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P R I O R A T O S A N P I O X
NOVENA DE AGUINALDOS
“Dulce Jesús
mío, mi Niño
adorado…”
Rescatemos la bella
costumbre de rezar la
novena de aguinaldos
al lado del pesebre. Con
música y villancicos,
preparemos la llegada
del Niño Dios.
ORACIÓN
PARA TODOS LOS DÍAS
Benignísimo Dios de infinita
Caridad, que tanto amasteis a
los hombres, que les disteis en
vuestro Hijo la mejor prenda
de vuestro amor, para que,
hecho hombre en las entrañas
de una Virgen, naciese en un
pesebre para nuestra salud y
remedio; yo, en nombre de
todos los mortales, os doy
infinitas gracias por tan
soberano beneficio.
En retorno de él, os ofrezco la
pobreza, humildad y demás
virtudes de vuestro Hijo
humanado, suplicándoos por sus
divinos méritos, por las
incomodidades con que nació y
por las tiernas lágrimas que
derramó en el pesebre,
dispongáis nuestros corazones
con humildad profunda, con
amor encendido, con total
desprecio a todo lo terreno, para
que Jesús recién nacido, tenga en
ellos su cuna y more
eternamente. Amén.
(Se reza tres veces Gloria al
Padre)
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Consideración
En el principio de los tiempos, el
Verbo reposaba en el seno de su
Padre, en lo más alto de los cielos.
Allí era la causa y a la vez el modelo
de toda la creación. En esas
profundidades de una incalculable
eternidad, permanecía el Hijo de
Dios antes de bajar a la tierra y de
tomar posesión de la gruta de Belén.
Allí, en el seno de la Santísima
Trinidad, es donde debemos buscar
sus principios que jamás han
comenzado: De allí debemos datar
la genealogía del Eterno, que no
tiene antepasados, y contemplar la
vida de complacencia infinita que allí
reinaba.
La vida del Verbo Eterno en el seno
de su Padre, era una vida
maravillosa; y sin embargo, misterio
sublime, busca otra morada, una
mansión creada. No era porque en
su mansión eterna faltase algo a su
infinita felicidad, sino porque su
misericordia infinita anhelaba la
Redención y la salvación del género
humano, que sin ÉL no podía
verificarse. El pecado de Adán había
ofendido a Dios, y esa ofensa infinita
no podía ser perdonada sino por los
méritos del mismo Dios. La raza de
Adán había desobedecido y
merecido un castigo eterno. Era
pues necesario, para salvar y
satisfacer esta culpa, que Dios, sin
dejar el cielo, tomaste la forma de
hombre sobre la tierra y con la obe-
diencia a los designios de su Padre,
expiase aquella desobediencia. Por
eso el Verbo Eterno, ardiendo en
deseos de salvar al género humano,
resolvió hacerse hombre y así redimir
a los culpables.
ORACIÓN
A LA SANTÍSIMA VIRGEN
(Para todos los días)
Soberana María, que por vuestras
grandes virtudes, y especialmente
por vuestra humildad, merecisteis
que todo un Dios os escogiese por
Madre suya, os suplico que vos
misma preparéis y dispongáis mi
alma, y la de todos los que en este
tiempo hicieren esta Novena, para el
nacimiento espiritual de vuestro
adorado Hijo.
¡Oh dulcísima Madre! Comunicadme
algo del profundo recogimiento y
divina ternura con que le
aguardasteis Vos, para que nos hagáis
menos indignos de verle, amarle y
adorarle por toda la eternidad.
Amén. (Nueve veces el Ave María)
ORACIÓN A SAN JOSÉ
(Para todos los días)
¡Oh Santísimo José, esposo de María
y padre putativo de Jesús!, infinitas
gracias doy a Dios porque os escogió
para tan altos ministerios, y os ador-
nó con todos los dones propor-
cionados a tan excelente grandeza.
Os ruego, por el amor que tuvisteis al
Divino niño, me abracéis en
fervorosos deseos de verle y recibirle
DÍA PRIMERO
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sacramentalmente, mientras en su
divina Esencia le vea y le goce en el
cielo. Amén.
(Padre Nuestro, Ave María y Gloria)
GOZOS PARA TODOS LOS DÍAS
Dulce Jesús mío
Mi Niño adorado
¡Ven a nuestras almas!
¡Ven no tardes tanto!
¡Oh Sapiencia suma!
Del Dios Soberano,
¡Que al nivel de un niño
Te hayas rebajado!
¡0h divino infante
Ven para enseñarnos
La prudencia que hace
Verdaderos sabios!
¡Ven a nuestras almas!
¡Ven no tardes tanto!
¡Oh raíz sagrada
De Jesé que en lo alto
Presentas al orbe
Tu fragante nardo!
¡Dulcísimo Niño
Que has sido llamado
Lirio de los valles
Bella flor del campo!
¡Ven a nuestras almas!
¡Ven no tardes tanto!
¡Oh lumbre de Oriente,
Sol de eternos rayos,
Que entre las tinieblas
Tu esplendor veamos!
¡Niño tan precioso,
Dicha del cristiano,
Luzca la sonrisa
De tus dulces labios!
¡Ven a nuestras almas!
¡Ven no tardes tanto!
¡Rey de las naciones
Emmanuel preclaro,
De Israel anhelo,
Pastor del rebaño!
¡Niño que apacientas
Con suave cayado,
Ya la oveja arisca,
Ya el cordero manso!
¡Ven a nuestras almas!
¡Ven no tardes tanto!
¡Ábranse los cielos
Y llueva de lo alto
Bienhechor rocío,
Como riego santo!
¡Ven hermoso Niño!
¡Ven Dios humanado!
¡Luce hermosa estrella,
Brota flor del campo!
¡Ven a nuestras almas!
¡Ven no tardes tanto!
¡Ven que ya María
Previene sus brazos
Do su Niño vean
En tiempo cercano!
¡Ven, que ya José,
Con anhelo sacro
Se dispone a hacerse
De tu amor sagrario!
¡Ven a nuestras almas!
¡Ven no tardes tanto!
¡Del débil auxilio,
Del doliente amparo,
Consuelo del triste
Luz del desterrado!
¡Vida de mi vida,
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Mi dueño adorado,
Mi constante amigo,
¡Mi divino hermano!
¡Ven a nuestras almas!
¡Ven no tardes tanto!
¡Véante mis ojos
De ti enamorados!
¡Bese ya tus plantas
Bese ya tus manos!
Prosternado en tierra
Te tiendo los brazos
Y aún más que mis frases
Te dice mi llanto
¡Ven a nuestras almas!
¡Ven no tardes tanto!
¡Ven Salvador nuestro,
Por quien suspiramos!
¡Ven a nuestras almas!
¡Ven no tardes tanto!
ORACIÓN AL NIÑO JESÚS
(Para todos los días)
Acordaos, ¡oh dulcísimo Niño Jesús!,
que dijisteis a la venerable
Margarita del Santísimo Sacra-
mento, y en persona suya a todos
vuestros devotos, estas palabras tan
consoladoras para nuestra pobre
humanidad agobiada y doliente:
“Todo lo que quieras pedir, pídelo
por los méritos de mi infancia y nada
te será negado”.
Llenos de confianza en Vos, ¡oh
Jesús!, que sois la misma verdad,
venimos a expresaros toda nuestra
miseria. Ayúdanos a llevar una vida
santa, para conseguir una eternidad
bienaventurada.
Concédenos, por los méritos
infinitos de vuestra Encarnación y de
Vuestra infancia, la gracia de la cual
necesitamos tanto. Nos entregamos a
Vos, ¡oh Niño omnipotente!, seguros
de que no quedará frustrada nuestra
esperanza, y de que en virtud de
vuestra divina Providencia, acogeréis
y despacharéis favorablemente
nuestras súplicas. Amén.
(Oración para todos los días:
Benignísimo Dios de infinita……)
Consideración
El Verbo eterno se halla a punto de
tomar su naturaleza creada en la
Santa Casa de Nazaret, en donde
moraban María y José. Cuando la
sombra del secreto divino vino a
deslizarse sobre Ella, María estaba
sola, ensimismada en la oración. Ella
pasaba las silenciosas horas de la
noche en la unión más estrecha con
Dios, y mientras oraba, el Verbo tomó
posesión de su morada creada. Sin
embargo, no llegó repentinamente:
Dios envió al Arcángel San Gabriel
como mensajero para pedir a María
su consentimiento para la
Encarnación.
El Creador no quiso efectuar este
gran misterio sin la aceptación de su
criatura. Aquel momento fue muy
solemne. Con qué adorables delicias
e inefables complacencias, aguardaría
la Santísima Trinidad que María
abriese sus labios y pronunciase el
“Fiat”, el cual debió ser suave
melodía; ¡con él, se conformaba su
profunda humildad a la omnipotente
Voluntad Divina!
DÍA SEGUNDO
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La Virgen Inmaculada ha dado su
consentimiento y el Arcángel ha
desaparecido. Dios se ha revestido
de una naturaleza creada; la
voluntad eterna está cumplida y la
creación completada.
El Verbo se ha hecho carne, y
aunque todavía invisible para el
mundo, habita ya entre los hombres
que por su inmenso amor ha venido
a rescatar
(Todo lo demás como el día primero)
(Oración para todos los días:
Benignísimo Dios de infinita……)
Consideración
Así había comenzado su vida
encarnada en Niño Dios.
Consideremos el alma gloriosa y el
santo cuerpo que había tomado,
adorándolos profundamente.
Admirando, en primer lugar, el alma
de ese Divino Niño, consideremos
en ella la plenitud de su ciencia
beatífica, por la cual, desde el
primer momento de su vida, vio la
Divina Esencia más claramente que
todos los ángeles, y leyó lo pasado y
lo por venir con todos sus arcanos.
Del alma del Niño Dios, pasemos
ahora a su cuerpo que era un
mundo de maravillas, una obra
maestra de la mano de Dios. Quiso
que fuese pequeño y débil como el
de todos los niños, y sujeto a todas
las incomodidades de la infancia
para asemejarse más a nosotros y
participar de nuestras humillaciones.
La belleza de este cuerpo del Divino
Niño fue superior a cuanto se ha
imaginado jamás, y la divina sangre,
que por sus venas comenzó a circular
desde el momento de su
Encarnación, es la que lavó todos los
pecados y las manchas del mundo
culpable.
Pidámosle que lave nuestros pecados
en el Sacramento de la Penitencia, y
le prometamos nuestra Confesión,
para que el día de su dichosa Navidad
nos encuentre purificados y
perdonados, y en condiciones de
recibirle, con amor y provecho
espiritual, en la Santa Comunión de la
Misa.
(Todo lo demás como el día primero)
(Oración para todos los días:
Benignísimo Dios de infinita……)
Consideración
Desde el seno de su Madre, comenzó
el Niño Jesús a poner en práctica su
eterna sumisión a Dios, la cual
continuó sin la menor interrupción
durante toda su vida.
Adoraba a su eterno Padre, le amaba
y se sometía a su Voluntad. Aceptada
con resignación toda su debilidad,
toda su humillación, todas sus
incomodidades. ¿Quién de nosotros
quisiera retroceder a un estado
semejante, el de la niñez, con el
pleno goce de la razón y de la
reflexión? Por aquí entró el Divino
Niño en su dolorosa y humillante
carrera. Así empezó a anonadarse
delante de su Padre, a enseñarnos
DÍA CUARTO
DÍA TERCERO
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que Dios merece todo por parte de su
criatura, así empezó a expiar nuestro
orgullo, origen de nuestros pecados.
¿Deseamos hacer verdadera oración?
Empecemos por formarnos de ella una
idea correcta, contemplando al Niño
Dios en el seno de su Madre.
El Divino Niño ora, y ora de un modo
excelente. No habla, no medita, ni se
deshace en tiernos afectos. Su mismo
estado lo acepta con la intención de
honrar a Dios, y expresa todo lo que
Dios merece y cómo quiere Él ser
adorado por nosotros.
Unámonos a las adoraciones del Niño
Dios en el seno de María. Unámonos a
su profundo abatimiento, y sea éste el
primer efecto de nuestro sacrificio
ante Dios. Desaparezcamos a nuestros
propios ojos y que Dios sea todo para
nosotros.
