La velocidad a la que se producen las innovaciones y los cambios tecnológicos exige actualizar permanentemente los conocimientos. El proceso educativo ha cambiado y el docente debe actuar como un gestor de conocimiento y orientar el aprendizaje tanto a nivel general de toda la clase como a nivel individual de cada estudiante. El estudiante debe aprender a buscar la información, procesarla y convertirla en conocimiento de manera más crítica y autónoma.