Este documento describe los principios para alcanzar una buena conciencia. Una buena conciencia se define como una que está libre de ofensas ante Dios y los demás, dando confianza y libertad. Para lograrlo, debemos mantener nuestros pensamientos, palabras y acciones bajo el control de Cristo, buscando la reconciliación con aquellos a quienes hayamos ofendido y estando dispuestos a sufrir para hacer la restitución necesaria.