUpSUHSDUDGRSDUDFDVDUPH"
‡ ¢(VSRVLEOHHODPRUSDUDVLHPSUH"
Las personas se emparejan cada vez más de forma inestable.
Lo de «contigo pan y cebolla» está pasado de moda.
La gente se hipoteca para treinta o cuarenta años, firma con-
tratos, se asocia… Pero es incapaz de hacer un pacto sólido de
pareja y menos tener hijos.
52 BLOQUE I: AMOR

Estamos capacitados para afrontar oposiciones de ocho años


que ponen a prueba las mentes más equilibradas, carreras, más-
ters, tesis doctorales, tesinas… ¿Y el matrimonio y los hijos? Si
son lo que de verdad me hacen triunfar en mi vida. El éxito profe-
sional me da satisfacción y dinero, pero mi felicidad depende del
éxito en mi vida personal.

Para pensar…
No lo dudes, nuestra felicidad es proporcional
a la categoría de nuestros amores.

Si es tan atractivo el matrimonio y la pareja, si contribuye


en tal alto grado a la felicidad personal, ¿cómo es que resulta
WDQIUiJLO"¢'HGyQGHOHYLHQHVXYXOQHUDELOLGDG"¢6HSRQHQWDQ
desmedidas esperanzas en la vida conyugal y familiar que inevi-
tablemente terminan en decepción?
Es evidente que todo el mundo quiere ser feliz, pero la rea-
lidad es que no sabe cómo. Si no, no tendría explicación cómo
se arriesga con tanta facilidad lo único que llena nuestra vida: el
AMOR. No deja de ser un contrasentido que, por una parte, se
espere tanto de la vida de pareja y, por otra, no se le conceda la
importancia debida. Esto lo veremos con más detalle.

Libérate: si quieres puedes

La gente tiene miedo al compromiso por no perder su liber-


tad, cuando la mejor forma de ejercer mi libertad es comprome-
tiéndome. Como soy libre, elijo. Es como cuando opto por una
profesión. Normalmente uno ejerce la carrera que ha estudiado, y
no por eso se paraliza hasta el punto de no optar por nada, en el
¿PARA SIEMPRE? 53

momento de la elección. El optar por ser abogado excluye «de to-


das, todas» ser físico nuclear… Continuamente tomamos decisio-
nes que excluyen otras opciones. El ejercer mi libertad, implica
elegir. El multimillonario que guarda celosamente su dinero en el
banco, no se puede decir que sea rico, lo es en potencia, ya que
YLYHFRPRVLQRWXYLHUDQDGD'HODPLVPDIRUPDVLQRHMHUFLWD-
mos nuestra libertad, es como si no fuéramos libres.
Ahora lo que se lleva es «el amor es eterno mientras dura»…
Bueno, pues todo el mundo aspira al amor eterno, y si no, que se
lo pregunten a los psicólogos, que tienen las consultas llenas por
problemas de pareja. Si el amor tiene fecha de caducidad, ¿por
qué nos resistimos tanto a perderlo?
No faltan voces que auguran el final de la monogamia y la
tachan de no ser «nada más que una útil convención social». Si
es así, ¿por qué siguen siendo motivo de envidia los matrimonios
estables que han sabido envejecer juntos? No nos faltan ejemplos
tanto en el mundo del cine como de la farándula, o de la vida mis-
ma. En 2004 han aumentado los matrimonios con respecto a 2001
en un 10%. Nadie envidia lo que no es positivo. Lo contrario, es la
fábula de «la zorra y las uvas». Cuando alguien desprecia lo que a
todas luces es mejor, es pura envidia, pero de la mala…

Seguridad

El AMOR es un acto de fe en otra persona. Lo único que


necesito es confiar en el AMOR, aun a riesgo de equivocarme.
En esto no salen las cuentas, no podemos aplicar ni ciencia, ni
conocimiento, ni lógica para encontrar seguridad, porque así lo
único que encontraremos es confusión y duda.
El amar de veras es como tirarnos en paracaídas. Siempre
hay un riesgo, pero ¡qué es la vida sin riesgos! Si calculáramos
mejor los riesgos, no nos hipotecaríamos, no iríamos de viaje, ni
54 BLOQUE I: AMOR

buscaríamos trabajo, porque nos puede ir mal; ni siquiera com-


praríamos lotería –¿para qué?– ni tendríamos amigos, pues en
cualquier momento te dan la puñalada trapera… Lo mejor sería
no levantarse de la cama, que es donde está uno más seguro, claro
que nos puede dar un infarto mientras dormimos, ¡quién sabe!
Un viejo proverbio de esos que rondan por ahí –quedaría es-
tupendo decir que es hindú, pero francamente no lo sé– dice que
«la diferencia entre un soñador y un triunfador, es que el triunfa-
dor trabaja todos los días por conseguir su sueño».

Para pensar…
Si queremos conseguir el sueño de vivir un «AMOR
eterno», tenemos que trabajarlo todos los días.

Por supuesto, no es siempre fácil crear un sentimiento de se-


guridad dentro del matrimonio. Se precisa tiempo y esfuerzo, y
no basta con dedicarse al tema de vez en cuando, en algunos ratos
libres. Los deseos, las esperanzas y los anhelos tanto como las
cargas psicológicas y las sensibilidades de la pareja deben tomar-
se en serio. A veces es necesario huir de lo desagradable, superar
situaciones embarazosas y tener en cuenta la susceptibilidad del
otro.

Para pensar…
El sentimiento de felicidad y satisfacción personal está
muy vinculado al equilibrio afectivo, y éste, a su vez,
está en conexión con la vida familiar y de pareja.
La familia aporta las principales «razones»
para vivir, luchar y trabajar.
¿PARA SIEMPRE? 55

Compromiso

Me resulta divertido ver cómo evolucionan los términos en


tan poco tiempo. No hay más que rescatar alguna «revista rosa»
de hace tan solo diez años para leer «Periquita y Zutanito son
novios desde hace dos años»; ahora nadie es novio, se es pareja.
Yo que me considero joven, me parece que ya soy del paleolítico
al recordar mis años de noviazgo, porque sí, yo tuve novio… y
¡qué novio! Era de lo mejorcito… Ahora se es pareja, que abarca
desde conocerse, salir juntos, vivir o no juntos, tener hijos o no
juntos…, con este término llamamos a una serie de realidades,
nada definidas.

Puede ser porque realmente la vida de pareja, sobre todo


en las grandes ciudades esté evolucionando a una relación
temporal, basada en una compenetración aparente, sin
pretensiones en el tiempo, ni en la intensidad de la misma,
pero que no descarta nada, ¿queda claro el concepto?

Un término tan ambiguo de lo que nos da la felicidad de for-


ma más clara –como ocurre con la vida en pareja– está predis-
puesto al fracaso. Si queremos de verdad triunfar en nuestra vida
personal, no podemos sustentar una empresa tan importante sin
cimientos. Ni el propio vocablo se sostiene. No lo olvidéis: nos
jugamos nuestra felicidad. Mucha gente no quiere implicarse de-
masiado en la vida por miedo a sufrir un desengaño; no se atreven
a dar el paso de vivir juntos y menos de casarse, con todo lo que
eso implica; y si viven juntos, de una u otra forma, no se atreven
a tener hijos… Todo por miedo a sufrir… Está demostrado que
una relación amorosa en la que no existe una entrega total, un
amor incondicional, está abocada al fracaso. Así pues, por miedo
56 BLOQUE I: AMOR

a sufrir no se entregan; como consecuencia, fracasan y, por tanto,


llega el inevitable sufrimiento.
El amor sin compromiso es una mentira. El amor sin futu-
ro, no nos engañemos, no es AMOR; será otra cosa, pero no es
AMOR. Porque cuando amamos, amamos con todo lo que so-
mos, fuimos y seremos. El amor siempre pide ir hacia delante,
siempre pide más. El pánico al compromiso es fruto del egoísmo
y sobre todo de una actitud inmadura.

Para pensar…
«Amar sin comprometerse es tan absurdo como
acelerar y apretar el freno a la vez».
Tomás Melendo

El compromiso no es un fin dentro de la relación, es una con-


dición necesaria para que la pareja vaya madurando. Cuando no
hay compromiso, la relación está continuamente a examen.
Sería impensable que pudiéramos probar un coche de forma
indefinida antes de comprarlo, pudiéndolo devolver en cualquier
momento. Imaginaros, sería la ruina de los concesionarios. Pro-
bablemente cualquier ruidillo, rayajo, incluso provocados por
nosotros mismos, nos haría desconfiar de su calidad, y lo cam-
biaríamos por otro. Lo más seguro es que cambiáramos cons-
tantemente, para terminar no comprando nada. Sin embargo, la
realidad es bien distinta. Cuando nos compramos el coche de
nuestros sueños, lo hemos visto y revisto en la publicidad, revis-
tas especializadas, concesionarios, hemos comparado unos con
otros… Lo tenemos claro y nos dejamos todos nuestros ahorros
en él. ¡Con qué mimo lo tratamos!, nada de comer dentro, siem-
pre limpio e impoluto… la revisión cuando toca… ¡qué diferen-
cia!, ¿verdad?
¿PARA SIEMPRE? 57

Si eso lo vemos claro con un coche, ¿cómo podemos tratarnos


y tratar a los demás peor que si fueran cosas?
Esto del coche de nuestros sueños también tiene un segundo
capítulo y es que con el paso de los años, empezamos a descuidar-
lo y no lo mantenemos limpio… Ya importan menos las colum-
nas del garaje del súper… y es que a todo se acostumbra uno… El
compromiso hay que actualizarlo todos los días. Hay que cuidar
el amor siempre.
Historias de viejecitos enamorados hay muchas, tantas que ni
caemos en la cuenta. Se me viene a la memoria la de mis abuelos
Teresa y Fernando. Emocionaba ver con qué cariño se hablaban
y miraban al final de sus vidas, arrugados y consumidos, con
62 años de convivencia… real, con altos y bajos con alegrías y
penas.
En las películas, las historias románticas, terminan dejando
a los protagonistas un futuro prometedor por delante. Para mí es
más romántica la historia que tiene un pasado. Un AMOR respal-
dado con la vida.
CAPÍTULO 4
(/35,0(52'(/$/,67$
60 BLOQUE I: AMOR

En esto de amar no hay garantía. Todo está en movimiento.


El ritmo de vida va configurando la aventura de quererse. Las
circunstancias nos sorprenden siempre con el «más difícil toda-
vía». La nueva situación es, si cabe, más compleja. Lo nuestro
se globaliza: la relación interpersonal se complica con alicientes
externos o internos o ambos a la vez: hijos, padres, nuevos retos
profesionales, frustraciones, fracasos…
El dinamismo difusivo del amor se encuentra con nuevos
conflictos, discrepancias, la búsqueda de proyección personal, la
evolución en la vida de cada uno. El amor tiene que ser suficien-
temente robusto y arriesgado como para conducir la relación de
pareja a través de todo tipo de obstáculos.

Escala de valores

Si el AMOR no se concreta, no es una prioridad.

Para pensar…
¿Qué lugar ocupa en mi vida, en mi escala
de valores, mi relación de pareja?

Si hemos dudado en la respuesta, malo, malo, entonces nues-


tra relación tiene fecha de caducidad.
Lo más normal es responder que se trata de «el primero de
la lista» Claro que esa contestación hay que respaldarla con la
vida.
¿A qué estoy dispuesto a renunciar por amor? Suena bien ¿eh?
Es bastante romántico… suena a telenovela.
Pero pensemos, pensemos: ¿Renunciaría a un buen trabajo?
¿A mi «ambiente», a la ciudad donde vivo? ¿Aceptaría ver menos
EL PRIMERO DE LA LISTA 61

a «mi» familia? ¿A mis amigos? ¿Ver menos tele? ¿No ir todos los
días al gimnasio? ¿Pasar menos tiempo con la play o Internet?
Es cierto que la vida de pareja puede ser perfectamente com-
patible con todo, pero hay momentos en los que no. Entonces po-
demos adoptar una de las siguientes posturas:
a) No pienso que sea problema e intento compatibilizarlo
todo, vivo el momento.
b) Opto por mi trabajo, familia, entorno, amigos, aficiones.
Total si mi relación no funciona por esto… es que no me-
recía la pena.
c) Apuesto por mi relación.

Las consecuencias son evidentes:


a) Este tipo de personas son de las que piensan que si algo no
les sale bien, se debe simplemente a que «han tenido mala
suerte». La relación «causa-efecto» está muy bien, pero
para la física, en la vida todo es mucho más complicado.
Lo más probable es que, tarde a temprano, la situación se
haga insostenible y se dé el salto a la opción B.
b) El lema de este grupo de personas puede ser «lo nuestro
es lo primero… hasta que deja de serlo». Probablemente
nunca lo ha sido y lo han ido demostrando a lo largo del
tiempo en pequeñas decisiones.
c) Si creemos que nuestra relación es lo primero, no dudare-
mos en renunciar a lo que sea, aunque nos cueste mucho:
no se trata de conseguir un bien mejor, sino el mejor, lo
óptimo e incomparable.
Puede que esto último parezca a muchos innecesario, dema-
siado «sacrificado», incluso absurdo. Probablemente serán los
mismos que piensan que el matrimonio para toda la vida es una
quimera inalcanzable, a la que solo llegan algunos con suerte.
Cuando nos casamos, deseamos una relación para toda la vida,
envejecer juntos, ir de la mano y dar de comer a las palomas mientras
62 BLOQUE I: AMOR

recordamos los años en los que éramos jóvenes y criábamos a nues-


tros hijos. ¡Qué bonito! Se nos olvida que «el que algo quiere, algo le
cuesta»… y a veces ¡vaya que si cuesta!, aunque luego, si la opción es
la acertada, ¡qué profunda, incomparable y duradera alegría!
Por eso a veces tendremos que optar por un trabajo –más que
renunciar a otro: es cuestión de perspectivas– con tal de vivir con
«el hombre o mujer de nuestra vida» en otra ciudad, en la cual
no estará mi familia para apoyarme. O dejar de frecuentar esos
«ambientes» en los cuales mi pareja no se siente del todo integra-
da. Es más, ¡cuántas veces la familia se ha interpuesto entre los
componentes de una pareja! Luego, a lo mejor tendré que dejar
las cosas claras a «mi» familia.

Caso práctico

Marta y Emilio

Emilio es un chico brillante, el segundo de tres hermanos.


Procede de una familia de clase media. Estudió derecho y em-
presariales a la vez. Es el típico «chico 10», guapo, simpático,
con gran presente y mejor futuro; de hecho, después de hacer un
máster en Estados Unidos y analizar múltiples propuestas profe-
sionales, comenzó a trabajar en una prestigiosa empresa de pro-
ductos cárnicos en Barcelona, llegando a ser directivo en poco
tiempo. Marta es hija única de una familia de clase acomodada.
Sus padres se han volcado con ella para darle la mejor educación,
intentando que no sea una niña consentida. La verdad es que el
resultado no podía ser mejor: se trata de una estupenda perso-
na, sensible y preocupada por los demás. Ha estudiado psicología
en la Complutense de Madrid, con resultados brillantes: tras el
doctorado ha conseguido meter cabeza en la facultad. Ya ha pu-
blicado bastante en conocidas revistas del sector. Se conocieron
EL PRIMERO DE LA LISTA 63

en su ciudad natal, Murcia. Se casaron, convencidos de su amor,


después de dos años de novios, con 27 años Marta y 29 Emilio.
'HFLVLyQPX\DSODXGLGDSRUVXVSDGUHVDOWUDWDUVHGHGRVFKLFRV
muy responsables y cumplidores con sus obligaciones.
'HPRPHQWRODFDVDODSRQGUiQHQ%DUFHORQDDXQTXH0DUWD
seguirá viviendo en Madrid –por lo menos los primeros años–
hasta que consolide su prometedor futuro en la facultad. No des-
cartan que sea Emilio el que termine viniendo a Madrid.
Transcurren los primeros años, se ven los fines de semana y
no todos, en función de sus deberes profesionales. Eso sí, las va-
caciones son sagradas, aunque también tienen que dedicar parte
de su tiempo a la familia de Murcia, que se mueren de ganas de
YHUDODIHOL]SDUHMD'HPRPHQWRHOWHPD©KLMRVªHVWiGHVFDUWDGR
viviendo así sería imposible.
A los tres años y medio, Emilio plantea que se siente vacío y
confundido. Quiere tomarse un año sabático, «no se encuentra».
'HMDHOWUDEDMRGHMDVXPDWULPRQLR©VXYLGDQROHOOHQDª
Las respectivas familias no se lo pueden creer, Marta recibe
la noticia como un jarro de agua fría: con 32 años y todo un fu-
turo prometedor, de la noche a la mañana se encuentra con que lo
más importante para ella ya no existe.

Estudio del caso

El caso está tomado de la realidad, lógicamente cambiados


algunos datos.
Últimamente estamos asistiendo al aumento de separaciones
en parejas jóvenes, justo en los primeros años de convivencia.
No pretendo juzgar a nadie, sino solo que reflexionemos jun-
tos: ¡viva la libertad!
Al leer el caso cabe pensar que los chicos eran jóvenes, es
verdad, teniendo en cuenta la edad con que la gente se casa hoy,
que tampoco hace que sus relaciones sean más duraderas.
64 BLOQUE I: AMOR

Marta y Emilio han elegido la opción A. Es curioso ver como


todos asisten atónitos al desenlace de los hechos.
Si no podemos juzgar, menos todavía podemos atrevernos a
adivinar qué ha pasado en el interior de Emilio. Solo él lo sabe.
Pero parece claro que uno de los requisitos esenciales para la vida
de pareja –la convivencia– en este caso no ha existido. Por lo cual
estamos más bien ante una pareja-familia «ficticia», desprovista
de una convivencia continuada, capaz de consolidar verdadera-
mente los pilares de su relación. El árbol se ha caído, sencilla-
mente, por falta de tiempo y lugar donde echar raíces que pudie-
ran sostenerlo.
Esta pareja y sus familias pensaban que el matrimonio era lo
primero, aunque compatible con un sinfín de objetivos y obliga-
ciones.
Si tenemos en cuenta que lo que les ha ocurrido es algo fre-
cuente hoy día: ¿no habría que replantearse un poco la cuestión
desde el inicio? ¿cuál es nuestra escala de valores?
BLOQUE II
CONOCERSE
CAPÍTULO 5
©&$'$'Ì$0(9(20É6*25'$ª
68 BLOQUE II: CONOCERSE
«CADA DÍA ME VEO MÁS GORDA» 69

Puesto que para hablar de AMOR tiene que haber un noso-


tros, vamos a profundizar un poco en ello, pero por partes: prime-
ro nos centramos en el YO, para luego aterrizar en el TÚ.
Antes de nada, ¿qué idea tengo de mí?, ¿quién soy para los
demás y sobre todo, para mí?

Autoestima

Autoestima, como muy bien sabemos, es la estima que cada


cual se tiene a sí mismo o a sí misma.
Todos tenemos una idea sobre nosotros mismos, tanto de
nuestra forma de ser como de nuestro cuerpo. Pero ya dice el
viejo refrán que «en este mundo traidor, nada es verdad ni es
mentira, todo es según el color del cristal con que se mira». Y,
para empezar, a diferencia de los hombres, el «cristal» con que
nos miramos las mujeres deja mucho que desear, nos vemos hasta
un 25% más gordas de lo que somos… (el cómic al comienzo del
capítulo tiene su parte de razón).
Para comprobarlo, basta leer las palabras que dijo Michelle
Pfeiffer en una entrevista: «Mi cara está completamente torcida y
mis labios son desproporcionados». ¡Sin palabras! Si Michelle, con-
siderada entre las cincuenta mujeres más bellas del mundo, se ve así,
no te cuento cómo nos vemos el común de «las» mortales…
Nadie está a salvo de sufrir una percepción negativa de su
cuerpo. Buena culpa la tienen las campañas publicitarias y pasa-
UHODVTXHQRVSUHVHQWDQXQRVFiQRQHVGHEHOOH]DLUUHDOHV«'LJR
irreales, porque en bastantes de los anuncios televisivos que ve-
mos, la imagen de un mismo cuerpo está formada por distintas
personas. En un anuncio publicitario de una conocida marca de
crema anticelulítica, se utilizaba a tres modelos distintas. Una
quinceañera aportaba las piernas y glúteos; otra, de unos 25 años,
OD FDUD \ XQD WHUFHUD ODV PDQRV« 'HEHUtD WUDQTXLOL]DUQRV HO
70 BLOQUE II: CONOCERSE

que ni siquiera una modelo llegue a tener todas las partes de un


«cuerpo diez».

La belleza exterior como reflejo del interior

Las mujeres estamos muy sujetas a la tiranía de las hormonas


y esto se refleja de forma evidente en nuestros estados anímicos.
Sin saber por qué, un día te levantas y te ves tan guapa que no te
parece ninguna temeridad ir a trabajar sin maquillar, pensando:
«así parezco más joven y natural»; sin embargo, otra mañana te
miras al espejo y no rompes a llorar porque a la mala cara se le
unirían los ojos rojos e hinchados… que acabarían de deprimirte
del todo. Es entonces cuando los botes de corrector de ojeras,
maquillaje, polvos mágicos, ampollas anti-edad o anti-décadas
si las hubiera, se agolpan en el lavabo, para intentar mejorar de
forma artificial el deterioro visible de tan horrible cara. Creedme,
no podemos cambiar tanto de un día para otro, somos las mismas,
que nos comemos el mundo hoy y nos hundimos en la miseria
mañana. Sin duda, la belleza tiene un porcentaje muy elevado que
es objetivo, pero si por algo se caracteriza al ser humano es por
su tremenda subjetividad.
No cabe duda de que vernos guapos/as nos hace sentirnos
mejor. Somos hombres y mujeres de nuestro tiempo y, aunque
no hayamos caído en la adicción, nos gusta estar a la moda. No
podemos olvidar que nuestra «fachada», lo queramos o no, es la
primera embajada de nuestro yo más íntimo. Es decir, que nues-
tro espíritu se deja ver a través de nuestra imagen.
Es evidente que lo físico y lo psíquico se interrelacionan, y en
este caso queda más patente que nunca. No hay más que ver cómo
arrasamos con la tarjeta el día que estamos de buen ánimo, o por lo
menos lo desearíamos, ya que te queda bien todo lo que te pones,
a diferencia de los días grises, en los que nada te encaja, o no te va
bien a la cara o te señala este defecto o te resalta aquel otro…
«CADA DÍA ME VEO MÁS GORDA» 71

Parece mentira, pero nuestro equilibrio personal se manifiesta


en el exterior: las personas felices, equilibradas, son más hermo-
sas. Si no, piénsalo. Es cierto que sentirme feliz y querido/a no me
convierte de inmediato en Angelina Jolie o en su media naranja.
Me refiero a la belleza interior que trasluce hacia fuera y te hace
más hermoso/a ante los ojos propios y ajenos. Todos hemos tra-
tado a personas poco agraciadas –vamos, desagradables de ver–,
que, una vez conocidas, resultan ser «bellísimas personas» y ya
no nos resultan tan feas; o, al contrario, personas muy agracia-
das, que, cuando intimamos con ellas, pierden todo su atractivo.
No estoy proponiendo una especie de «consuelo piadoso» en una
sociedad que da tanta importancia a la estética. No se trata de
resignarnos con lo que, según el arbitrio de la madre naturaleza,
nos ha caído en suerte: simplemente, a algo tan efímero como la
belleza y la juventud hay que darle la importancia que tiene, ni
más… ni menos.

Para pensar…
Nuestro equilibrio personal interno se refleja en el exterior.
Las personas felices y equilibradas son más hermosas.

A lo mejor no se trata tanto de adelgazar –que es conveniente


para la salud, para gustarte más y estar más guapo/a para los de-
más– como de aceptarte, quererte y, en la medida de lo posible,
controlar tu peso, ¡claro!
En muchas ocasiones estamos descontentos/as con nuestro
físico. Añoramos medir 10 cm más o tener menos de aquí o más
de allá. ¿No has pensado que limar algún defecto de tu carácter,
como por ejemplo, ser tan negativo, es más barato? Puede que
te encuentres más a gusto tú y los demás. Saldrás ganando. Es
verdad que a veces resulta más fácil operarse el pecho que co-
72 BLOQUE II: CONOCERSE

rregir una manía o solucionar un fracaso personal; aparte que lo


primero tiene un efecto de satisfacción inmediata. Pero a la larga
la belleza interior reporta más felicidad, sobre todo porque los
retoques exteriores no son definitivos… Con esto no digo que
hacer lo posible por mejorar la estética sea malo, sino que si no va
acompañado por un cambio interior es solo una mejora parcial.

Para pensar…
Sufrir por no tener un «cuerpo diez», es absurdo. Incluso
por no tener un «cuerpo siete». Ya que mi imagen es
en gran medida el reflejo de mi estado de ánimo.

Es muy importante caer en la cuenta de nuestra valía, conocer


todas nuestras posibilidades, que son prácticamente infinitas…
Sentirme capaz, porque puedo. Solo tengo que querer de veras,
hasta el fondo.

Para pensar…
«El sentirme capaz me capacita…
y el sentirme incapaz me incapacita».
Tomás Melendo

Te ves bien, te ven mejor

Podemos afirmar que…

Autoestima es la felicidad que obtengo de verme capaz,


satisfecho conmigo mismo, con mi realidad real.
«CADA DÍA ME VEO MÁS GORDA» 73

Y si hago las paces conmigo mismo, con esas ojeras, ese mi-
chelín o ese defecto de mi carácter, podré hacer las paces con el
resto de mi universo.
Tenemos muchos motivos para ser felices. Piénsalo. Sácale
partido a tu vida: a la real, que es estupenda si sabes mirarla,
no a la que te gustaría tener. No podemos comportarnos como
el hijo de un millonario, que piensa que todo lo que tiene es lo
corriente… No podemos acostumbrarnos a la maravilla de amar
y ser amados, al vértigo de ser padres si es que lo eres, e infinitas
realidades importantes o menudas que dan sentido a la vida.

Objetivo tendencia:
No es tan importante que valoren nuestros
logros, como valorarlos nosotros.

Si yo estoy bien, nosotros funciona mejor

En la mayoría de los casos pensamos que los demás nos ven


como nos vemos nosotros mismos. Es decir, ponemos en la men-
te de nuestra media naranja nuestros complejos y frustraciones,
cuando el/la pobre no ha dicho ni «mu».
Así que no son ciertos muchos pensamientos tormentosos,
del tipo:
‡ ©0HYHFRPRXQDYDFDª
‡ ©1R PH YDORUD OR VXILFLHQWH GHVGH TXH WHQJR HVWH WUDEDMR
menos cualificado».
‡ ©3LHQVDTXHVR\HOHOODPiVDEXUULGRDGHWRGDODILHVWDª
‡ ©6HKDGDGRFXHQWDGHOV~SHUJUDQRTXHWHQJRHQODIUHQWHª
‡ ©&RQHVWHSHORGHIUHJRQDQROHJXVWRª
No podemos olvidar que los miembros de la pareja funcionan
como vasos comunicantes que continuamente vierten su conte-
nido del uno al otro… Es decir, que si me veo mal, terminará
74 BLOQUE II: CONOCERSE

viéndome mal, y si me veo estupendo/a, el otro también me verá


así. Somos pura subjetividad.
Las mujeres nos podemos sentir bien o mal con independen-
cia de nuestra situación personal, a nivel de pareja o profesional,
por múltiples motivos para nosotras evidentes, pero para ellos un
entramado de enrevesadas sinrazones imposibles de descifrar.
Aunque profundicemos más adelante, vale la pena este pequeño
adelanto: cuando una mujer se desahoga con su marido, normal-
mente solo busca ser escuchada y comprendida, pero el hombre
interpreta que él tiene parte de culpa de esa situación y debe in-
tentar resolverla… Porque si no ¿para qué se lo iba a contar? Si
consigue comprender que no puede hacer nada, casi peor, porque
le genera sensación de impotencia. Si nos queremos, será más
fácil querer y que nos quieran.

Objetivo tendencia:
¡Quiérete! ¡Sé feliz! Se lo pondrás más fácil.

A una persona con autoestima, que se quiere, le resulta más


fácil ser positiva.

Tú decides

No podemos sentarnos en nuestro sillón a esperar que nos


venga la felicidad en forma de buen trabajo, detalle cariñoso
de nuestro hombre/mujer… o a la espera del hombre/mujer de
nuestros sueños… La felicidad no es algo que pasa. Es un querer
nuestro. Soy el personaje principal, además de la productora y
guionista, de esta película que es mi vida… Sin duda, el escenario
influye, pero lo determinante es cómo me posiciono ante la vida.
Puedo verlas venir o torear el toro con el mayor garbo posible.
«CADA DÍA ME VEO MÁS GORDA» 75

Así que tú decides, ¿ser positivo o ser negativo? Adelanto al-


gunas ideas clave que te pueden ser muy útiles, si has elegido la
segunda opción:
‡ &5e$7(352%/(0$66LQRWLHQHVEDVWDQWHFRQORVWX-
yos, asume los de los demás. A la corta puede resultar prác-
tico para no afrontar los propios. Regodearse en las mise-
rias ajenas funciona muy bien si quieres olvidar las tuyas.
‡ 0$*1,),&$/2668&(6261(*$7,926GHVJUDFLDV
inconvenientes e impertinencias, obvia las alegrías, place-
res y dichas.
‡ 2%6(6,Ð1$7( &21 /26 (5525(6 '(/ 3$6$'2
Elige algo que se te haya quedado marcado, y repítelo en
tu mente una y otra vez, hasta que solo vivas para pensar
en eso. Con suerte, te descentrará de los problemas reales
cotidianos, que sí puedes resolver.
‡ 6$/7(6,(035(&21/$78<$5HFKD]DSRUQRUPD
lo que te digan los demás, incluso cuando pueda aportarte
algo positivo.
‡ 9,9( '( &$5$ $/ )87852 $SOD]D ORV EXHQRV PR-
mentos pensando que en el futuro todo irá mejor. Mientras
tanto, no disfrutes con nada. Y si quieres rizar el rizo, an-
gústiate pensando en todo lo malo que te puede ocurrir…
‡ 181&$7(3(5'21(66LHVGLItFLOSHUGRQDUDORVGH-
más, perdonarse a uno mismo es aún más complicado, así
que no te esfuerces en conseguirlo. Piensa que tú eres el
único responsable de lo que te ocurre y jamás creas que
existan situaciones que escapan a tu control.
Está claro que nadie elije conscientemente ser así, pero ¡cuán-
tas veces, casi sin advertirlo, nos dejamos llevar por la negativi-
dad! Para ser positivo es necesario quererse, caernos bien y, cosa
harto difícil, autoperdonarnos.
‡ ¢4XpLPDJHQWHQJRGHPtPLVPR"
‡ ¢0HGR\SHQD"
76 BLOQUE II: CONOCERSE

Hay una serie de frases negativas, que si las repetimos conti-


nuamente deprimen y me deprimen. Se me ocurren unas pocas:
‡ ©1RSXHGRPiVª
‡ ©1DGLHPHD\XGDª
‡ ©0HSDVRHOGtDWLUDQGR\RVRORDGHOFDUUR«ª
‡ ©$VtQRSRGHPRVVHJXLUª
‡ ©(VFRPRVLOHKDEODUDDODSDUHGª
‡ ©1DGLHPHHQWLHQGHª
‡ ©1DGLHPHYDORUDª
‡ ©1RWHQJRVXHUWHª
‡ ©6LWXYLHUDPiVGLQHUR«ª
‡ «

Cuando lo que digo solo describe la realidad, pero no resuel-


ve nada, se trata de lamentaciones estériles, que por desgracia
normalmente no van a ninguna parte. Y si encima magnifican
una realidad parcial o subjetiva, además de calentar el ambiente,
restan ánimos para afrontar cualquier tipo de solución, tanto al
que lo dice como al que le escucha.
Ciertamente, tenemos «derecho al pataleo», pero lo justo…
hay que ser resolutivos. Ser positivo es una buena forma de em-
pezar a afrontar los problemas. Hay que dar la vuelta al calcetín.
Siempre es más fácil empezar desde el principio a poner los pila-
res firmes de una buena convivencia.

Para pensar…
PERSONA POSITIVA = GIGANTE
PERSONA NEGATIVA = PIGMEO
¿Cómo afrontas las dificultades?
¿Desde arriba o desde abajo?
«CADA DÍA ME VEO MÁS GORDA» 77

Eres positivo cuando:


‡ $)5217$6 /$6 ',),&8/7$'(6 'É1'2/(6 68
-867$0(','$
‡ $<8'$6 '( 9(5'$' 9,(1'2 /26 352%/(0$6
$-(126'(6'()8(5$$VtSRGUiVWHQHUODFDEH]DIUtD
ser más objetivo y aportar una ayuda útil. Si tu carácter
impulsivo te impide ayudar de veras, es preferible quedar al
margen que dar un mal consejo o prestar un mal auxilio.
‡ 0$*1,),&$6 /26 68&(626 326,7,926 UHJRGHiQ-
dote en los buenos momentos y detalles nimios que te dan
más dicha.
‡ (67É6 $7(172 $ 72'$6 /$6 326,%/(6 23,1,2-
NES, que te hacen crecer como persona y ser más feliz.
‡ $3$5&$6/$60$/$6(;3(5,(1&,$6GHVSXpVGH
haberlas digerido y cicatrizado, dando paso a otra etapa
distinta. Cada día, cada ciclo es una nueva oportunidad.
No estamos predeterminados a nada, a no ser que lo crea-
mos así.
‡ 9,9(6 ,17(16$0(17( (/ +2< 6DELHQGR TXH DVt
labras un pasado hermoso para recordar y caminarás con
paso firme hacia un futuro prometedor.
‡ 7($&(37$67$/&202(5(6FRQVFLHQWHGHTXHWXV
defectos y limitaciones son parte natural de tu carácter, al
igual que tus virtudes.

Objetivo tendencia:
SER POSITIVO, NO TE EQUIVOCAS = SER FELIZ
¡¡Vale la pena que seamos felices AHORA!!

Y como deja claro la expresión «vale la pena» –y no «vale la


alegría»–, lo que compensa es el esfuerzo, el sacrificio, la lucha
por ser felices y positivos.
78 BLOQUE II: CONOCERSE

'HORPXFKRTXHFLUFXODHQ,QWHUQHWPHOOHJyHORWURGtDXQ
montaje de esos tan bonitos, un poco cursis, con fotos bucólicas
de fondo… La verdad –lo siento– la mayoría los borro antes de
leerlos, pero ese día por suerte tenía más tiempo.

«Solemos pensar que la vida será mejor cuando termine la


carrera, cuando tenga novio/a, cuando encuentre trabajo,
cuando me case, cuando tenga un hijo, o cuando tenga otro,
cuando éstos sean adolescentes, o cuando se vayan de casa…
cuando cambie de casa, cuando me compre el coche, cuando
gane más dinero… o cuando me jubile… No existe mejor
momento para ser feliz que ahora mismo, la vida está llena
de «luegos». Lo mejor es ser feliz ahora de todas formas.
La felicidad tiene lugar ahora. Así que deja de esperar
al fin de semana, a las vacaciones, a perder esos kilos,
a ese viaje, a que te toque la lotería… para ser feliz.
La felicidad es un trayecto, no un destino. Trabaja
como si no necesitaras el dinero, ama como si nunca te
hubieran hecho daño y baila como si nadie te viera».

El que avisa no es traidor, el final es un poco cursi, pero tiene


su aquel.
La felicidad no es una quimera inalcanzable. Lo que pasa es
que a veces no reconocemos, en medio de la normalidad de la
vida, los periodos de dicha en que nos encontramos; mejor dicho,
solemos reconocerlos, pero a toro pasado y ni siquiera entonces
nos paramos a disfrutarlos. Todos hemos oído decir a nuestras
abuelas: ¡qué felices éramos, cuando los niños eran pequeños…!
¢'HYHUDV"&XDQGRSDVDPRVSRUHVDHWDSDQRYHPRVODKRUDGH
dormir de un tirón y tener más libertad. Probablemente, nuestras
abuelas en aquel momento tampoco. Y es que no sabemos reco-
nocer la felicidad cuando la vivimos. Te propongo un magnífico
«CADA DÍA ME VEO MÁS GORDA» 79

y muy rentable ejercicio: valorar lo que tenemos, ser felices y sa-


bernos felices. Vamos a recordarnos a diario, a nosotros mismos
y a los que comparten nuestra vida, lo afortunados que somos.
¡No nos perdamos lo mejor, dejando de estar satisfechos con lo
que nos regala la vida!: poco o mucho, siempre suma en nuestra
lista de «haber».

