Primera Lectura
Tobías 8:4-8
Los padres salieron y cerraron la puerta de la habitación. Entonces
Tobías se levantó de la cama y le dijo: «Levántate, hermana, y oremos, y
pidamos a nuestro Señor que se apiade de nosotros y nos salve.» Ella se
levantó y empezaron a suplicar y a pedir el poder quedar a salvo.
Comenzó él diciendo: ¡Bendito seas, Dios de nuestros padres, y bendito
sea tu Nombre por todos los siglos de los siglos! Te Bemdigan los cielos
y tu creación entera, por los siglos. Tú creaste a Adán, y para él creaste
a Eva, su mujer, para sostén y ayuda, y para que de ambos proviniera la
raza de los hombres. Tú mismo dijiste: No es bueno que el hombre se
halle solo; hagámosle una ayuda semejante a él. Yo no tomo a esta mi
hermana con deseo impuro, mas con recta intención. Ten piedad de mí y
de ella y podamos llegar juntos a nuestra vejez. Y dijeron a coro: «Amén,
amén.» PALABRA DE DIOS.
SALMO RESPONSORIAL
Sal 127(128), 1-2. 3. 4-5ac y 6a (℟: 4)
R Ésta es la bendición del hombre que teme al Señor.
Dichoso el que teme al Señor y sigue sus caminos. Comerás del fruto de
tu trabajo, serás dichoso, te irá bien. R
Será su esposa como vid fecunda en medio de tu casa ; serán sus hijos
como olivos nuevos en torno de su mesa. R
Ésta es la bendición del hombre que teme al Señor. Que el Señor te
bendiga desde Sion, todos los días de tu vida; que veas a los hijos de tus
hijos. R
Segunda Lectura
Efesios 5:2a,21-33
Vivid en el amor como Cristo os amó y se entregó por nosotros. Sed
sumisos los unos a los otros en el temor de Cristo: las mujeres a sus
maridos, como al Señor, porque el marido es cabeza de la mujer, como
Cristo es cabeza de la Iglesia, el salvador del cuerpo. Como la Iglesia
está sumisa a Cristo, así también las mujeres deben estarlo a sus
maridos en todo. Maridos, amad a vuestras mujeres como Cristo amó a
la Iglesia y se entregó a sí mismo por ella, para santificarla,
purificándola mediante el baño del agua, en virtud de la palabra, y
presentársela resplandeciente a sí mismo, sin que tenga mancha ni
arruga ni cosa parecida, sino que sea santa e inmaculada. Así deben
amar los maridos a sus mujeres como a sus propios cuerpos. El que ama
a su mujer se ama a sí mismo. Porque nadie aborrece jamás su propia
carne; antes bien, la alimenta y la cuida con cariño, lo mismo que Cristo
a la Iglesia, pues somos miembros de su cuerpo. Por eso dejará el
hombre a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y los dos se harán
una carne. Gran misterio es éste, lo digo respecto a Cristo y la Iglesia.
En todo caso, también vosotros, que cada uno ame a su mujer como a sí
mismo; y la mujer, que respete al marido. PALABRA DE DIOS.
Evangelio
Juan 2:1-11
2 Al tercer día se celebró una boda en Caná de Galilea, y la madre de
Jesús se encontraba allí. 2 También habían sido invitados a la boda
Jesús y sus discípulos. 3 Cuando el vino se acabó, la madre de Jesús le
dijo:—Ya no tienen vino.4 —Mujer, ¿eso qué tiene que ver conmigo? —
respondió Jesús—. Todavía no ha llegado mi hora. 5 Su madre dijo a los
sirvientes:—Hagan lo que él les ordene.6 Había allí seis tinajas de piedra,
de las que usan los judíos en sus ceremonias de purificación. En cada
una cabían unos cien litros.[a]7 Jesús dijo a los sirvientes:—Llenen de
agua las tinajas.Y los sirvientes las llenaron hasta el borde.8 —Ahora
saquen un poco y llévenlo al encargado del banquete —les dijo Jesús.Así
lo hicieron. 9 El encargado del banquete probó el agua convertida en
vino sin saber de dónde había salido, aunque sí lo sabían los sirvientes
que habían sacado el agua. Entonces llamó aparte al novio 10 y le dijo:
Todos sirven primero el mejor vino y, cuando los invitados ya han bebido
mucho, entonces sirven el más barato; pero tú has guardado el mejor
vino hasta ahora.
11 Esta, la primera de sus señales, la hizo Jesús en Caná de Galilea. Así
reveló su gloria, y sus discípulos creyeron en él. PALABRA DEL SEÑOR.
