¿QUE ES LA RELIGIÓN?
Religión suele definirse como un sistema cultural de determinados comportamientos y prácticas, cosmovisiones, éticas,
morales, textos, lugares sagrados, profecías u organizaciones que relacionan la humanidad a elementos sobrenaturales,
trascendentales, místicos o espirituales.nota 1 Aunque no existe un consenso académico sobre qué constituye
exactamente una religión,123 Bernard Lonergan se aproxima a la religión como un conjunto de experiencias,
significados, convicciones, creencias y expresiones de un grupo, a través de las cuales sus participantes responden a sus
dialécticas de autotrascendencia y relación con la divinidad.4
Muchas religiones pueden haber organizado comportamientos, clero, una definición de lo que constituye la adhesión o
pertenencia, lugares santos y escrituras.
La práctica de una religión puede incluir rituales, sermones, conmemoración o veneración (a una deidad, dioses o
diosas), sacrificios, peregrinaciones, procesiones, festivales, festines, trance, iniciaciones, oficios funerarios, oficios
matrimoniales, meditación, oración, música, arte, danza, servicio comunitario u otros aspectos de la cultura humana.5
Muchas religiones tienen narrativas, símbolos e historias sagradas que pretenden explicar el sentido de la vida o explicar
el origen de la vida o el universo. A partir de estas creencias sobre el cosmos y la naturaleza humana, las personas
pueden derivar una moral, ética o leyes religiosas o un estilo de vida.
En promedio, las mujeres son «más religiosas» que los hombres.6 Algunas personas siguen múltiples religiones o varios
principios religiosos al mismo tiempo, independientemente de si la tradición de los principios religiosos que siguen
permite el sincretismo o no.789
Etimología
La etimología del término «religión» ha sido debatida durante siglos debido a las dos interpretaciones que se han
sostenido que además de ofrecer una propuesta acerca del origen de la palabra, subrayan alguna actitud religiosa.
Antes de ser usada con un sentido relacionado con las divinidades, el término «religión» o «religioso» era utilizado para
expresar un temor o un escrúpulo supersticioso. Así consta en textos de Julio César (De Bello Gallico VI 36) y Tito Livio
(Historia de Roma desde su fundación IV 30).
La primera interpretación relacionada con el culto es la del orador latino Cicerón que en su obra De natura deorum
ofrece la siguiente etimología: «Quienes se interesan en todas las cosas relacionadas con el culto, las retoman
atentamente y como que las releen, son llamados «religiosos» a partir de la relectura».10 Esta etimología —
filológicamente más correcta— subraya la fidelidad a los deberes que la persona religiosa contrae con la divinidad y por
tanto está más relacionada con la justicia.11
La otra etimología propuesta por Lactancio hace derivar la palabra «religión» del verbo latino religare: «Obligados por
un vínculo de piedad a Dios estamos “religados”, de donde el mismo término “religión” tiene su origen, no —como fue
propuesto por Cicerón— a partir de “releyendo”».12 Este segundo sentido resalta la relación de dependencia que
«religa» al hombre con las potencias superiores de las cuales él se puede llegar a sentir dependiente y que le lleva a
tributarles actos de culto.13
En su ensayo Del imperio romano, José Ortega y Gasset escribe «Cuando el hombre cree en algo, cuando algo le es
incuestionable realidad, se hace religioso de ello. Religio no viene, como suele decirse, de religare, de estar atado el
hombre a Dios. Como tantas veces, es el adjetivo quien nos conserva la significación original del sustantivo, y religiosus
quería decir ‘escrupuloso’; por tanto, el que no se comporta a la ligera, sino cuidadosamente. Lo contrario de religión es
negligencia, descuido, desentenderse, abandonarse. Frente a relego está nec-lego; religente (religiosus)14 se opone a
negligente».15
Definiciones y controversias
Actividades religiosas alrededor del mundo.