(Todo lo demás como el día primero)
(Oración para todos los días:
Benignísimo Dios de infinita……)
Consideración
Ya hemos visto la vida que llevaba el
Niño Dios en el seno de su purísima
Madre. Veamos hoy la vida que llevaba
María durante el mismo espacio de
tiempo. María no cesaba de aspirar el
momento en que gozaría de esa visión
beatífica en la tierra: Ver la faz de Dios
encarnado. Estaba a punto de ver
aquella faz humana que debía iluminar
el Cielo durante toda la eternidad. Iba
a ver el amor filial en aquellos mismos
ojos cuyos rayos debería esparcir para
siempre la felicidad en millones de
elegidos. Iba a verle en la
ignorancia aparente de la infancia,
en los encantos particulares de la
juventud y en la serenidad reflexiva
de la edad madura.
¡Tal era la expectativa de María!,
inaudita en sí misma, mas no por
eso dejaba de ser real. Su vida es el
tipo magnífico de toda vida
católica. No nos contentemos con
admirar a Jesús residiendo en
María, sino pensemos que en
nosotros también reside por
esencia, potencia y presencia.
(Todo lo demás como el día primero)
(Oración para todos los días:
Benignísimo Dios de infinita……)
Consideración
Jesús había sido concebido en
Nazaret, la casa de José y de María,
y era de creerse que allí habría de
nacer. Más Dios había dispuesto de
otra manera. Los profetas habían
anunciado que el Mesías nacería en
Belén de Judá, ciudad de David.
Para que se cumpliese esta
profecía, Dios se sirvió de un medio
que no parecía tener Ninguna
relación con este objeto a saber: la
orden dada por el emperador
Augusto de que todos los súbditos
del Imperio Romano se
empadronasen en el lugar de
donde eran originarios. María y
José, como descendientes que eran
de David, estaban obligados a ir a
Belén.
DÍA QUINTO
DÍA SEXTO
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No ignoraba Jesús en qué lugar
debía nacer, y así inspira a sus
padres que se entreguen a la
Providencia, y que de esta manera
concurran a la ejecución de sus
designios.
Almas interiores, observad este
proceder del Divino Niño porque es
el más importante de la vida
espiritual: Aprended que el que se
ha entregado a Dios, ya no ha de
pertenecerse a sí mismo, ni ha de
querer sino lo que Dios quiera para
él.
(Todo lo demás como el día primero)
(Oración para todos los días:
Benignísimo Dios de infinita……)
Consideración
Representemos el viaje de María y
José hacia Belén, llevando consigo al
Creador del universo aún no nacido.
Contemplemos la humildad y la
obediencia de ese Divino Niño, que
aunque de raza judía, obedece así a
un príncipe extranjero que pide el
censo de su provincia. Y como si
hubiese para Él en esa circunstancia
algo que le halagase, quiere
apresurarse a hacerse empadronar
oficialmente como súbdito en el
momento en que llega al mundo.
El anhelo de José, la expectativa de
María son cosas que no puede
expresar el lenguaje humano.
El Padre Eterno se halla, si nos es
lícito emplear esta expresión,
adorablemente impaciente por
entregar a su Hijo Unigénito al
mundo, y por verle ocupar su puesto
entre las criaturas visibles.
El Espíritu Santo arde en deseos de
presentar a la luz del día esa Santa
Humanidad que Él mismo ha formado
con divino esmero.
(Todo lo demás como el día primero)
(Oración para todos los días:
Benignísimo Dios de infinita……)
Consideración
Llegan a Belén José y María buscando
hospedaje en los mesones, pero no lo
encuentran, ya a causa de su
pobreza, ya porque están llenos de
visitantes. Empero, nada puede
turbar la paz interior de los que están
fijos en Dios.
Si José experimentaba tristeza
cuando era rechazado de casa en
casa porque pensaba en María y en el
Niño, sonríase también con santa
tranquilidad cuando fijaba la mirada
en su casta esposa. El ruido de cada
puerta que se cerraba ante ellos, era
una dulce melodía para sus oídos. Eso
era lo que Dios hecho hombre había
venido a buscar.
El deseo de esas humillaciones era lo
que había contribuido a hacerle
tomar la forma humana.
DÍA SÉPTIMO
DÍA OCTAVO
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¡Oh Divino Niño de Belén! Estos días
que tantos han pasado y pasarán en
fiestas y diversiones, o descansando
tranquilamente en cómodas
mansiones, han sido para vuestros
padres días de fatiga y vejaciones de
toda clase.
El espíritu de esa ciudad de Belén es
el de un mundo que ha olvidado a
Dios. ¡Y cuántas veces no ha sido
también nuestro espíritu! El sol se
pone ese 24 de diciembre detrás de
los tejados de Belén, y sus últimos
rayos doran la cima de las rocas
escarpadas que la rodean. Hombres
groseros codean rudamente a José
en las calles de aquella aldea
oriental y cierran sus puertas al ver a
la Madre de Dios. La bóveda de los
cielos aparece purpurina encima de
aquellas colinas frecuentadas por
pastores. Las estrellas van
apareciendo unas tras otras. Algunas
horas más, y aparecerá el Verbo
Eterno.
(Todo lo demás como el día
primero)
(Oración para todos los días:
Benignísimo Dios de infinita……)
Consideración
La noche se ha cerrado del todo en
las campiñas de Belén. Desechados
por los hombres y viéndose sin
abrigo, María y José han salido de la
inhospitalaria población, y se han
refugiado en una gruta que se en-
contraba al pie de la colina. Seguía a
la Reina de los Ángeles el jumento
que le había servido de humilde
cabalgadura durante el viaje, y en
aquella cueva hallaron un manso
buey.
El Divino Niño desconocido por
criaturas racionales, acude a las
irracionales para que calienten son su
tibio aliento la atmósfera helada de
esa noche de invierno, y le
manifiesten con esto y con su
humilde actitud el respeto y
adoración que Belén le había negado.
La rojiza linterna que José tenía en la
mano ilumina tenuemente ese
paupérrimo recinto, ese pesebre
lleno de paja que es figura profética
de las maravillas del altar y de la
íntima y prodigiosa unión que Jesús
ha de contraer con los hombres.
María está en adoración en medio de
la gruta, y así van pasando
silenciosamente las horas de esa
noche llena de misterio.
Pero ha llegado la media noche y de
repente vemos dentro de ese
pesebre poco antes vacío, al Divino
Niño esperando, vaticinando,
deseando durante cuatro mil años
con tan inefables anhelos. A sus pies
se postra su Santísima Madre, en los
transportes de una admiración de la
cual nada puede dar idea. José
también se le acerca y le rinde
homenaje con la que inaugura su
misterio imponderable oficio de
padre putativo del Redentor de los
hombres.
DÍA NOVENO
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¡La multitud de ángeles que
descienden del cielo a contemplar
esa maravilla sin par, deja estallar su
alegría y hace vibrar en los aires las
armonías de esa Gloria in Excelsis,
que es el eco de adoración que se
produce en el trono del Altísimo y
que hace perceptible por un
instante a los oídos de la pobre
tierra las armonías celestiales
convocadas por los ángeles, vienen
en tropel los pastores de la comarca
a adorar el niño recién nacido, y
presentar sus humildes ofrendas!
Ya brilla en el oriente la misteriosa
estrella de Jacob y ya se pone en
marcha hacia Belén la caravana
esplendida de los Reyes Magos que
dentro de pocos días vendrán a
depositar a los pies del Divino Niño
el oro, el incienso y la mirra, que son
símbolos de la caridad, de la
adoración y de la mortificación.
¡Oh adorable Niño! Nosotros también
los que hemos hecho esta novena día
de vuestra Natividad, queremos
ofreceros nuestra pobre adoración;
no la rechacéis, venid a nuestras
almas, venid a nuestros corazones
llenos de amor. Encended en ellos la
devoción a vuestra infancia, no
intermitente y solo circunscrita al
tiempo de vuestra Natividad sino
siempre en todos los tiempos;
devoción que fiel y celosamente
propagada nos conduzca a la vida
eterna, librándonos del pecado y
sembrando en nosotros todas las
virtudes cristianas
(Todo lo demás como el día primero)
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CAMPANA SOBRE CAMPANA
Campana sobre campana,
y sobre campana una,
asómate a la ventana,
verás al Niño en la cuna.
Belén, campanas de Belén,
que los ángeles tocan
¿qué nuevas nos traéis?
Recogido tu rebaño
¿A dónde vas pastorcito?
voy a llevar al portal
requesón, manteca y vino.
Belén, campanas de Belén,
que los ángeles tocan
¿qué nuevas nos traéis?
Campana sobre campana,
y sobre campana dos,
asómate a la ventana
porque está naciendo Dios.
Belén, campanas de Belén,
que los ángeles tocan
¿qué nuevas nos traéis?
Campana sobre campana,
y sobre campana tres,
en una Cruz a esta hora,
el Niño va a padecer.
Belén, campanas de Belén,
que los ángeles tocan
¿qué nuevas nos traéis?
LOS PECES EN EL RIO
La Virgen se está peinando
entre cortina y cortina,
sus cabellos son de oro,
y el peine de plata fina.
Pero mira cómo beben
los peces en el río
Pero mira cómo beben
por ver al Dios nacido
Beben y beben y vuelven a beber
los peces en el río
por ver al Dios nacer.
La Virgen lava pañales
y los tendió en el romero,
los pajarillos cantando,
y el romero floreciendo.
Pero mira cómo beben
los peces en el río
Pero mira cómo beben
por ver al Dios nacido
Beben y beben y vuelven a beber
los peces en el río
por ver al Dios nacer.
La virgen está lavando,
con un poco de jabón,
Se le picaron las manos,
manos de mi corazón.
Pero mira cómo beben
los peces en el río
Pero mira cómo beben
por ver al Dios nacido
Beben y beben y vuelven a beber
los peces en el río
por ver al Dios nacer.
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LA PEREGRINACIÓN
(Autor: Ariel Ramírez)
A la huella, a la huella, José y María,
por las pampas heladas, cardos y
ortigas.
A la huella, a la huella, cortando
campo, no hay cobijo ni fonda,
sigan andando.
Florecita del campo, clavel del aire
sí ninguno te aloja, ¿Adónde naces?
Dónde naces florcita que estas
creciendo, palomita asustada,
grillo sin sueño.
A la huella, a la huella, José y María,
con un Dios escondido… ¡nadie
sabía!
A la huella, a la huella, los
peregrinos, préstenme una tapera,
para mi Niño.
A la huella, a la huella, soles y luna,
dos ojitos de almendra, piel de
aceituna.
¡Ay burrito del campo! ¡Ay buey
barcino! que mi Niño ya viene,
háganle sitio.
Un ranchito de quincha sólo me
ampara, dos alientos amigos
la luna clara.
A la huella, a la huella, José y María,
con un Dios escondido… ¡nadie
sabia!
MAZAPÁN CON MIEL
No llores más mi guagüita
Que estoy amasando el pan.
Mazapán con miel y la humita fiel,
Calentita en la sartén (bis).
San José con María vendrán
En un burro orejón por aquí pasarán.
Vendrán en un burrito caminito para
Belén.
Amados los dos amados,
Amados del Niño Dios.
Por aquí vendrán y te besarán
Corazón de mazapán.
San José con María vendrán
En un burro orejón por aquí pasarán.
Vendrán en un burrito caminito para
Belén.
Por aquí vendrán y te besarán
Corazón de mazapán.
No llores más mi guagüita
Que estoy amasando el pan.
Mazapán con miel y la humita fiel,
Calentita en la sartén.
Por aquí vendrán y te besarán
Corazón de mazapán.
No llores más mi guagüita
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EL TAMBORILERO
El camino que lleva a Belén
baja hasta el valle que la nieve
cubrió,
los pastorcillos quieren ver a su Rey,
le traen regalos en su humilde
zurrón.
(ro pom pom pom, ro pom pom
pom)
Ha nacido en un portal de Belén
El Niño Dios.
Yo quisiera poner a tus pies
algún presente que te agrade Señor.
más Tú ya sabes que soy pobre
también,
y no poseo más que un viejo
tambor.
(ro pom pom pom, ro pom pom
pom)
¡En tu honor frente al portal tocaré
con mi tambor!
El camino que lleva a Belén
yo voy marcando con mi viejo
tambor,
nada mejor hay que te pueda
ofrecer,
su ronco acento es un canto de
amor.
(ro pom pom pom, ro pom pom
pom)
Cuando Dios me vio tocando ante Él,
me sonrió.
A LA NANITA NANA, NANITA EA
A la nanita, nana, nanita nana, nanita
ea, mi Jesús tiene sueño, bendito sea,
bendito sea (bis).
Fuentecilla que corre clara y sonora
ruiseñor que en la selva cantando
lloras callad mientras la cuna se
balancea.
