La gestión de la comunicación en las empresas ya no se centrará en la creación de marca, relaciones públicas o imagen, sino en la gestión de la reputación corporativa. Los departamentos de comunicación pasarán a llamarse de Oficial de Reputación Corporativa y dependerán directamente de la presidencia. La gestión de la reputación incluirá pilares como la cultura, recursos humanos, marketing, organización, marca, responsabilidad social y gestión de crisis e institucional.