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Sentencia T-1165/01 Entidad Aseguradora /entidad Aseguradora

La Corte Constitucional falló a favor de dos demandantes portadores asintomáticos de VIH, quienes fueron discriminados por la Aseguradora Solidaria de Colombia al negarles una póliza de vida necesaria para acceder a una vivienda digna. La decisión de la aseguradora fue considerada arbitraria y violatoria de los derechos fundamentales a la igualdad y a la dignidad humana, ya que no existen disposiciones legales que justifiquen tal exclusión. La Corte ordenó a la aseguradora expedir la póliza de vida solicitada, resaltando que el derecho a la vivienda digna está intrínsecamente relacionado con otros derechos fundamentales.

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Sentencia T-1165/01 Entidad Aseguradora /entidad Aseguradora

La Corte Constitucional falló a favor de dos demandantes portadores asintomáticos de VIH, quienes fueron discriminados por la Aseguradora Solidaria de Colombia al negarles una póliza de vida necesaria para acceder a una vivienda digna. La decisión de la aseguradora fue considerada arbitraria y violatoria de los derechos fundamentales a la igualdad y a la dignidad humana, ya que no existen disposiciones legales que justifiquen tal exclusión. La Corte ordenó a la aseguradora expedir la póliza de vida solicitada, resaltando que el derecho a la vivienda digna está intrínsecamente relacionado con otros derechos fundamentales.

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Sentencia T-1165/01

ENTIDAD ASEGURADORA-Procedencia de tutela por indefensión de


los demandantes/ENTIDAD ASEGURADORA-Niega suscripción de
póliza de vida a portadores de VIH

La Aseguradora Solidaria de Colombia, es una entidad nacional, especializada


en la actividad aseguradora, sin ánimo de lucro, constituida bajo la forma de
sociedad comercial de responsabilidad limitada. Por tanto, si bien en principio
sería improcedente la acción de tutela en su contra, en los términos del artículo
86 de la Constitución y 42 del decreto 2591 de 1991, en el caso en estudio se
acepta su procedencia, dado el estado de indefensión en que se encuentran los
actores, quienes al ser portadores asintomáticos del virus de
inmunodeficiencia humana, ven frustrados sus derechos, por el abuso de poder
que en cierta medida ejerce la aseguradora, al decidir de manera arbitraria
negar la suscripción de la póliza de vida.

DERECHO A LA VIVIENDA DIGNA-Fundamental por conexidad

DERECHO A LA IGUALDAD-Discriminación a portadores de


VIH/DERECHO A LA DIGNIDAD HUMANA-No expedición seguro
de vida a portadores de VIH

La conducta asumida por la entidad aseguradora, es discriminatoria y no


consulta los propósitos que rigen el Estado social de derecho fundado en el
respeto a la dignidad humana, pues no se puede concebir bajo ningún
argumento que el ser portador asintomático de vih, sea una exclusión para
adquirir un seguro de vida. No hay ninguna disposición legal, que así lo
contemple y de existir dicha disposición desconocería los postulados
constitucionales. Precisamente, aquí la buena fe de los demandantes al
declarar voluntariamente que son portadores asintomáticos de vih, se
constituyó en este caso en un motivo de rechazo, hecho que no puede ser
avalado por esta Corporación, debido a que de conformidad con la
Declaración Universal de los Derechos Humanos, todas las personas son
iguales ante la ley y tienen, sin distinción, derecho a igual protección contra
toda discriminación. No es jurídicamente admisible que se niegue la
suscripción de la póliza de vida, a una persona asintomática de virus de
inmunodeficiencia humana, bajo el argumento que dicha persona va a morir
mas rápido que otra que no tenga esa condición, porque ello resulta
discriminatorio y en consecuencia violatorio de la Constitución Política.

ENTIDAD ASEGURADORA-Autonomía de la voluntad no puede


constituirse en abuso de su posición

No hay ninguna razón que justifique la decisión de la Aseguradora demandada


de no expedir el seguro de vida solicitado por los demandantes, por cuanto si
bien la Aseguradora Solidaria de Colombia, se encuentra amparada por la
autonomía de su voluntad en las relaciones contractuales, esta autonomía, no
puede constituirse en un abuso de su posición en detrimento de los derechos de
quien acude a ella.