A la nanita, nana, nanita nana,…
Manojito de rosas y de alelíes ¿qué es
lo que estás soñando que te sonríes?
¿Cuáles son tus sueños? dilo alma
mía más, ¿qué es lo que murmuras?
Eucaristía.
A la nanita, nana, nanita nana,…
Pajaritos y fuentes, auras y brisas,
respetad ese sueño y esas sonrisas
callad mientras la cuna se balancea
que el niño está soñando, Bendito
sea.
A la nanita, nana, nanita nana,…
Pimpollo de canela, lirio en capullo
duérmete sin recelo mientras te
arrullo, duérmete que del alma
mi canto brota y un delirio de amores
en cada nota.
A la nanita, nana, nanita nana,…
Yo no sé lo que es eso, Niño del alma
más pues esa sonrisa mis penas
calma, sigue sigue soñando mi dulce
dueño, sin que nada te ahuyente tan
dulce sueño.
A la nanita, nana, nanita nana,…
13
ANTÓN TIRURIRURIRU
Anton tiruliruliru, Anton tirulirurá
Anton tiruliruliru, Anton tirulirulá
Jesús al pesebre, vamos a adorar
Jesús al pesebre, vamos a adorar
Duérmete, niño chiquito
Que la noche viene ya
Cierra pronto tus ojitos
Que el viento te arrullará.
Anton tiruliruliru, Anton tirulirurá
Anton tiruliruliru, Anton tirulirulá
Jesús al pesebre, vamos a adorar
Jesús al pesebre, vamos a adorar
Duérmete, niño chiquito
Que tu Madre velará
Cierra pronto tus ojitos
Porque la entristecerás.
Anton tiruliruliru, Anton tirulirurá
Anton tiruliruliru, Anton tirulirulá
Jesús al pesebre, vamos a adorar
Jesús al pesebre, vamos a adorar
Ya dormido en el regazo
De María, El Salvador
Va soñando dulcemente
Música y cantos de amor.
Anton tiruliruliru, Anton tirulirurá
Anton tiruliruliru, Anton tirulirulá
Jesús al pesebre, vamos a adorar
Jesús al pesebre, vamos a adorar
EL BURRITO DE BELÉN
Con mi burrito sabanero
voy camino de Belén (bis).
Si me ven, si me ven, voy camino de
Belén (bis).
El lucerito mañanero
ilumina mi sendero (bis).
Si me ven, si me ven,
voy camino de Belén (bis).
Con mi cuatrico voy cantando,
mi burrito va trotando (bis).
Si me ven, si me ven,
voy camino de Belén (bis).
Tuqui, Tuqui, Tuqui, Tuqui,
Tuqui, Tuqui, tuquitá.
Apúrate mi burrito
que ya vamos a llegar.
Tuqui, Tuqui, Tuqui, Tuqui,
Tuqui, Tuqui, tuquitá.
Apúrate mi burrito
vamos a ver a Jesús.
Con mi burrito sabanero
voy camino de Belén (bis).
Si me ven, si me ven, voy camino de
Belén (bis).
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NOCHE DE PAZ
Noche de paz, noche de amor,
Todo duerme en derredor.
Entre sus astros que esparcen su luz
Bella anunciando al Niño Jesús
Brilla la estrella de paz (bis).
Noche de paz, noche de amor,
Oye humilde el fiel pastor
Coros celestes que anuncian salud
Gracias y glorias en gran plenitud
Por nuestro buen redentor (bis).
Noche de paz, noche de amor,
Ved que bello resplandor
Luce en el rostro del niño Jesús
En el pesebre del mundo la luz
Astro de eterno fulgor (BIS)
Noche de paz, noche de amor,
Todo duerme en derredor
Solo velan mirando la faz
De su Niño en angélica paz
José y María en Belén (bis).
Noche de paz, noche de amor
Llena el Cielo un resplandor
En la altura resuena un cantar
Os anuncio la dicha sin par
Que en la tierra nació Dios
Hoy en Belén de Judá (bis).
Noche de paz, noche de amor,
Todo duerme en derredor.
Sólo suenan en la oscuridad
Armonías de felicidad
Armonías de paz (bis).
Noche de paz, noche de amor,
Todo duerme en derredor.
Sólo velan en la oscuridad
Los pastores que en el campo están;
Y la estrella de Belén (bis).
Noche de paz, noche de amor,
Todo duerme en derredor.
Sobre el Santo Niño Jesús
Una estrella esparce su luz
Brilla sobre el Rey (bis).
Noche de paz, noche de amor,
Todo duerme en derredor.
Fieles velando allí en Belén
Los pastores, la Madre también
Y la estrella de paz (bis).
¡Noche de paz, noche de amor!
Ha nacido el Niño Dios
En un humilde portal de Belén
Suena un futuro de amor y de fe
Viene a traernos la paz (bis).
VAMOS PASTORES, VAMOS
Vamos pastores, vamos,
vamos a Belén,
a ver en ese niño
la gloria del Edén (bis).
Ese precioso niño,
Yo me muero por Él,
sus ojitos me encantan,
su boquita también,
el Padre lo acaricia.
La madre mira en Él,
y los dos extasiados
contemplan aquel ser (bis).
Vamos pastores, vamos,
vamos a Belén,…
Es tan lindo mi Niño,
que nunca podrá ser
que su belleza copien
el lápiz y el pincel;
pues el Eterno Padre
con inmenso poder
hizo que el Hijo fuera
inmenso como Él (bis).
15
Vamos pastores, vamos,
vamos a Belén,…
Yo pobre pastorcillo,
al Niño le diré,
no la buena ventura,
eso no puede ser;
le diré que me perdone
lo mucho que pequé,
y en la mansión eterna,
un ladito me dé (bis).
Vamos pastores, vamos,
vamos a Belén,…
DULCE JESÚS MÍO
Dulce Jesús mío,
mi niño adorado, (bis)
ven a nuestras almas niñito,
ven no tardes tanto. (bis)
Del seno del padre
bajaste humanado, (bis)
deja ya el materno niñito,
porque te veamos. (bis)
De montes y valles,
ven, oh deseado; (bis)
rompe ya los cielos niñito;
brota flor del campo. (bis)
Dulce Jesús mío,
mi niño adorado, (bis)
ven a nuestras almas niñito,
ven no tardes tanto. (bis)
TUTAINA TUTURUMAINA
Tutaina tuturumá
Tutaina tuturumaina
Tutaina tuturuma turumá
Tutaina tuturumaina (bis).
Los pastores de Belén
Vienen a adorar al Niño;
La Virgen y San José
Los reciben con cariño.
Tutaina tuturumá
Tutaina tuturumaina
Tutaina tuturuma turumá
Tutaina tuturumaina (bis).
Tres reyes vienen también
Con incienso, mirra y oro,
A ofrendar a Dios su bien
Con el más grande tesoro.
Tutaina tuturumá
Tutaina tuturumaina
Tutaina tuturuma turumá
Tutaina tuturumaina (bis).
Vamos todos a cantar
Con amor y alegría
Porque acaba de llegar
De los cielos el Mesías
Tutaina tuturumá
Tutaina tuturumaina
Tutaina tuturuma turumá
Tutaina tuturumaina (bis).
PASTORES VENID
En el portal de belén hay estrellas, sol
y luna la Virgen y San José, y el niño
que está en la cuna.
Pastores venid, pastores llegad
adorad al Niño, adorad al Niño
que ha nacido ya. (bis)
Ábreme tu pecho Niño, ábreme tu
corazón, que hace mucho frío afuera,
y allí solo hallo calor.
16
Pastores venid, pastores llegad
adorad al Niño, adorad al Niño
que ha nacido ya. (bis)
Al niño miró la Virgen, a la Virgen
San José, el Niño miran los dos
y se sonríen los tres.
Pastores venid, pastores llegad
adorad al Niño, adorad al Niño
que ha nacido ya. (bis)
No sé si será el amor, No se si serán
mis ojos, más cada vez que te miro
me pareces más hermoso.
Pastores venid, pastores llegad
adorad al Niño, adorad al Niño
que ha nacido ya. (bis)
ZAGALILLOS DEL VALLE
Zagalillos del valle, venid,
pastorcitos del monte, llegad.
La esperanza del Dios prometido,
ya vendrá, ya vendrá, ya vendrá.
(bis)
La esperanza, la gloria y la dicha
la tendremos en Él, ¿quién lo duda?
Desdichado de aquel que no acuda
con la fe que le debe animar.
Zagalillos del valle, venid,
pastorcitos del monte, llegad.
La esperanza del Dios prometido,
ya vendrá, ya vendrá, ya vendrá.
(bis)
Nacerá en un establo zagala,
pastorcitos venid, adoremos,
hoy venimos y luego volvemos,
y mañana nos puede salvar.
Zagalillos del valle, venid,
pastorcitos del monte, llegad.
La esperanza del Dios prometido,
ya vendrá, ya vendrá, ya vendrá. (bis)
VAMOS, VAMOS, PASTORCILLOS
Vamos, vamos, vamos, vamos
pastorcitos, vamos, vamos, vamos a
Belén, y veremos todos al Dios del
amor, con el perfume del alma
Y los homenajes de la adoración.
En el portal de Belén, hay estrellas,
sol y luna, la Virgen y San José, la
Virgen y San José Y el niño Dios en la
cuna.
Vamos, vamos, vamos, vamos
pastorcitos, vamos, vamos, vamos a
Belén, y veremos todos al Dios del
amor, con el perfume del alma
Y los homenajes de la adoración.
Entre tanto San José lo acaricia en sus
brazos y la Virgen María y la Virgen
María lo acaricia en su regazo.
Vamos, vamos, vamos, vamos
pastorcitos, vamos, vamos, vamos a
Belén, y veremos todos al Dios del
amor, con el perfume del alma
Y los homenajes de la adoración.
Pastorcitos, gran noticia, gratas
nuevas voy a dar, que tres reyes del
oriente, que tres reyes del oriente se
dirigen al portal.
Vamos, vamos, vamos, vamos
pastorcitos, vamos, vamos, vamos a
Belén, y veremos todos al Dios del
amor, con el perfume del alma
Y los homenajes de la adoración.
17
LOS ZAGALES
Los zagales y zagalas
al niño vamos a ver
con piticos y tambores
mostrándole gran placer (bis).
¿Por qué tan doliente lloras?
¿Por qué, mi niño, por qué?
Si quieres venir a mi alma,
ven que yo te arrullaré (bis).
Los zagales y zagalas
al niño vamos a ver
con piticos y tambores
mostrándole gran placer (bis).
En el portal de Belén
hay estrellas, sol y luna,
la Virgen y san José y el niño
que está en la cuna (bis).
Los zagales y zagalas
al niño vamos a ver
con piticos y tambores
mostrándole gran placer (bis).
PANIS ANGÉLICUS
Panis Angélicus
Fit panis hominum;
Dat panis cœlicus
Fíguris términum:
O res mirábilis!
Mandúcat Dóminun
Pauper, Servus et húmilis.
Te trina Déitas
Únaque poscimus.
Sic nos tu vísita
Sicut te colimus;
Per tuas semitas
Duc nos quo tendimus,
Al lucem quam inhábitas.
Amen.
PAN DE LOS ÁNGELES
El pan angelical se convierte
en pan de los hombres;
El pan del cielo acaba con las
antiguas figuras:
¡Oh, cosa admirable! se alimentan
del Señor los pobres, los siervos
y los humildes.
Te rogamos, Dios, uno y trino,
que así vengas a nosotros,
como a ti te damos culto.
Por tus caminos guíanos
adonde anhelamos,
A la luz en la que moras.
Amén
18
TE DEUM
TE DEUM laudámus: te Dóminum
confitémur:
Te ætérnum Patrem omnis terra
venerátur.
Tibi omnes Ángeli; tibi cæli et
univérsæ Potestátes;
Tibi Chérubim et Séraphim
incessábili voce proclámant:
Sanctus, Sanctus, Sanctus, Dóminus
Deus Sábaoth.
Pleni sunt cæli et terra majestátis
glóriæ tuæ.
Te gloriósus Apostolórum chorus,
Te Prophetárum laudábilis númerus,
Te Mártyrum candidátus laudat
exércitus.
Te per orbem terrárum sancta
confitétur Ecclésia,
Patrem imménsæ majestátis:
Venerándum tuum verum et únicum
Fílium:
Sanctum quoque Paráclitum
Spíritum.
Tu Rex glóriæ, Christe.