Olvido de sí

Todo esto de querernos, aceptarnos, realizarnos, ser los pro-


tagonistas de nuestra vida está fenomenal, pero no debe conver-
tirse en un fin en sí mismo. Es importante cubrir unos mínimos
de autocariño, autoperdón, autoestima… y todos los «auto», para
poder emplearnos a fondo en lo que de verdad nos hace felices:
vivir para los demás. Todos los «auto» son fantásticos, pero como
las vitaminas, los carbohidratos, las grasas…: en su justa medi-
da; consumidos en exceso, degeneran en situaciones no desea-
das, como la obesidad. También en el plano psicológico, darnos
demasiadas vueltas a nosotros mismos provoca otras patologías
tan temibles como el egoísmo agudo, soberbia, envidia y otras
lindezas que, como es sabido, desembocan en la tan terrible tris-
teza crónica. Está archidemostrado que la forma más eficaz de
ser feliz es el olvido de sí.
Por eso, vivir en pareja es una fuente de felicidad. Cuanto me-
nos vueltas doy a mis gustos, a mis disgustos… me descomplico,
soy mejor. Que conste que no estoy hablando de esas personas
que «viven solo a través de los demás» de una forma expresa y
buscada: sobre todo, mujeres falsamente superentregadas, heroí-
nas abnegadas, que viven –así lo piensan– por y para los demás.
Están contentas o tristes según lo estén «los suyos» o no. No tie-
nen vida propia, viven por otros… y no dejan a los otros vivir por
sí. Esto es un extremo y es malo. No entendemos bien el AMOR
80 BLOQUE II: CONOCERSE

cuando hacemos de nuestros seres queridos personas egoístas,


merecedoras de todo y capaces de nada.
Quererme y aceptarme es imprescindible para querer y acep-
tar a los demás, y viceversa. Valorarnos y conocernos hace que
sintamos la responsabilidad de sacar el mejor partido a todas
nuestras posibilidades. Guardarnos nuestras cualidades para no-
sotros nos empobrece. Somos más y mejores personas cuando
nos ponemos en «juego» con personas. Salir de nosotros mismos
nos engrandece y nos complementa, ya que en muchas ocasiones
necesitamos de la mirada del otro para captar lo hermoso que hay
en nosotros mismos.

Para pensar…
Somos más felices cuando pensamos
menos en nosotros mismos.
Vivir en pareja me ofrece la oportunidad de pensar menos
en mis gustos o mis disgustos, y esto es garantía de felicidad.
CAPÍTULO 6
ELEGIR BIEN
82 BLOQUE II: CONOCERSE

¿Por qué contigo y no con otro/a?

Resulta curioso considerar las razones que nos llevan a em-


parejarnos con una determinada persona. Ante todo, buscamos a
alguien con quien compartir nuestra vida de una forma más «exclu-
siva». Supuesta esa primerísima razón, otros motivos pueden ser:
‡ 7RGRFRPLHQ]DSRUXQIXHUWHDWUDFWLYRItVLFR $VtHPSH]D-
mos casi todos).
‡ $WUDFWLYRHFRQyPLFRHVWDWXVVRFLDO 6HGDPXFKR 
‡ (OPLHGRDHVWDUVRORD 3RUGHVJUDFLDWDPELpQVXFHGH 
‡ /RSDVRELHQ
‡ +D\VLQWRQtDVH[XDO
‡ &RQJHQLDPRV
‡ &RPSDUWLPRVDILQLGDGHVGHSRUWHVSDUWLGRSROtWLFR«
‡ 1RVFRPSOHPHQWDPRV
‡ 1RVFRPSHQHWUDPRV
‡ &UHHPRVTXHWHQHPRVODPLVPDIRUPDGHYHUODYLGD

La última es una conjetura que podremos comprobar confor-


me se nos vayan presentando las distintas escaramuzas.
La relación de pareja suele comenzar compartiendo tiempo
OLEUH GLYLUWLpQGRVH 'H RUGLQDULR OD JHQWH VH UH~QH SDUD KDFHU
«algo». A veces se dedica poco tiempo a hablar, a conocernos
\ D GDUQRV D FRQRFHU 'LYHUWLUVH HVWi IHQRPHQDO HV PiV HV GH
lo mejor que hay, pero sin olvidar lo que tenemos entre manos.
Cada momento es único y si nos planteamos compartir con al-
guien nuestra vida, no puede ser porque «está como un tren»,
tiene «pelas», y es «super cachondo». Esto, que parece de Pero-
grullo, abunda más de lo que creemos; es más, seguro que alguno
está pensando: «¿Y qué tiene de malo?»
El motor de la vida es el AMOR, aunque hoy en día bastante
gente persiga solo sensaciones o cosas nuevas. Vemos a nuestro
alrededor muchas personas que buscan pareja como si se tratase
ELEGIR BIEN 83

de un complemento, que sea guapo/a, «interesante» (nunca he te-


nido del todo claro qué significa concretamente este término). En
definitiva, alguien que complemente nuestro «look»: hay que re-
conocer que ir del brazo de un/una rubio/a despampanante aporta
bastantes dosis de autoestima a nuestro ego, igual que aparecer
en una reunión chic con traje de marca y zapatos caros da más
seguridad en uno/a mismo/a… Y, claro, llega el momento en que
nos cansamos del accesorio por muy «exclusivo» que sea; si al fin
y al cabo era un complemento, puedo prescindir de él…
Por una parte, me encuentro con personas que se sinceran
diciéndome: «Lo que más me gustaría sería compartir con una
única persona de forma exclusiva mi vida, envejecer juntos vien-
do crecer a nuestros nietos…». Mientras que, por otra, se limitan
a buscar un compañero de viaje que les aporte «algo» o con quien
pasar el rato.

Piensa…
Tu futuro depende de tu presente.
Convierte tus deseos en «quereres».

¿Somos libres al enamorarnos?

(ODPRUQRHVVRORVHQWLPLHQWRHVXQDFWRDFWLYR'RQGHFDGD
XQRWRPDODVULHQGDV'RQGHVHSRQHHQMXHJRWRGDODSHUVRQDHV
decir, entendimiento, voluntad y corazón. El acto primario de la
YROXQWDGHVHODPRU(OPD\RUDFWRGHOLEHUWDGHVHOHJLU'HORTXH
resulta que cuando un adulto se enamora y acepta ese enamora-
miento es porque quiere. Somos libres de nuestros «quereres».
Somos materia, inteligencia y voluntad. El amor puede colarse
como sentimiento, pero para que sea de verdad AMOR, tiene que
estar reforzado por la inteligencia y la voluntad.
84 BLOQUE II: CONOCERSE

Nos jugamos mucho

Volviendo a la «película de final feliz», al «… y fueron feli-


ces y comieron perdices», una de las partes más importantes y
fundamentales del compromiso es el tiempo previo a formalizar
la relación. Todas las aventuras y desventuras que anteceden al
matrimonio van a dejar una huella clara en nuestra convivencia
de por vida.
Si quiero triunfar en mi vida personal, es decir, ser feliz, no
puedo concebir mi relación fuera de una entrega total, sin condi-
ciones, que se materializa en un compromiso estable y duradero
en el tiempo. Una vez que tenemos claro el concepto, hay que
buscar a la persona adecuada.

Evolucionar o morir

Es importante que una relación evolucione de forma natu-


ral, sin interrumpir su crecimiento. Igual que hay que cambiar de
macetero a las plantas cuando éstas crecen. Llega un momento
en que el noviazgo queda chico a la pareja. Una vez que tenemos
claro que somos el uno para el otro hay que subir el escalón.
Se habla mucho sobre el problema de los jóvenes para eman-
ciparse. La precariedad laboral, contratos basura, la falta de tra-
bajo, el paro, el precio de la vivienda, ¡¡ la “crisis”!!... son algunas
de las causas que les obligan a retrasar la boda o el vivir juntos.
Si analizamos la situación económica de nuestros padres y abue-
los, advertimos que era muchísimo más crítica que la actual. Con
lo que puede que no sea una cuestión de dinero, sino de madu-
rez. Cada vez está más extendido el miedo al compromiso, a la
responsabilidad, lo cual no está reñido con tener pareja, «pero
FDGDXQRHQVXFDVD\'LRVHQODGHWRGRVª¢4XLpQQRGHVHDHQ
un futuro el tener una familia y una pareja estable? Pero de ahí
ELEGIR BIEN 85

a quererlo, es decir, materializar el deseo y ponerse manos a la


obra… Las sociedades avanzadas son cada día más individua-
listas: la principal preocupación de sus individuos es la felicidad
individual, valga la redundancia; y si esta felicidad requiere una
pareja, pues habrá que tenerla, aunque solo sea para conseguir
una satisfacción personal. La consecuencia es una sociedad de in-
dividuos inmaduros e insatisfechos, ya que la verdadera felicidad
la obtenemos al hacer felices a los demás.
Una persona es verdaderamente madura cuando su centro
de gravedad no está en sí misma. Cuando salimos de nosotros
mismos, nuestros problemas no son tan importantes. Somos más
felices, podemos asumir compromisos y por consiguiente, em-
barcarnos en una relación con visos de ser estable.
Todos hemos conocido a personas mayores (sanos dentro de
sus posibilidades) que están todo el día quejándose. Cuando no les
duele el estómago, son las cervicales o los vértigos, o una oreja… y
verdaderamente les duele, pero además es que no tienen otra cosa
que hacer en el día que contemplarse. En una sociedad individua-
lista, la persona que huye de las responsabilidades, dispone de todo
el día para pensar en su trabajo, su tiempo libre, su gimnasio, sus
amigos, su fin de semana, su estado de ánimo…, y si alguien se
adapta a ella, también encontrará un hueco en su agenda. Si no pen-
samos más que en nosotros, si nos damos demasiada importancia,
somos carne de cañón para las depresiones. Y es que si el centro de
gravedad de nuestra vida somos nosotros, nos hundimos.

Para pensar…
Cuando el centro de gravedad de nuestra
vida somos nosotros, nos hundimos.

Si quieres ser feliz, ¡¡enamórate!! Pero de verdad, con todas


las consecuencias… Hasta el punto de que tú ya no seas lo pri-
86 BLOQUE II: CONOCERSE

mero en tu vida. No te equivocarás. Y así no habrá obstáculo que


se te ponga por delante, ni el económico, ni la vivienda. Nuestros
padres y abuelos no tuvieron una situación económica mejor que
la nuestra.

El matrimonio es como un melón

'LFHHOUHIUiQ©(OPDWULPRQLRHVFRPRXQPHOyQQRVDEHV
cómo va a ser hasta que lo abres». Es cierto que no sabemos cómo
vamos a reaccionar ante los múltiples avatares de la vida, pero sí
que podemos hacernos una idea. Sabemos que un peral da peras
y un manzano manzanas. Y si mi media naranja es una persona
temperamental seguirá siendo temperamental y si es tímida, pues
seguirá siendo tímida.
Por lo cual el tiempo en el que una pareja se está conociendo,
en el que no existe una entrega total porque todavía es pronto para
WHQHUODFHUWH]DGHTXHVRQHOXQRSDUDHORWURHVYLWDO'XUDQWH
toda la vida, ese periodo ha sido conocido como noviazgo. El no-
viazgo hay que vivirlo con responsabilidad, nos jugamos nuestra
felicidad. Esto no es incompatible con ser jóvenes y pasarlo bien:
basta con conocer mínimamente lo que llevamos entre manos.
Es triste ver a gente estupenda que se embarca en la conviven-
cia siendo auténticos desconocidos. Presuponiendo que ambos
cumplen las expectativas del otro, sencillamente porque durante
el tiempo previo a la convivencia «han tenido muy buen rollo»,
mucha «química». El sentido del humor es clave para cualquier
relación, pero no es un pilar sobre el que pueda construirse el
matrimonio.
Es una pena que, en la opción más importante de mi vida, me
deje llevar por mi pasión, apetencia, sensaciones…, todo esto tie-
ne que estar apoyado en una certeza de que nuestros «proyectos
de vida» son compatibles. Claro que lo primero será preguntarse
¿cuál es mi proyecto de vida?
ELEGIR BIEN 87

Proyecto de vida

'DYLG6XULRO\0LJXHO-DQHUDXWRUHVGHOOLEURMarketing de
pareja, nos hablan de cómo aplicar las estrategias de empresa al
negocio más importante que tenemos entre manos, nuestra vida
de pareja. Y es que da mucho que pensar la cantidad de horas de-
dicadas a estudiar cómo mejorar marcas y productos con el único
fin de rentar más.
‡ ¢4XpFXRWDGHPHUFDGRTXLHURDOFDQ]DU"
‡ ¢&yPRYR\DSRVLFLRQDUPLPDUFD"
‡ ¢$TXpIDFWXUDFLyQTXLHUROOHJDU"
‡ ¢4XpUHQWDELOLGDGTXLHURREWHQHU"
‡ «
No hay nada que rente más en felicidad que el éxito personal
en mi vida familiar.
¿Qué pareja quiero ser? Como mis padres o todo lo contra-
rio…
En el caso de que seamos padres, ¿qué proyecto educativo
queremos tener?
‡ ¢4XpWLHPSRQRVYDPRVDGHGLFDU"
‡ ¢4XpLPSRUWDQFLDLQIOXHQFLDWLHPSRRFXSDQQXHVWURVDPL-
gos, trabajo, familia grande… en nuestra vida?
Cada uno tenemos más o menos claras las cosas que nos gus-
taría hacer, o no hacer, el ritmo de vida que nos gustaría tener, el
tipo de familia que desearíamos conseguir, la forma de enfocar
el trabajo, dónde preferiríamos vivir… No ayuda nada a una re-
lación incipiente presuponer que el otro está de acuerdo, o que
con el tiempo cambiará de opinión o ¡qué aburrimiento hablar
de esto!
Para elegir bien, lo primero es conocernos. Antes de embar-
carnos en una relación, es imprescindible analizar nuestro PVC
(Proyecto de Vida en Común). A las preguntas del principio po-
demos añadir muchas otras, como por ejemplo:
88 BLOQUE II: CONOCERSE

‡ ¢&RQRFHPRV ODV REOLJDFLRQHV \ DVSLUDFLRQHV HFRQyPLFDV


de cada uno?
‡ ¢ +HPRVFRQVHQVXDGRSXQWRVGHYLVWDUHODWLYRVDORVJDVWRV
y ahorros?
‡ ¢+HPRVKDEODGRFODURVREUHODFRPSDWLELOLGDGSURIHVLRQDO
familiar? Es decir, ¿hemos hablado del reparto de tareas en
el hogar?
‡ ¢&RQRFHPRVODVLGHDVUHOLJLRVDV\HVSLULWXDOHVORVYDORUHV
morales de nuestra pareja?
‡ ¢4XpLPSRUWDQFLDGDPRVDQXHVWUDUHODFLyQGHQWURGHQXHV-
tra escala de valores?

Para pensar…
«Sin conocimiento no hay amor».
Tomás Melendo

El 50% de la clave del éxito

Está demostrado que el 50% de la clave del éxito en un ma-


trimonio es elegir bien. Por eso es importante tomarse un tiempo.
Cada uno necesita el suyo, para tomar la decisión que más va a
condicionar su vida. Hay que sopesar, valorar, conocer.
El amor no es un juego de niños, implica madurez. Y la ma-
durez no es patrimonio de todos los adultos; ya se sabe, a veces
incluso es un bien escaso. Una persona puede considerarse madu-
ra cuando es capaz de conocer y elegir libremente lo mejor, acep-
tando las consecuencias de todos los actos que reflexivamente ha
realizado. Si a esto unimos un equilibrio personal que comporta
serenidad, autoconocimiento, aceptación gozosa de la realidad…
¡estamos de enhorabuena! No podemos tomar a la ligera la de-
ELEGIR BIEN 89

cisión más importante de nuestra vida, ya que funcione o no; el


matrimonio nos condiciona siempre.

No olvidar:
«El matrimonio es mal negocio si no hay buen socio».
CAPÍTULO 7
¿NOS CONOCEMOS?

La inestabilidad en la vida sentimental es una triste realidad.


Resulta curioso que la principal causa alegada para la separación
sea «la incompatibilidad de caracteres», ya sabiendo que, de en-
trada, todos somos incompatibles… Y no solo a nivel de pareja,
sino en todas las relaciones que entablemos a lo largo de la vida.
Solo con el tiempo y el cariño nos vamos haciendo compatibles.
Las parejas alegan incompatibilidad en el momento de sepa-
rarse, aunque si rascamos un poco comprobamos con pena que
QXQFDKDQVLGRFRPSDWLEOHV'HORFXDOGHGXFLPRVTXHQRVHFR-
nocen, y si se conocen no se aceptan; es decir, se han elegido un
poco a la ligera.
La cuestión no es tan simple. Es cierto que la mayoría de las
parejas que se casan se conocen, y saben de sus defectos, aun-
que ignoro en qué curso del colegio de la vida nos enseñaron,
sobre todo a las mujeres, que las personas cambiamos para mejor
en el matrimonio y que el vivir juntos, los hijos, la familia, ¡¡¡el
amor!!!… van a difuminar nuestros defectos hasta casi hacerlos
desaparecer. ¡¡¡¡Qué romántico!!!!, pero que poco real.
Vemos a muchas parejas truncadas que no se conocían de
verdad, por lo menos de una forma realista; porque entonces se
habrían dado cuenta de su incompatibilidad y de que no eran lo
que buscaban.
92 BLOQUE II: CONOCERSE

Este libro no pretende ser un estudio sobre el divorcio, ni mu-


cho menos remediarlo, ya que…

Piénsalo…
«… toda separación tiene solución 5 años
antes de la ruptura»; es decir, evitar el
conflicto o solucionarlo a tiempo…

¿Nos conocemos?

El ser humano solo puede vivir y desarrollarse sanamente,


cuando se le acepta como es. Es precisa la confirmación en el ser
para sentirse a gusto en el mundo, para adquirir cierta estimación
propia y abrirse a los demás. En este sentido se ha dicho que el
DPRUFRQWLQ~D\SHUIHFFLRQDODREUDGHODFUHDFLyQ'HORFXDO
deducimos que sin amor nuestra vida es incompleta.

Piénsalo…
Sin amor nuestra vida es incompleta.

Amar a una persona equivale a hacerla consciente de su pro-


pio valor, de su propia belleza. Una persona amada es una per-
sona aprobada, que puede responder al otro con toda verdad: «Te
necesito para ser yo mismo». No se trata de un amor dependiente,
de modo que sin él no soy nada. Se trata de un amor que cata-
pulta. Claro que no necesito que me aprueben, como al que se
le perdona la vida: «Bueno, vale, te apruebo». Es simplemente
la sensación maravillosa de sentirse reforzado, ¡por el otro!, lo
¿NOS CONOCEMOS? 93

que ya sé. Qué duda cabe de que el que me estimen refuerza mi


autoestima.
Si algo está ahora de moda son los sentimientos y los de-
seos, a veces más valorados que la razón: «Sigue el impulso de
tu corazón». La verdad es que es una razón poderosa, pero sin
conocimiento no puede existir amor. Las pasiones no son buenas
consejeras porque distorsionan la realidad.
Si queremos AMAR de verdad, resulta fundamental conocer
al otro. Vamos a centrarnos en algunos puntos mínimos que hay
que tener en cuenta antes de comenzar cualquier relación madura
con pretensiones de estabilidad:
1.º me conozco,
2.º me acepto,
3.º te conozco,
4.º te acepto tal cual eres,
5.º te elijo libremente entre todos los hombres/mujeres.
Estos pasos, que hemos dado de uno en uno en un principio,
seguiremos trabajándolos toda la vida, ratificándolos a lo largo de
las distintas etapas en las que nos encontremos.
Se presupone que para cumplir unos mínimos dentro de una
relación de pareja hace falta madurez por las dos partes. Pero eso,
teniendo en cuenta que no terminamos de madurar nunca o, lo
que es lo mismo, que la madurez es un proceso. Como recuerda
Enrique Rojas, una persona madura se siente a gusto consigo mis-
ma, porque se conoce y se acepta. Tiene un modelo de identidad.
Sabe quién quiere ser. Es natural. Es lo que es, no quiere aparen-
tar. Es una persona enamorada, que disfruta del amor.
Por el contrario, una persona inmadura no sabe trascender
de sí misma para abrirse a las necesidades del otro. Una persona
inmadura no asume las consecuencias de los actos que libremente
ha realizado. Por lo cual no puede asumir la vida en pareja.
94 BLOQUE II: CONOCERSE

Me conozco

Aunque ya le dedicamos todo un capítulo, vale la pena recor-


dar la importancia del autoconocimiento. Si algo tenemos claro es
que somos pura subjetividad, por lo cual el conocimiento propio
y ajeno es subjetivo, ya que conocemos a través de nuestra propia
biografía. Es decir, que «nada es verdad ni mentira, todo es según
el color del cristal con que se mira». Aun así, y partiendo de esta
base, antes de empezar a conocer a alguien con intención de en-
tablar una relación, resulta del todo imprescindible conocernos a
nosotros mismos: esto, que puede parecer de lógica aplastante, es
más difícil de lo que parece. Nunca terminamos de conocernos a
nosotros mismos ni a los demás.
En ocasiones, nos da miedo la verdad, porque es exigente y
comprometida, y llegamos a caer en el pequeño engaño. A veces
cambiamos el nombre a los hechos porque nos resulta muy fuer-
te la verdad desnuda. La subjetividad, el apasionamiento pueden
contribuir a no ser sinceros con nosotros mismos. No podremos
ser sinceros con nuestra pareja si no lo somos con nosotros mis-
mos. Si no nos aceptamos tal cual somos.
Si nos da miedo afrontar nuestros defectos, nuestros comple-
jos, nuestras limitaciones, nunca mejoraremos. Eso está claro,
pero lo que es peor es que tampoco aceptaremos al otro ni le
ayudaremos a ser mejor.
Hay gente que busca a su pareja para escapar de sí mismo, de
su situación o de su entorno.
Fue a la llegada de la adolescencia cuando nos asaltaron pre-
guntas que con el paso de los años hemos resuelto, pero añadien-
do otras.
Antes de lanzar o relanzar un producto al mercado, las empre-
sas de marketingORHVWXGLDQPX\ELHQVRPHWLpQGRORDO'$)2
8QDQiOLVLVVLVWHPiWLFRGHVXV'HIHFWRV$PHQD]DV)RUWDOH]DV\
Oportunidades. Solo conociendo el producto de forma integral,
¿NOS CONOCEMOS? 95

con su cara y su cruz, se podrá rentabilizar al máximo. Igual


nosotros: no puedo rentabilizarme, maximizar mis posibilidades,
si no me conozco.
'HIHFWRV'HELOLGDGHV%DVWDQWHJHQWHUH~VDDQDOL]DUVXVGH-
fectos, suele ser un tema tabú en sus pensamientos o, todo lo con-
trario, monotema de sus cavilaciones. Tanto una cosa como la
otra son negativas. Solo la persona madura es capaz de analizar
sus debilidades de forma realista.
Amenazas: Puntos débiles, situaciones exteriores o estados
interiores que me hacen ser vulnerable. Problemas laborales, re-
lación con los demás, cansancio, comportamientos ajenos… Tra-
bajar por reforzar mis puntos débiles y evitar en la medida de lo
posible las amenazas donde esos defectos sean más visibles o se
potencien más, es una mejora importante.
Fortalezas: Serían todos aquellos valores, cualidades innatas
o fruto de mi esfuerzo personal, que me capacitan para trabajar,
relacionarme con los demás, sobrellevar situaciones de tensión.
Mi atractivo físico, mi buen carácter, mis habilidades sociales…
Conocer mi abanico de posibilidades junto con mis limitaciones
me hace ver de forma realista cuáles son mis oportunidades.
Oportunidades: Si conozco mis fortalezas debo explotarlas
al igual que limar mis defectos y evitar las situaciones (amena-
zas) donde se dejen ver de forma más evidente mis limitaciones/
debilidades.
Es muy importante el conocimiento personal, conocer quién
soy de verdad –no lo que los demás creen que soy o esperan de
mí–, qué imagen transmito y por qué.

Todos tenemos tendencias que no conocemos y determinan


nuestra visión de la realidad. Por ejemplo, una tendencia negativa,
falta de autoestima…
Solo si me conozco puedo cambiar lo que no me guste, poner-
me metas, en definitiva, ser mejor.
96 BLOQUE II: CONOCERSE

En la actualidad se ha creado una serie de modelos, y to-


dos, queramos o no, pertenecemos a la sociedad, nos sentimos
de una forma más o menos evidente forzados a seguirlos para
ser «felices». Es frecuente ver a los adolescentes queriendo ser
como la última «top-model» o cantante del momento. El ejemplo
de hombre/mujer triunfador/a para los adultos sería un señor con
éxito en los negocios o una «super-woman», capaz de llevar un
trabajo profesional, casa, hijos, marido y además supermoderna
y superguapa. (Es curioso que el modelo de mujer sea muchísi-
mo más costoso que el de hombre). La verdad es que aspirar a
ser como cualquiera de estos «prototipos» resulta agotador y, en
muchos casos, bastante frustrante. Conocerme bien evita muchas
frustraciones.

Me acepto

Si no me conozco no puedo aceptarme. Si sé y acepto que soy


baja, no me llevaré un disgusto cada vez que me miro al espejo
y compruebo que mido 1,50. Cuántas frustraciones evitaríamos
si reconociéramos que somos nada más y nada menos que no-
sotros. Con nuestras virtudes y defectos. Para ello necesitamos
grandes dosis de autoperdón. La aceptación no tiene que ir unida
a la comodonería. Si nos conocemos tal como somos, podemos
plantearnos metas con realismo y alegrarnos de nuestros logros.

Para pensar…
No podemos cambiar la realidad si no
la aceptamos tal como es.
¿NOS CONOCEMOS? 97

Te conozco

Piénsalo…
Nada se puede querer, si previamente no se ha conocido.
Solo el que ama de veras puede conocer de verdad.

Parece absurdo recordar que la atracción nunca puede ser de-


terminante para empezar nada. Todos recordamos la manzana de
Blancanieves, tan roja, tan brillante y… tan envenenada. Y, sin
embargo, ¡con cuánta frecuencia nos guiamos principalmente por
la atracción física! Por favor, señores, hay que estudiar el paquete
completo, el envoltorio y el contenido…
'LFHQTXHHODPRUHVFLHJR(VRQRHVYHUGDG/RTXHSDVDHV
que el amor nos hace más llevaderos algunos defectos. El que los
disculpemos con más facilidad no significa que no los veamos.
El amor verdadero hace ver, no ciega. Si quiero a alguien, me doy
cuenta, por ejemplo, de si se enfada a pesar de que intente disimu-
larlo. Es más, veré más allá y percibiré que el otro tiene miedo o
se siente culpable. Su enfado es solo un reflejo de su descontento.
Veo, entonces, malestar y sufrimiento, y no su enfado. El amor
lleva a la comprensión.
Conocemos de fuera adentro, pero también de dentro afuera.
El realismo es igualmente necesario a la hora de conocer al
RWUR 6HUtD PX\ FRQYHQLHQWH FRQRFHU ORV 'HIHFWRV $PHQD]DV
Fortalezas y Oportunidades de nuestra media naranja y poder
afirmar con madurez y rotundidad: «Quiero a mi hombre o a mi
mujer por ser quién es, no por lo que me gustaría que fuera». No
podemos ir por la vida exigiendo que los demás cumplan mis
expectativas… (estamos hablando de la relación de pareja, pero
lo podemos extrapolar a cualquier relación, como la de padres e
hijos). Solo el que ama de veras puede conocer.
98 BLOQUE II: CONOCERSE

Es un error muy extendido calificar como defectos determi-


nados modos de ser. Ser tímido no es un defecto, es una forma de
ser, en la que, si quiero, puedo trabajar y mejorar por serlo menos,
pero con realismo: a determinadas edades, es costoso cambiar. Es
muy difícil que un tímido empedernido llegue a ser presentador
de una gran gala. Aparte de innecesario.
En nuestra relación de pareja nos tenemos que sentir libera-
dos del apremio de ser «los mejores»; podemos vivir con el ánimo
tranquilo, sin hacer continuos esfuerzos por mostrarnos como en
nuestro mejor día; podemos y debemos sencillamente «ser lo que
somos». Somos lo que somos en función de toda nuestra biografía.
Es decir, actúo según soy. Mi pasado, mi presente y mis expecta-
tivas de futuro condicionan mis actos, en mayor o menor medida.
Por lo cual si queremos conocer de verdad, tenemos que conocer
en totalidad. En el amor me doy a conocer y conozco libremente.
Aunque hemos de tener en cuenta que nunca conocemos del todo,
ya que estamos en continua evolución. Por eso nunca podremos
decir que conozco plenamente a mi marido/mujer; más bien, lo/la
HVWR\FRQRFLHQGR6LQDPRUHVLPSRVLEOHFRPSUHQGHU'RQGHHVWi
mi amor, ahí está mi atención.

Piénsalo…
No se ama lo que no se conoce, y no se
puede conocer a quien no se ama.

Así que antes de involucrarse con una persona de por vida,


hay que dedicar un tiempo a conocerse. Llamémoslo un entrena-
miento. Y así, estar a tope para jugar el partido de nuestra vida:
nuestro matrimonio. No se pueden correr los mil metros lisos sin
entrenamiento, no se puede amar sin entrenarse.
¿NOS CONOCEMOS? 99

Te acepto

Conocer implica la aceptación de lo conocido. En el amor me


identifico con lo que amo. Esto es empatizar con el otro. El que
ama de veras se hace de alguna manera como el ser amado, no al
revés. Ponerme en su lugar es mucho más, es transformarme en
él/ella por amor.
Esta aceptación no tiene nada que ver con la resignación, ya
que ésta no implica esperanza ni posibilidad de cambio. Me acep-
to y te acepto como eres y entre los dos vamos a ser mejores. Solo
si me conozco y te conozco de forma realista, puedo cambiar
poniendo los medios necesarios para alcanzar unas metas posi-
bles. La clave para ayudar a mejorar a alguien es quererlo más y
mejor.
Hay que valorar las cosas según de quién vengan: un foulard
viejo envuelto en papel de periódico sería un regalo patético por mi
«decimoquinto aniversario de boda», pero sería el mejor presente
para «el día de la madre» de mi hijo de cuatro años. Tenemos que
valorar las cosas según de quién procedan: puede que a mí no me
cueste trabajo decir «te quiero», pero a una persona tímida, reser-
vada, o a una persona en su versión masculina… ya es otro cantar.
Si acepto al otro tal como es, me voy alegrar mucho de sus peque-
ños avances, que de otra forma me resultarían imperceptibles.
Conociéndonos podremos mejorar y ayudarnos a ser mejores.
El diamante solo se pule con diamante. Las personas solo mejo-
ran en contacto con otras personas. Persona con persona. Esto
implica que pongo en juego lo más personal que hay en mí y lo
más personal que hay en ti. Lo que supone entrega y esfuerzo.
Aunque lo tratemos más adelante, vale la pena apuntar cómo
a veces por desconocimiento somos un poco injustos: no hay más
que ver lo fácil que funciona el autoperdón, la aceptación per-
sonal y lo intransigentes que somos con los defectos ajenos. Es
divertido observar cómo aceptamos con facilidad los defectos del
100 BLOQUE II: CONOCERSE

otro que coinciden con los nuestros. El impuntual perdona con


más facilidad que los demás lo sean, pero si es de carácter apa-
cible, no consiente una palabra airada… Lo más probable es que
nuestra media naranja no coincida con nosotros en los mismos
defectos, lo que significa que si yo me comprendo tan bien, por-
que entiendo que me cuesta y que con el tiempo podré mejorar
(entre nosotros, tarea harto difícil, porque los patrones adquiridos
e interiorizados ahí quedan), debo entender que al otro también le
cuesta superar sus defectos. Bueno, en el caso de que no veamos
muchos resultados, da ánimo por lo menos constatar que hay vo-
luntad de mejora…

Te elijo

Te quiero por ti mismo, no por ser mejor o peor que los de-
más.
Una vez que nos conocemos y nos aceptamos de forma rea-
lista, estamos en condiciones de prever hasta qué punto podemos
ser compatibles a pesar de nuestras diferencias: «nos elegimos»
de entre todos. Teniendo claro que nuestro amor incondicional
nos va a ayudar a ser mejores, aunque sepamos que nuestra pareja
no está formada por ángeles, sino por personas humanas… con
todo lo que eso comporta. Me conozco, te conozco, te elijo, y me
tiro en plancha a la arriesgada aventura de compartir la vida de
por vida.

Piensa un poco

Todo este proceso requiere unos mínimos de madurez y so-


EUHWRGRSRUIDYRUKD\TXHSDUDUVHDSHQVDU'HGLFDUWLHPSRD
tomar la decisión más importante de nuestra vida. Que mi vida
¿NOS CONOCEMOS? 101

de pareja se desarrolle bien o mal va a condicionar mi existencia.


¿Por qué, entonces, tanta irreflexión? Porque pensar no está de
moda. Existe una frivolidad ambiental, la televisión es un botón
de muestra, emitiendo programas del corazón a todas horas, se-
ries sin nivel donde se rinde culto «a lo cutre». Se ha bajado el
listón notablemente y cuando esto ocurre rebajamos nuestra ca-
pacidad intelectual, porque nuestro cerebro es un músculo que
necesita ejercitarse.
¿Por qué no pienso? Porque:
‡ WHQJRSULVD
‡ WHQJRWUDEDMR
‡ HVWR\YLHQGRODWHOH
‡ HVWR\SDViQGRPHORELHQ
‡ HVWR\HVFXFKDQGRP~VLFD
‡ HVWR\KDFLHQGR©VKRSSLQJª«
Conforme cumplimos años, las consecuencias de nuestros ac-
tos tienen mayor repercusión. Igual que con las caídas: cuando un
niño se cae, se levanta sobre la marcha y ahí queda todo; cuando
un adulto se cae las consecuencias son mayores. El que una rela-
ción no funcione a determinadas edades es una gran frustración,
sobre todo en función de las expectativas que hayamos deposita-
do en ella.
Vemos qué importancia tiene el conocerse. Muchas de las pa-
rejas que no funcionan no han vivido bien ese tiempo importantí-
simo previo a la convivencia.

Objetivo tendencia:
Conocer y darme a conocer, para poder aceptarnos
tal cual somos. Una vez convencido, te elijo, de entre
todos, por ser tú y me tiro en plancha a la trepidante
aventura de compartir nuestra vida de por vida.
CAPÍTULO 8
¿IGUALES… EN QUÉ?

– Un hombre le está friendo huevos para el desayuno a su


mujer.
– De pronto, la mujer entra en la cocina y a grito pelado le
dice:
– ¡Cuidado… CUIDADOOOOOOO! ¡¡NO ME LO PUEDO CREER!!
¡Pon un poco más de aceite! ¡POR DIOS! Estás cocinando
demasiados al mismo tiempo… ¡DEMASIADOS! Dales la
vuelta… Dales la vuelta ¡AHORA!
– Necesitamos más aceite. ¡POR DIOS! ¿DÓNDE vamos a con-
seguir MÁS ACEITE? Se van a PEGAR…
– ¡Cuidado…CUIDADO! ¡Te he dicho que CUIDADOOOOOOO!
¿¿¿Pero qué haces???
– ¡¡Que se rompeeeen!! ¡¡Pero mira la yema!!
¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡ DIOS MÍOOO!!!!!!
– NUNCA me haces caso cuando cocinas! Nunca…¡CUIDADO!
Que saltan,
– ¿Es que no lo ves? ¡¡ Se está manchando toda la cocina!! Pero
baja el fuego y dales la vuelta ¡POR DIOS! ¡TRATA DE DAR-
LES LA VUELTA! ¿Estás LOCOOOO? ¡Usa la CABEZA! ¿HAS
ECHADO SAL? Échales sal… Sabes que sieeeeeeempre te
olvidas de la sal. La sal. La sal. ¡USA LA SAL POR DIOS!
104 BLOQUE II: CONOCERSE

– ¡¡LA SAAAAAAAAAAAAAAAAAL!!!
El marido la mira con asombro:
– «Pero ¿se puede saber qué te pasa? ¿Crees que no sé freír
un par de huevos?».
– La mujer responde sin inmutarse:
– SOLO QUIERO QUE COMPRENDAS LO QUE ES CONDUCIR
CONTIGO.

