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Capítulo 20

En medio de un conflicto, un misterioso individuo con un traje blindado confronta a Jack, el líder escarlata, revelando su deseo de derrocar su dictadura. Tras una intensa pelea, el desconocido logra escapar con Silvia, mientras Jack reflexiona sobre sus habilidades y la amenaza que representa. La historia se desarrolla en un contexto de venganza y dilemas morales, donde los personajes luchan con su pasado y la línea entre el bien y el mal.

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Capítulo 20

En medio de un conflicto, un misterioso individuo con un traje blindado confronta a Jack, el líder escarlata, revelando su deseo de derrocar su dictadura. Tras una intensa pelea, el desconocido logra escapar con Silvia, mientras Jack reflexiona sobre sus habilidades y la amenaza que representa. La historia se desarrolla en un contexto de venganza y dilemas morales, donde los personajes luchan con su pasado y la línea entre el bien y el mal.

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Capítulo 20

Joven entusiasta
En medio de tanta conmoción, los soldados intentan entrar a la habitación dónde se
encuentra su líder, pero son asesinados por una ráfaga de disparos que salieron de
entras las sombras y el humo.

Una persona de aproximadamente 1.90 con un traje altamente blindado y lo que


parecer ser una manta negra alrededor de su cuello y bajando sus hombros,
asemejándose a una capa improvisada, sale de entre las sombras y únicamente se
puede ver su máscara metálica y con un visor negro. Luego de un largo suspiro
rompe el cristal y se mete a la habitación.

—Mira nada más, el queridísimo líder escarlata. —mencionó el individuo


desconocido.

—¿Y tú quién carajos eres? ¿Ares, volviste para terminar lo que empezaste? —Jack
se mostró muy frío ante la presencia del hostil desconocido.

—Ares está muerto, esta belleza de aquí lo dejó sin piernas justo antes de darle un
balazo entre ceja y ceja. —el individuo muestra una katana que tiene en su costado.
—verás, no me agradan las entradas ruidosas y sobre todo detesto usar balas pero
siempre se pueden hacer excepciones. —mencionó mientras se acercaba a Jack.

—¿Un mercenario? ¿no pudieron ser más originales? —Jack miró con una sonrisa a
Silvia.

—No soy un mercenario, soy solo alguien que quiere un mundo mejor y no me
pagan por hacer añicos a tu especie de dictadura. No la mires a ella, mírame a mí
Jack. —el individuo camina hasta estar a escasos centímetros de Jack.

—Bien, como quieras. —Jack mira de arriba abajo al invasor y sonríe.

—¿Buen blindaje no? —el extraño sujeto saca su espada.

—Bastante avanzado para ser de la resistencia. —Jack comienza a extrañarse viendo


las marcas que hay en el traje, anonadado de que algo así fuera capaz de resistir
impactos de bala de un calibre tan alto.
—Adelante, toma mi katana e intenta derrotarme. —el individuo le entrega su
espada a Jack.

—¿¡QUÉ CARAJOS ESTÁS HACIENDO?! —gritó Silvia desesperada.

—Lo mismo podría decirte a ti. —aquel misterioso soldado mira fijamente a Silvia.

—¡YA DEJA DE HABLAR Y MÁTALO! —Silvia estaba llena de ira y sus ojos se
ponían rojos de aguantar tanto las lágrimas.

Jack aprovecha el descuido del individuo y toma rápidamente su katana para luego
atacarlo, pero el habilidoso soldado logra esquivar exitosamente su ataque.

—Buen intento, aunque no muy ético. —el desconocido se coloca en posición de


combate.

Jack totalmente impiadoso ataca a matar, pero el soldado es mucho más ágil que él,
con cada intento que hace se agotan sus energías mientras que el extraño solamente
esquiva sin intenciones de atacar.

—Tienes buen entrenamiento, pero yo pasé 7 años en el infierno. —Jack suelta una
bomba de humo rápidamente para confundir al soldado.

