El documento discute la importancia de enseñar filosofía a niños para desarrollar un pensamiento complejo y una educación significativa. Mathew Lipman, en 1980, argumentó que si no enseñamos filosofía a los niños, les negamos una educación significativa y aseguramos que seguirán dominados por la ignorancia y la mediocridad. El documento también describe cómo el programa de "filosofía para niños" en un colegio femenino busca fortalecer competencias comunicativas y democráticas en las estudiantes.