Nadie puede sostener seriamente que el hombre y la mujer


seamos iguales. Somos iguales en dignidad y diferentes en todo
lo demás. La realidad es que razonamos, pensamos y sentimos
distinto. La persona humana es hombre o mujer, y lleva inscrita
esta condición en todo su ser. Sería difícil encontrar una dimen-
sión humana, desde las más espiritual, anímica o psicológica,
hasta las más material o fisiológica, que no esté marcada por la
sexualidad propia de cada uno.

Hasta hace muy poco, hablar de estas diferencias


era una herejía, antesala del más acérrimo de los
machismos o feminismos… Tranquilos, lejos de hacer
tambalear los pilares de nuestra convivencia, la
refuerzan más, si cabe. Conociéndonos realmente nos
amaremos mejor. Sin conocimiento no hay amor.

Conocernos y aceptarnos es la clave del éxito en nuestra re-


lación de pareja.
Hasta aquí todos de acuerdo, pero tiene gracia que uno de
los principales problemas en la vida de pareja sea precisamente
olvidar que nosotras no nos hemos casado con una mujer, es de-
FLUTXHJUDFLDVD'LRVQXHVWURPDULGRHVXQKRPEUHRDOUHYpV
¿IGUALES... EN QUÉ? 105

que ellos no se han casado con un hombre. Somos distintos, y


precisamente esa diferencia es muchas veces lo que nos ha hecho
atractivos a los ojos del otro, lo que nos complementa. Generali-
zando, podríamos decir entre muchísimas cosas, como ejemplo,
que los hombres tienden a ser racionales, abstractos, impulsivos,
resolutivos, y las mujeres, sensibles concretas, intuitivas, buenas
comunicadoras. El problema está cuando ellos esperan que su
mujer piense y reaccione como un hombre o ella espera que su
hombre sienta y se comporte como una mujer.
Acerca del matrimonio, detalla Pease, detalla en su famo-
so best seller, que está demostrado que el cerebro también tiene
sexo, por eso manifestamos diferentes gustos, talentos y destre-
zas. Además, indudablemente estamos condicionados por nues-
tras hormonas. Los científicos ya han demostrado que entre un
embrión masculino y otro femenino se constatan hasta un millón
de diferencias.
Generalizar siempre es injusto. No estoy diciendo, con esto,
que todos los hombres o todas las mujeres sean iguales entre sí,
sería demasiado simple y si algo tiene la vida es que es compleja
y ardua. No existen dos personas iguales, pero es cierto que se
dan características comunes. Por lo general, los hombres son más
altos que las mujeres, aunque ¿a quién no le viene al pensamien-
to una conocida descomunal?, en estatura me refiero, claro. Una
persona concreta puede ser típica o atípica para su sexo, es decir,
el típico tópico de «la excepción confirma la regla».
Un error generalizado de los últimos tiempos consiste en que-
rer igualar a hombres y mujeres. En justicia, no se puede tratar
igual lo que es distinto. Si en siglos y milenios pasados al gremio
femenino le fueron negados de forma totalitaria muchos derechos
fundamentales, hasta hace muy poco por desconocimiento y con
afán de mejora se nos pretendía medir con el mismo rasero que
a nuestros compañeros de viaje. Sería una gran pérdida para la
humanidad este igualitarismo, ya que la diferencia es la base de
106 BLOQUE II: CONOCERSE

«la vidilla» que nos impulsa a levantarnos por las mañanas. Sin
DFULWXGSHURJUDFLDVD'LRVODVPXMHUHVQRVRPRVKRPEUHV\DO
revés. Somos diferentes por fuera y por dentro.
Solo conociéndonos nos podremos amar mejor.

Conociendo a las mujeres

Tener en cuenta alguna de estas reflexiones nos ayudará a


conocernos y darnos a conocer mejor.
Somos cuerpo y alma. Vamos a conocernos un poco de fue-
ra adentro. Físicamente existen infinitas diferencias visibles para
todos. Aun así podemos pormenorizar algunos detalles que a bas-
tantes se nos podrían escapar.

a) Distintas físicamente

Las diferencias físicas son obvias a simple vista, pero es que


además biológicamente funcionamos de forma distinta.
La mujer posee un mundo sensorial mucho más rico, sus sen-
tidos están más desarrollados.
Sus ojos son una extensión del cerebro. La capacidad para
detectar los colores viene escrita en el cromosoma X; como las
féminas tienen dos cromosomas X, poseen mayor sensibilidad
para detectar los colores, además de una mayor visión periférica,
lo cual les hace tener una idea más global de su entorno y de las
situaciones. Ven mejor en la oscuridad, por eso puede atender a
su bebé a oscuras y les saca de quicio que su marido tenga que
encender todas las luces de la casa para encontrar un chupete a
las cuatro de la mañana.
Oye mejor: además de tener un sueño más superficial que el
hombre, su capacidad auditiva es mejor. Le es posible mantener
¿IGUALES... EN QUÉ? 107

varias conversaciones a la vez, o ver la televisión mientras habla


y ojea una revista, ya que puede registrar muchos más sonidos
que el hombre. Tiene más sensibilidad para diferenciar tonalida-
des en el volumen de la voz, tan cambiante según los estados de
ánimo.
Es intuitiva, es decir, además de captar más por sus sentidos,
conoce más de lo que ve y oye. Puede interpretar el lenguaje cor-
poral, ocular, la expresión de la cara. Tiene, en definitiva, una
mayor inteligencia emocional. En otro tiempo se nos quemaba en
la hoguera por brujas; hoy tranquilamente podemos vaticinar sin
miedo a equivocarnos que «este niño se va a poner malo», por
su mirada, su llanto impertinente, el brillo de los ojos… en fin,
un conjunto de pistas clave que pasarían desapercibidas al más
observador de los varones. Al igual que detecta cuando alguien
miente, como explicaré más adelante, ya que no es el contenido
de la conversación lo que percibe su todopoderoso «cerebro escá-
ner», sino el contexto.
El cerebro femenino está analizando continuamente informa-
ción de su alrededor, esté despierto o dormido. Por eso puede
dormir y estar pendiente de la respiración de su bebé o de si éste
emite un pequeño gruñido porque ha soltado su osito de peluche.
La piel de la mujer demuestra mayor sensibilidad al dolor, al
tacto, al peso… como diez veces más que el hombre. También
nuestra piel es más fina que la masculina, por lo cual sufrimos
más pronto los estragos del paso del tiempo. (No se puede tener
todo, chicas…).
Está programada para ser madre y esta capacidad le aporta
muchas ventajas, la ejerza o no.
Es una realidad que la maternidad condiciona la relación con
la prole de una forma distinta de la paternidad. El hecho de llevar
un hijo nueve meses dentro de su ser genera un lazo especial; de
hecho, el recién nacido tarda en comprender dónde termina él y
dónde empieza su mamá. Se cree un todo con ella, como hasta el
108 BLOQUE II: CONOCERSE

momento de nacer había sido. Ante la llegada del primer hijo, aun
siendo el padre y la madre igual de novatos, la mujer de forma
instintiva se hace más con la situación. Ya que como todos sabéis
la maternidad potencia un sinfín de cualidades y capacidades,
que hasta el momento desconocíamos; desde pensar siempre en
los demás a la hora de comer –dejando lo mejor para los hijos–
hasta afrontar una dura jornada de trabajo apenas habiendo pe-
gado ojo o reestructurar la agenda de forma que parece que el
tiempo se multiplica, precisamente, al tenerlo tan justo.
Soporta mejor el dolor al estar programada para dar a luz.
Prueba de ello es que las que han sido madres a pelo, es decir, sin
anestesia epidural, hayan repetido. Sobrelleva mejor el dolor, lo
cual no significa que no duela. No hay más que ver la diferencia
entre un hombre enfermo y una mujer enferma, sobre todo si esta
última es madre.

‡ Nuestros cerebros son distintos:


Ellas tienen peor habilidad espacial. No les importa tanto
conducir bien, como llegar a su destino sanas y salvas. Es una
realidad que el mundo del motor está copado por varones. Somos
OLEUHVSDUDSLORWDUHQHO©3DUtV'iNDUªSHURKD\TXHUHFRQRFHU
que no somos muchas las que sentimos la llamada del desierto…
¿Para qué lo vamos a negar? Aquí también es un poco cierto
el tópico típico de «¡¡tenía que ser mujer!!». Y es que la mujer
calcula peor las distancias, por lo que le cuesta un «pelín» más
aparcar. Tiene un índice de accidentes mucho menor que el hom-
bre, pero es debido a que, al sentirse menos segura al volante,
hace menos filigranas.
Puede hacer varias cosas a la vez: trabajar en el ordenador,
y estar pendiente de un guiso en la cocina, de cuándo hay que
agregar el suavizante a la lavadora, o de poner el chupete al niño,
y todo esto mientras habla con el jefe por teléfono para discutir
un presupuesto…
¿IGUALES... EN QUÉ? 109

Tiene el cerebro ligeramente más pequeño que el masculino,


pero obtiene una puntuación un 3% superior que ellos en los tests
de inteligencia.
Si las hormonas condicionan de forma indiscutible el com-
portamiento, no os digo hasta qué extremos sucede esto con las
féminas, que están a merced de sus idas y venidas a lo largo de
cada ciclo biológico. Y es que los cambios hormonales nos tira-
nizan sin piedad, arrastrándonos de la euforia a la más profunda
depresión. La intensidad de estos síntomas difiere de una mujer
a otra, pero son una realidad. Conocer este aspecto de nuestra
personalidad y darlo a conocer a los varones, nos puede evitar
más de un enganchón. Somos cuerpo y alma y en este sentido la
biología tiene mucha fuerza sobre nosotras.
Es bueno saber que en el periodo de la menstruación la mujer
está más cansada; al perder hierro se encuentra físicamente más
débil. Sin embargo, próxima a la ovulación pasa por un momento
de euforia. Esto tiene mucho sentido, ya que su cuerpo se prepara
para concebir, sube la libido, se siente más guapa, con más ganas
de conquistar y ser conquistada. Tras la ovulación el cuerpo se pre-
para para un posible embarazo, y aunque éste no se produzca, el
cuerpo sigue su ritmo, haciendo acopio de energía para lo que su-
puestamente se le viene encima, está más somnolienta, no tiene las
mismas ganas de tener relaciones, y luego llega el tan temido «sín-
drome premenstrual» con la sensibilidad a flor de piel. Es lo más
parecido a tener una rozadura: no es que el zapato sea incómodo, es
que todo lo que roza, aunque sea una caricia, molesta. Chicas, estos
son los días o el día en que no estamos para nadie, cualquier tipo de
decisión deberíamos de aplazarla… No es exagerado.
Si a todos estos cambios se unen los anticonceptivos, que alte-
ran el ciclo hormonal, ya ni os cuento el desbarajuste en el carácter.
En esto como en todo somos cuerpo y alma. Lo que no quita
que esa tendencia física inevitable pueda ser corregida con mi
voluntad, aunque implique más esfuerzo.
110 BLOQUE II: CONOCERSE

b) Distintas psíquicamente

Ya hemos visto cómo física y materialmente somos diferen-


tes. No es difícil comprender que si somos distintos por fuera
también lo seamos por dentro.

‡ La mujer es principalmente emotiva y afectiva:

'HVDUUROODXQDPD\RUSUHGLVSRVLFLyQDUHFRQRFHUHPRFLRQHV
y pensamientos de la otra persona, respondiendo según ellos. Es
decir, tiene mayor facilidad para empatizar. No es raro que dos
desconocidas acudan juntas al baño en un restaurante y vuelvan
íntimas. Esto explica que la mayoría de los puestos de profesio-
nes en las que priman las relaciones sociales estén ocupados por
mujeres, ejemplos no nos faltan en los campos de la docencia,
psicología, sanidad… Es divertido comprobar cómo las conver-
saciones de una niña al llegar del colegio giran en torno a las
relaciones sociales entabladas con el resto de sus compañeras: «si
me ha dicho, si yo le dije, si se lo dijo a la seño, si me mira, si no
me junta…». Con suerte, un niño cuenta lo que ha hecho en clase,
a lo que ha jugado en el patio.
Esta mayor sensibilidad lleva a reforzar su comunicación con
el contacto físico. Los abrazos, besos, cogerse del brazo, por el
hombro, o simplemente tocarse el antebrazo es algo habitual en
las conversaciones entre mujeres.
La mujer da mucha más importancia al contexto afectivo
que al contenido de la conversación real, ya que necesita sentirse
amada, querida, aceptada. El principal reproche de las mujeres
separadas hacia sus «ex», que además lo explica todo, es «él no
me quería».
Es más posesiva. Su forma de amar es más absorbente porque
busca controlar la situación, la casa, los hijos… y, si se descuida,
también al marido. Por ahí circula la idea de que pide más porque
¿IGUALES... EN QUÉ? 111

da más… No lo creo. Si medimos con el mismo metro a hombres


y mujeres puede parecerlo, pero cada uno da según es.
La mujer es más sentimental y valora todo lo relacionado con
HO PXQGR DIHFWLYR GH GLIHUHQWH PDQHUD TXH HO KRPEUH 'D PiV
importancia a lo que no se ve que a lo que se ve; y esto hace
que viva de forma distinta la sexualidad. Amamos en cuerpo y
alma, pero en el sexo, ellas son más alma y ellos más cuerpo.
No dejan de sorprenderme las películas en que aparecen mujeres
con un apetito sexual voraz que les lleva a ser promiscuas. A la
conclusión que llego es que el guionista es hombre y plasma en
la película un deseo más que una realidad. Siempre escucho con
VRUQD D ORV FDEDOOHURV GHFLU ©¢'yQGH HVWiQ HVDV PXMHUHV"ª (V
curioso, pero estas actrices interpretan un papel previo pago y en
su mayoría, como podemos constatar a través de publicaciones
especializadas o biografías, sufren relaciones tormentosas e ines-
tables. Otro botón de muestra puede ser la música de moda: las
canciones con alusiones sexuales explícitas en un 99% las cantan
varones, frente a las féminas, que optan por temas más románti-
cos e intimistas.
La mujer vive la casa como una prolongación propia, por lo
cual necesita que esté ordenada y acogedora ya que es una exten-
sión más de su yo.
Teniendo en cuenta el valor que otorga al mundo afectivo
no es de extrañar que lo más importante para ella, en teoría y
realmente, sea su vida familiar. El 90% de las mujeres dice que
su vida afectiva y familiar es lo primero; con independencia del
estatus social o prestigio profesional, las prioridades de la mujer
vienen a ser las mismas.

A la mujer le gusta sentir, ya que se


mueve por la lógica del corazón.
112 BLOQUE II: CONOCERSE

Conociendo a los hombres

a) Distintos físicamente

‡ Solo conocen lo que les entra por los sentidos:


Les cuesta interpretar una mirada, a no ser que la acompañe
llanto, una sonrisa, un grito, una bofetada… No es casualidad que
jamás se haya hablado de «la intuición masculina». Por lo cual
resulta inútil empeñarse en permanecer enfadadas esperando que
nuestro marido enmienda alguna actitud, ya que si no se le dice
le resulta prácticamente imposible que lo advierta por sus propios
medios.
Es un error grave, propio de principiantes en esto del amor,
pretender que un varón intuya los gustos, aficiones y sentimien-
tos femeninos. No hay más que ver cómo se vuelven locos a la
hora de comprar un regalo. Además, la mayoría de las veces no
aciertan. A pesar de eso las féminas siguen insistiendo, para su
desgracia, en el «cariño, sorpréndeme». Lo mejor es sorprender
en detalles, los regalos de mayor magnitud es más acertado com-
prarlos juntos, ¡¡así siempre se acierta!!
Han desarrollado una visión túnel. Quién no ha visto algu-
na vez a su hombre moviendo la cabeza arriba y abajo mientras
JULWD©&DULLLLLxR££££GyQGHKDVHVFRQGLGRHOD]~FDUª'HEHUtDQ
inventar armarios de la cocina de 10 cm de ancho para que solo
hubiese una fila de botes, ya que encontrar el de azúcar detrás del
de café entraña serias dificultades al sexo masculino. A lo que se
une su menor sensibilidad para reconocer las distintas gamas de
colores. ¡Menos mal que los novios no acompañan a comprar el
traje de novia!: cuando les preguntaran si les gustaba más el blan-
co champán, blanco roto, blanco muerto, blanco perla o blanco
nuclear, creerían que les estaban tomando el pelo… ¡y no diga-
mos cuando les pasaran la factura!
Tienen menor sensibilidad en la piel, al ser más gruesa.
¿IGUALES... EN QUÉ? 113

El contacto físico entre varones durante las conversaciones


es algo común. Suele darse de forma brusca para enfatizar: los
apretones de manos, abrazos con fuertes palmadas en la espalda,
incluso empujones, son manifestaciones de camaradería. Cuando
el interlocutor es ella, el contacto físico que se emplea es bien
distinto, y aunque ellos lo nieguen va unido a un interés sexual.
6H[XDOHQHOVHQWLGRDPSOLRGHODSDODEUD'HKHFKRQRDWRGDV
las mujeres les agrada que los caballeros las toquen para hablar,
ya que para ellas el contacto físico implica una intromisión en su
intimidad, un gesto de confianza, un entrar en su círculo… Para
el hombre es como ser el gallo del corral. Es decir, que él tiene
muy en cuenta si el interlocutor es hombre o mujer.

‡ Nuestros cerebros son distintos:


Su cerebro funciona por departamentos estancos. Es frecuen-
te que un buen padre de familia, tras haber pasado la noche en
vela por tener un hijo con mucha fiebre, llegue al trabajo y se
«enfrasque» de tal modo, que si alguien le pregunta por su hijo,
conteste: ¿qué hijo? Para una mujer esto puede resultar inconce-
bible, pero es una realidad que funcionamos de forma distinta. El
hombre cuando trabaja, trabaja, cuando atiende a los hijos, atien-
de a los hijos. Ni mejor ni peor, diferentes. El hombre ordena sus
problemas mentalmente y los archiva, lo cual le hace ser más
resolutivo en muchas ocasiones. Esto explica que les cueste más
KDFHU YDULDV FRVDV D OD YH] 'H KHFKR VL VH UHDOL]D XQ HVFiQHU
cerebral a los hombres cuando están concentrados en una activi-
dad, se comprueba que pierden audición. Es decir, que cuando un
hombre está concentrado, no oye. Así que si tu marido no te escu-
cha cuando ve la tele, no pienses que pasa de ti, sencillamente es
que no te oye, que aunque venga a ser parecido, no es lo mismo.
El otro día vi un programa de televisión muy divertido, donde
se pidió a dos hombres y dos mujeres que realizaran veinte tareas
en cinco minutos. En la pantalla del televisor se podían visualizar
114 BLOQUE II: CONOCERSE

a los cuatro participantes a la vez; además de desternillante, era


apasionante ver cómo por cada tarea que realizaba un hombre,
ellas hacían cinco. Al finalizar los cinco minutos las féminas ha-
bían realizado casi la totalidad del trabajo encomendado, un poco
chapuceramente, dicho sea de paso, y ellos solo habían concluido
cuatro o cinco tareas, eso sí, muy bien hechas.
La facultad espacial, localizada en la parte delantera del he-
misferio derecho del cerebro, está más desarrollada en los hom-
bres. Es la responsable de estimar las distancias, físicas y en el
papel; de hecho, como ya adelanté, las profesiones que implican
un desarrollo de la habilidad espacial están copadas en un 95%
por varones: pilotos de avión, ingenierías…
Rubén Gur, profesor de Neuropsicología de la facultad de
Pennsylvania, ha demostrado que cuando el cerebro de un hom-
bre está descansando, al menos el 70% de su actividad eléctrica
está inactiva. Lo digo para tranquilizar a todas aquellas mujeres
que han experimentado con angustia como sus maridos, cuando
duermen, entran en una especie de estado comatoso; ya que ni
el mayor alarido de un bebé puede despertarlos; me decía una
amiga: «Una no sabe si atender al niño –que parece que se le ha
roto una tripa– o hacerle un masaje cardiaco al marido; ya que
tiene que estar muerto para no escuchar semejante escándalo».
Tranquilas, aunque parezca imposible de creer, no se hacen los
dormidos, duermen. Lo cual no es incompatible con despertarlos
con un suave puntapié en las espinillas… Esto último es broma:
un buen empujón bastará para romper su letargo.

b) Distintos psíquicamente

Al hombre le gusta hacer. Necesita sentirse vivo, activo.


El hombre se comunica tocando. No podemos olvidar que no
se mueve bien en el mundo de los sentimientos, ni en el de las
¿IGUALES... EN QUÉ? 115

sensaciones; por eso necesita materializar el amor de forma física


con mayor frecuencia e intensidad que la mujer.
Son impulsivos, es decir, se mueven por impulsos ante es-
tímulos externos. Esto se puede extrapolar a todos los campos
desde el profesional al afectivo o sexual. Igual que si alguien me
va a dar una bofetada, cierro los ojos de forma instintiva, el varón
ante un estímulo sexual responde con excitación, mientras que la
mujer responde más a un estímulo afectivo. Es de todos conocida
la frase: «A la mujer se la conquista por el oído».
El hombre da a su desarrollo profesional una gran importan-
cia, no más que a la familia y a la pareja; pero el cómo se encuen-
tre en el trabajo, su éxito laboral, las tensiones y dificultades en
este ámbito repercutirán de forma directísima en su autoestima y,
como consecuencia, en su vida afectiva y familiar. Es decir, que
se llevan los problemas del trabajo a casa, frente a las mujeres
que se llevan los problemas de la casa al trabajo, esto es así. El
número de bajas por depresión causada por separación es mayor
en mujeres que en hombres. La autoestima en la mujer depende
en mayor medida de su éxito personal, su éxito afectivo.
El varón, por lo general, ama de forma menos absorbente.
Busca el control en el trabajo, en casa busca encontrarse a gusto,
frente a la mujer que busca sentirse querida. Cuando explico esto
en los cursos de Orientación Familiar, los varones me miran con
cara de complicidad, frente a las féminas que lo encuentran de lo
más prosaico. Un hombre busca un conjunto de sensaciones que
le ayudan a sentirse bien. El amor se presupone y la consecuencia
de éste es un estado de ausencia de tensiones, de armonía. Volve-
ré sobre este punto más adelante.
Ellos suelen criticar de ellas su forma de conducir, hablar de-
masiado sin concretar, no tomar la iniciativa en el sexo más a
menudo, su manía por el orden, que les lleva a esconder las cosas.
Por estos motivos, la mayoría de los hombres separados dicen de
sus «ex»: «Me hacía la vida imposible». No se centran como las
116 BLOQUE II: CONOCERSE

mujeres en el mundo afectivo, sino más bien en lo material, en lo


que pueden percibir por sus sentidos.

Al hombre le gusta hacer, sentirse vivo, se


mueve por la lógica de la razón.

Distintos por fuera y por dentro

Está demostrado que nuestro cerebro procesa información


de manera diferente, es decir, que hombres y mujeres pensamos
distinto, vemos la realidad de forma distinta, porque tenemos di-
ferentes percepciones, prioridades y conductas. Somos cuerpo y
alma, ya lo sabemos, así que tanto peso tiene en esto la biología
como la psicología. Es cierto que influye y mucho la educación,
pero al contrario de lo que se podía creer hace unas décadas, a
las niñas no nos gustan las muñecas ni a los niños los balones
porque nos lo hayan inculcado desde pequeños. Está escrito en
nuestros genes mucho antes de nacer. Aunque el contexto en el
que se desarrolle nuestra vida, nuestra biografía y voluntad tenga
algo que decir, los científicos afirman que la biología, la química
y las hormonas son en gran medida responsables de nuestra con-
ducta. Había un anuncio muy gracioso de televisión en el que se
veía cómo unos padres no querían inculcar juegos sexistas a sus
hijos, regalando al chico y a la chica muñecas desde pequeños,
por lo cual el chaval se veía obligado a jugar al fútbol con ¡¡las
cabezas!!… de las muñecas, claro.
Los estudiosos en la materia han encontrado pruebas de que
las diferencias ya están presentes desde el nacimiento del bebé,
sin que todavía haya podido ser condicionado por ningún tipo de
cultura o educación; aunque parezca mentira, sus respuestas ante
los mismos estímulos son distintas. Si mostramos a un bebé una
¿IGUALES... EN QUÉ? 117

cara humana o un móvil mecánico, las niñas fijan su atención en


el rostro humano y los varones se decantan por el objeto anima-
do… ¡Es apasionante!
Pero más aún cuando estos estudios se aventuran al periodo
previo al nacimiento. Por ejemplo, la testosterona es la hormo-
na masculina por excelencia, responsable, entre otras cosas, de
producir voz grave, vello y comportamientos masculinos. Si se
analiza la cantidad de esta hormona en el líquido amniótico, se
comprueba que los fetos con niveles más altos, al año y medio de
nacer, tienen menos habilidades sociales, frente a los de niveles
bajos, que desarrollan mejor el lenguaje y la comunicación, favo-
reciendo la empatía, característica eminentemente femenina.

Para pensar…
Desconocer estas diferencias es un «analfabetismo
sentimental» que nos puede llevar al fracaso,
aunque solo sea por ignorancia.

Nunca podemos dar por sentado que mi marido o mujer va a


actuar como yo lo haría, por muy obvio que me resulte. Primero
porque no es una prolongación mía por más que lo intente, es un
ser distinto, con vida propia. Y segundo, porque sus esquemas y
razonamientos mentales están formados con otras premisas di-
ferentes de las mías. Somos distintos por fuera y por dentro. Esa
diferencia que nos atrae de forma irresistible puede ser muchas
veces también causa de crisis y conflictos.

Para pensar…
Conociéndonos realmente nos amaremos
mejor. Sin conocimiento no hay amor.
BLOQUE III
TÚ + YO
CAPÍTULO 9
COMUNICACIÓN

DIÁLOGO DE BESUGOS…
122 BLOQUE III: TÚ + YO

Manual práctico para entender el español de las MUJERES


(chicos, ¡¡tenedlo a mano!!)

NO = Sí
SÍ = No
TAL VEZ = No
TÚ VERÁS… = Como lo hagas te mato
LO SIENTO, PERO… = Lo volveré a hacer igual…
DECIDE TÚ = Pero haz lo que yo digo
ERES LIBRE DE HACER = Ni se te ocurra hacerlo
LO QUE QUIERAS
HAZ LO QUE QUIERAS = Pero lo pagarás caro
NO, NO ESTOY ENFADADA = Por supuesto que estoy
enfadada… ¡IMBÉCIL!
¿TE ESTÁS DURMIENDO? = No te duermas
ESTA NOCHE ESTÁS = ¡¡Qué pesado!!
MUY CARIÑOSO
¿ESTOY GORDA? = Como me digas que sí
¡eres hombre muerto!
ME GUSTARÍA CAMBIAR = …Y las alfombras, y la
ESTAS CORTINAS pintura, y los muebles…
ES QUE ESTA COCINA = Quiero una casa nueva
ES TAN PEQUEÑA…
¿ME QUIERES? = Te voy a pedir algo…
¿QUÉ TANTO ME QUIERES? = Y cuesta mucho dinero
NECESITARÍAMOS… = Yo quiero
TENEMOS QUE HABLAR = Necesito quejarme de algo
CREO QUE NO NOS = Tienes que estar de
COMUNICAMOS LO SUFICIENTE acuerdo conmigo
COMUNICACIÓN 123

Manual práctico para entender el español de los HOMBRES

TENGO HAMBRE = Tengo hambre

TENGO SUEÑO = Tengo sueño

ESTOY CANSADO = Estoy cansado

HABLEMOS = Pero al grano ¡eh!

¿PARECES TENSA, TE = Estoy pensando en «lo único»


DOY UN MASAJE?

¿ME CONCEDES ESTA PIEZA? = Estoy pensando en «lo único»

¿TE GUSTARÍA IR AL CINE? = Estoy pensando en «lo único»

¿QUIERES CENAR = Estoy pensando en «lo único»


CONMIGO HOY?

¿TE PUEDO LLAMAR = Estoy pensando en «lo único»


EL VIERNES?

(DE COMPRAS) SÍ, TE = ¡¡Agárralo de una vez y


QUEDA MUY BIEN vayámonos ya de aquí!!

SÍ, TE QUEDA BIEN EL = ¡¡90 euros a la basura!!


NUEVO CORTE DE PELO

PERO ¿CUÁL ES EL PROBLEMA? = No entiendo la tragedia…

¿QUÉ TE PASA? = ¿Qué trauma psicológico


autoinventado te afecta hoy?

¿ESTÁS ENFADADA? = Me imagino que esta


noche nada de nada…

YO TAMBIÉN TE AMO = ¿OK? ¿Estás contenta?


¿Podemos ir al grano ya?
124 BLOQUE III: TÚ + YO

Esto es una muestra de los muchos textos que circulan por


Internet, que, además de ser divertidos, ponen de manifiesto una
serie de «tópicos» que algo tienen de verdad. Como veis, hasta
para comunicarnos somos diferentes. Y esto a veces hace que
parezca que hablamos distinto idioma.

Somos distintos también en esto de la comunicación

Estamos en la era de las comunicaciones, quién no tiene telé-


fono con tarifa plana, móvil, correo electrónico… Sabemos lo que
pasa en cualquier parte del planeta prácticamente en tiempo real
gracias a la televisión, satélites, Internet. No hace tanto de aquellos
plantones en una esquina fruto de mal entendidos y sin posibilidad
de móvil para decir «me retraso por…». Y no te cuento los noviaz-
gos de nuestros abuelos por carta. Ahora podemos comunicarnos a
cualquier hora y con cualquiera, esté próximo o en otro continente.
Con tantas facilidades, ¿cómo es posible que la comunicación sea
materia de examen siempre en cualquier relación? Pues porque,
aunque el canal sea puntero y pese a las oportunidades que nos
ofrecen las nuevas tecnologías, el contenido del mensaje seguimos
siendo nosotros mismos, y esto no cambia, un hombre y una mujer
que necesitan compartir su yo más íntimo.

Comunicar es entrar en el mundo de otro y que


este entre en mi mundo. A mayor capacidad
de comunicación, mayor felicidad.

Si vemos claro nuestras diferencias físicas y psíquicas,


¿cómo nos va a extrañar que nos comuniquemos de forma dis-
tinta? Es decir, que aun queriendo decir lo mismo, argumente-
mos distinto.
COMUNICACIÓN 125

a) Ellas y la comunicación

La mujer posee una zona específica para este fin en cada uno
de los hemisferios de su cerebro, lo que le permite ser una gran
comunicadora. Habla más y comienza a hacerlo antes. Una niña
de 3 años tiene el doble de vocabulario que un niño de su edad y
normalmente se le entiende mejor. Por este motivo, en ocasiones
los hombres echan en cara a sus mujeres que hablan mucho y ade-
más por ellos. Lo podemos ver desde pequeños, si observamos a
dos hermanitos, de los que la niña es la mayor. La hermana mayor
siempre tiende a contestar por su hermano, esto no se daría al
contrario. Es curioso, observando a nuestros hijos, siempre son
las niñas las que hablan más.
La mujer puede utilizar hasta cinco tonos distintos para ha-
blar. Y qué duda cabe que la entonación es un aporte esencial al
contenido del mensaje.
Y, no lo neguemos, a la mujer le gusta hablar, por lo que la
conversación deja de ser un fin para llegar a alguna conclusión,
y pasa a ser un medio para conocer y darse a conocer. Esto, que
los hombres llaman «hablar por hablar», es muchísimo más: es
la mejor forma de realizarse y relacionarse, es sencillamente un
SODFHU'HKHFKRHVODVROXFLyQDWRGRVVXVPDOHV6LWLHQHSUR-
blemas, si está eufórica, si se encuentra a gusto… necesita hablar.
Es decir, que la tan temida «incontinencia verbal femenina», lejos
de ser una maldición, es un signo evidente de que «todo va bien».
Si una mujer se muestra habladora es buena señal, así como lo
contrario es prueba evidente de que algo no marcha. Si la mu-
jer se mueve por la lógica de los sentimientos, es normal que le
dé importancia a sus estados de ánimo y quiera compartirlos de
forma directa o indirecta. Una señal indirecta, por ejemplo, son
los silencios. Chicas, si nuestro interlocutor es un hombre, para
ser más concretas nuestro hombre, es muy probable que entienda
nuestras señales como si el emisor fuera él mismo. Por lo cual, al
126 BLOQUE III: TÚ + YO

silencio no le prestará la más mínima atención. A veces mandar


«señales» dentro de un apartamento de 40 m2 es igual de útil que
emitirlas hacia el hiperespacio. Así que, ya que hablamos tanto,
tenemos que decir claro, conciso, sin rodeos, qué nos pasa, qué
queremos y cómo.

Objetivo tendencia para mujeres:


Decir claro, conciso, sin rodeos, qué
le pasa, qué quiere y cómo.

En la comunicación cara a cara, todos comunicamos un 60-


80% del mensaje con nuestra imagen, con el lenguaje corporal,
la cara, el tono de voz, los gestos y miradas. Es decir, comunica-
mos más con el contexto que con el contenido. La mujer detecta
y analiza toda esa información gracias a la rapidez de su cere-
bro para comunicar información de un hemisferio a otro; como
consecuencia, le resulta más fácil descifrar todas las señales que
componen el lenguaje: vocales, visuales, corporales, miradas,
gestos… Por eso detecta en seguida una mentira, ya que además
de escuchar, descifra sensaciones al leer el conjunto del mensa-
je: palabra y contexto. La mujer puede comunicar simplemente
con la expresión de su cara, que tiene infinitos registros. Es más,
cuando escucha, para empatizar con el interlocutor, manifiesta
con sus gestos y expresiones faciales que comprende y escucha,
es decir, gesticula las emociones que su contertulio expone.
Otra característica muy femenina es pensar en voz alta. Esto
que de entrada hace a las féminas transparentes, mostrándose con
confianza ante su interlocutor, a veces puede resultar un poco
atolondrado, porque no reflexiona sobre lo que se va a decir. Y es
que lo que ella pretende es discurrir en voz alta. El problema es
cuando saca a la palestra todas las posibles soluciones o divaga,
COMUNICACIÓN 127

ya que puede dar la sensación de que no sabe lo que quiere. En


realidad, lo que ella se propone es compartir ese trabajo mental,
de forma natural, no enunciar una tesis doctoral donde todo tenga
que tener sentido y orden.
La mujer puede hablar y escuchar a la vez. No hay más que
observar una reunión de varias amigas que no se ven desde hace
mucho tiempo. Hablan todas a la vez pasando de un tema a otro
sin problema. Para ellas, esta situación es una muestra de confian-
za y de interés por la conversación. Querer integrar a su hombre
en esta situación es pedirle una prueba de amor demasiado alta.
Ellos no solo son incapaces de seguir el hilo, sino que consideran
que interrumpirse continuamente es una falta de educación.

Objetivo tendencia:
Es importante comprender que no todo lo que a mí me gusta
y me hace disfrutar va a causar el mismo efecto en el otro

El cerebro femenino no es tan pragmático como el del hom-


bre. No tenemos la misma capacidad de clasificar información.
Tendemos a manejar varias situaciones a la vez, independiente-
mente de su prioridad, pasando de una idea a otra sin solución de
continuidad.
Por ejemplo:

«Hoy me vence el plazo de los informes, quiero pasarme por


las rebajas, espero que nadie se haya dado cuenta de que se me
ha ido un punto en las medias, a ver si Luis me tiene preparada la
documentación, no sé si hacer pescado al horno o macarrones, ¡por
'LRVTXpXxDVOOHYRª

Esto explica que nuestro cerebro a veces se comporte como


una lavadora que centrifuga todos nuestros problemas, preocu-
128 BLOQUE III: TÚ + YO

paciones, alegrías y emociones. Y es que a pesar de todo lo que


hablamos, nos dejamos mucho en el tintero. Para conocer a la
mujer es importante saber que funciona como un iceberg; ade-
más de lo que muestra, hay mucho más oculto que no vemos y
que en la mayoría de los casos resulta predecible para otra mujer
e indescifrable para un varón, haciéndoles chocar una y otra vez
cual Titanic, con todo lo que nos guardamos dentro. Y es que
nuestros hombres son como icebergs, pero al revés; es decir, en
esto tenemos que aprender mucho de ellos, más descomplicados,
más sencillos, van por las claras. El cómic del comienzo, aunque
en tono de guasa, tiene mucha razón.