Tu Patris sempitérnus es Fílius.
Tu ad liberándum susceptúrus
hóminem, non horruísti Vírginis
úterum.
Tu devícto mortis acúleo, aperuísti
credéntibus regna cælórum.
Tu ad déxteram Dei sedes, in glória
Patris.
Judex créderis esse ventúrus.
Te ergo quǽsumus, tuis fámulis
súbveni: quos pretióso sánguine
redemísti.
Ætérna fac cum sanctis tuis, in glória
numerári.
A Ti como a Dios alabamos; a ti como
a Señor confesamos.
A Ti por eterno Padre venera toda la
tierra.
A Ti los Ángeles todos, a ti los cielos y
todas las Potestades,
A Ti los Querubines y los Serafines
con voz incesante proclaman:
Santo, Santo, Santo, Señor Dios de los
ejércitos.
Llenos están los cielos y la tierra de la
majestad de tu gloria.
A Ti te aclama el glorioso coro de los
Apóstoles,
El venerable número de Profetas
Y el radiante ejército de los Mártires.
A Ti te confiesa la Santa Iglesia por
toda la tierra,
Como Padre de majestad inmensa.
También venera a tu verdadero y
único Hijo:
Y también al Espíritu Santo Paráclito.
¡Oh Cristo! Tú eres el Rey de la gloria.
Tú eres del Padre el Hijo sempiterno.
Tú, para liberar al hombre no
desdeñaste en bajar al seno de la
Virgen.
Tú, venciendo al aguijón de la muerte,
abriste a los creyentes el reino de los
cielos.
Tú estás sentado a la diestra de Dios
en la gloria del Padre.
Creemos que volverás como juez del
mundo.
A Ti, pues, te rogamos que te
acuerdes de tus siervos, a quienes
redimiste con tu preciosa Sangre.
Y haz que con tus Santos seamos
contados en la gloria.
19
Salvum fac pópulum tuum, Dómine,
et bénedic hereditáti tuæ.
Et rege eos, et extólle illos usque in
ætérnum.
Per síngulos dies benedícimus te;
Et laudámus nomen tuum in
sǽculum, et in sǽculum sǽculi.
Dignáre, Dómine, die isto sine
peccáto nos custodíre.
Miserére nostri, Dómine: miserére
nostri.
Fiat misericórdia tua, Dómine, super
nos, quemádmodum sperávimus in
te.
In te, Dómine, sperávi: non
confúndar in ætérnum.
Benedicámus Patrem et Fílium cum
Sancto Spíritu.
R. Laudémus et superexaltémus
eum in sǽcula.
Benedíctus es, Dómine, in
firmaménto cæli.
R. Et laudábilis, et gloriósus, et
superexaltátus in sǽcula.
Dómine, exáudi oratiónem meam.
R. Et clamor meus ad te véniat.
Dóminus vobíscum.
R. Et cum spíritu tuo.
Orémus. Deus, cujus misericórdia
non est númerus, et bonitátis infinítus
est thesáurus: piíssimæ majestáti tuæ
pro collátis donis grátias ágimus, tuam
semper cleméntiam exorántes; ut, qui
peténtibus postuláta concédis,
eósdem non déserens, ad prǽmia
futúra dispónas. Per Christum
Dóminum nostrum. Amen.
Salva, Señor, a tu pueblo y bendice a
tu heredad.
Y rígelos, y condúcelos hasta la
eternidad.
Todos y cada uno de nuestros días te
bendecimos.
Y alabamos tu nombre por todos los
siglos de los siglos.
Dígnate, Señor, en este día
guardamos sin pecado.
Ten piedad de nosotros, Señor, ten
piedad de nosotros.
Descienda sobre nosotros, Señor, tu
misericordia, como lo hemos esperado
de Ti.
En Ti, Señor, esperé; no seré
confundido eternamente.
Bendigamos al Padre, y al Hijo con el
Espíritu Santo.
R. Alabémosle y ensalcémosle por
todos los siglos.
Bendito eres, Señor, en lo más alto
del cielo.
R. Y digno de alabanza, y glorioso y
ensalzado por todos los siglos.
Señor, escucha mi oración.
R. Y llegue a Ti mi clamor.
El Señor esté con vosotros.
R. Y con tu espíritu.
Oremos. Oh Dios, cuya misericordia
no tiene límites y cuyos tesoros de
bondad son infinitos; damos gracias a
tu piadosísima majestad por los dones
recibidos, rogando siempre a tu
clemencia que, pues concedes lo que
piden a los que te lo suplican, no nos
desampares, sino que nos hagas dignos
de los premios futuros. Por Jesucristo
Nuestro Señor. Amén.
20
TE JOSEPH CÉLEBRENT
(Himno)
TE JOSEPH célebrent ágmina
cǽlitum.
Te cuncti résonent christíadum chori,
Qui clarus méritis, junctus es ínclytæ,
Casto fœdere Vírgini.
Almo cum túmidam gérmine
cónjugem.
Admírans, dúbio tángeris ánxius,
Afflátu súperi fláminis Ángelus
Concéptum púerum docet.
Tu natum Dóminum stringis; ad
éxteras
Ægýpti prófugum tu séqueris plagas;
amíssum Sólymis quæris, et ínvenis,
miscens gáudia flétibus.
Post mortem réliquos sors pia
cónsecrat,
Palmámque eméritos glória súscipit
Tu vivens, súperis par, frúeris Deo,
Mira sorte beátior.
Nobis, summa Trias, parce
precántibus,
Da Joseph méritis, sídera scándere;
Ut tándem líceat nos tibi pérpetim
Gratum prómere cánticum.
Amen.
A TI, OH JOSÉ, te alaben los ejércitos
celestiales; A ti ensalcen los coros de
los cristianos. Esclarecido por tus
méritos, fuiste dado en casto
Matrimonio a la ínclita Virgen.
Cuando, admirado de la santa
fecundidad de Tu esposa, la duda
angustia tú corazón, un ángel del cielo
te revela cómo el niño ha sido
concebido del Espíritu santo.
Tú estrechas al Señor recién nacido;
huyes con Él a tierras de Egipto; le
buscas en Jerusalén, donde le habías
perdido, y lo hallas, mezclando así las
lágrimas con el gozo.
Todos reciben su piadoso destino
después de la muerte, cuando la gloria
acoge a los que merecieron la palma.
Sólo tú, igual a los bienaventurados,
gozas en vida destino felicísimo, de
Dios.
Trinidad soberana, sé propicia a
nuestros ruegos; concédenos por los
méritos de San José la gracia de llegar
al cielo, a fin de que podamos cantarte
un himno de gracias por toda la
eternidad.
Amén.
ADÉSTE, FIDÉLES
Adéste, fidéles,
læti triumphántes:
Veníte, veníte
in Béthleem;
Natum vidéte
Regem angelórum,
Venid, fieles,
gozosos, triunfantes:
venid, venid
a Belén;
ved ya nacido
al Rey de los Ángeles,
21
Veníte, adorémus (bis),
Veníte, adorémus Dóminum.
En, grege relícto,
húmiles ad cunas
Vocáti pastóres
appróperant;
Et nos ovánti
gradu festinémus,
Veníte, adorémus...
Ætérni Paréntis
spléndorem ætérnum,
Velátum sub carne
vidébimus;
Deum infántem
pannis involútum,
Veníte, adoremus...
Pro nobis egénum
et fœno cubántem
Piis foveámus
ampléxibus;
Sic nos amántem
quis non redamáret?
Veníte, adoremus...
Venid y adoremos (bis),
venid y adoremos al Señor.
Ved que, dejando el rebaño,
unos humildes pastores
corren al ser llamados
a la cuna:
También nosotros gozosos
apresuremos el paso,
Venid y adoremos...
Al resplandor eterno
del eterno Padre,
velado bajo la carne
le veremos.
A un Dios niño
en pañales envuelto,
Venid y adoremos...
Por nosotros se hizo pobre
y está recostado en el heno;
calentémosle con piadosos
abrazos.
Al que así nos ha amado,
¿quién no le amará?
Venid y adoremos...
HIMNO VENI CREÁTOR
Veni Creátor Spíritus,
Mentes tuórum vísita,
Imple superna grátia,
Quæ tu creásti, péctora.
Qui díceris Paráclitus,
Altissími Donum Dei,
Fons vivus, ignis, cháritas,
Et spiritális únctio.
Tu septifórmis múnere,
Ven Espíritu Creador,
Visita las almas de tus hijos.
Llena de la divina gracia
Los corazones que creaste.
Tú llamado Consolador,
Don de Dios Altísimo,
Fuente viva, fuego, caridad,
Y espiritual unción.
Tú regalo de siete dones,
22
Dígitus Patérnæ déxteræ,
Tu rite promíssum Patris,
Sermóne ditans gúttura.
Accénde lumen sénsibus,
Infúnde amórem córdibus,
Infírma nostri córporis,
Virtúte firmans pérpeti.
Hostem repéllas lóngius,
Pacémque dones prótinus;
Ductóre sic te prǽvio,
Vitémus omne nóxium.
Per te sciámus da Patrem,
Noscámus atque Fílium;
Teque utriúsque Spíritum
Credámus omni témpore.
Deo Patri sit glória,
Et Fílio, qui a mórtuis
Surréxit, ac Paráclito
In sæculórum sǽcula.
Amen.
Dedo de la diestra Paterna,
Tú el prometido del Padre,
Das los tesoros de tu palabra.
Ilumina nuestros sentidos,
Infunde amor en los corazones
Y con tu fuerza perpetua,
Sostén nuestra debilidad.
Arroja lejos al enemigo,
Y danos pronto la paz,
Precédenos como guía,
Para que evitemos todo mal.
Sepamos por Ti del Padre,
Y conozcamos al Hijo,
Y a Ti, Espíritu de ambos,
Creamos en todo tiempo.
Gloria a Dios Padre,
Y al Hijo que de entre los muertos,
Resucitó, y al Paráclito,
Por los siglos de los siglos.
Amén.
ANTÍFONAS DE NAVIDAD
Día 17: O Sapientia
O Sapientia, quae ex ore Altissimi
prodiisti, attingens a fine usque ad
finem, fortiter suaviterque disponens
omnia: Veni ad docendum nos viam
prudentiae.
Día 18: O Adonai
O Adonai, et Dux domus Israel, qui
Moysi in igne flammae rubi apparuisti,
et ei in Sina legem dedisti: Veni ad
redimendum nos in brachio extento.
Oh Sabiduría, que has salido de los
labios del Altísimo, que llegas de uno a
otro confín (de la tierra), que ordenas
todas las cosas con firmeza y suavidad:
Ven a enseñarnos el camino de la
prudencia.
Oh Adonai (oh Señor), y Rey de la casa
de Israel, que apareciste a Moisés en el
fuego de la llama de la zarza, y a él en
el Sinaí diste la Ley: Ven a liberarnos
con brazo extendido.
23
Día 19: O Radix Jesse
O Radix Jesse, qui stas in signum
populorum, super quem continebunt
reges os suum, quem Gentes
deprecabuntur: Veni ad liberandum
nos, jam noli tardare.
Día 20: O Clavis David
O Clavis David, et sceptrum domus
Israel; qui áperis, et nemo claudit;
claudis, et nemo aperit: Veni, et éduc
vinctum de domo cárceris, sedentem
in ténebris, et umbra mortis.
Día 21: O Oriens
O Oriens, splendor lucis aeternae, et
sol justitiae: Veni, et illúmina sedentes
in tenebris, et umbra mortis.
Día 22: O Rex Gentium
O Rex Gentium, et desideratus earum,
lapisque angularis, qui facis utraque
unum: Veni, et salva hominem, quem
de limo formasti.
Día 23: O Emmanuel
O Emmánuel, Rex et légifer noster,
exspectatio gentium, et Salvator
earum: Veni ad salvandum nos,
Dómine, Deus noster.
Oh Raíz de Jesé, que estás de pie como
un signo de los pueblos, ante quien
enmudecen los reyes, (y) al cual las
naciones imploran: Ven a liberarnos, ya
no tardes.
Oh llave de David, y cetro de la casa de
Israel; que abres y nadie cierra; cierras
y nadie abre: Ven y conduce al que está
encadenado en casa de cárcel (sus
pecados), al que está en las tinieblas y
en la sombra de la muerte.
Oh Oriente, esplendor de la luz eterna y
Sol de justicia: Ven e ilumina a los que
están en las tinieblas y en la sombra de
la muerte.
