Teoría constitucional (Vol.
I)
La Organización Política del Estado
Capítulo Segundo
Tipo de Estado, Forma de Gobierno y Sistema Político
Tipo de estado y forma de gobierno. El estado como abstracción conceptual y como
persona jurídica. Estado y soberanía. Estado y poder político. Tipo de estado y forma de
gobierno, diferencias conceptuales. Relaciones entre el tipo de estado y el régimen de
gobierno. Tipo de Estado, forma de gobierno y Constitución. Distinción entre tipo de estado y
forma de gobierno, a la luz de una tipología. El concepto “sistema político” y su integración. Los
tipos de Estado. Los regímenes de gobierno. Parlamentarismo. Presidencialismo. La forma de
gobierno federal y autonómica. Soberanía del estado, autonomía de las entidades federativas y
de los municipios. La competencia autónoma de las partes territoriales de un Estado. El control
estructural del poder en el Estado democrático.
Tipo de Estado y forma de Gobierno
La distinción entre el tipo de Estado y la forma de Gobierno es uno de los aspectos más
confusos y peor explorados de la teoría constitucional mexicana. Los estudiosos se adhieren a
alguna corriente de pensamiento jurídico-político, con base en la cuál, partiendo de una idea
determinada del “Estado”, intentan desarrollar una serie de tipologías tradicionales y clásicas
de él y de sus diversas formas de organización.
La distinción de esas categorías no es de carácter conceptual o teórico, si no resulta
imprescindible para entender, tanto las relaciones empíricas que existen entre el tipo de Estado
y la forma de gobierno, como el grado en el que de esta dependen la “realización” o
“concreción” de la descripción de un Estado y de sus propios fines.
El estado se coincide conforme a los siguientes planteamientos generales:
● Una forma de poder político de donde es perfectamente demostrarle que no estamos en
presencia de una categoría absoluta, sino ante un fenómeno histórico relativo;
● Una idea de configuración y sustento del poder político, con base en la cual a este le
son asignados un fundamento de legitimación en ciertas estructuras para su ejercicio y
determinados fines que confluyen en una abstracción (el Estado), no es factible hablar
de un estado concreto, es decir, visible, tangible o perceptible, si no solamente del
poder que se ejerce y se aplique en su nombre;
● Una vía de institucionalización del poder político es el de racionalizar su ejercicio y su
acatamiento, este no se impondrá más con fundamento en la voluntad de una persona,
sino en nombre de una institución, diferente al detentador del poder, la cual lo
trasciende al permanecer y perdurar después de la desaparición de éste;
● Una nueva mitificación del poder político que sustituye la idea metafísica, religiosa,
divina, mágica pragmática de su origen y de su justificación, por una especie de
necesidad racional de supervivencia de la comunidad que estaría en riesgo sin el
Estado monopolizador del uso de la fuerza, única oponible a todos sus miembros y
justificable para todos;
● Un artificio (maquilación/engañar al otro) es para cumplir con determinados fines que
son los que plantean e imaginan sus creadores y admiten los destinatarios del poder
mayoritariamente con idea al Estado;
● Una forma de legitimación del aparato estructural institucional el poder que lo convalida
y lo justifica, así nomás fácilmente admisible una realidad insatisfactoria que es el
dominio de una minoría instalada en el poder, sobre una mayoría que carece de él y que
está destinado a obedecerlo. El Estado “explica” y “justifica” el poder político que choca
con la naturaleza del hombre, pendiente a la libertad, pero que en lo social Se presenta
como una necesidad ineludible, no impuesta arbitrariamente, si no regulado y
controlada normativamente;
● Un medio concepto y empírico a la vez, de objetivar el poder y de legitimar su uso, qué
es en el fondo el uso de la fuerza (institucionalizada). El poder político al no ser más
personal, deja de ser subjetivo y al convertirse en poder estatal, se torna objetivo. El
poder del estado es aplicable, en teoría, tanto a los destinatarios de él, como a sus
detentadores, porque estos también son solamente sus ejecutores. Los límites del
poder no son solamente temporales sino con relación a su capacidad real o intrínseca
de acción y manifestación; la institucionalización del poder en el estado trae aparejada
su limitación;
● Una forma de socializar El poder que precisa de una voluntad que lo imponga, de ser el
caso, coactivamente (gobierno), si bien con base en reglas admitidas por todos
(Derecho), las cuales operan como sustituto del arbitrio de los gobernantes y como
límite del poder que estos detentan.
Estas premisas conceptuales sobre la identidad del Estado son enunciativas, además, en dos
sentidos:
● Por una parte, no pretenden proponer, ni siquiera descriptivamente, mucho menos en
sentido esencial, un “concepto de Estado”;
● Por la otra, es evidente que, además de su enunciación y su planteamiento, cada una
de ellas admite y demanda a su vez, un desarrollo que sustente y en su caso,
demuestre la exactitud de la premisa de la que se es parte.
El Estado como abstracción conceptual y como persona jurídica
Los rasgos sobre la esencia del Estado, nos permiten percibir que éste no es algo tangible o
visible, sino una abstracción y una construcción conceptual. El Estado no existe ni fáctica, ni
físicamente, sino política y jurídicamente. Puede negarse acaso:
● La existencia de México, Alemania, Francia, España, Italia, etc., en calidad de Estados
Soberanos; o bien,
● Los pactos, las convenciones y los tratados de Derecho Internacional, celebrados entre
Estados; o quizás,
● La nacionalidad jurídica, en función de reconocimiento de Derecho del Estado; o tal vez,
● La sujeción a un orden jurídico de un Estado, y no de otro, de un sujeto de derechos,
individual o colectivo, que se halla dentro de su territorio y realiza actos, o bien,
● Los múltiples actos que inciden en la vida de las personas y a lo largo de ésta, que
solamente son válidos cuando se efectúan ante o en nombre del Estado, o portan su
sello y autoridad, o acaso,
● Los confines geográficos de la jurisdicción de los gobiernos, que no son otros que los
límites territoriales del Estado.
Todas la objeciones a la tesis de la “negación del Estado”, no demuestran su existencia. Lo que
pone en evidencia es la presencia de los llamados “elementos del Estado”, sus confines
geográficos (territorio), los sujetos de derecho sometidos al ejercicio de su poder (población),
su fuerza coactiva y Su autoridad que convalida los actos del gobierno (poder político y
capacidad de emplear la fuerza coercitiva) y la base legitimadora del origen del poder político
que detenta, así como el marco regulatorio de su ejercicio (Derecho).
Cada estado posee un territorio dentro del cual se ubica una determinada población,
representando, el primero, el espacio geográfico de ejecución de sus potestades y la segunda,
el ámbito personal de ejercicio a su poder. Todo estado posee un gobierno nacional (poder
político), cuyos actos se realizan con fundamento en ordenamiento jurídico (Derecho), siendo
estos sus elementos considerados “formales”.
Que al conjunto de estos elementos se le denomine “Estado” en el sentido en que hoy se
interpreta este término, es algo de mucha relevancia, y al mismo tiempo de escasa claridad;
añeja a la situación.
La objeción que suele hacerse el planteamiento es la siguiente: “porque estas organizaciones
socio-políticas carecían del atributo que, además de los elementos constitutivos del Estado,
caracteriza a este, es decir, la soberanía, por lo que, solamente cuando esta se presenta, es
posible hablar del Estado”. Los defensores de la tesis contraria replican en estos términos:
“entonces, si la soberanía es un atributo, antes que éste, debe e
xistir un sujeto al que se aplique o confiara la calidad que los distingue de otro u otros, de lo
cual se infiere que la ausencia de soberanía no equivale a la inexistencia del Estado, sino más
bien, a la diferenciación entre ‘Estados soberanos’ y ‘Estados no soberanos'”.
Esta tesis del Estado no soberano, se ha venido planteando con relación al caso de los
Estados Federales. Una deficiencia clásica de la teoría constitucional, consiste en afirmar la
existencia de Estados integrantes de una federación, los cuales, no son soberanos, en virtud de
que este atributo se asigna al Estado Federal. Forma parte de la Federación, entidades
políticas conformadas por un territorio, por una población, por un orden jurídico y por un poder
propio, pero no soberanos, pues se hallan sujetos a la soberanía Federal.
Estas cuestiones las retomamos en diversas partes de esta obra. En tanto la tesis de los
estados no soberanos y de los que sí lo son, como la de los “Estados miembros de la
Federación”, que se sitúan “dentro” o “sobre” el propio territorio de esta han podido ser
elaboradas y además adoptadas o consideradas, al menos entendibles.
Que la reunión de cuatro elementos: territorio, población, poder y derecho, más el atributo de
“soberanía”, “da lugar a la existencia del Estado”, es una cuestión científicamente
indemostrable.
Un terreno fértil para ilustrar lo anterior, le ofrece el caso de un Estado con forma de gobierno
federal. Tomemos al Estado mexicano y planteamos las siguientes hipótesis:
● Paralelamente a la “presencia de Estados miembros de la federación”, agregamos
“Estados municipales o comunales”, integrantes de cada uno de ellos, habida cuenta de
cada municipio tiene su propio territorio, su propio gobierno, su propia población y sus
propias normas jurídicas reglamentarias, de aplicación exclusiva dentro de su territorio.
● Los llamados estados federados son eliminados, sólo en cuanto a esta nomenclatura, la
cual se sustituye por la de las “entidades federativas autónomas”, qué es la que
realmente corresponde a su naturaleza, pero se conserva la “presencia” de “Estados
municipales”.
● Se eliminarán ambas categorías y se determinarán normativamente, que la República
estará compuesta por entidades federativas autónomas, divididas en municipios
autónomos y por “Estados Federados Soberanos” en un régimen interno, formados por
“municipios también soberanos, libres e independientes de su territorio”.
Los “Estados” de la República Mexicana, a pesar de recibir ese apelativo, jurídica y oficialmente
reconocido, jamás han actuado, ni podrán actuar en calidad de Estados Soberanos, ni siquiera
en cuanto su régimen interno.
Podría señalarse también que ni el estado es tan abstracto como sostenemos, ni el uso del
término tan indiscriminado, ya que a nadie le parecerías misible hablar de un “Estado
municipal”, conceptos sustituido del municipio, sencillamente sobre el municipio nunca han sido
un “Estado”, ni antes, ni después de formar parte de un Estado con régimen federal.
Estas objeciones pueden parecer suficientes para destruir nuestra tesis, sobre todo si se toman
en cuenta estos dos elementos adicionales:
● La federación o Unión de Estados presupone, lógica y cronológicamente, la existencia
de dos o más estados que deciden formar una nueva unidad política (el estado con
régimen de gobierno federal), a cuyas partes por razones comerciales se le sigue
llamando estados aunque ya no lo sean; y
● En el ámbito internacional no se integran confederaciones de Estados miembros de una
federación, ni de “ex estados”.
