El poder de la bendición 
El poder de la bendición 
En Génesis 1.28 vemos la primera vez que se menciona una bendición: Y los bendijo Dios, y les 
dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en 
las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra. 
La Palabra "Bendición" tiene 2 aspectos que la encontramos en el Antiguo Testamento 
(BERAKAH en hebreo) y el Nuevo Testamento (EULOGEO en griego); 
BERAKAH se traduce como: "Transferir el poder o favor de DIOS" regularmente mediante la 
imposición de manos. Esta importante palabra hebrea que se traduce por bendición expresa 
la idea de llenar con potencia, hacer fructífero o asegurar la victoria. 
EULOGEO: (elogiar) se traduce como: "Hablar bien de alguien". 
BENDECIR tiene que ver con BIEN DECIR, así como "Maldecir" viene de "mal decir" o "hablar 
mal de alguien". 
Al juntar el significado de las palabras hebrea y griega, podemos apreciar la profundidad del 
significado de la palabra "Bendición" (o la acción de bendecir); ésta comprende el "habla" y el 
"ungir o tocar" para transferir el favor de Dios (prosperidad, protección). 
La bendición se usa para “bien decir de Dios”, declarando palabras de alabanza y exaltación. 
También se usa cuando Dios mismo “bien dice” de sus hijos declarando palabras que desatan 
su poder creativo para traer un bien. 
Los hijos de Dios también tienen el poder de Dios para “bien decir” personas, objetos, cosas 
físicas como casas, negocios, o cualquier posesión en la tierra. 
¿Entienden ahora lo que significan aquellos salmos que dicen: "Bendecid al Señor"? 
Bendecir a Dios, es proclamar sus atributos, virtudes y proezas, como por ejemplo decir: "Tú 
eres Santo... precioso, no hay Dios como Tú, eres Excelso, Todopoderoso, nadie puede hacer 
las grandiosas obras que Tú haces, oh Señor!" 
Bendecir a una persona no es meramente decir: "Yo te bendigo" o "Que Dios te bendiga". La 
bendición incluye el que le toques y traspases tu unción, además de hablar bien de él (en 
público y en privado). Por ejemplo, cuando reconoces las virtudes de las personas estas 
desatando poder creativo de Dios para se han realidad en sus vidas. Cuando “mal dices” a una 
persona es porque declara palabras negativas sobre ellos. 
La palabra shālōm es la mejor ilustración de como bendición llega a incluir todo –libertad de 
amenazas y peligros, la posesión de una serena seguridad, buena fortuna y bienestar hasta el 
mayor grado concebible. En el intercambio de saludos, cada uno desea al otro shālōm. 
Cuando Abraham intercede por la bendición para su hijo Ismael, Dios le contesta: Y en cuanto 
a Ismael, también te he oído; he aquí que le bendeciré, y le haré fructificar y multiplicar mucho 
en gran manera (Génesis 17.20). ¡Vemos aquí que la bendición se traduce como ser fértil, lo 
contrario a estéril! 
En Deuteronomio 28, vemos a Dios declarando las bendiciones que alcanzarían a los hijos de 
Dios en el momento que pudieran escuchar su voz. La palabra alcanzar 
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El poder de la bendición 
El Salmista declara la bendición de Dios sobre sus hijos. 14Aumentará Jehová bendición sobre 
vosotros; Sobre vosotros y sobre vuestros hijos. 15Benditos vosotros de Jehová, que hizo los cielos 
y la tierra. 16Los cielos son los cielos de Jehová; Y ha dado la tierra a los hijos de los hombres 
(Salmos 115.14-169. La palabra hebrea que se usa para bendecir en este pasaje es: yasáf, que 
se traduce como añadir o aumentar, con la idea de crecer, multiplicar, superar, tener más. 
En el pasaje, el salmista alude al hecho de que Dios nos entregó la tierra como posesión, 
dando por sentado que la bendición de Dios trata con una añadidura material, extensión o 
posesión, aumentando, añadiendo, creciendo, multiplicando, para tener más. 