Celebración del Matrimonio
Monición
S. Queridos hermanos:
Estamos aquí, junto al altar, para que Dios garantice con su gracia
vuestra voluntad de contraer Matrimonio ante el ministro de la Iglesia y
la comunidad cristiana ahora reunida. Cristo bendice copiosamente
vuestro amor conyugal, y él, que os consagró un día con el santo
Bautismo, os enriquece hoy y os da fuerza con un Sacramento peculiar
para que os guardéis mutua y perpetua fidelidad y podáis cumplir las
demás obligaciones del Matrimonio. Por tanto, ante esta asamblea, os
pregunto sobre vuestra intención.
Escrutinio
S. NN y NN, ¿Venís a contraer Matrimonio sin ser coaccionados, libre y
voluntariamente?
R. Sí, vengo libremente.
S. ¿Estáis decididos a amaros y respetaros mutuamente, siguiendo el
modo de vida propio del Matrimonio, durante toda la vida?
R. Sí, estoy decidido.
S. ¿Estáis dispuestos a recibir de Dios responsablemente y
amorosamente los hijos, y a educarlos según la ley de Cristo y de su
Iglesia?
R. Sí, estoy dispuesto.
Consentimiento
Así, pues, ya que queréis contraer santo Matrimonio, unid vuestras
manos, y manifestad vuestro consentimiento ante Dios y su Iglesia.
Se dan la manos derecha.
Yo, NN, te recibo a ti, NN, como esposa y me entrego a ti y prometo
serte fiel en la prosperidad y en la adversidad, en la salud y en la
enfermedad, y así amarte y respetarte todos los días de mi vida.
Yo, NN, te recibo a ti, NN, como esposo y me entrego a ti y prometo
serte fiel en la prosperidad y en la adversidad, en la salud y en la
enfermedad, y así amarte y respetarte todos los días de mi vida.
Confirmación del consentimiento
S. El Dios de Abrahán,
el Dios de Isaac,
el Dios de Jacob,
el Dios que unió a nuestros primeros padres en el paraíso
confirme este consentimiento ante la Iglesia
y, en Cristo, os dé su bendición,
de forma que los que Dios ha unido,
no lo separe el hombre.
Bendigamos al Señor.
R. Demos gracias a Dios.
Bendición y entrega de los anillos
S. El Señor bendiga † estos anillos
que vais a entregaros uno al otro
en señal de amor y de fidelidad.
R. Amén.
NN, recibe esta alianza,
en señal de mi amor y fidelidad a ti.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
NN, recibe esta alianza,
en señal de mi amor y fidelidad a ti.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Bendición y entrega de las arras
S. Bendice †, Señor, estas arras,
que NN y NN se entregan,
y derrama sobre ellos la abundancia de tus bienes.
NN, recibe estas arras
como prenda de la bendición de Dios
y signo de los bienes que vamos a compartir.
NN, recibe estas arras
como prenda de la bendición de Dios
y signo de los bienes que vamos a compartir.
Oración de los fieles
Oremos, hermanos, por las necesidades de la santa Iglesia y de todo el
mundo, y encomendemos especialmente a nuestros hermanos NN y NN,
que acaban de celebrar con gozo su Matrimonio.
Por la santa Iglesia: para que Dios le conceda ser siempre la esposa fiel
de Jesucristo. Roguemos al Señor.
Por los nuevos esposos NN y NN: para que el Espíritu Santo los llene con
su gracia y haga de su unión un signo vivo del amor de Jesucristo a su
Iglesia. Roguemos al Señor.
Por nuestro hermano NN: para que sea siempre fiel al Señor como
Abrahán y admirable por su piedad y honradez como Tobías. Roguemos
al Señor.
Por nuestra hermana NN: para que sea siempre irreprensible en su
conducta, brille por su dulzura y pureza, humildad y prudencia.
Roguemos al Señor.
Por todos los Matrimonios: para que, en el amor mutuo y en la fidelidad
constante, sean en nuestra sociedad fermento de paz y unidad.
Roguemos al Señor.
Por los miembros de nuestro familia que han muerto en la esperanza de
la resurrección: para que Cristo los acoja en su reino y los revista de
gloria y de inmortalidad. Roguemos al Señor.
Escucha, Padre de bondad, nuestra oración
y concede a tus siervos,
que confían en ti,
conseguir los dones de tu gracia,
conservar el amor en la unidad
y llegar con su descendencia, después de esta vida,
al reino eterno.
Por Jesucristo nuestro Señor.
R. Amén.
Credo
Liturgia Eucarística