Estos argumentos no solo en el fondo, si no planteamiento circulares, cuya inexactitud se
demuestra al referirse a los casos de las llamadas “federaciones de Estados creados hacia
adentro”. México y los países latinoamericanos que adoptaron la forma de gobierno federal, lo
hicieron a partir de una imitación mecánica y carente de lógica de los Estados Unidos de
América. Todos ellos representan casos de federaciones genéticamente ficticias, en virtud de
que no se originaron a partir de la decisión de dos o más estados soberanos de formar uno
nuevo.
La denominación que se asigna a las entidades federativas en México y en los países
latinoamericanos, por ejemplo, adoptada indiscriminadamente al ser creado el “Estado
Federal”, es resultado del siguiente esquema:
● Proceso de independencia de las coronas europeas.
● Adopción de la forma de gobierno federal, con base en el modelo norteamericano de los
Estados Unidos de América.
● Identificación de la autonomía político jurídica de las partes integrantes de un estado,
con el sistema federal, como si toda autonomía territorial tuviera que existir bajo la forma
de una federación que toda competencia autónoma fuera propia de un estado federal.
● Subdivisión territorial del Estado soberano, recién creado, confiriendo a cada una de sus
partes un determinado número de facultades y atribuciones que integraron su
competencia autónoma.
● Atribución del carácter de estado a cada uno de esos territorios, salvo el reservado para
la capital del país, bajo el supuesto de que una República federal es la unión de
Estados, las partes integrantes de estas nuevas federaciones latinoamericanas tenían
que recibir esa denominación.
● Uso arbitrario del término estado para bautizar a las entidades autónomas creadas
dentro de una supuesta federación, las cuales no existían constitucionalmente, como
Estados, antes de la independencia de las colonias y no eran “Estados soberanos”,
capaces de decidir la creación del nuevo estado como una República federal.
Se demuestra la invalidez de un supuesto conjunto de “Estados previos” a la federación, los
cuales se siguió llamando así después de la formación de esta, por un simple
convencionalismo. No hubo jamás estado soberanos con sus propias constituciones antes de la
aparición de la forma de gobierno federal en Latinoamérica, y sí los hay, después de su
adopción, claro. No tienen una constitución propia, en el sentido correcto de este concepto,
pues no puede haber muchas “constituciones” dentro de la Constitución Política del Estado, así
se diga que tanto a la “soberanía”, como la “Constitución” de estas entidades federativas, rigen
sólo para sus asuntos internos, sencillamente, porque estas entidades son parte del único
estado soberano que existe y están definidas en la única constitución del Estado con forma de
gobierno federal.
Una prueba más de esta arbitrariedad en el uso del concepto de estado, se extrae del texto
vigente del artículo 44 de la constitución mexicana, el cual se transcribe para demostrar que no
solo se asigna la condición de Estados a las entidades federativas o federadas sino a la ciudad.
Para sustentar los anteriores razonamientos, quien se adhiera a ellos podrá argumentar dos
cuestiones esenciales, entre muchos más, tendientes a demostrar la “existencia objetiva y
tangible del Estado”, a saber: una que se refiere a la presencia del estado en su ámbito interno,
delimitado por su propio territorio, y la otra que lo ubica en la esfera de sus relaciones con otros
estados, como sujetos del Derecho Internacional.
El “Estado artificio” funciona como medio legitimador de una realidad social en la que una
minoría detenta el poder y una mayoría carece de él. Se pretende justificar una determinación o
una serie de decisiones, bajo el argumento de la “Razón de Estado”, sustitutiva del más
verídico, pero menos aceptable argumento, qué es el de las motivaciones de los gobiernos,
siempre confesables, por cierto, entre otras causas, por ser consideradas “secretos de Estado”.
El ámbito exterior, el sujeto político jurídico típico de los actos y de las relaciones
internacionales es el estado Que firma tratados; que forma parte de convenciones y
organismos; que al disolverse en su interior, deja de existir externamente; que entre en conflicto
con otros Estados, llegando hasta la guerra; y que puede perder temporalmente, poder de
decisión Suprema sobre su territorio, al estar sometido a la voluntad de otra soberanía estatal,
desaparecer definitivamente, como resultado de su anexión por otro Estado.
En todos los casos mencionados enunciativa y no limitadamente, no son los estados los
actores en el espacio internacional,, y tampoco son los estados los que pierden o ganan
territorios, Si no los territorios los que cambian de jurisdicción, dependiendo de cuál sea el
gobierno que sobre ellos y su población ejerza poder. También lo del exterior, los que se
manifiestan son los llamados “elementos del Estado” y no el “Estado” como sujeto o ente
jurídico político; la comunidad internacional y los organismos que forman parte de ella, estén
configurados por Estados. Los tratados entre Estados Son acuerdos entre gobiernos y las
guerras entre Estados son confrontaciones entre ejércitos comandados también por gobiernos;
los conflictos que no se manifiestan violentamente, son resueltos con base normas Y ante
instancias que reconocen los gobiernos de los estados y no ante los estados mismos; la
formación o la desaparición de Estados, para efectos del derecho internacional, no es sino la
ampliación o la disminución de territorios sujetos a determinados centros de poder, los cuales
extienden o reducen sus ámbitos materiales de actuación.
Tratándose de los organismos internacionales, considerados también como sujetos de derecho
internacional (ONU, OEA, BID, FMI, inclusive, como la UE, también llamada Unión europea),
los cuales cuentan con sus propios órganos de gobierno, sentido lato, resulta ostensible que en
realidad, son los representantes de los gobiernos que forman parte de ellos los que toman las
decisiones, pesar de que éstas oficialmente, se adoptan a nombre del organismo en cuestión y
sea éste el que jurídicamente ejerza derechos, contraer obligaciones y se relacione con otros
organismos o Estados.
El estado es claramente, una persona jurídica, es decir, una ficción jurídica que interactúa con
otros sujetos de derecho internacional, de la misma naturaleza, por medio de su representante,
denominado “Jefe de Estado” (Presidente de la República, monarca no gobernante, etc.),
distinto, en los regímenes parlamentarios, Jefe de Estado (Primer Ministro, Kanzler,
Presidente del Gobierno, Presidente del Consejo de Ministros, etc.), calidades que
coinciden constitucionalmente en un solo individuo, comúnmente denominado “Presidente de la
República”, presidenciales.
Estado y soberanía
La idea del “Estado Soberano” puede servir como argumento de peso para tratar de alcanzar
cierto grado de concreción, en torno a una construcción filosófica, política y jurídica abstracta,
precisamente el “Estado”.
En el ámbito interno, este atributo es exactamente el que diferencia la conjunción de los cuatro
elementos señalados:
1. Territorio
2. Población
3. Poder político
4. Derecho
Constitutivos de un estado auténtico, de cualquier otro ente conformado de la misma manera
(mismos elementos señalados arriba), pero carente de soberanía. Esta es tomada en
ocasiones, como la esencia del Estado, siendo este concebido como el “Monopolio de la
Fuerza Coactiva”, o como la instancia “legitimada para el uso de la fuerza”.
La manifestación más clara de la “existencia del Estado Soberano”, según la teoría clásica,
puede resumirse en los siguientes elementos:
● Solamente el estado será legitimado para emplear la fuerza coactiva sobre cualquier
sujeto de derecho y sobre cualquier instancia de poder, en las condiciones previstas por
la Constitución y las leyes.
● Exclusivamente él puede crear las “reglas de Derecho”, con base en las cuales son
regulados los procesos de formación y ejercicio del poder político.
● Únicamente él reconoce y legítima, a su vez, otras fuerzas políticas, las cuales deben
actuar dentro de las reglas del sistema y en el marco de las normas que regulan su
funcionamiento.
● En suma, es la instancia suprema (soberana) declaración y aplicación, si sea
coercitivamente, del Derecho y también, la que detenta el monopolio de la fuerza
pública.
Este texto que no tiene que someterse a nadie y al que todos tienen que obedecer, diferencia
de cualesquiera otras formas de organización política social que conviven con él dentro de su
territorio, a la fuerza Suprema superior a todas las demás, por lo que se le define
tradicionalmente, cómo “Estado Soberano”, constituyendo esta expresión, conforme a la teoría
clásica, una especie de tautología, pues según ella, la soberanía corresponde al Estado y este
tiene que ser soberano.
Todo este discurso teórico se mantiene en la abstracción, porque si bien es cierto que el
atributo de la soberanía no es conferido a ninguna otra organización política distinta al Estado,
el hecho real es que todos los actos que solamente él realiza son empíricamente efectuados
por individuos que actúan como autoridades. El acto del Estado es un acto de alguien
legitimado para realizarlo frente a un eventual acto de contenido idéntico, pero de alguien que
carece de legitimidad.
Estado y poder político
La soberanía atribuida al Estado, ejercida como poder coactivo por los gobiernos lato sensu, no
es, contra lo que tradicionalmente se ha sostenido, momento definitorio del Estado, porque la
esencia de la soberanía no es “estatal”, no política. Debe analizarse como un fenómeno de
naturaleza política y no como una construcción jurídica.
La teoría política de la soberanía desecha el normativismo para concretar su esfuerzo analítico
en el estudio del poder soberano, sin asignarlo, necesariamente, al Estado, como una cuestión
dogmática. En tal virtud, lo que realmente es connatural a la idea o a la abstracción del Estado,
es el poder político y no la soberanía, habida cuenta de que cuando decimos connatural, no
sugerimos que sea privativo de él, mientras que si nos referimos a la soberanía como atributo
del Estado, entonces sí tendría que ser exclusiva de él y ya no del pueblo.
La teoría del estado tiene que empezar por ser una teoría del poder, elaboración tiene a la
conclusión de que el Estado no es un concepto absoluto, sino relativo a una de varias formas
en que puede presentarse y manifestarse el elemento connatural a cualquier forma de
organización social, ya sea simple o compleja, arcaico o moderna.
Lo real, lo perceptible, lo objetivo es el poder político, el Estado solamente, una forma en que la
que éste se organiza. Lo que existe es el poder, no el estado, por lo que el primero antecede y
da sentido al segundo. Lo que llamamos estado es una peculiar manifestación de la
conformación y del ejercicio del poder, cuyo rasgo más sobresaliente es su institucionalización.
El estado no puede entenderse sin el poder, mientras que el poder sí puede comprenderse sin
el Estado. Los actos del Estado son actos de poder que alguien, real y objetivamente
identificable, realiza y hace prevalecer.
El estado es una creación del poder y su Génesis debe encontrarse en actos de poder político:
● Pactos,
● Revoluciones,
● Anexiones,
● Separaciones,
● Transiciones de un estado de otras cosas a otro, etc.