Iceberg femenino

Tendemos a acumular los problemas en la cabeza, dándole


vueltas y vueltas a todos a la vez… Si a esto unimos que nuestro
sueño es más ligero, podemos pasarnos la noche en un duermeve-
la, porque somos capaces de pensar mientras dormimos, es decir,
que cuando dormimos, ¡también hablamos! Para «adentro», pero
hablamos. Si observamos a nuestro alrededor hay más mujeres
insomnes que hombres.
Ha quedado claro que uno de nuestros objetivos en la conver-
sación es reforzar los lazos de afecto con el interlocutor, por lo
COMUNICACIÓN 129

cual es comprensible que tendamos a evitar los enfrentamientos,


las exposiciones bruscas y las opiniones tajantes. Como en todo
lo dicho hasta ahora, no se puede generalizar; pero estaréis de
acuerdo conmigo en que la actitud conciliadora, dialogante, es
una tendencia claramente femenina. La mujer recurre a las for-
mas indirectas para exponer de manera suave lo que quiere. Pre-
fiere sugerir a mandar. El problema surge cuando nuevamente
nuestro interlocutor no sabe leer entre líneas, y se toma nuestras
sugerencias como sugerencias, cuando en realidad son órdenes
solapadas. Bueno, nosotras no lo consideramos orden, simple-
mente nos gustaría que nuestro marido hiciera libremente lo que
nosotras queremos… Chicassss… esto no es posible.

Ahí va un ejemplo:
Luis y Marina leen tranquilamente en el salón de casa tras
acostar a los niños. Marina comenta:
—Cariño, ¿te apetece ver una peli?
Cuando realmente quiere decir:
—Me apetece ver una peli.
A lo cual Luis contestará:
—No.
Marina, ante el tono «tajante» de Luis, responde con un largo
silencio. Luis sigue leyendo su revista de coches…
Al ver que la situación no cambia, Marina se levanta molesta
del sofá, mientras dice:
—¡Podías pensar que a mí sí me apetece!
Luis, que no tiene ganas de discutir, decide irse a por la pelí-
cula sin comprender nada…
Si de verdad quiere que su marido la entienda, Marina debe-
ría decir:
—Cariño cámbiate de ropa, coge el coche, vete al videoclub
y alquila una película que me guste.
130 BLOQUE III: TÚ + YO

Piénsalo…
Si la mujer no es directa con su hombre, él
solamente entenderá lo que oye.

A la mujer le encantan los halagos, escuchar lo guapa que es,


el buen gusto que tiene… No hay más que observar la reacción
de un grupo de parejas que no se ven desde hace tiempo. Ellas se
abrazan y besan, se elogian rápidamente, «qué mona estás, qué
bolso tan bonito, qué bien te queda ese vestido o el pelo o esa
sombra de ojos…». En fin, caen en detalles que ni un marido en-
trenado podría percibir. Mientras ellas se saludan animadamente,
los maridos se limitan a estrecharse las manos o abrazarse si hay
mucha amistad… y esperan a que sus mujeres terminen de ha-
blar.
A la mujer le gusta ser elogiada, que se fijen en los pequeños
detalles que la hacen ser única; en definitiva, sentirse querida.
Ellos son de pocas palabras, y no necesitan ni decirlo ni escuchar-
lo, ya que se presupone. Entonces ella les incita, para escuchar
simplemente lo que quiere oír, con la tan manida preguntita: ¿Me
quieres?
Un hombre, cuando escucha esta frase, piensa:
—¿Es que no se lo estoy demostrando?
—¿Es que no está contenta?
—¿Me está recriminando algo?
—¿Es que ella no está segura de lo nuestro?
Él más bien ve un reproche que otra cosa.

Mujeres, nunca preguntar: «¿Me quieres?»


Es mejor decir: «Cariño, me encanta escucharte
decir lo mucho que me quieres».
COMUNICACIÓN 131

‡ ¢&yPRUHDFFLRQDQHOORVDQWH©ODLQFRQWLQHQFLDYHUEDO
femenina»?

Para empezar, es una realidad que ellos por lo general no sa-


ben leer entre líneas. No tienen la habilidad para descifrar ese
60-80% que comunicamos en el contexto de la conversación, no
interpretan miradas, ni gestos, ni analizan el tono de voz…

Mujer, entérate.
Por lo general, ellos oyen lo que escuchan.

Ante el discurso de una mujer –más en concreto, la suya–, el


hombre piensa que ella le hace partícipe de una situación o de sus
sentimientos, porque él de una forma u otra está implicado: o bien
es el culpable o bien puede solucionar el problema.
Cuando una mujer cuenta a su hombre su estado de ánimo,
sea tristeza, agobio, estrés… no espera más que ser escuchada;
es más, mientras se desahoga, puede que se le pase. Sin embargo,
ellos cuando ven a su mujer triste o agobiada, se bloquean, ya que
se sienten responsables de solucionar la situación: si no, ¿para qué
se lo iba a contar? Es más, esa sensación de impotencia puede
transformarse en enfado, al ver que su mujer está triste por una
«tontería» y él no sabe qué hacer. Recordad que ellos no se ma-
nejan bien dentro del mundo de los sentimientos, son mucho más
racionales, y no terminan de comprender muy bien los estados de
ánimo tan cambiantes a los que nos vemos sometidas. Esto puede
parecer cómico, pero muchos distanciamientos en la pareja nacen
de la sensación de las mujeres de «no ser comprendidas», y esto,
en «idioma mujer», significa NO ME QUIERE.
132 BLOQUE III: TÚ + YO

Importante
En «idioma mujer»:
No me comprende = NO ME QUIERE.

b) Ellos y la comunicación

Sobra decir que por lo general ellos hablan menos, tienen me-
nos superficie de cerebro dedicada a esa capacidad y no sienten
tanto la necesidad de explayarse contando cosas. Se comunican
esencialmente por medio del lenguaje. No necesitan reforzar el
contenido con el contexto. Su expresión facial no varía de forma
sustancial a lo largo de su exposición, frente a la expresión feme-
nina con infinitos registros. Podríamos clasificar las expresiones
masculinas en tres tipos:
 'HDOHJUtDIHOLFLGDGH[WUHPD
 'HLQIHOLFLGDGHQIDGRH[WUHPR
3. La imagen comodín, estándar, que utilizan el 95% del
tiempo. La cara de «todo va bien», es decir, que ante una situa-
ción normal sin contratiempos de ningún tipo, no necesitan mo-
dificar su expresión; pueden mantener la misma de forma estable
en el tiempo: ¿para qué van a cambiar, si todo va bien…?
Tienen mayor capacidad para resolver problemas y «alma-
cenarlos». Es decir, suelen ser más pragmáticos en este sentido:
problema resuelto, problema archivado. Por lo cual a veces nos
pueden parecer herméticos. Un hombre que se encuentra a gusto,
relajado, no necesita hablar. Y si a esta situación le acompaña la
cara de «todo va bien»… puede parecer que esté enfadado o apá-
tico, pero no es así. Son menos comunicativos, es una realidad. Si
se les pregunta sobre el argumento de una película, o simplemen-
te cómo les ha ido el día, contestarán con vagas nociones. Ellos
por su parte consideran estas preguntas como un interrogatorio,
ya que, por lo general, cuando están a gusto no les apetece hablar.
COMUNICACIÓN 133

En principio, el hombre no necesita comunicar, sencillamente


porque no tiene tanto que contar.

Iceberg masculino

Van directamente al grano. Esto se ve claro en todos los aspec-


tos de su vida. Las frases que emplean son más cortas, más direc-
tas, orientadas hacia un propósito, para llegar a una conclusión.
Son más resolutivos. Sus frases están mejor estructuradas, con
un comienzo, punto clave y conclusión. Suelen tratar los temas de
uno en uno. No se interrumpen entre sí. En sus conversaciones
actúan de forma ordenada, tanto en la forma de desarrollar el
tema como de exponerlo. Es decir, exponen el problema, buscan
solución, lo resuelven: caso archivado.

• ¿Cómo reaccionan ellas ante esto?

Esta claridad en sus exposiciones puede resultar a veces brus-


ca, no se andan por las ramas. Ellas les censuran alegando: «Pa-
134 BLOQUE III: TÚ + YO

rece que no tienes sentimientos», porque han dicho lo que piensan


de forma directa, sin anestesia. A lo cual ellos dirán: «¿Tengo ra-
zón o no?». Y es verdad que la tienen, pero tan importante como
el mensaje es el canal con qué se comunica y el modo.
Un hombre que escucha atentamente de forma aplicada, man-
tendrá durante todo el discurso su cara de «todo va bien». La mu-
jer se quejará de que no le presta atención por la inexpresividad
de su cara. Cuando la realidad es que él lo ha hecho lo mejor que
puede y es que ¡no tiene otra cara!…

¿Qué hacer?

Por lo cual, si queréis mejorar la comunicación, lo mejor es


que la mujer intente exponer sus ideas de una en una, de forma
más clara y ellos procuren manifestar de forma más sensible y
visible su afectividad.

Mujeres:
Exponer sus ideas de una en una, de forma clara y concisa.
Hombres:
Manifestar de forma más visible y sensible su afectividad.

En lo fundamental buscamos lo mismo,


aunque lo pedimos de forma diferente

Para que crezca el amor, éste tiene que ser activo en todas
sus facetas. La comunicación es un proceso dinámico por el cual
estamos en continuo crecimiento.
La mujer pide:
COMUNICACIÓN 135

‡ 6HU HVFXFKDGD /D FRQYHUVDFLyQ HV XQD IRUPD GH UHODFLR-


narnos. No siempre busca soluciones, necesita hablar, co-
municar sus estados de ánimo, sentirse apoyada, compartir
sus sentimientos e inquietudes, para alcanzar una intimi-
dad emocional.
‡ 2FXSDU XQ OXJDU LPSRUWDQWH XQ OXJDU ~QLFR H LQVXVWLWXL-
ble.
‡ 6HQWLUVH TXHULGD SRU OR PHMRU GH Vt PLVPD VXV YLUWXGHV
pero también por sus debilidades y defectos.
‡ 6HUGHVHDGDPiVDOOiGHVXFXHUSR
‡ (VWDELOLGDGHPRFLRQDO/DPXMHUHVPiVIHOL]HQODPHGLGD
que se siente más y mejor querida.
En dos palabras, sentirse amada y apoyada. Ante esto, un
hombre pensará: «¿Así de fácil? ¡Si comprender a una mujer es
prácticamente imposible!». Sin embargo, es más sencillo de lo
que parece. Básicamente hay que escuchar atentamente la exposi-
ción femenina y después manifestar visiblemente cariño y afecto.
Así de simple. Para muchos, comprender la lógica de los pensa-
mientos femeninos es un mundo, ya que nos movemos con distin-
tos esquemas mentales.

Piensa…
«No se trata tanto de comprender como de querer».
Tomás Melendo

Ellos esperan lo mismo, y además:


‡ 6HU DGPLUDGRV (O YDUyQ WLHQH PD\RU QHFHVLGDG GH OOHQDU
las alforjas de su ego. Sentirse valorado y admirado por su
mujer produce en él un efecto espectacular. Tanto que mu-
chas desaprensivas conocedoras de este punto débil, lo han
utilizado para manejar a los varones a su antojo.
136 BLOQUE III: TÚ + YO

‡ 4XHUHUDDOJXLHQDTXLHQWDPELpQGHVHHQ1HFHVLWDQVHQWLUVH
atraídos por la arrolladora personalidad femenina, pero tam-
bién por su belleza. (No podemos olvidar que la belleza es
también una actitud, ¿qué actitud tengo ante la vida?).
‡ 7HQHU XQD UHODFLyQ GRQGH VH HQFXHQWUH D JXVWR GRQGH QR
tenga la sensación permanente de no llegar, de fallar siem-
pre en algo, o porque no hace del todo las tareas del hogar,
o porque no responde del todo con los hijos, o porque no es
todo lo atento y cariñoso que se espera…

Somos distintos, sentimos distinto

Ya sabemos que la subjetividad es la cualidad o carácter que


existe solo en el sujeto. Conjunto de rasgos personales: afectivos,
intelectuales… que condicionan el modo de pensar, de sentir y el
comportamiento de un individuo.

En definitiva, hombres y mujeres escuchando lo mismo,


entendemos distinto.

Por lo cual, cada uno interpretamos la realidad desde nuestra


propia subjetividad y si a eso le unimos las diferencias objetivas
entre hombres y mujeres, comprendemos que tanta diversidad, si
no la conocemos, provoca la mayoría de los malentendidos de la
vida cotidiana.

Piénsalo…
Pretender que nuestra pareja se comporte, actúe y
piense como nosotros, además de ser prácticamente
imposible, es una inmadurez sentimental.
COMUNICACIÓN 137

Caso práctico

Lo que está claro es que a estas alturas, ya nos conocemos,


por lo que no vamos a caer en la siguiente situación, que voy a
exponer exagerando un poco:
El marido llega a casa cansado como todos los días. Ella tam-
bién trabaja fuera de casa, pero llega antes que él, por lo que a
todos los efectos, parece que no, porque siempre que él está en
casa ella también lo está.
Está agotado y siente su casa, su mujer, sus hijos, como un
SUHPLR ELHQ PHUHFLGR« 'HVSXpV GH WRGR WUDEDMD HO GtD HQWHUR
por y para ellos. Entra por la puerta con su cara de «todo va bien»,
es decir, su cara de póquer, inexpresiva, que indica que no pasa
nada, y es que se encuentra a gusto, por lo cual empieza a dis-
frutar de su premio. Tras los besos de rigor, coge su periódico y
empieza a relajarse. ¡Y qué a gusto está! Cuando llega, sus hijos
ya están acostados, y es que ésa es la manera en la que más se
disfruta de los hijos, sintiendo su presencia, dentro de su territo-
rio, de su hogar.
Justo entonces ella está deseando verle para contarle todo lo
que ha ocurrido a lo largo de la dura jornada de trabajo, con los
hijos, la casa… Está igualmente cansada, o aún más, pero ¡tiene
tanto que compartir…! Y no digo nada si no trabaja también fuera
de casa… Está deseando conversar con alguien de un coeficiente
intelectual superior a cinco años.
Él está leyendo su periódico o viendo la tele, y no tiene nin-
guna necesidad de hablar, porque «todo va bien», y lo demuestra
no quejándose de nada. Él piensa que está claro, por lo que sigue
concentrado en su descanso, porque descansar también es una
actividad. Como no escucha bien la tele, le pone un poco de volu-
men ya que la conversación de su mujer, a la que ama con locura,
le distrae un poco y a estas alturas del día ocuparse en varias
cosas a la vez se le hace imposible. En el mejor de los casos, tal
138 BLOQUE III: TÚ + YO

vez decida involucrarse un poco en la conversación, por lo que


empezará a contestar con monosílabos, «sí, sí, siiií» o «no, no,
nooo», «por supuesto, cariño».
Ella empieza a sentirse ignorada, porque lo que más le ape-
tece es compartir un rato de tertulia sin necesidad de llegar a
ninguna conclusión. Algo que él todavía no ha pillado, y le hace
pensar: «¿Por qué le gustará tanto hablar por hablar?».
En fin, cenan frente al televisor y él se va a la cama. En ese
preciso instante recuerda lo a gusto que está en casa y lo que
quiere a su mujer, por lo que piensa que es un momento perfecto
para materializar ese amor… «Cariiiño… te espero en el dormi-
torio…». Ella, que se sentía ignorada por completo piensa: «Si no
he podido compartir las tonterías del día con mi marido, cómo
voy a compartir algo más». Por lo que responde, seca: «Voy a
tender una lavadora». Entonces su marido piensa: «La verdad es
que cada vez entiendo menos a las mujeres. Yo partiéndome la
espalda en el trabajo; con ganas de llegar a casa y compartir un
rato con ellos. Estoy cada día más enamorado… Y ella de mo-
rros… No tengo ni idea de qué le pasa… Bueno, a lo mejor no le
pasa nada… A lo mejor viene en seguida…». Pero haciendo gala
de su condición de varón, cae en un profundo sueño en cuestión
de segundos.
¡Como la vida misma! A la larga, estas situaciones de inco-
municación y falta de empatía son de lo más desgastantes.
¿Cuál es el fallo de esta pareja? No se conocen, y si se cono-
cen, no se comprenden. Tenemos que aprender a leer lo que nues-
tro cónyuge nos quiere decir detrás de una frase o una actitud,
pero sobre todo, darnos a conocer, en especial las mujeres. Lo
que para nosotras es obvio, para ellos es impensable. Ellos agra-
decen que les digamos lo que queremos en todas las materias. No
juguéis a las adivinanzas. No olvidéis que la intuición masculina
no existe.
COMUNICACIÓN 139

Comunicación antes y después del matrimonio

Los enamorados tienen mucha necesidad de hablar. Verba-


lizan detalladamente sus sentimientos y acontecimientos. Bus-
can insaciablemente espacios de soledad y comunicación: pasear
juntos, viajar juntos, estar juntos en la intimidad. Las conversa-
ciones telefónicas se hacen interminables. En la distancia física,
escriben correos electrónicos de amor varias veces al día, todos
los días. No tienen pereza en llenar hojas y hojas, alternados por
continuos SMS. Las distancias se acortan, y cualquier ocasión es
buena para el encuentro. No pesan las horas de viaje para reen-
contrarse con el ser al que ama.
Todo hombre que ha tenido que «currarse» un poco la corres-
pondencia de su amada sabe que no hay camino más rápido que
la comunicación afectiva y sentimental para ser correspondido.
¿Qué pasa tras diez años de matrimonio? Sencillamente ya no les
hace falta. La mujer ya está ganada. Habiendo obtenido el pre-
mio, no tiene sentido seguir esforzándose. Sencillamente pueden
ser ellos mismos. Es necesario retomar, si no todas esas pautas de
conducta, porque podríamos morir de empacho ante tanto paste-
leo, sí algunos antiguos y nuevos detalles que dan a nuestra vida
amorosa mayor encanto.

Incomunicación

«Nos amamos, pero no nos entendemos». El sueño del «amor


eterno» está forjado a base de comunicación personal intensa y
constante. Sentirse escuchado, comprendido, es una forma ele-
mental y necesaria de salir de la soledad y vivir como persona
activa y comunicativa. Pero el proceso de la comunicación y el
encuentro interpersonal lleva consigo sus desencuentros y sus en-
contronazos. La comunicación de los sentimientos y de los even-
tuales resentimientos es un aprendizaje que hay que hacer incluso
140 BLOQUE III: TÚ + YO

a través de las interferencias provocadas por los diversos estados


de ánimo, por la ineludible búsqueda de realización personal de
cada una de las partes de la pareja.
El hecho es que la comunicación profunda suele ir cediendo
terreno, va quedando a merced de las circunstancias. Van cre-
ciendo los silencios largos e hirientes. Y, en la medida en que la
comunicación se hace más superficial, crece la insatisfacción y la
soledad, llega el aburrimiento, la rutina y esa horrible sensación
de no tener nada de qué hablar…

Tarea pendiente: mejorar nuestra comunicación

Para pensar…
La comunicación necesita de APRENDIZAJE. Es un
error pensar que la comunicación en la pareja es
algo sencillo y fácil, que discurre por sí sola.

Mejoramos nuestra comunicación cuando:

‡ &RQVHJXLPRV XQ HTXLOLEULR HQWUH KDEODU \ HVFXFKDU /DV


personas que se repiten, que se recrean en lo que dicen,
incurren en el error de deteriorar la capacidad de escucha
del oyente, de cansarlo, de desmotivarlo. Hay que intentar
escuchar sin monopolizar las conversaciones, ya que esto
hace imposible el diálogo.

Piénsalo…
Para conocer, escuchar.

Sin duda, forma parte del amor escuchar con interés auténti-
co todo lo que el otro desee contar. La disposición de escuchar,
COMUNICACIÓN 141

recibir y tomar parte en la vida del otro es, con toda seguridad, el
PD\RUUHJDORTXHVHOHSXHGHKDFHUDXQDSHUVRQD'HVJUDFLDGD-
mente, hay muchos que nos prestan oído, y hasta nos dan conse-
jos, sin interesarse verdaderamente. No toman en serio lo que el
otro les dice, y tampoco les importa lo que le contestan.

Piensa…
Si quieres hacerte entender, escucha.

‡ 0HMRUDQXHVWUDFRPXQLFDFLyQFXDQGRDIURQWDPRVWRGRVORV
temas, sin aparcar los más conflictivos por miedo a no estar
de acuerdo… Miedo deberíamos tener a no hablar, a evitar
conversaciones, sobre todo de materias importantes.
‡ /RTXHHVREYLRSDUDPtQRWLHQHSRUTXHVHUORSDUDHORWUR
Muchas veces damos por supuesto ciertos temas, sin mo-
lestarnos en comentarlos, generando situaciones impuestas
o incómodas.
‡ 6HURSRUWXQRV$SDUFDUGHWHUPLQDGDVFXHVWLRQHVSDUDWUD-
tarlas en mejor momento con tranquilidad. No es acerta-
do hablar solo de problemas cuando él/ella llega a casa
cansado/a por un día de trabajo. La primera frase que
escuchemos nada más poner el pie en casa no puede ser
«Periquito no ha hecho los deberes… regáñale, que le han
quedado todas… en la tarjeta no queda ni un duro… se
ha roto la lavadora…». Cuando uno llega a casa, necesita
encontrarse a gusto. Si asociamos una persona a una fuente
de displacer, inconscientemente la evitaremos.
‡ (V XQD SHQD TXH DOJXQDV SDUHMDV FRQ SUREOHPDV JDVWHQ
mucha energía en un diálogo infructuoso, un diálogo que
termina en discusiones frecuentes y cuyo único objetivo es
demostrar quién tiene razón. Lejos de resolver sus proble-
mas, hacen del diálogo en sí mismo un conflicto.
142 BLOQUE III: TÚ + YO

Para pensar…
Evitar discusiones inútiles, zanjar las tensiones
a tiempo, no agotar las conversaciones hasta
crispar al otro, es garantía de éxito.

En algunas ocasiones los nervios pueden traicionarnos, ha-


cernos decir lo que no pensamos. Es importante conocernos para
querernos. Saber canalizar, no tomar en cuenta, esperar, para una
vez pasado el acaloramiento, más relajados, hablar; sobre todo no
contestar con más agresividad. Si ante una situación de crispa-
ción sale la agresividad de él y contesta ella con el rencor y todos
los agravios de la vida pasada, podemos entrar en una situación
de desgaste difícil de remontar. Cuando estamos acalorados nos
sentimos llenos de razón. Por eso, antes de montar «una buena»,
cabeza fría. ¿Qué vamos a solucionar? Generalmente, nada; todo
se soluciona mejor en frío.
Aunque, como en multitud de ocasiones la discusión es inevi-
table, no podemos olvidar que:

Para pensar…
EL ARTE DEL BUEN DISCUTIDOR ES SER
UN ESTUPENDO RECONCILIADOR.

Compartir intimidad

Un modo de ganar en confianza es compartir un secreto. Cada


matrimonio tiene el suyo, algo que solo conocen los cónyuges. Se
puede tratar de cosas sumamente insignificantes; por ejemplo,
COMUNICACIÓN 143

que para ella la última fiesta familiar fue un suplicio, o que él


no soporta al vecino simpático. Cada uno se muestra al otro tal
como es, sin reparos. Conforme más intimidad haya en la vida de
la pareja, más probable es que se guarde el secreto. En cambio, el
que hace mal uso del secreto, demuestra que ya no tiene amor.

Darnos tiempo

Para pensar…
Un hombre dijo a su mujer:
«Tengo muchas cosas qué hacer, pero
todo lo que hago es por ti».
Estaban tan ocupados que no hallaban tiempo para charlar,
el día que lo encontraron, no supieron qué decirse.

Para establecer una buena comunicación lo primero que ne-


cesitamos es tiempo. Si vamos siempre corriendo, puede que solo
nos dirijamos la palabra para llegar a acuerdos sobre temas de
organización de la casa o de los hijos. Si no estamos disponibles
el uno para el otro, terminaremos por contar nuestras confiden-
cias al compañero de trabajo en el café o a la amiga de turno.
Es muy importante dedicarse tiempo sin interferencias, sencilla-
mente para charlar, vale la pena que nos detengamos en esto más
adelante.

Para pensar…
La comunicación depende de lo que ames
al otro, no de lo que desees decirle.
CAPÍTULO 10
CRISIS
146 BLOQUE III: TÚ + YO

Después de una pelea, el marido dijo a su mujer:


—Sabes, fui un estúpido cuando me casé contigo.
Ella le contestó:
—Sí querido, pero yo estaba enamorada y no lo noté.
Una mujer puso un anuncio en el periódico que decía: «Bus-
co marido». Al día siguiente recibió cientos de cartas que
decían: «Te puedes quedar con el mío».
Había una vez un hombre que dijo:
—«Yo no sabía lo que era la verdadera felicidad hasta que
me casé… y entonces fue muy tarde».
Cuando un matrimonio de recién casados sonríe todo el
mundo sabe por qué.
Cuando un matrimonio que lleva diez años casados sonríe
todo el mundo se pregunta por qué.

Nos parece normal que se bromee con el tema de la pare-


ja. Se hacen muchos chistes de los distintos tópicos: calzonazos
y marimandonas, borrachos y sus sufridoras mujeres, maridos
ardientes y esposas «desmotivadas»… La verdad es que se dan
infinidad de situaciones bastante cómicas y hay anécdotas de lo
más ocurrentes, permitidme el que haya bromeado con ellas en
las ilustraciones. Lo malo es cuando esos chistes en el fondo, o no
tan en el fondo, van cargados de un toque agridulce, en el que la
vida de pareja es eso, un sobrevivir sin pena ni gloria, donde no
queda otra que reír con resignación. El pesimismo es contagioso,
¡pero el cinismo lo es aún más!
El otro día iba en el coche con una amiga y le digo: «¡Mira,
por ahí va el hombre de tus sueños!», a lo que me respondió en-
CRISIS 147

WXVLDVPDGD ©£££'yQGH GyQGHª HVSHUDQGR YHU D %UDG 3LWW R


similar. En seguida divisa al sujeto en cuestión y me contesta
divertida: «¡Pero si es mi marido!».
Es corriente escuchar hablar sobre «la parienta», resoplar
cuando se habla del marido o de la mujer. Lo raro es oír: «Por
ahí viene el hombre de mi vida… o la mujer de mis sueños». Y
es que eso de decir que estás loco o loca por tu mujer o marido se
lleva poco o nada, además si me he casado con él o ella ¿por algo
será?, ¿no? Para qué lo voy a decir: mejor me río de los tópicos y
ya está.

¿Son necesarias las crisis?

La respuesta rotunda es NO, aunque a veces resulten inevi-


tables.
Ya hemos visto que, de entrada, todos somos incompatibles.
Cada cual es una persona única e irrepetible. Seremos compa-
tibles con el paso del tiempo. No somos máquinas perfectas, ni
juntos ni por separado. Somos como dos piezas que por fuerza
chirrían mientras se van acoplando, que se pulen con el paso del
tiempo.
Emplear la palabra «crisis», suena muy rotundo. A veces el
nombre nos asusta tanto que damos por perdida la batalla; es
como cuando a alguien le diagnostican cáncer y se viene abajo.
Si lo disfrazamos de tumor, parece que tiene más fuerzas para lu-
char contra la enfermedad. Por eso prefiero llamarlos «momentos
de capa caída», altibajos; la misma palabra lo indica: unas veces
estamos arriba y otras veces abajo; o mejor como los denomina
Tomás Melendo de forma mucho más positiva: «altialtos», porque
en realidad, aunque subamos y bajemos, la idea es ir siempre a
mejor, hacia arriba. Esto forma parte de la normalidad de la vida.
No siempre estamos en la cresta de la ola, eso lo saben muy bien
148 BLOQUE III: TÚ + YO

los que hacen surf. En todas las circunstancias de la vida hay alti-
bajos. Lo que significa que si ahora estoy abajo, en otro momento
SXHGRHVWDUDUULED'HSHQGHGHPt\HQHVWHFDVRGHQRVRWURV
No quiero parecer frívola, soy consciente del gran aumento
de separaciones en la actualidad… ¡¡el 50% de las parejas jóvenes
no llegan a los diez años de convivencia!! (si bien es cierto que en
este porcentaje están metidas todo tipo de relaciones, de hecho,
de derecho, con perspectivas, sin ellas…). Para muchos, esto es
la prueba de que el amor no es para siempre, que no somos mo-
nógamos por naturaleza y que el matrimonio es una institución
en decadencia.
La verdad es que para atajar un problema, por grande que sea,
hay que empezar poco a poco.

Todo empieza…

Todo empieza con una mala contestación, justo cuando pa-


rece que la vida te sonríe, pero hoy en concreto afecta más que
otros días y empieza el tan temido distanciamiento. Ya lo dice el
poeta, «la distancia es el camino del olvido…». No hay distancia
más dolorosa que dormir en la misma cama, pero a años luz el
uno del otro.
A veces no somos conscientes del distanciamiento hasta que
no se está inmerso en el desencanto. Puede ser un «mal rollo»
pasajero, fruto del cansancio, la presión en casa, en el trabajo, los
hijos… O un «mal rollo» estable, que te envuelve, del que no hay
modo de salir.
Es importante analizar las causas y cómo se llega a estas si-
tuaciones, lo mismo que atajar un resfriado a tiempo, antes de que
se convierta en pulmonía.
No se pueden ignorar las dificultades. Algunos opinan que, si
se ama, nunca debería haber conflictos, y que el dolor y la tristeza
CRISIS 149

se han de evitar a toda costa. Se trata de un error muy extendido.


Pues los problemas forman parte de la vida y precisamente esto
la hace apasionante, sí, apasionante. Qué hermoso es mirar para
atrás y ver cómo se han ido superando obstáculos del tipo que
sean y cómo se ha salido reforzado a todos los niveles.
Un bajón en la vida conyugal no es el fin del mundo. No
SRGHPRV PDJQLILFDUOR QL LJQRUDUOR 'HEHUtDPRV GHVFXEULU OD
oportunidad que hay encerrada en él. Y es que a fuerza de bajo-
nes superados el amor va madurando y ganando en profundidad;
cada tormenta es una oportunidad de renovación. Con los años
voy amando más y más porque quiero amar, porque me he deci-
dido por el otro como «el hombre o la mujer de mi vida» y estoy
dispuesto a soportar desilusiones.

Tipos de bajones

Estos baches pueden estar provocados por:


‡ &RQIOLFWRVLQWHUQRVGHODSDUHMDQRVFXHVWDKDFHUQRVHOXQR
al otro, diferencias en la forma de enfocar las cosas, carác-
ter, vida sexual, estados de ánimo, cansancio, monotonía…
‡ &RQIOLFWRV H[WHUQRV D OD SDUHMD SUREOHPDV FRQ OD IDPLOLD
propia o política, en el trabajo, económicos…

Problemas, problemillas y problemones

Los primeros años

Un día me encuentro con gran alegría a una amiga que


llevaba un año casada y a la que no veía desde su boda.
Tras ponernos al día de chismes varios, comienzo con el in-
terrogatorio:
150 BLOQUE III: TÚ + YO

—¿Qué tal, cómo lo llevas?


—Fenomenal, súper a gusto…
—¿Estas contenta con la vida de casada?
—Estamos súper bien.
—¿Cómo os organizáis con la casa, los trabajos…?
—La verdad es que fenomenal…
Después de varios «súper» y «fenomenal» le dije:
—Pues chica, me alegro mucho, porque si llevas así el primer
año, que es el peor, te auguro mucho éxito en tu matrimo-
nio.
—¿De verdad? ¡No sabes la alegría que me da escucharte,
yo pensaba que éramos los únicos que discutíamos…!
(Todo el interrogatorio no era por cotilleo, es que quería
llegar hasta el final…)

No hay nada peor que presuponer que nos va a ir bien, que


no vamos a tener problemas, y que lo que hemos visto en otras
parejas, padres, amigos… no nos va a pasar a nosotros, porque
nuestro amor está a prueba de bombas. No sé en qué curso del co-
legio nos enseñaron, o qué extraño gen hereditario nos transmite
la idea de que todo debe ir bien. Solamente si nos ponemos manos
a la obra podremos tener un «matrimonio diez».
Un avión que viaja de Munich a Hamburgo gasta el 80% del
combustible durante la fase de despegue. Es necesario invertir
esta inmensa cantidad de energía para que el avión alcance la
altura de vuelo. Una vez adquirida, se precisa un suministro di-
ferente de energía. Ahora tendrá que ser regular y continua, y de
vez en cuando se tendrán que hacer correcciones más o menos
grandes del curso para mantener el rumbo.
Para poder curar una enfermedad es imprescindible saber
cuál es. Esto, que parece de Perogrullo, no resulta tan claro para
muchos a la hora de atajar un bajón de pareja.
Si nuestra relación fuera un barco y nuestra vida el océano,
no nos podría extrañar que a lo largo de la travesía, teniendo en
CRISIS 151

cuenta que ésta es larga y la vida compartida también, entre los


periodos de serenidad, nos sobresaltara alguna que otra tormenta
o incluso un huracán. Si nuestro barco está bien construido por
buenos ingenieros con buenos materiales, es decir, si nuestra re-
lación está cimentada sobre fuertes pilares, con un sólido PVC
(Proyecto de Vida en Común), saldrá lo más airoso posible de la
tormenta. A veces, aun siendo un acorazado, puede que tenga que
sobrevivir a un fuerte huracán… Entonces no es de extrañar que
suframos algún que otro desperfecto, no es fallo del barco, es que
hay tormentas y tsunamis. A fuerza de cariño todo se reconstru-
ye. Sería un error abandonar el barco en medio de la tempestad.
Lo mejor es aferrarse al timón, en nuestro caso el AMOR que nos
tenemos respaldado por un sólido PVC, y luchar para mantener-
nos como podamos «a flote».
Pues bien, todas las amenazas inevitables producidas por las
inclemencias del tiempo serían los problemas externos a la pare-
ja, y todos los desperfectos ocasionados por la mala construcción
del barco, malas previsiones a la hora de dimensionar o calcular
cargas, serían los problemas internos de la pareja.

Problemas internos de la pareja

Por desgracia, un día sí y otro también los telediarios nos ofrecen


imágenes de pobres gentes que intentan atravesar el estrecho con ru-
dimentarias embarcaciones. Son pocos los kilómetros que hay que
cruzar, pero la situación tan precaria hace que en muchas ocasiones
el desenlace sea dramático. Pues siguiendo el símil, intentar afron-
tar nuestra vida en común en «patera», es una temeridad; en seguida
empezaremos a hacer aguas. No podemos «embarcarnos» en nada
si no tenemos un sólido PVC (Proyecto de Vida en Común), porque
no sabemos a dónde vamos, qué queremos, ni qué buscamos.
Podemos decir que los problemas internos de la pareja son
los derivados del tipo de pareja que se esté construyendo, y del
152 BLOQUE III: TÚ + YO

tipo de pasta de la que esté hecho cada uno de los integrantes de


la pareja.
Puede que nuestra relación de pareja sea un imponente acora-
zado, pero hasta la embarcación más sólida tiene que someterse a
inspecciones periódicas para comprobar el buen estado de su ma-
quinaria y, si es preciso, reparar o cambiar alguna de las piezas.

Piensa…
A veces cuando estamos ante un callejón
sin salida, puede que lo mejor sea volver al
principio. Replantearnos nuestro PVC.

