El documento destaca la escasez de técnicos formados en software libre en España, lo que limitará el crecimiento del sector tras la crisis. Las comunidades de desarrollo desempeñan un papel creciente como entidades formativas, mientras que la universidad se queda rezagada y no responde a las necesidades del mercado. Se sugiere que la industria debe acercarse más a las comunidades y replantear su relación con la educación para asegurar un suministro adecuado de talento.