DERECHO A LA VIVIENDA DIGNA-Vulneración por no expedición


seguro de vida a portadores de VIH

La única negativa de la aseguradora para no expedir la póliza de vida, además


de ser discriminatoria, impide que los actores puedan adquirir su vivienda, y
aquí este derecho adquiere el carácter de fundamental al estar íntimamente
relacionado con otros que son de esta naturaleza, tales como la vida, la
igualdad y la dignidad de quien acude a esta instancia judicial. Los actores
tienen derecho a vivir, en una vivienda digna, con dignidad, mas aún, dadas
las circunstancias especiales en las que se encuentran, por cuanto puede
considerarse que para ellos acceder a una vivienda de interés social, vivienda
que precisamente pretende proteger a la población mas pobre y vulnerable, es
como obtener la protección a un mínimo vital en materia de vivienda.

Referencia: expediente T-500.674

Demandantes : xxxx y xxxx contra la


Aseguradora Solidaria de Colombia.

Procedencia: Juzgado Trece Civil del Circuito


de Cali -Valle

Magistrado ponente:
Dr. ALFREDO BELTRÁN SIERRA.

Bogotá D.C., seis (6) de noviembre de dos mil uno (2001).

La Sala Segunda de Revisión de la Corte Constitucional, integrada por los


magistrados Alfredo Beltrán Sierra, Manuel José Cepeda Espinosa y Jaime
Córdoba Triviño, en ejercicio de sus competencias constitucionales y legales ha
proferido la siguiente

SENTENCIA

en el proceso de revisión del fallo adoptado por el Juzgado Trece Civil del Circuito
de Cali, dentro de la acción de tutela instaurada por los señores xxxx y xxxx contra
la Aseguradora Solidaria de Colombia.

El expediente llegó a la Corte Constitucional por remisión que hizo el Juzgado, en


virtud de lo ordenado por el artículo 31 del decreto 2591 de 1991.

I. ANTECEDENTES.

A. Hechos.
Los hechos que dieron origen a la acción de la referencia pueden resumirse de la
siguiente manera:

1. El día 16 de enero de 2001, los demandantes cancelaron la cuota inicial de una


casa (vivienda de interés social) ubicada en la urbanización “Morichal de
Comfandi” en la ciudad de Cali. Igualmente, como parte de pago, fueron
congeladas las cesantías de la demandante, depositadas en Porvenir S.A. desde
hace cuatro años.

2. Una vez completado el 10 % del valor de la vivienda, se inició el proceso de


solicitud de subsidio por parte del Estado y se elaboró la promesa de compraventa,
en donde se manifestó que una de las formas de pago, sería un crédito aprobado
por Megabanco.

3. Efectivamente, la entidad bancaria aprobó el crédito requerido por los actores


por un valor de $9.765.430. Sin embargo, según su afirmación para el desembolso
del dinero se les exige tomar un seguro de vida con alguna de las pólizas grupo-
deudores establecidas por Comfamiliar.

4. Los demandantes acudieron a la Aseguradora Solidaria de Colombia y


procedieron a llenar el formato de solicitud individual para el seguro de vida,
informando que son poseedores asintomáticos del virus de inmunodeficiencia
humana vih, hecho que culminó con la negación del amparo y los perjuicios
económicos a los que se encuentran sometidos.

5. El 28 de febrero de 2001, se expidió la escritura de compraventa del bien


inmueble y la hipoteca con el Banco respectivo.

El 23 de marzo de 2001, se expidió la póliza de seguro contra incendio y terremoto,


por parte de la Aseguradora demandada, siendo negado el amparo de vida,
información que fue remitida a la entidad bancaria, sin que los afectados
conocieran la decisión.

6. En consecuencia, preocupados porque la inmobiliaria empezara a hacer efectivo


el cobro de los intereses presubrogación, presentaron un derecho de petición ante
la aseguradora, solicitando se les informe las razones por las cuales aún no se ha
expedido el seguro de vida. Ante la falta de respuesta, instauraron una acción de
tutela en su contra, mediante la cual la entidad remitió una serie de cartas que
supuestamente eran ya conocidas por los demandantes.

7. Señalan que en ningún momento antes de celebrarse el contrato de compraventa,


fueron informados que por ser poseedores de vih no pueden acceder a un seguro
de vida para adquirir vivienda de interés social.

