La anticoncepción de emergencia es un método utilizado para prevenir embarazos tras relaciones sexuales no protegidas, siendo más eficaz si se aplica durante los primeros cinco días. Se destacan dos métodos: las píldoras de levonorgestrel y los dispositivos intrauterinos de cobre, siendo ambos efectivos en distintas circunstancias. A pesar de su utilidad, la anticoncepción de emergencia no es un método abortivo y su acceso puede verse limitado por regulaciones locales.