Desde el establecimiento del concepto, definir qué es religión (del latín religare o re-legere) ha sido y es motivo de
controversia entre especialistas y practicantes. Por ejemplo, según el sociólogo G. Lenski, es «un sistema compartido de
creencias y prácticas asociadas, que se articulan en torno a la naturaleza de las fuerzas que configuran el destino de los
seres humanos».16 Por su parte, el antropólogo Clifford Geertz propone una definición alternativa: «La religión es un
sistema de símbolos que obra para establecer vigorosos, penetrantes y duraderos estados anímicos y motivaciones en
los hombres, formulando concepciones de un orden general de existencia y revistiendo estas concepciones con una
aureola de efectividad tal que los estados anímicos y motivaciones parezcan de un realismo único».17
Debido al amplio uso del término, resulta especialmente complejo ofrecer una definición exhaustiva de la religión o del
fenómeno religioso. Sin embargo, se puede afirmar que como hecho antropológico engloba, entre otros, los siguientes
elementos: tradiciones, culturas ancestrales, instituciones, escrituras, historia, mitología, fe y credos, experiencias
personales, interpersonales, místicas, ritos, liturgias, oraciones y otras. Para un estudio detallado es útil señalar que la
religión es uno de los objetos de estudio centrales de la teología y en ello Bernard Lonergan señala ocho
especializaciones funcionales constitutivas que generan un marco amplio de análisis: 1) la investigación de datos, 2) la
interpretación, 3) la historia, 4) la dialéctica, 5) la explicitación de fundamentos, 6) el establecimiento de doctrinas, 7) la
sistematización y 8) la comunicación.18 Por ejemplo, el debate religioso ganará efectividad al centrarse en un tema
puntual, como interpretar críticamente el mismo texto o comparar fundamentos interreligiosos, pero difícilmente
avanzará al mezclar los ocho elementos sin método alguno.
Más aún, las contradicciones son a veces solo aparentes. Uno de los elementos de debate puede rastrearse al observar
que la palabra «religión» en ocasiones se usa como sinónimo de «religión organizada», «organización religiosa», o
"jerarquía religiosa" es decir, grupos de personas que respaldan el ejercicio o la actividad de ciertas creencias y
ceremonias, frecuentemente bajo la forma de entidades legales. Es decir, el debate puede explicarse del siguiente
modo: mientras los teístas suelen argumentar sobre los méritos de la autotrascendencia humana o la naturaleza de la
divinidad, los no-teístas critican los efectos nocivos de una jerarquía religiosa que favorece la decadencia de un
colectivo. Bajo una óptica dialéctica, es razonable notar elementos de razón en ambos argumentos.
Para elaborar sobre el origen del debate anterior, es útil seguir el análisis de especialización funcional, estratificación y
jerarquía propuesto por Niklas Luhmann, donde las diversas actividades al interior de los colectivos ganan naturalmente
detalle, prioridad y subordinación conforme los grupos se desarrollan.19 Así, diversas experiencias, significados,
convicciones y expresiones son atendidas primero los individuos más capaces, para después generar roles religiosos y
eventualmente jerarquías entre individuos. Puede así entenderse que con tiempo las jerarquías religiosas suelen
subordinar el interés colectivo al propio, auto afirmar su autoridad y establecer marcos normativos que les beneficien,
consolidando la clausura operativa de un grupo, descrita también por Luhmann. Sin embargo ese mismo hecho, activa la
imposibilidad futura del acoplamiento estructural del sistema religioso con su entorno, iniciando un proceso de
decadencia.
Es decir, el método de otras ciencias enriquece el debate religioso. Diversas ciencias humanas se han interesado por el
fenómeno religioso desde sus respectivos puntos de vista como por ejemplo la antropología, la sociología, la psicología y
la historia de las religiones. Por otro lado, disciplinas como la fenomenología de la religión estudian específicamente sus
manifestaciones intentando dar con una definición exhaustiva del fenómeno y mostrar su relación con la índole propia
del ser humano. En secciones subsecuentes se desarrollan más elementos para el análisis de la religión.
Filosóficamente, la religión puede ser un estilo de vida, un camino hacia la plenitud, una plenitud que inicia desde el
mismo instante que se cobra conciencia de la misma.
En un sentido más amplio, también se utiliza para referirse a una obligación de conciencia que impele al cumplimiento
de un deber.