El documento analiza la relación entre ética y comportamiento social, subrayando cómo las enseñanzas familiares y culturales influyen en nuestros principios morales y acciones. A medida que la ética se desvincula en la sociedad contemporánea, se observan problemas como violencia y corrupción, que requieren un regreso a los valores fundamentales desde la familia. Se concluye que la educación ética es crucial para formar individuos responsables y contribuir a una convivencia armoniosa en la comunidad.