Oh Rey de las naciones, y el Deseado de
ellas, y la Piedra Angular, que
conviertes a ambas cosas en uno: Ven y
salva al hombre, que formaste del
barro.
Oh Emmanuel, Rey y legislador nuestro
anhelo de las naciones, y Salvador de
ellas: Ven a salvarnos, Señor Dios
nuestro.
24
PASTORES DE LA MONTAÑA
Pastores de la montaña
oíd el célico cantar
que en los aires acompaña
de la brisa el murmurar:
Glória in excélsis Deo!
Glória in excélsis Deo!
El Mesías prometido,
el que cura todo mal,
humilde hoy nos ha nacido
en Belén, en un portal:
Glória in excélsis Deo!
Glória in excélsis Deo!
El mismo Dios es su Padre
su trono en el cielo está;
una Virgen es su Madre
hoy nace, y eterno es ya:
Glória in excélsis Deo!
Glória in excélsis Deo!
INDICE
Novena de Navidad………………….
VILLANCICOS
A la Nanita Nana, Nanita ea……..
Antón Tiruriruriru…………………….
Campana sobre campana…………
Dulce Jesús mío……………………….
El Burrito de Belén…………………..
El Tamborilero…………………………
La Peregrinación………………………
Los peces en el río……………………
Los Zagales………………………………
Mazapán con miel……………………
Noche de paz……………………………
Pastores venid…………………………
Tutaina Tuturumaina……………….
Vamos pastores, vamos……………
Vamos, vamos, pastorcillos………
Zagalillos del valle……………………
1
12
13
10
15
13
12
11
10
17
11
14
15
15
14
16
16
HIMNOS Y CÁNTICOS
Adéste, fideles………………………………
Antífonas de Navidad……………………
Panis Angélicus……………………………..
Pastores de la montaña…………………
Te Deum………………………………………..
Te Joseph célebrent (Himno)…………
Veni Creator (Himno)…………………….
CAPILLA
SAN PÍO X
20
22
17
24
18
20
21

1 novena dre aguinaldos capilla san pio x

  • 1.
    1 P R IO R A T O S A N P I O X NOVENA DE AGUINALDOS “Dulce Jesús mío, mi Niño adorado…” Rescatemos la bella costumbre de rezar la novena de aguinaldos al lado del pesebre. Con música y villancicos, preparemos la llegada del Niño Dios. ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS Benignísimo Dios de infinita Caridad, que tanto amasteis a los hombres, que les disteis en vuestro Hijo la mejor prenda de vuestro amor, para que, hecho hombre en las entrañas de una Virgen, naciese en un pesebre para nuestra salud y remedio; yo, en nombre de todos los mortales, os doy infinitas gracias por tan soberano beneficio. En retorno de él, os ofrezco la pobreza, humildad y demás virtudes de vuestro Hijo humanado, suplicándoos por sus divinos méritos, por las incomodidades con que nació y por las tiernas lágrimas que derramó en el pesebre, dispongáis nuestros corazones con humildad profunda, con amor encendido, con total desprecio a todo lo terreno, para que Jesús recién nacido, tenga en ellos su cuna y more eternamente. Amén. (Se reza tres veces Gloria al Padre)
  • 2.
    2 Consideración En el principiode los tiempos, el Verbo reposaba en el seno de su Padre, en lo más alto de los cielos. Allí era la causa y a la vez el modelo de toda la creación. En esas profundidades de una incalculable eternidad, permanecía el Hijo de Dios antes de bajar a la tierra y de tomar posesión de la gruta de Belén. Allí, en el seno de la Santísima Trinidad, es donde debemos buscar sus principios que jamás han comenzado: De allí debemos datar la genealogía del Eterno, que no tiene antepasados, y contemplar la vida de complacencia infinita que allí reinaba. La vida del Verbo Eterno en el seno de su Padre, era una vida maravillosa; y sin embargo, misterio sublime, busca otra morada, una mansión creada. No era porque en su mansión eterna faltase algo a su infinita felicidad, sino porque su misericordia infinita anhelaba la Redención y la salvación del género humano, que sin ÉL no podía verificarse. El pecado de Adán había ofendido a Dios, y esa ofensa infinita no podía ser perdonada sino por los méritos del mismo Dios. La raza de Adán había desobedecido y merecido un castigo eterno. Era pues necesario, para salvar y satisfacer esta culpa, que Dios, sin dejar el cielo, tomaste la forma de hombre sobre la tierra y con la obe- diencia a los designios de su Padre, expiase aquella desobediencia. Por eso el Verbo Eterno, ardiendo en deseos de salvar al género humano, resolvió hacerse hombre y así redimir a los culpables. ORACIÓN A LA SANTÍSIMA VIRGEN (Para todos los días) Soberana María, que por vuestras grandes virtudes, y especialmente por vuestra humildad, merecisteis que todo un Dios os escogiese por Madre suya, os suplico que vos misma preparéis y dispongáis mi alma, y la de todos los que en este tiempo hicieren esta Novena, para el nacimiento espiritual de vuestro adorado Hijo. ¡Oh dulcísima Madre! Comunicadme algo del profundo recogimiento y divina ternura con que le aguardasteis Vos, para que nos hagáis menos indignos de verle, amarle y adorarle por toda la eternidad. Amén. (Nueve veces el Ave María) ORACIÓN A SAN JOSÉ (Para todos los días) ¡Oh Santísimo José, esposo de María y padre putativo de Jesús!, infinitas gracias doy a Dios porque os escogió para tan altos ministerios, y os ador- nó con todos los dones propor- cionados a tan excelente grandeza. Os ruego, por el amor que tuvisteis al Divino niño, me abracéis en fervorosos deseos de verle y recibirle DÍA PRIMERO
  • 3.
    3 sacramentalmente, mientras ensu divina Esencia le vea y le goce en el cielo. Amén. (Padre Nuestro, Ave María y Gloria) GOZOS PARA TODOS LOS DÍAS Dulce Jesús mío Mi Niño adorado ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven no tardes tanto! ¡Oh Sapiencia suma! Del Dios Soberano, ¡Que al nivel de un niño Te hayas rebajado! ¡0h divino infante Ven para enseñarnos La prudencia que hace Verdaderos sabios! ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven no tardes tanto! ¡Oh raíz sagrada De Jesé que en lo alto Presentas al orbe Tu fragante nardo! ¡Dulcísimo Niño Que has sido llamado Lirio de los valles Bella flor del campo! ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven no tardes tanto! ¡Oh lumbre de Oriente, Sol de eternos rayos, Que entre las tinieblas Tu esplendor veamos! ¡Niño tan precioso, Dicha del cristiano, Luzca la sonrisa De tus dulces labios! ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven no tardes tanto! ¡Rey de las naciones Emmanuel preclaro, De Israel anhelo, Pastor del rebaño! ¡Niño que apacientas Con suave cayado, Ya la oveja arisca, Ya el cordero manso! ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven no tardes tanto! ¡Ábranse los cielos Y llueva de lo alto Bienhechor rocío, Como riego santo! ¡Ven hermoso Niño! ¡Ven Dios humanado! ¡Luce hermosa estrella, Brota flor del campo! ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven no tardes tanto! ¡Ven que ya María Previene sus brazos Do su Niño vean En tiempo cercano! ¡Ven, que ya José, Con anhelo sacro Se dispone a hacerse De tu amor sagrario! ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven no tardes tanto! ¡Del débil auxilio, Del doliente amparo, Consuelo del triste Luz del desterrado! ¡Vida de mi vida,
  • 4.
    4 Mi dueño adorado, Miconstante amigo, ¡Mi divino hermano! ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven no tardes tanto! ¡Véante mis ojos De ti enamorados! ¡Bese ya tus plantas Bese ya tus manos! Prosternado en tierra Te tiendo los brazos Y aún más que mis frases Te dice mi llanto ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven no tardes tanto! ¡Ven Salvador nuestro, Por quien suspiramos! ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven no tardes tanto! ORACIÓN AL NIÑO JESÚS (Para todos los días) Acordaos, ¡oh dulcísimo Niño Jesús!, que dijisteis a la venerable Margarita del Santísimo Sacra- mento, y en persona suya a todos vuestros devotos, estas palabras tan consoladoras para nuestra pobre humanidad agobiada y doliente: “Todo lo que quieras pedir, pídelo por los méritos de mi infancia y nada te será negado”. Llenos de confianza en Vos, ¡oh Jesús!, que sois la misma verdad, venimos a expresaros toda nuestra miseria. Ayúdanos a llevar una vida santa, para conseguir una eternidad bienaventurada. Concédenos, por los méritos infinitos de vuestra Encarnación y de Vuestra infancia, la gracia de la cual necesitamos tanto. Nos entregamos a Vos, ¡oh Niño omnipotente!, seguros de que no quedará frustrada nuestra esperanza, y de que en virtud de vuestra divina Providencia, acogeréis y despacharéis favorablemente nuestras súplicas. Amén. (Oración para todos los días: Benignísimo Dios de infinita……) Consideración El Verbo eterno se halla a punto de tomar su naturaleza creada en la Santa Casa de Nazaret, en donde moraban María y José. Cuando la sombra del secreto divino vino a deslizarse sobre Ella, María estaba sola, ensimismada en la oración. Ella pasaba las silenciosas horas de la noche en la unión más estrecha con Dios, y mientras oraba, el Verbo tomó posesión de su morada creada. Sin embargo, no llegó repentinamente: Dios envió al Arcángel San Gabriel como mensajero para pedir a María su consentimiento para la Encarnación. El Creador no quiso efectuar este gran misterio sin la aceptación de su criatura. Aquel momento fue muy solemne. Con qué adorables delicias e inefables complacencias, aguardaría la Santísima Trinidad que María abriese sus labios y pronunciase el “Fiat”, el cual debió ser suave melodía; ¡con él, se conformaba su profunda humildad a la omnipotente Voluntad Divina! DÍA SEGUNDO
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    5 La Virgen Inmaculadaha dado su consentimiento y el Arcángel ha desaparecido. Dios se ha revestido de una naturaleza creada; la voluntad eterna está cumplida y la creación completada. El Verbo se ha hecho carne, y aunque todavía invisible para el mundo, habita ya entre los hombres que por su inmenso amor ha venido a rescatar (Todo lo demás como el día primero) (Oración para todos los días: Benignísimo Dios de infinita……) Consideración Así había comenzado su vida encarnada en Niño Dios. Consideremos el alma gloriosa y el santo cuerpo que había tomado, adorándolos profundamente. Admirando, en primer lugar, el alma de ese Divino Niño, consideremos en ella la plenitud de su ciencia beatífica, por la cual, desde el primer momento de su vida, vio la Divina Esencia más claramente que todos los ángeles, y leyó lo pasado y lo por venir con todos sus arcanos. Del alma del Niño Dios, pasemos ahora a su cuerpo que era un mundo de maravillas, una obra maestra de la mano de Dios. Quiso que fuese pequeño y débil como el de todos los niños, y sujeto a todas las incomodidades de la infancia para asemejarse más a nosotros y participar de nuestras humillaciones. La belleza de este cuerpo del Divino Niño fue superior a cuanto se ha imaginado jamás, y la divina sangre, que por sus venas comenzó a circular desde el momento de su Encarnación, es la que lavó todos los pecados y las manchas del mundo culpable. Pidámosle que lave nuestros pecados en el Sacramento de la Penitencia, y le prometamos nuestra Confesión, para que el día de su dichosa Navidad nos encuentre purificados y perdonados, y en condiciones de recibirle, con amor y provecho espiritual, en la Santa Comunión de la Misa. (Todo lo demás como el día primero) (Oración para todos los días: Benignísimo Dios de infinita……) Consideración Desde el seno de su Madre, comenzó el Niño Jesús a poner en práctica su eterna sumisión a Dios, la cual continuó sin la menor interrupción durante toda su vida. Adoraba a su eterno Padre, le amaba y se sometía a su Voluntad. Aceptada con resignación toda su debilidad, toda su humillación, todas sus incomodidades. ¿Quién de nosotros quisiera retroceder a un estado semejante, el de la niñez, con el pleno goce de la razón y de la reflexión? Por aquí entró el Divino Niño en su dolorosa y humillante carrera. Así empezó a anonadarse delante de su Padre, a enseñarnos DÍA CUARTO DÍA TERCERO
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    6 que Dios merecetodo por parte de su criatura, así empezó a expiar nuestro orgullo, origen de nuestros pecados. ¿Deseamos hacer verdadera oración? Empecemos por formarnos de ella una idea correcta, contemplando al Niño Dios en el seno de su Madre. El Divino Niño ora, y ora de un modo excelente. No habla, no medita, ni se deshace en tiernos afectos. Su mismo estado lo acepta con la intención de honrar a Dios, y expresa todo lo que Dios merece y cómo quiere Él ser adorado por nosotros. Unámonos a las adoraciones del Niño Dios en el seno de María. Unámonos a su profundo abatimiento, y sea éste el primer efecto de nuestro sacrificio ante Dios. Desaparezcamos a nuestros propios ojos y que Dios sea todo para nosotros. (Todo lo demás como el día primero) (Oración para todos los días: Benignísimo Dios de infinita……) Consideración Ya hemos visto la vida que llevaba el Niño Dios en el seno de su purísima Madre. Veamos hoy la vida que llevaba María durante el mismo espacio de tiempo. María no cesaba de aspirar el momento en que gozaría de esa visión beatífica en la tierra: Ver la faz de Dios encarnado. Estaba a punto de ver aquella faz humana que debía iluminar el Cielo durante toda la eternidad. Iba a ver el amor filial en aquellos mismos ojos cuyos rayos debería esparcir para siempre la felicidad en millones de elegidos. Iba a verle en la ignorancia aparente de la infancia, en los encantos particulares de la juventud y en la serenidad reflexiva de la edad madura. ¡Tal era la expectativa de María!, inaudita en sí misma, mas no por eso dejaba de ser real. Su vida es el tipo magnífico de toda vida católica. No nos contentemos con admirar a Jesús residiendo en María, sino pensemos que en nosotros también reside por esencia, potencia y presencia. (Todo lo demás como el día primero) (Oración para todos los días: Benignísimo Dios de infinita……) Consideración Jesús había sido concebido en Nazaret, la casa de José y de María, y era de creerse que allí habría de nacer. Más Dios había dispuesto de otra manera. Los profetas habían anunciado que el Mesías nacería en Belén de Judá, ciudad de David. Para que se cumpliese esta profecía, Dios se sirvió de un medio que no parecía tener Ninguna relación con este objeto a saber: la orden dada por el emperador Augusto de que todos los súbditos del Imperio Romano se empadronasen en el lugar de donde eran originarios. María y José, como descendientes que eran de David, estaban obligados a ir a Belén. DÍA QUINTO DÍA SEXTO