¿Por qué los judíos tienen un libro de bendiciones que recitan en todo momento? ¡Porque 
dan resultado! Estas “bien decir” son declaraciones que desatan el poder creativo de Dios. Un 
ejemplo claro es la oración sacerdotal: 24Jehová te bendiga, y te guarde; 25Jehová haga 
resplandecer su rostro sobre ti, y tenga de ti misericordia; 26Jehová alce sobre ti su rostro, y 
ponga en ti paz (Números 6.24-26). 
Cuando usamos las palabras de “bien decir” estamos soltando el “aliento de Dios” que sale de 
nuestra boca con poder creativo para que lo que decimos suceda. Así será mi palabra que sale 
de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello 
para que la envié (Isaías 55.11). Determinarás asimismo una cosa, y te será firme, y sobre tus 
caminos resplandecerá luz (Job 22.28). 
¿Por qué Jacob engañó a su padre Isaac para robarle la bendición a Esaú? Porque entendía el 
poder de la bendición del padre sobre los hijos. Dios, pues, te dé del rocío del cielo, y de las 
grosuras de la tierra, y abundancia de trigo y de mosto (Génesis 27.28). Lo mismo sucedió con 
José cuando Jacob estaba bendiciendo a sus hijos. José tomé a sus dos hijos y los puso delante 
de su padre para que declarara el “bien decir” sobre sus hijos: 8Y vio Israel los hijos de José, y 
dijo: ¿Quiénes son éstos? 9Y respondió José a su padre: Son mis hijos, que Dios me ha dado aquí. 
Y él dijo: Acércalos ahora a mí, y los bendeciré (Génesis 48.8-9). 
Abraham bendijo a sus hijos Ismael e Isaac. Isaac bendijo a sus hijos Esaú y Jacob. Jacob 
bendijo a sus once hijos y dos nietos (hijos de José). Moisés declaró bendición sobre las doce 
tribus de Israel, declarando las palabras que se tendrían que cumplir en su descendencia 
(Deuteronomio 33). 
No son pocos los hijos de Dios que no creen en el “mal decir” de brujos, curanderos, personas 
que practican magias, y no reciben las asignaciones del Padre sobre sus vidas porque la 
maldición no es cortada. ¿Por qué el rey Balac contrató al vidente Balaam para que maldijera 
al pueblo de Dios? ¡Porque ya lo había hecho antes y le había funcionado! Cuando ejercemos 
autoridad en la palabra que declaramos, el “bien decir” destruye el “mal decir”. Nehemías 
esta relatando esta historia a su generación y termina diciendo: ¡Mas nuestro Dios volvió la 
maldición en bendición! (Nehemías 13.2). 
Hombres y mujeres de autoridad no se van a la mano al “mal decir” a propio cuerpo de Cristo 
por medio de sus palabras. En 1Corintios 11, el apóstol Pablo esta hablando de las 
consecuencias de tomar la Cena del Señor indignamente, sin discernir el cuerpo de Cristo. 
Concluye esta parte diciendo: 30Por lo cual hay muchos enfermos y debilitados entre vosotros, y 
muchos duermen. 31Si, pues, nos examinásemos a nosotros mismos, no seríamos juzgados; 32mas 
siendo juzgados, somos castigados por el Señor, para que no seamos condenados con el mundo 
(1Corintios 11.30-32). 
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El poder de la bendición 
¿Qué es discernir el Cuerpo de Señor? Entender lo que es el Cuerpo de Cristo, nuestra 
posición y responsabilidad con los miembros del Cuerpo. ¿Por qué había muchos enfermos, 
debilitados y otros habían muerto? ¡Porque los Corintios tenían la boca muy grande y la 
lengua muy larga para “mal decir” a los hermanos. 
Otro ejemplo lo tenemos en la carta del Apóstol Santiago cuando habla de los enfermos 
(Santiago 5.14-16). El primer paso es llamar a los ancianos de la Iglesia, gente con la madurez 
espiritual para tratar con estos asuntos. Lo segundo, dice: Y la oración de fe salvará al 
enfermo, y el Señor lo levantará; y si hubiere cometido pecados, le serán perdonados. ¡Los 
pecados le serán perdonados! Esto quiere decir que muchas enfermedades son a causa del 
pecado. Lo tercero nos da mucha más luz: Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad unos 
por otros, para que seáis sanados. La oración eficaz del justo puede mucho. ¡Las ofensas son 
causa de enfermedad! 
