La genética clásica tuvo su origen en los experimentos de Gregor Mendel con guisantes en 1865. Mendel observó 7 pares de características en los guisantes y realizó cruces para estudiar la herencia. Encontró que algunos rasgos, como la altura, eran dominantes y aparecían en la primera generación filial aunque el rasgo recesivo como el enanismo no se perdía. Al autofecundar la primera generación filial, aparecieron tanto plantas altas como enanas en una proporción de 3:1, lo que