Entender al estado como un ente primariamente jurídico, constituye uno de los defectos más
ostensibles de las teorías clásicas de la materia, aceptado inmediatamente es la
desnaturalización descriptiva y funcional del objeto de estudio. Cualquier modelo de Estado
(modelo típicamente decimonónico en del Estado liberal de derecho), es en realidad, un
producto del poder (Génesis) y una maquinaria de poder (Praxis).
Las conjunciones terminológicas arrojan más luz y claridad de lo que oscurecen o desvirtúan.
Si en lugar de suponer de que el estado no existe per se, porque es finalmente lo mismo que el
Derecho, afirmamos que éste es un producto de poder, avanzaremos hacia la organización del
poder, soportada por y apoyada en una estructura normativa que hace factible y tienda legitimar
su ejercicio.
Se sostiene comúnmente, que la legitimación de los actos del Estado basados en el Derecho, a
pesar de que sea él mismo el que lo expide y lo aplica, es en efecto, un acto de poder
soberano, pero genuino, cuando su fuente original es la voluntad popular. Son los
representantes del pueblo quienes crean las leyes (congresos o parlamentos) y son también
sus representantes quienes la ejecutan (Gobiernos de Elección popular presidencialista o
de origen parlamentario). El Estado democrático es el Estado social de Derecho (distinto
ontológica y teleológicamente al Estado liberal de Derecho, por definición,
antidemocrático), contiene todos los elementos, entre ellos señaladamente el de la
legitimidad, que convierten el origen y el ejercicio del poder en fenómenos socialmente
admisibles y jurídicamente regulados.
Lo único que podría tender a demostrar sería la legitimidad del poder, pero no “la existencia del
Estado”. Confirma su inexistencia, debido a que el voto popular no se otorga al “Estado”, a los
gobiernos y a los representantes, quienes, con esa base obtienen el poder y lo ejercen. Un
ciudadano no vota, no entrega un mandato al “Estado”, sino determina la conformación por
personas, de sus órganos constituidos, que son los encargados y facultados legalmente, para
ejercer el poder.
Tipo de Estado y Forma de Gobierno. Diferencias conceptuales
Plantearemos la distinción teórica entre el tipo de Estado y la forma de Gobierno, con base en
cualquier tipología del Estado y de los regímenes políticos, independientemente de su amplitud
o variabilidad.
¿Cuántas tipologías se han desarrollado y se siguen proponiendo, por ejemplo, a la democracia
y la monarquía? Las dos versiones del Estado moderno más extendidas han sido
precisamente, la de los Estados con regímenes monárquicos. La democracia es un tipo de
Estado, mientras que la monarquía es una forma de gobierno.
¿Qué importancia práctica tiene esta distinción? Una vez que se revela en el momento de
diseñar una forma de gobierno o un régimen político, una vez que ha sido determinado el tipo
de Estado. En cuanto a la organización constitucional del poder, consiste en que depende en
gran medida, el grado de concreción del modelo de Estado que se haya elegido.
El Estado no es algo concreto y de que constituye una forma o manifestación de la
organización del poder, o el tipo de modelo de Estado no será otra cosa que el conjunto de
elementos substantivos con base en los cuáles se determina el origen, los fundamentos, los
objetivos y los fines del poder. El tipo de Estado es una descripción modelística de lo que se
pretende hacer con el poder, desde su génesis y hasta el cumplimiento de las finalidades que
se persiguen mediante su ejercicio.
¿Quién decidirá la Constitución del Estado, el pueblo o una voluntad unipersonal? ¿Qué clase
de Estado queremos, una en la que esté concentrado en uno solo? En nuestro Estado, ¿Qué
papel corresponderá desempeñar al gobierno, en materia económica? ¿Ninguno, o tal vez,
intervenir sólo en ciertas áreas de la economía, o prácticamente, en todas?
Esas tres dicotomía se refieren a cuestiones de principios y a determinaciones fundamentales
sobre el ser o modo de ser de la organización política. Se basa en el cumplimiento de sus fines,
son dos de los contenidos definitorios básicos del tipo o modelo de Estado.
La soberanía, el poder constituyente y su titularidad; la decisión de principio sobre los órganos
encargados de ejercer el poder, el cual se distribuirá entre todos o se concentrará en alguno de
ellos, según se determine; la posición de los gobernados frente a los gobernantes, desde el
punto de vista de las obligaciones y los derechos de unos y de otros; los límites y sistemas de
control de la constitucionalidad y de la legitimidad del poder político; la participación del estado
en los procesos de transformación y desarrollo social; el modelo de gestión y orientación de la
economía política; los grados y condiciones de participación de los distintos factores reales de
poder en la “cosa pública”; las metas fundamentales y determinantes del ejercicio del poder en
lo político, en lo económico y en lo social habrán de ser el sustento de los programas y las
acciones de gobierno, entre los principios y decisiones definitorios de la organización política de
la sociedad, constituyen el “modelo de estado” adoptado por el detentador real de la fuerza
capaz de elegir entre una u otra opción.
La forma de gobierno o el régimen político, lo que configura es la organización concreta de
estos principios y de esta teología estatal, con el propósito de hacerlos factibles tanto a ellos,
como a ésta. La forma de gobierno se refiere a las estructuras jurídico políticas por medio de
las cuales se realiza el ser o modo de ser del Estado. El tipo de estado responde a las
preguntas sobre el qué y el para qué de la organización del poder político, la forma de gobierno
explica el cómo se traducirían sus definiciones esenciales en hechos concretos.
Las determinaciones que adopte un individuo con el propósito de lograr ciertos objetivos son
susceptibles de ser realizadas por medios o caminos distintos. El modelo de organización
política general de una sociedad puede ponerse en práctica a través de diversas formas
concretas de organización del poder. La forma de gobierno entraña una determinación
principalmente estructural, frente fundamental e ideológica.
La diferencia conceptual entre el tipo de Estado y la forma de gobierno, es el relativo a uno de
los principios esenciales del modelo de estado democrático: La distribución del poder entre
diversos órganos constituidos. El modelo de Estado democrático, puede ser organizado o
estructurado mediante formas de gobierno muy diversas entre sí, por ejemplo regímenes
políticos, o regímenes de gobierno.
En un sistema presidencialista, tanto el órgano ejecutivo, como el órgano legislativo son de
acción popular directa, mientras que bajo la forma de gobierno parlamentaria, exclusivamente
este último tiene un origen popular electivo directo, emana del propio parlamento, es decir, el
gobierno del Estado.
Con relación a este mismo principio de la “distribución del poder” (expresión preferible a la
tradicional y equívoca de “división de poderes”),Ténganse en cuenta, que si bien es cierto
que durante todo el siglo XIX la tendencia casi universal fue la de estructurarlo forma de
gobierno mediante la clásica fórmula tripartita: ejecutivo, legislativo y judicial; esta coexiste, a
partir de la tercera década del siglo pasado en Europa, después de la Segunda Guerra Mundial
con formas de distribución del poder en cuatro o más órganos constituidos, habiéndose
conformado, en algunas regímenes de gobierno, un cuarto órgano constituido, adicional a los
tres tradicionales, encargado de ejercer una función especializada dentro del Estado
democrático de derecho, que es la del control de la constitucionalidad del poder, conforme al
modelo concentrado de control.
Tipo de estado puede corresponder diversas formas de gobierno, sin que las diferencias entre
Unas y otras alteren esencialmente, el modelo estatal en el que se sustentan. La forma de
gobierno es el “cómo” de un “qué”, representado por el tipo de estado, por lo que la concreción
de este puede lograrse por medios o vías diferentes.
Los principios y la teleología que animan la descripción y la conformación de un tipo de estado,
los cuales forzosamente permanecerán en abstracción si no se tratara de darles efectos
prácticos, debe corresponder una forma concreta de gobierno, de cuya correcta estructuración
dependerá que dé la descripción Estatal que transite en su concreción real.
Canciones entre el tipo de Estado y el régimen de gobierno
Es posible examinar las relaciones entre ambos conceptos, con base en dos criterios
fundamentales: la relación de dependencia y la relación de medio a fin.
A la relación de dependencia, las estructuras concretas de gobierno derivan del Estado y tienen
sentido sólo a partir del contenido esencial que define el ser o modo de ser estatal.
Es válido concluir que la definición del Estado es forzosamente anterior a la selección de la
forma de gobierno; está representaría una estructura sin contenido o una forma sin materia. El
modelo estatal “recorre” la normatividad constitucional y se halla implícitamente contenido en
ella. No solamente por razones de técnica legislativa,sino muy señaladamente con el propósito
de conseguir obligatoriedad al cumplimiento de los fines y objetivos del estado, mediante el
ejercicio del poder sería aconsejable establecer con claridad esa relación de dependencia entre
el tipo de Estado y la forma de gobierno.
Ejemplo de lo de esta deficiencia lo ofrece la constitución mexicana vigente, donde el artículo
40 se denomina “de la soberanía y de la forma de gobierno”, señala lo siguiente:
“Es voluntad del Pueblo mexicano constituirse en una república, representativa, democrática,
laica y federal”
En los artículos relacionados con la forma de gobierno cabe decir cómo se advierte en los
siguientes ejemplos:
● “España se constituye en un estado de derecho social y democrático que defiende
como valores superiores de su ordenamiento jurídico la libertad, la justicia, la igualdad y
el pluralismo político…” (Art. 1. constitucional); e
● “Italia es una República democrática, fundada en el trabajo…” (Art. 1 constitucional).
Forma de gobierno no tiene sentido, en función del Estado el contenido abstracto que pretende
concretar. Implican estructuras y la organización reguladoras de procesos del poder político son
un medio para alcanzar los fines ya asignados. Con base en la forma de gobierno, el “qué” y el
“para qué” estatales podrán concretarse en planos descriptivos, programáticos y teleológicos.
La diferenciación teórica y conceptual entre el tipo de Estado y la forma de gobierno, tiene
efecto práctico de descubrir en el momento en el que se diseñan las estructuras del régimen
político, y en qué proporción son adecuadas para el modelo de Estado que pretenden
organizar.
La forma del gobierno presidencialista es un ejemplo inobjetable, histórica, estructural y
funcionalmente, de una estructura política que no tiene compatibilidad plena, en la relación de
medio a fin, con la descripción abstracta del modelo de Estado que con base en ella se
pretende concretar. Los principios esenciales del modelo de Estado democrático, solamente
pueden realizarse parcialmente y hasta un nivel muy limitado, cuando una de sus bases
estructurales es la forma de gobierno presidencialista.
