El documento describe el juego como una actividad inherente al ser humano que facilita el desarrollo a través de la asignación de roles y la adquisición de habilidades sociales. Explica que el juego es indispensable para fortalecer los vínculos sociales y aprender conductas establecidas que permiten tomar decisiones en la vida. Finalmente, concluye que el juego es el escenario de la vida y un principio que no tiene fin y que se ve en el diario vivir de las personas.