TEXTO 1:
Por esta razón, la primera respuesta a nuestra pregunta <¿Qué es filosofía?> puede
sonar así: <La filosofía es una cosa... inevitable>... Pero, ¿tiene buen sentido plantearse
problema tan descomunal como es el filosófico? Si se empieza a hablar aquí de
probabilidades fuera menester declarar que el buen éxito del intento llamado filosofía es lo
menos probable del mundo. Parece una loca empresa. ¿Por qué intentarla? ¿Por qué no
contentarse con vivir y excusar el filosofar? Si no es probable el logro de su empeño, la
filosofía no sirve de nada, no hay necesidad de ella. Perfectamente; mas, por lo pronto, es un
hecho que hay hombres para quienes lo superfluo es necesario... La filosofía no brota por
razón de utilidad, pero tampoco por sinrazón de capricho. Es constitutivamente necesaria al
intelecto... Mas, ¿por qué ese afán? ¿Por qué no contentarnos con lo que sin filosofar
hallamos en el mundo, con lo que ya es y está ahí patente ante nosotros? Por esta sencilla
razón: todo lo que es y está ahí, cuanto nos es dado, presente, patente, es por su esencia
mero trozo, pedazo, fragmento, muñón. Y no podemos verlo sin prever y echar de menos la
porción que falta...
ORTEGA Y GASSET, J.: ¿Qué es filosofía?
TEXTO 2:
La filosofía es la mera idea de una ciencia posible que no está dada en concreto en
ningún lugar, pero a la que trata de aproximarse por diversos caminos (...). Mientras esa
meta no haya sido alcanzada, no es posible aprender filosofía, pues, ¿dónde está, quién la
posee y en qué podemos reconocerla? Sólo se puede aprender a filosofar, es decir, a ejercitar
el talento de la razón siguiendo sus principios generales en ciertos ensayos existentes, pero
siempre salvando el derecho de la razón a examinar esos principios en sus propias fuentes y
refrendarlos o rechazarlos.
KANT, I.: Crítica de la razón pura
TEXTO 3:
Tras quedar admirado León del talento y elocuencia de Pitágoras, le preguntó en qué
arte confiaba más, a lo que éste replicó que no conocía arte alguno, sino que era filósofo.
Asombrado León por la novedad de la denominación, le preguntó quiénes eran los filósofos y
en qué se diferenciaban de los demás. Pitágoras le respondió que la vida de los hombres se
parece a un festival celebrado con los mejores juegos de toda Grecia, para el cual algunos
ejercitaban sus cuerpos para aspirar a la gloria y a la distinción de una corona, y otros eran
atraídos por el provecho y lucro en comprar o vender, mientras que otros, no buscaban el
aplauso ni el lucro, sino que acudían para ver y observar cuidadosamente qué se hacía y de
qué modo. Así también nosotros, como si hubiéramos llegado a un festival célebre desde otra
ciudad venimos a esta vida desde otra vida y natura; algunos para servir a la gloria, otros a
las riquezas; pocos son los que, teniendo a todas las demás cosas en nada, examinan
cuidadosamente a la naturaleza de las cosas. Y éstos se llamaron amantes de la sabiduría, o
sea, filósofos, y así como los nobles van (a los juegos) a mirar sin adquirir nada para sí, así
en la vida la contemplación y el conocimiento de las cosas con empeño sobrepasa en mucho
a todo lo demás. En realidad, Pitágoras no fue el mero inventor del nombre, sino el que
amplió el campo de las cosas mismas.
HERÁCLITO: Pont., fr.88 wcic., Tusc V,3,8-10.
TEXTO 4:
El Amor es hijo de Penía (la Pobreza) y de Poros (el Recurso), y se encuentra en la
situación siguiente: en primer lugar, es siempre pobre, y está muy lejos de ser delicado y
bello, (...). Mas, por otra parte, según la condición de su padre, (...) es valeroso, intrépido y
diligente; cazador temible que siempre urde alguna trama; es apasionado por la sabiduría y
fértil en recursos; amante de la filosofía a lo largo de toda su vida y es un charlatán terrible,
un embelesador y un sofista (...). No es pobre jamás el Amor, ni tampoco rico. Se encuentra
en el término medio entre la sabiduría y la ignorancia. Pues he aquí lo que sucede: ninguno
de los dioses filosofa ni desea hacerse sabio, porque ya lo es, ni filosofa aquel que es sabio.
Pero, a su vez, los ignorantes ni filosofan ni desean hacerse sabios, pues en esto estriba el
mal de la ignorancia: en no ser ni noble ni bueno, ni sabio, y tener la ilusión de serlo en
grado suficiente (...). Sólo filosofan los intermedios entre unos y otros, entre los cuales
también está el Amor. Pues es la sabiduría una de las cosas más bellas, y el Amor es siempre
amor de lo bello, de suerte que es necesario que el Amor sea filósofo, y, por ser filósofo, algo
intermedio entre el sabio y el ignorante. Y la causa de estas tendencias ingénitas en él es su
origen, pues es hijo de un padre sabio y rico en recursos, y de una madre que no es sabia y
carece de ellos.