Tipo de Estado, forma de gobierno y Constitución
Existe una cercanía conceptual entre la Constitución y el Estado, así como suponerse a una
distinta naturaleza entre el tipo de Estado y la forma de gobierno. La Constitución es el conjunto
de decisiones políticas fundamentales que definen el ser o modo de ser del estado, habiéndo
sido caracterizado como una definición abstracta de principios, programas de la sociedad
políticamente organizada. El tipo de estado como a la materia o substancia definitoria de su ser
o modo de ser, con relación a la cual forma de gobierno representa su estructura y forma de
organización concreta.
La Constitución es el más amplio de los tres conceptos. La cercanía entre las nociones
“Estado” y “Constitución” es innegable, a condición de que ella no se sustente en la confusión
de la “naturaleza jurídica de ambos”.Las posturas kelseniana y neokelseniana del positivismo
jurídico, conciben al estado y su Constitución sólo normativamente. La base de esta es la
confusión entre estado y derecho, son erróneos, porque ni la esencia del Estado es jurídica, ni
lo es tampoco la de la Constitución.
La esencia de la Constitución es política, y el estado es una forma de ser del poder político y de
su organización fundamental, siendo esta la base indiscutible de la cercanía conceptual entre
ambas categorías. Cierto que la Constitución es un ser y no un deber ser y que el estado es y
no debe ser, la primera posee un contenido amplio de que la materia o qué sustancia de este.
La definición del estado es la determinación de los fundamentos y la teleología constitucional.
Es el Estado “es”, Lo que es idéntico a sostener que está constituido de manera específica,
que tiene una determinada constitución. Entre estado y constitución, es necesario advertir que
esta última comprende también, a la forma de gobierno, a la parte institucional y estructural
derivada del tipo de estado, con base en la cual se pretende concretar los principios y los fines
que dotan de contenido y sentido al ser estatal. Tanto el tipo de estado, forman parte de la
constitución política que habrá de ser expresada jurídicamente en normas constitucionales.
La Constitución es forma de ser del poder político (Estado), y forma de hacer del poder político
(forma del gobierno o régimen político), para conocer la esencia constitucional de una
sociedad políticamente organizada.
Italia está constituida (Constitución) como una democracia parlamentaria, lo que equivale a
decir que es un Estado democrático (democracia social), con estructuras parlamentarias.
México e Italia son constitucionalmente distintos, a pesar de que ambos están constituidos
conforme al mismo modelo de estado porque la forma de gobierno es presidencialista y el otro
es parlamentario existiendo entre ellos esta distinción, identidad de principios y objetivos en
cuanto al origen y a los fines del poder político.
Política es necesariamente aún cuando puedan existir algunas coincidencias estructurales
concernientes a la forma de gobierno.
La constitución del Estado contiene la definición programática y la estructura de gobierno de la
organización del poder; expresan en normas jurídicas de jerarquía primaria, o normas
constitucionales.Se abarca una amplia y variable temática resumible en dos grandes rubros: el
modelo de estado y el régimen de gobierno de la organización política de la sociedad, cuya
especificidad no puede determinarse de antemano, pero que definen el ser o la forma de ser
estatales, sin perjuicio de que los textos constitucionales incluyen un enorme o una reducida
cantidad de normas, muchas de las cuales no se refieren directamente a los elementos
definitorios de la Constitución del Estado.
Distinción entre el tipo de estado y la forma de gobierno, a la luz de una tipología
Existen dos grandes tipos de Estado, el democrático y el autocrático. El primero, el poder
político debe estar distribuido mientras que en el segundo se encuentra concentrado en algún
centro o instancia de poder. Se ofrece una gran ventaja no sólo metodológica, sino
epistemológica, en comparación de muchos otros, porque no solamente fuerza la elaboración
descriptiva del tipo de Estado, sino a la investigación empírica sobre el funcionamiento y la
dinámica real de las estructuras concretas de gobierno, con relación al grado efectivo de
distribución o concentración en el ejercicio del poder político obligando a establecer la
vinculación directa entre el modelo del estado y el régimen político.
Un esquema basado en el criterio referido, en el que puedan ser incluidas las diversas formas
de gobierno contemporáneas:
Es necesario hacer las siguientes explicaciones con relación a este modelo muy resumido:
a) Los tipos de Estado que se propone son los extremos del modelo, el cuál es susceptible
de presentar “casos” intermedios.
b) En cuanto al modelo autocrático, se distinguen dos clases o subtipos, cuyo rasgo
común es la concentración del poder, pero cuya base programática, ideológica y
teleológica es distinta.
c) Por lo que respecta a las formas de gobierno del Estado democrático, tres son los
criterios básicos que proponemos para analizar sus estructuras e instituciones, sin
perjuicio de otros:
i) Las relaciones entre los órganos constituidos y la distribución del poder entre
unos y otros, las formas de gobierno presidencialista y parlamentaria.
ii) La existencia de esferas competenciales autónomas, o la carencia de ellas en la
diversas zonas territoriales en las que se divida el Estado, bajo la organización
autonómica, producto de una federación, o la central en la que no existe
autonomía de las provincias de las regiones.
iii) Las formas y grados de participación ciudadana en los procesos del poder
político, distinguiendo los Estados de Democracia exclusivamente
representativa, como el referéndum, el plebiscito, la iniciativa popular y la
revocación del mandato.
d) A las formas de gobierno del modelo democrático, es muy oportuno el establecer
vinculaciones entre las diversas estructuras e instituciones de un mismo Estado
concreto.
e) Por lo que corresponde a las formas de gobierno de los Estados autocráticos se ha
tomado un criterio de clasificación.
f) El criterio adoptado en cuanto al centro real y eficaz en el que radica el poder en este
tipo de Estado, para clasificar sus formas de gobierno, permite poner a salvo al
investigador de la ilusión o del espejismo estructural que pueden crear muchos textos
constitucionales, o supuestas prácticas y finalidades del ejercicio del poder.
g) Las formas de gobierno basadas en la concentración del poder en una sola persona; en
el comité central de un partido, o en su secretario general; o en una junta militar con uno
o varios hombres fuertes de cabeza.
h) El apartado relativo a “otras” formas de gobierno, también incluido en este modelo de
Estado, deja abierta la posibilidad de incorporar alguna otra modalidad contemporánea.
i) Es conveniente aclarar que este esbozo de tipología considera sólo, a manera de
ejemplos, algunos de los elementos estructurales de los regímenes políticos de las
democracias y de las autocracias.
Una breve descripción del Estado plutocrático corresponde a la situación real de muchas
“democracias-presidencialistas”. Según nuestro esquema, estaríamos en presencia de una
democracia formalmente, tiende a la concentración del poder político en centros de decisión
que influyen de manera determinante en su ejercicio y orientación.
De acuerdo a nuestro esquema, se trataría de un estado descriptivamente democrático, pero
realmente autocrático, con una forma de gobierno presidencialista que tiende más bien al
ejercicio concentrado del poder (autocracia) que a su distribución y control eficaces en la
práctica (democracia).
El concepto “sistema político” y su integración
La convivencia de analizar el funcionamiento real y efectivo de un estado con base en su forma
de gobierno, Lo que equivale a reiterar la necesidad de revisar los procesos de conformación y
de ejercicio del poder, en la práctica, y no solo con base en su forma o descripción
político-constitucional. Los elementos estructurales que estudian la forma de gobierno no
explican, ni revelan quiénes actúan y luchan por el poder, ni cómo lo alcanzan eventualmente y
lo hacen realmente, inclusive al margen de las instituciones del estado.
En el caso del estado y la forma de gobierno, tratándose del sistema político existen muy
diversos criterios conceptuales y clasificatorios.
Empezaremos por diferenciar los conceptos “sistema políticos” y “régimen político”, los
cuales frecuentemente se utilizan como si fueran equivalentes. Porque constantemente
encontramos expresiones como las siguientes:
● Régimen presidencialista y sistema presidencialista;
● Régimen parlamentario y sistema parlamentario;
● Régimen o sistema totalitario indistintamente;
● E inclusive, regímenes de partidos y sistemas de partidos; entre otras.
Entendemos por “régimen político”, lo mismo que forma de gobierno. De tal manera que la
verdadera sinonimia existe cuando se dice “el régimen político (o la forma de gobierno) de la
IVa. República francesa era parlamentario (o parlamentaria)”.
El “régimen político” es un concepto equivalente al de “forma de gobierno” y es más
estrecho que el de “sistema político”. Se agrega el análisis de varios aspectos más de
primera importancia imprescindibles para el examen de la fenomenología del poder político en
las sociedad contemporáneas; que lo ejercen paralelamente,a los detentadores formales o
institucionales, los grupos de presión, las organizaciones no gubernamentales y la opinión
pública, entre otros.
El análisis sistémico del poder político tiene su origen en la sociología jurídica, lo cuál se
comprende si se toma en cuenta que el elemento fundamental del que carecían los estudios
sobre el Estado y las formas de gobierno era el de los actores del poder. David Easton, señala
que “un sistema político puede ser definido como el conjunto de las interacciones por
las cuales los objetos de valor son repartidos mediante la autoridad en una sociedad”.
El problema central planteado, en el análisis sistémico fue el relativo a la distinción entre el
“Sistema Social” y el “Sistema Político”, con base que podía ser la determinación de la
específicamente político, frente a lo globalmente social. El análisis sistémico ha tenido un
desarrollo importante y ha recibido también, críticas serias y atendibles, cuestiones que no
abordaremos aquí porque exceden los propósitos de este trabajo.
Los sistemas constitucionales, como partes integrales de los sistemas políticos, permiten
conocer los procesos del poder. La única alternativa científica para estudiar el poder político es
examinar el sistema político en su conjunto.
Las estructuras de gobierno son estructuras de poder. El sistema constitucional se fundamenta
en un acto del poder constituyente (soberano). El sistema político democráticotiene un objeto
específico de estudio que es obviamente el poder político, sus procesos y sus actores, cuyas
conductas se realizan dentro de un marco jurídico. Presentaremos los elementos que integran
un sistema político democrático y las condiciones para su funcionamiento, los cuales son:
a) La materia prima del sistema político, es decir, los procesos del poder;
b) Los actores del sistema;
c) Las estructuras del sistema; y
d) Las condiciones internas y externas de su funcionamiento.
1. La base del sistema son los procesos del poder político, los cuáles deben analizarse en
cuanto a:
a. su origen;
b. Su ejercicio; y
c. Sus fines y resultados.
2. Los actores del sistema son:
a. Los ciudadanos electores, las asociaciones en las que se agrupan y los partidos
políticos;
b. Los detentadores formales o institucionales del poder político; y
c. Los detentadores informales del poder político.
3. Los sistemas (Subsistemas estructurales) insertos en el sistema político son:
a. El sistema constitucional (tipo de Estado y forma de gobierno);
b. El sistema de representación política (electoral) y el sistema de partidos
políticos;
c. El sistema de participación ciudadana en el ejercicio y control del poder político;
d. El sistema de defensa de la Constitución y de control de la constitucionalidad; y
e. El sistema de responsabilidades de los detentadores y actores del poder.
