El trastorno del espectro del autismo (TEA) es una condición neurobiológica que afecta la comunicación y la interacción social, con una prevalencia de 1 en 100 personas, y cuyas características varían en cada individuo. El diagnóstico se basa en criterios del DSM-5 y CIE-11, considerando la gravedad y el impacto en el desarrollo social y laboral. Es crucial la detección temprana y el apoyo a lo largo de la vida para mejorar la calidad de vida y facilitar la inclusión en la sociedad.