CURSO: “LAS EMOCIONES EN EL NIVEL INICIAL”
Una vez más nos encontramos para seguir capacitándonos en este tiempo de
virtualidad, esta vez con un tema que impacta mucho en nuestro nivel y en este tiempo
que nos toca atravesar es un tema candente para las familias también.
EMOCIONES
Una palabra tan sencilla y cuanto encierra, la realidad de hoy hace que cada vez más
en las instituciones se comience a tener en cuenta a la hora de pensar en los
aprendizajes.
Poder poner en palabras parece sencillo, pero para nuestros alumnos no es tarea fácil.
Nuestro rol ante esta realidad es ser el mediador y el que brinda herramientas para…
Este es el fin de este curso, que puedas conocer un poco más sobre educación
emocional para comenzar a implementarlo, con algunas propuestas y herramientas
que puedan servirte en este momento de no presencialidad y cuando volvamos a las
salas.
¿Nos acompañas?
Para comenzar vamos a hablar un poco de ….
¿QUÉ SON LAS EMOCIONES?
Emociones: Impulsos para actuar. Planes instantáneos para
enfrentarnos a la vida. La raíz latina de la palabra emoción es “motere”,
que significa "mover", y el prefijo "e", que implica alejarse, lo que
sugiere que en toda emoción hay implícita una tendencia a actuar.
Existen cientos de emociones, junto con sus combinaciones, variables, mutaciones y
matices.
Hoy vamos a conocer algunas familias básicas:
MIEDO: temor, ansiedad, aprensión, nerviosismo, preocupación, consternación,
inquietud, cautela, incertidumbre, pavor, terror, fobia y pánico.
ALEGRÍA: simpatía, confianza, amabilidad, afinidad, placer, felicidad, alivio, contento,
dicha, deleite, diversión, orgullo, gratificación, satisfacción, euforia.
TRISTEZA: congoja, pesar, melancolía, pesimismo, autocompasión, soledad,
abatimiento, desesperación, depresión.
IRA: furia, resentimiento, cólera, exasperación, indignación, aflicción, animosidad,
fastidio, irritabilidad, hostilidad y, en el extremo, violencia y odio.
AVERSIÓN - ASCO: disgusto, desdén, desprecio, menosprecio, aborrecimiento,
repulsión vergüenza, culpabilidad, molestia, remordimiento, humillación,
arrepentimiento, mortificación y contrición.
SORPRESA: conmoción, asombro, desconcierto
Todas las personas tenemos emociones, forman parte de nosotros y tienen una
influencia enorme en nuestra manera de actuar, sentir y pensar. Podemos entender las
emociones como procesos psicológicos que se tienen por una causa (se activan ante
un cambio importante) y conllevan un análisis e interpretación de la situación.
Esto nos lleva a sentirnos de determinada manera y, finalmente, expresamos como nos
sentimos y llevamos a cabo una conducta determinada. Es decir que las emociones nos
preparan para adaptarnos y responder al entorno, siendo su función principal la
adaptación.
Las emociones y su expresión cumplen una función social muy importante ya que
contribuyen a la comunicación de aspectos muy concretos sobre cómo nos sentimos las
personas. Nos permiten dar a conocer a los demás nuestros estados emocionales y, al
mismo tiempo, comprender el estado emocional de los otros que nos rodean.
En nuestra sociedad desde una edad temprana, aprendemos a expresar las emociones
y recibimos determinadas respuestas cuando expresamos lo que sentimos. Es común
que en este aprendizaje las personas asimilen que es bueno expresar las emociones
positivas como la alegría y el amor (cuando desde pequeños reímos y sonreímos todos
a nuestro alrededor nos refuerzan positivamente) y, por el contrario, se adquiere la idea
de que expresar las emociones negativas ⎯como la ira, el enfado o la tristeza⎯ es algo
malo (cuando expresamos alguna de estas emociones el refuerzo general suele ser
negativo).
Es común entonces que las personas tiendan a mostrarse como gente amable y
educada y crean que si experimentan enfado, rabia o pena están haciendo algo malo,
por lo que se sienten culpables y reprimen la expresión emocional de esos estados.
Pero ocurre que cuanto más reprimimos este tipo de emociones peor nos sentimos, ya
que reprimirlas no es lo mismo que hacerlas desaparecer: Se quedan dentro dando lugar
a posibles trastornos y finalmente a una expresión inadecuada e incluso exagerada de
estas emociones.
