3.
Un líder evalúa la Situación real:
11
Llegué, pues, a Jerusalén; y después de estar allí tres días 12 me levanté de noche, yo y unos
cuantos hombres conmigo, sin declarar a nadie lo que mi Dios había puesto en mi corazón que
hiciera por Jerusalén. No llevé conmigo animales, excepto aquel en que yo cabalgaba. 13 Salí de
noche por la puerta del Valle hacia el manantial del Dragón y la puerta del Muladar, y examiné los
muros de Jerusalén, que estaban derribados, y sus puertas, que estaban consumidas por el fuego.
(Nehemías 2:11-13).
Un líder realiza una investigación: En este caso vemos como Nehemías y junto con la ayuda
de un grupo de confianza, realiza un recorrido por todos los muros de la ciudad y los
inspecciona, verifica el estado de la infraestructura, que daños tuvo, Todo buen líder es
capaz de comprender lo que estaba haciendo Nehemías, Estaba realizando su labor previa.
Estaba comprobando el trasfondo de la situación. Este es el aspecto del liderazgo del cual
nunca oímos hablar: es la parte solitaria de la labor. La preparación, la comprobación de
datos y la investigación no tienen nada de encantadores ni de emocionantes. Pero sin ellas
el plan está condenado al fracaso.
Identifica un problema: Luego que Nehemías hizo la inspección durante esos tres días, el
Identifico que trabajo se requería hacerse para reconstruir el muro y las puertas. Cuando se
presenta un problema en tu vida, no es el momento de frustrarse, sino que es la excelente
oportunidad para hacer un alto y copiar el ejemplo de Nehemías: orar, investigar,
inspeccionar las causas, motivos y posteriormente crear un plan, una estrategia. ¿Quizás
Nehemías se sintió desanimado al ver la magnitud del problema, debe haber pensado” Esto
es peor de lo que me imaginaba” Que voy a hacer? Nunca me he tenido que enfrentar a un
proyecto así en toda mi vida. Un verdadero líder detecta las necesidades de su ministerio y
busca una solución a ese problema creando unos planes y estrategias.
Planea una estrategia: Luego de identificar el problema, Nehemías comenzó a planificar la
estrategia calladamente, reuniendo información antes de anunciar lo que iba a hacer. “Los
gobernadores no supieron a dónde fui ni qué hice, porque hasta entonces no había dicho
nada a ningún judío; ni a los sacerdotes, ni a los nobles, ni a los gobernadores ni a los que
estaban trabajando en la obra” (Nehemías 2:16) ¿Por qué Nehemías mantuvo tanto
secreto con respecto a esta inspección? Porque, No quería que le detuvieran sus planes,
necesitaba armarse con los datos precisos, comprendió que tendría oposición. La gente
negativa tiende mucho más a expresar sus ideas, que la gente positiva. Nehemías trabajo
calladamente, Los grandes líderes protegen sus planes de una muerte prematura. Para que
entendamos esta verdad, mire lo que dice la biblia: Adquiere la verdad y la sabiduría, la
disciplina y el discernimiento, ¡y no lo vendas!” (Pr 23:23). “El hombre prudente prevé las
dificultades y se prepara para ellas” (Pr 27:12). Y que es ser prudentes: Ser cuidadosos en
la manera de hablar, saber en qué tiempo debo actuar.
Comparte la estrategia y los planes: Nehemías, como hábil líder, no mencionó ninguno de
sus planes hasta que estuviera listo. Finalmente, Nehemías convocó al pueblo a una reunión
en la que le explicó a toda la gravedad de la situación y comenzar a formar su equipo de
colaboradores. Su próximo desafío era hacer que los israelitas se sintieran entusiasmados
con lo que él había ido a hacer allí.
4. Un líder se identifica con su gente.
“Por eso les dije: Ustedes son testigos de nuestra desgracia. Jerusalén está en ruinas, y sus puertas
han sido consumidas por el fuego. ¡Vamos, anímense! ¡Reconstruyamos la muralla de Jerusalén para
que ya nadie se burle de nosotros! Entonces les conté cómo la bondadosa mano de Dios había estado
conmigo y les relaté lo que el rey me había dicho. Al oír esto, exclamaron: ¡Manos a la obra! ¡Y unieron
la acción a la palabra! (Nehemías 2:17-18).
Nehemías no se presentó como un extraño, él era un recién llegado de la próspera corte persa, y
podía haber dicho: "ustedes son testigos de su desgracia". En otras palabras, el problema era de ellos.
Pero Nehemías en vez dijo, Ustedes son testigos de nuestra desgracia Así, ahora él era parte de ellos
y el problema también era de él.; tampoco presentó un mensaje negativo, ni culpó a nadie. Echarles
la culpa a otros disminuye la motivación. Lo que hizo Nehemías fue aceptar la culpa; se identificó con
la frustración y animó a hacer una evaluación sincera del problema. Dijo: «Vamos, anímense,
reconstruyamos»
Las personas se sienten motivadas a trabajar para alguien que comparta su carga y tenga una visión
para alcanzar la meta. Comprender e identificarse con el problema es una característica del líder: Las
mejores ideas no son mías, ni tuyas; son nuestras.
Nehemías no tenía problemas para motivar al pueblo. Los mantenía motivado en la tarea que debía
hacer; Nehemías les contaba de todos los milagros que Dios había llevado a cabo en su vida para
llevarlo a Jerusalén. De modo que el pueblo sabía que tenía un líder lleno de una fe viviente, lo cual
le brindaba pruebas de la presencia de Dios en los trabajos. El resultado tuvo una respuesta
entusiasta.
Versículos
11
Llegué, pues, a Jerusalén; y después de estar allí tres días 12 me levanté de noche, yo y
unos cuantos hombres conmigo, sin declarar a nadie lo que mi Dios había puesto en mi
corazón que hiciera por Jerusalén. No llevé conmigo animales, excepto aquel en que yo
cabalgaba. 13 Salí de noche por la puerta del Valle hacia el manantial del Dragón y la puerta
del Muladar, y examiné los muros de Jerusalén, que estaban derribados, y sus puertas, que
estaban consumidas por el fuego. (Nehemías 2:11-13)
“Por eso les dije: Ustedes son testigos de nuestra desgracia. Jerusalén está en ruinas, y sus
puertas han sido consumidas por el fuego. ¡Vamos, anímense! ¡Reconstruyamos la muralla
de Jerusalén para que ya nadie se burle de nosotros! Entonces les conté cómo la bondadosa
mano de Dios había estado conmigo y les relaté lo que el rey me había dicho. Al oír esto,
exclamaron: ¡Manos a la obra! ¡Y unieron la acción a la palabra! (Nehemías 2:17-18).