Nuestro «estilo de pareja» se va construyendo día a día. Nun-


ca debemos dar nada por ganado, ni mucho menos por perdido.
Algunas «averías» comunes, situaciones que minan desde
dentro el motor de nuestra relación, pueden ser:

a) Amamos de forma diferente

Emociona contemplar esta maravillosa realidad. Somos el


complemento perfecto en todos los sentidos. Somos tan distin-
tos que cuando encajamos, cuando nos acoplamos, formamos un
todo. En la medida que profundizamos más en esta hermosa rea-
lidad somos más felices.
Ya he detallado en capítulos anteriores lo diferentes que so-
mos, por ser personas distintas y por ser varón y mujer. Cada
uno filtramos la realidad según nuestra forma de ser. No conocer
nuestras diferencias nos lleva a más de una decepción. Entrise-
ce ver cómo matrimonios que se quieren se distancian por ver
rotas sus expectativas. Somos distintos en cuerpo y alma, por lo
cual manifestamos de forma distinta nuestro amor, tanto afec-
CRISIS 153

tiva como físicamente. Es triste escuchar a mujeres catalogar a


sus maridos como «animales en celo», cuando para un hombre
(1$025$'2 FRQ PD\~VFXODV HO DPRU TXH QR VH YH TXHGD
totalmente cojo sin el refuerzo del amor que se ve, que se toca
–aparte que el impulso sexual en el varón, como todos los impul-
sos, es mucho más fuerte–. Y es que muchas mujeres esperan de
sus hombres poemas encendidos, regalos, flores, mimos… como
mínimo… como preámbulo. Primero un acercamiento espiritual,
para luego llegar a un acercamiento físico. Y claro, con este mun-
do rebosante de estrés, donde las prisas nos comen, donde no
tenemos tiempo ni para rascarnos, no hay lugar para la poesía. Y
en esto, como en todo, pues también se nos mete la prisa… Tene-
mos que darnos a conocer, dedicarnos tiempo y atención. En este
campo, al igual que sucede en muchos otros, es muy importante
la comunicación.
Si de verdad nos queremos, nos AMAMOS, querremos agra-
darnos el uno al otro. Y querremos al otro como es. Tenemos
que descodificar nuestras conversaciones. No hablamos el mismo
idioma, ya lo vimos en capítulos anteriores. Hay que redescubrir
el valor de la delicadeza y, sobre todo, darnos a entender y enten-
der lo que nos quiere decir nuestra media naranja.
¿Por qué no nos enteramos de que nuestras manifestaciones
de AMOR son diferentes?
Si lo sabemos, la clave estará en acercar posturas. En poner-
nos en la piel del otro, descubrir cómo me quiere y me lo de-
muestra, tanto en el terreno psíquico como físico. Es cierto que
ponerse en lugar del otro requiere una buena dosis de madurez y
AMOR, pero a estas alturas con eso ya contamos.
Me gustaría susurrar a muchos/as el valor terapéutico de una
vida afectiva satisfactoria. No descuidéis este tema, os perdéis
muchas satisfacciones al alcance de cualquier corazón enamora-
do. Y si encima conseguís el plato perfecto, amor y sentido del
humor, diagnostico a vuestro matrimonio una salud de hierro.
154 BLOQUE III: TÚ + YO

b) El egoísmo

Tú te lo mereces… Qué mejor lema para una campaña publi-


citaria. Sobre todo porque vende. Vende pensar en mí. No digo
TXHQRWHQJDPRVTXHSHQVDUHQQRVRWURV'HKHFKRQRSRGHPRV
olvidar que la caridad bien entendida empieza por uno mismo; pero
una sociedad que pretenda sobrevivir no puede hacer del «yo», un
estilo de vida. Es divertido explicar hoy el concepto de egoísta.
Se ha puesto difícil –principalmente– porque ser generoso es poco
PHQRVTXHVHUWRQWR'LFKRVLQJHQLRVRVFRPR©(O~QLFRDPRUILHO
es el amor propio» van en esa línea. Una relación no puede salir a
flote si me centro en mí, en mis gustos, mis necesidades, mis ape-
tencias, mis carencias, mis conflictos, mis inseguridades, mis, mis,
mis… yo, yo, yo… centrarme en mi yo, me enquista, me empobre-
ce y sobre todo me absorbe cual agujero negro hacia el abismo de
mi propio ombligo. Una relación que quiera salir a flote tiene que
estar formada por dos personas «sin ombligo».
Un día intentaba explicar a mi hija mayor lo que era ser egoís-
ta, y al terminar, le pregunté si lo había entendido. Ella muy dis-
puesta me contestó: «Claro mami, un niño es egoísta cuando no
piensa en mí»… La verdad es que lo había entendido perfecta-
mente, pero le había dado la vuelta según su interés. Todos somos
en el fondo un poco egoístas. Es una tendencia contra la que tene-
mos que luchar, lo importante es darnos cuenta y rectificar.
Nos comportamos de forma egoísta cuando el centro de nues-
tras conversaciones somos nosotros, nuestro estado de ánimo,
salud, situación laboral… Es importante compartirlo, pero no
podemos hacer de nuestras conversaciones un monólogo sobre
nosotros mismos.

Para pensar…
Normalmente las personas egoístas piensan
que todos son egoístas con ellas.
CRISIS 155

c) Infidelidad

Podemos distinguir la infidelidad consumada de la infideli-


dad latente.
La gravedad es distinta, pero ambas son una deslealtad, y la
segunda, si no se remedia, termina por consumarse.
¿Cómo puedo construir mi felicidad sobre la ruina de mi mu-
jer/marido y mis hijos? ¿Cómo puedo pedirles ese precio tan alto,
sin que se lo merezcan?
Ningún sentimiento es noble cuando exige el sacrificio de un
tercero o de varios terceros. El AMOR es leal, busca el bien del
otro y no implica daños colaterales. Cuando el amor es egoísta
nos achica al velar solamente por nuestros propios intereses.

d) Celos infundados

No podemos atormentar a nuestro AMOR con celos absurdos,


fruto de falta de seguridad en uno mismo. Esos pensamientos que
nos atormentan, muchas veces nacen de las propias limitaciones,
falta de autoestima o complejos, que llevan a volcar sobre mi media
naranja mis propios prejuicios. Hay que poner freno a ese torbe-
llino de ideas, ordenar y rechazar las que no tengan fundamento,
para afrontar con tranquilidad lo que de verdad preocupa. Si no, se
puede estar alimentando un amasijo de pensamientos absurdos y,
lo que es peor, corrosivos… que puedan acabar en breve con todo
lo hermoso que se ha construido durante tanto tiempo.
Si no se controlan estos temores infundados, celos, descon-
fianzas, se amarga la vida de la persona amada, estropeando lo
mejor que tenemos.
Los celos injustificados arrastran a una espiral de descon-
fianza que, si no se controla, puede incluso derivar en patología.
Siempre hay algún compañero o compañera de trabajo atractivo/a,
o vecino/a, o cuñado/a o actriz de la tele… ¡o que sé yo!, no vi-
156 BLOQUE III: TÚ + YO

vimos en una isla desierta. Es corrosivo torturarnos con ideas


o conductas enfermizas, sometiendo a interrogatorios de primer
grado del tipo de:
‡ ¢+DVHVWDGRFRQ«"
‡ ¢'yQGHKDVHVWDGR"
‡ ¢&XiQWRWLHPSRKDGXUDGRODUHXQLyQ"
‡ ¢2VWRPDVWHLVOXHJRXQFDIp"
‡ 5HJLVWUDUODVOODPDGDV\PHQVDMHVGHVXPyYLO
‡ 3HQVDUTXHWHRFXOWDDOJRHLQYHVWLJDUORFRQSUHJXQWDVDpO
ella o a otros sobre él/ella…
‡ 3HQVDUTXHFXDQGRWHSUHVHQWDDDOJXLHQWLHQHQXQSDVDGR
común que desconoces.
‡ 3HQVDUTXHFDGDFKLFRDQXHYRDTXHFRQRFHHVXQDDPHQD-
za para vuestra relación.
‡ 6XIULUSRUTXHVHDDJUDGDEOHFRQFXDOTXLHUSHUVRQDGHOVH[R
contrario.
‡ &RPSDUDUWHFRQWRGRVDVORVDVFKLFRVDVTXHFRQRFpLV©(V
tá más gordo/a que yo, es muy frío/a, pero viste mejor…».
Hay que cortar rápidamente estos pensamientos absurdos:
antes de que te dominen y, lo que es peor, te desesperen.
Una forma fácil de comprobar si estamos perdiendo el tiempo
con nuestras paranoias es ver si yo soy el principal protagonista
de mis largos monólogos interiores. No nos podemos dar mucha
importancia, o por lo menos nunca tanta como prestamos a quienes
nos rodean.
Es cierto que la infidelidad está al cabo de la calle, no pode-
mos ser ingenuos/as y pactar con situaciones de riesgo, pero tam-
poco podemos sentir una amenaza cada vez que a nuestro marido
se acerque una chica más joven o más guapa o con más talla de
sujetador… La estrategia no puede ser torturarlos con nuestras
preguntas inquisidoras ya que demuestran falta de confianza ha-
cia nuestra pareja. Una relación donde no hay confianza no es
relación. La fidelidad en sí no es un objetivo, es una consecuencia
CRISIS 157

de la felicidad. Si sientes celos, algo muy natural, sobre todo en


las mujeres, ya que nuestra cabeza no para de elucubrar, la estra-
tegia es ser felices. Es decir, preocúpate más por tu matrimonio,
arréglate más, queda con él, sal, entra, ríete, sé feliz. Un hombre
contento en casa no busca nada fuera… Funciona.

Piensa…
FELICIDAD = FIDELIDAD
La fidelidad en sí no es un objetivo, es
una consecuencia de la felicidad.

Si paso a medio mañana por un puesto de perritos calientes,


lo más probable es que mi estómago empiece a generar jugos
gástricos y me dé un ataque de hambre e incluso ¿por qué no?, me
compre uno. Lo mejor para no caer en la tentación es salir de casa
bien desayunado. Así de fácil. Normalmente nadie busca fuera lo
que tiene en casa.
Hay que revisar lo que no encontramos u ofrecemos al otro en
casa. Cada cual que piense.

e) Tampoco es para tanto…

«Antiguamente en los pueblos, en las épocas de hambruna


y bandoleros, por las noches en los grandes caserones, el
servicio se esmeraba en cerrar todas las puertas y ventanas,
echando cerrojos, candados, rejas… Pero siempre había
un ventanuco sin importancia, arriba en la buhardilla,
en el que nadie había reparado… Por eso las bandas de
ladrones contaban con un hombre flaco y ágil, casi siempre
un niño al que encaramaban entre todos. Entraba en la
casa colándose por el ventanuco, llegando sigilosamente
hasta la puerta para abrirla, y así dejar paso a la tropa
que entraba a saquear, robar, violar y asesinar…».
158 BLOQUE III: TÚ + YO

No existe ventanuco insignificante, ni detalle sin importancia


HQQXHVWUDYLGDHQFRP~Q'HWUiVGHORSHTXHxRVLHPSUHYLHQH
lo grande. Para el que ama no hay fisura despreciable. ¿Qué es la
vida sino la suma de muchos pequeños detalles?
Si nuestra lucha son los detalles pequeños, será difícil que
pasemos a mayores.
Algunos detalles «sin importancia» pueden ser:
‡ %HVDUQRVQDGDPiVOHYDQWDUQRV
‡ &XDQGRQRVLQWHJUDPRVHQXQJUXSRGHSHUVRQDVHQHOTXH
se encuentra nuestra media naranja, saludamos primero a
nuestra pareja antes que a nadie.
‡ 5HFLELUQRV FRQ XQ JHVWR GH FDULxR FXDQGR OOHJDPRV D
casa.
‡ ,QWHQWDUDFRVWDUQRVDODYH]HVWRHVPiVGLItFLOVLXQRGHORV
dos se queda viendo la tele o enganchado a Internet, o tra-
bajando (esto último también hay que evitarlo en la medida
de lo posible).
‡ 'DUQRVODVEXHQDVQRFKHVDQWHVGHGRUPLU
‡ 6HQWDUQRV MXQWRV FXDQGR FRPHPRV FRQ OD IDPLOLD JUDQGH
o amigos.
‡ (PSH]DUXQDFRQYHUVDFLyQWHOHIyQLFDFRQFDULxRHQYH]GH
exponer de forma fría a modo de orden lo que necesito.
‡ 'HFLU©JUDFLDVª©SRUIDYRUª\RWUDVH[SUHVLRQHVTXHGHQR-
tan cariño y delicadeza.
Se me ocurren infinitos gestos que no tienen importancia,
pero que suben o bajan la temperatura de nuestra relación. No
vivir una serie de detalles porque «estoy en confianza» es menos-
preciar la confianza que me han dado.
Gestos como un portazo, colgar el teléfono de mala manera,
una contestación airada… no tienen por qué romper una relación.
No hay que dramatizar, pero si no prestamos atención, pueden ser
ese ventanuco por donde se cuele todo lo demás.
CRISIS 159

f) Estados de ánimo

En ocasiones vamos a contrapelo, sin ganas, por cansancio,


monotonía…, pero tenemos que superar esos momentos, esos es-
tados de ánimo, pequeñas discusiones que pueden transformarse
en crisis si nos descuidamos. Una herida pequeña puede gangre-
narse, un resfriado mal curado puede pasar a pulmonía.
Si no somos capaces de superar el mal humor, tendremos que
SHGLUD\XGD'HEHPRV\SRGHPRVVHUGXHxRVGHQRVRWURVPLV-
mos. Mi vida no debería estar condicionada por mi estado de áni-
mo. No puede condicionar mi día a día el que pierda mi equipo
favorito o se hayan terminado los zapatos rebajados que yo quería
o que haya perdido tal o cual cliente. Tenemos que ser señores de
nosotros mismos. No perder los estribos por las contrariedades,
aunque éstas, a veces, sean grandes.
Las mujeres sabemos muy bien que estamos sometidas a la ti-
ranía de los cambios hormonales, que nos arrastran sin piedad de
la euforia a la más profunda depresión. Aunque ya lo desarrollé
en capítulos anteriores, vale la pena no olvidarlo. No afectan por
igual a todas las mujeres, pero constituyen una realidad. Cono-
cernos en este sentido, y darnos a conocer, puede evitarnos más
de un enganchón. Somos cuerpo y alma y, por eso, la biología
tiene mucha fuerza sobre nosotras.

Importante…
Conocer cómo afectan los cambios hormonales
a mi carácter es una gran ventaja.

Ya hemos visto que somos sentido y sensibilidad. Nos move-


mos en el mundo de los deseos, los sueños y las aspiraciones… Y
es que ¡soñar es tan barato! Ojo, que a veces es muy frustrante…
Si me guío por los sentimientos, por los estados de ánimo, que son
160 BLOQUE III: TÚ + YO

cambiantes, mi vida puede ser un yo-yo, un sube y baja. Mi vida no


puede estar dominada por «el tengo ganas», «no tengo ganas»
'HEHPRVGDUDORVVHQWLPLHQWRV\VHQVDFLRQHVHOYDORUTXHVH
merecen. Tiene gracia que le preguntes a una persona cómo está
y te cuente la retahíla de sus sensaciones, por ejemplo, «me duele
esto o aquello, estoy desanimado…». Es cierto que las sensacio-
nes se pueden convertir en estados, pero no deberían pesar más
que la misma vida. Yo AMO en general, de forma global a mi
marido independientemente de que hoy no nos hablemos, y esto
me produzca una sensación de «mosqueo»…

g) Nuevos tiempos, nuevas situaciones

La introducción de la mujer en el mercado laboral ha modi-


ficado la estructura familiar tradicional. El 64% de las familias
españolas está formado por cónyuges que trabajan ambos fuera
del hogar, pero siete de cada diez hombres no participan en las
tareas domésticas (y los que se ocupan lo hacen una media de 44
minutos al día, frente a las casi cuatro horas que dedican ellas
a las labores domésticas). Solo un 6% de los varones cocina, y
un 13% se encarga de hacer la compra. En cuanto a los hijos, un
40% de las mujeres se ocupa en solitario de los hijos menores de
12 años. La nueva situación ha provocado una mejora en el nivel
de vida de las familias, una mayor independencia económica de
la mujer y un cambio de valores; pero también mayor estrés, un
descenso en la natalidad y toda una nueva gama de conflictos en
la pareja. Es cierto que la sociedad y nosotras hemos salido ga-
nando con nuestra incorporación al mundo profesional; pero ante
nuevas situaciones, nuevos enfoques.
No somos superwomen. No podemos con todo. Lo que es de
cajón, para muchas no resulta tan claro. Es evidente que no pode-
mos hacer lo que hacían nuestras abuelas en casa y además trabajar
CRISIS 161

fuera. Son muchas las mujeres que asumen casa y trabajo, mien-
tras sus hombres solo se ocupan de su tarea profesional. Y es que
frecuentemente la mujer no pide ayuda hasta que no puede más.
Es cierto que en bastantes ocasiones surgirá un conflicto entre la
vida familiar y profesional y nos veremos obligados a hacer ma-
labarismos para conseguir la tan llevada y traída «compatibilidad
laboral y familiar», pero en otras muchas habrá que optar. Es un
error querer poder con todo, porque sencillamente es imposible. Y
lo peor, esa terrible sensación de no llegar a nada, de estar siempre
donde uno no debe, cuando estás en la oficina, piensas que deberías
estar con tu hijo enfermo; si vas al parque con los niños, te viene a
la mente el informe que deberías estar haciendo…
¡Es agotador! Si no priorizamos, si no nos organizamos y op-
tamos, se puede llegar a profundas crisis por cansancio. Como lo
demuestran los porcentajes citados, es más frecuente que sea el
sector femenino el que se sobrecargue más de la cuenta, creyendo
que puede con todo.

Piénsalo…
Un problema bastante frecuente en la mujer
es «dar más de lo debido». Si doy más de lo
debido, doy lo que no puedo, no debo.

Una persona cansada es una persona incapaz de afrontar


nada, que no tiene resortes para resolver. Pero si en la pareja el
que está más cansado es la mujer… malo, malo, ya que la carga
afectiva que ella aporta a la pareja y al hogar es vital para el fun-
cionamiento de nuestro «barco».
El tiempo que dedicamos ambos cónyuges al trabajo fuera y
dentro de casa, a los hijos, debe estar muy madurado en nuestro
PVC. El presuponer, el no organizar ni prever son fuente de con-
162 BLOQUE III: TÚ + YO

flictos importantes que se pueden evitar si aprendemos a «verlas


venir».

Problemas externos a la pareja

Conviene diferenciar los problemas externos de los internos, ya


que los internos dependen en gran medida de nosotros. El prever y
revisar nuestras conductas puede en gran medida evitar y resolver
conflictos. Madurar un buen PVC, trabajar nuestro amor, robustece
nuestra relación. Los problemas externos, lo queramos o no, son
otra cosa, ya que no dependen de nosotros. Es inevitable que a lo
largo de nuestra travesía en común, nos asalte alguna que otra tem-
SHVWDG'HSHQGLHQGRGHODIRUWDOH]DGHQXHVWUREDUFRHOGHWHULRUR
será mayor o menor. Lo que pasa es que ante cualquier tsunami de
la vida, si no tenemos una relación sólida, lo más normal es que sal-
gan a la luz todas las averías con las que íbamos tirando. Por eso no
nos puede extrañar que a los problemas externos, tarde o temprano,
tengamos que unirles los «problemas internos».
Puede que de ordinario todo nos vaya fenomenal, pero de re-
pente se rompe la baraja… Es como cuando en una mesa de billar
tenemos el triángulo formado perfectamente con todas las bolas
y de repente tiramos con la bola blanca y se van cada una por su
sitio. Cuesta un poco recolocar las bolas… pero así es la vida.
Hay muchas bolas blancas en la vida. Se me ocurren infinitas
situaciones a las cuales nos tenemos que amoldar o superar, una
enfermedad, una crisis profesional…
Expongo algunas de las más comunes:

a) Inestabilidad profesional

La inestabilidad laboral lleva muchos problemas asociados.


Todos necesitamos llenar nuestro tiempo con una ocupación que,
CRISIS 163

además de aportarnos un beneficio económico necesario para vi-


vir, nos reporte alguna que otra satisfacción personal, ya que el
trabajar en lo que a uno le gusta puede darnos felicidad y autoes-
tima. Un periodo de inestabilidad profesional mina los dos puntos
que acabo de mencionar. Todo problema exterior que afecta a una
de las partes, o peor a ambas, afectará directísimamente a la vida
de pareja. Si tenemos un fuerte PVC, no tiene por qué hacer que
se tambaleen sus pilares. Una chica joven, madre de tres hijos,
me comentaba, con una sonrisa serena, ante la repentina pérdida
de trabajo de su marido (el único sueldo que entraba en casa):
«Mi marido y yo tenemos un grave problema económico, pero
no tenemos un problema en nuestro matrimonio». Me resultó de
lo más clarificador, y es que ella sabía perfectamente que se en-
contraba ante un problema real y objetivo externo totalmente a su
muy buena relación de pareja. Continuaba diciéndome: «Cuando
mi marido está nervioso, o yo estoy triste y preocupada… intento
por todos lo medios que no afecte ni lo más mínimo a “lo nues-
tro”».

Objetivo tendencia
Realmente tenemos un problema, pero
ni tú conmigo ni yo contigo.

'HPXHVWUDQLQPDGXUH]TXLHQHVGHGXFHQTXHODVPDQLIHVWD-
ciones de cansancio, preocupación y crispación, fruto de situacio-
nes de tensión laboral o preocupaciones económicas, son falta de
AMOR. Lo idílico sería tener un temperamento sereno e impene-
trable, pero la realidad es que la vida nos afecta. Es muy impor-
tante separar, como hacía mi amiga. Y en la medida de lo posible
intentar no volcar nuestra frustración en el otro; y si por debilidad
perdemos los papeles, rectificar y pedir perdón enseguida.
164 BLOQUE III: TÚ + YO

b) Problemas económicos

Normalmente, a la inestabilidad laboral va unida la crisis


económica. Al problema de la inactividad, falta de confianza en
uno mismo, fruto del desencanto laboral, se une la precariedad
económica. La tensión provocada por los problemas económicos
en el hogar es un huracán que mina hasta el más sólido de los
transatlánticos. Tomás Melendo aconseja en estos casos, dada la
magnitud del problema: «Si un matrimonio tiene fuertes conflic-
tos por motivos económicos, lo más sensato es pedir un préstamo,
perderse un fin de semana en un hotel, analizar con paz el proble-
ma y salvar la pareja»; y es que aunque parezca un contrasentido,
volviendo a lo dicho, lo importante es salvar el barco, después de
la tormenta siempre viene la calma.

Piensa…
Como siempre, la mejor forma de resolver
un problema es estar unidos.

c) Demasiado trabajo

Si no tener trabajo es un problema y de los gordos, el tener


demasiado no lo es menos.
Como dice Juan Luis Lorda, autor del libro El arte de vivir,
es obvio que el dinero es importante y que hay que esforzarse
por conseguirlo, hoy en día sin dinero no se puede vivir. Pero nos
tenemos que preguntar:
‡ ¢&XiQWRGLQHURHVnecesario para vivir?
‡ ¢4XpOXJDURFXSDHQPLHVFDODGHYDORUHVJDQDUOR"
‡ ¢3DUDTXpORTXLHUR"
CRISIS 165

‡ ¢&XiQWRPHFXHVWD"0HFXHVWDHVWDUPiVFDQVDGRSDUDPL
pareja, para mis hijos… ¿me roba casi todo el tiempo que
debería dedicarle a ellos?
Sería un círculo vicioso vivir para ganar dinero y ganar dine-
ro para vivir. El dinero por supuesto no lo es todo, sería absurdo
dedicarle la vida, sabiendo que la vida misma es un bien limitado.
(OGLQHURHVXQLQVWUXPHQWR'HEHPRVSRQHUOtPLWHDHVWDHVSLUDO
de trabajo y dejar espacio y energías libres para dedicarnos a lo
que de verdad importa: nuestra pareja, nuestros hijos, la amistad,
el cultivarnos a nosotros mismos…
Muchas personas que se consideran sensatas y maduras, ca-
paces de tomar decisiones ponderadas, de trabajar responsable
y eficazmente, de dirigir grandes empresas y sus propias vidas,
pues bien, acaban cayendo sin darse cuenta en el mayor de los
errores: vivir como si ganar dinero fuera lo único importante.
Es cierto que sin dinero no se puede vivir y que, cuando no
se tiene lo necesario, es difícil llevar una vida digna, sin contar
con que de esta situación siempre van de la mano otras miserias
humanas, por lo que debemos dar al dinero la importancia que se
merece, ni más ni menos.
Muchas parejas ven su vida en común deteriorada por la falta
de tiempo, el cansancio acumulado, el estrés provocado por el
exceso de trabajo… Tenemos que sopesar y ver lo que es más im-
portante. Es cierto que hay profesiones muy absorbentes, y que en
los negocios propios es difícil llegar al término medio, aun así…

Piénsalo…
Es un contrasentido dedicar tanto tiempo a ganar
dinero cuando nos quita tiempo de lo más importante.
¿Cuánto dinero daría por estar más con los míos?
166 BLOQUE III: TÚ + YO

d) La familia grande

Nosotros dos junto con nuestros hijos –si los tenemos– for-
mamos una familia, pero no podemos olvidar que ambos proce-
demos también de otra familia, que por justicia y porque que-
remos, forman parte de nuestra vida. Para que reine la paz y la
armonía es importante que cada uno sepa reconocer el papel que
le toca desempeñar en cada una de las facetas de nuestra existen-
FLD 'LFHQ SRU DKt TXH ODV VXHJUDV HOHJDQWHV WRPDQ XQ GLVFUHWR
segundo plano, los hijos inteligentes no hacen tan presentes a sus
padres y hermanos; y que los suegros encantadores son a los que
no se tratan… Es cierto que elegimos a nuestro marido o mu-
jer, pero no elegimos al resto. Las relaciones interpersonales son
siempre complejas. Tenemos que tener claro que nuestra pareja es
lo prioritario, y como lo queremos a él/ella, también queremos a
su familia, y él/ella debe querer a la nuestra, pero con un orden.
El orden ya lo sabemos, primero nosotros, luego nuestros hijos,
después la familia grande, los amigos…
No respetar este orden genera a menudo conflictos que pue-
den venir por las interferencias que ocasiona la familia grande,
las tan temidas «suegras», y es que es complejo –sobre todo para
las mujeres– aceptar que el papel que desempeñamos va evolu-
cionando a lo largo de nuestra vida. Pasamos de ser madres a ser
suegras y la «influencia» tan positiva que podíamos ejercer hace
unos años sobre nuestros hijos, puede ser muy negativa en la nue-
va familia que están intentando formar mis hijos adultos. Ya lo
dice el refrán: «No puede haber más que un gallo por corral», ni
más de una mujer por hogar.
Me comentaba un amigo entre risas: «Cuando llego a casa
cansado del trabajo, me gusta aplastarme en mi sofá y disfrutar
de mi casa…, pero cuando me dispongo a ello, me doy cuenta de
que algo no va… no me encuentro “a gusto” (recordad este pilar
fundamentalmente masculino). Observo mi salón, pero algo no
CRISIS 167

encaja, no se qué es… y empiezo a ver que el jarrón no está en


su sitio, no sabría decirte dónde estaba antes, si en el sitio del
cenicero –porque éste tampoco está donde yo lo coloqué– o en la
estantería, pero ni el mando de la tele… y entonces recuerdo que
mi suegra ha estado esta tarde en casa cuidando de mis hijos… y
ya se por qué todo está cambiado».
Para los padres, sobre todo para las madres, es costoso acep-
tar que los hijos ya no dependen de ellas y tienen otra vida. Para
todo hace falta tiempo.
Como expuse en capítulos anteriores es muy importante
FRQRFHU QXHVWUR '$)2 'HELOLGDGHV $PHQD]DV )RUWDOH]DV \
Oportunidades), ya que si evitamos amenazas, daremos esquina-
zo en la medida de lo posible el que salgan a la palestra nuestras
debilidades. El tipo de intromisiones incómodas descritas en la
anécdota anterior puede ser de materia más grave. Cuando la re-
lación con la «familia grande» se vuelve fuente de conflictos, no
es mala cosa distanciar los encuentros para retomar las relaciones
cuando pase un poco el temporal. Con cariño, podemos recon-
ducir todo tipo de errores y malentendidos, para conseguir la tan
deseada paz familiar.

Todo muy bonito, pero… ¿y ahora qué?

Todos nos casamos teniendo claro que van a venir problemas,


aunque cuando llegan siempre nos sorprenden. Y es que nunca
contábamos con que nos iba a sentar tan mal esta o aquella di-
ferencia. Hasta ahora todo muy bonito. Podemos estar abajo, y
subir, todo es normal… ¿Pero qué pasa cuando estás abajo?
Tenéis claro que sois el uno para el otro. Por algún motivo en
concreto, o por la suma de muchos detalles absurdos, hay algo
que no funciona. En otra temporada, esto no tendría ninguna im-
portancia, pero ahora os ha pillado más flojos, por cansancio, por
168 BLOQUE III: TÚ + YO

OR TXH VHD« 'H UHSHQWH VH URPSH OD FRPXQLFDFLyQ QR H[LVWH
forma de conectar, todo lo que os unía, ahora os separa. Tenéis
buena voluntad, pero no sabéis salir de ahí. Las malas contesta-
ciones, los malos gestos se agolpan en la memoria y es imposible
comenzar conversaciones con buena disposición. Cualquier deci-
sión absurda es una discusión. Se parchea con relaciones sexuales
artificiales, los reproches se suceden…, entonces se opta por la
falsa paz. Y al desamor se termina por unir la indiferencia, que
ningunea, que hace sentirse absurdo…
¿Qué hago? Todo esto será muy normal… ¿pero cómo salgo
de aquí?

a) Catalogar el problema

Lo primero que hay que hacer es analizar sin magnificar el


problema, darle la importancia que tiene. Y lo importante es que
realmente tu marido/mujer y tú estáis distanciados, y eso no es
bueno.
Sabiendo que ese distanciamiento puede estar motivado por
un problema externo o interno a vosotros, las actitudes pueden
ser distintas. En estas ocasiones es tan frecuente dejarse llevar
por los sentimientos y enredarse en infructuosas conversaciones
acaloradas como –peor aún– caer en el desencanto y la apatía.

b) Sobreponerme a la situación

Ser lo más objetivo posible –esto, a veces, es bastante compli-


cado– para darle su justo enfoque. No dramatizar. En ocasiones
será urgente acudir a la «peluquerapia» o «siestoterapia» para ver
los problemas de otra forma, y es que descansado y con bue-
na cara todo se afronta mejor. Releer ahora el capítulo 6 puede
CRISIS 169

ayudarnos a entender que «si yo estoy bien, nosotros funciona


mejor».

c) Pensar en qué puedo mejorar yo

Si quiero que mi pareja mejore en algo, ante todo he de pro-


ponerme mejorar yo en la carencia que observo en el otro. Prime-
ro, porque ya dije que con frecuencia vemos reflejado en el otro
nuestros propios defectos: el egoísta piensa que todos son egoís-
tas; el generoso ve «buena gente» siempre alrededor. Y segundo,
porque lo bueno se pega, es decir, que una persona cariñosa invita
a los demás con su actitud a serlo.

Piensa…
Si quiero que mi pareja mejore, tengo que
mejorar yo, esto no me asegura la eficacia al
cien por ciento, pero es lo más eficiente.

d) Comunicación

'HMDUSDVDUHOWLHPSRHQPHGLRGHXQDWRUPHQWDHVXQDGHFL-
sión muy sabia, si es para afrontar con mayor serenidad un pro-
blema, ya que si no puedo comenzar una conversación con buen
tono lo mejor es desaparecer. Ahora, dejar temas pendientes es
como dejarse «un muerto» en el fondo de la piscina: con el tiem-
SRVLHPSUHVDOH«'HMDUHOWLHPSRSDVDUFXDQGRDPERVHVWDPRV
fríos es un error, porque con el tiempo lo que estaremos es más
fríos: el roce hace el cariño…
Como siempre la solución es buscar la mejor situación para
que pueda existir comunicación y entonces hablar, hablar y ha-
170 BLOQUE III: TÚ + YO

EODUGHWRGR'HORTXHSDVDGHFyPRDIHFWDUHFRQRFHUTXHDKRUD
estoy un poco bajo/a, que me cuesta esto y aquello, decir lo que
siento sin juzgar los sentimientos del otro, ni juzgar su actitud.
Nadie está dentro de nadie. Que uno de los dos sea menos tem-
peramental y por eso se sienta incapaz de decir esto o aquello, no
significa que el que sí lo dice movido por su fuerte temperamen-
to quiera hundir o maltratar psicológicamente al otro, aunque en
este momento lo haya conseguido. Tenemos sensibilidades dis-
tintas y debemos darnos a conocer. Es importante saber pedirse
ayuda mutuamente. En la mayoría de los casos, esa ayuda será
nuestro amor incondicional mutuo, en otras, las menos, será ayu-
da profesional.

Objetivo tendencia…
La mejor estrategia es el cariño.
Nadie cambia por argumentazos.

No podemos olvidar que buena parte del sufrimiento inútil en


el mundo surge de que en ocasiones en que deberíamos dedicar-
nos a pensar, nos dedicamos a sentir… y en las ocasiones que son
para sentir, nos ponemos a pensar.

Mejora nuestra comunicación distinguir los momentos


para pensar de los momentos para sentir.

Mucha gente piensa que quererse es estar de acuerdo en todo.


En realidad, solo tenemos que estar de acuerdo en unos pocos
temas fundamentales. La mayoría de las cosas son opinables…
y podemos pensar distinto. No deberíamos olvidar que el amor
CRISIS 171

y la libertad están estrechamente unidos. En otras ocasiones, las


menos, habrá que aprender a negociar, a llegar a acuerdos. Sin
negociación ninguna asociación de voluntades resiste.

¿Por qué me molesta?


Tenemos que tirar de la hebra. Muchos problemas pueden
tener su origen en mí, en mi incapacidad para comunicar lo
que siento, lo que necesito, en mi falta de autoestima…

e) Pedir perdón

Siempre podemos mejorar, y no hay mejor forma de empezar


una conversación, en estas situaciones, que pidiendo perdón. En
el 99% de los casos, cuando alguien reconoce que ha hecho algo
mal, hace pensar a su interlocutor que también él /ella puede me-
jorar. Pedimos perdón de corazón, no buscando que el otro me
pida perdón, aunque normalmente sea la consecuencia, ya que
en la mayoría de los casos las dos partes pueden, podemos, me-
jorar.
En esto no podemos ser injustos. Como hemos visto ya antes
es curioso ver lo fácil que funciona el autoperdón y la aceptación
personal y lo intransigentes que somos con los defectos ajenos.
La realización mutua de nuestros sueños no es el elemento
básico de una relación. Sí lo es, en cambio, la valentía de aceptar
siempre de nuevo a una persona que con el paso del tiempo va
actuando de manera diferente de mis expectativas. No es el ma-
trimonio lo que debemos romper, especialmente cuando se nos
presenta un bajón, sino nuestros sueños e ilusiones irreales. Ante
todo, tales situaciones son ocasiones de aprender la disposición a
perdonar. Es una lección nada fácil, pero parece el único camino
para curar las heridas que nos hemos producido mutuamente. No
172 BLOQUE III: TÚ + YO

debemos guardar el mal que nos hacen. Quien intenta amar de


verdad, no será capaz de pronunciar la frase, casi perversa, que
con cierta frecuencia se escucha: «Te perdono, pero no olvida-
ré». ¡Si lleváramos la cuenta de todos los fallos de una persona,
acabaríamos transformando en un monstruo hasta al ser más en-
cantador!
Si os acordáis de la película Love history, en uno de los mo-
mentos de más tensión emocional, le dice ella entre lágrimas,
«Amar es no decir nunca lo siento». Nunca supe en el fondo a qué
se refería, si a que la persona que ama no falla nunca o que siem-
pre se presupone el perdón incondicional del otro. Muy bonito,
pero de nuevo poco real. Me quedo con la infinita satisfacción de
pedir perdón y ser perdonado por la persona que me ama: además
de ser muy, muy reconfortante, nos hace mejores personas.

Para pensar…
Porque amamos mucho, pedimos perdón mucho.

f) Dar el do de pecho

Si tenemos claro que nuestro matrimonio es lo más impor-


tante, a veces será preciso que uno de los dos, y es preferible que
cada uno piense que tiene que ser él, dé una vuelta de tuerca,
ponga en juego su voluntad, y quiera querer. Esto es muy fácil de
escribir y muy difícil de hacer. Qué difícil es tras una mala racha
–si es posible, de poco tiempo– sorprender al otro/a con su plato
preferido o regalarle una caja de bombones… cuando a veces, las
menos, es posible que no se lo merezca, cuando «siempre parece
que soy yo el que da el primer paso». ¡Haz la prueba!: el 99% de
las veces no te arrepentirás. Como dice Aquilino Polaino: «Si
luchas puedes perder, pero si no luchas ya estás perdido».
CRISIS 173

No olvidemos que para reconquistar a un hombre hay que


crear un clima en el que «se sienta a gusto» y para que una mu-
jer sucumba no hay nada más eficaz que hacerle sentir que «es
$0$'$ª

El AMOR es lo más eficaz. Cuando una persona


se siente amada saca lo mejor de sí misma.

g) Evitar disputas en la medida de lo posible

Y por supuesto, lo más fácil para superar una crisis es no


tenerla de verdad, haced la prueba… El anticiparnos a los proble-
mas, el analizar las causas inmediatas y futuras de un tropiezo,
mal entendido, rifirrafe, discusión… nos pueden evitar más de un
disgusto, por no hablar de distanciamientos absurdos que enfrían
nuestra relación.
Se me ocurren infinitos ejemplos. Una de las últimas disputas
conyugales de una amiga, embarazada de dos meses, era decidir
el nombre de la criatura. Él quería llamarlo como su padre y ella
no… Lo más divertido es que los nombres de los tres hijos ante-
riores los había elegido ella, y es que la amiga en cuestión es de
armas tomar… Podemos pensar que el nombre de un hijo es algo
muy importante, que le va a condicionar de por vida, un hijo fruto
de tus entrañas, llevado en lo más profundo de tu ser nueve meses
y en tu corazón toda la vida… y demás rollos perollos. El nombre
que prefería el futuro padre múltiple era de lo más corriente…
¡claro que era el nombre del suegro de la embarazada en cuestión!
A veces el problema en sí no es el problema. El problema es que
lo llevamos todo al plano personal, y diréis, ¿pero qué hay más
personal que nuestra relación? Hay que saber ceder, dar gusto al
otro… ¡Claro! Siempre yo, siempre cedo yo. Siempre pensando
en el otro… ¿Y en mí? ¿Quién piensa en mí?
174 BLOQUE III: TÚ + YO

La mejor forma de enseñar al otro a ceder, es cediendo yo…


Los que tenemos hijos sabemos que la mejor forma de enseñar es
dando ejemplo.
Funciona, haz la prueba… Ceder, dar gusto al otro es la clave
del éxito. Por supuesto, hay que ceder con gusto.

