La escultura griega arcaica se caracterizó por figuras rígidas y frontales como los kouroi y korai. Con el tiempo, los escultores griegos desarrollaron un estilo más naturalista que enfatizaba la proporción y el movimiento, como se ve en el Efebo de Kritios. En el periodo severo, esculturas como el Auriga de Delfos mostraban una composición equilibrada y dinámica. Miron fue conocido por obras como el Discóbolo que capturaban el movimiento atlético.