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    7 No ignoraba Jesúsen qué lugar debía nacer, y así inspira a sus padres que se entreguen a la Providencia, y que de esta manera concurran a la ejecución de sus designios. Almas interiores, observad este proceder del Divino Niño porque es el más importante de la vida espiritual: Aprended que el que se ha entregado a Dios, ya no ha de pertenecerse a sí mismo, ni ha de querer sino lo que Dios quiera para él. (Todo lo demás como el día primero) (Oración para todos los días: Benignísimo Dios de infinita……) Consideración Representemos el viaje de María y José hacia Belén, llevando consigo al Creador del universo aún no nacido. Contemplemos la humildad y la obediencia de ese Divino Niño, que aunque de raza judía, obedece así a un príncipe extranjero que pide el censo de su provincia. Y como si hubiese para Él en esa circunstancia algo que le halagase, quiere apresurarse a hacerse empadronar oficialmente como súbdito en el momento en que llega al mundo. El anhelo de José, la expectativa de María son cosas que no puede expresar el lenguaje humano. El Padre Eterno se halla, si nos es lícito emplear esta expresión, adorablemente impaciente por entregar a su Hijo Unigénito al mundo, y por verle ocupar su puesto entre las criaturas visibles. El Espíritu Santo arde en deseos de presentar a la luz del día esa Santa Humanidad que Él mismo ha formado con divino esmero. (Todo lo demás como el día primero) (Oración para todos los días: Benignísimo Dios de infinita……) Consideración Llegan a Belén José y María buscando hospedaje en los mesones, pero no lo encuentran, ya a causa de su pobreza, ya porque están llenos de visitantes. Empero, nada puede turbar la paz interior de los que están fijos en Dios. Si José experimentaba tristeza cuando era rechazado de casa en casa porque pensaba en María y en el Niño, sonríase también con santa tranquilidad cuando fijaba la mirada en su casta esposa. El ruido de cada puerta que se cerraba ante ellos, era una dulce melodía para sus oídos. Eso era lo que Dios hecho hombre había venido a buscar. El deseo de esas humillaciones era lo que había contribuido a hacerle tomar la forma humana. DÍA SÉPTIMO DÍA OCTAVO
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    8 ¡Oh Divino Niñode Belén! Estos días que tantos han pasado y pasarán en fiestas y diversiones, o descansando tranquilamente en cómodas mansiones, han sido para vuestros padres días de fatiga y vejaciones de toda clase. El espíritu de esa ciudad de Belén es el de un mundo que ha olvidado a Dios. ¡Y cuántas veces no ha sido también nuestro espíritu! El sol se pone ese 24 de diciembre detrás de los tejados de Belén, y sus últimos rayos doran la cima de las rocas escarpadas que la rodean. Hombres groseros codean rudamente a José en las calles de aquella aldea oriental y cierran sus puertas al ver a la Madre de Dios. La bóveda de los cielos aparece purpurina encima de aquellas colinas frecuentadas por pastores. Las estrellas van apareciendo unas tras otras. Algunas horas más, y aparecerá el Verbo Eterno. (Todo lo demás como el día primero) (Oración para todos los días: Benignísimo Dios de infinita……) Consideración La noche se ha cerrado del todo en las campiñas de Belén. Desechados por los hombres y viéndose sin abrigo, María y José han salido de la inhospitalaria población, y se han refugiado en una gruta que se en- contraba al pie de la colina. Seguía a la Reina de los Ángeles el jumento que le había servido de humilde cabalgadura durante el viaje, y en aquella cueva hallaron un manso buey. El Divino Niño desconocido por criaturas racionales, acude a las irracionales para que calienten son su tibio aliento la atmósfera helada de esa noche de invierno, y le manifiesten con esto y con su humilde actitud el respeto y adoración que Belén le había negado. La rojiza linterna que José tenía en la mano ilumina tenuemente ese paupérrimo recinto, ese pesebre lleno de paja que es figura profética de las maravillas del altar y de la íntima y prodigiosa unión que Jesús ha de contraer con los hombres. María está en adoración en medio de la gruta, y así van pasando silenciosamente las horas de esa noche llena de misterio. Pero ha llegado la media noche y de repente vemos dentro de ese pesebre poco antes vacío, al Divino Niño esperando, vaticinando, deseando durante cuatro mil años con tan inefables anhelos. A sus pies se postra su Santísima Madre, en los transportes de una admiración de la cual nada puede dar idea. José también se le acerca y le rinde homenaje con la que inaugura su misterio imponderable oficio de padre putativo del Redentor de los hombres. DÍA NOVENO
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    9 ¡La multitud deángeles que descienden del cielo a contemplar esa maravilla sin par, deja estallar su alegría y hace vibrar en los aires las armonías de esa Gloria in Excelsis, que es el eco de adoración que se produce en el trono del Altísimo y que hace perceptible por un instante a los oídos de la pobre tierra las armonías celestiales convocadas por los ángeles, vienen en tropel los pastores de la comarca a adorar el niño recién nacido, y presentar sus humildes ofrendas! Ya brilla en el oriente la misteriosa estrella de Jacob y ya se pone en marcha hacia Belén la caravana esplendida de los Reyes Magos que dentro de pocos días vendrán a depositar a los pies del Divino Niño el oro, el incienso y la mirra, que son símbolos de la caridad, de la adoración y de la mortificación. ¡Oh adorable Niño! Nosotros también los que hemos hecho esta novena día de vuestra Natividad, queremos ofreceros nuestra pobre adoración; no la rechacéis, venid a nuestras almas, venid a nuestros corazones llenos de amor. Encended en ellos la devoción a vuestra infancia, no intermitente y solo circunscrita al tiempo de vuestra Natividad sino siempre en todos los tiempos; devoción que fiel y celosamente propagada nos conduzca a la vida eterna, librándonos del pecado y sembrando en nosotros todas las virtudes cristianas (Todo lo demás como el día primero)
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    10 CAMPANA SOBRE CAMPANA Campanasobre campana, y sobre campana una, asómate a la ventana, verás al Niño en la cuna. Belén, campanas de Belén, que los ángeles tocan ¿qué nuevas nos traéis? Recogido tu rebaño ¿A dónde vas pastorcito? voy a llevar al portal requesón, manteca y vino. Belén, campanas de Belén, que los ángeles tocan ¿qué nuevas nos traéis? Campana sobre campana, y sobre campana dos, asómate a la ventana porque está naciendo Dios. Belén, campanas de Belén, que los ángeles tocan ¿qué nuevas nos traéis? Campana sobre campana, y sobre campana tres, en una Cruz a esta hora, el Niño va a padecer. Belén, campanas de Belén, que los ángeles tocan ¿qué nuevas nos traéis? LOS PECES EN EL RIO La Virgen se está peinando entre cortina y cortina, sus cabellos son de oro, y el peine de plata fina. Pero mira cómo beben los peces en el río Pero mira cómo beben por ver al Dios nacido Beben y beben y vuelven a beber los peces en el río por ver al Dios nacer. La Virgen lava pañales y los tendió en el romero, los pajarillos cantando, y el romero floreciendo. Pero mira cómo beben los peces en el río Pero mira cómo beben por ver al Dios nacido Beben y beben y vuelven a beber los peces en el río por ver al Dios nacer. La virgen está lavando, con un poco de jabón, Se le picaron las manos, manos de mi corazón. Pero mira cómo beben los peces en el río Pero mira cómo beben por ver al Dios nacido Beben y beben y vuelven a beber los peces en el río por ver al Dios nacer.
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    11 LA PEREGRINACIÓN (Autor: ArielRamírez) A la huella, a la huella, José y María, por las pampas heladas, cardos y ortigas. A la huella, a la huella, cortando campo, no hay cobijo ni fonda, sigan andando. Florecita del campo, clavel del aire sí ninguno te aloja, ¿Adónde naces? Dónde naces florcita que estas creciendo, palomita asustada, grillo sin sueño. A la huella, a la huella, José y María, con un Dios escondido… ¡nadie sabía! A la huella, a la huella, los peregrinos, préstenme una tapera, para mi Niño. A la huella, a la huella, soles y luna, dos ojitos de almendra, piel de aceituna. ¡Ay burrito del campo! ¡Ay buey barcino! que mi Niño ya viene, háganle sitio. Un ranchito de quincha sólo me ampara, dos alientos amigos la luna clara. A la huella, a la huella, José y María, con un Dios escondido… ¡nadie sabia! MAZAPÁN CON MIEL No llores más mi guagüita Que estoy amasando el pan. Mazapán con miel y la humita fiel, Calentita en la sartén (bis). San José con María vendrán En un burro orejón por aquí pasarán. Vendrán en un burrito caminito para Belén. Amados los dos amados, Amados del Niño Dios. Por aquí vendrán y te besarán Corazón de mazapán. San José con María vendrán En un burro orejón por aquí pasarán. Vendrán en un burrito caminito para Belén. Por aquí vendrán y te besarán Corazón de mazapán. No llores más mi guagüita Que estoy amasando el pan. Mazapán con miel y la humita fiel, Calentita en la sartén. Por aquí vendrán y te besarán Corazón de mazapán. No llores más mi guagüita
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    12 EL TAMBORILERO El caminoque lleva a Belén baja hasta el valle que la nieve cubrió, los pastorcillos quieren ver a su Rey, le traen regalos en su humilde zurrón. (ro pom pom pom, ro pom pom pom) Ha nacido en un portal de Belén El Niño Dios. Yo quisiera poner a tus pies algún presente que te agrade Señor. más Tú ya sabes que soy pobre también, y no poseo más que un viejo tambor. (ro pom pom pom, ro pom pom pom) ¡En tu honor frente al portal tocaré con mi tambor! El camino que lleva a Belén yo voy marcando con mi viejo tambor, nada mejor hay que te pueda ofrecer, su ronco acento es un canto de amor. (ro pom pom pom, ro pom pom pom) Cuando Dios me vio tocando ante Él, me sonrió. A LA NANITA NANA, NANITA EA A la nanita, nana, nanita nana, nanita ea, mi Jesús tiene sueño, bendito sea, bendito sea (bis). Fuentecilla que corre clara y sonora ruiseñor que en la selva cantando lloras callad mientras la cuna se balancea. A la nanita, nana, nanita nana,… Manojito de rosas y de alelíes ¿qué es lo que estás soñando que te sonríes? ¿Cuáles son tus sueños? dilo alma mía más, ¿qué es lo que murmuras? Eucaristía. A la nanita, nana, nanita nana,… Pajaritos y fuentes, auras y brisas, respetad ese sueño y esas sonrisas callad mientras la cuna se balancea que el niño está soñando, Bendito sea. A la nanita, nana, nanita nana,… Pimpollo de canela, lirio en capullo duérmete sin recelo mientras te arrullo, duérmete que del alma mi canto brota y un delirio de amores en cada nota. A la nanita, nana, nanita nana,… Yo no sé lo que es eso, Niño del alma más pues esa sonrisa mis penas calma, sigue sigue soñando mi dulce dueño, sin que nada te ahuyente tan dulce sueño. A la nanita, nana, nanita nana,…
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    13 ANTÓN TIRURIRURIRU Anton tiruliruliru,Anton tirulirurá Anton tiruliruliru, Anton tirulirulá Jesús al pesebre, vamos a adorar Jesús al pesebre, vamos a adorar Duérmete, niño chiquito Que la noche viene ya Cierra pronto tus ojitos Que el viento te arrullará. Anton tiruliruliru, Anton tirulirurá Anton tiruliruliru, Anton tirulirulá Jesús al pesebre, vamos a adorar Jesús al pesebre, vamos a adorar Duérmete, niño chiquito Que tu Madre velará Cierra pronto tus ojitos Porque la entristecerás. Anton tiruliruliru, Anton tirulirurá Anton tiruliruliru, Anton tirulirulá Jesús al pesebre, vamos a adorar Jesús al pesebre, vamos a adorar Ya dormido en el regazo De María, El Salvador Va soñando dulcemente Música y cantos de amor. Anton tiruliruliru, Anton tirulirurá Anton tiruliruliru, Anton tirulirulá Jesús al pesebre, vamos a adorar Jesús al pesebre, vamos a adorar EL BURRITO DE BELÉN Con mi burrito sabanero voy camino de Belén (bis). Si me ven, si me ven, voy camino de Belén (bis). El lucerito mañanero ilumina mi sendero (bis). Si me ven, si me ven, voy camino de Belén (bis). Con mi cuatrico voy cantando, mi burrito va trotando (bis). Si me ven, si me ven, voy camino de Belén (bis). Tuqui, Tuqui, Tuqui, Tuqui, Tuqui, Tuqui, tuquitá. Apúrate mi burrito que ya vamos a llegar. Tuqui, Tuqui, Tuqui, Tuqui, Tuqui, Tuqui, tuquitá. Apúrate mi burrito vamos a ver a Jesús. Con mi burrito sabanero voy camino de Belén (bis). Si me ven, si me ven, voy camino de Belén (bis).