4. Las condiciones que deben existir para que funcione el sistema son:
a. La funcionalidad de los órganos del Estado y la gobernabilidad;
b. La estabilidad política;
c. Determinados niveles de desarrollo económico-social; e
d. Independencia frente a centros de poder político, económico o de otra
naturaleza, internos y externos.
La profundidad y amplitud de los estudios de Derecho Constitucional, en la Teoría de
Constitución y en la ciencia política, se percibe con claridad, a partir de la introducción del
concepto sistema político, al arsenal teórico en el que se sustentan, desde hace más de 6
décadas, el análisis y la reflexión en esta materia.
Desde el punto de vista teórico, el marco constitucional Que Norma y regula el poder político se
ha referido sólo los órganos del estado y apenas hasta épocas relativamente recientes, se ha
incorporado a sus prescripciones, factores y elementos fundamentales y centrales en un
sistema político como son los sistemas de partidos.
El Constitucionalismo clásico, concebido como a La regulación del poder político mediante
normas jurídicas que lo estructuran y le asignan ámbitos de acción limitados, previendo
además, procedimientos jurídicos para su control, revelando su insuficiencia, a la luz de los
hechos y se manifiesta, en muchos casos, más como algún deseo que no sea cumplido como
una realidad permanente.
Es evidente que el derecho no puede regular, ni limitar todos estos componentes de los
sistemas políticos contemporáneos y sólo en forma parcial, logra normal sus conductas y los
efectos de las mismas.
Tipos de Estado
“MODELO DE ESTADO BASADO EN “MODELO DE ESTADO BASADO EN
FUNDAMENTOS CONSTITUCIONALES FUNDAMENTO DEL PODER
DEMOCRÁTICOS” AUTOCRÁTICOS”
Elección periódica de los gobernantes, Permanencia de los gobernantes en el poder, son
participación ciudadana y respeto de la pluralidad elecciones periódicas, sin participación ciudadana
política. efectiva y sin oposición política.
Derechos individuales, sociales y políticos de los Carencia de algunos de los derechos de los
gobernados, reconocidos, garantizados y gobernados, sobre todo de los derechos políticos,
aplicados en su más amplio sentido. o ausencia de todos los derechos fundamentales.
Distribución del poder entre diversos órganos Concentración del poder en un solo órgano, o en
constituidos y controles políticos entre los órganos una sola persona, con independencia de una
del Estado. posible distribución formal del poder.
Ejercicio del poder conforme a las normas Ejercicio del poder conforme a la voluntad de los
jurídicas. gobernantes, al margen del derecho.
Límites y controles del poder en cuanto a su Inexistencia de límites o controles del poder, o
legalidad y a su constitucionalidad. bien, ineficacia de los que existen.
Responsabilidad de los gobernantes, Irresponsabilidad de los gobernantes y carencia
transparencia en el ejercicio del poder y rendición de sistemas de transparencia y rendición de
de cuentas. cuentas.
Crecimiento de la economía y desarrollo Conservación y acrecentamiento del poder, como
económico y social, como fines del ejercicio del propósitos de su ejercicio, al margen de sus
poder, promoviendo un mejor nivel de vida de la consecuencias sociales y de la promoción del
población. desarrollo.
Igualdad social, libertad y seguridad, como Concentración del poder económico y de la
objetivos del ejercicio del poder, disminuyendo generación de riqueza en clases minoritarias
gradualmente la desigualdad social y privilegiadas, como fines del poder político, con
garantizando el pleno ejercicio de los derechos independencia de la marginación de la mayoría
fundamentales. de la población del desarrollo social.
En torno al Liberalismo político y económico, soporte ideológico del Estado liberal de derecho,
cuya solidación y expansión se produjo en el siglo XIX, se han construido y difundido, durante
más de dos siglos dos específicamente relativos al tema que nos ocupa, los cuales pueden
resumirse en estos términos:
a) El liberalismo es el origen y el fundamento del “Estado constitucional”, o “Estado de
derecho”, el cual se identifica con la aparición de la “democracia moderna”, o del
“sistema político democrático contemporáneo”;y
b) El “Estado liberal constitucional y democrático” del siglo XIX reprodujo su esencia
constitucional y sus estructuras de gobierno, en el estado de prevaleciente en el siglo
XX en las democracias occidentales bajo el tipo de estado social de derecho.
El sistema político mexicano está basado en la idea de que el liberalismo político y económico
es el origen de la democracia contemporánea. Al comparar el origen y la teleología del Estado
liberal de derecho con la Génesis y los fines de derecho social de derecho, llegamos a la
conclusión de que este no puede considerarse como un modelo evolucionado de las supuestas
democracias francesa y americana del siglo XVIII, ni como una “versión actualizada” del
liberalismo político y económico del siglo posterior, sino como un nuevo tipo de organización del
poder político que contradice el paradigma liberal del “constitucionalismo clásico”.
El estado liberal de derecho se caracteriza por los siguientes elementos definitorios de su
Génesis y de su teleología:
1. Soberanía nacional. Las clases social económicamente poderosa “Burguesía” se
consideraba como la representante de la nación; entendida como el conjunto de los
ciudadanos. Los ciudadanos eran los burgueses y nadie más, según los liberales, una
clase social ociosa e improductiva, los san culottes, o sea los miserables, eran la clase
social no propietaria y carente de interés legítimo de toda la legitimidad pública. La
soberanía nacional fue la expresión teórica que formuló la burguesía liberal para eliminar el
planteamiento realmente político inherente al concepto de soberanía popular, para
concretar exclusivamente en la clase social prioritaria.
2. Derechos individuales. En materia de la teleología democrática de las revoluciones
liberales y de los valores superiores que las animaron, la realidad es que los derechos del
individuo son genuinamente liberales pero no democráticos. La libertad es el valor superior
que determina todas las estructuras políticas y económicas del Estado liberal. La
declaración de derechos del hombre del ciudadano de 1789 no menciona en absoluto la
igualdad como derecho fundamental del hombre, sino exclusivamente a la libertad, a la
seguridad, a la propiedad privada y a la resistencia de la opresión.
3. División de poderes. La distribución del ejercicio del poder del Estado entre distintos
órganos, conocida como división de poderes, es otro de los fundamentos del liberalismo
político. Esta división es la teoría en la que se basa la forma de distribución de
competencias típicas del Estado liberal y del régimen presidencialista americano. La teoría
que plantea la autoeliminación del poder por medio de su fragmentación y el equilibrio
automático de los órganos de Estado, determinado por la Constitución, es un diseño un
producto de laboratorio, que pierde de vista algo fundamental: la mejor forma de limitar al
poder político es controlando lo estructuralmente y no esperando a que quienes lo
detengan, voluntaria y espontáneamente respeten los límites que les impongan.
4. El sistema económico capitalista o la economía de mercado. Esta es una de las
características esenciales del Estado liberal de derecho. Se trata del postulado de la
economía libre, como condición del crecimiento económico y del desarrollo social,
conforme a cuál la participación del estado debe ser nula o mínima, bajo el postulado breve
referido arriba.
5. El Estado vigilante y pasivo. Las estructuras políticas y económicas liberales se funden
en el postulado de que el gobierno es un mal necesario, por lo que este solo debe existir en
su mínima expresión para ser admisible. El gobierno solo debe vigilar el orden y la
seguridad, respetando la libertad política y permitiendo la libertad económica.
La burguesía liberal y el poder económico neoliberal no necesita nada del Estado, ni de su
gobierno, con excepción de la seguridad de sus personas y de su patrimonio. En lo político, el
gobierno debe respetar los derechos fundamentales, electorales, civiles y patrimoniales del
individuo; no debe penetrar, absteniéndose de actuar. En lo económico, el gobierno debe
respetar la propiedad privada y la libre disposición de que ella haga cada persona, sin interferir
en una actividad que le es ajena por naturaleza, según la burguesía, porque está reservada
para los dueños del capital. La división de poderes fue concebida como la división del poder de
gobierno, equivaliendo a decir como su debilitamiento en el nuevo Estado liberal, un número
determinado de los miembros de la burguesía ejercería el poder pero lo haría en las
condiciones que las garantizara los demás ciudadanos la propiedad de sus personas y la
seguridad de su propiedad privada.
1. Soberanía popular. Este concepto es radicalmente distinto al de “soberanía nacional". Se
trata de una noción incluyente de todos los sectores sociales y de un fundamento
democrático del poder, sin distinción de alguna de las clases sociales, la cual, en el caso
del Estado liberal, se establecerá con base principalmente, en la condición económica de
las personas, de la que dependía su situación política.
2. Los derechos sociales. En el Estado social de Derecho, se determinan sus fundamentos
ideológicos y sus estructuras constitucionales, es la igualdad y no la libertad con el valor
superior como ocurre en el caso del Estado liberal de Derecho.
3. La división de poderes. Este fundamento de la organización del poder, fue conservado en
el Estado social de Derecho. Fue estructurado conforme al régimen de gobierno
presidencial, como resultado de la influencia de los Estados Unidos de América.
4. El sistema de economía mixta y la intervención del Estado en la economía. Este es
uno de los aspectos definitorios del Estado social de derecho, que lo diferencian
esencialmente, del Estado liberal. El liberalismo económico había producido sociedades
con profundas desigualdades en la distribución del ingreso, en todas partes del mundo,
conforme se había establecido en distintos países, durante el siglo XIX.
5. El estado activo y responsable del progreso social. La concepción del gobierno frente a
un individuo a la sociedad, correspondiente a este tipo de Estado, difiere por completo de
la del Estado liberal. El gobierno no es un mal necesario, sino un elemento indispensable
para lograr el progreso social, de cuya intervención en los mismos ámbitos de su
competencia, depende, en gran medida, la concreción de valor superior de la sociedad que
es la igual.
Estas son las diferencias esenciales entre el tipo de Estado liberal de Derecho y el tipo de
Estado social de Derecho, cómo hacen las colas podemos distinguir con precisión, entre la
Génesis y la teleología de uno y otro. No existe duda sobre el origen y el sentido
antidemocrático del primero, ni el Por qué y el para qué del segundo, cuyo diseño de
democrático requiere de un adecuada selección de las estructuras y gobierno, las cuales son
las que se le confieren viabilidad y a sus fundamentos y a su teleología.
FUNDAMENTOS ESTADOS LIBERALES DEMOCRACIAS SOCIALES
CONSTITUCIONALES
TITULAR DE LA SOBERANÍA La nación, entendida como el El pueblo, entendido como la
conjunto limitado de totalidad de los ciudadanos con
ciudadanos, conforme el derechos políticos, sin exclusión
principio del sufragio censitario, por motivos de género,
basada en la condición capacidades diferentes o
socioeconómica de cada condición socioeconómica.
persona.
