GOBIERNO DEL ESTADO DE MICHOACÁN
SECRETARÍA DE EDUCACIÓN EN EL ESTADO
CENTRO REGIONAL DE EDUCACIÓN NORMAL
Licenciaturas En Educación Primaria y Secundaria con
Especialidad en Telesecundaria
Clave: l6DNL0004B Arteaga, Michoacán
ASIGNATURA: ESTRATEGIAS DE TRABAJO DOCENTE.
CUARTO SEMESTRE
LICENCIATURA EN EDUCACIÓN PRIMARIA.
ANTOLOGÍA DIDÁCTICA DE ACTIVIDADES DE
INTERACCIÓN.
PRACTICANTE: OBED PANIAGUA MALDONADO.
GRADO: 5º GRUPO: “B”
ASESOR DE PRÁCTICA:
DR. HÉCTOR DUNSTANO MORFÍN PÉREZ.
CICLO ESCOLAR: 2022-2023.
ARTEAGA, MICHOACÁN, A 25 DE ABRIL DE 2023.
PACO EL CHATO
Había una vez en un rancho conocido como "7 vacas" un niño
que se llamaba Paco el Chato, Paco el Chato vivía ahí desde
su nacimiento, al cumplir seis años Paco debía de entrar a la
escuela.
Para eso su papá don Pancho lo llevo a la ciudad donde vivía
su abuelita, entonces su abuelita lo llevó a la escuela.
Paco era muy pequeño así que al llegar a la escuela, el primer
día de clases su abuelita le dijo: "A la hora de salida me
esperas en la puerta".
Paco muy emocionado entró a la escuela allí llego al 1° grado,
grupo "A" uno por uno se presentaron hasta que le tocó a
Paco muy emocionado dijo: "Me llamo Paco el chato, vengo
del rancho 7 vacas".
Paco tuvo un excelente día de clases pero no un buen día por
la ciudad por que a la hora de la salida estuvo esperando,
Paco esperó un rato después empezó a caminar y se perdió.
Cuando su abuelita llegó ¡Paco ya no estaba!.
Mientras que Paco se asustó por que se perdió y se puso a
llorar. Un policía lo oyó y fue a su llanto, le preguntó su
dirección, Paco no sabía su dirección, el policía pensó: "Mmm,
caso muy grave"
Así que lo llevó a la estación de radio para que avisaran que
ahí estaba.
La abuelita de Paco oyó el aviso y fue a buscarlo, al
encontrarlo le preguntó qué por qué no esperó Paco dijo: "Es
que teníamos clases cuando nos dijeron que ya nos podíamos
ir" su abuelita comprendió que habían salido antes y se lo
explicó.
Paco prometió aprender su dirección y colorín colorado este
cuento se ha acabado.
LA CARTA
Zaragoza, viernes 19 de junio de 2015.
Queridos abuelos:
Ayer fue el último día del curso, aunque también hicimos
fiestas y actividades en el cole el martes y el miércoles.
El martes nos inventamos una obra de teatro sobre el
verano y la representamos para los compañeros de la otra
clase de 2º. Ellos habían inventado su obra de teatro y
también la vimos. Nos gustó mucho y nos lo pasamos muy
bien.
Como ese día era el cumpleaños de Rubén, trajo a clase un
bizcocho con fresas que habían hecho él y su padre y nos lo
comimos antes del recreo. Estaba muy bueno.
El miércoles fuimos todos los niños de 1º y 2º al salón de
actos del colegio. Es una sala muy grande con butacas y un
escenario. Allí estuvimos escuchando a un cuentacuentos.
Cuando vaya a veros os contaré el cuento que más me
gustó: “Alicia en el País de las Maravillas”
Ayer, como hacía mucho calor, hicimos una fiesta con agua
para despedirnos hasta septiembre. Todos llevamos puesto
el bañador para poder jugar. ¡Había muchas actividades
divertidas! Pero lo que más me gustó fueron las piscinas
grandes que pusieron para bañarnos en la parte de atrás.
¡Ojalá todos los días del colegio fueran así!
El año que viene voy a empezar 3º de Primaria.
Estoy deseando ir al pueblo con vosotros para contaros todo
en persona. ¡Nos vemos pronto!
Muchos besos.
Alicia.
La garza real
Un fresco día de verano, una elegante garza real salió de entre los juncos y
se fue a pasear ¡Era un día perfecto para dar una vuelta y ver el hermoso
paisaje!
Se acercó a la laguna y vio un pez que le llamó la atención. Era una carpa
que jugueteaba alegremente entre las aguas.
– ¡Uhmmm! ¡Es una presa grande y sería muy fácil para mí atraparla! –
pensó la garza – ¡Pero no!… Ahora no tengo apetito así que cuando me entre
hambre, volveré a por ella.
