La terapia física puede ayudar en el tratamiento de trastornos ano rectales como la incontinencia fecal, malformaciones anorectales y el estreñimiento crónico. Se ha demostrado que técnicas como la reeducación muscular, electroterapia y masoterapia mejoran la continencia y calidad de vida de los pacientes. La terapia física también aumenta el tono y fuerza del músculo esfínter, lo que es útil para pacientes con ostomías.