En medio de la pequeña nube Jack ataca al individuo que rápidamente le arrebata la


katana de sus manos y le da un golpea en la mandíbula que deja en el suelo al líder
escarlata. Incluso en el humo los sentidos del soldado parecían no verse afectados.

—Manejar una katana es un arte que al parecer aún te falta perfeccionar. —el
desconocido mira desde arriba al líder escarlata.

Jack aprovecha nuevamente la confianza del individuo y lo derriba de una patada,


pero cuándo intenta arremeterlo el soldado bloquea sus movimientos a la perfección.
El joven Wolff lograba bloquear también sus golpes, pero se sentía extraño ya que
sus estilos de pelea eran idénticos, aquel individuo era como luchar contra su propio
reflejo.

—Eso era todo, solo quería que vieras que somos idénticos combatiendo…la
diferencia aquí es que yo no soy un dictador cobarde que justifica sus masacres con
la corrupción del gobierno. Me iré de aquí con ella, pero, no te preocupes nos
volveremos a ver y te prometo que la próxima vez no te sabrás todos mis
movimientos.
—La próxima vez, me quedaré con tu katana luego de arrancártela del cráneo,
claramente. —dijo Jack mientras sacaba un cigarrillo.

—Si tan solo no hubieras sido un maldito necio, la resistencia jamás se habría
creado, acabaremos contigo y esto no es una advertencia, es un aviso. —el individuo
rompe las cadenas de Silvia.

Jack mira fijamente al desconocido mientras se lleva a Silvia de la habitación para


luego retirarse con ella en un helicóptero militar.

—A juzgar por sus movimientos debe ser algún militar veterano muy rencoroso,
maldita sea sentí que peleaba contra mi maldita sombra y no puedo creer que el
humo no lo haya desorientado incluso con esa máscara puesta no es posible…tiene
reflejos demasiado buenos. Parece que la resistencia estuvo ocupada. —mencionó el
líder escarlata mientras veía los cadáveres de sus milicianos en el suelo.

Más tarde esa noche en algún lugar de Nueva York…

En las alturas de un hotel abandonado se encuentran aquel individuo misterioso y


Silvia, quiénes decidieron parar en un sitio para extraer 2 compañeros de la zona.

—Está linda la noche, amo las tormentas, aunque no tan fuertes desde luego. —dijo
el soldado mientras veía por la ventana.

—Eres un maldito idiota, ¿lo sabías? —mencionó muy malhumorada Silvia.

—¿En qué carajos estabas pensando? las órdenes de la jefa fueron muy claras
respecto a Jack. —el individuo mira fijamente a Silvia.

—Al carajo, ella no quiere aceptar que no quiere matarlo por su pasado. —Silvia
toma agua de su botella para calmarse.

—Sé cuánto quieres matarlo, pero ese sentimiento de odio no es bueno, así empezó
él y ahora es un maldito dictador, somos mejores que eso. —el soldado camina hacia
dónde Silvia y se sienta a lado de ella.

—Quítate la puta máscara cuándo me hables Andreik, no tienes ni idea de como me


siento. Ese desgraciado le dio armas al hermano de alguien que él mismo mató a
golpes para que hiciera un tiroteo y luego provoco su suicidio, todo para que no lo
llevaran a prisión. Heather se desangró justo en frente de él y simplemente la ignoró
como si fuera basura, el chico por el cuál lo daría todo resultó ser un psicópata que
no ama a nadie más que así mismo. —Silvia comienza a desmoronarse y mira hacia
el suelo.

—Lo lamento mucho, pero entre más te permites consumirte en odio más
probabilidades tienes de perder tu humanidad. Recuerda para quienes luchamos
Silvia. —Andreik se quita la máscara finalmente.

—Se hubiera reído en tu cara al ver tu rostro y darse cuenta de lo joven que eres,
¿cuántos me dijiste que tenías? —preguntó Silvia con una leve sonrisa.

