Escuela Normal de Atizapán de Zaragoza. 
Curso: Formación Ciudadana. 
Docente encargada de impartir el curso: 
Estudiante normalista: 
Licenciatura en Educación Primaria. 
4º 1. 
A lo largo del presente ensayo expondré un conjunto de ideas relacionadas con los conceptos ciudadanía, 
democracia y educación, socializándolo con autores como Aristóteles, Dewey, Bonifacio Barba Castillas, y 
Marshall, finalizado con una serie de opiniones respecto a la educación ciudadana. 
“El conjunto de reglas y norm as es el reflejo del progres o de la s ociedad, entre más reglas menos progres o”, 
pues las reglas y normas son consecuencia de acuerdos o no son controlar a los individuos de una sociedad, 
y aún tenemos cierto “ins tinto” o s entimiento de “dejarnos llevar” por lo emocional que a veces es difícil 
controlar, y no pienso que esto vaya a acabar, somos seres humanos, somos emocionales, y tenemos 
necesidades y las proyectamos a nuestra manera, por ende, el control es necesario, aunque dicha palabra 
puede causar ciertas sensaciones no muy asertivas en algunos de nosotros, pero, la verdad es que h asta el 
maestro lo ejerce, y eso ayuda la autorregulación de sus alumnos, para aprender a convivi r a lo largo de un 
proceso en la educación y en la sociedad ya que son parte del cómo funciona la sociedad hoy en día. 
Al leer “Las (im) pos ibilidades de la educación ciudadana en México” de Bonifacio Barba Cas tillas , me 
pregunté por qué Segovia identificaba la educación como uno de los graves problemas de México y 
recordando las participaciones mis compañeros me di cuenta de que si bien muchos sabemos de nuestros 
derechos hay otros derechos que desconocemos o desconozco totalmente, ni siquiera ejerzo algun as 
obligaciones como ciudadana y no por eso dejó de ser ciudadana, pero, ¿entonces por qué me sé cómo un 
ser ciudadano? ¿Por qué sigo ciertas reglas? Mi respuesta fue que es por la falta de educación ciudadana, 
que incluso en un nivel superior a algunos nos falta obtener totalmente, y la incongruencia entre lo que se 
vive, lo que se sabe y lo que debe de ser. 
Bárcena conciben a la ciudadanía como un concepto frágil y al mismo tiempo, noble mito; pues es una parte 
de la herencia clásica Muestra de ello es que actualmente se vive en una sociedad democrática conformada 
por ciudadanos, la cual se vuelve una forma de vida heredada, una parte heredada de la tradición lingüística y 
literaria, lo cual me lleva a considerar que los seres humanos estamos llenos de tra diciones, y de aspectos 
que siguen vigentes pero, con otros nombres. Sin embargo, volviendo al punto inicial, el concepto de 
ciudadanía si bien es frágil, cambiante también se maneja como (…) el conjunto de derechos que tienen las 
personas como sujetos y los deberes que de ellos se derivan. Ese "conjunto de derechos", ha ido 
transformándose y evolucionando paralelamente al desarrollo de la sociedad, fundamentalmente, a lo largo de 
los últimos tres siglos. El voto, la propiedad, la libertad para organizarse, son derechos a los que las mujeres 
han accedido más tardíamente que los hombres, encontrándose relegadas en la actualidad a una ciudadanía 
de segunda: nutridos grupos de mujeres constituyen las bolsas de pobreza más severas, soportan mayor 
grado de violencia, reciben los salarios más bajos y cuentan, en definitiva, con muchos menos recursos que 
los hombres. 
Como señala Marshall, ser ciudadana/o de pleno derecho hoy implica "desde el derecho a un mínimo 
bienestar y seguridad económica hasta el compartir al máximo el patrimonio social y a vivir la vida de acuerdo 
con los estándares imperantes en la sociedad". 
Entonces, ciudadanía es el derecho de pertenencia, de bienestar, de acceso a recursos, pero, al mismo 
tiempo tenemos deberes, y debemos saberlos, ahí radica la diferencia entre lo que se vive, lo que se sabe y lo 
que debe ser. Pero, ¿Cómo se sabe lo que se debe saber? A través de la educación. 