Objetivo tendencia:
Ceder, dar gusto con gusto tiene efecto boomerang.

'LVWDQFLDUQRVGHOSUREOHPD&XDQGRYHRPX\GHFHUFDDOJR
pierdo el todo, hasta el contexto…
Un pequeño grano de arena puede convertirse en una monta-
ña si no intervenimos a tiempo.
Todos hemos comprobado que, ante una misma situación,
distintas personas reaccionan y opinan de manera diversa. Si te
distancias, cambias de perspectiva, das otro enfoque.
Nos es más fácil querer, dar gusto, ceder y todas esas cosas
tan «bonitas» cuando estamos en una racha buena. Un coche gas-
ta más combustible cuando arranca; cuando va en quinta es cuan-
do menos consume. No podemos dejar nuestra relación enfriarse
tanto que tengamos que hacer el esfuerzo de arrancar, de empezar
de cero continuamente. Reserva tus fuerzas, no bajes la guardia
mantén tu relación siempre en marcha…

Objetivo tendencia:
ESTAR SIEMPRE EN MARCHA.

Os preguntaréis el final de la historieta de mi amiga embara-


zada…, pues que tuvo un niño precioso y le puso el nombre del
CRISIS 175

abuelo, es decir del abuelo materno, ¡ya dije que esta amiga es
tremenda!
¡¡¡QUÉ PASA!!! Y si pasa, qué importa y si importa, qué
pasa.
Los ayuntamientos pueden rehabilitar los edificios deterio-
rados o dejarlos hasta que se convierten en una ruina. Si son res-
ponsables ponen los medios para rehabilitarlos, o si los daños
afectan a la estructura y cimentación y no tienen solución, demo-
OHUORV'HMDUORVDEDQGRQDGRVDVXVXHUWHHVLUUHVSRQVDEOH\DTXH
puede caerse una cornisa, un ladrillo y darle a alguien que pase
cerca, llámese peatón… o llámese hijo –si el edificio deteriorado
es un matrimonio.
Mucho más importante que un edificio de yo no sé cuántas
plantas es mi relación… por mucho que valga el m2 construido.
No puedo dejar que mi matrimonio se declare «en ruina», en-
tonces no tendrá solución; porque la dejadez habrá afectado a la
estructura, a los pilares de mi vida y no se tendrá en pie…

Aprender a querer

Si no se cuida el amor, si no se quiere querer, el amor se pier-


de, se esfuma… Y no podemos permitirnos el lujo de descuidar
el AMOR.
Es infantil pensar que a nosotros no nos van a venir momen-
tos difíciles, enfermedades propias o de algún ser querido, proble-
mas con los hijos, tensión en el trabajo, estrecheces económicas,
evolución desfavorable del carácter, distintos puntos de vista ante
problemas pequeños o importantes… y así hasta el infinito. Solo
si los dos hemos asumido «un compromiso fiel al amor» podre-
mos superar, torear las circunstancias. Las dificultades son algo
ordinario. Los contratiempos nos unen, pero sería tonto no reco-
nocer que también nos desunen. Tenemos que aprender a convivir
con la realidad. Mucha gente quiere vivir en paz sin luchar.
176 BLOQUE III: TÚ + YO

Y es que en esto del amor hay que dar la talla. Amar implica
un esfuerzo, ya que el acto más propio de amar es darse. En un
amor maduro encontramos mayor felicidad en dar que en recibir.
Todos tenemos la experiencia de ser más felices cuando nos olvi-
damos de nosotros mismos.

Objetivo tendencia:
LA EFICACIA ES MANIFESTACION Y FRUTO DEL
AMOR AUNQUE NO SIEMPRE SE CONSIGA.
PON AMOR DONDE NO HAYA AMOR
Y ENCONTRARÁS AMOR.

Las últimas películas de moda recurren mucho al fascinante


argumento de retroceder o avanzar en el tiempo, pudiendo así
modificar el presente. Y la verdad es que un poco sí tenemos esa
posibilidad: podemos cambiar nuestro futuro. Ya dije que toda
ruptura tiene solución cinco años antes. Podemos cambiar nuestra
actitud, no estamos predestinados a nada. Mi presente determina
de forma radical mi futuro, de mí depende dar el giro de timón.
CAPÍTULO 11
CARA O CRUZ
178 BLOQUE III: TÚ + YO

Nada es verdad ni nada es mentira, todo depende del color


del cristal con que se mira… Y es que una misma persona puede
parecer un ángel o un demonio según se mire, y ni una cosa ni
otra es verdad, sino todo lo contrario; es decir, que la inmensa
parte de los mortales tenemos un poco de ángel y de demonio. Es
cierto que hay momentos de euforia en los que no vemos ningún
defecto ni propio ni ajeno, y otros de más cansancio o desencanto
donde los defectos del otro y los nuestros… se agolpan uno tras
otro. Es importante conocer nuestra parte positiva y negativa para
potenciar una y evitar o mejorar la otra.
9ROYLHQGRDO\D©DUFKLFRPHQWDGRª'$)2YDPRVDYHUFLU-
cunstancias negativas, amenazas que potencian las debilidades,
fragilidades que todos tenemos y situaciones, oportunidades de
poner en juego todas nuestras fortalezas o virtudes. ¿Huyes de las
amenazas y fomentas las oportunidades? Tú elijes, cara o cruz.
¿Con qué te quedas?

¿Rutina o ilusión?

No podemos dejar que la continuidad de los días aparente-


mente siempre iguales nos hagan caer en la monotonía. El abu-
rrimiento es la grieta por donde se escapa la ilusión gota a gota.
Uno de los principales enemigos del amor es la rutina. Y es que el
trabajo con mi jefe de siempre, la misma casa, nuestra ciudad tan
pequeña… o tan grande…, siempre los mismos amigos, los pa-
seos por el parque los sábados por la tarde y las comidas en casa
de tus padres los domingos… puede llegar a desesperarnos.
Hay que romper, adelantarse al aburrimiento. No hay que es-
perar a que llegue la rutina… Inventar planes, planear con un mes
de antelación. El solo hecho de organizar es ilusionante… Solos,
con hijos, con amigos… No hace falta hacer cosas extraordina-
rias. No dejar nunca de sorprendernos el uno al otro. Y es que te-
nemos que tener ganas de estar juntos. Y la forma de ser un imán
CARA O CRUZ 179

para nuestra pareja es siendo una fuente de placer. Todo lo que


es fuente de displacer, de forma inconsciente tendemos a huir-
lo… ¡Qué bien me lo paso contigo! Nuestra vida de pareja tiene
que permanecer siempre joven, independientemente de los años
que tengamos o llevemos casados. El tener ilusiones comunes nos
une mucho, empezando por la satisfacción de criar y ver crecer a
nuestros hijos, ¡¡qué importante es que nos involucremos los dos
en su educación!! El practicar un deporte en común, lecturas, afi-
ciones, amigos, montar nuestra casa…, en definitiva, hacer todo
lo que se pueda juntos.

Manolo trabaja en casa cuando se acerca su hijo pequeño


y le dice:
—¿De qué color tiene mamá los ojos?
Manolo casi sin hacerle caso contesta:
—Pues…entre marrones, verdes… o tirando a gris… ¿…y
a qué viene eso?
—Es que tengo que hacer una redacción para el cole —res-
ponde el niño.
—Mejor se lo preguntamos ahora a tu hermana… ¿Car-
men de qué color tiene mamá lo ojos?— dice Manolo dirigién-
dose a mi hija.
—Pues no sé… –titubea Carmen–, ¿marrón claro?
En ese momento entra Laura por la puerta cargada de bol-
sas, chorreando, llovía a mares. Todos fijan su mirada en ella
para descubrir unos ojos verdes aceituna increíbles…
A partir de ese día, Manolo se prometió a sí mismo no vol-
ver a acostumbrarse a la hermosura de su preciosa Laura.

¿Higiene mental o queja continua?

Todos conocemos a personas que todo les va mal. No importa


el mucho o poco dinero que tengan, lo bien o mal que les vaya en
180 BLOQUE III: TÚ + YO

el trabajo, siempre ven la botella medio vacía. Parecen sufrir más


desgracias que nadie. Siempre están hablando de lo mal que les va
a ellos o a los que los rodean; quizá tengas a alguien cerca, quizá tú
mismo te quejes con frecuencia. Cuando la queja está justificada,
la protesta es saludable y permite darnos cuenta de lo que va mal
para cambiarlo. Pero cuando es algo habitual, el quejumbroso se
convierte en una losa para quien lo rodea y tiende a ser evitado.
Tenemos que analizar los porqués de nuestras quejas. Y qué
queremos conseguir. Ese estado permanente de melancolía por el
cual siempre se vive en el pasado, en lo que podía haber sido y no
fue, y ahora… lo que tenemos es el presente y el futuro. El «queji-
ca» tiene una lista de desgracias que enumera continuamente: «…
Los niños no han hecho los deberes…, tengo un montón de plan-
cha…, en el trabajo no reconocen lo que valgo…, mi jefe me trata
mal…, estoy súper cansado/a…, me duele la cabeza…, el niño no
para de llorar…, me duele la espalda…, no llegamos a fin de mes…
¡¡qué vida nos ha tocado vivir!!». Estas frases de forma esporádi-
ca sólo son descriptivas… pero cuando se repiten una y otra vez,
cuando no se sabe más que describir la realidad sin hacer nada por
remediarlo… , estamos ante un «quejica», una persona insatisfe-
cha, cargante, triste, que entristece. La queja permanente mantiene
a la persona en una posición infantil y pasiva, que no le permite el
cambio. Es más fácil quejarse que ponerse manos a la obra. Cuando
nos quejamos es porque queremos compartir nuestra situación con
los demás, es decir, trasladar mi insatisfacción al otro. El que nos
escucha siente que tiene que hacer algo al respecto, esto es, poner
solución y si no puede o no sabe, le traspaso mi frustración… La
queja estéril puede ser un gota a gota que corroa nuestra relación.

Para pensar…
La queja estéril puede ser un gota a gota
que corroa nuestra relación.
CARA O CRUZ 181

Es cierto que tenemos que compartir con nuestra pareja nues-


tro estado de ánimo. El tema está en que nuestro estado de ánimo
no puede ser permanentemente melancólico. Es como un círculo
vicioso, cuanto más melancólico/a me pongo, más melancólico/a
estoy. Si tenemos esta tendencia, el reconocerlo ya es clave para
mejorar.
No vivir pendiente del pasado, de lo que podía haber sido…
no es resolutivo. Lo que tenemos es el presente y el futuro. Hoy,
ahora.

Objetivo tendencia:
Evitar temas de conversación tristes, melancólicos,
desagradables… que no aportan nada.

A la fuerza, cuando compartimos mucho con una persona,


nuestra convivencia va a estar llena de encuentros y encontrona-
zos. No podemos vivir con la mochila llena de piedras… pesa
mucho y no sirve para nada… ¡Qué suerte es tener mala me-
PRULD«SRUORPHQRVHQODVFRVDVGHOFRUD]yQ'HORVHUURUHV
debemos aprender, que no es poco. Es muy importante borrar de
nuestro recuerdo todo lo que no nos ayude a crecer, aunque sea
por higiene mental. Es bueno de vez en cuando borrar la «pape-
lera de reciclaje» y descargar un poco el «disco duro». Es muy
común, sobre todo, entre el sector femenino guardar celosamen-
te una larga «lista de agravios» que de forma cansina se saca
a colación cada vez que hay una discusión más o menos gorda:
«¿Te acuerdas cuando me dejaste plantada en el cine?, o ¡cuando
dijiste delante de todos que tu madre cocina mejor que yo!…».
Se me ocurren también otras muchas situaciones menos cómicas,
más dolorosas que con mayor motivo hay que perdonar, y olvidar.
No es posible prosperar en una relación si vamos tirando de toda
182 BLOQUE III: TÚ + YO

esa carga. Todos tenemos la experiencia de la satisfacción que


nos aporta recordar los momentos que nos han hecho felices… es
como vivirlos otra vez.

Para pensar…
No tiene sentido darle más importancia a los
detalles negativos que a los positivos.

Si a veces sin querer te sorprendes dando una visión negativa,


queja o comentario poco positivo, rectifica comentando por lo
menos el doble en positivo.
Ejemplo: «¡Qué rollo, hace un día patético y no podemos sa-
lir!… Rectifica en seguida: ¡¡¡Sin embargo, es un día estupendo
para encargar unas pizzas y ver una peli, calentitos en casa!!! ¡¡¡Po-
díamos llamar a alguien y nos tomamos unas cervecillas…!!!
Haz la prueba, tú veras las cosas de otra manera y alegrarás
a los que te rodean.

¿Comparo con todo o hablo bien de mi pareja?

Cada uno somos únicos e irrepetibles. Comparar siempre


hace daño en público y en privado. Nadie es perfecto, y nosotros
los primeros. Hacemos un flaco favor a nuestra pareja, cuando
hablamos mal de él/ella en su presencia, o peor, a sus espaldas. Y
casi peor cuando la comparamos con alguien. Frases como:
«Manolo aprende de tu cuñado, mira con qué arte cambia los
pañales…», «…pues Paco no lavaría los platos aunque no tenga
dónde comer…», «Marta, el bizcocho está exquisito, a mi mujer
le sale duro como una piedra…». Esto que no tiene importancia e
incluso puede darse en contexto de broma, a la larga molesta. So-
CARA O CRUZ 183

bre todo cuando lo que se hace en broma o en serio es recriminar


defectos del otro buscando «testigos» para reforzarnos y afrontar
temas que en privado no somos capaces de tratar. En público y
en privado es mejor hablar para alagar a nuestro marido/mujer…,
aunque sea de broma… Por supuesto nunca con segundas.
Cuando estamos ilusionados con algo, normalmente habla-
mos de eso, sean unos zapatos nuevos, compañeros con mi vesti-
do preferido, sea el coche que me quiero comprar. Cuando esta-
mos enamorados nos sale sin querer continuamente hablar para
bien del objeto de nuestro AMOR.

¿Triste o me río de mi sombra?

Cuando entre los esposos se establece el puente de la sonrisa,


empieza la comunicación… y es que con sentido del humor se ve
todo más fácil. Un ejercicio muy saludable es reírnos juntos…
empezando por reírnos de nosotros mismos…
Un grupo de profesores universitarios estadounidenses estaba
de visita en Calcuta y quisieron conocer a la madre Teresa, más
por curiosidad que por otra cosa. Quedaron totalmente impacta-
dos por su humanidad y toda la labor que estaba desarrollando.
Conscientes de la calidad de persona con la que estaban tratando,
le pidieron algún consejo magistral, lema con el que resumiera
todo su trabajo. Y la madre Teresa contestó sin pestañear: «Son-
ríanse unos a otros». Los turistas quedaron de primeras un poco
sorprendidos, ya que esperaban algo un poco más difícil, alguna
frase tumbativa o sabio proverbio… Y realmente así fue.
Yo no le voy a enmendar la plana a esta santa de nuestro
tiempo, pero si añadiría, «carcajéense». La mejor terapia preven-
tiva ante todo tipo de conflictos, incluso el mejor remedio es el
sentido del humor. Tener un buen estado de ánimo al afrontar
un problema nos capacita para solucionarlo. Una carcajada da la
184 BLOQUE III: TÚ + YO

vuelta a una situación problemática. ¡Cuántas tragedias son redu-


cidas a problemas con una buena dosis de humor! En la mayoría
de las ocasiones no podemos cambiar la realidad, pero sí hacerla
más llevadera. La realidad nos condiciona pero no tiene por qué
ser determinante como para amargarnos la existencia… Es cierto
que la vida es muy rica y nos encontraremos con situaciones do-
lorosas, pero mientras llegan no podemos hacer de un problema
corriente un problemón. La mejor forma de afrontar una crisis es
con sentido del humor, y si es grave, todavía más. Cuentan de un
célebre humorista que en sus últimos días de vida recibe la visita
de un buen amigo. Al entrar en la habitación del hospital, el en-
fermo le dijo con voz alegre: «Perdona que no me levante, es que
me estoy muriendo…».

Para pensar…
Podemos afirmar que el sentido del humor
evita o atenúa los problemas en un 50%.

Ríete, ríete de tu sombra. Haced la prueba. Intenta levantarte


por la mañana gastando bromas a tus hijos, a tu marido/mujer…
Lo mejor llega al final del día, cuando nos vemos cansados des-
pués del trabajo. Además de mostrarnos cariñosos, en vez de co-
mentar «la última» de nuestro jefe, es aconsejable que contemos
lo primero el detalle divertido de la jornada. Igual que una gota
de tinta ensucia un cubo de agua limpia, una persona divertida,
transmite alegría a los que le rodean.

BUEN HUMOR + MALA MEMORIA = ÉXITO SEGURO.


CARA O CRUZ 185

¿Frío/a o afectuoso/a?

El vernos queridos y halagados por nuestro cónyuge en pú-


blico y en privado, nos refuerza como persona y como pareja. A
nuestros hijos –si los tenemos– les hace muy felices y les trans-
mite seguridad.
Aunque sepamos que nos queremos nos encanta escucharlo,
un piropo, una llamada de teléfono sin motivo, un mensaje del
móvil, un correo electrónico desde el trabajo, un regalo, unas flo-
res… Hay miles de detalles que nos hacen la vida más agradable.
Nuestro matrimonio es como un jardín, que no podemos dejar de
regar ni mimar…
En esto como en todo no se puede llevar la cuenta. Qué im-
porta si soy yo siempre quien llama, o pone un mensajito en el
móvil a media mañana. Si siempre llamo yo, pero siempre habla-
mos los dos… Ganamos ambos ¿no? No podemos olvidar que en
la mayoría de los casos las mujeres somos más detallistas.
El otro día escuché en el autobús, no es que ponga la oreja,
es que hablan muy alto, a dos treintañeras, y una le decía a la
otra: «¡Me veo fatal, ya no me tiran piropos ni los albañiles!».
Con disimulo la miré, para constatar si el deterioro era hasta tal
extremo. Y es que aunque nos quejemos de la rudeza de este tan
querido gremio de la construcción, apretemos el paso, la espal-
da recta, mirada al frente y cabeza alta, por dentro quien más y
quien menos se ríe y se siente halagada. Porque a no ser que el
comentario sea exclusivo de animal de bellota, levantar pasiones
siempre gusta, aunque solo sean fruto del aburrimiento y la cos-
tumbre.
Un piropo siempre viene bien, a cualquier hora y a cualquier
edad. Y siempre causa un efecto estupendo. Comprobadlo voso-
tros/as mismos/as: piropead a vuestras mujeres, a vuestros mari-
dos, aunque no sea verdad del todo, piropead. Una persona que no
es piropeada por su media naranja es carne de cañón para caer en
186 BLOQUE III: TÚ + YO

las garras de cualquier ligón desaprensivo. Ese/a compañero/a de


trabajo que todos los días te recuerda lo mono/a que estás, malo,
malo… En cambio, si ya vengo piropeado/a de casa, su efecto es
nulo. Pero si arrastro esa carencia…

¿Ayuda o empeora?

En muchas ocasiones el consejo de una persona formada pue-


de ser de gran ayuda, pero no podemos olvidar que nadie conoce
mejor nuestra pareja que nosotros mismos. A veces nos desaho-
gamos con un tercero: amigo o familiar. Lo más normal es que
esté de nuestra parte y solo conozca la película a través de lo que
le cuentes, o sea, una versión. Hay que tener mucho cuidado y
ser maduros para saber si lo que busco es un consejo. Acudir a
alguien que pueda ayudar a resolver el conflicto, no a contribuir
que la distancia entre la pareja sea mayor. Aunque en ocasiones
se busque solo compañía con quien compartir el «pataleo» igual
puede que se de una mala imagen de la pareja por un momento de
enfado. Al despechado puede que se le pase pronto, pero al que lo
escucha no… Esto es muy frecuente con los/as hijos/as que cogen
como pañuelo de lágrimas a sus madres, que da la casualidad que
son las suegras de sus cónyuges y aportan más información de la
necesaria… Si contamos algo a algún tercero, puede que no lo
comprenda igual que nosotros porque no tiene la visión de con-
junto, y lejos de ayudarnos nos hace ver otros matices de nuestra
pareja que agravan el problema más si cabe.
¡Ojo con buscar como hombro amigo a alguien de sexo con-
trario!… No pasa nada por tener amigos, pero hasta un límite.
Si de verdad queremos y creemos en nuestro matrimonio, nues-
tra pareja debe ser nuestro mejor amigo/a, por lo que no caben
confidencias con otro hombre o mujer. Esto no es nada raro ni
antinatural. Todos conocemos personas que se sinceran con un
CARA O CRUZ 187

compañero/a de trabajo, amigo/a, y entre tanta sinceridad y amis-


tad, se termina por abrir la intimidad, no me refiero en el sentido
físico, que luego puede llegar, sino el espiritual. Mi intimidad
es de mi pareja y si la comparto con otro/a, se la estoy quitando.
Quien no lo quiera ver es que no valora su matrimonio y puede
llegar por inconsciencia a situaciones incómodas.

Piensa…
La inconsciencia siempre va unida al peligro.

¿Fantaseo o soy realista y positivo/a?

El otro día leí en una popular revista femenina una carta que
me dio que pensar… La transcribo:

«… tengo 34 años, llevo 8 casada y tengo dos hijos maravillo-


sos, mi marido y yo hemos congeniado muy bien, hasta ahora…
Hace dos años que he cambiado de trabajo. Tengo que tomar dos
veces el autobús para ir a la oficina. En el autobús coincido todos
los días con un señor, del cual me he empezado a enamorar. Sólo he
entablado algunas conversaciones sueltas con él, pero mis días sólo
tienen sentido cuando puedo estar cerca de él. No sé si me estoy
volviendo loca por enamorarme de un desconocido, el caso es que
no me siento a gusto con mi marido, es más creo que ya no lo quie-
ro. Me estoy planteando la separación; no sé si decirle la verdad o
simplemente que lo he dejado de querer».

Os podéis imaginar la respuesta del consultorio, «el amor


puede acabarse… habla con tu marido… está claro que tu matri-
monio no funciona…».
Una de las cosas que nos hace parecer a las mujeres más «bi-
chos raros» ante nuestras parejas es la capacidad de inventar his-
188 BLOQUE III: TÚ + YO

torias y situaciones irreales, que ellos ni haciendo el mayor de


los esfuerzos pueden imaginar y menos comprender. La espiral
de fantasías que podemos crear en nuestra cabeza puede llegar a
ser agotadora. Qué importante es saber controlar la imaginación,
sobre todo nosotras las mujeres.
Es fundamental aprender a diferenciar:
‡ /RUHDOGHORLUUHDO
‡ /RVKHFKRVREMHWLYRVGHFDGDVLWXDFLyQGHORTXHFUHRTXH
han querido decir o hacer. Además, ¿quiénes somos noso-
tros para juzgar la intención?
‡ 1R HVWDU GiQGROH YXHOWDV D ¢TXp PH KDEUi TXHULGR GHFLU
con eso?
Es una gran pérdida de tiempo pensar qué habría pasado si…
«no me hubiera casado… si me hubiese casado con mi primer
amor… si hubiera terminado la carrera… si no hubiera tenido
hijos tan pronto… o si los hubiera tenido…».
Nadie puede cambiar su pasado, pero sí su presente y su
futuro. En esto tenemos que ser tremendamente realistas, a la vez
que tremendamente positivos. Por higiene mental no podemos
dar vueltas a algo que no tiene solución, ya que perdemos tiempo
y energías. Es fácil caer en la melancolía dándole vueltas a un
imposible y esto si no se controla puede terminar en depresión.
Tenemos que convertir nuestras preocupaciones en ocupaciones.

Objetivo tendencia:
Convertir nuestras preocupaciones en ocupaciones.

Más vale perdernos en pensamientos alegres, reales de la


vida vivida y lo que es mucho mejor: compartirlos, recordar, re-
crear, revivir, vivir, repetir los buenos momentos, cuando nos co-
nocimos, cuando éramos novios, la boda, cuando los hijos eran
pequeños, aquella excursión, aquel viaje… Fija en tu disco duro,
CARA O CRUZ 189

haz copia de seguridad de recuerdos hermosos y recurre a ellos


con frecuencia.

¿Teorizo o concreto?

'LFHHOUHIUiQTXH©REUDVVRQDPRUHV\QREXHQDVUD]RQHVª
así pues, podemos reforzar el cariño que nos tenemos con infini-
tos gestos. Ahí van algunos:
‡ ©7HKHSUHSDUDGRWXHQVDODGDIDYRULWDª
‡ ©7HKHFRPSUDGRHOFKRFRODWHTXHWHJXVWDª
‡ ©3DVDEDSRUDTXt\PHKHSDVDGRDYHUWH«ª
‡ ©(VWHILQGHVHPDQDHVWiWRGRDUUHJODGRQRVYDPRVORVGRV
solos».
‡ ©<DKHEXVFDGRODFDQJXUR\KHUHVHUYDGRPHVDQRVYDPRV
a cenar».
‡ ©¢7HFUHtDVTXpLEDDROYLGDUPHGHWXVDQWR"ª
El adelantarnos, evitándole trabajos, ya sea en casa o con los
niños… Es una inyección que estimula, nos hace sentirnos más
equipo, más queridos.
‡ ©£<DKHWLUDGRODEDVXUDª
‡ ©£4XpGDWHDKtVHQWDGRD\DUHFRMR\RODPHVDª
‡ ©<ROOHYRDORVQLxRVª
‡ ©6LpQWDWHXQUDWRTXH\RORVEDxR«ª
Con el tiempo compartido aprendemos a acertar, no siempre
vamos a estar los dos igual de cansados, así que el que esté menos
«quemado» que le eche un capote al otro…

¿Me relajo o lucho por el primer puesto?

Mi imagen exterior es la embajada de mi interior. Muchos


confunden la confianza con la dejadez. A todos nos alegra la vista
ver a un señor o una señora arreglado/a. ¿Por qué vamos a dejar
de arreglarnos para convivir con quien más queremos? Esto no
190 BLOQUE III: TÚ + YO

significa que estemos fregando el baño con tacones de aguja, pero


entre eso y estar siempre de «aquella manera» hay un término
medio.
Es increíble la atracción que ejerce sobre los hombres una
mujer guapa y atractiva. Ni siquiera ellos mismos se dan cuenta.
Sea en el trabajo o en una boda, sea de marcha o en la cola del
súper una chica bien parecida siempre será mejor atendida que
otra con peor presencia. Haz la prueba, ponte espectacular para ir
al súper, elige tu víctima y deja caer una lata, enseguida varios ca-
balleros acudirán al rescate. Otro día preséntate en el lugar de los
hechos demacrada, sin pintar, mala cara, pelo sucio con coleta,
jersey viejo ancho deformado, pantalón del chandal, a ser posible
ajustado al tobillo y las zapatillas gigantes de estar en casa…
, elige tu víctima y finge caerte al suelo. Eso sí, cuida bien en
qué postura, porque lo más probable es que tengas que levantarte
CARA O CRUZ 191

sola. Eres la misma persona, pero con distinta envoltura. Bromas


aparte, es una realidad… ¿Acaso no es de esta última forma como
suelen estar mucho/as en casa?
¡Cuidado! A todos nos gusta tener gente presentable cerca.
Hay que sacarse partido dentro de nuestras posibilidades, que son
infinitas…
No podemos relajarnos hasta el extremo de pasar, de que nos
dé todo igual. En nuestra relación de pareja, debemos vivir una
«tensión positiva», consecuencia del AMOR, de la ilusión que
no perdemos nunca y nos lleva a querer estar siempre guapos
para el otro. Es muy importante que nuestra pareja sienta que
nos arreglamos para él/ella, sienta que queremos gustarle. Es una
pena que muchas personas con el paso de los años solamente se
arreglen para ir a una boda o al trabajo, como si pudiese aparecer
un paparazzi a la vuelta de la esquina y sin embargo, para estar
con quien más quieren se abandonen. Cada hijo es un milagro,
pero viendo a algunos/as cómo van por casa, ¡todavía es más evi-
dente!… Si nuestros maridos/mujeres se han casado para toda la
vida… ¡vamos a darles facilidades!
El arreglo personal y una buena sintonía sexual suelen ir uni-
dos. No olvidéis que somos cuerpo y alma. Nuestra personalidad
atractiva desempeña un papel importante, pero nuestro atractivo
físico también, ya que ambos atractivos están entrelazados.
Por eso no es un disparate que un presupuesto de la economía
familiar vaya destinado a mejorar nuestra presencia: renovación
de vestuario, ropa interior, complementos, perfume… Por mucho
que sucumbiera nuestra media naranja ante nuestros muchos en-
cantos cuando llevábamos ese pantalón o aquel traje, puede que
ahora, veinte años más tarde no le causemos el mismo efecto…
¡Renovarse o morir! Esto no significa que nos volvamos unos/as
compradoros/as compulsivos/as… ya se entiende…
Para convencer hay que estar convencidos/as –hay que sentir-
se guapos/as–. Recordad que no existe la belleza, sino las belle-
192 BLOQUE III: TÚ + YO

zas: la belleza de los 15 años, la de los 20, la de los 30, la de los


40, la de los 50, la de los 60…
No podemos caer en la lamentación estéril, sobre todo las
mujeres, de dirigimos a nuestra media naranja para quejarnos de
que se nos ha descolgado esto o lo otro… No nos podemos quejar
por acumular las características propias del escalón de la belleza
en el que estemos… Lo cual no significa que hagamos lo posible
por mantenernos, practicar algún deporte, acudir a los avances
de la ciencia: cremas, un buen sujetador o todo aquello que nos
ayude a vernos mejor. Tenemos que estar atractivos/as, primero
por nosotros/as mismos/as. Necesitamos vernos guapos/as. Cada
uno acorde con su edad, dentro de sus posibilidades, necesitamos
gustarnos, por dentro y por fuera. Nos lo debemos.

Para pensar…
El hombre tiene que conquistar cada día a la
mujer y ésta seducir cada día al marido.

¿Juntos o cada uno por su lado?

Hay una serie de hechos que vividos de forma aislada no tie-


nen gran repercusión, pero repetidos en el tiempo o combinados
entre sí, forman un cóctel molotov.
Algunos ejemplos:
– Levantarnos a horas distintas, y como consecuencia, desa-
yunar a horas distintas.
– Irnos al trabajo antes de que el otro se despierte.
– No comer juntos, a pesar de que el horario me lo permita, y
así aprovechar el medio día para adelantar trabajo.
– Alargar la jornada laboral, porque el trabajo nos come.
– Salir con amigos por separado.
CARA O CRUZ 193

Todo esto equivale a llevar vidas paralelas, condenados a vi-


vir juntos pero nunca a encontrarnos. Existen fuerzas y estructu-
ras modernas que impulsan a la pareja hacia la desunión. Muchas
circunstancias actuales favorecen el llevar vidas separadas, es
decir, como casados solteros. Las diversiones son diferentes para
cada uno. Los trabajos profesionales introducen a cada uno en un
mundo de distintas relaciones personales. La libertad y la auto-
nomía necesarias de cada uno se malentienden frecuentemente
como autosuficiencia. Cada uno por su parte. El guión de la vida
del esposo y el de la esposa les vienen socialmente prescritos con
más o menos rigidez: mis cosas, tus cosas; mis obligaciones, tus
obligaciones; mi trabajo, tu trabajo; mis amigos, tus amigos; tu
familia y la mía. Termina encarcelando a cada uno en su mundo
y reduciendo al mínimo el mundo común.

Para pensar…
Convivir es compartir la vida.

Es cierto que las circunstancias actuales influyen, pero siem-


pre queda un margen de maniobra y tenemos que elegir. Luchar
por compartir la vida con alguien es más costoso que dejarse lle-
var por la vorágine de las circunstancias que asfixia nuestro tiem-
po y energía, pero siempre renta más en felicidad.

¿Busco compensaciones o me pongo las pilas?

El encuentro matrimonial no funciona siempre como un ca-


mino ascendente y rectilíneo. Encuentra sus encrucijadas y sus
espejismos. Una manera de atenuar el efecto negativo de la re-
nuncia a los ideales del tiempo del noviazgo, son las compensa-
194 BLOQUE III: TÚ + YO

ciones. No somos felices, pero nos consolamos de no serlo. No


nos sentimos valorados por lo que somos, pero al menos nos sen-
timos importantes por lo que tenemos: bienes, éxito profesional,
poder… No logramos hacernos amar verdaderamente, pero nos
compensamos haciéndonos admirar. Algo es algo…
La dinámica de las compensaciones termina construyendo
unas paredes de cristal que paralizan el crecimiento de la rela-
ción. Uno de los atractivos del bienestar, de la comodidad, del
alto nivel de vida, consiste en hacer más llevadero el vacío y la
insatisfacción de una relación empobrecida. ¡Cuántos regalos ca-
ros, cuántas compras precipitadas, cuántos gastos son claramente
un intento de darse la satisfacción que no se logra porque falta el
diálogo, la intimidad, la cercanía! Las cosas sencillas son las más
valiosas y simbólicas: dar un paseo, hablar de nosotros y de nues-
tras ilusiones, una noche romántica… Cuando ya se encuentran
situadas en la vida, muchas parejas reconocen que eran mucho
más felices cuando no tenían nada, pero vivían con mucha ilusión
su relación conyugal.

¿Vida conyugal o vida fraternal?

Puedo ir a jugar al tenis con cualquiera, compartir un secreto,


ir de compras y a veces puede ser conveniente buscar consejo en
un tercero acerca de algo que mi pareja desconoce… Pero nadie
quiere que bajo ningún concepto su pareja comparta su intimidad
física con otra persona. El sexo es lo que hace diferente nuestra
relación de cualquier otra, ya sea de amistad, fraternal o paterno-
filial. Si se distingue de las demás, será porque se trata de algo
importante que cuidar y mimar, en especial evitando caer en la
monotonía, o el aburrimiento. También hay que buscar tiempo.
El acto de entender es propiamente intelectual, pero el acto de
amar implica a la persona entera, cuerpo y alma.
CARA O CRUZ 195

Hasta ahora hemos visto muchos de los factores que influyen


en la consecución( o recuperación) de la armonía en una relación.
Ingredientes para el plato perfecto, pero qué duda cabe: una vida
sexual satisfactoria desempeña un papel estelar en la mejora de
nuestra comunicación.
Cuando las relaciones se distancian en el tiempo, cada vez
es más costoso retomarlas. Esta falta de intimidad enseguida se
manifiesta en desinterés del uno por el otro. Si nos distanciamos
físicamente, nos distanciamos espiritualmente, somos cuerpo y
alma. Como consecuencia de tener más intimidad, la pareja es
más cómplice, goza de más armonía y sentido del humor. Se crea
«ese buen rollito» que lo hace todo más fácil.
Muchas veces se piensa que la sexualidad es algo natural e
innato y que no requiere atenciones especiales; así se llega al abu-
rrimiento en muchas ocasiones, y en otras, a una total incomuni-
cación. La regla de oro para mejorar es conocernos y darnos a
conocer y ¡cómo no!, comunicación.

Objetivo tendencia:
Hay que entusiasmarse, aprender a ser tierno, a emocionarse.