—19 y a decir verdad me sorprendió lo calmado que estaba ante la situación. —


mencionó Andreik mientras miraba a través de la ventana como la lluvia se
intensificaba.

—Andreik, lo vi directo a los ojos y le recordé todo nuestro pasado y ni se inmutó.


Él no siente absolutamente nada y la general no lo comprende, el factor nostalgia no
nos va servir…tenemos que matarlo quieran o no. —dijo Silvia con una lágrima
escurriendo sobre su rostro.

—Mira a nuestro alrededor, estamos rodeados de pura muerte a dónde quiera que
vayamos. Las masacres son un círculo vicioso que no podemos adoptar por más
daño que él haya hecho, yo mato porque debo hacerlo, pero al final del día detesto
arrebatar vidas de formas tan horribles. He decapitado alrededor de 15 personas
cuándo hace apenas un año jamás en mi vida había matado a alguien. —Andreik
mira su máscara nostálgicamente.

—Eres uno de los pilares más fuertes que tenemos ahora mismo, por favor nunca
pierdas de tu mente la visión de nuestra general. —Silvia toma el hombro de
Andreik.

—Hay muchos soldados que pueden hacerle frente fácilmente al líder escarlata, no
trates de subir mi ego. —Andreik muestra una leve sonrisa.

— Ninguno fue entrenado idéntico a él a diferencia de ti, eres un prácticamente un


clon de combate. —Silvia saca una foto de un niño pequeño de su bolsillo.

—¿Y ese quién es? —preguntó confundido Andreik.

—Es mi hijo, Frank. —Silvia comienza a bajar la voz.

—Nunca te había hablar sobre él. Qué tierno. —Andreik toma la foto por un costado
de la misma.
—Murió hace 2 años, durante la gran invasión escarlata un soldado entró a mi casa y
disparó a quemarropa a mi esposo y a mi hijo en la sala mientras yo estaba en el
trabajo. —Silvia guarda la foto.

—Sería triste si no fuera porque conozco a tu hijo, la general me hizo cuidar su


refugio durante meses antes de ir al campo de batalla. Tu esposo te abandonó
durante el estallido de la milicia, no intentes engañarme. Nada me hará cambiar de
parecer respecto a Jack, créeme que ya me he enterado de cada una de sus
atrocidades, pero la línea entre él y nosotros es demasiado delgada, no sé tú pero
prefiero no cruzarla, somos la esperanza del pueblo no su próxima plaga. —Andreik
se recuesta sobre el piso comienza a ver el techo.

—Tú y la general serán los responsables de nuestra perdición. Para empezar ¿de
dónde carajos eres? no sabemos casi nada sobre ti, ni siquiera sabemos si tienes una
puta familia Andreik… ¿de qué lado estás realmente? seguro haz estado endulzando
el oído de la general para así convencerla de no atacar directamente a tu verdadero
jefe. —Silvia pone su cuchillo sobre la garganta de Andreik quién se encontraba
tranquilo con los ojos cerrados concentrándose en el relajante sonido de la lluvia.

—Estoy del lado de aquellos que no se pueden defender y si te quieres convertir en


una carnicera con sed de venganza que no mide sus acciones ni mucho menos las
medita entonces iré por ti. Deja tu insistencia en el tema y cálmate un segundo,
habrá tiempo para el líder escarlata y de sobra, pero por ahora tenemos cosas más
importantes que hacer. —dijo Andreik mientras su miraba se perdía en la madera
vieja del techo notablemente descuidado.

—¿¡Qué carajos puede ser más importante que el puto líder de la Milicia!? —alzó la
voz Silvia muy exaltada y a los segundos el celular de Andreik estaba sonando.

—Esto. —mencionó Andreik para acto seguido contestar aquella llamada.

—Señor, ya estamos de camino. —dijo una voz familiar.