Aristóteles define a la educación como un proceso de socialización. Al educarnos somos capaces de asimilar 
y aprender conocimientos. Se materializa en una serie de valores y habilidades que producen cambios tanto 
intelectuales como emocionales o sociales. Esta definición en mi opinión es muy acertada, pues la educación 
implica procesos de socialización en donde aprendemos conocimientos, adoptamos actitudes, creamos 
actitudes y desarrollamos valores y habilidades en un constante cambio de transformación personal. Al educar 
y aprender se interactúa y para la interacción se necesita una serie de normas, un conjunto s e sujetos y un 
líder que ayude a moderar la relación entre ellos. Sin embargo, no todo lo que se aprende en la escuela se ve 
en el segundo entorno inmediato, y es ahí la contradicción en la que muchos nos encontramos. Aprendemos 
sobre democracia pero, realmente no la vemos constantemente, y no siempre podemos ser democráticos,
Escuela Normal de Atizapán de Zaragoza. 
Curso: Formación Ciudadana. 
Docente encargada de impartir el curso: 
Estudiante normalista: 
Licenciatura en Educación Primaria. 
4º 1. 
supongo que es porque no lo tenemos tan dentro de nosotros, porque no es algo muy arraigado, a pesar de 
que es un sistema de vida a partir del cual los gobernantes son representantes y servidores del pueblo, 
inclus o Dewey habla de la democracia haciendo referencia a que “cada pers ona tiene que participar en la 
determinación de las condiciones y objetivos de su propio trabajo, gracias a la armonización libre y reciproca 
de diferentes pers onas” lo cual, es cas amente exis te, pues s e da en pequeños círculos s ociales, reconociendo 
que en grandes masas es muy difícil una organización idónea, y en la cual siempre existe un líder, quién 
modera las situaciones de participación, lo cual genera, o no, una serie de conflictos por los cuales me atrevo 
a decir que seguimos siendo seres meramente emocionales, a quiénes nos rigen sentimientos de egoísmo, de 
poder, de odio, de malicia que no nos dejan avanzar como sociedad, dificultando una participación honesta. 
Aún falta educarnos, a través de un sistema real, que no siempre puede ser positivo, pero si verdadero, 
radicando en un bienestar, que al mismo tiempo no todos podemos conseguir. Hay algo mal con nosotros, 
entre una necesidad de poder y una necesidad de vivir, de creer, porque al fin y al cabo los humanos somos 
meramente tradicionales, aún nos falta una evolución personal, lo cual pareciera que no tiene nada que ver 
con estos conceptos, pero son conceptos que se vuelven acciones en la sociedad; por ende la educación y la 
formación son esenciales para disminuir el abuso de poder, la ignorancia de derechos y deberes y sobre todo 
el bienestar común. 
Actualmente, tenemos una forma de gobierno que se define para algunos como sometimiento de todos los 
ciudadanos a una autoridad política y a un poder coercitivo. En esto, la democracia es como toda otra forma 
de gobierno. Lo que distingue a la democracia del resto de las formas de gobierno es que, en la democracia, 
la autoridad y el poder los posee y los ejerce el pueblo (el demos). Y, por consiguiente, en una democracia, el 
pueblo se gobierna a sí mismo, se somete a su propio dictado, se da a sí mismo la ley a la que quiere que se 
sujete la actuación de todos los ciudadanos. 
Finalmente, quiero decir que considero que es importante concretar la formación ciudadana que tenemos 
especialmente los estudiantes normalitas, y maestros en servicio en relación a cada aspecto que parte del 
conocimiento jurídico y político que rige nuestra sociedad, y posteriormente encaminar a que esto sea parte 
de nuestra contribución social, personal y sobre todo profesional. 
La formación ciudadana parte de un ser que tiene conocimiento de leyes, políticas y actúa en base y a favor 
de ellas. 
