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3 Sócrates

Sócrates, nacido en Atenas en 470 a.C., se destacó por su lucha contra el relativismo y su búsqueda de una moral objetiva, siendo considerado un filósofo con una misión sagrada. Su método socrático, que incluye la refutación y la mayéutica, busca despertar la conciencia y ayudar a los individuos a encontrar la verdad en su interior. A través de su vida y enseñanzas, Sócrates enfatizó la importancia del conocimiento de uno mismo y la búsqueda de la virtud, desafiando las nociones sofistas de la época.

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3 Sócrates

Sócrates, nacido en Atenas en 470 a.C., se destacó por su lucha contra el relativismo y su búsqueda de una moral objetiva, siendo considerado un filósofo con una misión sagrada. Su método socrático, que incluye la refutación y la mayéutica, busca despertar la conciencia y ayudar a los individuos a encontrar la verdad en su interior. A través de su vida y enseñanzas, Sócrates enfatizó la importancia del conocimiento de uno mismo y la búsqueda de la virtud, desafiando las nociones sofistas de la época.

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Sócrates

El Filósofo
Contexto
histórico

Nació en Atenas en 470 a C. y murió en 399 a C.


Le tocó vivir en la época más gloriosa de su
ciudad, el siglo de Pericles. Extraordinaria cultura
y rápido ascenso. Régimen democrático
(directo).

Lucha contra los Sofistas. En el marco de un


pensamiento que gira en torno a lo
antropológico. Confusión de Sócrates como
sofista.

La figura de Sócrates
Personalidad sorprendente y misteriosa, que ha
atrapado a múltiples generaciones. Su destino:
atacar al relativismo y fundar una moral
rigurosamente objetiva.
Sócrates y Jesucristo

• Coincidencias y diferencias de dos personajes ineludibles por lo que produjeron. Los más grandes
hombres de la Antigüedad. Enigmas. Muertes y coherencia. Discípulos. Sin libros. Construcción
posterior de sus historias.
Inspiración religiosa

Un rasgo fundamental de su espíritu que quizá pueda


dar la clave del enigma: su inspiración religiosa, que
puede llamarse mística, con tal de que no se entienda
esta palabra en sentido irracionalista —pues sería
contrario a la confianza incondicional que tenía
Sócrates en el valor de la razón—, sino como
expresión de su honda conciencia de una misión
sagrada a la que dedicó íntegramente y sacrificó su
vida misma.

No hay que olvidar que la distinción más sustancial,


quizá, entre los sofistas y Sócrates está constituida
por la visión que tienen respectivamente de la tarea
del filósofo y el maestro: actividad profesional
utilitaria para aquéllos; misión sagrada e imperativo
categórico para éste. Sócrates vuelve al concepto de
la filosofía como misión religiosa y camino de
purificación ya sostenido por los pitagóricos y por
Parménides, pero acentuando aún más la idea de la
• «Mis queridos atenienses, os saludo, pero obedeceré al
Dios antes que a vosotros y a cualquier otro», diciendo,
según mi costumbre: «Hombre ..., ¿no te avergüenzas de
ocuparte de las riquezas, para multiplicarlas, y de la
fama, y en cambio no tienes ningún cuidado y
preocupación por la sabiduría, por la verdad y por el
alma para hacerla mejor en la medida de lo posible?» Y si
alguien entre vosotros me contesta que sí, que tiene
cuidado de ella, no lo dejaré tan pronto, sino que lo
Misión interrogaré y examinaré e investigaré; y si me parece
que no tiene virtud, a pesar de lo que afirma, le
reprocharé que menos- precia lo que es de mayor valor y
Sagrada estima lo que es vilísimo. Y esto haré con jóvenes y
viejos, ciudadanos y extranjeros, con cualquier persona
que encuentre...
• "Pues esto es lo que el Dios me ordenó, y creo que
vuestra ciudad no cuenta con mayor bien que este
servicio que hago al Dios, esta costumbre que tengo de ir
en torno de vosotros y exhortaros, jóvenes y viejos a no
cuidaros mucho del cuerpo y la riqueza, sino mas bien
del alma para hacerla mejor… Y, agregaré: Atenienses,
ya sea que me absolváis o no, yo no procederé de otra
manera aunque me exponga a morir mil veces”
• Es el despertar de la conciencia que la filosofía
alcanza con Sócrates en el ejercicio de su
tarea de purificación espiritual y que se afirma
con el dictamen del oráculo de Delfos:
Conócete a ti mismo. Pero no ya en el sentido
originario —"sabe que eres mortal y que no
debes pensar en cosas divinas"— sino, por el
contrario, en un sentido procedente de las
creencias órfico-pitagóricas: "sabe que tienes
un alma divina y debes purificarla de todo lo
que es indigno de su naturaleza y de su tarea".
• Por eso, "la vida sin examen es indigna del
hombre" (Apol., 37a), en tanto que el
conocimiento de sí mismo constituye la
condición, o mejor, la esencia misma de la
sabiduría y de la virtud, únicas que nos
transforman en mejores a cada uno de
nosotros (cf, Carm., 164; Alcib. pr.t 128- 133).
Sócrates y el oráculo
del dios Apolo
Costumbre griega de consultar a los dioses en momentos difíciles.
¿Quién era el hombre más sabio de Grecia? Sócrates. Estupor por la
respuesta. Indagación personal, el dios no puede mentir. Buscar el
sentido oculto.
«Una vida sin examen no merece ser vivida» «Conócete a ti mismo»
Comienzo de la interrogación: políticos, poetas y artesanos. Nadie sabe
más.
SABIO: los demás creen saber, cuando en realidad no saben ni tienen
conciencia de esa ignorancia. Sócrates posee esa conciencia

«Sólo sé que no sé nada». Es su expresión iluminadora.


