El documento critica la tendencia de algunas iglesias de adaptar el evangelio a necesidades sociales modernas, argumentando que esto diluye el mensaje cristiano original centrado en la salvación del pecado. Se menciona el 'evangelio social' como un enfoque que prioriza mejorar la vida terrenal sobre la preparación espiritual para la eternidad. Finalmente, se advierte que las iglesias deben permanecer fieles al evangelio bíblico, en lugar de sucumbir a las presiones sociales y entretener con actividades que desvíen del mensaje cristiano esencial.