Los circuitos integrados están hechos de silicio altamente purificado en el que se fabrican transistores, diodos y resistencias a través de un proceso llamado fotolitografía. Este proceso utiliza una máscara y luz para grabar rasgos finos en una oblea de silicio, permitiendo miles de componentes en un pequeño chip. Las obleas se procesan en capas sucesivas de silicio dopado y óxido separadas por metalización para crear los circuitos.