B. La demanda de tutela.

Para los actores, el que la aseguradora demandada niegue la póliza del seguro de
vida, vulnera su derecho a la vivienda digna (artículo 51 de la Constitución), pues
la entidad financiera no desembolsará el dinero hasta tanto se acredite la toma del
respectivo seguro.

En su concepto, el ser poseedores asintomáticos de vih, no puede ser considerado


como una enfermedad, pues una persona infectada por el virus de
inmunodeficiencia humana vih, puede tener una vida productiva por muchos años,
inclusive morir por otra razón que no sea precisamente el virus. Para respaldar
esta afirmación, los demandantes señalan que existen múltiples tratamientos que
mejoran la calidad de vida de las personas infectadas, inclusive, si un tratamiento
llegaré a fallar se dispone de una prueba genética llamada genotipicación que
identifica los medicamentos a los que se tiene resistencia y se procede por parte
del médico infectólogo a cambiar el tratamiento. Por tanto, el hecho de tener la
condición de una persona infectada no es lo mismo que decir que se trata de una
persona enferma.

Concluyen, diciendo que toda persona tiene interés asegurable en su propia vida,
razón por la que no pueden ser tratados de manera diferente, pues el derecho a la
vida, conlleva al disfrute de un hogar digno que garantice el desarrollo de su
personalidad.

Afirman, igualmente, que en la promesa de compraventa existe una cláusula en


donde se establece que se pagará como intereses presubrogación el 1.5% mensual
vencido sobre el saldo de $9.765.430 desde la entrega material del inmueble hasta
el momento en que Megabanco cancele a la promitente vendedora la suma
acordada. Señalan que la entrega del inmueble se realizó pero aún no están
viviendo en él por la falta del seguro de vida, pues mientras este no se apruebe no
habrá ningún desembolso de dinero por parte de la entidad bancaria.

Por tanto, la falta de diligencia de la aseguradora demandada les genera un


perjuicio irremediable, pues los intereses presubrogación siguen corriendo día a
día, desde el momento en que se otorgó la escritura pública.

C. Pretensiones.

Los actores solicitan la protección de sus derechos a la vida, intimidad, igualdad


y vivienda digna ( artículos 11, 15, 13 y 51 de la Constitución). En consecuencia,
piden se ordene la expedición de la póliza de amparo de vida por parte de la
aseguradora demandada, y que ésta se haga en condiciones de igualdad y equidad
hasta la subrogación del crédito.

D. Sentencia de Primera Instancia.

Mediante sentencia del veintisiete (27) de junio de 2001, el Juzgado Quince (15)
Civil Municipal de Cali concedió el amparo solicitado y ordenó a la Aseguradora
Solidaria de Colombia, que en el término de 24 horas contadas a partir de la
notificación de la sentencia, suscriba con los actores la póliza grupo deudores de
seguro de vida. Sus consideraciones fueron:
1. No es posible desconocer el raigambre constitucional de los derechos a la
igualdad y a una vivienda digna, a la cual puede acceder todo colombiano sin
distinción alguna de raza, sexo o condición. Los demandantes lograron obtener el
auxilio de vivienda, el crédito para acceder a la misma, y firmaron la escritura
pública que les otorga la propiedad del bien que les fue dado en venta. Sin embargo,
no han podido recibir y gozar del inmueble, por el sólo hecho de ser personas
portadoras asintomáticas de vih.

2. De conformidad con el artículo 40 del decreto 1543 de junio de 1997, por ser la
salud un bien de interés público y un derecho fundamental, las entidades de
medicina prepagada, aseguradoras, promotoras y prestadoras de servicios de salud,
sean públicas o privadas no podrán exigir pruebas diagnósticas de laboratorio para
la cobertura respectiva de protección. Por tanto, debe entenderse que la finalidad
del decreto es proteger el derecho a la salud de quien padece dicha enfermedad.

3. Finalmente, afirmó que teniendo en cuenta que en el contrato suscrito para la


adquisición de vivienda se estableció que el seguro de vida requerido debería ser
tomado dentro de las pólizas grupo deudores Comfamiliar- Andi, y como quiera
que es el ente demandado quien expide dichas pólizas es procedente proteger los
derechos fundamentales invocados.

E. Impugnación.

En escrito presentado el 3 de julio de 2001, el demandado impugnó el fallo


proferido por el Juzgado Quince Civil Municipal de Cali.