—entendido Yasmin ¿El objetivo fue sedado ya? —preguntó Andreik levantándose
del suelo y tomando su máscara.

—Pronto señor, se detuvo a orinar. Cuando regrese al auto lo sedaremos, lo hemos


engañado para llevarlo justo hasta dónde se encuentra usted. —mencionó Yasmin
mientras la señal se entrecortaba un poco debido a los fuertes rayos de la tormenta.
—Bueno, dense prisa recuerden que estamos en territorio muy hostil y las patrullas
nocturnas no tardarán en aparecer. Adiós y recuerden seguir el protocolo. —Andreik
cierra la llamada mientras mira con una sonrisa pequeña a Silvia quién seguía
notablemente enfadada y confundida.

A unos cientos metros del edificio en dónde sería extraídos se encontraban Yasmin y
Mason quién esperaban en el coche en plena tormenta eléctrica a que Damien
llegara.

—Este imbécil se está tardando demasiado, me estoy muriendo de frío…solo quiero


llegar a las instalaciones y darme una buena ducha caliente, agh. —se quejó Mason
mirando hacia la ventana el tormentoso sitio.

—No seas llorón, yo estuve 5 meses en el puto lugar más caliente del planeta y
luego al llegar la noche la temperatura bajaba hasta hacerte sentir como si tus pies se
volvieran hielo. —dijo Yasmin entro sorbos a su café.

—Simplemente odio las tormentas eléctricas, no tenías que venir con tu complejo de
super humana responsable. —Mason se recuesta sobre la ventana.

—Me gusta recordarte lo dramático que eres por un poquito de frío. —mencionó
riendo la experimentada combatiente.

Entre risas y algunos comentarios bromistas finalmente Damien llega al auto y el


plan estaba a punto de ser ejecutado.

—Carajo, lo siento chicos. Estos trajes no son precisamente muy sencillos de quitar
para ir al baño, debería mencionarle a Jack que necesitan una mejora estuve
literalmente 15 minutos volviendo a poner todo en su sitio. —dijo Damien mientras
ponía el auto en marcha.

—No te preocupes, nos ocurre todo el tiempo y es bastante fastidioso. —mencionó


Mason mientras sacaba discretamente una pistola con dardos tranquilizantes.

—Sí, es horrible la verdad. —Yasmin mira a su hermano y le hace señas con las
manos.

—¿Ah sí? qué extraño, creí que ese inconveniente solo venía con los trajes para
comandos especiales. Los trajes de soldados rasos son bastantes cómodos. —
Damien mira a Yasmin por el retrovisor y luego de reojo ve un arma sobresaliendo
de Mason.
—El edificio es el siguiente. —Mason preparaba su arma.

—Aunque claro eso lo sabrían si fueran milicianos de verdad y no unos idiotas que
me creen un simple novato. —Damien frena bruscamente y los hermanos quedando
aturdidos.

—¿¡Qué mierda!? —gritó Yasmin bastante desorientada.

—Lo supe en cuánto los vi, sólo querían que me llevaran con su maldito jefe. ¿Para
quién carajos trabajan? —Damien tomó su cuchillo y lo clavó justo en el ojo
izquierdo de Mason, quién rápidamente invadió el auto en gritos ensordecedores.
Acto seguido toma por el cuello a Yasmin.

—¿Relájate sí? —dijo Yasmin con su garganta entrecerrada.

—Dime el nombre de tu jefe o el próximo sitio en dónde irá mi cuchillo será en tu


ojo. —Damien apretaba más y más fuerte el cuello de Yasmin.

—¡Vete al carajo! —Yasmin saca fuerzas para zafarse de las manos de Damien al
mismo tiempo que Mason logra dispararle el tranquilizante en el abdomen en un
descuido del miliciano escarlata.

—¡Larguémonos de aquí ya! —gritó Mason mientras se sacaba el cuchillo de su ojo


y se inyectaba adrenalina para poder continuar.