En varias ocasiones he tenido que reprender demonios y cancelar maldiciones que los 
mismos hijos de Dios han causado sobre sus hermanos. ¡No se diga del “mal decir” de los 
pastores contra otros pastores! Pensarías que es absurdo hablar del “mal decir” de un pastor 
que sale de una denominación, de una red apostólica, o de un creyente saliendo de una 
congregación. Es terrible la negligencia al usar la lengua de una manera inadecuada. 
Esta es la recomendación del apóstol Pablo: 13Porque vosotros, hermanos, a libertad fuisteis 
llamados; solamente que no uséis la libertad como ocasión para la carne, sino servíos por 
amor los unos a los otros. 14Porque toda la ley en esta sola palabra se cumple: Amarás a tu 
prójimo como a ti mismo. 15Pero si os mordéis y os coméis unos a otros, mirad que también no 
os consumáis unos a otros (Gálatas 5.13-15). El corazón entristecido del apóstol estaba 
hablando irónicamente: ¡Pero si os mordéis y os coméis unos a otros, mirad que también no os 
consumáis unos a otros! 
Lamentablemente esto sucede en el Cuerpo de Cristo, en el ceno familiar, en las 
congregaciones, denominaciones y redes apostólicas. El apóstol Pedro nos da una enorme 
recomendación: 8Finalmente, sed todos de un mismo sentir, compasivos, amándoos 
fraternalmente, misericordiosos, amigables; 9no devolviendo mal por mal, ni maldición por 
maldición, sino por el contrario, bendiciendo, sabiendo que fuisteis llamados para que 
heredaseis bendición (1Pedro 3.8-10). ¡Fuimos llamados para que heredemos bendición! 
Isaac bendijo a Jacob: Dios, pues, te dé del rocío del cielo, y de las grosuras de la tierra, y 
abundancia de trigo y de mosto (Génesis 27.28). 
Jacob bendijo a sus hijos: Génesis 49 
Moisés bendijo a las doce tribus: Deuteronomio 33 
Hagamos algo que bendiga al pueblo de Dios, que el Cuerpo de Cristo sea bendecido al 
doblegar nuestro corazón y cancelar todos los “mal decir” que hemos permitido que salgan 
de nuestra boca en contra de cualquier persona, empezando por nuestra propia familia. 
Además, cancelemos todo “mal decir” en nuestra contra, vamos a reprender todo demonio 
que vino en nuestra contra a causa de brujos, santeros, adivinos, y cristianos con la boca 
grande y la lengua suelta. 
Con amor: JGFC 
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    El poder dela bendición El poder de la bendición En Génesis 1.28 vemos la primera vez que se menciona una bendición: Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra. La Palabra "Bendición" tiene 2 aspectos que la encontramos en el Antiguo Testamento (BERAKAH en hebreo) y el Nuevo Testamento (EULOGEO en griego); BERAKAH se traduce como: "Transferir el poder o favor de DIOS" regularmente mediante la imposición de manos. Esta importante palabra hebrea que se traduce por bendición expresa la idea de llenar con potencia, hacer fructífero o asegurar la victoria. EULOGEO: (elogiar) se traduce como: "Hablar bien de alguien". BENDECIR tiene que ver con BIEN DECIR, así como "Maldecir" viene de "mal decir" o "hablar mal de alguien". Al juntar el significado de las palabras hebrea y griega, podemos apreciar la profundidad del significado de la palabra "Bendición" (o la acción de bendecir); ésta comprende el "habla" y el "ungir o tocar" para transferir el favor de Dios (prosperidad, protección). La bendición se usa para “bien decir de Dios”, declarando palabras de alabanza y exaltación. También se usa cuando Dios mismo “bien dice” de sus hijos declarando palabras que desatan su poder creativo para traer un bien. Los hijos de Dios también tienen el poder de Dios para “bien decir” personas, objetos, cosas físicas como casas, negocios, o cualquier posesión en la tierra. ¿Entienden ahora lo que significan aquellos salmos que dicen: "Bendecid al Señor"? Bendecir a Dios, es proclamar sus atributos, virtudes y proezas, como por ejemplo decir: "Tú eres Santo... precioso, no hay Dios como Tú, eres Excelso, Todopoderoso, nadie puede hacer las grandiosas obras que Tú haces, oh Señor!" Bendecir a una persona no es meramente decir: "Yo te bendigo" o "Que Dios te bendiga". La bendición incluye el que le toques y traspases tu unción, además de hablar bien de él (en público y en privado). Por ejemplo, cuando reconoces las virtudes de las personas estas desatando poder creativo de Dios para se han realidad en sus vidas. Cuando “mal dices” a una persona es porque declara palabras negativas sobre ellos. La palabra shālōm es la mejor ilustración de como bendición llega a incluir todo –libertad de amenazas y peligros, la posesión de una serena seguridad, buena fortuna y bienestar hasta el mayor grado concebible. En el intercambio de saludos, cada uno desea al otro shālōm. Cuando Abraham intercede por la bendición para su hijo Ismael, Dios le contesta: Y en cuanto a Ismael, también te he oído; he aquí que le bendeciré, y le haré fructificar y multiplicar mucho en gran manera (Génesis 17.20). ¡Vemos aquí que la bendición se traduce como ser fértil, lo contrario a estéril! En Deuteronomio 28, vemos a Dios declarando las bendiciones que alcanzarían a los hijos de Dios en el momento que pudieran escuchar su voz. La palabra alcanzar - 1 -
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    El poder dela bendición El Salmista declara la bendición de Dios sobre sus hijos. 14Aumentará Jehová bendición sobre vosotros; Sobre vosotros y sobre vuestros hijos. 15Benditos vosotros de Jehová, que hizo los cielos y la tierra. 16Los cielos son los cielos de Jehová; Y ha dado la tierra a los hijos de los hombres (Salmos 115.14-169. La palabra hebrea que se usa para bendecir en este pasaje es: yasáf, que se traduce como añadir o aumentar, con la idea de crecer, multiplicar, superar, tener más. En el pasaje, el salmista alude al hecho de que Dios nos entregó la tierra como posesión, dando por sentado que la bendición de Dios trata con una añadidura material, extensión o posesión, aumentando, añadiendo, creciendo, multiplicando, para tener más. ¿Por qué los judíos tienen un libro de bendiciones que recitan en todo momento? ¡Porque dan resultado! Estas “bien decir” son declaraciones que desatan el poder creativo de Dios. Un ejemplo claro es la oración sacerdotal: 24Jehová te bendiga, y te guarde; 25Jehová haga resplandecer su rostro sobre ti, y tenga de ti misericordia; 26Jehová alce sobre ti su rostro, y ponga en ti paz (Números 6.24-26). Cuando usamos las palabras de “bien decir” estamos soltando el “aliento de Dios” que sale de nuestra boca con poder creativo para que lo que decimos suceda. Así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié (Isaías 55.11). Determinarás asimismo una cosa, y te será firme, y sobre tus caminos resplandecerá luz (Job 22.28). ¿Por qué Jacob engañó a su padre Isaac para robarle la bendición a Esaú? Porque entendía el poder de la bendición del padre sobre los hijos. Dios, pues, te dé del rocío del cielo, y de las grosuras de la tierra, y abundancia de trigo y de mosto (Génesis 27.28). Lo mismo sucedió con José cuando Jacob estaba bendiciendo a sus hijos. José tomé a sus dos hijos y los puso delante de su padre para que declarara el “bien decir” sobre sus hijos: 8Y vio Israel los hijos de José, y dijo: ¿Quiénes son éstos? 9Y respondió José a su padre: Son mis hijos, que Dios me ha dado aquí. Y él dijo: Acércalos ahora a mí, y los bendeciré (Génesis 48.8-9). Abraham bendijo a sus hijos Ismael e Isaac. Isaac bendijo a sus hijos Esaú y Jacob. Jacob bendijo a sus once hijos y dos nietos (hijos de José). Moisés declaró bendición sobre las doce tribus de Israel, declarando las palabras que se tendrían que cumplir en su descendencia (Deuteronomio 33). No son pocos los hijos de Dios que no creen en el “mal decir” de brujos, curanderos, personas que practican magias, y no reciben las asignaciones del Padre sobre sus vidas porque la maldición no es cortada. ¿Por qué el rey Balac contrató al vidente Balaam para que maldijera al pueblo de Dios? ¡Porque ya lo había hecho antes y le había funcionado! Cuando ejercemos autoridad en la palabra que declaramos, el “bien decir” destruye el “mal decir”. Nehemías esta relatando esta historia a su generación y termina diciendo: ¡Mas nuestro Dios volvió la maldición en bendición! (Nehemías 13.2). Hombres y mujeres de autoridad no se van a la mano al “mal decir” a propio cuerpo de Cristo por medio de sus palabras. En 1Corintios 11, el apóstol Pablo esta hablando de las consecuencias de tomar la Cena del Señor indignamente, sin discernir el cuerpo de Cristo. Concluye esta parte diciendo: 30Por lo cual hay muchos enfermos y debilitados entre vosotros, y muchos duermen. 