La sabiduría no consiste en posesión de determinada doctrina ni
múltiples conocimientos.
«El más sabio entre vosotros es aquel que reconoce, como Sócrates,
que su sabiduría no es nada» Apología 23 a-b

Actitud filosófica de primera magnitud: el hombre es profundamente


ignorante de los más grandes problemas que le conmueven. Sócrates
descubre la radical finitud del conocimiento humano y de lo que falta
por saber.
La misión de
Sócrates
El oráculo convence a Sócrates de poseer una misión
entre sus conciudadanos.
Su tarea es examinar a los hombres para mostrarles lo
frágil de su supuesto saber.
«A esta ciudad como a un corcel noble y generoso,
pero entorpecido por su misma grandeza y que tiene
necesidad de espuela que le excite y despierte. Se me
figura que soy yo el que el dios ha escogido para
excitaros, para punzaros, para exhortaos todos los días,
sin abandonaros un solo instante». Apología 30 e-31a

Permanente Interrogación. Define al hombre su


capacidad de preguntar
La misión de
Sócrates
«Pues, esto lo manda el dios, sabedlo bien, y yo creo que
todavía no os ha surgido mayor bien en la ciudad que mi
servicio al dios. En efecto, voy por todas partes sin hacer otra
cosa que intentar persuadiros, a jóvenes y viejos, a no ocuparos
ni de los cuerpos ni de los bienes antes que del alma ni con
tanto afán, a fin de que esta sea lo mejor posible». Apología
30a-b

“Es probable que ni uno ni otro sepamos nada que tenga valor,
pero este hombre cree saber algo y no lo sabe, en cambio yo,
así como, en efecto, no sé, tampoco creo saber. Parece, pues,
que al menos soy mas sabio en esta misma pequeñez, en que lo
que no sé tampoco creo saberlo. A continuación me encamine
hacia otro de los que parecían ser mas sabios que aquel y saque
la misma impresión, y también allí me gane la enemistad de el y
de muchos de los presentes”. Apología 21 d-e
El método
socrático
Esta consiste en mostrar al interrogado, mediante una serie
de hábiles preguntas, que las opiniones que cree verdaderas
son, en realidad, falsas, contradictorias, incapaces de resistir

Primer momento:
el examen de la razón.

la refutación Sócrates filosofa conversando. Centralidad del Diálogo.


Ejemplo: al querer definir que es la valentía se dirige a dialogar
con un general o querer saber de la justicia consulta a un

(momento político.

negativo) IRONIA
Como tono general del método. Actitud de quien dice lo
contrario de lo que piensa. Piensa lo contrario de lo que dice.
Disimulo o arte de interrogar fingiendo ignorancia. Jactancia
del interrogado y alto ideal del conocimiento.

La refutación como CATARSIS. Esto es «purificación» o


«liberación». A partir del alma llena de errores o nociones
falsas no se está en condiciones de admitir el conocimiento
verdadero.
Segundo momento:
La mayéutica
(momento positivo)

Esta consiste en el arte de partear o ayudar a


dar a luz. Para Sócrates es ayudar al alma de los
interrogados a dar a luz los conocimientos de
que están grávidas (llenos).

Filosofar no es transmitir información, por eso


no es cuestión de manuales, disertaciones o
conferencias. El núcleo es el DIALOGO. Este
supone que no hay verdades ya listas sino que el
espíritu del que aprende debe comportarse
activamente.
Verdadero saber es aquel que cada uno
encuentra por sí mismo. El maestro sólo sirve de
guía al discípulo
Mayéutica
• Mi arte mayéutica tiene seguramente el mismo alcance que el
de las comadronas, aunque (…) tiende a provocar el parto en las
almas y no en los cuerpos (…) La acusación que me han hecho
con frecuencia –de que es la falta de sabiduría la que me hace
preguntar a otros, sin afirmar nada positivamente por mi
mismo-, resulta verdadera. La causa indudable es esta: la
divinidad me obliga a este menester con el prójimo, pero a mi
me impide engendrar. Y mismo, pues, no soy sabio en nada, ni
esta en mi poder o en el de mi alma hacer descubrimiento
alguno. Los que se acercan hasta mi semejan de primera
intención que son unos completos ignorantes, aunque luego
todos ellos, una vez que nuestro trato es mas asiduo, y que, por
consiguiente, la divinidad les es mas favorable; progresan con
maravillosa facilidad, tanto a su vista como a la de los demás.
Resulta evidente, sin embargo, que nada han aprendido de mi y
que, por el contrario, encuentran y alumbran en si mismos esos
numerosos y hermosos pensamientos”.
Teeteto, 150 b-d
Mayéutica
• “La experiencia de los que tienen
relación conmigo es análoga a la de las
mujeres en trance de dar a luz: sienten,
en efecto, los mismos dolores, llegan al
colmo de su perplejidad y los tormentos
que les dominan de día y de noche son
mucho mas fuertes que los de aquellas
mujeres. Y mi arte, precisamente, es
capaz de despertar o de adormecer
estos dolores” (Teeteto 151a)
Por eso, los diálogos de Platón con el
personaje central de Sócrates no
terminan propiamente. Muchas veces
no se responde a la pregunta central:
qué es la justicia, el amor, etc., se
discuten y critican distintas soluciones
posibles. Los personajes se despiden
sin respuestas finales. El lector ha
pensado.
Rechazo de las respuestas hechas.