—Hijos de perr…—Damien sale del auto desorientada y finalmente se desploma en


el piso.

—¡USTEDES! ¿QUÉ HACEN AQUÍ? —gritó un soldado mientras sacaba su arma.

—¡Esto no puede estar pasando! ¡AGH! —Yasmin saca su pistola y fulmina de un


disparo en la cabeza al soldado que se les estaba acercando mientras tanto su
hermano se metía al edificio llevando consigo el cuerpo inconsciente de Damien.

—Esta imbécil pesa demasiado para verse así de delgado. —Mason se mete al
ascensor rápidamente y su hermana también.

—Carajo, carajo. Carajo… ¡NO PUEDE SER! —gritó Yasmin luego de golpear la
pared del ascensor.

—¿Nos oyeron verdad? agh, siento que me voy a…dormir. —Mason perdía
considerablemente sus fuerzas.
—¡NO! ¡NO! ¡NO! Quédate despierto maldito imbécil, no me dejes por favor, tienes
que levantarte. —Yasmin lucía completamente desesperada ante la delicada
situación.

—Tranquila, solo necesito reposar un poco…—Mason estaba prácticamente de


rodillas hasta que finalmente llegan al piso de Andreik.

—¿Qué mierda pasó? Mason luce hecho pedazos y tú también, les dije que tuvieran
cuidado con el objetivo. —Andreik se sorprende al ver estado de ambos soldados.

—Luego preguntas, hay que largarnos mi hermano se está desangrando. Un soldado


me vio, pero no creo que sea para tanto, su patrulla seguro estaba lejos. —Yasmin
carga a su hermano quién ya estaba inconsciente cuándo de repente una explosión
sacude al edificio entero.

—¿Qué fue eso? —preguntó Silvia tornándose un poco nerviosa.

—Yasmin, ¿segura que ese soldado estaba solo? —Andreik mira a su alrededor.

—Es imposible que no, de lo contrario ya me hubieran perseguido muchos soldados


hasta acá. —Yasmin se veía muy impaciente y mientras todos analizan la situación
aquel cuarto se llenó de una luz fuerte que provenía de afuera junto con el sonido de
un helicóptero.

—¡Por órdenes del gobierno de Estados Unidos suelten sus armas y entréguense, un
equipo de aprehensión ya está subiendo hacia su posición y afuera hay decenas de
soldados listos para disparar a la mínima señal de resistencia! Su helicóptero fue
destruido, no hay escapatoria. —dijo aquel militar a través de su megáfono.

—Vaya vaya, debido a su pésima ejecución de un plan tan sencillo ahora los van a
capturar. —mencionó Andreik en un tono desilusionado.

—¡Al carajo! ¡mi hermano se está desangrando! ¿¡por qué sigo las órdenes de
alguien que nunca ha mostrado su rostro?! Yo solía ser la general o la comandante
no la herramienta de un completo desconocido. —Yasmin desesperada por la
situación se deja invadir por la rabia.

—Recuerda muy bien para quién estamos luchando, si tienes problemas para recibir
órdenes entonces quizás la general cometió un error en reclutarte. Puedes largarte
cuándo quieras si tienes un problema conmigo, pero si planeas desobedecer y hacer
lo que quieras no tendré problemas en reprenderte, las personas como tú impiden
que la resistencia pueda llevarle ventaja al líder escarlata. —Andreik toma por el
cuello a Yasmin y pone su katana en el abdomen de la irreverente combatiente.

—¡SUELTEN SUS ARMAS YA! —alrededor de 6 soldados derriban la puerta de la


habitación.

—Volveré por ustedes, lo prometo. —Andreik suelta a Yasmin.

—¿¡De qué carajos hablas!? —gritó Silvia mientras veía fijamente a Andreik.