Para medir la vida sexual no se trata tanto de la cantidad


como de la calidad, sin olvidar que normalmente sin cantidad
no se puede medir la calidad. Cada pareja es un mundo, con sus
ritmos y frecuencias, pero cada cual tiene sus expectativas en este
tema y sabe en qué puede mejorar para el otro. Es estupendo que
a todo lo que hagamos le acompañe el entusiasmo, pero sabemos
que no siempre es así. Podemos querer con la cabeza y el corazón,
pero el cansancio no acompañe… Nuestro refranero español, lle-
no de sabiduría, tiene una sentencia que para este caso viene que
ni pintada: «En el comer como en el rascar, todo es empezar…».
196 BLOQUE III: TÚ + YO

Objetivo tendencia:
El roce hace el cariño.

¿Exagero sus defectos o potencio sus valores?

‡ ©£(VTXHHVWDQ«ª
‡ ©6LHPSUHHVWi«ª
‡ ©1XQFDPHWLHQHHQFXHQWD«ª
El generalizar ante cualquier actitud de nuestra pareja, no nos
ayuda. El rumiar de forma continua frases negativas en nuestro
interior, nos hace ser negativos y distorsiona la realidad. A veces
nuestro interior actúa como «la casa de los espejos» de la feria,
pudiendo convertir a la persona más estilizada en un enano re-
choncho. Podemos conseguir lo mismo pero al revés, con grandes
dosis de cariño. Nuestra pareja seguro que tiene defectos, como
nosotros. El que sus virtudes nos pasen inadvertidas y miremos
con lupa sus defectos, es poco inteligente. Lo malo no debe poder
con lo bueno.
El potenciar nuestras virtudes, puede tirar de nuestros defec-
tos para arriba. Si yo admiro, alabo las virtudes del otro, me será
más fácil ayudarle a corregir sus defectos o por lo menos a sua-
vizarlos.
La vida es muy corta para ser infeliz. ¿Qué me hace infeliz?:
‡ )LMDUPHHQORVGHIHFWRV
‡ )LMDUPHHQTXHQRPHD\XGD
‡ )LMDUPHHQTXHQRWLHQHGHWDOOHV
CARA O CRUZ 197

Objetivo tendencia:
Me hace feliz:
UÊ Êˆ>À“iÊi˜ÊÃÕÃÊۈÀÌÕ`ið
UÊ Êˆ>À“iÊi˜ÊœÊ“ÕV œÊµÕiÊ >ViÊ«œÀʓ‰°
UÊ Êˆ>À“iÊi˜Ê̜`œÃʏœÃÊ`iÌ>iÃʵÕiÊ̈i˜iÊÞÊ >ÊÌi˜ˆ`œÊVœ˜-
migo.

La persona necesita de otras personas para poder desarrollar-


se, esto es parte de la excelencia que implica ser persona. Para
darse es necesario que otro reciba. Y nada nos hace ser más fe-
lices que el darnos a los demás. Fomentar lo que uno sabe hacer,
incrementa su autoestima. Si aprendimos a querer desde pequeños
en el seno de nuestra familia, para seguir queriendo de mayores
nos tenemos que seguir enseñando y dejándonos enseñar ahora.
En el 99% de las ocasiones de la vida funcionamos por fe,
porque creemos en los demás o porque creemos en lo que vamos
a hacer, aunque no lo veamos, igual que confiamos en un futuro
que no ha llegado. Si tenemos fe el uno en el otro nos crecemos.
El creer que soy capaz de algo me capacita para ello. Nuestra
arma fundamental es la voluntad no la inteligencia.

Juntos podemos ser fuertes pilares para


lo que nos propongamos.
CAPÍTULO 12
0,&$6$(/'(6&$162'(/*8(55(52$
200 BLOQUE III: TÚ + YO

Sobre todo al principio de la convivencia, una fuente de pro-


blemas es la falta de preparación por ambos sexos para las tareas
domésticas, acompañada por la presunción de que su desarrollo
de forma eficaz es algo innato a la mujer.
Por si os interesa, he recogido de Internet esta propuesta, que
puede ser interesante:
MI CASA, EL DESCANSO DEL GUERRERO/A 201

Curso de iniciación al mundo doméstico: para hombres

¿Tu novio es un desastre? ¿Tu chico no conoce aún el Fairy?


¿Te saca de las casillas que tu marido siga y siga dejándose tirados
los calcetines por el suelo? Pues tenemos la solución a tus males.
He aquí un instructivo curso de adaptación al medio doméstico
especialmente adaptado a las grandezas y miserias del sexo mas-
culino. Advertimos que, a la vista de lo complicado del programa,
se trabajará en grupos reducidos. El plan de estudios se detalla a
continuación:

TEMA 1
La plancha. Del lavadero al armario: ese proceso misterioso.
(Introducción)

TEMA 2
Últimos avances científicos: cocinar y sacar la basura NO pro-
voca parálisis mental.

TEMA 3
El rollo de papel higiénico: ¿nace el papel higiénico en el por-
tarrollos? (Mesa redonda)

TEMA 4
Los hombres de verdad también preguntan a los transeúntes
cuando se pierden.

TEMA 5
Hacer la maleta: ¿incompetencia innata o incapacidad mental
progresiva? (Vídeo)

TEMA 6
El lavadero: ese gran desconocido. (Iniciación lúdica)
202 BLOQUE III: TÚ + YO

TEMA 7
Diferencias fundamentales entre el cesto de la ropa sucia y el
suelo.

TEMA 8
La taza del desayuno: ¿levita sola hasta el lavaplatos? (Ejem-
plos en vídeo)

TEMA 9
¿Se puede seguir siendo alguien sin tener el mando a distan-
cia de la TV?

TEMA 10
Aprendiendo a vivir: diferencias básicas entre madre y esposa.

Clausura del seminario y entrega de diplomas.

Hay que cuidar el amor y todo lo que le rodea.


La casa, con todo lo que implica, es el entorno normal donde
se desarrolla nuestra vida familiar y nuestra vida de pareja.

¿Cómo es mi casa?

¿Es un lugar donde estoy deseando llegar, donde me en-


cuentro a gusto, tranquilo/a, sin presión ni tensión, querido/a y
escuchado/a?

a) ¿Me esfuerzo por crear un hogar?

No estoy pensando en una casa de revista, aunque claro que el


orden y el buen gusto (compatible con bajo presupuesto) ayudan a
MI CASA, EL DESCANSO DEL GUERRERO/A 203

sentirme mejor. A veces nos esforzamos mucho en la decoración


de nuestra casa, olvidando que el toque definitivo que la convierte
en un hogar es el ambiente que se respira. Crear un hogar donde
se escucha, donde hay paz, donde no están los nervios a flor de
piel, en el que los enfados entre hijos, padres o padres con hijos
es lo frecuente, porque nos supera la carga familiar, el trabajo
fuera y dentro de casa…

Piensa…
¡Cuántos empeños por tener una preciosa casa, con
magníficas vistas, calidades de primera, muebles de diseño,
cuadros imposibles!, cuando lo que hace de mi casa un hogar
es la decoración interior de los miembros que la habitan.

b) ¿Es para mí, crear un hogar, algo prioritario?

¿Es mi preocupación y ocupación principal? Para eso no hace


falta estar todo el día en casa, pero tampoco ayuda mucho estar
todo el día fuera. Está claro que el día tiene 24 horas, y si dedi-
co mucho tiempo a algo, me queda menos para lo demás. Como
nadie puede añadir más horas al día, tenemos que priorizar. A
veces trabajamos mucho para conseguir mayor «calidad de vida»,
restando tiempo a lo que de verdad nos la da, disfrutar más con
los nuestros.

¿Qué es para mí calidad de vida?

Si como consecuencia de estar cansado por estar trabajando


todo el día llego a casa a medio gas, de lo último que tengo ganas
es de escuchar a mi marido o mujer y atender a mis hijos… La
204 BLOQUE III: TÚ + YO

calidad de vida depende de la calidad de nuestra vida personal. Si


trabajamos para poder tener más y tenemos menos tiempo para
estar con los nuestros, no hemos conseguido nada.

Para pensar…
La calidad de vida depende de la calidad
de nuestra vida personal.

¿Qué lugar ocupa nuestro matrimonio dentro de nuestra escala


de valores?

Si nosotros somos lo primero, esto se tiene que notar a la hora


de organizar horarios: el tiempo que dedicamos a las tareas de la
casa o revisar las llegadas del trabajo.
¿A qué estamos dispuestos a renunciar por AMOR?
Y es que si queremos que nos salgan algunas cosas bien, a
todo no se puede llegar. No somos «superwomen» o «supermen».
Por amor elegimos llevar un tipo de vida, por amor elegimos una
serie de responsabilidades que, lejos de agobiarnos, nos hacen
mejores personas. Tenemos que ser para nuestra pareja una fuente
de placer, en todos los sentidos. Lo que me resulta desagradable
tiendo a huirlo, aunque sea de forma inconsciente. La convivencia
nos tiene que ayudar a querernos mejor, no a desgastarnos.

¿Y cómo podemos conseguir esto?

Cuidar los pequeños detalles.


Cuidar las comidas. Cada vez son más las parejas que han
dejado de comer juntos. No podemos equiparar el comer a un
acto rudimentario de mantenimiento material de nuestro cuerpo.
MI CASA, EL DESCANSO DEL GUERRERO/A 205

Hay que intentar salvar como sea esta circunstancia, convirtiendo


una necesidad en un momento azul de relax. Podemos hacer de la
comida o por lo menos de la cena una fiesta. No se trata de estar
horas en la cocina, más bien de pensar en cualquier detallito, un
adorno en la mesa, unos vasos bonitos, una servilleta simpática,
con imaginación podemos preparar platos muy rápidos, buenos y
divertidos. No olvidéis que el amor agudiza el ingenio.
Intentar hacer la vida agradable al otro.
La casa es para mí, no yo para la casa. No podemos ser escla-
vos de nada y menos de la casa. Todo el día preocupados de si se
ensucia, si se rompe… ¡vive la vida!
Administrándonos mejor el tiempo podremos conseguir ratos
para nosotros, para hablar, para reírnos… y encontraremos espa-
cios de tranquilidad.
Intentar dejar los problemas fuera al llegar a casa. Por lo me-
nos, aparcar nuestro estado de ánimo. Esto no es fácil, somos un
todo. Si hemos tenido un mal día en el trabajo, es difícil no estar
nervioso con mi media naranja y los hijos, pero lo tenemos que
intentar. Tenemos que hacer de nuestro hogar, nuestro oasis parti-
cular. Solo así, ambos estaremos deseando llegar a casa.
Vimos en capítulos anteriores lo importante que es para la
mujer el sentirse querida y lo importante que era para el hombre
el «sentirse a gusto». Crear un hogar repercute de forma directísi-
ma en esa sensación de sosiego, de paz y de armonía (compatible
con la acústica propia de una casa con hijos). No hay huracán
ni tormenta que pueda con una mujer que se siente querida. Un
hombre que se siente a gusto en casa, con su mujer, tiene motiva-
ción para lo que haga falta, tanto para implicarse en las tareas do-
mésticas y de los hijos como, por supuesto, en su vida de pareja.
Nos retroalimentamos, es decir, que doy cuando recibo y al revés.
Para florecer en la vida familiar necesitamos que nos rieguen, y
no hay mejor motivación que el AMOR.
206 BLOQUE III: TÚ + YO

Si nuestro hogar debe ser nuestro oasis particular, nuestro


dormitorio tiene que ser una isla desierta, a pesar de todas las
situaciones que podamos vivir: estrés, prisas, tensiones, la carga
familiar, problemas en el trabajo… Es vital poder cerrar la puerta
y tras ella aparcar todas esas preocupaciones reales por un rato
donde podamos ser a solas nosotros mismos: un par de náufragos
de la vida que se aman apasionadamente a pesar de todo lo que
está cayendo, ya sean tormentas o tsunamis…

Objetivo tendencia:
Nuestra casa no puede ser una fuente de cargas y
obligaciones, sino el lugar donde mejor me encuentro.
Convierte tu casa en un OASIS PARTICULAR y
tu dormitorio en una ISLA DESIERTA.

Caso práctico:

¡hogar dulce hogar!

Juan (36 años) y María (34 años), con dos hijos: Luis y Carlos
(5 y 3 años).
Juan es abogado y tiene su propio despacho. Su horario de
trabajo es de 9 a 14.30 y de 17 a 21 horas, por lo cual suele lle-
gar sobre las 21.30. María da clase en la facultad como profesora
adjunta; trabaja por las mañanas. La organización de la casa y el
cuidado de los niños recaen casi en exclusiva entre semana sobre
María, ya que puede adaptarse mejor a sus horarios. Los dos se
pasan el día trabajando, Juan en la oficina, que cada vez va me-
jor, y María en la facultad por las mañanas, prepara clases por la
tarde, niños, casa… Y es que aunque tengan buenos sueldos, son
muchos gastos: la hipoteca, la guardería, el coche que también
MI CASA, EL DESCANSO DEL GUERRERO/A 207

han financiado, ya que a Juan le hacía ilusión uno más grande…


¡y la vida, que se ha puesto de una manera…! Por lo cual han de-
cidido de común acuerdo recortar un poco los gastos, reduciendo
la ayuda de la chica que venía a casa todos los días a un día por
semana –«¡total los niños ya no son bebés!»– y las salidas de los
fines de semana, solo cuando llaman los amigos. Y es que como
te descuides, entre niñera, cine y dos tapas se te van 100 euros y
no has hecho nada del otro jueves.
La verdad es que son una pareja feliz y se llevan bien, aun-
que últimamente están un poco estresados, esta etapa de los hijos
los tiene muy atados… y lo peor son las noches, parece que el
momento de mayor plenitud de un niño es justo antes de ir a dor-
mir… lo que suele coincidir con el momento de más cansancio de
los padres. Los niños pegando saltos hasta las diez de la noche,
menos mal que para esa hora ya está Juan y los bañan y acuestan
PiVGHSULVDHQWUHORVGRV'HVSXpVGHFHQDU\YHUXQSRFRGHWHOH
para desconectar, Juan y María, agotados de todo el día, solo se
pueden decir «buenas noches» a duras penas antes de ir a dormir.
Ambos coinciden en que «¡¡hay momentos en los que entre tantos
lloros, gritos y prisas me gustaría desaparecer!!».

Comentario al caso:

Cuando tenemos hijos pequeños, el concepto de paz familiar


varía de forma sustancial. Es ahora más que nunca cuando tene-
mos que cuidar nuestro oasis particular, el entorno de nuestro
AMOR.
Esta pareja encantadora, puede mejorar un poco en la organi-
zación de su tiempo para conseguir mayor calidad de vida.
208 BLOQUE III: TÚ + YO

Soluciones:

‡ $GPLQLVWUDUVHHOWLHPSR

Cada cosa tiene su momento, tenemos que organizarnos el


tiempo para la casa, para los niños, para nuestra pareja… y si
no hay tiempo, priorizar, pero no podemos hacerlo todo a la vez,
porque siempre algo sale perjudicado.
Es importante no olvidar que el día tiene 24 horas, nada más
y nada menos.
Y es que si queremos que nos salgan algunas cosas bien, no
se puede intentar cargar con todo. Como dije, hemos elegido un
tipo de vida y una serie de responsabilidades que no deben ago-
ELDUQRVVLQRD\XGDUQRVDFUHFHU'HEHUtDPRVDFRVWXPEUDUQRVD
cambiar los «tengo», por «quiero» o «elijo». Ejemplo: «No puedo
salir de compras porque tengo que recoger a los niños». No es lo
mismo que decir: «no puedo, porque quiero recoger a los niños».
Esto parece una tontería, pero nos hace ser felices con lo que
voluntariamente hemos elegido. Y es que el entorno habitual de
nuestro amor no puede convertirse en una fuente de obligaciones
y cargas.

OBJETIVO TENDENCIA:
La convivencia nos tiene que ayudar a
querer mejor, no a desgastarnos:
«El que quiere de verdad ni se cansa ni cansa».

‡ $FRVWDUDORVQLxRVDQWHV

Esto es más fácil si acostamos a los niños antes. Una fórmula


VHQFLOODFRQVLVWHHQDFRUWDUVXVVLHVWDV'LFKRSRUSHGLDWUDV©HO
sueño alimenta».
MI CASA, EL DESCANSO DEL GUERRERO/A 209

Muchas veces acostamos a los hijos pequeños tarde, para que


el padre o la madre que vienen tarde del trabajo los vean… Cuan-
do realmente supone un desgaste extra, ya que en ese momento
los niños no están para nadie. Lo ideal es intentar llegar antes
del trabajo. Si por circunstancias concretas no se puede, es mejor
madrugar más y hacer desayunos más largos, en los que aprove-
chamos para contarnos planes, las aventuras del día anterior…
Las últimas horas del día son definitivas para darle sentido
a la vida. No podemos estar a las diez de la noche dando cenas,
baños, cachetes, poniendo lavadoras, gritos, planchando… Es en
esos momentos cuando un día sí y otro también se plantea uno
¿qué he hecho con mi vida? Y en definitiva todo es debido a la
falta de organización.
Comentaba esto con una amiga estresada con sus hijos pe-
queños y vimos que la solución de todos sus males era tan fácil
como acostar a los niños antes. Me la encontré a las pocas sema-
nas y me dijo: «Mi vida ha cambiado, mi marido y yo hablamos
más, nos reímos mucho, hasta nos hemos planteado tener otro
hijo…».

‡ Aceptar refuerzos

Cuando ambos padres trabajan fuera de casa o los hijos son


pequeños, es prioritario tener ayuda en casa, siempre que sea po-
sible. Normalmente no se puede con todo, así que hay que elegir.
El dinero que se invierte en «subcontratar» las tareas del hogar,
aunque ajuste la economía familiar, es un dinero con el que gana-
mos tranquilidad para afrontar los retos diarios que nos ofrecen
nuestros hijos. Es mejor tener menos ropa, peor coche o una de-
coración más sencilla, que fracasar en la vida familiar.
Y no nos engañemos, aunque esté cambiando, ya vimos las
estadísticas en capítulos anteriores: en la mayoría de los casos es
la mujer la que se sobrecarga con las tareas del hogar.
210 BLOQUE III: TÚ + YO

Para pensar…
Procurar que la madre de familia esté menos cansada
es una inversión en felicidad para toda la familia.

Que la mujer es el pilar de la familia no es ninguna novedad,


ya que marca el termómetro afectivo. El ambiente que se respi-
ra en casa depende en gran parte del que generamos nosotras
a nuestro alrededor. El que la madre de familia sea equilibra-
da, esté tranquila, se muestre feliz, contribuye en gran medida
a hacer del hogar un oasis particular con manantial de paz y
armonía incluido. Al contrario, si la madre se muestra cansada,
irritable, molesta, contrariada, quejumbrosa, transforma la casa
en una cárcel.

Para pensar…
La mujer que es y se muestra feliz hace del
hogar una fuente de paz y armonía.
La mujer es el pilar de la familia; la
familia, el pilar de la sociedad.
CAPÍTULO 13
¡¡¡¡ TIEMPO !!!!
212 BLOQUE III: TÚ + YO

«A las duras y a las maduras»

La verdad es que la vida está llena de situaciones donde una


pareja tiene que dar el do de pecho. El modo como sorteamos las
distintas tormentas y tempestades que nos surgen definirá nuestra
categoría como personas. Precisamente mantener el tipo ante los
variados avatares de nuestra existencia es lo que hace que, lejos
de tambalearse, nuestros cimientos como pareja se refuercen, lo
mismo que el amor que nos tenemos. Y es que a lo largo de nues-
tra andadura vamos a tener que demostrar lo del «contigo pan y
cebolla» o «a las duras y las maduras» alguna que otra vez, para
afrontar las tensiones en el trabajo, alguna que otra crisis, proble-
mas familiares, el desgaste de criar a los hijos…

Para pensar…
Un matrimonio feliz no es el que no tiene
problemas, sino el que los resuelve unido.

Todo esto es muy bonito –y muy costoso, dicho sea de paso–,


además ya lo sabemos, pero lo que no todo el mundo tiene tan
claro es que también demostramos lo que nos queremos cuando
sabemos pasarlo bien con la persona que amamos. Las dificul-
tades nos vienen sin buscarlas, así que ya tendremos tiempo de
medir nuestra capacidad de reacción ante la adversidad.
Sin embargo, los buenos momentos los tenemos que buscar,
ya que si no tenemos cargada nuestra batería de cariño, «buen
rollo», historias inolvidables y buenos momentos, la vida a veces
se hace un poco cuesta arriba.
Salvar el chapetón, saber sufrir y «aguantar», es tal vez me-
nos importante que saber pasarlo bien, reír, salir, entrar, bailar…
El matrimonio no solo se mide por nuestras reacciones ante lo
negativo, también por cómo vivimos lo positivo.
¡¡¡¡ TIEMPO !!!! 213

¡¡Vale la pena montárselo bien!! Todo es cuestión de organi-


zarse.
En esto como en todo hay que empeñarse, igual que hace-
mos con los múltiples propósitos que nos hacemos cada año que
empieza… Bueno, igual no, éste sí hay que cumplirlo… Para que
nuestra vida de pareja goce de buena salud, hay que atenerse a
unos mínimos.

«No tengo tiempo»

Estaba un día en el parque con mis hijos y más mamás con


más niños. Una amiga se acercó a una de las niñas y le dijo,
«¡Hola Cris, qué grande estás! Hace mucho tiempo que no te pa-
sas por casa a ver a Aníbal, ¡a ver cuándo vienes!…». Y la pitufa
contestó: «No sé, no sé si mi mamá tendrá tiempo».
Primero nos reímos por la salida de la mocosa de 4 años…
Aunque luego nos dio mucho que pensar a todas… La verdad es
que vamos muy deprisa, siempre corriendo a todos sitios, llega-
mos tarde, nos vamos pronto… correr, correr, no tenemos tiempo
para nada…
Me contaron una historieta que hace al caso:

Un maestro se esmeraba por explicar a sus discípulos la


importancia de aprovechar bien el tiempo, y se le ocurrió
traer una olla. La llenó de piedras hasta arriba y les
preguntó:
—¿Está llena la olla?
Los discípulos contestaron que sí. Entonces trajo un cubo
de grava y rellenó la olla hasta arriba y preguntó:
—¿Está llena la olla?
Los discípulos contestaron:
214 BLOQUE III: TÚ + YO

—Ahora sí.
Trajo un cubo de arena fina y rellenó los huecos entre las
piedras y la grava y preguntó:
—¿Está llena la olla?
Los discípulos sorprendidos respondieron:
—Ahora sí.
El maestro trajo un cubo de agua y rellenó la olla hasta
arriba. Finalmente preguntó:
—¿Qué moraleja sacáis?
Los discípulos entusiasmados concluyeron unánimes:
—Muchas veces pensamos que no tenemos tiempo para
más cosas, pero podemos hacer más.
A lo que el profesor contestó:
—No se trata de apretar más nuestra agenda, sino de
elegir bien las piedras grandes y luego todo lo demás.

Cantidad de tiempo de calidad

Todos sacamos tiempo de debajo de las piedras para lo que


nos parece importante, ¿qué tiempo dedico cada día a lo que más
quiero? Como pareja necesitamos tiempo: salvar unos mínimos
nos ayuda a estar más unidos. Es un contrasentido dar a los que
más queremos el tiempo que me sobra. Además de dar calidad
a nuestro tiempo, no podemos olvidar que sin cantidad, no hay
calidad.
No son buenos tiempos para la lírica y las circunstancias
actuales no acompañan. Es frecuente vivir una trepidante vida
laboral que ocupa todo el día. También es cierto que se pretende
llenar los pequeños huecos de tiempo libre con gimnasios, hacer
una visita por las rebajas, mantener mi vida social o más reunio-
nes lúdico/profesionales… Como apunta Jose M.ª Contreras, bió-
¡¡¡¡ TIEMPO !!!! 215

logo especialista en el estudio de las relaciones humanas, «hoy


nos invade “la cultura de la prisa”; la prisa se ha convertido en
un valor: quien tiene prisa es importante». Es curioso ver cómo
aplazamos frecuentemente eso que más queremos por priorizar lo
que debemos. Hay que pensar un poco sobre esto, ya que a los que
queremos –en especial a mi marido o mujer– tenemos que darle
«cantidad de tiempo de calidad».
Esto lo podemos concretar, sacando cada día como mínimo
veinte minutos, para hablar los dos a solas, de nuestras cosas, sin
interferencias; esto es, el sonido de fondo de la radio, la televisión
o algún berrido infantil. Creo que la palabra que más escucho a lo
largo del día es «mamamamamamamamamaaaaaaááá»,, y la ver-
dad me llena de orgullo, pero hay que hacer un paréntesis de vez
en cuando en esto de la paternidad. Por supuesto, no cuentan los
minutos previos a dormir en los que balbuceamos a duras penas
frases inconexas. Me refiero a veinte minutos con atención y si es
posible con contacto ocular, es decir, hablando cara a cara.
La televisión es el enemigo número uno del «tiempo de ca-
lidad», le sigue de cerca Internet, los chat y los videojuegos.
Cuántas parejas conocemos que pasan horas y horas dándose a
conocer a desconocidos en Internet, alejándose y cerrándose de
forma progresiva a su media naranja. Conectarnos a las panta-
llas nos hace vivir una realidad virtual que nos aleja de los que
más queremos y nos impide ver nuestra propia verdad, que existe,
que es real y que es imprescindible afrontar para ser felices. La
televisión es una gran interferencia, no podemos hablar a trom-
picones ya que los temas más interesantes o las bromas más di-
vertidas surgen siempre al rato de mantener una conversación…
Si no apagamos las pantallas, se nos puede olvidar que somos
los protagonistas principales de nuestra gran película que es la
vida. Cuántas cosas se dejan de contar –menudas o no tanto- por
escuchar los últimos chismorreos o ver por cuarta vez la misma
película en «el peliculón».
216 BLOQUE III: TÚ + YO

Somos capaces de hacer «el pino con las orejas» metiendo en


nuestra apretada agenda un curso de formación o reciclaje, dejar
a los niños por cualquier tema de trabajo, pero para salir nosotros
solos nos da más pereza, nos surgen mil excusas: que si tenemos
mucho trabajo, que si tenemos que ahorrar, que si los niños son
pequeños, que si parece que tose, que si extraña… No hay nada
que rente más en felicidad que lo que invirtamos en nuestra vida
de pareja, sea en dinero, sea en tiempo. Es bueno recortar gastos
para de vez en cuando darnos un «homenaje», y disfrutar. Cele-
brar un cumpleaños, un santo, un aniversario, cualquier excusa es
buena para salir solos y dedicarnos tiempo fuera de casa.
Una amiga me comentaba, «Es que para salir sola con Mi-
guel, mejor me quedo en casa, ya que entre la canguro, la cena,
me gasto un dineral…». No se trata del dinero que gastes, sino del
tiempo que paséis juntos en un contexto distinto del de siempre.

Funciona…
Suple con imaginación las deficiencias de tu bolsillo.

Y por supuesto, «el momento estrella» del año: pasar un fin


de semana «de luna de miel». Nos carga las pilas para una buena
temporada. Podemos hacerlo coincidir con nuestro aniversario ¡y
qué mejor forma de celebrarlo! No tenemos que irnos necesaria-
mente al Caribe, pero sí es fundamental dormir fuera de casa,
desde un fin de semana en París, al apartamento de mis suegros
en la playa. Todo vale, lo importante es estar juntos y solos. Solos,
quiere decir «solos», sin hijos, ni amigos…
No solo se disfruta durante el viaje, sino también mientras
lo preparamos y si lo decidimos con tiempo, mejor, hablamos
de él en los momentos de tensión: «Parece mentira que dentro
de un mes nos vayamos a…» o rememorarlo una vez ya pasado:
¡¡¡¡ TIEMPO !!!! 217

«¡Ahhh!… Siempre nos quedará París…», y es que efectivamen-


te tenemos que engrosar la lista de buenos recuerdos en nuestro
haber, ya que pase lo que pase, «que me quiten lo bailao», como
decimos en Andalucía.

FUNCIONA
1. Todos los días 20 minutos para hablar sin «interferen-
cias».
2. Salir solos una vez al mes.
3. Una vez al año dormir fuera de casa solos, una noche de
«luna de miel».

Vale la pena darle calidad a nuestro tiempo y buscar para lo


que más queremos cantidad de tiempo de calidad.

Cómo podemos ensombrecer un día azul…

Es fundamental hacer un paréntesis en nuestra actividad fre-


nética y centrarnos en nosotros dos. Esto es más costoso para
el sector femenino ya que tendemos a llevar todo a la vez y nos
resulta más dificil desconectar. Hay algunas situaciones que de-
bemos evitar a toda costa:
‡ 6HUYLUVHGHWRGRWLSRGHH[FXVDVFRPRDOHJDUHQIHUPHGD-
des propias o ajenas u otras circunstancias: cuando el peque
sea más grande, cuando estemos mejor económicamente,
cuando se mejore mi madre del lumbago… Junto con todas
aquellas frases o insinuaciones que pongan de manifiesto
la eterna omnipresencia de nuestros hijos, nuestra respon-
sabilidad laboral o relaciones familiares, hasta en nuestra
mínima parcela de pareja.
218 BLOQUE III: TÚ + YO

Se me ocurren algunas situaciones concretas:


‡ 8QPDWULPRQLRSDGUHVGHKLMRVSHTXHxRVGHFLGHSRUILQ
salir un viernes por la noche. El que uno de los dos mire el
reloj durante la velada con cara de cansado/a es compren-
sible, ambos están agotados tras una dura semana, pero no
deja de ser desmoralizador para el otro…
‡ 0DQGDUFRQWLQXRVPHQVDMHVDODFDQJXURPLHQWUDVVHHVWi
en el cine, para saber si se lo ha comido todo, que no se le
olvide darle el jarabe o si se ha dormido ya…, a pesar de
que se dejara todo por escrito antes de salir, y sea una chica
de toda confianza… ¡Ningún niño cambia sus hábitos de
sueño o comida por una noche…!
‡ 6HQWLU UHPRUGLPLHQWRV FXDQGR VH GHMD D ORV KLMRV VREUH
todo si son pequeños, para dormir fuera, y mucho menos
exteriorizarlos: «Cariño, el año que viene nos traemos a los
niños» o «¡¡Cuento las horas para verlos!!».
‡ &RQYHUVDFLRQHVWHOHIyQLFDVHWHUQDVYDULDVYHFHVDOGtD\D
que crean dependencia por ambos lados, sea con hijos, pa-
dres o amigos, sea con alguien del trabajo. Es «nuestro mo-
mento».
‡ ©££4Xp SHQD TXH PDPi OD VXHJUD GHO RWUR  QR SXHGD YHU
esto…!! ¡Tenemos que repetir este viaje con mis padres!».
Esto último es muy fuerte, pero me consta que pasa.
‡ 7DPELpQGHEHPRVHYLWDUWRGRFRPHQWDULRQHJDWLYRUHODWLYR
al gasto extra: hotel, restaurante o visitas… No podemos es-
tar repitiendo de forma machacona lo cara que se ha puesto
la hostelería, o «¡Pues vaya con “la ensalada cuatro vientos
con gotitas de mar”, si son cuatro hojas verdes amargas, yo
la haría mejor!».

Hay que aprender a pasarlo bien, los momentos que poda-


mos.
¡¡¡¡ TIEMPO !!!! 219

Hago un momento inolvidable…

Cuando nos recreamos en nuestras conversaciones y buenos


recuerdos, escuchando y alentando al otro intentando sacar lo
mejor de los dos… Hablando de esas preocupaciones o ilusiones
que solo podemos compartir el uno con el otro…
Hacer ver al otro que me arreglo solamente para él/ella como
cuando éramos novios –¡mejor que cuando éramos novios!–, a
diferencia de cuando voy a una boda o al trabajo, que hay más
gente. En esta escapada solo estamos tú y yo.
Cuando, centrándonos el uno en el otro, disfrutamos de nues-
tra intimidad, regalándonos mimos y atenciones, sin prisa, nadie
nos espera…
Tener una vida afectiva satisfecha, plena, nos hace sentir-
nos más felices, mejora nuestra autoestima, produce satisfacción
personal y esto repercute en nuestro rendimiento profesional, en
nuestro entorno familiar, ya que nos aporta energías para resolver
los continuos conflictos que nos ofrece la vida.

Solo fomentando y exprimiendo al máximo


estos momentos «azules» estaremos preparados
para todo lo que nos queda por vivir.
BLOQUE IV
48,e1126/2,%$$'(&,5«
CAPÍTULO 14
FUERON FELICES, COMIERON
3(5',&(6«<789,(521+,-26
224 BLOQUE IV: QUIÉN NOS LO IBA A DECIR

Curso de preparacion para ser padres

Preparación para ser padres

La preparación para ser padres es mucho más que leer unos


cuantos libros y decorar la habitación del niño. He aquí algunas
sencillas pruebas para futuros padres que ayudan a prepararse
para la experiencia real de ser padre o madre.

‡ Para la mujer:
1. Para prepararte para la maternidad, átate un saco de gar-
banzos a la tripa y ponte una bata encima, déjalo ahí du-
rante nueve meses, pasado este tiempo, abre el saco, vacía
la mitad y vuélvetelo a poner.

‡ Para el hombre y la mujer:


2. Para prepararse para la paternidad vete al supermercado
y domicilia tu nómina directamente en su oficina central.
Vete a casa. Coge el periódico. Léelo por última vez.
3. Antes de lanzarte a tener hijos, busca una pareja que ya los
tiene y critícales por sus métodos de imponer disciplina,
su falta de paciencia, sus pésimos niveles de tolerancia, y
por haber permitido que sus hijos se porten como salvajes.
Sugiéreles maneras de mejorar el comportamiento de sus
hijos a la hora de acostarse, pedir pipí o comer. Aprove-
cha, será la última vez que tendrás todas las respuestas.
4. Para hacerte una idea de cómo serán las noches, coge un
saco húmedo que pese entre 4 y 6 kilos, anda por tu salón
arriba y abajo con el saco en brazos, sin sentarte desde
las cinco de la tarde hasta las diez de la noche. A las diez
suelta el saco húmedo, pon el despertador para mediano-
che y duérmete. Levántate a las doce y da más vueltas por
FUERON FELICES, COMIERON PERDICES... Y TUVIERON HIJOS 225

el salón, con el saco húmedo hasta la una. Pon el desper-


tador para las tres de la madrugada, como no te puedes
dormir te levantas y te pones una copa, te duermes a las
tres menos cuarto. Te despiertas a las tres, canta nanas en
la oscuridad hasta las cuatro y pon el despertador para
las cinco. Levántate. Haz el desayuno. Sigue esta rutina
durante cinco años. Pon siempre buena cara.
5. ¿Puedes aguantar los niños en casa? Para averiguarlo, unta
crema de cacao en el sofá y mermelada en las cortinas.
Esconde un trozo de pescado rebozado detrás del equipo
de música y déjalo ahí durante todo el verano. Mete los
dedos en las macetas y luego arrástralos por las paredes
PiVOLPSLDV'LEXMDHQFLPDGHODVPDQFKDVFRQOiSLFHVGH
color. ¿Qué tal queda?
6. Olvídate del deportivo y cómprate un monovolumen. Y no
lo dejes en el garaje todo limpio y brillante. Los coches
familiares no son así. Compra un helado de chocolate y
PpWHORHQODJXDQWHUD'pMDORDKtFRJHXQHXUR\PpWHOR
HQHO'9'&RJHXQSDTXHWHGHJDOOHWDVGHFKRFRODWHGH
tamaño familiar. Machácalas contra los asientos traseros.
Araña ambos lados del vehículo con una llave. Ahí lo tie-
nes. ¡Perfecto!
7. Prepárate para salir, espera en la puerta del baño durante
media hora. Sal por la puerta de la calle. Vuelve a entrar.
Vuelve a salir. Vuelve a entrar. Vuelve a salir. Baja por el
camino otra vez. Anda por la calle muy despacio durante
cinco minutos. Párate a inspeccionar con detalle cada piti-
llo apagado, chicle tirado, kleenex usado o insecto muerto
que encuentres en la acera. Vuelve hacia atrás. Chilla que
estás harto hasta que los vecinos se asomen a mirarte, date
por vencido y vuelve a casa. Ahora estás más o menos pre-
parado para llevar a un niño pequeño de paseo.
8. Repite siempre lo que dices por lo menos cinco veces.
226 BLOQUE IV: QUIÉN NOS LO IBA A DECIR

9. Vete al supermercado. Lleva contigo lo más parecido a


un niño de menos de cuatro años que puedas encontrar
(una cabra adulta es ideal). Si piensas tener más de un
niño llévate dos cabras. Haz la compra para una semana
sin perder de vista las cabras. Paga todo lo que las ca-
bras hayan comido o destrozado. Repítelo varias veces;
mientras no puedas realizarlo con facilidad ni sueñes con
tener hijos.
10. Ahueca un melón. Haz un pequeño agujero en un lado.
Cuélgalo del techo y balancéalo de un lado a otro. Ahora
coge un bol de papilla. Intenta meter cucharadas de pa-
pilla dentro del melón fingiendo que eres un avión. Sigue
intentándolo hasta acabar la mitad de la papilla, vierte la
otra mitad sobre tu regazo asegurándote que caiga mucha
sobre el suelo. Ahora estás preparado para dar de comer
a un niño de 12 meses.
11. Apréndete todos los nombres de los Poquemon, de los
SHUVRQDMHVGHODVSHOtFXODVGH'LVQH\ORV/XQLV\ODV7RU-
tugas Ninjas. Cuando te sorprendas cantando canciones
de Blancanieves en el trabajo… por fin estarás preparado
para ser padre.