En primer término, manifestó su inconformidad con las consideraciones hechas


por el a-quo, por cuanto no es cierto que en el contrato suscrito por los actores se
haya establecido que la Aseguradora Solidaria de Colombia, sea la única entidad
que puede otorgar la póliza de seguro de vida. Sobre este aspecto existe un
prohibición legal, contemplada en el artículo 100 del decreto 663 de 1993
(Estatuto Orgánico del Sistema Financiero) en donde se afirma que no puede
ninguna entidad obligar a los usuarios a suscribir pólizas de seguros con las
aseguradoras que ellos quieran. Por tanto, los demandantes pueden acudir a
cualquier aseguradora y solicitar la póliza deseada.

Señaló que es improcedente la acción de tutela, por su naturaleza residual y


subsidiaria, además el asunto que se discute es un problema contractual que debe
arreglarse a través de otros mecanismos de defensa judicial.

Por último, expresó que no puede la entidad ser obligada a contratar con quien ella
no quiere, pues para estos casos y en cumplimiento del principio de intervención
del Estado, se ha previsto una compañía como la Previsora S.A., a la cual recurren
las personas que necesitando un seguro de cualquier ramo no han podido
conseguir por intermedio de otras compañías la modalidad del seguro requerido.

F. Sentencia de Segunda Instancia.


Mediante providencia del tres (3) de agosto de 2001, el Juzgado Trece (13) Civil
del Circuito de Cali revocó el fallo de primera instancia.

Con fundamento en la jurisprudencia de la Corte Constitucional, el despacho


judicial, consideró que el derecho a la vivienda digna tutelado por el a-quo no es
por sí solo un derecho de naturaleza fundamental, por tanto, únicamente es válida
su protección cuando se encuentra en conexidad con otro que si sea de esta
naturaleza. En consecuencia, será labor del juez verificar en cada caso en
particular, si este derecho constitucional, mas no fundamental se encuentra
estrechamente ligado con alguno de rango fundamental.

En el presente caso, la entidad demandada es una entidad de naturaleza privada


que con su decisión no pretende vulnerar ningún derecho, simplemente no quiere
contratar con determinadas personas, hecho que no significa que los demandantes
se encuentran inhabilitados para acceder al seguro de vida, ya que cuentan con la
posibilidad de acudir a otra aseguradora con el fin de obtener la póliza reclamada,
pues se advierte en su escrito de tutela que los actores sólo solicitaron el seguro
de vida a una entidad, sin acudir a otra empresa aseguradora en procura de obtener
la póliza reclamada.

II.- CONSIDERACIONES DE LA CORTE CONSTITUCIONAL.

Primera.- Competencia.

La Sala es competente para decidir, según lo dispuesto en los artículos 8o. y 241,
numeral 9o., de la Constitución, y 33 y 34 del decreto 2591 de 1991.

Segunda.- Lo que se debate.

Para los actores, sus derechos fundamentales a la vida, igualdad, intimidad y


vivienda digna, consagrados en los artículos 11, 13, 15 y 51 de la Constitución,
respectivamente, se han visto afectados por parte de la Aseguradora acusada, pues
no sólo se está negando la suscripción de una póliza de vida, sino que esta decisión
impide que puedan obtener una vivienda digna.

Así las cosas, la Corte entrará a definir si, en el presente caso, ha existido
vulneración de los derechos fundamentales a los que hacen referencia los actores,
teniendo en cuenta, principalmente, que, la póliza de vida que se requiere, es para
acceder a una vivienda de interés social.

Tercera.- Aclaración previa. Procedencia de la acción de tutela en contra de


la entidad Aseguradora Solidaria de Colombia.

La Aseguradora Solidaria de Colombia, es una entidad nacional, especializada en


la actividad aseguradora, sin ánimo de lucro, constituida bajo la forma de sociedad
comercial de responsabilidad limitada. Por tanto, si bien en principio sería
improcedente la acción de tutela en su contra, en los términos del artículo 86 de la
Constitución y 42 del decreto 2591 de 1991, en el caso en estudio se acepta su
procedencia, dado el estado de indefensión en que se encuentran los actores,
quienes al ser portadores asintomáticos del virus de inmunodeficiencia humana,
ven frustrados sus derechos, por el abuso de poder que en cierta medida ejerce la
aseguradora, al decidir de manera arbitraria negar la suscripción de la póliza de
vida.