Educar sobre la democracia ¿para qué? Para lo que se supone que debe de ser, y en cierta parte es, 
apoyando al alumno a comprender que él debe de actuar conforme a su identidad como persona para resolver 
problemas como consecuencia del saber sus derechos y obligaciones, y todo esto parte de un encuentro entre 
los actores educativos.

Ensayo.

  • 1.
    Escuela Normal deAtizapán de Zaragoza. Curso: Formación Ciudadana. Docente encargada de impartir el curso: Estudiante normalista: Licenciatura en Educación Primaria. 4º 1. A lo largo del presente ensayo expondré un conjunto de ideas relacionadas con los conceptos ciudadanía, democracia y educación, socializándolo con autores como Aristóteles, Dewey, Bonifacio Barba Castillas, y Marshall, finalizado con una serie de opiniones respecto a la educación ciudadana. “El conjunto de reglas y norm as es el reflejo del progres o de la s ociedad, entre más reglas menos progres o”, pues las reglas y normas son consecuencia de acuerdos o no son controlar a los individuos de una sociedad, y aún tenemos cierto “ins tinto” o s entimiento de “dejarnos llevar” por lo emocional que a veces es difícil controlar, y no pienso que esto vaya a acabar, somos seres humanos, somos emocionales, y tenemos necesidades y las proyectamos a nuestra manera, por ende, el control es necesario, aunque dicha palabra puede causar ciertas sensaciones no muy asertivas en algunos de nosotros, pero, la verdad es que h asta el maestro lo ejerce, y eso ayuda la autorregulación de sus alumnos, para aprender a convivi r a lo largo de un proceso en la educación y en la sociedad ya que son parte del cómo funciona la sociedad hoy en día. Al leer “Las (im) pos ibilidades de la educación ciudadana en México” de Bonifacio Barba Cas tillas , me pregunté por qué Segovia identificaba la educación como uno de los graves problemas de México y recordando las participaciones mis compañeros me di cuenta de que si bien muchos sabemos de nuestros derechos hay otros derechos que desconocemos o desconozco totalmente, ni siquiera ejerzo algun as obligaciones como ciudadana y no por eso dejó de ser ciudadana, pero, ¿entonces por qué me sé cómo un ser ciudadano? ¿Por qué sigo ciertas reglas? Mi respuesta fue que es por la falta de educación ciudadana, que incluso en un nivel superior a algunos nos falta obtener totalmente, y la incongruencia entre lo que se vive, lo que se sabe y lo que debe de ser. Bárcena conciben a la ciudadanía como un concepto frágil y al mismo tiempo, noble mito; pues es una parte de la herencia clásica Muestra de ello es que actualmente se vive en una sociedad democrática conformada por ciudadanos, la cual se vuelve una forma de vida heredada, una parte heredada de la tradición lingüística y literaria, lo cual me lleva a considerar que los seres humanos estamos llenos de tra diciones, y de aspectos que siguen vigentes pero, con otros nombres. Sin embargo, volviendo al punto inicial, el concepto de ciudadanía si bien es frágil, cambiante también se maneja como (…) el conjunto de derechos que tienen las personas como sujetos y los deberes que de ellos se derivan. Ese "conjunto de derechos", ha ido transformándose y evolucionando paralelamente al desarrollo de la sociedad, fundamentalmente, a lo largo de los últimos tres siglos. El voto, la propiedad, la libertad para organizarse, son derechos a los que las mujeres han accedido más tardíamente que los hombres, encontrándose relegadas en la actualidad a una ciudadanía de segunda: nutridos grupos de mujeres constituyen las bolsas de pobreza más severas, soportan mayor grado de violencia, reciben los salarios más bajos y cuentan, en definitiva, con muchos menos recursos que los hombres. Como señala Marshall, ser ciudadana/o de pleno derecho hoy implica "desde el derecho a un mínimo bienestar y seguridad económica hasta el compartir al máximo el patrimonio social y a vivir la vida de acuerdo con los estándares imperantes en la sociedad". Entonces, ciudadanía es el derecho de pertenencia, de bienestar, de acceso a recursos, pero, al mismo tiempo tenemos deberes, y debemos saberlos, ahí radica la diferencia entre lo que se vive, lo que se sabe y lo que debe ser. Pero, ¿Cómo se sabe lo que se debe saber? A través