—Por esto prefiero salir solo a expediciones de captura y extracción. —el traje de
Andreik comienza a soltar un humo que desorienta a todos en la habitación, los
soldados confundidos comienzan a ser noqueados por él hasta que finalmente logra
avanzar hasta el pasillo.

—Quédate justo en dónde estás. —un soldado sale de una habitación y apunta a la
cabeza de Andreik justo cuándo estaba a unos centímetros de la ventana.

—Esto no me parece una buena idea amigo. —Andreik se voltea y recibe un disparo
en su máscara.

—¡¿Qué?! ¿¡de qué está hecha tu máscara!? — el soldado vacía todo su cargador en
el rostro de Andreik, pero es totalmente en vano.

—Te dije que no era la mejor decisión. —Andreik estrella la cabeza del soldado
contra la pared y lo noquea al instante, el casco protector del sujeto quedó hecho
añicos.

Silvia y los demás son capturados y noqueados por el gobierno estadounidense


mientras que Andreik escapaba por la parte trasera de aquel hotel abandonado, el
joven tardó horas en salir de Nueva York y esquivar cientos de soldados solo para
llegar a Sunken Forest dónde se encontraría con la milicia escarlata para su
desgracia.

24 horas después...

En un sitio frío que parece ser una celda avanzada se encuentran Silvia, Yasmin y
Damien, todos despiertan encadenados de pies y manos completamente confundidos
ante la situación sobre todo la más experimentada, Yasmin.

Una mujer pelirroja entra en la habitación y se ríe de ellos mientras se sienta en una
silla justo al frente de todos.
—Premio doble, la mano derecha de Jack y dos miembros de la resistencia…todos a
mi merced. —la mujer saca un cigarrillo.

—¿En dónde carajos está mi hermano? —preguntó Yasmin alterada.

—Se estaba desangrando así que ahora está en una camilla médica, relájate que aquí
las preguntas las hago yo. Me llamo Sasha Ivanov y a partir de ahora ustedes
trabajan para mí. —la mujer enciende aquel cigarro.

—Ni en tus sueños. —Damien escupe al piso.

—Pensé que dirías eso, pero no te preocupes siempre estoy preparada para este tipo
de situaciones. —Sasha enciende una gran pantalla en dónde se muestran la madre y
la hermana de Damien.

—¡NO! ¡NO ES POSIBLE! Ellas estaban en un refugio… —Damien mira fijamente


a Sasha.

—Nadie se escapa de mí, nadie. —Sasha muestra a una niña pequeña en pantalla.

—¿Keyla? —Yasmin rechina sus dientes de la rabia.

—Tu pequeña sobrina está en buenas manos no te preocupes, siempre y cuándo


hagas exactamente lo que te pida. —los grisáceos ojos de la calmada mujer se
posaban sobre Silvia.

—¿Qué quieres de nosotros? —Silvia lucía aterrada.

—Serán mis ojos y oídos en la milicia escarlata y en la resistencia respectivamente,


me pasarán información cada domingo sin falta a menos que quieran que sus
familiares sufran algo muy trágico. Para ti Silvia solo puedo decirte que, si cumples
mis órdenes, tendrás toda la diversión con Jack Wolff que quieras…verás estoy
buscando a su hija y estoy buscando matarlo también.

—¿¡HIJA!? —responden todos sorprendidos.

—Sí, hija. Jack Wolff embarazó a mi hermana Zaria hace 12 años, mi entre comillas
querida hermana me contó que había abortado, pero al parecer me mintió y me lo
contó hace unos meses apenas cuándo murió, dio en adopción a la pequeña. Sé que
la general sabe en dónde está esa niña y ustedes le van a sacar esa información. —
Sasha frunce su ceño.