Por otra parte, esta Corporación ha señalado que: “de acuerdo con el artículo 335
de la CP., la actividad aseguradora es de interés público y se ejerce con arreglo a
la ley. Consulta el interés público que en los contratos de seguros, la parte débil
que, por lo general, se identifica con el asegurado o beneficiario, realizadas las
condiciones a las que se supedita su derecho reciba efectivamente y en el menor
tiempo posible la prestación prometida. El mérito ejecutivo que se atribuye a las
pólizas en los casos examinados, neutraliza y frustra las prácticas abusivas a las
que podrían recurrir las empresas aseguradoras. Estas últimas, de ordinario, no
sólo despliegan su poder en el momento inicial, al fijar unilateralmente las
condiciones generales del contrato, sino que en el curso de la relación negocial -
se ha observado por parte del legislador histórico, de manera no infrecuente,
esquivan o dilatan injustificadamente el cumplimiento de sus compromisos. La
disposición legal citada es el medio al cual ha recurrido la ley para introducir un
factor de equilibrio entre asegurado o beneficiado y el asegurador” (Sentencia T-
057 de 1995. M.P. Eduardo Cifuentes Muñoz).

Entonces, en aras de evitar las prácticas abusivas a las que recurren las
aseguradoras, amparadas en su libertad de contratación, libertad que en ningún
momento puede considerarse como absoluta, existe una disposición constitucional
que señala el interés público de la actividad aseguradora.

En consecuencia, la Sala considera que es viable la procedencia de la acción de


tutela en contra de la Aseguradora Solidaria de Colombia, por la actividad que
ésta ejerce y las condiciones especiales en que se encuentran los demandantes.

Cuarto.- El derecho a la vivienda digna.

El derecho a la vivienda digna, a pesar de estar contemplado en nuestra


Constitución dentro del capítulo de los denominados derechos económicos
sociales y culturales, puede ser considerado como un derecho de rango
fundamental en relación con el derecho a la vida en condiciones dignas; pero para
que esto sea posible es necesario analizar con especial detenimiento las
circunstancias que rodean el caso concreto, pues sólo así se podrá determinar si la
necesidad de vivienda, lleva consigo elementos que involucran la dignidad, o la
vida de quien acude a esta instancia judicial. Al respecto ha señalado esta
Corporación:

“El artículo 51 de la Carta Política dice:

"Todos los colombianos tienen derecho a vivienda digna. El Estado fijará las
condiciones necesarias para hacer efectivo este derecho y promoverá planes de
vivienda de interés social, sistemas adecuados de financiación a largo plazo y formas
asociativas de ejecución de estos programas de vivienda".
El derecho a la vivienda digna en abstracto no haría parte de los derechos
fundamentales, pero en algunas circunstancias lo sería si está en conexidad con otros
derechos fundamentales. Esta Corte ha expresado cuál es su criterio para saber si ha
ocurrido o no la violación a un derecho fundamental:

" El Juez de Tutela debe acudir a la interpretación sistemática, finalista o axiológica


para desentrañar, del caso particular, si se trata o no de un derecho fundamental, lo
que podría denominarse una "especial labor de búsqueda", científica y razonada por
parte del Juez.

El Juez está frente a lo que la doctrina denomina un " concepto jurídico


indeterminado": los derechos constitucionales fundamentales, que pueden ser o no
ser al mismo tiempo o ser simultáneamente de una manera o de otra, pero siempre
su sentido se define bajo las circunstancia de tiempo, modo y lugar.

Para el profesor García de Enterría, introductor de la noción "concepto jurídico


indeterminado", la "valorización política de la realidad podrá acaso ser objeto de una
facultad discrecional, pero la realidad como tal, si se ha producido el hecho o no se
ha producido y cómo se ha producido, esto ya no puede ser objeto de una realidad
discrecional, porque no puede quedar al arbitrio de la Administración discernir si un
hecho se ha cumplido o no se ha cumplido o determinar que algo ha ocurrido si
realmente no ha sido así".1

Esta indeterminación sin embargo, no le permite al juez actuar total y absolutamente


libre. La interpretación del caso particular se mueve dentro de parámetros
establecidos por la propia Constitución.

El juez debe buscar, como lo dice el artículo 2º del Decreto 2591 de 1991, la
naturaleza del derecho fundamental que permita su tutela. Es entonces en la
naturaleza, en el estudio de su esencia, en donde el Juez descubre si está frente a un
derecho fundamental.