31Si, pues, nos examinásemos a nosotros mismos, no seríamos juzgados; 32mas siendo juzgados, somos castigados por el Señor, para que no seamos condenados con el mundo (1Corintios 11.30-32). - 2 -
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    El poder dela bendición ¿Qué es discernir el Cuerpo de Señor? Entender lo que es el Cuerpo de Cristo, nuestra posición y responsabilidad con los miembros del Cuerpo. ¿Por qué había muchos enfermos, debilitados y otros habían muerto? ¡Porque los Corintios tenían la boca muy grande y la lengua muy larga para “mal decir” a los hermanos. Otro ejemplo lo tenemos en la carta del Apóstol Santiago cuando habla de los enfermos (Santiago 5.14-16). El primer paso es llamar a los ancianos de la Iglesia, gente con la madurez espiritual para tratar con estos asuntos. Lo segundo, dice: Y la oración de fe salvará al enfermo, y el Señor lo levantará; y si hubiere cometido pecados, le serán perdonados. ¡Los pecados le serán perdonados! Esto quiere decir que muchas enfermedades son a causa del pecado. Lo tercero nos da mucha más luz: Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad unos por otros, para que seáis sanados. La oración eficaz del justo puede mucho. ¡Las ofensas son causa de enfermedad! En varias ocasiones he tenido que reprender demonios y cancelar maldiciones que los mismos hijos de Dios han causado sobre sus hermanos. ¡No se diga del “mal decir” de los pastores contra otros pastores! Pensarías que es absurdo hablar del “mal decir” de un pastor que sale de una denominación, de una red apostólica, o de un creyente saliendo de una congregación. Es terrible la negligencia al usar la lengua de una manera inadecuada. Esta es la recomendación del apóstol Pablo: 13Porque vosotros, hermanos, a libertad fuisteis llamados; solamente que no uséis la libertad como ocasión para la carne, sino servíos por amor los unos a los otros. 14Porque toda la ley en esta sola palabra se cumple: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. 15Pero si os mordéis y os coméis unos a otros, mirad que también no os consumáis unos a otros (Gálatas 5.13-15). El corazón entristecido del apóstol estaba hablando irónicamente: ¡Pero si os mordéis y os coméis unos a otros, mirad que también no os consumáis unos a otros! Lamentablemente esto sucede en el Cuerpo de Cristo, en el ceno familiar, en las congregaciones, denominaciones y redes apostólicas. El apóstol Pedro nos da una enorme recomendación: 8Finalmente, sed todos de un mismo sentir, compasivos, amándoos fraternalmente, misericordiosos, amigables; 9no devolviendo mal por mal, ni maldición por maldición, sino por el contrario, bendiciendo, sabiendo que fuisteis llamados para que heredaseis bendición (1Pedro 3.8-10). ¡Fuimos llamados para que heredemos bendición! Isaac bendijo a Jacob: Dios, pues, te dé del rocío del cielo, y de las grosuras de la tierra, y abundancia de trigo y de mosto (Génesis 27.28). Jacob bendijo a sus hijos: Génesis 49 Moisés bendijo a las doce tribus: Deuteronomio 33 Hagamos algo que bendiga al pueblo de Dios, que el Cuerpo de Cristo sea bendecido al doblegar nuestro corazón y cancelar todos los “mal decir” que hemos permitido que salgan de nuestra boca en contra de cualquier persona, empezando por nuestra propia familia. Además, cancelemos todo “mal decir” en nuestra contra, vamos a reprender todo demonio que vino en nuestra contra a causa de brujos, santeros, adivinos, y cristianos con la boca grande y la lengua suelta. Con amor: JGFC - 3 -
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