La garza siguió su camino. Se entretuvo charlando con otras aves que se fue
encontrando y más tarde se sentó un ratito a descansar. Sin darse cuenta,
habían pasado tres horas y de repente, sintió ganas de comer.
– ¡Volveré a por la carpa y me la zamparé de un bocado! – se dijo a sí misma
la garza.
Regresó a la laguna pero la carpa ya no estaba ¡Su deliciosa comida había
desaparecido y ya no tenía nada que llevarse a la boca!
Cuando se alejaba del lugar, vio unos peces que nadaban tranquilos.
– ¡Puaj! – exclamó con asco la garza – Son simples tencas. Podría atraparlas
en un periquete con mi largo pico, pero no me apetecen nada. Me gusta
comer cosas exquisitas y no esos pececitos sin sabor y ásperos como un
trapo.
Siguió observando la laguna y ante sus ojos apareció un pez pequeñajo y
larguirucho con manchas oscuras en el lomo. Era un gobio.
– ¡Qué mala suerte! – se quejó la garza – No me gustan las tencas pero los
gobios me gustan menos todavía. Me niego a pescar ese animalucho de
aspecto tan asqueroso. Mi delicado paladar se merece algo mucho mejor.
La garza era tan soberbia que ningún pez de los que veía era de su gusto.
Lamentándose, buscó aquí y allá alguno que fuera un bocado delicioso, pero
no hubo suerte. Llegó un momento en que tenía tanta hambre que decidió
conformarse con la primera cosa comestible que encontrara… Y eso fue un
blando y pegajoso gusano.
– ¡Ay, madre mía! – dijo la garza a punto de vomitar – No me queda más
remedio que tragarme este bicho horripilante. Pero es que estoy
desfallecida y necesito comer lo que sea.
Y así fue cómo la exigente garza de pico fino, tuvo que dejar a un lado su
actitud caprichosa y conformarse con un plato más humilde que, aunque no
era de su agrado, le alimentó y sació su apetito.
Moraleja: muchas veces queremos tener sólo lo mejor y despreciamos
cosas más sencillas pero que pueden ser igual de valiosas.
El león y el mosquito
Estaba un día el grande y fiero león, considerado por todos el rey de los
animales, dormitando sobre la hierba seca de la sabana. Todo estaba
tranquilo y sólo se oía de vez en cuando el canto de algunos pájaros o el
gritito agudo de algún mono.
De repente, esa paz se rompió. Un mosquito se acercó al soñoliento león y
comenzó a darle la tabarra.
– ¡Eh, tú! Todo el mundo dice que eres el rey de todo esto, pero yo no acabo
de creérmelo – dijo el mosquito provocando al gran felino.
– ¿Y para decirme eso te atreves a despertarme? – rugió el león – Si todos
me consideran el rey, por algo será ¡Y ahora, vete de aquí!
– ¡No! – repitió el mosquito con chulería – ¡Yo soy mucho más fuerte que tú!
– ¡Te he dicho que no me molestes! – repitió el león empezando a enfadarse
seriamente – ¡No digas tonterías!
– ¿Tonterías? ¡Pues ahora verás que soy capaz de vencerte! – chilló el
insecto con insolencia.
El león, estupefacto, vio cómo el mosquito comenzaba a zumbar sobre él y
a propinarle un picotazo tras otro. El pobre felino se vio sin escapatoria.
Intentaba zafarse como podía y se revolvía sobre sí mismo para evitar los
pinchazos, pero el mosquito era tan rápido que no le daba opción alguna. Al
indefenso león le picaba tanto el cuerpo que se arañó con sus propias garras
la cara y el pecho. Finalmente, se rindió.
– ¿Ves? ¡Soy más fuerte que tú! – se jactó el repelente mosquito.
Loco de alegría, empezó a bailar delante del león y a hablarle de manera
burlona.
– ¡Ja ja ja! ¡Te he ganado! ¿Qué pensarán los demás cuando sepan que un
animalito tan pequeño como yo ha conseguido derrotarte? ¡Ja ja ja!
En uno de sus absurdos giros, tropezó con una tela de araña y, de repente,
se hizo el silencio. Cayó en la cuenta de que estaba atrapado sin posibilidad
de salvarse y en décimas de segundo se le bajaron los humos. Suspiró y dijo
con amargura:
– Vaya, vaya, vaya… He vencido a un animal poderoso, pero al final, otro
mucho más insignificante me ha vencido a mí.
Moraleja: no te creas nunca el mejor en todo. Es bueno tener éxitos en la
vida y hay que alegrarse por ellos, pero no seas arrogante y pienses que los
demás son menos que tú.
CANTOS
La Patita Lulú
Lulú es una patita que es muy divertida todo el día se ríe a
carcajadas.
Con su cua cua cua, por aquí, por allá, porque hoy es un dia
especial.
¿A dónde vas Lulú corriendo tan deprisa, con tu vestido rojo
y tus blancas zapatillas?
El baile va a empezar y no quiero llegar tarde y bailar hasta
que salga el sol.
