Este documento describe el desarrollo de la cultura nacionalista en México después de la Revolución de 1910. Se exploran tres estilos arquitectónicos (neocolonial, neoindigenista y art decó) que intentaron establecer una identidad cultural mexicana distintiva, rechazando las influencias del porfiriato. El muralismo también jugó un papel importante en la promoción de los ideales de la Revolución a través de obras que representaban la historia y cultura de México.