PLATÓN: El Banquete
TEXTO 5:
Se cuenta de Tales que, absorto en la astronomía y mientras contemplaba el cielo,
cayó en un pozo y que una criada tracia muy graciosa se burló de él, diciéndole que quería
saber lo que pasaba en el cielo y no veía lo que estaba delante de sus pies. Esta burla puede
aplicarse a todos los que emplean su vida en filosofar. En efecto, un filósofo no sólo no sabe
lo que hace su vecino, sino que además ignora casi si es un hombre u otro tipo de animal. En
cambio, investiga y se esfuerza en descubrir qué es el hombre, y qué caracteres distinguen su
naturaleza de las demás por la acción y la pasión.
TEXTO 6:
Un filósofo es alguien que constantemente vive, ve, oye, sospecha, espera, sueña
cosas extraordinarias; alguien al que sus propios pensamientos lo golpean como desde
fuera (...); parece un hombre fatal, rodeado siempre de acontecimientos inquietantes. Un
filósofo: ay, un ser que con frecuencia huye de sí mismo, que con frecuencia tiene miedo de
sí –pero que es demasiado curioso para no volver a sí una y otra vez-.
NIETZSCHE, F.: Humano, demasiado humano
TEXTO 7:
La filosofía nace de nuestro asombro por la existencia del mundo y de nuestra propia
existencia, que se imponen a nuestro entendimiento como un enigma cuya solución no ha
dejado nunca de preocupar a la humanidad.
SCHOPENHAUER, A.: El mundo como voluntad y representación
TEXTO 8:
Lo que en un comienzo lanzó a los hombres a la reflexión filosófica fue la
admiración; al principio, admirados por los fenómenos más comunes; luego, avanzando
poco a poco y planteándose problemas mayores intentaron explicarse los cambios de la luna
y los relativos al sol y a las estrellas, finalmente la formación del universo...
Pero el que se plantea un problema o se admira, reconoce su ignorancia. Por lo
tanto, si filosofaron para huir de la ignorancia, está claro que buscaban el saber en vista
del conocimiento y no por alguna utilidad. Un hecho lo prueba: esta disciplina comenzó a
buscarse cuando ya existían casi todas las técnicas (artes) que están relacionadas con las
necesidades, el bienestar o el placer. Es, pues, evidente, que no la buscamos por ninguna
otra utilidad, sino que la consideramos la única ciencia libre, pues solo la estudiamos por
ella misma. Así pues, todas las ciencias son más necesarias que ésta; pero mejor, ninguna.
ARISTÓTELES: Metafísica, L.I.
TEXTO 9:
Cúmplenos decir, ante todo, que la filosofía se acuesta más a la poesía que a la
ciencia. Cuantos sistemas filosóficos se han fraguado como suprema concinación de los
resultados finales de las ciencias particulares, en un periodo cualquiera, han tenido mucho
menos consistencia y menos vida que aquellos otros que representaban el anhelo integral del
espíritu de su autor.
Y es que las ciencias, importándonos tanto y siendo indispensables para nuestras
vidas y nuestro pensamiento, nos son, en cierto sentido, más extrañas que la filosofía.
Cumplen un fin más objetivo, es decir, más fuera de nosotros...
La filosofía responde a la necesidad de formarnos una concepción unitaria y total del
mundo y de la vida, y como consecuencia de esa concepción, un sentimiento que engendre
una actitud íntima y hasta una acción. Pero resulta que ese sentimiento, en vez de ser
consecuencia de aquella concepción, es causa de ella. Nuestra filosofía, esto es, nuestro
modo de comprender o de no comprender el mundo y la vida, brota de nuestro sentimiento
respecto a la vida misma. Y ésta, como todo lo afectivo, tiene raíces subconscientes,
inconscientes tal vez.
UNAMUNO, M.: Del sentimiento trágico de la vida
TEXTO 10:
El campo de la filosofía se resume en las siguientes preguntas:
1. ¿Qué puedo saber?
2. ¿Qué debo hacer?
3. ¿Qué me está permitido esperar?
4. ¿Qué es el hombre?
De la primera pregunta se ocupa la metafísica; de la segunda, la moral; de la
tercera, la religión; y de la cuarta, la antropología.
Pero, en realidad, todas ellas se podrían incluir en la antropología, pues las tres
primeras preguntas se refieren a la última.
KANT, I.: Logik; Cassirer, VIII, pp. 343-344
TEXTO 11:
La filosofía debe ser estudiada no por las respuestas concretas a los problemas que plantea
(...), sino más bien por el valor de los problemas mismos; porque estos problemas amplían
nuestra concepción de lo posible, enriquecen nuestra imaginación intelectual y disminuyen
la seguridad dogmática que cierra el espíritu a la investigación; pero, ante todo, porque por
la grandeza del Universo que la filosofía contempla, el espíritu se hace a su vez grande, y
llega a ser capaz de la unión con el Universo que constituye su supremo bien.
RUSSELL, B.: Los problemas de la filosofía
TEXTO 11:
La filosofía debe ser estudiada no por las respuestas concretas a los problemas que plantea
(...), sino más bien por el valor de los problemas mismos; porque estos problemas amplían
nuestra concepción de lo posible, enriquecen nuestra imaginación intelectual y disminuyen
la seguridad dogmática que cierra el espíritu a la investigación; pero, ante todo, porque por
la grandeza del Universo que la filosofía contempla, el espíritu se hace a su vez grande, y
llega a ser capaz de la unión con el Universo que constituye su supremo bien.
RUSSELL, B.: Los problemas de la filosofía