—¿Por qué la general sabría algo así? —preguntó Silvia muy confundida.
—Porque la madre adoptiva de aquella niña fue miembro de la resistencia y justo
cuándo planeábamos capturarla a ella y a su hija, fue asesinada por un miliciano y su
hija rescatada por miembros de la resistencia y dentro de esos miembros estaba la
general Lucía Costa, desde entonces no sabemos de su paradero y los miembros que
rescataron a la niña murieron en combate excepto Lucía, así que ella sabe en dónde
se esconde. —Sasha se levanta y se acerca a Damien.

—Dios…qué carajos, estoy procesando esta mierda. ¿Por eso la general no quiere
matar a Jack? —Silvia luce aún más confundida y se recuesta sobre la pared.

—¿Por qué deberíamos confiar en ti? —preguntó Yasmin subiendo la voz.

—No les queda de otra, tienen enemigos en todas partes. El gobierno los quiere
muertos, le estoy ofreciendo libertad a cambio de que traicionen sus bandos. No lo
piensen mucho, la resistencia es un movimiento encaminado al fracaso y pues la
milicia escarlata es la culpable de todo este caos, su líder es un completo psicópata y
lo quiero muerto. —Sasha saca un cuchillo y lo pone en la garganta de Damien. —
Ni se te ocurra mencionar algo de esto a tu querido líder, no seas ingenuo y haz que
tu familia no termine acribillada. —Sasha baja su cuchillo.

—Vete al carajo, está bien. —Damien se aparta lentamente de Sasha.

—¿Exactamente para qué quieres a la hija de Jack? —preguntó Yasmin acercándose


a Sasha.

—Ella es la heredera del clan Ivanov, cuándo yo muera legalmente ella será dueña
de todo. Si no la encuentro todo el legado quedará a cargo de las estúpidas hijas de
mi primo, y bueno también del imbécil de su hijo. 3 idiotas manejando un legado
que tiene siglos, no gracias además no quiero que Jack la encuentre y le inculque
cosas que no debe, es un sanguinario sin piedad alguna que jamás debe darse cuenta
que tuvo una hija. —Sasha camina hacia la puerta.

—Tú eres igual que él, acabas de amenazar con matar a mi sobrina de 7 años.
¡Maldita psicópata! —gritó Yasmin desde su rincón.

—¿Pero no está muerta o sí? no le falles a tu prima, eres la única familia que tiene
en estos momentos. —Sasha suelta una risa burlona.

—Espera, pero y mi herm- ¿¡de qué carajos hablas!? —Yasmin se pone nerviosa.

—¿En serio creíste que mi equipo salvaría a un miembro de la resistencia? Solo


quería calmarte para poder tener una conversación calmada, le di un disparo a la
cabeza y listo. Mejor dame las gracias de que fue una muerte rápida, el gobierno
tiene sus métodos bastantes sangrientos. —con una sonrisa Sasha se voltea y mira
fijamente a Yasmin.

—¿¡QUÉ TÚ QUÉ!? —Yasmin corre hacia la indiferente mujer invadida por la


rabia.

—Sí, yo maté a tu hermano. —Sasha saca un control remoto y presiona un botón


que le induce una fuerte descarga eléctrica a Yasmin, queda desplomada justo a unos
centímetros de ella. —Y mataré a tu sobrina si no obedeces mis órdenes, no intenten
engañarme ninguno de ustedes, créanme que yo me entero de todo y muy rápido. —
viéndola en el suelo mientras lloraba Sasha la escupe en la cara. —a partir de este
momento, ustedes son de mi absoluta propiedad, si me intentan traicionar terminarán
matando a sus seres queridos, así que sean buenas chicas y buen chico para mí. —
Sasha finalmente abandona la habitación.

Luego de años la enemiga acérrima de Jack que ordenó la brutal y sangrienta muerte
la hermana del líder escarlata. reaparecería para destruirlo a cualquier costo, Jack
tenía enemigos por todos lados y la situación iría de mal en peor para todos. El joven
Andreik se aventuraría en un bosque de peligros que le recordarían aquel tormentoso
pasado que lo persigue con cada vida que toma.

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