Las tres leyes de la herencia de Mendel establecen los principios fundamentales de la genética. La primera ley explica que los caracteres dominantes se expresan en la primera generación. La segunda ley demuestra que los caracteres recesivos pueden expresarse de nuevo en generaciones posteriores. Y la tercera ley concluye que los diferentes caracteres se heredan independientemente unos de otros. Juntas, estas leyes sentaron las bases para comprender cómo se transmiten y expresan los genes de una generación a la siguiente.