La labor que realiza el Juez de Tutela es de verificación; él no crea el derecho


fundamental, lo desentraña y verifica. Esta "teoría de la verificación" también es
desarrollada por Dworkin sobre la figura del Juez modelo, capaz de encontrar
racionalmente la solución justa. "El Juez no tiene una función creadora, sino
garantizadora de los derechos".2

De conformidad con los criterios expuestos se concluye que obra gran importancia
la labor de interpretación del Juez, al asumir un serio compromiso impuesto por la
filosofía que orienta la nueva Constitución, pues solamente mediante el análisis
crítico y razonable se pueden encontrar los parámetros justos en la comparación
entre los hechos expuestos y la norma constitucional". 3

Y, respecto a la VIVIENDA DIGNA, para analizar si en determinadas


circunstancias se puede catalogar como derecho fundamental, la Corte ha dicho:

1
GARCIA DE ENTERRIA, Eduardo. La lucha contra las inmunidades del poder. Cuadernos de Civitas. Tercera edición.
Editorial Civitas. S.A., Madrid, 1983, págs. 31 y 3.
2
Estudios sobre la Constitución Española. Homenaje al profesor Eduardo García de Enterría. Tomo I. El
ordenamiento jurídico. Editorial Civitas S.A., Madrid, 1991, pág. 94.
3
Sentencia T-002 de 1992, Ponente: Dr. Alejandro Martínez Caballero.
"La dignidad comprende varias dimensiones de la vida del hombre. Básicamente
ella implica un conjunto de condiciones materiales y espirituales de existencia que
permita vivir y vivir con cierta calidad, con el fin de permitir un espacio idóneo para
el libre desarrollo de la personalidad, al tenor del artículo 14 de la Carta. Entre las
condiciones materiales de existencia digna se encuentra sin duda la vivienda. Otros
elementos como la alimentación, la salud y la formación son también indispensables.
Pero en este negocio importa poner de manifiesto el carácter vital que tiene para la
dignidad el gozar de una vivienda. De hecho la humanidad se ha relacionado
históricamente con la vivienda en forma paralela al desarrollo de la civilización. De
los nómadas a las cavernas, de los bohíos a las casas, de las casas a los edificios,
toda la evolución del hombre se traduce en su forma de vivienda"4.

Pero, para que prospere una tutela como protección al derecho a vivienda digna es
indispensable estudiar con mucha atención cada caso particular. Ha resaltado la
Corporación:

"el derecho a una vivienda digna no otorga a la persona un derecho subjetivo a exigir
del Estado, de manera directa, una prestación determinada. Los derechos
constitucionales de desarrollo progresivo o derechos programáticos, condicionan su
efectividad a la previa obtención de las condiciones materiales que los hacen
posibles.

Por esto es acertado afirmar que, en principio, los derechos de segunda generación
no son susceptibles de protección inmediata por vía de tutela. Situación diferente se
plantea una vez las condiciones jurídico-materiales se encuentran de manera que la
persona ha entrado a gozar de un derecho de esta categoría. En dado caso, el derecho
constitucional materializado adquiere fuerza normativa directa y a su contenido
esencial deberá extenderse la necesaria protección constitucional." 5

En Conclusión, la efectividad de la tutela respecto a la petición de una persona para


que su vivienda sea digna dependerá de las condiciones jurídico-materiales del caso
concreto. (Corte Constitucional. Sentencia T-021 de 1995. Magistrado ponente,
doctor Alejandro Martínez Caballero) (Se subraya).

Dentro de este contexto, para saber si existe vulneración del derecho a la vivienda
digna en conexión con el derecho a la igualdad, es necesario analizar si la razón
por la cual se niega la expedición de la póliza de vida tiene un fundamento, o si
por el contrario carece de respaldo constitucional, pues lo único que se pretende
es desconocer los derechos de los demandantes.

Quinto.- La libertad de contratación no puede fundamentarse en razones


discriminatorias. Análisis del caso objeto de revisión.

Los actores acuden a esta instancia judicial, manifestando su deseo de adquirir una
vivienda de interés social, pues han cumplido con todos los requisitos legales,
inclusive, obtuvieron la aprobación del subsidio por parte del Estado. Sin embargo,
sus expectativas no son satisfechas, porque necesitan la suscripción de una póliza
de vida y en razón de ser portadores del virus de inmunodeficiencia humana vih,
les ha sido negada.