de la educación. Aristóteles define a la educación como un proceso de socialización. Al educarnos somos capaces de asimilar y aprender conocimientos. Se materializa en una serie de valores y habilidades que producen cambios tanto intelectuales como emocionales o sociales. Esta definición en mi opinión es muy acertada, pues la educación implica procesos de socialización en donde aprendemos conocimientos, adoptamos actitudes, creamos actitudes y desarrollamos valores y habilidades en un constante cambio de transformación personal. Al educar y aprender se interactúa y para la interacción se necesita una serie de normas, un conjunto s e sujetos y un líder que ayude a moderar la relación entre ellos. Sin embargo, no todo lo que se aprende en la escuela se ve en el segundo entorno inmediato, y es ahí la contradicción en la que muchos nos encontramos. Aprendemos sobre democracia pero, realmente no la vemos constantemente, y no siempre podemos ser democráticos,
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    Escuela Normal deAtizapán de Zaragoza. Curso: Formación Ciudadana. Docente encargada de impartir el curso: Estudiante normalista: Licenciatura en Educación Primaria. 4º 1. supongo que es porque no lo tenemos tan dentro de nosotros, porque no es algo muy arraigado, a pesar de que es un sistema de vida a partir del cual los gobernantes son representantes y servidores del pueblo, inclus o Dewey habla de la democracia haciendo referencia a que “cada pers ona tiene que participar en la determinación de las condiciones y objetivos de su propio trabajo, gracias a la armonización libre y reciproca de diferentes pers onas” lo cual, es cas amente exis te, pues s e da en pequeños círculos s ociales, reconociendo que en grandes masas es muy difícil una organización idónea, y en la cual siempre existe un líder, quién modera las situaciones de participación, lo cual genera, o no, una serie de conflictos por los cuales me atrevo a decir que seguimos siendo seres meramente emocionales, a quiénes nos rigen sentimientos de egoísmo, de poder, de odio, de malicia que no nos dejan avanzar como sociedad, dificultando una participación honesta. Aún falta educarnos, a través de un sistema real, que no siempre puede ser positivo, pero si verdadero, radicando en un bienestar, que al mismo tiempo no todos podemos conseguir. Hay algo mal con nosotros, entre una necesidad de poder y una necesidad de vivir, de creer, porque al fin y al cabo los humanos somos meramente tradicionales, aún nos falta una evolución personal, lo cual pareciera que no tiene nada que ver con estos conceptos, pero son conceptos que se vuelven acciones en la sociedad; por ende la educación y la formación son esenciales para disminuir el abuso de poder, la ignorancia de derechos y deberes y sobre todo el bienestar común. Actualmente, tenemos una forma de gobierno que se define para algunos como sometimiento de todos los ciudadanos a una autoridad política y a un poder coercitivo. En esto, la democracia es como toda otra forma de gobierno. Lo que distingue a la democracia del resto de las formas de gobierno es que, en la democracia, la autoridad y el poder los posee y los ejerce el pueblo (el demos). Y, por consiguiente, en una democracia, el pueblo se gobierna a sí mismo, se somete a su propio dictado, se da a sí mismo la ley a la que quiere que se sujete la actuación de todos los ciudadanos. Finalmente, quiero decir que considero que es importante concretar la formación ciudadana que tenemos especialmente los estudiantes normalitas, y maestros en servicio en relación a cada aspecto que parte del conocimiento jurídico y político que rige nuestra sociedad, y posteriormente encaminar a que esto sea parte de nuestra contribución social, personal y sobre todo profesional. La formación ciudadana parte de un ser que tiene conocimiento de leyes, políticas y actúa en base y a favor de ellas. Educar sobre la democracia ¿para qué? Para lo que se supone que debe de ser, y en cierta parte es, apoyando al alumno a comprender que él debe de actuar conforme a su identidad como persona para resolver problemas como consecuencia del saber sus derechos y obligaciones, y todo esto parte de un encuentro entre los actores educativos.