LEGITIMIDAD DEL PODER Representativa y semidirecta, Representativa y semidirecta,
limitada a los ciudadanos que conforme un sistema
son elegibles conforme al democrático amplio, no
sistema censitario, basado en discriminatorio, en el que solo
un determinado nivel de ingreso deben cumplirse requisitos
anual. jurídicos de elegibilidad y
ciudadanía.
DISTRIBUCIÓN DE Entre diversos órganos Entre diversos órganos
COMPETENCIAS constituidos, integrados constituidos, integrados pero
conforme al derecho de ser ciudadanos o designados con
electo o designado, independencia de su condición
condicionado por el nivel de económica o social.
ingreso anual.
TELEOLOGÍA DEL PODER Libertad del individuo y Igualdad y justicia social, base
seguridad de la propiedad de la Libertad, de la seguridad y
privada, como derechos del ejercicio de los derechos
fundamentales. fundamentales.
LÍMITES DEL PODER Entre los órganos y con relación Entre los órganos y con relación
a los gobernados a los gobernados.
CONTROLES DEL PODER De constitucionalidad, legalidad, De constitucionalidad, legalidad,
legitimidad y también, legitimidad y también rendición
responsabilidad en las de cuentas de las autoridades.
autoridades.
DERECHOS DE LOS Individuales, civiles y políticos, Individuales, sociales,
GOBERNADOS con base en el nivel colectivos, civiles y políticos de
socioeconómico y en el voto todos los ciudadanos.
censitario.
SISTEMA ECONÓMICO Economía capitalista Economía mixta, rectoría del
estado y áreas exclusivas para
él.
En el cuadro anterior se describen dos modelos Estado distintos, sustentados en ideologías
parcialmente diferenciadas, Lo que implica que varios y sus fundamentos y fines son
coincidentes, lo cual no debe interpretarse como razón suficiente para asimilarlos o
considerarlos como dos especies de un mismo género (Alcaraz Orozco).
Los regímenes de gobierno
Analizaremos las dos formas de gobierno más comunes en los Estados democráticos
contemporáneos, relativas a la distribución de competencias y funciones por materia, entre los
órganos constituidos del Estado. Los regímenes de gobierno se integran por diversas
estructuras constitucionales que derivan a los fundamentos y la teleología del modelo de
Estado definido por el poder constituyente. Los principios, valores y objetivos que caracterizan
al tipo de Estado corresponden distintas estructuras de gobierno, cuyo objetivo genérico es
conseguir la viabilidad práctica, con base en la doble relación entre uno y otro bloque de
elementos del sistema constitucional:
a) El régimen político deriva y depende del modelo de Estado; y
b) Las estructuras de gobierno son el medio para lograr la realización práctica del modelo
de Estado, lo cual ocurrirá, en menor o mayor grado, dependiendo de su idoneidad.
Todas las estructuras del gobierno tienen relación con el modelo de Estado, para un mismo tipo
de Estado pueden existir diversas formas de gobierno, la selección y el educado diseño de esta
será determinante para la concreción práctica de los fundamentos y los fines del Estado.
Parlamentarismo
Génesis y estructuras constitucionales
El parlamentarismo es la forma de gobierno, única que hasta la actualidad, se ha desarrollado
orgánicamente, de manera natural y progresiva.
Lo que representan este siglo y el siglo XX, en el proceso de desarrollo del parlamentarismo,
puede reducirse en tres grandes aspectos:
a) Génesis y desarrollo de las dos variables fundamentales del origen del poder en las
formas de gobierno y de los estados democráticos, qué son elementos esenciales de los
sistemas políticos contemporáneos;
b) Separación, en Gran Bretaña, la Cámara de los Lords y la cámara de los comunes, en
cuanto a las tareas legislativas y a las funciones políticas, directamente
interrelacionadas en forma definitiva, la asamblea de representación de los ciudadanos
comunes o cámara baja; y
c) Evolución de la forma de gobierno parlamentaria, en cuanto a régimen de gobierno
democrático y sistema político moderno, basado en el equilibrio de los poderes públicos
y en su control recíproco, así como su expansión en Europa y en algunas partes de
América, Asia y Oceanía.
Como resultado de este proceso, debe entenderse y analizarse casuísticamente en cada
nación, se distingue en etapas de desenvolvimiento político institucional más o menos rápidas,
retrocesos a formas de organización política en apariencia superadas, suspensión de la
vigencia del sistema parlamentario por la pérdida de soberanía de algunos y, tipos de
parlamentarismo muy variados.
Las transformaciones más importantes correspondientes a los últimos dos siglos son los
siguientes:
a) En el siglo 19 se producen significativas reformas electorales al rígido sufragio
censitario, aproximadamente son el 4% del total de la población de cada país tenía
derecho a votar. Un número muy elevado de artesanos, trabajadores de los Burgos o
campesinos pudieron ejercer el derecho al voto, que solo hasta el inicio del siglo XX de
vendría universal y hasta después de la segunda Guerra mundial, fueron abolidos
gradualmente:
b) Estando la reina Victoria, entre los años de 1837 a 1901, contribuyó a la formación de
los primeros partidos políticos británicos. La abrogación de la ley del maíz dividió a los
tories.
c) La cámara de los comunes expidió las Act of parliament de 1911 y de 1949. La primera
redujo la duración del cargo representativo de 7 a 5 años. En la segunda se eliminó la
distinción de su legisladora entre los proyectos financieros y los demás.
d) En 1929 logró su primera victoria electoral el partido laborista, surgido a finales del siglo
XX.
e) El gabinete británico y su Primer Ministro, consolidaron su papel fundamental como
gobierno, no solo por los complejos asuntos administrativos y de política interna o
externa, si no porque a lo largo del siglo XX, los monarcas ingleses fueron constreñidos
al ejercicio de una función ceremonial y protocolaria en la calidad de Jefes de Estado.
El sistema político constitucional británico, en otro tiempo estaba cimentado en un claro
dualismo, el gabinete con la corona, al que gradualmente le fue disputando un lugar en el
parlamento, en lo que hoy se basa en una estructura de poder tridimensional, compuesta por la
cámara de los comunes, el gobierno, encabezado por el Primer Ministro, y el electorado.
El parlamentarismo es una especie de las formas de gobierno democráticas que presenta una
cantidad considerable de variantes. El hecho de que la forma del gobierno parlamentaria, qué
significó para Inglaterra una vía de transformación distinta al experimentada por la Francia
revolucionaria, haya sido la única que en esta última nación no intentó durante su época
convulsa.
Dentro de la propia Europa pueden encontrarse diferencias relevantes entre la forma
parlamentaria de Alemania y de Italia, o de ambas con relación a la inglesa, para referirse solo
a dos ejemplos. Japón posee, por razones culturales e históricas bastante conocidas, su muy
peculiar sistema de gobierno parlamentario, pudiéndose decir otro tanto, aunque por razones
diversas de algunos casos Sui Génesis en América latina, como lo de Uruguay, Argentina y
Perú. Estados democráticos que sin haber abandonado su régimen presidencialista, han
tratado de incorporar a sus constituciones algunas instituciones parlamentaristas.
Sin desconocer considerable variabilidad, es evidente que la forma de gobierno denominada
parlamentarismo conserva su esencia, siempre y cuando sus estructuras constitucionales y sus
instituciones políticas fundamentales sigan presentes en función en el marco de un auténtico
gobierno parlamentario.
Analizaremos las estructuras fundamentales del régimen de gobierno parlamentario:
1. Existe un jefe de estado y un jefe de gobierno, cuyas competencias están
diferenciadas. Las funciones correspondientes al jefe de estado y al jefe de gobierno no
se concentran en un solo órgano ejecutivo, como ocurre en el régimen presidencial, si no
se estructuran de manera diferenciada, en dos órganos constituidos, uno de los cuales
tiene a su cargo el gobierno y la administración pública; y otro que encabeza un jefe de
estado, el cual representa la unidad estatal.
Las funciones constitucionales del jefe de estado, tienen un paso político real dentro del
régimen parlamentario, así mismo tienen un grado considerable de variación en un caso y
otro, yendo desde las estricta hasta literalmente las protocolarias, sin mayor injerencia en
los asuntos públicos, hasta las de un órgano determinante y de presencia efectiva en las
relaciones entre el gobierno y el parlamento, cuya función política principal consiste en la
de actuar como un órgano de equilibrio entre estos dos órganos constituidos, con
atribuciones de distinta importancia y magnitud.
2. El parlamento es el órgano de representación ciudadana y de control político del
gobierno. El órgano constituido fundamental es el parlamento o asamblea representativa
de la voluntad ciudadana. Este órgano es de elección popular directa y en él se depositan
dos tipos de atribuciones:
a. Las legislativas; y
b. Las de control político del gobierno
El parlamento se integra con base en el voto ciudadano, logrando una discusión de
posiciones para cada fuerza política que refleja, con mayor o menor precisión, la voluntad
ciudadana, dependiendo de las estructuras y características de los sistemas electorales y
de partidos políticos que se apliquen. El punto de partida para formar gobierno, como suele
conocerse en la primera y muy relevante decisión que debe tomar el parlamento en cuanto
es electo.
3. Los integrantes del órgano de gobierno son miembros del parlamento. Los
integrantes del gobierno, cualquiera que sea su denominación (gabinete, consejo de
ministros, etc.), pertenecen simultáneamente al parlamento. Ese elemento puede estar
previsto constitucionalmente, o derivar de la costumbre, es común en prácticamente todos
los estados con régimen parlamentario, salvo en algunos casos, como por ejemplo,
Alemania.
4. El órgano emana del parlamento con base en el partido mayoritario en una alianza de
partidos que forman una mayoría parlamentaria. El gobierno y el gabinete se configuran
sobre la base del partido que por sí mismo tenga la mayoría absoluta en el parlamento de
la alianza de partidos necesaria para alcanzarla. Este elemento estructural es uno de los
pilares del régimen parlamentario, cuya relevancia no es suficientemente entendida en las
zonas del mundo en las que predomina la forma de gobierno presidencialista.
5. El gobierno deposita en un cuerpo colectivo, encabezado por uno de sus
integrantes. El gobierno es un órgano colegiado, a la cabeza del cual se ubica el primer
ministro, reconocido como el conductor de la función gubernativa, por lo que existe una
diferencia política, estructural y funcional entre el jefe de gobierno y el gobierno como
cuerpo colectivo.
Las relaciones políticas y el grado de influencia entre el jefe de gobierno y el resto de los
ministros pueden variar en un régimen parlamentario a otro.