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    14 NOCHE DE PAZ Nochede paz, noche de amor, Todo duerme en derredor. Entre sus astros que esparcen su luz Bella anunciando al Niño Jesús Brilla la estrella de paz (bis). Noche de paz, noche de amor, Oye humilde el fiel pastor Coros celestes que anuncian salud Gracias y glorias en gran plenitud Por nuestro buen redentor (bis). Noche de paz, noche de amor, Ved que bello resplandor Luce en el rostro del niño Jesús En el pesebre del mundo la luz Astro de eterno fulgor (BIS) Noche de paz, noche de amor, Todo duerme en derredor Solo velan mirando la faz De su Niño en angélica paz José y María en Belén (bis). Noche de paz, noche de amor Llena el Cielo un resplandor En la altura resuena un cantar Os anuncio la dicha sin par Que en la tierra nació Dios Hoy en Belén de Judá (bis). Noche de paz, noche de amor, Todo duerme en derredor. Sólo suenan en la oscuridad Armonías de felicidad Armonías de paz (bis). Noche de paz, noche de amor, Todo duerme en derredor. Sólo velan en la oscuridad Los pastores que en el campo están; Y la estrella de Belén (bis). Noche de paz, noche de amor, Todo duerme en derredor. Sobre el Santo Niño Jesús Una estrella esparce su luz Brilla sobre el Rey (bis). Noche de paz, noche de amor, Todo duerme en derredor. Fieles velando allí en Belén Los pastores, la Madre también Y la estrella de paz (bis). ¡Noche de paz, noche de amor! Ha nacido el Niño Dios En un humilde portal de Belén Suena un futuro de amor y de fe Viene a traernos la paz (bis). VAMOS PASTORES, VAMOS Vamos pastores, vamos, vamos a Belén, a ver en ese niño la gloria del Edén (bis). Ese precioso niño, Yo me muero por Él, sus ojitos me encantan, su boquita también, el Padre lo acaricia. La madre mira en Él, y los dos extasiados contemplan aquel ser (bis). Vamos pastores, vamos, vamos a Belén,… Es tan lindo mi Niño, que nunca podrá ser que su belleza copien el lápiz y el pincel; pues el Eterno Padre con inmenso poder hizo que el Hijo fuera inmenso como Él (bis).
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    15 Vamos pastores, vamos, vamosa Belén,… Yo pobre pastorcillo, al Niño le diré, no la buena ventura, eso no puede ser; le diré que me perdone lo mucho que pequé, y en la mansión eterna, un ladito me dé (bis). Vamos pastores, vamos, vamos a Belén,… DULCE JESÚS MÍO Dulce Jesús mío, mi niño adorado, (bis) ven a nuestras almas niñito, ven no tardes tanto. (bis) Del seno del padre bajaste humanado, (bis) deja ya el materno niñito, porque te veamos. (bis) De montes y valles, ven, oh deseado; (bis) rompe ya los cielos niñito; brota flor del campo. (bis) Dulce Jesús mío, mi niño adorado, (bis) ven a nuestras almas niñito, ven no tardes tanto. (bis) TUTAINA TUTURUMAINA Tutaina tuturumá Tutaina tuturumaina Tutaina tuturuma turumá Tutaina tuturumaina (bis). Los pastores de Belén Vienen a adorar al Niño; La Virgen y San José Los reciben con cariño. Tutaina tuturumá Tutaina tuturumaina Tutaina tuturuma turumá Tutaina tuturumaina (bis). Tres reyes vienen también Con incienso, mirra y oro, A ofrendar a Dios su bien Con el más grande tesoro. Tutaina tuturumá Tutaina tuturumaina Tutaina tuturuma turumá Tutaina tuturumaina (bis). Vamos todos a cantar Con amor y alegría Porque acaba de llegar De los cielos el Mesías Tutaina tuturumá Tutaina tuturumaina Tutaina tuturuma turumá Tutaina tuturumaina (bis). PASTORES VENID En el portal de belén hay estrellas, sol y luna la Virgen y San José, y el niño que está en la cuna. Pastores venid, pastores llegad adorad al Niño, adorad al Niño que ha nacido ya. (bis) Ábreme tu pecho Niño, ábreme tu corazón, que hace mucho frío afuera, y allí solo hallo calor.
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    16 Pastores venid, pastoresllegad adorad al Niño, adorad al Niño que ha nacido ya. (bis) Al niño miró la Virgen, a la Virgen San José, el Niño miran los dos y se sonríen los tres. Pastores venid, pastores llegad adorad al Niño, adorad al Niño que ha nacido ya. (bis) No sé si será el amor, No se si serán mis ojos, más cada vez que te miro me pareces más hermoso. Pastores venid, pastores llegad adorad al Niño, adorad al Niño que ha nacido ya. (bis) ZAGALILLOS DEL VALLE Zagalillos del valle, venid, pastorcitos del monte, llegad. La esperanza del Dios prometido, ya vendrá, ya vendrá, ya vendrá. (bis) La esperanza, la gloria y la dicha la tendremos en Él, ¿quién lo duda? Desdichado de aquel que no acuda con la fe que le debe animar. Zagalillos del valle, venid, pastorcitos del monte, llegad. La esperanza del Dios prometido, ya vendrá, ya vendrá, ya vendrá. (bis) Nacerá en un establo zagala, pastorcitos venid, adoremos, hoy venimos y luego volvemos, y mañana nos puede salvar. Zagalillos del valle, venid, pastorcitos del monte, llegad. La esperanza del Dios prometido, ya vendrá, ya vendrá, ya vendrá. (bis) VAMOS, VAMOS, PASTORCILLOS Vamos, vamos, vamos, vamos pastorcitos, vamos, vamos, vamos a Belén, y veremos todos al Dios del amor, con el perfume del alma Y los homenajes de la adoración. En el portal de Belén, hay estrellas, sol y luna, la Virgen y San José, la Virgen y San José Y el niño Dios en la cuna. Vamos, vamos, vamos, vamos pastorcitos, vamos, vamos, vamos a Belén, y veremos todos al Dios del amor, con el perfume del alma Y los homenajes de la adoración. Entre tanto San José lo acaricia en sus brazos y la Virgen María y la Virgen María lo acaricia en su regazo. Vamos, vamos, vamos, vamos pastorcitos, vamos, vamos, vamos a Belén, y veremos todos al Dios del amor, con el perfume del alma Y los homenajes de la adoración. Pastorcitos, gran noticia, gratas nuevas voy a dar, que tres reyes del oriente, que tres reyes del oriente se dirigen al portal. Vamos, vamos, vamos, vamos pastorcitos, vamos, vamos, vamos a Belén, y veremos todos al Dios del amor, con el perfume del alma Y los homenajes de la adoración.
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    17 LOS ZAGALES Los zagalesy zagalas al niño vamos a ver con piticos y tambores mostrándole gran placer (bis). ¿Por qué tan doliente lloras? ¿Por qué, mi niño, por qué? Si quieres venir a mi alma, ven que yo te arrullaré (bis). Los zagales y zagalas al niño vamos a ver con piticos y tambores mostrándole gran placer (bis). En el portal de Belén hay estrellas, sol y luna, la Virgen y san José y el niño que está en la cuna (bis). Los zagales y zagalas al niño vamos a ver con piticos y tambores mostrándole gran placer (bis). PANIS ANGÉLICUS Panis Angélicus Fit panis hominum; Dat panis cœlicus Fíguris términum: O res mirábilis! Mandúcat Dóminun Pauper, Servus et húmilis. Te trina Déitas Únaque poscimus. Sic nos tu vísita Sicut te colimus; Per tuas semitas Duc nos quo tendimus, Al lucem quam inhábitas. Amen. PAN DE LOS ÁNGELES El pan angelical se convierte en pan de los hombres; El pan del cielo acaba con las antiguas figuras: ¡Oh, cosa admirable! se alimentan del Señor los pobres, los siervos y los humildes. Te rogamos, Dios, uno y trino, que así vengas a nosotros, como a ti te damos culto. Por tus caminos guíanos adonde anhelamos, A la luz en la que moras. Amén
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    18 TE DEUM TE DEUMlaudámus: te Dóminum confitémur: Te ætérnum Patrem omnis terra venerátur. Tibi omnes Ángeli; tibi cæli et univérsæ Potestátes; Tibi Chérubim et Séraphim incessábili voce proclámant: Sanctus, Sanctus, Sanctus, Dóminus Deus Sábaoth. Pleni sunt cæli et terra majestátis glóriæ tuæ. Te gloriósus Apostolórum chorus, Te Prophetárum laudábilis númerus, Te Mártyrum candidátus laudat exércitus. Te per orbem terrárum sancta confitétur Ecclésia, Patrem imménsæ majestátis: Venerándum tuum verum et únicum Fílium: Sanctum quoque Paráclitum Spíritum. Tu Rex glóriæ, Christe. Tu Patris sempitérnus es Fílius. Tu ad liberándum susceptúrus hóminem, non horruísti Vírginis úterum. Tu devícto mortis acúleo, aperuísti credéntibus regna cælórum. Tu ad déxteram Dei sedes, in glória Patris. Judex créderis esse ventúrus. Te ergo quǽsumus, tuis fámulis súbveni: quos pretióso sánguine redemísti. Ætérna fac cum sanctis tuis, in glória numerári. A Ti como a Dios alabamos; a ti como a Señor confesamos. A Ti por eterno Padre venera toda la tierra. A Ti los Ángeles todos, a ti los cielos y todas las Potestades, A Ti los Querubines y los Serafines con voz incesante proclaman: Santo, Santo, Santo, Señor Dios de los ejércitos. Llenos están los cielos y la tierra de la majestad de tu gloria. A Ti te aclama el glorioso coro de los Apóstoles, El venerable número de Profetas Y el radiante ejército de los Mártires. A Ti te confiesa la Santa Iglesia por toda la tierra, Como Padre de majestad inmensa. También venera a tu verdadero y único Hijo: Y también al Espíritu Santo Paráclito. ¡Oh Cristo! Tú eres el Rey de la gloria. Tú eres del Padre el Hijo sempiterno. Tú, para liberar al hombre no desdeñaste en bajar al seno de la Virgen. Tú, venciendo al aguijón de la muerte, abriste a los creyentes el reino de los cielos. Tú estás sentado a la diestra de Dios en la gloria del Padre. Creemos que volverás como juez del mundo. A Ti, pues, te rogamos que te acuerdes de tus siervos, a quienes redimiste con tu preciosa Sangre. Y haz que con tus Santos seamos contados en la gloria.