4
Sentencia Nº C-575 de 29 de octubre de 1992. M.P. Dr. Alejandro Martínez Caballero.
5
Sentencia Nº T-308, de 4 de agosto de 1993, M.P. Dr. Eduardo Cifuentes Muñoz.
Por su parte, la entidad acusada sin contemplar la imperiosa necesidad de los
demandantes de poder vivir con dignidad, se ampara en normas legales
argumentando que a ellos, les asiste la posibilidad de acudir ante cualquier otra
entidad aseguradora.

Así las cosas, si bien existe una disposición legal contemplada en el Estatuto
Orgánico del Sistema Financiero artículo 100, que protege la libertad de
tomadores y asegurados para decidir la contratación de los seguros y escoger sin
limitación la aseguradora de su preferencia, la Sala no puede dejar de advertir, que
en este caso, los demandantes optaron por la Aseguradora Solidaria de Colombia,
pues fue esa aseguradora la que en principio estuvo dispuesta a contratar con ellos,
expidiendo a su favor la póliza que protege el inmueble en caso de incendio y de
terremoto, no así la póliza de vida, bajo la excusa de que son portadores de vih (fl
17).

Esta conducta asumida por la entidad aseguradora, es discriminatoria y no


consulta los propósitos que rigen el Estado social de derecho fundado en el respeto
a la dignidad humana, pues no se puede concebir bajo ningún argumento que el
ser portador asintomático de vih, sea una exclusión para adquirir un seguro de vida.
No hay ninguna disposición legal, que así lo contemple y de existir dicha
disposición desconocería los postulados constitucionales.

Las normas contenidas en el Código del Comercio, señalan que toda persona tiene
interés asegurable en su propia vida, en la de las personas a quienes puedan
legalmente reclamar alimentos y en la de aquellas cuya muerte o incapacidad
pueden aparejarle un perjuicio económico aunque este no sea susceptible de
evaluación cierta (artículo 1137 del Código de Comercio). Igualmente, para tomar
un seguro de vida, no es necesario realizar un examen médico pues, únicamente
se exige que el tomador declare sinceramente los hechos o circunstancias que
determinen el estado de riesgo (artículo 1158 ibidem).

Precisamente, aquí la buena fe de los demandantes al declarar voluntariamente


que son portadores asintomáticos de vih, se constituyó en este caso en un motivo
de rechazo, hecho que no puede ser avalado por esta Corporación, debido a que
de conformidad con la Declaración Universal de los Derechos Humanos (artículo
7º), todas las personas son iguales ante la ley y tienen, sin distinción, derecho a
igual protección contra toda discriminación.

En el caso de la suscripción de una póliza de vida, se parte de un supuesto y es


que cualquier póliza que se suscriba, se encuentra sometida a un hecho cierto e
indeterminado cual es, la muerte del tomador o asegurado, razón por la que aunque
existan niveles probables de vida, no se puede tener la certeza de cuando se
producirá el deceso del tomador del seguro. Por tanto, no es jurídicamente
admisible que se niegue la suscripción de la póliza de vida, a una persona
asintomática de virus de inmunodeficiencia humana, bajo el argumento que dicha
persona va a morir mas rápido que otra que no tenga esa condición, porque ello
resulta discriminatorio y en consecuencia violatorio de la Constitución Política
(artículo 13).
Así, la entidad demandada, decidió asumir el riesgo que puede existir en caso de
incendio o terremoto, sobre el inmueble que quieren adquirir los demandantes,
imprevistos que pueden presentarse o no. Empero, se repite en forma
discriminatoria decide no expedir la póliza de vida, razón por la que surge un
interrogante y es ¿el riesgo de suscribir la póliza de vida, es mayor al riesgo que
podría presentarse en caso de incendio o terremoto?.

La definición de riesgo esta contemplada en nuestra legislación comercial como


“... el suceso incierto que no depende exclusivamente de la voluntad del tomador,
del asegurado o del beneficiario, y cuya realización da origen a la obligación del
asegurador.” Por tanto, al suscribir un contrato de seguro, las aseguradoras se
someten a una actividad mercantil que siempre será riesgosa.

Es claro, entonces que no hay ninguna razón que justifique la decisión de la


Aseguradora demandada de no expedir el seguro de vida solicitado por los
demandantes, por cuanto si bien la Aseguradora Solidaria de Colombia, se
encuentra amparada por la autonomía de su voluntad en las relaciones
contractuales, esta autonomía, no puede constituirse en un abuso de su posición
en detrimento de los derechos de quien acude a ella.