Lulú menea la patita, menea la colita, mueve las alitas y se
da una vueltecita.
Se agacha despacito, se levanta de un brinquito y sigue así
hasta que salga el sol.
Lulú menea la patita, menea la colita, mueve las alitas y se
da una vueltecita.
Se agacha despacito, se levanta de un brinquito y sigue así
hasta que salga el sol.
Lulú es una patita que es muy divertida todo el dia se rie a
carcajadas.
Con su cua cua cua, por aquí, por allá, porque hoy es un dia
especial.
¿A dónde vas Lulú corriendo tan deprisa, con tu vestido rojo
y tus blancas zapatillas?
Las letras de un elefante se
balanceaban
Un elefante se balanceaba
sobre la tela de una araña,
como veía que resistía
fue a llamar a otro elefante.
Dos elefantes se balanceaban
sobre la tela de una araña,
como veían que resistía
fueron a llamar a otro elefante.
Tres elefantes se balanceaban,
sobre la tela de una araña,
como veían que resistía
fueron a llamar a otro elefante.
Cuatro elefantes se balanceaban,
sobre la tela de una araña,
como veían que resistía
fueron a llamar a otro elefante.
Cinco elefantes se balanceaban,
sobre la tela de una araña,
como veían que resistía
fueron a llamar a otro elefante.
Seis elefantes se balanceaban,
sobre la tela de una araña,
como veían que resistía
fueron a llamar a otro elefante.
Las letras de Canción de las vocales
Las cinco vocales tienes que saber y si no te las sabes debes
aprender,
que la Aa es de ave, árbol y amor.
Las cinco vocales tienes que saber y si no te las sabes debes
aprender,
que la Ee es de elefante, estrella y espejo.
Las cinco vocales tienes que saber y si no te las sabes debes
aprender,
que la Ii es de insecto y de imaginación.
Las cinco vocales tienes que saber y si no te las sabes debes
aprender,
que la Oo es de oso, ojo y oveja.
Las cinco vocales tienes que saber y si no te las sabes debes
aprender,
que la Uu es de unicornio, de uno y de uvas.
¡Las cinco vocales tienes que saber
y si no te las sabes debes aprender!
A, E, I, O, U
A, E, I, O, U
Las letras de los pollitos dicen pío
Los pollitos dicen,
pío, pío, pío,
cuando tienen hambre,
cuando tienen frío.
La gallina busca
el maíz y el trigo,
les da la comida
y les da abrigo.
Bajo sus dos alas
se están quietecitos,
y hasta el otro día
duermen calientitos.
Canción de la rana
Estaba la rana sentada cantando debajo del agua;
cuando la rana se puso a cantar vino la mosca y la
hizo callar.
La mosca a la rana, la rana que estaba sentada
cantando debajo del agua; cuando la mosca se puso a
cantar, vino la araña y le hizo callar.
La araña a la mosca, la mosca a la rana, la rana que
estaba sentada cantando debajo del agua; cuando la
araña se puso a cantar, vino el ratón y le hizo callar.
El ratón a la araña, la araña a la mosca, la mosca la
rana, la rana que estaba sentada cantando debajo del
agua; cuando el ratón se puso a cantar, vino el gato y
le hizo callar.
El gato al ratón, el ratón a la araña, la araña a la
mosca, la mosca la rana, la rana que estaba sentada
cantando debajo del agua; cuando el gato se puso a
cantar, vino el perro y le hizo callar.
El perro al gato, el gato al ratón, el ratón a la araña, la
araña a la mosca, la mosca la rana, la rana que estaba
sentada cantando debajo del agua; cuando el perro se
puso a cantar, vino el hombre (la suegra, la vieja, el
viejo, mi tía…) y le hizo callar.
El hombre al perro, el perro al gato, el gato al ratón, el
ratón a la araña, la araña a la mosca, la mosca la
rana, la rana que estaba sentada cantando debajo del
agua; cuando el hombre se puso a cantar, ni el mismo
diablo lo pudo callar.
Salta la Perdiz (canción con ejercicios de motricidad)
Salta, salta, La perdiz
Por los campos de Maíz.
Con cuidado, por favor,
Que ahora viene el cazador
ADIVINANZAS
Tengo agujas pero no sé coser,
tengo números pero no sé leer,
las horas te doy.
¿Sabes quién soy?
El reloj
Me abrigo con capas blancas,
luzco blanca cabellera
y por causa mía
llora hasta la cocinera.
La cebolla
TRABALENGUAS
Tres trapecistas.
Tres tristes trapecistas,
con tres trapos troceados
hacen trampas truculentas,
por qué suben al trapecio
Por trapos y no por cuerdas
Con la “L”.
Lado, Ledo, lindo, lodo, Ludo
Decirlo al revés lo dudo
Ludo, lodo, lodo, Ledo, lado
¡que trabajo me a costado!.