6. Las decisiones políticas y su ejecución están divididas entre el parlamento y el
gobierno. Tanto el consejo de ministros de su equivalente, como el parlamento, intervienen
en las determinaciones de las políticas públicas y en la decisión de las cuestiones
fundamentales del gobierno. El grado de intervención de estos órganos depende de cada
régimen parlamentario. La ejecución de las decisiones políticas corresponde al gobierno, el
cual es vigilado por el parlamento de manera permanente y eficaz.
7. Entre gobierno y parlamento existen controles políticos recíprocos que se aplican
permanentemente. El elemento definitorio de la forma de gobierno parlamentaria consiste
en los mecanismos de control político del gobierno por el parlamento. Cuando estas
estructuras no funcionan, o han desaparecido, esta forma de gobierno se modifica y se
convierte en cualquier otra, al extinguirse su estructura definitiva. Revisemos estas
instituciones:
a. La responsabilidad política del gobierno frente al parlamento. La estructura
fundamental de control político de la que dispone el órgano de representación
popular en un régimen parlamentario, consiste en la posibilidad permanente de
someterlo a un sometimiento de responsabilidad política. La moción de censura
es el inicio del procedimiento que obliga al gobierno a presentarse ante él para
confirmar si cuenta todavía o no con su confianza. En efecto, tiene dos posibles
efectos:
i. Recibir una aceptación del parlamento,desde el punto de vista práctico,
equivale a un voto de confianza.
ii. Al ser objeto de rechazo, el gobierno ya no se arriesgará a seguir
adelante con su propósito, porque sabe que le espera una moción de
censura inmediata y un voto de confianza con base en esta desconfianza
seguro.
En los regímenes parlamentarios, el funcionamiento de sus instituciones presenta variantes
importantes, aunque la forma de gobierno conserva sus estructuras definitorias esenciales.
b. El derecho de disolución del parlamento a favor del gobierno.Un instrumento de
control político tan poderoso y eficaz como el voto de desconfianza, tiene como
consecuencia la dimisión del gobierno.
La hipótesis teórica de un parlamento que constantemente ocasiona la caída del
gobierno, mediante recurrentes votos de censura, se ha tornado en situaciones
políticas reales, en más de una ocasión, teniendo como consecuencia inmediata,
colocar a una nación en estado de inestabilidad permanente, abriendo la puerta
constitucional al establecimiento de regímenes, de signo totalmente contrario a
la democracia parlamentaria.
La existencia de un contrapeso que equilibre la balanza del poder entre el
parlamento y el gobierno resulta indispensable en este régimen; la institución
política constitucionalmente prevista en un régimen parlamentario que
desempeña esta función es el derecho de disolución del parlamento a favor del
gobierno.
Presidencialismo
Antecedentes y estructuras constitucionales
Así como la forma de gobierno parlamentaria se asocia a Gran Bretaña, por ser ésta la Nación
donde se originó, el régimen presidencial se identifica con los Estados Unidos de América, por
ser este país el primero que se constituyó con base en este régimen de gobierno.
Cuando se designa al modelo norteamericano como régimen presidencial, a nosotros se les
denomina presidencialistas, mientras que cuando el paradigma responde al nombre de
presidencialismo, sus variantes son conocidas como neopresidencialismos.
La razón fundamental de esta diferenciación, bastante discrecional y superficial, no se sustente
en una modificación esencial de las estructuras de uno y otro presidencialismos, ni en la
desaparición de alguno o algunos de los elementos fundamentales del modelo original al
reproducirse en otras latitudes, sino en una supuesta funcionalidad exclusiva de esta forma de
gobierno de los Estados Unidos de América, que no se presenta, conforme al diseño
constitucional prístino, de la mayoría de otros países que lo han adoptado.
El régimen presidencialista, de origen norteamericano, se caracteriza por ser una forma de
organización política sustentada fundamentalmente, en el principio de la división de poderes, la
cual es entendido en el sentido de una separación de órganos que actúan un coordinadamente,
con ello se lleva a cabo el esquema de Montesquieu, por la Constitución Francesa de 1791
donde hace alusión a la división de poderes.
Suele decirse que el antecedente inmediato de Montesquieu es Locke. Sin embargo, lo que nos
parece más cercano a la realidad es que Montesquieu conoció y estudió profundamente los
tratados del gobierno civil (1688) de Locke. Se planteó una redistribución de funciones, una
recomposición orgánico-institucional del sistema político inglés y una redefinición del papel que
corresponde a la corona.
Según Locke, el poder supremo es la comunidad, representada por el órgano legislativo que
expide las leyes, aunque no las aplica y vigila su cumplimiento. Estas funciones corresponden
al ejecutivo (gobierno), que está subordinado al primero. El gobierno se desempeña en dos
ámbitos, el interno y el externo.
Lo que respecta a Kant, basado en la Constitución Francesa, la cual acogió la teoría de
Montesquieu, desarrolló una tesis sobre el tema con un enfoque distinto. En su Metaphysik der
Sitten (metafísica de las costumbres, 1797) sostiene que cada órgano del Estado tiene su
particular naturaleza o dignidad. Los tres poderes tienen dignidad política, pero deben ser
independientes y autónomos para ejercer su dignidad particular. La edad de Kant sobre la
naturaleza diferenciada de los órganos y sus dignidades, lo lleva a establecer una correlación
entre estos y el tipo de acto que es específico para cada uno. AL EJECUTIVO
CORRESPONDE EL DECRETO, AL LEGISLATIVO LA LEY Y AL JUDICIAL LA SENTENCIA.
Independencia de los poderes públicos entre sí
Los tres órganos entre los que se distribuye el poder del Estado (ejecutivo, legislativo y judicial)
son autónomos e independientes entre sí. Ambos poderes políticos (ejecutivo y legislativo) son
de elección popular directa o indirecta, de uno o más grados. El Presidente de la República,
titular del ejecutivo, recibe su investidura del voto popular directo, o con base en una elección
de uno o más grados, aunque este último mecanismo ha caído en desuso y aún en los Estados
Unidos es más aparente que real. El congreso o asamblea legislativa, siendo compuesta de
una o dos cámaras, también es de elección popular, sin que entre en un proceso electoral y
otro haya la menor relación jurídica.
Entre el ejecutivo y el legislativo no existen las que en el régimen parlamentario se denominan
relaciones políticas entre los órganos del estado, ni el elemento estructural definitorios de esta
forma de gobierno; la responsabilidad política del gobierno frente al parlamento.
La posición del órgano representativo puede ser total y abiertamente adversa al Presidente, sin
que en tales circunstancias el jefe del gobierno pueda ser separado de su cargo, como
consecuencia de la pérdida de la confianza de la mayoría de los miembros del congreso.
Existe entre el llamado gabinete, o conjunto de secretarios de estados del congreso, el cual no
los designa, ni interviene, en su selección o remoción, entre las que pueden mencionarse los
casos de Uruguay, Chile Perú, Argentina, y bajo ciertas condiciones México, en los cuales, el
legislativo puede votar a favor de la separación del ministro secretario o aprobar su
nombramiento.
Coordinación de los órganos constituidos
En el presidencialismo, la regla general es que cada órgano constituido pueda actuar dentro de
su ámbito competencial, sin la interferencia de ningún otro, hasta que se presente el caso de
una atribución cuyo ejercicio requiera la concurrencia de otro órgano constituido, lo cual implica
que la concurrencia o coordinación de competencias presupone estructuras orgánicas y
ámbitos competenciales independientes y diferenciados entre sí, los cuales aunque coexistan,
pueden existir por sí mismos.
Algunos ejemplos de estos mecanismos de coordinación son los siguientes:
● En el régimen presidencialista, el jefe del gobierno simultáneamente, jefe de estado. Él
es el único responsable tanto de la política interna, como de la externa. En la política
interior, ejerce sus funciones de manera autónoma y sin posibilidad de ser censurado,
con efectos jurídico-políticos, por el órgano legislativo. Con relación a la política exterior,
el presidente debe tomar con la aprobación del congreso, mediante la expedición de
una ley que pasa por ambas cámaras, cuando el órgano legislativo es bicameral.
● Otro caso de coordinación es la intervención del presidente de la República en el
proceso legislativo ordinario. El titular del ejecutivo tiene la facultad de iniciar leyes ante
el congreso y la de vetar las leyes aprobadas por éste. El veto puede ser resuelto de
dos maneras:
○ Ajustando la ley según las observaciones del presidente; o bien
○ Superando el veto mediante una votación calificada, lo cual obliga al presidente
a publicar la ley que él objetó.
Es frecuente que estas formas de control interorgánico, se interpreten como mecanismos de
control entre órganos constituidos, similares a los que existen en el régimen parlamentario, lo
cual no es exacto. En un régimen presidencial, la aprobación de un tratado internacional
firmado por el Presidente de la República, o del nombramiento de algún funcionario público por
el órgano legislativo dependen de la influencia que el ejecutivo tenga sobre el legislativo.
Esta forma de gobierno es un esquema artificial, producto de laboratorio constitucional, se
presta orgánica y operativamente, a la concentración del poder en manos del Presidente de la
República. La combinación de un ejecutivo dotado constitucionalmente, de facultades
considerables y políticamente irresponsable de sus determinaciones, con un legislativo
impedido para intervenir en el gobierno y orientar su ejercicio.
Semiparlamentarismo y semipresidencialismo
Hemos enfocado nuestra atención en las modalidades más comunes, sin perjuicio de otras
menos extendidas, o más bien, históricas, cuya revisión se emite por razones de espacio de los
regímenes es necesario hacer alusión a dos variantes que son categorías diferenciales de las
anteriores, las cuales identifican con los términos:
● Semiparlamentarismo
● Semipresidencialismo
La cuestión esencial que debe analizarse para determinar si es válido o no, plantear la
existencia de gobiernos semipresidencialistas o semiparlamentarios, es la siguiente: “la
posibilidad de exigir responsabilidad política al gobierno, por el parlamento, con efectos
jurídicos políticos concretos”.
En Francia, el Presidente de la República, electo popularmente, sí realiza funciones
gubernativas, pero no responde políticamente ante el órgano representativo, a diferencia del
Primer Ministro y de los demás ministros que integran el gobierno francés.
Una forma de gobierno parlamentaria, en la que el jefe de gobierno, o todo el órgano de
gobierno, siempre es responsable políticamente ante el parlamento, con diversas variantes
estructurales diseñadas para organizar su funcionamiento, y por la otra, una forma de gobierno
presidencial, es de responsabilidad política del gobierno ante el congreso la asamblea no se
puede exigir al presidente de la república, con la única excepción o modalidad de que se le
imputa algunos integrantes del gobierno o se le aplica los miembros de la administración
pública.
