La agricultura en España se caracteriza por la coexistencia de formas avanzadas y tradicionales. El sector agrícola se divide entre cultivos de secano (75% de las tierras) y de regadío. Los cultivos de secano incluyen trigo, vid y olivo, mientras que los de regadío permiten varias cosechas al año de frutas y verduras. La ganadería representa el 40% de la producción agraria y ha evolucionado de métodos tradicionales a técnicas más intensivas para satisfacer la demanda.