De aceptar esta Sala, que la aseguradora acusada puede dejar de suscribir un


seguro de vida, bajo el argumento de que la persona que lo solicita padece del
virus de inmunodeficiencia humana, sería como aceptar toda forma de
discriminación, desconociendo los preceptos constitucionales y las normas
contenidas en el derecho internacional, como quiera que si se admite este tipo de
exclusiones, muy seguramente, en el futuro tendría que admitirse que quien es
portador de vih, va a ser excluido de todo tipo de negocio, inclusive se puede llegar
a decir que quien es portador del virus no puede trabajar, asistir a un centro
educativo, tener un contrato de salud, o emplear un medio de trasporte, pues estas
actividades se derivan al igual que la actividad aseguradora de un negocio jurídico
en donde las partes contratantes tienen que expresar su consentimiento,
consentimiento que no puede tener como fundamento la discriminación.

Por consiguiente, habrá de concederse la protección solicitada, pues en el caso


objeto de revisión, la única negativa de la aseguradora para no expedir la póliza
de vida, además de ser discriminatoria, impide que los actores puedan adquirir su
vivienda, y aquí este derecho adquiere el carácter de fundamental al estar
íntimamente relacionado con otros que son de esta naturaleza, tales como la vida,
la igualdad y la dignidad de quien acude a esta instancia judicial.

Los actores tienen derecho a vivir, en una vivienda digna, con dignidad, mas aún,
dadas las circunstancias especiales en las que se encuentran, por cuanto puede
considerarse que para ellos acceder a una vivienda de interés social, vivienda que
precisamente pretende proteger a la población mas pobre y vulnerable, es como
obtener la protección a un mínimo vital en materia de vivienda.

En consecuencia, se revocará el fallo proferido el tres (3) de agosto de 2001, por


el Juzgado (13) Trece Civil del Circuito de Cali -Valle y en su lugar, se concederá
la protección solicitada por los demandantes, ordenando a la Aseguradora
Solidaria de Colombia que en el término de 48 horas contadas a partir de la
notificación de esta providencia, expida en condiciones de igualdad, la póliza de
vida que requieren los actores, a fin de que ellos puedan adquirir su vivienda de
interés social.

Igualmente, se enviará copia de esta sentencia a la Superintendencia Bancaria, a


fin de que vigile que la suscripción del seguro de vida reclamado por los actores
se realice respetando sus derechos fundamentales.

Finalmente, se aclara que en aras de proteger el derecho a la intimidad de los


demandantes, su nombre no podrá ser divulgado.

III.- DECISIÓN.

En mérito de lo expuesto, la Sala Segunda de Revisión de la Corte Constitucional,


administrando justicia en nombre del pueblo y por mandato de la Constitución,

RESUELVE:

Primero: REVÓCASE el fallo proferido por el Juzgado Trece Civil del Circuito
de Cali dentro del proceso de tutela instaurado por xxxx y xxxx en contra de la
aseguradora Solidaria de Colombia. En su lugar, CONCÉDASE la protección de
los derechos invocados.

Segundo: ORDÉNASE a la Aseguradora Solidaria de Colombia que en el


término de cuarenta y ocho (48) horas siguientes a la notificación de esta sentencia,
suscriba en condiciones de igualdad, la póliza que requieren los demandantes.

Tercero: Por Secretaría General, ENVÍESE copia de esta sentencia a la


Superintendencia Bancaria, a fin de que vigile que la suscripción del seguro de
vida reclamado por los actores se realice respetando sus derechos fundamentales.

Cuarto: Con el fin de proteger la intimidad de los demandantes su nombre no


podrá ser divulgado.

Quinto: Por Secretaría General, LÍBRENSE las comunicaciones a que se refiere


el artículo 36 del decreto 2591 de 1991.

Cópiese, notifíquese, insértese en la Gaceta de la Corte Constitucional y cúmplase.

ALFREDO BELTRÁN SIERRA


Magistrado
MANUEL JOSÉ CEPEDA ESPINOSA
Magistrado

JAIME CÓRDOBA TRIVIÑO


Magistrado

MARTHA VICTORIA SÁCHICA MENDEZ


Secretaria General

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