El fascismo se estableció primero en Italia bajo Mussolini. En Alemania, Hitler y los nazis tomaron el poder aprovechando la crisis económica de 1929. Ambos régimen eran totalitarios con un líder carismático, un solo partido gobernante y sin elecciones libres. Propagaban ideologías nacionalistas, racistas y expansionistas que llevaron a la agresión militar contra otros países y al genocidio de millones de judíos en el Holocausto.