ESTRUCTURA DE OPCIÓN 1 OPCIÓN 2 OPCIÓN 3
GOBIERNO
Parlamentarismo Sin restricciones para Con restricciones Con pocas
exigir la amplias para plantear restricciones para
responsabilidad la responsabilidad del plantear la
política al gobierno gobierno responsabilidad del
gobierno
Presidencialismo Tradicional, con Con un Presidente, Con responsabilidad
secretarios de estado un Primer Ministro y política de los
sin responsabilidad un gobierno ministros, pero no del
política colegiado presidente
Régimen Electoral y Elecciones por Elecciones por Mezcla de ambas en
Representativo mayoría absoluta o representación distintos porcentajes
por mayoría relativa proporcional y casos
Sistema de partidos Bipartidista, con peso Tripartidista, Pluripartidista, con
políticos equilibrado de los preponderancia de mayor peso de unos
dos partidos uno de los partidos o dos partidos
Participación Régimen Régimen Régimen
ciudadana exclusivamente representativo y representativo y
representativo semirecto amplio semirecto,
condicionado y
restringido
Control de la Concentrado, con un Difuso, con diversos Difuso, con algunas
constitucionalidad del tribunal constitucional órganos de control estructuras del
poder sistema concentrado
Responsabilidad Amplia para todos los Diferenciada entre Limitada en el caso
jurídica servidores públicos los diversos niveles del presidente en el
del servicio público presidencialismo
Régimen de Régimen federal Autonomía territorial Centralización de
distribución territorial competencias iguales con competencias competencias entre
de competencias para cada entidad diferenciadas entre los órganos
federativa las provincias, racionales con
regiones y estructuras de
comunidades descentralización
territorial en ciertas
materias
La forma de gobierno federal y autonómica
El vocablo federación proviene del latín “Foederation”, significa elaborar un pacto entre
Estados. Federación No es otra cosa que el pacto de Unión de estados que forman el estado
federal, o el conjunto de estados que se convierten en unidad, de dónde surgen expresiones
como “Estados Unidos de América”, o “Unión de repúblicas Soviético Socialistas”. Estas partes
dejan de ser unidades por sí mismas, para convertirse en fracciones del todo que han decidido
formar. Este efecto de la federación de Estados, qué es la conformación de uno solo diferente a
ellos y en el que ellos están incluidos, es lo que distingue esencialmente, a la unión de estados
de la confederación. La confederación de Estados no implica la creación de un nuevo estado
diverso a los que la integran y no los “une”ni política, ni jurídica, ni poblacional, mi
territorialmente, en forma tal que ellos se disuelvan en esa unidad.
La confederación existe y subsiste por voluntad de sus partes, dependiendo de ellos la eficacia
de sus potestades y la aplicación de sus determinaciones. Algunos se los estamos soberanos
que le integran no respeten sus normas internas, ya canten sus resoluciones, es amenazarlos
con la pérdida de las ventajas que representa su membresía, con la suspensión de cierto tipo
de relaciones con el resto de la comunidad de Estados y con la ejecución de sanciones que
pueden ser económicas, jurídicas como la pérdida de ciertos derechos, o políticas, llegando
hasta la expulsión misma. La razón fundamental es que los estados miembros de la
confederación no dejan de ser estados y conservan su soberanía.
Tratándose de una confederación, la unidad política que se construye es diferente y superior a
sus elementos componentes, el orden jurídico de la federación condiciona el contenido del de
cada una de sus partes componentes y su gobierno tiene jurisdicción en todo el territorio del
Estado. Las entidades integrantes de la unidad política federal tienen que atender las
resoluciones de los órganos federales, tomadas conforme al marco normativo de la federación
y en el ámbito de sus competencias.
La formación de Estados con régimen del Gobierno federal es el resultado del sojuzgamiento
de un estado entre otro u otros y la consecuente conformación jurídica de una nueva , uno de
cuyos rasgos más claramente artificiales es la creación de una sola nacionalidad que anula las
nacionalidades preexistentes en un sentido puramente normativo como es fácil entenderlo, en
términos culturales, no lo logra hacer.
Estos fenómenos son las causas reales y más profundas de las guerras independistas que
representan la desintegración de Estados federales y la consiguiente re Asunción del carácter
soberano de las partes separatistas que vuelven en su situación original anterior a su absorción
del estado con forma del Gobierno federal, si es que tienen éxito positivo en su intento.
La diferencia esencial entre los efectos de la integración de una confederación de Estados y los
de una federación puede ilustrarse de la siguiente manera
No puede hablarse de Estados, que integran una federación, no solo por la contradicción
teórica que se crea al plantear la existencia de varios estados superpuestos al Estado federal,
violatoria del principio de impenetrabilidad de su territorio, sino por la imposibilidad empírica de
que las partes que la conforman actúen sin sujeción a un orden jurídico y a un poder político
superiores a ellas.
Si sos soberanos no están sometidos a ningún orden jurídico y si están sometidos a uno
federal, sencillamente no son soberanos.
Soberanía del estado, autonomía de las entidades federativas de los municipios
La terminología es bastante caprichosa y no deja de llamar la atención de su uso, al referirse a
las partes que integran una federación. A la realidad concreta a la que se refiere, es decir que
la naturaleza jurídica y el estatus constitucional de las partes que integran a la federación,
cualquiera que sea el nombre que reciban, siempre son los mismos, son entidades
federativas que ejercen una competencia con autonomía.
La unión de Estados que, con base en la decisión soberana de cada uno, culmina en la
integración de uno nuevo, es En rigor la única hipótesis lógica para suponer la formulación del
pacto que origina la federación.
El efecto de la integración de la federación es la desaparición de los estados que decidieron
formar, y la construcción de esferas competenciales autónomas de las que son investidas las
entidades federativas.
La estructura constitucional de una federación presenta un estado federal soberano y varias o
muchas entidades federativas autónomas.
En el sentido que además de la soberanía de los estados integrantes de la federación, existe la
soberanía de los municipios. Es evidente que semejante idea se acerca al absurdo total pues a
partir de ahí resulta que en México hay una soberanía del Estado federal, 32 soberanías de los
estados miembros y de la Ciudad de México, y cerca de 2500 soberanías municipales.
Como se advertirá, el resultado es siempre el mismo, cualquiera que sea la vía de
configuración del Estado federal o autonómico: ESTE NO SE INTEGRA POR ESTADOS
POLÍTICAMENTE SOBERANOS EN SU RÉGIMEN INTERIOR, SINO POR ENTIDADES
FEDERATIVAS JURÍDICAMENTE AUTÓNOMAS.
Solo puede hablarse de federación en casos como el de Alemania o el de Suiza, entre otros
estamos en cuya formación y diseño estructural se encuentran en el origen y el rasgo distintivo
de la autonomía de sus partes integrantes. EL PROCEDIMIENTO ES ARTIFICIAL O
INEXISTENTE, AÚN CUANDO LA CARACTERÍSTICA SÍ ESTÉ PRESENTE, ES DECIR LA
AUTONOMÍA. LAS FEDERACIONES HACIA ADENTRO NO SON TOTALES, SON UNIONES
DE ESTADOS.
La competencia autónoma de las partes territoriales de un estado
La autonomía es uno de los caracteres fundamentales del estado con régimen de Gobierno
federal, aunque no privativo de él.
En cuanto a la soberanía, su esencia es política y permanece en el ámbito del ser, mientras
que la autonomía es un concepto jurídico ubicado en el mundo del deber ser. La autonomía es
un producto normativo, mientras que la autonomía es una realidad política.
La autonomía es solamente una forma un modo de actuar, con base en el cual una entidad
federativa realiza determinados actos y ejerce cierto número de facultades, sin intervención
de ningún otro centro de poder del que depende su funcionamiento.
El contenido de la autonomía es la competencia de las facultades, de las atribuciones, de las
obligaciones y las responsabilidades que ejerce y cumple el ente autónomo.
La base de la autonomía es normativa puesto que la entidad federativa tiene determinado
número de facultades otorgadas por la ley, la cual establece las condiciones para su ejercicio.
No hace valer frente a otra su poder con fundamento en la fuerza que detenta sino su
capacidad legal de ejercicio de atribuciones en función del derecho que le otorga.
Cuando se habla de grados de autonomía, también se incurren en un error, pues una entidad
no puede ser más o menos autónomo para ejercer su competencia.
La unión de Estados es uno de los casos de los que las entidades miembros de la unidad
política están investidas de autonomía, por lo que es factible establecer la siguiente regla: A
TODO FEDERACIÓN CORRESPONDE AUTONOMÍA DE SUS PARTES TERRITORIALES,
PERO NO TODA AUTONOMÍA DE LOS TERRITORIOS DE UN ESTADO CORRESPONDE A
UNA FEDERACIÓN.
Los países latinoamericanos adoptaron una forma de gobierno federal meramente
descriptiva, copiada de la Constitución de los Estados Unidos de América.
El control estructural del poder en el estado democrático
La idoneidad del diseño estructural del régimen político depende de la viabilidad de los
fundamentos y los fines del estado. Esta relación genérica entre ambos bloques de elementos
del sistema constitucional corresponden otras específicas, de la mayor importancia es la que se
refiere al nivel real de concreción del modelo del estado democrático con relación a las
estructuras de control de los procesos del poder.
El reconocimiento y la protección constitucional de los derechos fundamentales de los seres
humanos en el estado liberal y después, en la socialdemocracia, sociales y colectivos,
representan el límite jurídico de los actos de los gobernantes, naturalmente en la vida de los
gobernados, pero no puede invadir su esfera de derechos esenciales ni subjetivos salvo en los
casos y bajo las condiciones que establezcan las leyes.
La teoría del rombo del sistema político democrático, plantea que si se requiere garantizar el
funcionamiento democrático de un Estado constitucional, basado en estructuras de
representación política de la voluntad de los ciudadanos, es indispensable diseñar estructuras
de control de la constitucionalidad, de la legalidad, de la legitimidad y de la responsabilidad de
los servidores públicos. Cuyo propósito común es el de asegurar el cumplimiento del modelo de
estado, respetar el entramado institucional del régimen de gobierno y garantizar el
cumplimiento de la trilogía constitucional por los detentadores institucionales del poder.
Los sistemas estructurales básicos del control del poder son:
a) Los controles interorgánicos e interorgánicos;
b) El control de la constitucionalidad;
c) El control de la legalidad; y
d) El control de la legitimidad
Los primeros tipos de controles se insertan en las estructuras correspondientes en las
relaciones entre los órganos constituidos del estado:
● Gobierno unipersonal
● Sistema bicameral
● Voto de confianza
● Voto de censura
● Disolución del parlamento
● Aprobación de los secretarios de estado por el congreso
● Veto presidencial
● Rendición de cuentas
● Responsabilidad política y jurídica de los servidores públicos
● Etc.