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    19 Salvum fac pópulumtuum, Dómine, et bénedic hereditáti tuæ. Et rege eos, et extólle illos usque in ætérnum. Per síngulos dies benedícimus te; Et laudámus nomen tuum in sǽculum, et in sǽculum sǽculi. Dignáre, Dómine, die isto sine peccáto nos custodíre. Miserére nostri, Dómine: miserére nostri. Fiat misericórdia tua, Dómine, super nos, quemádmodum sperávimus in te. In te, Dómine, sperávi: non confúndar in ætérnum. Benedicámus Patrem et Fílium cum Sancto Spíritu. R. Laudémus et superexaltémus eum in sǽcula. Benedíctus es, Dómine, in firmaménto cæli. R. Et laudábilis, et gloriósus, et superexaltátus in sǽcula. Dómine, exáudi oratiónem meam. R. Et clamor meus ad te véniat. Dóminus vobíscum. R. Et cum spíritu tuo. Orémus. Deus, cujus misericórdia non est númerus, et bonitátis infinítus est thesáurus: piíssimæ majestáti tuæ pro collátis donis grátias ágimus, tuam semper cleméntiam exorántes; ut, qui peténtibus postuláta concédis, eósdem non déserens, ad prǽmia futúra dispónas. Per Christum Dóminum nostrum. Amen. Salva, Señor, a tu pueblo y bendice a tu heredad. Y rígelos, y condúcelos hasta la eternidad. Todos y cada uno de nuestros días te bendecimos. Y alabamos tu nombre por todos los siglos de los siglos. Dígnate, Señor, en este día guardamos sin pecado. Ten piedad de nosotros, Señor, ten piedad de nosotros. Descienda sobre nosotros, Señor, tu misericordia, como lo hemos esperado de Ti. En Ti, Señor, esperé; no seré confundido eternamente. Bendigamos al Padre, y al Hijo con el Espíritu Santo. R. Alabémosle y ensalcémosle por todos los siglos. Bendito eres, Señor, en lo más alto del cielo. R. Y digno de alabanza, y glorioso y ensalzado por todos los siglos. Señor, escucha mi oración. R. Y llegue a Ti mi clamor. El Señor esté con vosotros. R. Y con tu espíritu. Oremos. Oh Dios, cuya misericordia no tiene límites y cuyos tesoros de bondad son infinitos; damos gracias a tu piadosísima majestad por los dones recibidos, rogando siempre a tu clemencia que, pues concedes lo que piden a los que te lo suplican, no nos desampares, sino que nos hagas dignos de los premios futuros. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.
  • 20.
    20 TE JOSEPH CÉLEBRENT (Himno) TEJOSEPH célebrent ágmina cǽlitum. Te cuncti résonent christíadum chori, Qui clarus méritis, junctus es ínclytæ, Casto fœdere Vírgini. Almo cum túmidam gérmine cónjugem. Admírans, dúbio tángeris ánxius, Afflátu súperi fláminis Ángelus Concéptum púerum docet. Tu natum Dóminum stringis; ad éxteras Ægýpti prófugum tu séqueris plagas; amíssum Sólymis quæris, et ínvenis, miscens gáudia flétibus. Post mortem réliquos sors pia cónsecrat, Palmámque eméritos glória súscipit Tu vivens, súperis par, frúeris Deo, Mira sorte beátior. Nobis, summa Trias, parce precántibus, Da Joseph méritis, sídera scándere; Ut tándem líceat nos tibi pérpetim Gratum prómere cánticum. Amen. A TI, OH JOSÉ, te alaben los ejércitos celestiales; A ti ensalcen los coros de los cristianos. Esclarecido por tus méritos, fuiste dado en casto Matrimonio a la ínclita Virgen. Cuando, admirado de la santa fecundidad de Tu esposa, la duda angustia tú corazón, un ángel del cielo te revela cómo el niño ha sido concebido del Espíritu santo. Tú estrechas al Señor recién nacido; huyes con Él a tierras de Egipto; le buscas en Jerusalén, donde le habías perdido, y lo hallas, mezclando así las lágrimas con el gozo. Todos reciben su piadoso destino después de la muerte, cuando la gloria acoge a los que merecieron la palma. Sólo tú, igual a los bienaventurados, gozas en vida destino felicísimo, de Dios. Trinidad soberana, sé propicia a nuestros ruegos; concédenos por los méritos de San José la gracia de llegar al cielo, a fin de que podamos cantarte un himno de gracias por toda la eternidad. Amén. ADÉSTE, FIDÉLES Adéste, fidéles, læti triumphántes: Veníte, veníte in Béthleem; Natum vidéte Regem angelórum, Venid, fieles, gozosos, triunfantes: venid, venid a Belén; ved ya nacido al Rey de los Ángeles,
  • 21.
    21 Veníte, adorémus (bis), Veníte,adorémus Dóminum. En, grege relícto, húmiles ad cunas Vocáti pastóres appróperant; Et nos ovánti gradu festinémus, Veníte, adorémus... Ætérni Paréntis spléndorem ætérnum, Velátum sub carne vidébimus; Deum infántem pannis involútum, Veníte, adoremus... Pro nobis egénum et fœno cubántem Piis foveámus ampléxibus; Sic nos amántem quis non redamáret? Veníte, adoremus... Venid y adoremos (bis), venid y adoremos al Señor. Ved que, dejando el rebaño, unos humildes pastores corren al ser llamados a la cuna: También nosotros gozosos apresuremos el paso, Venid y adoremos... Al resplandor eterno del eterno Padre, velado bajo la carne le veremos. A un Dios niño en pañales envuelto, Venid y adoremos... Por nosotros se hizo pobre y está recostado en el heno; calentémosle con piadosos abrazos. Al que así nos ha amado, ¿quién no le amará? Venid y adoremos... HIMNO VENI CREÁTOR Veni Creátor Spíritus, Mentes tuórum vísita, Imple superna grátia, Quæ tu creásti, péctora. Qui díceris Paráclitus, Altissími Donum Dei, Fons vivus, ignis, cháritas, Et spiritális únctio. Tu septifórmis múnere, Ven Espíritu Creador, Visita las almas de tus hijos. Llena de la divina gracia Los corazones que creaste. Tú llamado Consolador, Don de Dios Altísimo, Fuente viva, fuego, caridad, Y espiritual unción. Tú regalo de siete dones,
  • 22.
    22 Dígitus Patérnæ déxteræ, Turite promíssum Patris, Sermóne ditans gúttura. Accénde lumen sénsibus, Infúnde amórem córdibus, Infírma nostri córporis, Virtúte firmans pérpeti. Hostem repéllas lóngius, Pacémque dones prótinus; Ductóre sic te prǽvio, Vitémus omne nóxium. Per te sciámus da Patrem, Noscámus atque Fílium; Teque utriúsque Spíritum Credámus omni témpore. Deo Patri sit glória, Et Fílio, qui a mórtuis Surréxit, ac Paráclito In sæculórum sǽcula. Amen. Dedo de la diestra Paterna, Tú el prometido del Padre, Das los tesoros de tu palabra. Ilumina nuestros sentidos, Infunde amor en los corazones Y con tu fuerza perpetua, Sostén nuestra debilidad. Arroja lejos al enemigo, Y danos pronto la paz, Precédenos como guía, Para que evitemos todo mal. Sepamos por Ti del Padre, Y conozcamos al Hijo, Y a Ti, Espíritu de ambos, Creamos en todo tiempo. Gloria a Dios Padre, Y al Hijo que de entre los muertos, Resucitó, y al Paráclito, Por los siglos de los siglos. Amén. ANTÍFONAS DE NAVIDAD Día 17: O Sapientia O Sapientia, quae ex ore Altissimi prodiisti, attingens a fine usque ad finem, fortiter suaviterque disponens omnia: Veni ad docendum nos viam prudentiae. Día 18: O Adonai O Adonai, et Dux domus Israel, qui Moysi in igne flammae rubi apparuisti, et ei in Sina legem dedisti: Veni ad redimendum nos in brachio extento. Oh Sabiduría, que has salido de los labios del Altísimo, que llegas de uno a otro confín (de la tierra), que ordenas todas las cosas con firmeza y suavidad: Ven a enseñarnos el camino de la prudencia. Oh Adonai (oh Señor), y Rey de la casa de Israel, que apareciste a Moisés en el fuego de la llama de la zarza, y a él en el Sinaí diste la Ley: Ven a liberarnos con brazo extendido.
  • 23.
    23 Día 19: ORadix Jesse O Radix Jesse, qui stas in signum populorum, super quem continebunt reges os suum, quem Gentes deprecabuntur: Veni ad liberandum nos, jam noli tardare. Día 20: O Clavis David O Clavis David, et sceptrum domus Israel; qui áperis, et nemo claudit; claudis, et nemo aperit: Veni, et éduc vinctum de domo cárceris, sedentem in ténebris, et umbra mortis. Día 21: O Oriens O Oriens, splendor lucis aeternae, et sol justitiae: Veni, et illúmina sedentes in tenebris, et umbra mortis. Día 22: O Rex Gentium O Rex Gentium, et desideratus earum, lapisque angularis, qui facis utraque unum: Veni, et salva hominem, quem de limo formasti. Día 23: O Emmanuel O Emmánuel, Rex et légifer noster, exspectatio gentium, et Salvator earum: Veni ad salvandum nos, Dómine, Deus noster. Oh Raíz de Jesé, que estás de pie como un signo de los pueblos, ante quien enmudecen los reyes, (y) al cual las naciones imploran: Ven a liberarnos, ya no tardes. Oh llave de David, y cetro de la casa de Israel; que abres y nadie cierra; cierras y nadie abre: Ven y conduce al que está encadenado en casa de cárcel (sus pecados), al que está en las tinieblas y en la sombra de la muerte. Oh Oriente, esplendor de la luz eterna y Sol de justicia: Ven e ilumina a los que están en las tinieblas y en la sombra de la muerte. Oh Rey de las naciones, y el Deseado de ellas, y la Piedra Angular, que conviertes a ambas cosas en uno: Ven y salva al hombre, que formaste del barro. Oh Emmanuel, Rey y legislador nuestro anhelo de las naciones, y Salvador de ellas: Ven a salvarnos, Señor Dios nuestro.
  • 24.
    24 PASTORES DE LAMONTAÑA Pastores de la montaña oíd el célico cantar que en los aires acompaña de la brisa el murmurar: Glória in excélsis Deo! Glória in excélsis Deo! El Mesías prometido, el que cura todo mal, humilde hoy nos ha nacido en Belén, en un portal: Glória in excélsis Deo! Glória in excélsis Deo! El mismo Dios es su Padre su trono en el cielo está; una Virgen es su Madre hoy nace, y eterno es ya: Glória in excélsis Deo! Glória in excélsis Deo! INDICE Novena de Navidad…………………. VILLANCICOS A la Nanita Nana, Nanita ea…….. Antón Tiruriruriru……………………. Campana sobre campana………… Dulce Jesús mío………………………. El Burrito de Belén………………….. El Tamborilero………………………… La Peregrinación……………………… Los peces en el río…………………… Los Zagales……………………………… Mazapán con miel…………………… Noche de paz…………………………… Pastores venid………………………… Tutaina Tuturumaina………………. Vamos pastores, vamos…………… Vamos, vamos, pastorcillos……… Zagalillos del valle…………………… 1 12 13 10 15 13 12 11 10 17 11 14 15 15 14 16 16 HIMNOS Y CÁNTICOS Adéste, fideles……………………………… Antífonas de Navidad…………………… Panis Angélicus…………………………….. Pastores de la montaña………………… Te Deum……………………………………….. Te Joseph célebrent (Himno)………… Veni Creator (Himno)……………………. CAPILLA SAN PÍO X 20 22 17 24 18 20 21