Por todo esto, es fundamental que desde una edad temprana aprendamos a expresar
las emociones, liberándonos de aquello que nos hace daño a nosotros mismos y
probablemente a nuestras relaciones.
Es sano dejar salir nuestros estados emocionales. Con esto no nos referimos a una
explosión de enfado o de ira, sino a saber expresar las emociones de forma asertiva
⎯sin dañar a los demás⎯ y constructiva, haciendo que nos sirva para nuestro propio
bienestar.
Todas las emociones, tanto las positivas como las negativas, forman parte de nosotros
y, como tal, es fundamental y sano saber expresarlas
Las emociones necesitan salir: si las reprimimos no
aprendemos formas sanas de expresarlas.
¿Cómo podemos enseñarles a los niños y niñas pequeños a expresar sus
emociones de forma sana y productiva?
Las emociones son procesos psicológicos:
- Se tienen por una causa.
- Se activan ante un cambio importante.
-Conllevan un análisis e interpretación de la situación.
- Nos llevan a sentirnos de determinada manera.
Luego:
-Expresamos como nos sentimos.
-Llevamos a cabo una conducta determinada.
Es decir: las emociones nos preparan para adaptarnos y responder al entorno.
Debemos trabajar en que el alumno pueda:
-Nombrar las emociones (en ellos y en los demás)
-Fortalecer su autoestima promoviendo la creatividad, el aprendizaje significativo y
el autoconocimiento.
-Adquirir habilidades para expresar sus emociones de un modo positivo.
Ante todo, lo mencionado se abre el interrogante sobre como deberíamos actuar los
docentes para que esto sucediera, y claramente cada uno de nosotros en nuestro rol
debemos:
- Darles confianza para expresar sus emociones: no hay que censurar determinadas
expresiones emocionales o burlarse de las mismas. No debemos reírnos si la pequeña llora o
reñirlo cuando muestra un enfado.
- Enseñarles a identificar cada emoción: en ocasiones, determinadas emociones nos llevan a
conductas similares, pero la emoción que está en la base no es la misma. Para ello, cuando el
pequeño se muestre enojado es importante hablar con él, preguntarle qué le pasa, como se
siente y que él mismo llegue a identificar su propia emoción.
- Hacerles saber que es normal sentir emociones negativas: que no es malo y que no pasa
nada. Que es algo que les pasa a todas las personas. Para ello debemos mostrar nuestros
estados emocionales con naturalidad, sin dramatizar ni reprimirlos.
- Proponerles actividades que les permitan soltar determinadas emociones de forma
adecuada: practicar algún deporte, caminar, permanecer un rato a solas pensando, etc.
No olvidemos que las familias también juegan un papel importante en
nuestro nivel….
Numerosos estudios sugieren que el nivel de compromiso de las familias en el
Jardín, tiene un impacto positivo en el aprendizaje de los niños. Este compromiso se
demuestra en la participación en reuniones escolares, actos, y en estar atentos a las
demandas del Jardín. A su vez, se menciona que este efecto es mayor en los
primeros años escolares que en los posteriores.
Los niños aprenden lo que viven.
Si un niño vive criticado, aprende a condenar. Si un niño vive en hostilidad, aprende
a pelear. Si un niño vive avergonzado, aprende a sentirse culpable. Si un niño vive
con tolerancia, aprende a ser tolerante. Si un niño vive apreciado, aprende a
apreciar. Si un niño vive con equidad, aprende a ser justo. Si un niño vive con
seguridad, aprende a tener fe. Si un niño vive con aceptación y amistad, aprende a
hallar amor en el mundo.
En estos dos recuadros podemos observar que la familia también juega un rol
preponderante en este poder poner en palabras las emociones de nuestros alumnos,
por esa razón siempre es importante mantenerlos informados y hacerlos parte de cada
manifestación que sus hijos puedan tener en el jardín y también recordarles la
importancia de ser parte del mismo.
A modo de sugerencia:
Las reuniones de padres deben ser espacios de encuentro que deben ser
explotados. Las mismas deben ser anticipadas y planificadas y es de suma
importancia poder abordar en cada una algún tema de interés para las familias.
En este caso creemos que “Las emociones” sería muy enriquecedor. Podremos
orientar de manera breve y con vocabulario sencillo a las familias para que
puedan también trabajar con sus hijos sobre este tema.