El cuento relata la historia de un castillo abandonado en el que se rumoreaba que vivía un vampiro. Dos niños que compraron el castillo jugaron en el cementerio junto al castillo y despertaron al día siguiente con voces y ojos diferentes. El médico no pudo diagnosticarlos, por lo que un curandero determinó que las almas de personas malvadas habían poseído a los niños y que debían abandonar el castillo para curarse.