Cuando me mandaron esto por Internet lloraba de risa… Ya


que doy fe de que es 100% verdad. Con esto no quiero desani-
maros a los que no sois padres… Ser madre es la segunda mejor
experiencia de mi vida, la primera fue casarme con mi marido…
¡¡claro!!
'HVSXpVGHSDVDUXQUDWRGLYHUWLGRUHOH\HQGRHVWRSHQVpHQ
lo extendido que está en el ambiente lo «rollazo» que es tener
hijos. Cada vez se retrasa más la decisión de ser padres, algunos
se estrenan a la edad en la que no hace mucho se era abuelo, re-
flexionaremos sobre esto más adelante.
FUERON FELICES, COMIERON PERDICES... Y TUVIERON HIJOS 227

«Fueron felices y comieron perdices… y tuvieron hijos»

Toda historia de amor que se precie tiene más o menos las si-
guientes partes: chico interesante conoce a chica guapa; trama en
la que superan distintas aventuras y desventuras, y un final feliz
en el que terminan por casarse y compartir el resto de sus vidas.
Es entonces cuando se puede aplicar esa frase tan maravillosa,
que me encantaba escuchar en los cuentos de pequeña… «… y
fueron felices y comieron perdices».
¡Qué bonito…! Una historia de amor con un futuro prome-
tedor, aunque bien pensado… La verdad, prefiero las historias
de amor con pasado que las que tienen todo un futuro por de-
lante: «Obras son amores y no buenas razones». Me encantan
todas esas historias llenas de personajes anónimos, matrimonios
que llevan a sus hijos al colegio, padres de familia en el súper,
viejecitos que pasean por la calle de la mano… Puede ser menos
glamuroso, pero no lo puedo remediar, me encanta el amor de
andar por casa.
Sería una pena que nos acostumbráramos al AMOR. Sobre
todo cuando además de compartir nuestra vida, compartimos
hijos.

Lo que nos perdemos por ser padres

Si algo hay claro hoy en día es que ser padre o madre es una
opción. Una opción que nos cambia la vida y nos enriquece de
forma radical.
También es cierto que muchos movimientos feministas han
visto la maternidad como una limitación para la mujer. Sin ir más
lejos Christine Collage, veterana feminista francesa de 75 años,
experta en relaciones de familia, que lleva medio siglo escribien-
do sobre la situación de la mujer, vivió intensamente el mayo del
228 BLOQUE IV: QUIÉN NOS LO IBA A DECIR

68 en París, que es cuando dejó de escribir en la prensa económi-


ca gala, para hacerlo sobre otros temas más combativos y nece-
sarios para la dignidad de la mujer. Hace pocos años realizó unas
nítidas declaraciones a un diario español de difusión nacional, de
las que he extraído sus respuestas. Ante la pregunta de que si hay
algo que defendiera cuando era joven y que hoy ya no defienda.
Su respuesta es un contundente: sí.
«¡Pero es que hoy es todo tan diferente de entonces…! Allá
por 1953 lo necesario era alentar a las chicas a preocuparse solo
de su camino propio, a volcarse en sí mismas, a autodeterminarse.
¡A liberarse de la carga de la familia, vamos! ¡Y eso propugné!
Pero a una chica de hoy… ¡le diría todo lo contrario!, ya no, ¡por-
que eso ya no hace falta hoy, eso ya está claro! Hoy le digo: Chica,
no relegues tu vida afectiva y familiar, ¡no renuncies a tener hijos,
a crear tu propia familia!».

No hace tanto tiempo, las mujeres se quedaban con los hijos en


casa como única opción. Hoy podemos libremente elegir si quere-
mos ascender dentro de nuestra carrera profesional, si queremos ser
madres… o las dos cosas a la vez. Muchas mujeres hemos elegido
ser madres ejercientes, y muchas libremente hemos elegido reducir
nuestra jornada laboral, salir menos «de marcha», y tener menos
tiempo para nosotras, porque nos ha dado «la gana».
No podemos olvidar que la paternidad reporta más alegrías
para nosotros y nuestros hijos cuando es compartida. Según la
Oficina Europea de la Organización Mundial de la Salud (OMS)
las madres que afrontan solas su maternidad, sean solteras, se-
paradas o viudas, visitan tres veces más al médico por proble-
mas mentales, emocionales, tienen peores tasas de enfermedades
crónicas y presentan una peor salud general, frente a las madres
felizmente casadas.
Si bien somos padres los dos, muchas mujeres reconocen
como «un lujo» el recortar tiempo de otras actividades para de-
FUERON FELICES, COMIERON PERDICES... Y TUVIERON HIJOS 229

dicarlo a sus hijos, ya que el ser madres les enriquece más que
cualquier otra actividad.
¿Qué perdemos por ser padres? Cuando doy libremente, nun-
ca pierdo, siempre gano.

Para pensar…
La paternidad reporta más alegrías para nosotros
y nuestros hijos cuando es compartida, cuando
nos implicamos los dos, padre y madre.

Ser padres es «un plus»

La escritora de éxito Katharine Ellison, premio Pulitzer de


periodismo, ha viajado con las guerrillas en Eritrea, colaboró en
la detención de nazis en Argentina, sufrió un secuestro en Méxi-
co… Pero de su apretado currículo destaca como «la experiencia
más intensa y enriquecedora» su faceta de madre. Ha escrito un
libro llamado Inteligencia maternal, en el que estudia cómo la
maternidad supone una oportunidad única para el desarrollo de
nuevas capacidades. Hace referencia a los estudios que demues-
tran que la maternidad desencadena un proceso neuronal compa-
rable al de un ordenador que aumenta su anchura de banda para
funcionar con múltiples programas. Esto explica la capacidad de
las madres para realizar varias tareas a la vez. La maternidad
supone una auténtica revolución cerebral que potencia muchas de
nuestras capacidades, como por ejemplo: la agudeza sensorial,
mayor eficacia y resistencia al estrés, más motivación y mayor in-
teligencia emocional. Son grandes sumas de dinero lo que gastan
las empresas para desarrollar esta última capacidad, cuando las
madres la adquieren por interacción con sus hijos: aprendemos a
negociar y consensuar con nuestros hijos, a convencer en vez de
vencer.
230 BLOQUE IV: QUIÉN NOS LO IBA A DECIR

Qué duda cabe que los hijos son una fuente inagotable de
situaciones imprevistas y que el tener una responsabilidad, sobre
todo el tener a una personita a nuestro cargo, nos mejora.
Volviendo a Katharine, nos dice:

«Muchas mujeres viven su maternidad como si fuera una


merma a nivel afectivo, profesional, social. Todo lo contrario,
existe una relación probada entre maternidad comprometida y
éxito profesional, ya que la mayoría de las madres son seres efi-
caces que no pierden un segundo, simultanean tareas, y además
intentan ser un ejemplo moral para sus hijos».

¿Y ellos? La paternidad también beneficia a nuestros hom-


bres, conforme más se involucren en la educación y crianza de
los hijos. En el amor de pareja puede existir un componente de
egoísmo: somos personas limitadas, y siempre en el fondo y no
tan en el fondo buscamos recibir. El amor a los hijos es el más
desinteresado que existe. Buscamos el bien del otro en estado más
puro, si cabe. Y esto siempre, siempre nos hace mejores personas.
Cuanto más me olvido de mí, mejor soy, sin duda, y más feliz.
Poder ser padres es un premio al AMOR que como pareja nos
tenemos. Y ¡cómo no!, subimos un escalón en madurez. Visto lo
visto, lejos de las bromas del comienzo del capítulo, qué duda
cabe que la paternidad es un plus, para nuestra vida, y por supues-
to, para nuestra vida de pareja.
Escuché de labios de una mujer «de bandera», madre de una
IDPLOLDQXPHURVD©'HQRWHQHUXQKLMRWHSXHGHVDUUHSHQWLUWRGD
la vida, de tenerlo nunca te arrepientes». Los hijos nos dan siem-
pre una oportunidad para ser mejores personas. El que la pareja
tenga hijos siempre se transforma en un plus. Un plus en la mejora
personal, y como consecuencia, en la mejora de la pareja, un plus
de cariño, un plus en todos los sentidos.
FUERON FELICES, COMIERON PERDICES... Y TUVIERON HIJOS 231

¿Afecta tener hijos a la vida de pareja?

Si el tener hijos, sobre todo cuando son pequeños, supone un


distanciamiento de la pareja, una fuente de tensiones, es porque
nos lo hemos montado mal.
Es cierto que encajar situaciones nuevas implica un perio-
do de adaptación, y esto nos puede venir grande. Cuando empe-
zamos un trabajo nuevo, a vivir en una nueva ciudad… siempre
cuesta un poco. A veces comparo la vida con esos malabaristas
que se pasan varias pelotas con las manos por el aire, ¡¡y más di-
fícil todavía!!, añaden una pelota más, y cuando parece que todo
se les va a caer, añaden otra más, y no se les cae… bueno, a veces
sí. Y empiezan otra vez. Enriquecer con hijos nuestra vida, es
como meter otra pelota. Hay que aprender… y al principio parece
que todo se va a desmoronar, pero no. ¡¡¡Somos los reyes de los
malabares!!! ¡¡¡Más difícil todavía!!! No nos puede pillar por sor-
presa la nueva situación. Hay que «montárselo» bien. Y de todo
hay que aprender.
A estas alturas del libro tenemos claro que lo más importante
para que nuestra vida de pareja funcione es darle la importancia
que tiene: ponerla en primer lugar siempre es un acierto.

¿Por qué los hijos pueden ser una fuente de tensiones


en la pareja?

‡ 3RUTXHVHPXOWLSOLFDHOWUDEDMR
‡ 6HGHVFDQVDPHQRV«RQDGD(VWRQRVSRQHXQSRFRQHU-
viosos.
‡ 3RUTXHDPERVVREUHWRGRHOODHQORVSULPHURVPHVHVVHD-
mos realistas, pierde libertad de movimientos.
‡ 7RGRHVWROOHYDDUHHVWUXFWXUDUQXHVWUDYLGD\DFRQRFHUD
nuestra pareja en una nueva faceta: la de padre o madre.
232 BLOQUE IV: QUIÉN NOS LO IBA A DECIR

Con la llegada de los hijos nuestra vida cambia de forma


sustancial. Estos seres diminutos pueden trastocar la mejor de
las agendas por muy bien que esté todo encajado… Tras el des-
barajuste de los primeros meses o incluso años, no podemos
olvidar que antes de padres somos un hombre y una mujer que
se quieren. Si la vida matrimonial la teníamos idealizada, no
os cuento la imagen que nos hemos podido crear de nuestros
PDULGRVFRPRSDGUHV«££WDQPRQRV££WDQLGHDOHV'iQGROHD
nuestro bebé gordito, que nunca llora, el biberón… Chicas, es
importante tener claro que la llamada de la maternidad es ra-
dicalmente distinta de la llamada de la paternidad. No hay más
que ver cómo coge una madre primeriza a su bebé a las pocas
horas de nacer y cómo lo coge el padre… Ambos se estrenan a
la vez, pero una descarga de hormonas prepara cuerpo y mente
de la madre, mientras que nuestros hombres necesitan tiempo
para familiarizarse con la criatura y la situación. Hablando con
unas enfermeras de maternidad, me comentaron que es frecuen-
te que los papás varones confundan a sus bebés cuando están
entre varios en el nido, mientras que las mamás aciertan siem-
pre. Sin comentarios…
Somos nosotras quienes tenemos que ayudar a nuestro hom-
bre a familiarizarse con su nueva faceta de padre, es más, puede
que al principio nos conformemos con que lleve a cabo su faceta
de esposo a la perfección, la descarga de hormonas, el parto, nos
descoloca una barbaridad, lo necesitamos como apoyo, pareja,
amigo, esposo, más que nunca.
£2-20$'5(635,0(5,=$6/RTXHQXQFDKD\TXHKD-
cer:
Es muy común que la madre se vuelque celosamente en los
cuidados del bebé, aparte de que no le queda otra –sobre todo
con el primer hijo– ya que le ocupa todo el tiempo. Bueno, pues,
esta situación es la ideal para poner en práctica nuestro «man-
tra» de pareja, «nosotros dos somos lo primero». Somos prime-
FUERON FELICES, COMIERON PERDICES... Y TUVIERON HIJOS 233

ro esposos y luego padres, en ese orden incluso cuando se tiene


un bebé.
No podemos hacer de nuestra relación madre/hijo un círculo
blindado donde papá solo estorba, porque no se entera de nada
y es un manazas… Es verdad que la lactancia la convierten en
imprescindible y si además añadimos que normalmente la baja
maternal la toman ellas, mientras ellos trabajan, estos «detalles»
la convierten en dueña y señora de la situación. Sin embargo, no
todo se reduce a amamantar al bebé, hay muchas tareas que com-
partir, y es bueno que las compartan los dos. No se trata de adju-
dicarles de forma reglada: si tú haces esto yo hago lo otro…, basta
con que los dos sepan hacerlo todo. Si no sabemos compartir este
papel a tiempo, relegamos al padre y, una vez que se ha excluido,
luego es más costoso involucrarlo en la educación del hijo cuan-
do éste es más mayor… Si a eso añadimos que es más cómodo
desentenderse, los resultados son de sobra conocidos. Madres ex-
tenuadas, padres desentendidos… Sería injusto responsabilizar a
las mujeres del rostro pálido de algunos caballeros, pero es cierto
que la actitud de algunas mamás no ayuda a que los papás se
involucren.

Para pensar…
No se trata tanto de distribuir las tareas del
cuidado de los hijos de forma reglada, sino de
que los dos padres sepan hacer de todo.

Es importante saber qué lugar ocupamos cada uno dentro de


la estructura familiar. Los padres son los padres y los hijos son
los hijos. Es un error muy extendido, pero muchos matrimonios
dejan de ser pareja para ser padres.
234 BLOQUE IV: QUIÉN NOS LO IBA A DECIR

Para pensar…
Muchos matrimonios dejan de ser pareja para ser padres.

Si cuidamos nuestra vida de pareja, los hijos serán una fuente


de alegrías que nos unirán más que nunca. Si relegamos nuestra
vida afectiva a un segundo plano, los hijos se convierten –¡los
convertimos!– en una fuente de problemas… El problema no son
los hijos, somos nosotros que no hemos sabido priorizar.

Para pensar…
Mantenernos enamorados nos ayuda a atender
mejor a nuestros hijos, porque el motor de la vida es
el AMOR. El amor que sentimos hacia nuestros hijos
refuerza y alimenta nuestro AMOR y al revés.

Algo muy común en algunos padres, y totalmente erróneo, es


pensar que el tiempo que nos dedicamos a nosotros como pareja
se lo quitamos a nuestros hijos. ¡Todo lo contrario!: tener una vida
afectiva satisfecha, plena, nos hace sentirnos más felices y esto re-
percute en nuestro trabajo, en nuestro entorno y de manera directísi-
ma en nuestros hijos. A los niños les da mucha seguridad el sentirse
queridos viendo como sus padres se quieren. Así que si de verdad
queréis a vuestros hijos dedicaros tiempo como pareja.
Es fundamental que los padres disfruten del tiempo que pa-
san juntos, hablen, rían, sigan siendo confidentes. El periodo en el
que los hijos son pequeños es un tiempo en el que muchas parejas
se tambalean, y es una pena. Ya que los hijos han venido a refor-
zar el AMOR que se tenían.
Es una realidad que cuando las parejas viven situaciones de
conflicto, normalmente tienen menos paciencia con los hijos;
FUERON FELICES, COMIERON PERDICES... Y TUVIERON HIJOS 235

como podemos comprobar –por desgracia– casi todos los casos


de maltrato infantil provienen de padres con problemas de convi-
vencia o situaciones afectivas irregulares.
El italiano Piero Ferruci, en su último libro Nuestros maes-
tros los niños, dice: «Ha hecho falta tiempo, pero al final me he
dado cuenta: la relación con mis hijos pasa a través de la relación
con mi mujer. No puedo tener con ellos una buena relación si mi
relación con ella no es buena». Aunque el tema si cabe es más
profundo, la experiencia clínica de Ferruci le ha demostrado que
«cada ser humano es el resultado de la relación entre dos indivi-
duos: su padre y su madre. Y esa relación sigue viviendo dentro
de cada uno como una armonía bellísima o como una laceración
dolorosa». «La relación entre nuestros progenitores añade Ferruci
nos constituye en lo que somos, marcando en gran medida nues-
tro pasado, presente y futuro».
No seamos ingenuos, los hijos son los primeros en detectar
cuando un matrimonio se lleva bien o mal. Es más, carecen de
madurez para diferenciar las «pequeñas trifulcas» de los proble-
mas profundos, por lo cual sufren mucho al presenciar cualquier
discusión por nimia que sea.

Para pensar…
Lo que hace más felices a nuestros hijos
es ver que nos queremos.

Comunicación entre padres e hijos

Este epígrafe se merece un libro aparte, pero no quería dejar


de tratarlo aunque solo fuera por encima.
Como ya refería al principio de este capítulo, cada vez se tien-
de a tener menos hijos y a ser padres más mayores, lo cual favo-
236 BLOQUE IV: QUIÉN NOS LO IBA A DECIR

rece que los hijos sean cada vez más el centro de la familia. Ser el
centro de atención no es bueno para nadie y menos para un niño.
Los convierte en egocéntricos, mimados, caprichosos, tiranos…
Y todo esto se agrava cuando se pierden los papeles. Cuando papá
y mamá dejan de ser pareja, para ser dos personas a mi servicio.
Todos conocemos casos de niños que duermen de forma per-
manente con sus padres o, lo que es aberrante, con sus madres
en la cama de matrimonio, y el padre en otra cama, hasta siete u
RFKRDxRV«RPiV«'DUOHVXQWHUUHQRTXHQRHVVX\RFRQIXQGH
a nuestros hijos. Y sobre todo no podemos quitar a un padre un
puesto para dárselo a un hijo. Aunque ésa no sea la intención, es
lo que se consigue: «Mamá es para mí, a todas horas».
Si la clave del éxito en la pareja es la comunicación, en las
relaciones de familia no hay otra receta, comunicación y mucho
cariño. Si mi hogar debe ser el lugar donde mejor podamos estar,
también lo tiene que ser para nuestros hijos.

A tener en cuenta…
Nuestra felicidad en gran medida pasa por el triunfo en
nuestra vida personal, como esposos y como padres.

Algunos puntos clave en las relaciones padre/hijos:

a) Ir nosotros por delante

No podemos olvidar que empezamos a educar a nuestros hijos


antes de que nazcan. Ya que según seamos nosotros, los valores
que vivamos, el tipo de convivencia que tengamos como pareja,
así será el tipo de educación que daremos. Si nuestra relación se
sostiene sobre un AMOR sólido, que se caracteriza por el respeto,
la ayuda mutua, el buscar más el bien del otro que el mío, vivien-
FUERON FELICES, COMIERON PERDICES... Y TUVIERON HIJOS 237

do una serie de valores que nos ayudan a ser mejores, ése será el
clima en el que crezcan mis hijos.

Para pensar…
La educación de los hijos empieza antes de que nazcan.

b) Educacion sexual

Educamos con lo que hacemos, no con lo que decimos. La


mejor educación sexual que puede recibir un joven es ver que sus
padres se quieren. Los padres debemos mostrarnos afectuosos
delante de nuestros hijos. No se trata de darles una clase práctica
de biología en el salón, sino de fomentar besos, abrazos, «pelliz-
cos», situaciones simpáticas que demuestren que nuestro amor
está vivo… Es muy bonito para un adolescente que empieza a
descubrir lo que es el amor darse cuenta de que sus padres están
enamorados… y así nos preguntarán sobre estos temas porque
ven que nosotros sí que sabemos del AMOR.

c) Poner mucho amor

Amor al cónyuge y luego a los hijos. Amar es darse, es olvidar-


se de uno mismo. Vencer el egoísmo personal una y otra vez, y en
las cosas pequeñas de cada día. No esperar a hacer grandes heroici-
dades. Estar en los pequeños detalles. Como señala Bill Cosby (ac-
tor norteamericano padre de cinco hijos) en su libro Ser padres:

«… en esto consiste el desafío de ser padre. Aunque sus


hijos harán siempre lo contrario de lo que usted les diga, hay que
seguir queriéndolos igual. Solo hay una respuesta para cualquier
pregunta acerca de cómo reaccionar ante el extraño comporta-
miento de un hijo: darle amor. Yo gano mucho dinero, y buena
238 BLOQUE IV: QUIÉN NOS LO IBA A DECIR

parte lo doy para obras benéficas, pero mi persona la doy por


entero a mi mujer y a mis hijos».

d) Dedicar tiempo

Queremos a nuestros hijos con locura, y la mejor forma de


demostrárselo es dándonos a ellos, escucharlos con atención, tra-
tarlos para conocerlos a fondo, y esto requiere dedicación. Es-
forzarse por comprenderlos, saber reconocer la parte de verdad
o la verdad entera que pueda haber en algunas de sus rebeldías.
No imponerles una conducta, sino mostrarles los motivos que la
aconsejan. En una palabra, respetar su libertad, ya que no hay
verdadera educación sin responsabilidad personal, ni responsabi-
lidad sin libertad. Sin conocimiento no hay amor. Conociéndolos
podemos ayudarles mucho mejor.
Aunque estemos con ellos todo el día, es importante dedicar
unos minutos en exclusiva a cada hijo a diario, en los que lo mi-
remos con atención, sin hacer otra cosa que contemplarlo, como
cuando era bebé. Un momento estupendo es por la noche al acos-
tarlos. Les hace sentirse importantes, que se les presta atención
en exclusiva, queridos, en una palabra.

Para vivirlo…
‡ Sobre todo si el matrimonio tiene varios hijos, es impor-
tante dedicar todos los días, 5/10 minutos en exclusiva a
cada hijo.
‡ Organizar planes en familia, como mínimo una vez al mes.
‡ Organizar una salida anual en familia.

Es fenomenal quedar con primos, abuelos, amigos…, pero


también es muy importante fomentar los lazos de unión entre pa-
dres e hijos, dedicando tiempo a la familia nuclear.
FUERON FELICES, COMIERON PERDICES... Y TUVIERON HIJOS 239

Es más importante la calidad que la cantidad, pero si es posi-


ble, mejor «cantidad de tiempo de calidad», para crear intimidad
de hogar:
‡ )RPHQWDQGRODVWHUWXOLDVHVSHFLDOPHQWHODVTXHVHLQLFLDQ
en las comidas y se prolongan después de comer: «la fami-
lia que come unida permanece unida». Los hijos que comen
frecuentemente con sus padres (unas cinco veces por sema-
na como poco) son niños/jóvenes que sacan mejores notas,
tienen menos ansiedad, fuman menos y consumen menos
alcohol. Es asombroso, pero cierto como la vida misma,
ya que las comidas son una oportunidad para que padres e
hijos se comuniquen regularmente y transmitan valores.
‡ /D79HVHOPD\RUHQHPLJRGHO©WLHPSRGHFDOLGDGª'H-
bemos limitar el uso de la TV, que además de quitar tiem-
po de juegos y estudio, suprime el diálogo en las familias.
Aun siendo un recurso cómodo para controlar a los niños,
es conveniente restringir su uso. Como dice Cosby: «Nun-
ca debe decir cosas como “llévate los críos de aquí: estoy
viendo la tele”, pues, si lo hace, corre el riesgo de ver a uno
de los críos en el telediario de las nueve…».
‡ &UHDU XQ &/,0$ '( &21),$1=$ HQ HO TXH VH SXHGD
hablar de todo. Para esto es necesario estar.

No podemos olvidar…
La infancia es ese tiempo irrepetible en
el que vivimos con nuestros hijos.
No se trata de llenar nuestro tiempo de
actividades, sino de momentos compartidos.
El problema de muchas familias es
que viven pero no conviven.
CONVIVIR ES COMPARTIR LA VIDA.
¿Qué momentos me voy a llevar de la vida?
¿Qué momentos van a recordar mis hijos cuando yo no esté?
240 BLOQUE IV: QUIÉN NOS LO IBA A DECIR

Para pensar…
Dedicar a la familia:
«cantidad de tiempo de calidad».

e) Todo ello aliñado con…

‡ *UDQGHV GRVLV GH 6(17,'2 '(/ +8025 HV PX\ LP-


portante pasarlo bien, jugando, bromeando…
‡ 32&$61250$63(52&/$5$6
‡ ('8&$5 (1 5(63216$%,/,'$' (VWDEOHFHU WDUHDV
sencillas con las que puedan colaborar en casa. Les ayuda
a madurar, ganar en autonomía y autoestima, sentirse capa-
ces y útiles para los demás.
‡ (;,*,5&21&$5,f2WRGRORTXHSXHGDQGDUVHJ~QVX
edad y capacidad.
‡ &UHDU XQ &/,0$ '( &21),$1=$ HQ HO TXH VH SXHGD
hablar de todo. Sin olvidar que nuestros hijos no buscan
en nosotros a un amigo o amiga, buscan muchísimo más,
esperan que seamos su padre y su madre.
Los padres somos los primeros y principales educadores de
nuestros hijos y no olvidemos que se educa con lo que se hace,
no con lo que se dice. No seamos padres «sermoneros», nuestros
hijos lo entenderán mejor si nos lo ven hacer a nosotros primero.
Nuestros hijos buscan en sus padres modelos de vida.

La educacion es un proyecto común

Si queremos educar, sobre todo en la adolescencia, tenemos


que estar más unidos que nunca. No debemos mostrar nuestras
diferencias delante de ellos, aunque es normal que las tengamos.
La unión hace la fuerza.
FUERON FELICES, COMIERON PERDICES... Y TUVIERON HIJOS 241

Prestamos un flaco servicio a nuestros hijos si los hacemos


partícipes de nuestras diferencias o problemas, ya que los obliga-
mos a tomar parte y no tienen madurez para sopesar. Lo único
que conseguimos es generarles ansiedad y sentimiento de culpa-
bilidad.

Regla de oro:
No mostrar nunca nuestras diferencias delante de los hijos.
Nunca hablar o insinuar nada negativo de
nuestro cónyuge a nuestros hijos.

Formar una familia y educar a los hijos es una apasionante


tarea que nos ocupa toda una vida. El ser padres es la medalla, el
premio al AMOR que nos tenemos. Y no debemos olvidar que,
como tenemos toda la vida por delante, lo propio no es obtener los
frutos enseguida. Con los hijos solo hay una receta: mucho cariño
y mucha paciencia.
Para terminar os dejo una historieta simpática, también baja-
da de Internet.

«Cada vez que veas que tus hijos están fuera de control,
reconfórtate pensando que ni siquiera la omnipotencia de
Dios sirvió para que sus hijos le hicieran caso.
Luego de crear los cielos y la tierra, Dios creó a Adán y a
Eva, y las primeras palabras que les dijo fue «No lo hagas».
—¿No hagas qué? —respondió Adán.
—No comas la fruta prohibida.
—¿Fruta prohibida? ¿Tenemos una fruta prohibida? Hey,
Eva… ¡¡Tenemos una fruta prohibida!!
—¡De ninguna manera!
242 BLOQUE IV: QUIÉN NOS LO IBA A DECIR

—¡De todas las maneras!


—¡NO comas la fruta! —dijo Dios.
—¿Por qué?
—¡Porque soy tu Padre y digo que NO! —respondió Dios,
preguntándose por qué no detuvo la creación después de
crear los elefantes…
Minutos después, Dios vio a sus criaturas comiendo la man-
zana…
—¿No os dije que no comieran la fruta? —preguntó.
—Ajá —dijo Adán.
—¿Y entonces por qué lo hicieron?
—No sé —dijo Eva.
—¡Ella empezó! —dijo Adán.
—¡No fui yo! —dijo Eva.
—¡Sí fuiste!
—¡NO FUI!
Cansado de los dos, el castigo de Dios fue que Adán y Eva
tuvieran sus propios hijos.
Desde entonces, el patrón quedó grabado y nunca se cam-
bió.
Pero hay una moraleja en esta historia.
Si paciente y amorosamente trataste de dar la sabiduría a
tus hijos y éstos no la tomaron, no seas duro contigo mis-
mo.
Si el mismo Dios tiene problemas criando a sus hijos, ¿qué
te hace pensar que será fácil para ti?».
CAPÍTULO 15
FIN

Termina el libro y empieza un nuevo capítulo de tu vida. No


importa a qué altura estés de la película, si vives un AMOR en
proyecto o llevas a tus espaldas un AMOR con solera.
Qué hermoso es poder decir en cada momento de nuestra
vida, independientemente de que las circunstancias acompañen o
no: ¡¡¡Ahora empiezo!!! Ya sabíamos que el motor de nuestra vida
era el AMOR, pero ahora lo vamos a cuidar y mimar, más cons-
FLHQWHVGHHOOR'HFyPRYLYDVKR\DKRUDWX$025GHSHQGHGH
forma radical tu futuro. La felicidad está al alcance de cualquier
corazón enamorado. ¡Tú decides!
Y es que al final se nos medirá por el AMOR, por lo que nos
amaron y fuimos capaces de amar. Ojalá cuando concluyamos
la última página del libro de nuestra vida se pueda escribir con
letras de oro…

«… y fueron felices y comieron perdices».

FIN
$*5$'(&,0,(1726

Es divertido analizar los múltiples motivos que te pueden lle-


var a escribir un libro, se puede hacer por aburrimiento, por ego,
por ganas de abrir tu yo más profundo o como un hermoso acto
de generosidad que te lleva a compartir con el resto del mundo
un gran saber, también se puede escribir por amor. A mi puede
que me moviera un poco de todo, pero sobre todo la ingenuidad
de pensar que el mundo podría ser un poco mejor si valoráramos
más el AMOR que nos tenemos entre manos.
En esta parte de libro es cuando uno se pone un poco re-
flexivo y como no, nace el agradecimiento hacia todos sus seres
queridos. Mi lista sería infinita, porque todas y cada una de las
personas que me han rodeado me han hecho mejor persona.
Agradecer a Tomás Melendo, lo primero, su prólogo tan sen-
tido, desde luego inmerecido y muy en especial su gran esfuerzo
por sacar adelante “El Máster de estudios de la Familia” que tan-
tos frutos está ya dando, en lo que a mi respecta, aparte de toda
la mejora personal que me ha supuesto, me ha permitido poner
patas a la ilusión de escribir este libro.
A Loreto Spá y Fernando Moreu agradezco el esfuerzo de
arañar tiempo en sus trabajos profesionales para hacer estos dibu-
jos con los que he disfrutado tanto.
246 … Y FUERON FELICES

Agradecer a todos los matrimonios que asisten a los cursos


de Orientación Familiar que impartimos desde INEFA, por sus
ganas de aprender y todo lo que me han enseñado. A mis amigas,
agradezco su buen ejemplo, su incondicionalidad, a pesar de que
yo las cuide tan poco, a mis hermanos Fernando (el dibujante),
Alejandro y Cristina el haber contribuido a tener una infancia y
adolescencia tan divertida. Agradezco infinitamente a mis pa-
dres el que hayan sabido mostrarse siempre enamorados, garan-
tía como ha sido de un hogar feliz, y en particular a mi madre,
sus largas conversaciones llenas de cariño y buenos consejos.
Y si el motor de la vida es el AMOR, que duda cabe que el
motor de mi vida es mi amor, mi compañero de viaje, el hom-
bre de mis sueños, padre de mis hijos y esposo, Jose, el que ha
completado mi vida dándole un nuevo sentido, el de amar y ser
amada.

SUSANA MOREU
Master en Orientación Familiar
por la Universidad de Málaga
Directora de Comunicación de INEFA
[email protected]
5()(5(1&,$6%,%/,2*5É),&$6

BALONGA FIGUEROLA, Mª Asunción, El mito de la super mujer,


Colección Yumelia, Ediciones Internacionales Universitarias,
Madrid, 2003.
BURGGRAF, Jutta, La mujer y la familia, AMFE, Monterrey,
México, 1995.
COSBY, Bill, Ser padre, Urano, Barcelona, 1987.
CHINCHILLA, Nuria y LEÓN, Consuelo, La ambición femenina,
Aguilar, Madrid, 2004.
DALLOZ'DQLHOOHLos celos, Ediciones Internacionales Universi-
tarias, Madrid, 2003.
ELLISON, Katharine, Inteligencia maternal 'HVWLQR %DUFHORQD
2006.
GOLEMAN, 'DQLHO Inteligencia emocional, Kairós, Barcelona,
2003.
HILDEBRAND, 'LHWULFKYRQMetafísica de la comunidad, Rahis-
bona, 1930.
MELENDO GRANADOS, Tomás, Ocho lecciones sobre el amor hu-
mano, Colección Textos del Instituto de Ciencias para la Fa-
milia, Rialp, Madrid, 1993.
—, El verdadero rostro del amor, Ediciones Internacionales Uni-
versitarias, Madrid, 2006.
248 ... Y FUERON FELICES

—, Felicidad y autoestima, Ediciones Internacionales Universi-


tarias, Madrid, 2006.
—, Todos educamos mal… pero unos peor que otros, Ediciones
Internacionales Universitarias, Madrid, 2008.
MELENDO GRANADOS, Tomás y MILLÁN-PUELLES, Lourdes, Ase-
gurar el amor, antes y durante todo matrimonio, Rialp, Ma-
drid, 2002.
MONTALAT, Ramón, Los novios, el arte de conocer al otro, Pala-
bra, Madrid, 2005.
LORDA, Juan Luis, El arte de vivir, Palabra, Madrid, 2001.
PEASE, Allan y Barbara, Por qué los hombres no escuchan y las
mujeres no entienden los mapas, Amat, Barcelona, 2008.
PIERO, Ferruci, Nuestros maestros los niños, Emecé, Barcelona,
1999.
PHILIPPE, Jacques, Libertad interior, Rial, Madrid, 2004.
ROJAS, Enrique, El amor inteligente, Temas de Hoy, Madrid,
2003.
SURIOL, David y JANER Miguel, Marketing de pareja, Verticales
de Bolsillo, Barcelona, 2008.
VÁZQUEZ VEGA, Antonio, Primera etapa del matrimonio, Colec-
ción Hacer Familia, Palabra, Madrid, 2006.
VIDAL-QUADRAS, Javier, Después de amar te amaré, Ediciones
Internacionales Universitarias, Madrid, 2004.
TIERNO, Bernabé, Valores humanos, Taller de Editores, Madrid,
1998.
TÍTULOS PUBLICADOS EN edufamilia

La pasión por lo real, claves del crecimiento humano


Tomás Melendo, Alfredo Gorrochotegui, Gisela López, Jimena Leizaola
Metafísica de lo concreto. Sobre las relaciones entre filosofía y vida… y
una pizca de logoterapia (2. ed.)
Tomás Melendo
Mejorar día a día el matrimonio. Una «antrofeminología» (2. ed.)
Tomás Melendo
... y fueron felices (2.ª ed.)
Susana Moreu
Invitación al conocimiento del hombre
Tomás Melendo
Elogio de la afectividad
Tomás Melendo y Gabriel Martí Andrés
El oficio del sabio
Rafael Tomás Caldera
Cómo conseguir una empleada del hogar comprometida –sin morir en
el intento–
Catherine L’Ecuyer
Felicidad y fecundidad en el matrimonio. Metafísica del amor conyugal
Tomás Melendo y Gabriel Martí Andrés

También podría gustarte