El documento expresa indignación por la decisión de la Suprema Corte de Justicia de México en el caso Lydia Cacho y critica a las ministras por su falta de solidaridad de género y su subordinación a los peores elementos en el poder. El autor se siente avergonzado de explicarle a sus hijos la realidad de un país donde la ley no protege a los desvalidos, niños y mujeres valientes, y donde se premia a los corruptos con poder político. Sugiere inundar de correos electrónicos de repudio a la Suprema Corte