El paciente llega al hospital con síntomas como falta de energía, cansancio, dolor y dificultad para respirar. La enfermera sospecha que puede ser cáncer de pulmón y se lo comunica al doctor. Las radiografías confirman un cáncer de pulmón terminal. La enfermera le informa al paciente sobre su diagnóstico y estado terminal, brindándole apoyo.