La refutación ha liberado
al alma de todos los
falsos conocimientos, y la
Mayéutica trata que el

Educación propio interrogado, guiado


por Sócrates, encuentre
la respuesta.
La ciencia y los conceptos
universales
Mondolfo

El saber fundamental no puede referirse al mundo exterior, a la experiencia sensible


sino a nuestro mundo interior humano o moral. Exigencia teórica y ético-religiosa: la
posibilidad de la ciencia y su papel de purificación espiritual.
La ciencia tiene que ofrecer un carácter de universalidad, ser válida para todos.
“Razonaba siempre sobre las cosas humanas, buscando qué es la piedad y qué es la
impiedad, qué es lo bello y qué es lo feo…”.
Su investigación no quería versar en lo mudable sino en lo inmutable, es decir, lo
universal, la esencia –objeto de ciencia.

Aristóteles: “Tenía razón en buscar las esencias (lo que es cada cosa) pues quería
razonar, y el principio de los razonamientos está constituido por la esencia de las
cosas” (Met. XIII, IV, 1078)

La esencia, lo universal, es decir, lo que hay de común en las particularidades,


representa la unidad de la especie: por eso se afirma en Sócrates la exigencia de
unidad en el conocimiento verdadero.
¿Cómo se logra? Por el diálogo, esto es, mediante la cooperación, la solidaridad
investigativa de los distintos sujetos que en la coincidencia reciproca pueden
encontrar lo individual que es también universal, lo subjetivo que es también
objetivo”.

Así se perfila el camino de la ciencia en el paso de la multiplicidad de los


particulares a la unidad de lo universal por inducción, y en la determinación exacta
de ese universal por la definición, los dos elementos del método científico.
Definición
• “Yo buscaba una única virtud y encuentro ahora un
enjambre. Y, sirviéndome de esta imagen del enjambre,
si te pregunto, ¿ cuál es la naturaleza de las abejas?,
contestaras que hay muchas abejas y de muchas
especies. Pero… si te pregunto, ¿qué es aquello por lo
cual las abejas no son distintas sino que son todas
abejas?... Y, en lo que respecta a las virtudes, también
sucede algo parecido: aunque hay muchas y de muchas
especies, en todas resplandece una esencia común por
la cual todas son virtudes… Si alguien preguntase,
¿ qué es la figura?... Sin duda encontraríamos muchas
figuras distintas; pero no es esto lo que quiero, sino
que, puesto que a todas, a pesar de su oposición
recíproca, las llamo figuras… quiero saber lo siguiente:
¿qué es lo que llamas figura? ¿ No entiendes que busco
lo que hay de igual en lo redondo, en lo recto y en
todas las otras figuras?” (Menon 72)
El valor absoluto de la
intención moral. Respuesta
al relativismo sofista
Hadot

• Contexto de su próxima muerte: “¿No te da vergüenza,


Sócrates, haberte dedicado a una ocupación tal por la
que ahora corres peligro de morir?
• “Pero sí sé que es malo y vergonzoso cometer injusticia
y desobedecer al que es mejor, sea dios u hombre. En
comparación con los males que sé que son males, jamás
temeré ni evitaré lo que no sé si es incluso un bien”.
• Sobre la muerte “no sabe” pero sobre el bien y el mal,
“si sabe”. Estos dependen de su acción, de su
compromiso, de su decisión: tienen el origen en él
mismo. Esta interioridad es reforzada por la voz del
daimon (conciencia moral)
El valor absoluto de la
intención moral. Respuesta
al relativismo sofista

• “Si alguno de vosotros discute y dice que se


preocupa, no pienso dejarlo al momento y
marcharme, sino que lo voy a interrogar, a examinar
y a refutar, y, si me parece que no ha adquirido la
virtud y dice que si, le reprocharé que tiene que en
menos lo digno de más y tiene en mucho lo que vale
poco”
• Podemos decir que el valor absoluto para un
hombre es cuando está dispuesto a morir por ello.
Conoce lo mejor, prefiere la muerte y el peligro
antes que renunciar a su deber y a su misión.

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